MALLORCA (2): Aouate; Nsue, Nunes, Bigas, Kevin; Martí, Pina; Arizmendi (Ximo, m. 81), J. Márquez, Giovani dos Santos (Hemed, m. 74); y Victor (Conceiçao, m. 89).
Goles: 1-0, m. 5, Beñat; 1-1, m. 30, Víctor; 1-2, m. 47, Javi Márquez
Árbitro: Undiano Mallenco (Comité Navarro). Amonestó a Nacho, Beñat y Chica, por el Betis; y a Arizmendi, Víctor, Giovani y Márquez, por el Mallorca.
Incidencias: 32.361 espectadores en el Benito Villamarín.
El
Betis ha jugado un mal partido hoy ante el Mallorca, un flojísimo
equipo al que ha permitido respirar tras tenerlo totalmente
entregado.
Los
equipos de Joaquín Caparrós solían aunar competitividad,
concentración y buena colocación defensiva con el tradicional
caparrosismo, el abuso del reglamento más allá de la
deportividad. De todo ello apenas queda en este Mallorca esto último,
una mala copia del bilardismo.
Mezcla de veteranos sin chispa (Martí), jóvenes mal conducidos (Dos
Santos) y algún jugador sobrevalorado (Arizmendi), el equipo balear
comete errores defensivos groseros –véase el 1-0 o el
desquiciamiento posicional de los minutos que le siguieron–, es
pasivo defensivamente –sólo es capaz de cerrarse decentemente por
mero amontonamiento– y maltrata el balón, al que renunció en
cuanto tuvo el marcador a favor.
Que
un equipo así, además con la moral baja tras una pésima racha y
con el marcador muy pronto en contra, venza al Betis sólo se explica
por una combinación como la que se dio hoy: falta de intensidad
bética cuando tuvo al rival a su merced, suerte (el Mallorca tuvo
una sola ocasión de gol y metió dos), errores tácticos del Betis y
fallos arbitrales. La suma de todo ello fue, huelga decirlo, un
partido de bajo ritmo y menos calidad.
Primer
tiempo hasta el minuto 20
El
Mallorca coloca un 4-2-3-1 bastante conservador, con Arizmendi
(derecha) y Dos Santos en las bandas (mediado el primer período
permutaron posiciones), Márquez en la mediapunta y Casadesús
arriba. Por detrás de ellos Pina y Martí hacían el doble pivote.
Mel
sorprende: elimina a Salva Sevilla ante el clamor general, pero lo
sustituye por Pérez. Bien está tratar de sacar a los once mejores,
pero mejor sería no hacerlo cuando el producto es un triple pivote
que ha dado ya tan pésimo fútbol como los últimos minutos ante el
Celta, hace pocos días, la goleada de Málaga, la segunda parte de
Bilbao o la infamia del Pizjuán. Beñat se sitúa por delante de
Cañas y Pérez, Castro queda en la banda izquierda y Molina arriba.
Es de suponer que el plan fuese aprovechar el empuje físico de esa
alineación para robar muy arriba, y en efecto el Betis presiona y
además marca a la primera. Pese a que ese Betis tenía pocas y
previsibles vías para progresar (Beñat y la banda de Nacho), el
Mallorca, muy pasivo en defensa y con poquísimo empuje físico, las
consiente y las ocasiones claras se suceden en su área.
Primera
parte desde el minuto 20
El
Betis afloja un poco en la presión y el Mallorca comienza a tocar un
poco la pelota en el medio; en su primera jugada hilvanada le llega
el gol. Desde ahí el Betis es dueño del balón, pero Pérez y
Cañas, por tendencia natural, vienen muy atrás a buscarlo, Beñat
por tanto nunca tiene gente por delante a quien jugarle y, bien
cerrado Molina para el juego largo, no hay fútbol ni ocasiones. El
Mallorca juega siempre en largo, así que el plan de robo y
contraataque tampoco funciona.
Segunda
parte
El
Mallorca marca en la primera jugada, en un error arbitral de nevera.
