domingo, 22 de marzo de 2015

Betis 1 - Leganés 3 (30ª jornada de Liga de Segunda División)

BETIS (1): Adán; Molinero, Bruno, Jordi Figueras, Casado; Portillo (Ceballos, m. 34), N'Diaye, Lolo Reyes (Rennella, m. 50), Pacheco (Vadillo, m. 50); Rubén Castro, Jorge Molina
LEGANÉS (3): Serantes; Marc Bertrán, Mantovani, Postigo, César Soriano; Eraso, Erik Morán, Diamanka; Álvaro (Delgado, m. 87), Aguirre (Eizmendi, m. 77) y Sergio Prendes (Rubén Peña, m. 62).
Goles: 0-1, m. 21: Eraso. 0-2, m. 45: Marc Bertrán. 0-3, m. 47: Postigo. 1-3, m. 72: Jorge Molina.
Árbitro: Pablo González Fuertes (Comité Asturiano). Casero. Amonestó a Marc Bertrán, Ceballos, César, Vadillo. Expulsó por doble amarilla a Diamanka en el minuto 40.
30.000 espectadores y buen tiempo y césped en el Villamarín.

El Leganés dio ayer un absoluto baño futbolístico al Betis, al que superó en todos los aspectos del juego: lo físico, lo técnico, lo anímico, lo individual, lo colectivo, lo estratégico y –lo que aquí más nos interesa– lo táctico. Sólo la suerte y un par de decisiones discutibles del árbitro libraron al Betis de un resultado humillante.

Minutos 1 al 34
El Betis solo tuvo opciones de ganar el partido en los primeros diez segundos. Tras fallar un frío Molina la clarísima ocasión, el Leganés, mucho más metido de inicio en el partido, privó al Betis del balón al punto de lograr una sonrojante diferencia de posesión al descanso.

Además de parecer más rápidos, más despiertos, más técnicos y más listos que los del Betis, los jugadores del Leganés superaron ayer a los béticos en todos los detalles tácticos: colocación defensiva y ofensiva, jugadas a balón parado, movilidad, toque colectivo... Los pepineros se plantaron en defensa con un 4-1-4-1 –sistema que ya se le ha atragantado al Betis varias veces esta temporada– con las líneas muy juntas. Morán era el mediocentro, casi líbero por delante de los centrales, y por delante Diamanka (izquierda) y Eraso (levemente más adelantado) se encargaban respectivamente de cerrar a N'Diaye y a Reyes.

Un día más el Betis se escalonaba mal en ataque: como ocurriese ante el Valladolid, N'Diaye se situaba absurdamente a la derecha de Reyes, de manera que al subir a interior solapaba su zona de influencia con la de Portillo. El senegalés reculaba para huir de ella, quedando en paralelo con Reyes para disfrute de los interiores visitantes, que obturaban así fácilmente la zona de salida en conducción de Figueras y Bruno, timoratos además en la salida de balón. N'Diaye y Portillo, sin embargo, debían haber buscado los espacios a la espalda de esos interiores (costados de Morán), donde hubiesen disfrutado de ciertos espacios.


El Betis se quedaba así cegado por dentro. Dimitido Molinero y sin recursos para salir Casado, las jugadas béticas se limitaban a buscar a Molina, lento y muy marcado, o a tratar de buscar en largo las espaldas de la adelantada defensa del Leganés, adonde sin embargo rara vez se desmarcaban Castro o Pacheco. Sin movilidad para ofrecerse al compañero, ni paciencia para masticar la jugada (¿complejo de superioridad?), ni tino en los sucesivos pelotazos de Adán cuando los madrileños apretaban arriba, los béticos perdían la pelota con mucha facilidad.

El Leganés, por contra, mostraba buen escalonamiento y enorme movilidad ofensiva. Encontraba la salida fácilmente por su central derecho, libre porque Molina y Castro se repartían mal el trabajo de cerrar a los centrales y a Morán, y percutía una y otra vez por las bandas, realizando un movimiento tan antiguo como pésimamente leído por los béticos: el extremo se acercaba al círculo central y dejaba pista libre al lateral, casi siempre mal perseguido por Pacheco o Portillo. Llegaban, así o por robos altos, una y otra vez a puerta, y sólo la suerte libró al Betis de encajar antes el 0-1. En los córneres los de Asier Garitano (apunten el nombre) ponían a un hombre a la corta atrayendo a dos defensores (recurso que llevamos aquí reclamando al Betis años), resultando una pavorosa igualdad numérica en el área que trajo segundas jugadas como el (mal) anulado gol de Diamanka.

