BETIS (0): Rui Silva; Montoya, Pezzella, Víctor Ruiz, Miranda; Guido Rodríguez, Guardado (Camarasa 70'); Aitor Ruibal (Tello 70'), Fekir, Canales (Joaquín 82'); y Juanmi (Borja Iglesias 77').
REAL MADRID (1): Courtois; Carvajal, Militao, Alaba, Miguel Gutiérrez (Rodrygo 83'); Casemiro, Fede Valverde, Isco (Asensio 66'); Bale (Lucas Vázquez 66'), Vinicius (Hazard 77') y Benzema.
Árbitro: Hernández Hernández. Amonestó a los locales Fekir, Pezzella, Canales, Aitor Ruibal, Montoya y Manuel Pellegrini; y a los visitantes Miguel Gutiérrez, Hazard y Casemiro.
Gol: 0-1 (62') Carvajal.
Excelentes condiciones y lleno Covid (23.000 espectadores).
El Betis encajó anoche una justa derrota, tercera de 2021 y tercera por la mínima ante un equipo en Champions; el regularísimo equipo de Pellegrini fue inferior al Real Madrid aunque, muy en su línea, nunca perdió la cara al partido y aunque evidenció sus limitaciones siempre estuvo a un paso de igualar el partido.
Primera parte
Además de la regularidad, la otra característica notable de este Betis es su flexibilidad desde un juego bastante convencional, muy mainstream. El Betis hace casi todo razonablemente bien pero no impone un estilo de juego muy definido, sino que se adapta a la propuesta del rival: si este se encierra, como el Cádiz hizo hace una semana, toca la pelota con paciencia y se instala en campo rival; pero si juega ante equipos que saben someter a su oponente, como el Madrid, el Betis no arriesga y, como anoche, se prepara para defenderse y contragolpear.
Esto puede explicar la alineación de Pellegrini: su habitual 4-2-3-1 pero sin Borja Iglesias, con gente rápida arriba (Juanmi en punta, Ruibal en la derecha), reforzado por dentro con Guardado junto a Guido y con extremos a pie natural; uno de ellos, como casi siempre (ayer Canales)o, con tendencia a meterse en zonas de interior. Pezzella redebutaba.
Enfrente Ancelotti colocó un 4-3-3 convencional con Valverde e Isco como interiores por delante de Casemiro. Con Fekir de inicio sobre el mediocentro, desde el principio se formaron claras parejas de baile, en particular entre los mediocentros béticos, muy paralelos, y los interiores madridistas: Guardado vs Valverde y Guido vs Isco.
Tras un impetuoso arranque madridista los blancos retrasaron líneas y por un buen tramo el Betis hizo buen fútbol; Fekir, que en principio se había colocado en defensa por detrás de Juanmi, saltaba a por uno de los centrales y la presión bética funcionaba, aunque a base de un fuerte desgaste físico y permitiendo algunas salidas con peligro del Madrid en arrancadas de Valverde y Vinicius que aprovechaban los espacios dejados por la presión bética. Las ocasiones se igualaban.
Segunda parte hasta el gol del Madrid
El Madrid sube mucho la altura y la intensidad de su presión y el Betis empieza a mostrar sus virtudes y sus limitaciones. Ambas pueden personalizarse en la sustitución de Pezzella por Mandi en la defensa bética: sin el argelino el Betis ha perdido mucha precisión en la salida de balón, y ahora es fácil presa de la presión del rival; durante el primer cuarto de hora de la segunda mitad el Madrid acogotó al Betis con su presión postpérdida. Además, Pezzella tiende a meter la línea defensiva más atrás que Mandi, lo que facilitó más aún esa labor de los visitantes (al recuperar el balón, el Betis comenzaba la transición defensa-ataque muy atrás, muy junto y sin espacios donde jugarla). A cambio, Pezzella mostró su contundencia defensiva e hizo constantes ayudas en el costado de Montoya. La presencia de Guido, ayer excelente en defensa (echó a Isco del partido) pero espeso en ataque hasta el punto de ser flotado por el Madrid, aumenta ese perfil del equipo, al que este año costará gobernar los partidos desde la posesión. El Betis trata de cazar contras (alguna clara, mal culminada) pero es el Madrid el que llega al área con regularidad y, finalmente, marca.
Última media hora
Tras el 0-1 y unos breves minutos en que se metió absurdamente atrás, el Real Madrid se repliega a un bloque medio-alto de líneas juntas y con la defensa muy adelantada, al estilo del Betis de la pasada temporada, confiado en la rapidez de Militao y Alaba para cerrar sus espaldas. Ahí aparecieron las deficiencias en la construcción del juego de este Betis: mal colocado en ataque, con unos mediocentros muy paralelos que iniciaban la jugada estorbando constantemente la salida de los centrales, el Betis jamás lograba superioridad en la salida de balón; sin apenas desmarques a la espalda de la defensa, de nuevo todos la pedían al pie y el ataque bético consistía, repetidamente, en intentos individuales de desborde de sus atacantes rápidos (por parte de Fekir, de Canales o de Ruibal) contra un bloque madridista siempre en superioridad numérica.
Los cambios de Pellegrini no mejoraron mucho las cosas; alguno, como la aparición de Camarasa en banda, solo pareció explicable por cuestiones psicológicas o de gobierno de plantilla. El Madrid, sin lateral izquierdo, se ve obligado a retrasar a Lucas y cambiar de banda a Carvajal, pero, inoperante el Betis, ya apenas hay una ocasión postrera de Montoya.
Línea por línea
Rui Silva mejoró sus prestaciones respecto a encuentros anteriores. Montoya hizo su mejor partido en meses; tal vez haya que confiar un poco en un jugador sin continuidad en años. Pezzella y Ruiz mostraron sus virtudes y defectos: como pedían muchos, son dos centrales a la antigua, de los que no se complican demasiado, pero pedirles (sobre todo a Pezzella) una buena salida de balón y defender en campo rival no es compatible con eso. Miranda cumplió otra vez sin brillantez, y debió cerrar las piernas en el 0-1.
Guido demostró tanto poderío defensivo como incapacidad para prpgresar cuando le dejan jugar el balón como hombre libre, así que no nos extrañaría que lo flotaran en el futuro más equipos. Guardado acertó mientras tuvo fuerzas y falló mucho luego. Canales sigue lejos de su mejor forma y Ruibal, sin hacer nada del otro mundo, fue una de las pocas esperanzas ofensivas tras el 0-1.
Juanmi se verá señalado por la jugada anterior al 0-1, en la que falló lastimosamente un dos contra uno clarísimo por recordar un error similar en la primera parte (entonces disparó).
Poco aportaron los suplentes, y menos aún un Camarasa que se encontró ante el peor escenario posible tras tantísimos meses fuera del juego.
Ayer vimos un desmarque de Courtois hacia un costado de su área para sacar la pelota jugada; tal vez Pellegrini y su equipo deban modernizar y planificar en más detalle la salida de balón de su equipo, que sigue dando sensación de quedar, como el resto del ataque, a la antigua inspiración de los futbolistas (algo lógico en el último tercio del campo, pero no en todo él). Por demás el equipo seguirá siendo áspero para los rivales y competitivo: no hay, ni mucho menos, que encender las alarmas por este arranque de liga.
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