Mel reacciona con un cambio natural pero que dejaba en evidencia el
conservadurismo de su planteamiento inicial: mete a Pozuelo como
mediapunta y atrasa a Beñat. Luego Vadillo entra por Campbell y se
echa a la banda izquierda, en una decisión muy discutible de Mel:
Castro, teórico extremo derecho a esas alturas, se mete arriba y
deja la banda entera a Chica, incapaz de aprovecharla como sí podría
haberlo hecho Nacho. Cuando Agra –en sí una mala elección por ser
un jugador poco apropiado para atacar defensas cerradas y mucho más
para partidos abiertos de gran desgaste físico– se prepara para
salir, quien esto escribe piensa que lo haría precisamente en el
lugar de Chica, para hacer de carrilero con toda la banda a su
disposición; Mel no sólo no hace ese cambio ni retira a uno de sus
centrales, sino que saca a Molina con media hora por delante. El
disparate se evidencia pronto: el Mallorca, sabedor de su absoluta
superioridad por alto ante Pozuelo o Castro, entrega las bandas y
mete el autobús en el centro. Si la pareja izquierda bética sí
tiene cierta capacidad de elaborar, la derecha se limita a colgar
balones, rechazados sin problemas por Nunes y Bigas sin siquiera la
molestia de un tanque. Para empeorar las cosas Cañas se empeña en
pedirla a pies de Mario y Amaya, que siguen clavados atrás, de modo
que el Betis empieza cada ataque con tres o cuatro hombres por detrás
del balón, lo que convierte en difícil progresar por las bandas y
en imposible hacerlo por el centro: si dejar mucha gente tras el
balón en el inicio de jugada puede tener algún sentido cuando hay
algo que conservar, hacerlo en esas circunstancias era totalmente
absurdo.
Pese
a que el Mallorca había renunciado al balón a falta de media hora,
Amaya no se va arriba hasta después del minuto 80. El Betis llega
con poca claridad, siempre en tiros lejanos o a balón parado. El
partido acaba entre flagrantes pérdidas de tiempo visitantes.
Jugador
por jugador
Adrián:
Por desgracia tuvo poco que hacer. El centro y el remate del 1-1
están en el límite de lo parable, pero son muy difíciles.
Chica:
Anda en buena forma, tuvo buena actitud y trató bien el balón,
pero no llegó arriba como se necesitaba porque no tiene cualidades
para ello.
Amaya:
Buen partido. Debió subir mucho antes, con permiso de Mel.
Mario:
Aunque fuera del área, su falta del 1-2 es muy propia de su
tendencia a medir mal. Hay que insistir: por la derecha, donde estuvo
a ratos en la segunda parte, sufre menos con y sin balón.
Nacho:
Partido fluido en ataque pero con el grave lunar de haber consentido
el remate del 1-1, en el que saltó parado sin atacar el balón con
la debida potencia.
Cañas:
Intenso, bien situado y bien con balón, habría hecho un muy buen
partido si no se hubiese empeñado en pedir el balón desde el
mismísimo pie de sus centrales.
Pérez:
Su partido fue tan correcto como de escaso impacto, en defensa y en
ataque. Se le vio desesperado por el cambio. O Cañas o él.
Beñat:
Muy bien a pesar del mal partido del equipo. Mostró movilidad
siempre, jugó bien en corto y en largo (esto muy meritorio cuando no
hay otro recurso que sus pelotazos a las bandas) y marcó un gol.
Campbell:
Muy mal partido. Perdió casi todo lo que tocó, y es que, una vez
más, evidenció problemas graves para avanzar con balón a pie
cambiado y lejos de puerta, que es exactamente lo que Mel pretende de
él.
Molina:
Mal, aunque lo buscaron poco. Se vio contra dos centrales y nunca
les pudo. Salió del campo cuando más falta hacía.
Castro:
Durante los primeros veinte minutos provocó dolores de cabeza a
toda la defensa mallorquina. Luego, en medio de un campo de minas, no
le llegó nada potable.
Pozuelo:
Tenía un trabajo muy difícil, jugar de mediapunta entre un bosque
de piernas, y no pudo con él.
Vadillo:
Pegadísimo a la cal, fue la única vía de llegada en los
últimos minutos.
Agra:
Por la derecha, ante una defensa cerrada y con Chica de pareja,
Mel sólo podía esperar de él lo que hizo: colgar cinco o seis
balones sin levantar la cabeza –tampoco había rematador que ver–
e intentar un par de centros rasos al borde del área.
El
detalle
El
Betis ha perdido el hábito de poner un hombre fijo a la corta en los
córneres: cada saque era esperado en su área pequeña por un
completo ejército de mallorquinistas.