Minutos 35 al 50
Aunque había muchos más, al menos los problemas posicionales del Betis eran muy fáciles de arreglar: o bien obligar a N'Diaye a situarse a la izquierda de Reyes, o, mejor, cambiar de banda a Portillo y Pacheco (y con este a Castro), lo que permitía además a N'Diaye y Rubén jugar según su querencia. Mel hace ese movimiento táctico pero de rebote, pues prescinde de Portillo (demasiado cerca del banquillo bético para permitirse no perseguir religiosamente a su lateral) y mete a Ceballos como falso extremo izquierdo.

El juego del equipo mejora un tanto y el canterano se las arregla para expulsar a Diamanka (que jugó un buen partido, pero fue reincidente en las faltas). Aun así el Leganés, que lógicamente pasa al 4-4-1, no se encierra, se estira dos o tres veces y (ahora sí algo afortunado) marca dos veces a balón parado.

Minutos 50 al 90
Mel pone a Vadillo como extremo izquierdo, Castro pasa al extremo derecho para hacer sitio arriba a Rennella y el equipo ataca en un 2-4-4. Como tantas veces, los mediocentros vienen muy atrás a recibir, eliminando a los centrales de la base de la jugada. No hay nadie entre líneas, no hay desmarques ni juego colectivo, cada cual hace la guerra por su cuenta y las llegadas se reducen a alguna subida de Molinero y, sobre todo, a las incisivas carreras de Vadillo por la izquierda. En una de ellas llega el 1-3 y Rubén falla el 2-3 inmediatamente: ahí mueren las opciones béticas. El partido acaba entre pelotazos béticos a los tanques y alguna ocasión clara del Leganés, que aprovecha la ansiedad y descolocación de la defensa verdiblanca.

Jugador por jugador
Adán: En el 0-1, parable, se le queda enganchado al césped el pie de parar. Luego, pese a que cometió algún error aislado, evitó con varias paradas una goleada escandalosa. Tiene margen de mejora con los pies, y esto es hoy importante.
Molinero: Partido desastroso. Nulo en ataque y descolocadísimo en defensa. Llegaba siempre tarde y nunca supo si ir o venir. Además, se engancha en el fuera de juego en el 0-2.
Bruno: Aunque estuvo a punto de provocar el 0-4 con un fallo absurdo fue el más entonado de la línea defensiva. No sale en las fotos de los goles, aunque eso nunca se sabe si es bueno o malo.
Figueras: Descolocado (sin saber si salir al corte o quedarse en la línea) y mal en la salida de balón.
Casado: Sin ritmo ni calidad, jugó una primera parte espantosa, desbordado en defensa e incapaz en ataque. Luego al menos dejó un par de buenos centros, porque tiene buen toque.
Portillo: Sin espacios ni balones. Pagó los platos rotos.
N'Diaye: Mal situado en ataque de nuevo, su enorme recorrido sirve de poco cuando el equipo se descoloca, porque él no es precisamente el cerebro defensivo que pone las cosas en su sitio. En el caos al menos hizo algunas conducciones decentes.
Reyes: No supo dirigir la presión ni ayudar a las desbordadas bandas, y menos dirigir el juego.
Pacheco: Nada. Ni siquiera siguió a su lateral a tiempo.
Castro: Desconectado y desaparecido. Un zurdazo al larguero y nada más.
Molina: Torpe y lento, así y todo marcó su gol.

Ceballos: Bien. Trató de tirar del equipo, hizo otra pillería por él y al menos desequilibró por el centro.
Rennella: Cero absoluto.
Vadillo: Para gran sorpresa de quien esto escribe estuvo incisivo y rápido, en aparente buena forma física, valiente, realizó buenos disparos y dio el gol. Algo individualista, como siempre, pero a este nivel adelantará a Pacheco en días.

