BETIS (2): Bravo; Bellerín, Pezzella, Víctor Ruiz (Édgar, 06), Álex Moreno; Guido Rodríguez, William Carvalho (Guardado, 69); Rodri (Camarasa, 66), Fekir, Canales (Juanmi, 66); y William José (Borja Iglesias, 69).
ESPANYOL (2): Diego López; Óscar Gil (Wu Lei, 61), Sergi Gómez, Cabrera, Pedrosa; Morlanes (Keidi Baré, 46); Aleix Vidal (Nico Melamed, 81), Darder, Melendo (Loren, 46), Embarba; y Raúl de Tomás (Dimata, 92).
Goles: 0-1, M.16: Aleix Vidal. 1-1, M.41: Willian José. 2-1, M.49+: Fekir. 2-2, M.97: Cabrera.
Árbitro: César Soto Grado (Comité Riojano). Anticasero y provocador. Expulsó con roja directa a Pezzella (m.78). Ademas, amonestó a los locales Édgar, Guardado, Bravo y Fekir (m.97), y a los visitantes Morlanes, Vidal, Pedrosa y Raúl de Tomás.
Aunque el ritmo de partidos apenas nos dé tiempo a entrar en profundidad en algunos de ellos –ni apenas a contestar comentarios–, dejaremos algunas breves notas sobre el encuentro de anoche.
Un cúmulo de factores impidió que la manifiesta superioridad futbolística bética se conviertiese ayer en victoria. Dos de ellos, cierta mala fortuna y algunas decisiones arbitrales decisivas, fueron ajenos al equipo; pero otros dos sí fueron responsabilidad suya: la falta de instinto para hacer daño al rival cuando lo tenía contra las cuerdas, esto es, los primeros veinte minutos de la segunda parte, y los cambios realizados por Pellegrini mediado ese segundo tiempo, que debilitaron gravemente al equipo.
De salida el Espanyol opuso, como tantos, un 4-1-4-1 al 4-2-3-1 bético, de modo que sus interiores quedaban bien emparejados con los mediocentros béticos, paralelos de nuevo, mientras su pivote cerraría a Fekir. Pellegrini dispuso un equipo que empieza a sonar a titular, con Guido y W. Carvalho en el pivote, extremos para Rodri y Canales, y W. José arriba. Durante una hora el Betis realizó un brillante ejercicio de fútbol clásico, encerrando a su rival y creando infinidad de ocasiones gracias a su movilidad y su superior calidad; pese a que el Espanyol cazó un par de contragolpes peligrosos y uno cayó dentro, el 2-1 al descanso resultaba corto.
La tónica siguió siendo la misma tras el descanso pese a que Vicente Moreno había retocado su esquema para pasar a un 4-4-2, ya con Loren arriba. Fue mediada esa segunda mitad cuando, en breves minutos, Pellegrini rotó a sus atacantes: algo necesario, seguro, pero que en este caso hizo perder al equipo su superioridad física y técnica. Sin Carvalho, Rodri y Canales el equipo perdió muchísima capacidad de tener el balón, y con Camarasa, Juanmi y Guardado en el campo no ganó a cambio poder físico alguno. Lo que es peor, y esto sí censurable: agotó muy pronto los (¡5!) cambios, dejando a Fekir en el campo (tan sobreexplotado como el ayer lesionado Ruiz) y al equipo sin posibilidad de corrección ante accidentes como el que, en efecto, ocurrió de seguido: la expulsión de Pezzella.
Para los veinte minutos restantes Pellegrini montó un 4-4-1 con Borja tirado a la derecha, Camarasa (inicialmente en un costado) y Guardado como mediocentros y Fekir, casi agotado, arriba. El castigo fue tardío y excesivo para los escasos méritos de un Espanyol tan falto de fe como de fútbol.
El partido deja buenas noticias: el juego ofensivo del equipo, tal vez el más fluido y equilibrado de toda la era Pellegrini, y el buen estado de William Carvalho y Fekir, ayer por fin importantes. A cambio, además de los puntos fugados, el equipo se queda prácticamente sin centrales, y se constató de nuevo que Camarasa no puede tener un minuto válido de competición más: ni tuvo nunca nivel para el Betis, ni sus características se amoldan al juego de posesiones largas del equipo (por decirlo claro: es muy inferior técnicamente a Canales, Rodri, Lainez, William, Guardado o cualquier otro en cuya posición pueda jugar), ni este Betis puede darle minutos en espera de que recupere su físico tras un año en blanco; debió salir en agosto.
Los comentarios son bienvenidos. En Twitter, @juanramonlara7.