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domingo, 15 de marzo de 2015

Las Palmas 0 - Betis 3 (29ª jornada de Liga de Segunda División)

LAS PALMAS (0): Casto; David Simón, David García, Aythami, Ángel; Javi Castellano, Hernán Santana (Valerón, m. 80); Momo, Vicente Gómez (Ortuño, m. 68), Nauzet (Guzmán, m. 68); y Sergio Araujo.
BETIS (3): Adán; Molinero (Cejudo, m. 80), Bruno, Jordi Figueras, Varela; Portillo, Lolo Reyes (Xavi Torres, m. 68), N'Diaye, Pacheco (Dani Ceballos, m. 62); Rubén Castro y Jorge Molina.
Goles: 0-1: Jorge Molina, m. 64. 0-2: Jorge Molina, m. 73. 0-3: Dani Ceballos, m. 76.
Árbitro: Sureda Cuenca (Colegio Balear). Amonestó a Varela, Aythami, Hernán y Xavi Torres. Casero en la primera parte, luego equilibró su balance.
Unos 22.000 espectadores, muchos de ellos béticos. Gran presencia de aficionados béticos en las gradas. Viento moderadamente fuerte del noreste, esto es, oblicuo y en dirección hacia la esquina en que atacó el extremo derecho del Betis en la segunda parte.

Una irregular primera parte y una excelente segunda han dado al Betis una victoria muy importante en el Estadio Insular. La serie triunfante de partidos ante rivales directos ha despejado las dudas sobre la capacidad del equipo, y las que se mantienen sobre el ascenso (ojo, aún lejano) parecen reducirse hoy a su actitud en los estadios sin glamour por visitar (Mendizorroza, Heliodoro...).

Primera media hora
Mel calca el equipo del Valladolid salvo la vuelta (discutible por el rendimiento de Rodas, pero justa) de Bruno. El Betis arranca pues en defensa con un 4-4-2 en el que esta vez N'Diaye corrige su posición de salida y parte a la izquierda de Lolo Reyes, para así no estorbarse en ataque con Portillo, tendente siempre a posiciones interiores; el mediocentro chileno auxilia a los centrales para la salida de balón, quedando así el equipo bien escalonado por dentro en el inicio de jugada; Pacheco sí es verdadero extremo izquierdo.

Enfrente Las Palmas también escalona bien a sus hombres de dentro para formar un 4-3-3 con balón: Castellano es mediocentro retrasado, y Hernán y Vicente, el más adelantado, interiores; no hay aquí falsos extremos, de modo que Momo y Nauzet (ambos de inicio a pie cambiado) han de seguir a los laterales para montar el rutinario 4-4-2 en defensa.

Aunque inicialmente el Betis presiona muy arriba, pronto ambos equipos muestran comportamientos defensivos similares: bloque medio-alto (tal vez un poco más adelantado el bético), pareja de arriba (Rubén y Molina, y Araujo y Vicente en el otro lado) que trata de bloquear la salida de los centrales más el mediocentro rivales, y doble pivote que salta a presionar más arriba si ve la ocasión propicia. Así pues, este Betis con N'Diaye ya no va tan descaradamente arriba a por el rival como el que tenía a Ceballos por segundo mediocentro, pero en absoluto se acula atrás.

Los béticos tratan de cuidar la salida de balón. Las Palmas tolera la salida por Figueras; el catalán conduce unos metros pero luego rara vez se atreve a jugar en corto. Las Palmas tampoco logra gran fluidez, pese a que el Betis en defensa no aprovecha adecuadamente que el lateral izquierdo, Ángel, era diestro para oblogarles a salir por ahí. Hay pocas ocasiones, y son del Betis, aunque menos de las debidas: cuando los verdiblancos superan la presión llegan en ventaja numérica a tres cuartos, pero falta acierto en los de arriba.

Minutos 30 al 45
El buen trabajo de Vicente, que ocupa campo por dentro e intenta llegar al remate, y la voluntariosa presión local empujan al Betis a su área. Llegan varias ocasiones consecutivas muy claras para los canarios, salvadas por la suerte y (un día más) la concentración de los centrales y el portero del Betis. La campana lo salva.

Segunda parte
Tras unos muy breves minutos en los que sigue apretando arriba, Las Palmas empieza a pagar caro su desgaste en la presión, aumentado por la pertinaz intención del Betis de jugar al pie, la exigencia física de enfrentarse a jugadores de la potencia de Reyes o N'Diaye y el cambio de favor del viento. El equipo canario se parte por la mitad, y los béticos de arriba empiezan además a acertar, en particular Portillo. Justamente tras entrar Ceballos en el sitio de Pacheco por la izquierda llega el 0-1.

Casi de inmediato Herrera quema las naves y despuebla aún más el centro del campo para meter gente arriba. Mantiene además a hombres con poquito físico como Momo, de modo que su presión desesperada funciona mal. El Betis mantiene además la cabeza fría, nunca la rifa y el centro del campo canario se hace un latifundio, gobernado a placer por N'Diaye.

Ya con 0-3 el Betis sí pasa por una breve fase en la que entrega el balón al rival, aunque sin excesivos apuros. Las Palmas acaba entregada en manos del Betis, que no busca más sangre.

Jugador por jugador
Adán: Partido perfecto, si salvamos alguna imprecisión en largo con los pies.
Molinero: Últimamente menos profundo, pese a tener delante a Portillo, cumplió sin alardes.
Bruno: Otro muy buen partido.
Figueras: Partido muy correcto, aunque su lentitud le obliga a dar más metros para el disparo al rival que su compañero.
Varela: En la primera mitad aprovechó poco el escaso retorno de Momo; luego se soltó más. Aplicado en defensa. Será baja y a día de hoy no tiene relevo de garantías.
Portillo: Tras una floja primera mitad dio un recital de asistencias: dos de gol, una de pregol y otra muy clara a Castro en torno al minuto 55. En este sistema hace prácticamente de mediapunta con dos delanteros por delante, algo ideal para un jugador de su estilo. Creemos que por la izquierda rendiría aún mejor. Corre lo que puede, que no es mucho.
Reyes: Desde que juega en su verdadero sitio y con quien debe a su lado ha hecho la raya: al Betis jamás le hacen ocasiones por dentro. Además hace muchas ayudas y elige con intuición los momentos para presionar. En ataque, sólo correcto.
N'Diaye: Gran partido, tal vez el mejor de la temporada. Sus arrancadas en posición de interior (no de central, como en otras épocas) hacen mucho daño a los rivales, aunque no sean muy vistosas. Ocupa campo y gasta mucho a los contrarios. Le falta llegar al remate.
Pacheco: Un tanto irregular. Sale casi siempre por dentro, al estilo de las diagonales de Juanma, pero él tiene ahí tiro (casi logra así el 0-1). ¿Sabría jugar en la derecha?
Castro: Movilidad y buenos movimientos, pero poco acierto en la ejecución y poca presencia en el área.
Molina: Tras una primera parte en la que no pareció centrado, otra vez acertó con el gol. Anda rápido. Sería muy grave y decepcionante que su imputación alcanzase condena.

Ceballos: Se le vio poco, pero le dio tiempo a cerrar el partido.
Torres: Más voluntad que acierto.
Cejudo: Como Molinero, cumplió.

Mel: Que varios jugadores acaben los partidos con calambres es significativo del cambio de actitud habido. Ha ganado para la causa a N'Diaye y convencido a los jugadores de que el mejor modo de conservar un resultado es tener el balón, algo muy importante si quieres ganar siempre. Su reto ahora es motivar a un equipo que cuando quiere, puede.

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domingo, 8 de marzo de 2015

Betis 4 - Valladolid 0 (28ª jornada de Liga de Segunda División)

BETIS (4): Adán; Molinero, Rodas, Jordi, Varela; Portillo (Ceballos, m. 69), N'Diaye (Fabián, m. 72), Lolo Reyes (Xavi Torres, m. 75), Pacheco; Rubén Castro y Jorge Molina
VALLADOLID (0): Javi Varas; Chica, Jesús Rueda, Marc Valiente, Peña; Álvaro Rubio (Omar, m.56), André Leão; Hernán Pérez, Óscar (Jeffren, m.83), Timor; y Jonathan Pereira (De Melo, m.70).
1-0, m. 36: Jorge Molina. 2-0, m. 52: Rubén Castro. 3-0, m. 81. Rubén Castro, de penalti. 4-0, m. 83: Rubén Castro.
Árbitro: Sánchez Martínez (Comité Murciano). Mostró tarjeta amarilla a N'Diaye, Molinero, Rueda, André Leão y a Chica en dos ocasiones, la segunda en el minuto 70. 
Muy buena entrada (39.000 espectadores) y muy buenas condiciones para el fútbol en el Benito Villamarín.

El Betis ha hecho su mejor partido de la temporada ante uno de los mejores equipos de la categoría, al que le cayeron cuatro goles como pudieron ser tres o seis. Que este Betis acabara hecho un guiñapo en manos de un Mirandés hace una semana habla mal de su actitud aquel día, pero se demuestra ahora de nuevo que hay mimbres para subir.

Primera parte
El Valladolid planteó el partido de forma muy conservadora. Leão y Rubio formaban el doble pivote de un 4-2-3-1, el segundo con la supuesta intención de escalonarse en ataque por delante; Óscar quedaba unos metros más avanzado y Timor era falso extremo (Hernán Pérez al otro lado). Jonathan Pereira quedaba por delante, con escasas posibilidades, por su altura, de dar salida por alto a sus compañeros. Si a ello sumamos que los de Pucela empezaban la presión en la línea de centro del campo o incluso más atrás, de modo que jamás robaban arriba, y que el Betis sí presionaba desde la salida de la jugada, la conclusión era que la posesión en este tiempo fue abrumadoramente para el Betis. Por demás, las pérdidas de tiempo de Varas desde el primer minuto denotaban que, efectivamente, el Valladolid había venido en busca del 0-0, para lo que tenía el plan de verlas venir y cerrarse muy bien por dentro, aun a costa de dejar algunos espacios por las bandas.

Con opuesta actitud salieron los béticos. La elección más relevante de Mel, junto a la de anteponer a Reyes a Xavi Torres como mediocentro defensivo, fue alinear a un verdadero extremo, Pacheco por la izquierda, abriendo así un poco el embudo ofensivo que se producía con dos falsos extremos. El sacrificado fue Ceballos, de modo que Portillo jugaría en ataque de interior.

Con buen criterio de ordenación Mel hizo caer pues a Rubén a la banda derecha. Menos fino sin embargo estuvo al organizar la segunda línea: N'Diaye se situó a la derecha de Reyes, de manera que, libre de descolgarse en ataque, solapó su zona de influencia con la de Portillo, que se tuvo que buscar muchas veces los espacios en el lado contrario del campo, y fue obligado así a un recorrido exagerado. Además Lolo Reyes se vio forzado en ocasiones a subir para crear en zonas de interior izquierdo, tarea para la que el destino no lo escogió.


Ubicaciones ofensivas de los béticos en el primer tiempo

Pese a esto, el Betis, que ya se escalona bien en el origen de la jugada y cuyos centrales han perdido el miedo a salir como hombres libres (qué lejos quedan los tristes tiempos de Velázquez), tuvo movilidad y toque, y encontró la llegada por la derecha, sobre todo en conducciones de N'Diaye. Por el lado contrario los robos de un valiente Pacheco traían algún peligro, y en general el Betis iba muy arriba a quitársela al Valladolid y, si no llegaba mucho a puerta, sí merodeaba con frecuencia el área visitante sin pasar apenas apuros atrás. Un golazo de Molina fue el justo premio.

Segunda parte hasta el munto 26
Mel nos hace caso y corrige la posición de N'Diaye, ahora a la izquierda de Reyes, aunque este le hace menos y sigue tendiendo a irse a la derecha en ataque. Castro marca pronto y, aunque el Valladolid logra alargar alguna posesión, el dominio de la situación del Betis es absoluto, gracias sobre todo a la enorme ocupación de campo de sus dos mediocentros y al sentido general de la anticipación en la presión alta. El Valladolid se abre un poco, gasta balas en ataque (la entrada de Omar sitúa a Timor en su lugar natural, mediocentro) y las ocasiones béticas llegan de forma constante.

Últimos veinte minutos
Ceballos entra y su dominio del otro fútbol finiquita el partido: el árbitro se traga dos piscinazos suyos que suponen la exagerada (además de injusta) expulsión de Chica más un penalti. El partido entra en minutos de la basura en los que los pucelanos pudieron llevarse un saco de goles. El Betis acaba con un mediocampo en rombo con Torres y Fabián por dentro y Ceballos (derecha) y Pacheco en las bandas; el Valladolid, en un 4-3-2 en el que Hernán Pérez tiene que barrer toda la derecha.

Jugador por jugador
Adán: Como decían las crónicas antiguas, sin calificar por falta de trabajo.
Molinero: Partido correcto.
Rodas: No se complica con balón pero lo maneja correctamente. En defensa dominó por alto y tapó muy bien, como Figueras, las líneas de pase cuando el Valladolid llegó a tres cuartos.
Figueras: Otro buen partido, y no es fácil para centrales lentos como él cuando se tira arriba la línea.
Varela: Sigue progresando. Tuvo mucho recorrido: llegó más arriba que nunca.
Portillo: Tal vez el más discreto de los de arriba, aunque hizo sus filigranas y metió una buena asistencia en el 2-0.
N'Diaye: Por fin se ve al jugador que debe ser en esta Segunda. A su lado los rivales parece enanos o pesos pluma. Sus conducciones son un muy buen medio de romper líneas, y ocupa muchísimo campo.
Reyes: Excelente partido en defensa y aceptable en ataque. Con N'Diaye y él por dentro y en esta forma física muy pocos equipos toserán al Betis.
Pacheco: Su mejor partido en el Betis, en el que unió aceptables dotes para la penetración y la asociación con mucho sacrificio en la presión.
Castro: Pudo meter cuatro o cinco goles. Dentro del campo es muy inteligente.
Molina: Otro partidazo. Abrió la lata y además lo hizo todo bien. A sus conocidas virtudes une ahora conducciones en velocidad propias de otro estilo de delantero.

Ceballos: Cerró el partido a favor de su equipo por vías poco deportivas. Si Portillo no espabila le quitará el sitio, porque es mucho más completo.
Fabián: Buenos minutos, siempre con la mirada alta y calidad en la zurda. Volvió a aturullarse ante el portero rival.
Torres: Tiempo para muy poco.

Mel: Ha logrado implicar y poner en zona de titular potencial a quince o dieciséis jugadores, lo que aumentará la competencia y la motivación. Por fin ha puesto en el centro a la pareja que reclamamos aquí desde hace seis meses, y el resultado es una superioridad física decisiva en esa zona. Le falta resolver bien el puzle de los cinco de arriba; con cambiar de banda al extremo (Pacheco o Kadir cuando llegue) todo le cuadrará: Reyes de ancla, N'Diaye en su querencia ofensiva a la derecha, Castro en la suya a la izquierda y el falso extremo pasador a pie cambiado, que es como tiene más líneas de pase.

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domingo, 1 de marzo de 2015

Mirandés 0 - Betis 0 (27ª jornada de Liga de Segunda División)

Razak; Aitor, Caneda, Álex Ortiz, Kijera; Rúper; Pedro (Espín, m. 59), Emilio (Juanjo, m. 78), Igor Martínez, Álex García; y Urko Vera.
Adán; Molinero (Cejudo, m. 10), Bruno, Jordi, Varela; N'Diaye, Xavi Torres, Portillo (Álex Alegría, m. 78), Dani Ceballos (Fabián, m. 60); Rubén Castro y Rennella
Árbitro: Eiriz Mata (Comité Gallego). Usó las tarjetas con arbitrariedad. Mostró tarjeta amarilla a Pedro, César Caneda, Rúper, Bruno y Cejudo, y expulsó a Bruno en el minuto 88 por doble amonestación.
Mal césped y buena entrada en Anduva.

El Betis ha jugado hoy un espantoso partido ante el equipo de la localidad burgalesa de Miranda de Ebro. Si ha salvado un punto ha sido gracias a la bajísima calidad de los delanteros locales y al buen partido de sus centrales y su portero, que han aguantado como han podido el chaparrón de balones al área de la segunda parte.

Primera parte
El partido se presentaba al estilo del de Alcorcón: rival débil pero aguerrido, campo pequeño y en malas condiciones, y esta vez en la primera parte además viento en contra. Mel calcaba el equipo del partido ante el Girona salvo cambios imprescindibles: un 4-4-2 con dos falsos extremos, Portillo por la derecha y Ceballos por la izquierda, una solución que es bueno usar en una de las bandas, pero que usada en ambas a la vez o bien forma un embudo ofensivo o bien, como hoy, obliga a esos extremos a no ser falsos, o sea, a jugar demasiado abiertos (especialmente Ceballos), en unas posiciones poco adecuadas para jugadores cortos de velocidad en el uno contra uno. Torres y N'Diaye quedaban como pareja de mediocentros; el senegalés se descolgaba en ataque y Torres quedaba entonces por delante de los centrales.

El Mirandés defendía en un flexible 4-1-4-1 con un solo punta, más dedicado a molestar a Torres que a los centrales, y Rúper como pivote ante los suyos. Los burgaleses presionaban selectivamente al poseedor del balón para no dejar tiempo de pensar a la hora de jugar en largo, y tampoco permitían tocar con espacios a los mediocentros béticos, pero por demás no iban muy arriba a apretar y –con la defensa bastante adelantada– juntaban mucho las líneas. El Betis cargaba el juego por la banda derecha pero pocas veces podía superar la segunda línea de presión, y en las ocasiones en que lo hizo sus pasadores no supieron superar a los centrales locales.

A cambio, el Betis pasaba pocos apuros defensivos más allá de alguna falta aislada (una de ellas autorrematada al palo).

Segunda parte
Mel trata de ir a por el partido y manda al equipo a presionar arriba, ya con viento a favor. La cosa dura apenas cinco o diez minutos: el equipo se descoordina, los delanteros hacen poca presión y por su cuenta, la defensa no se adelanta y el equipo separa mucho sus líneas, de modo que, con el paso de los minutos, el Mirandés juega cada vez con más comodidad en el centro del campo.

Mel hace un primer cambio optimista: intenta abrir el campo con el zurdo Fabián en la izquierda por un Ceballos que apenas había rascado bola. Pero el Betis no tiene ya casi nunca la pelota, así que el efecto es el contrario al deseado: desaparecido Portillo (que había jugado mejor que Ceballos pero trabaja menos cuando la cosa se pone fea) y perdido N'Diaye, el equipo se parte por la mitad. La cosa empeora si cabe con el tercer cambio: Álex Alegría debuta como delantero y Fabián pasa al extremo derecho, pero ni Alegría, ni Rennella ni Castro (¿tal vez el encargado de ello?) bajan a defender al centro del campo, de manera que el Betis, con N'Diaye ya invisible, queda en la zona ancha completamente a merced del Mirandés (!) y sólo lo para a base de faltas, colgadas y salvadas como bien pueden por Adán y los centrales. La expulsión de Bruno (otra vez difícil de explicar su primera tarjeta) obliga a N'Diaye a atrasarse a central, y el Betis acaba colgado del larguero y pidiendo desesperadamente la hora.

Jugador por jugador
Adán: Muy bien, aunque uno no sabe qué prisas tenía al final.
Molinero: Duró poco, y se notó más su ausencia que su presencia.
Bruno: Estropeó al final su muy buen partido con un par de desaplicaciones.
Figueras: El mejor del equipo, con diferencia. Aunque fuera a pelotazos, lo cierto es que cortó una cantidad incontable de balones, por alto y por bajo. Tal vez quepa sólo afearle no haber adelantado más la línea en el segundo tiempo.
Varela: Cumplidor, como siempre. Por suerte suele despejar aceptablemente con la derecha.
Portillo: Buena primera parte, en la que fue el único en zafarse de la presión local y dar continuidad al juego. No acertó en el último pase en la primera parte, y en la segunda directamente desapareció del mapa.
N'Diaye: Mal, y se salva del muy mal porque su físico impone siempre respeto y da cierta movilidad. Horrible en el pase. En la segunda parte desapareció también del mapa, y eso en su sitio es imperdonable.
Torres: Hizo una buena primera parte, con muchas ayudas, pero fue reculando y acabó demasiado atrás en lugar de unir las líneas trasera y delantera.
Ceballos: Demasiado abierto, apenas tocó el balón ni se implicó como suele.
Rennella: Más pelea que otra cosa.
Castro: Lo intentó, pero jugó muy pocas en el área.

Cejudo: Tiene condiciones para jugar de lateral (es tenaz y rapidito), pero muy listo tendrá que ser para aprenderse el puesto a estas alturas de su carrera. En ataque no dio una y en defensa, como era predecible, se dejó al espalda mil veces y fue demasiado al robo.
Fabián: Su entrada no arregló nada: tuvo poca presencia.
Álex Alegría: El equipo no la tuvo, así que nada pudo hacer salvo un despeje.

Mel: No se le puede culpar de no ir a por el partido, sino más bien de lo contrario: despobló el centro del campo y con ello el equipo pasó de lo discreto a rozar el siniestro total.

Como siempre, se agradecerán los comentarios.