Analizaremos ahora la situación del centro del campo.
Iriney
Auténtica alma del equipo. Su carácter y su juego lo hacen irreemplazable. Poco se puede decir de él que no se sepa. Mueve la pelota aceptablemente en corto y realmente bien en largo, se coloca muy bien y tiene un disparo lejano potente. Pero, sobre todo, destaca por una enorme capacidad defensiva: no sólo recorre muchos kilómetros por partido, sino que los hace con una intensidad que le permite presionar arriba y también recuperar rápidamente la posición cuando es rebasado, para lo que echa mano de una notable velocidad. Además intimida a los contrarios y corrige y anima constantemente a los compañeros. Su único defecto es el gran número de tarjetas amarillas que ve, pero no son muchas para las faltas tácticas que hace, y además mide bien para no ser expulsado. Su puesto natural es el de mediocentro defensivo de mucho recorrido; conviene complementarlo con un mediocentro móvil y creativo pero que al tiempo sepa guardar la posición cuando Iriney sale a presionar. Por supuesto debe seguir.
Beñat
Junto a Roqué ha sido el gran descubrimiento de la temporada. Perfectamente complementario con Iriney, tiene una excelente visión de juego, muy buena técnica con la derecha, buen juego en corto y excelente en largo, y buen disparo, aunque a veces abusa de él desde la larga distancia. Se ofrece constantemente al compañero y pierde muy pocos balones. No es un pivote puro estilo Busquets (es más móvil y menos posicional), pero le falta algo de velocidad en carrera y de último pase para ser volante ofensivo, si bien en estos aspectos parece haber mejorado con la temporada. En defensa se coloca bien, hace muchos kilómetros a ritmo diésel y es inteligente para robar balones en los tres cuartos del rival. Pese a la falsa leyenda de no aguantar los partidos completos, tiene buen fondo físico e incluso lo ha mejorado con la temporada, tal vez gracias a haber perdido un par de kilos al tener continuidad. Por la fluidez que da al toque de balón su juego es perfecto para el sistema de Mel, aunque a veces da la sensación de que este no confíe plenamente en el vasco. Seguirá, esperemos.
Salva Sevilla
Es uno de los hombres con más creatividad del equipo: muy bueno en el juego corto, se ofrece por cualquier sector del campo, combina con el compañero, encuentra la salida de la jugada con gran facilidad, conduce bien el balón y es muy peligroso en el pase profundo. Su juego con balón es vertical y de riesgo, y en defensa hace su trabajo pero también arriesga mucho al intentar robarla, sin guardar a veces la posición; por todo ello conviene que juegue lejos de la portería propia. Al tiempo no tiene gran velocidad de conducción ni mucho gol, por lo que debe tener por delante socios con los que combinar. En resumen, su juego es de volante de clase, al estilo (salvando las distancias) de Zidane. Mel, a cuyo estilo conviene, ha sabido buscarle el lugar adecuado: lo ha usado como pareja de Iriney o Beñat sólo en caso de necesidad, y lo ha acomodado generalmente como falso extremo, aunque en el perfil más incómodo para un pasador diestro, el derecho; desde ahí huye de la banda (no tiene un gran uno contra uno) y viene a recibir al centro del campo, dende genera interesantes superioridades. En el 4-2-3-1 sería también válido como mediapunta central pero necesita que le acompañen extremos verdaderos, que jueguen por delante de él y tengan llegada; en un 4-4-2 con rombo podría ser el vértice. Por fin ha llegado a Primera: seguirá y jugará mucho, aunque difícilmente será titular indiscutible.
Arzu
Tras haber destacado la temporada anterior (en país de tuertos), el progreso del equipo y el compromiso mostrado por la plantilla lo han convertido en un personaje marginal. Podría haber sido una alternativa válida para los centrales y los mediocentros, porque su juego (buen posicionamiento defensivo, correcto toque y visión, físico suficiente) le habría permitido mezclar bien con Iriney o con Beñat. Sin embargo ni es tan bueno en ataque como el vasco (ni como el mismo Arzu parece creer), ni tiene (ni de lejos) la capacidad de sacrificio, el recorrido defensivo y el compromiso del brasileño. Su falta de concentración y de agresividad lo condenan también como central de nivel: no comete errores, pero se esconde más de lo debido. Es significativo que nunca parezca acabar los partidos cansado, ni se le recuerde un choque duro con un rival: ni da patadas, ni las recibe. En resumen, ni en el campo ni fuera de él aporta hoy nada positivo, por lo que Mel lo retiró del equipo y lo natural es su salida.
Cañas
Su perfil es necesario para la plantilla: es el único hombre más o menos similar a Iriney, el único posible volante defensivo de recorrido, y de los pocos capacitados para hacer de hombre de banda de corte defensivo (junto a Lopes). Para todo ello cuenta con una aceptable técnica, buena conducción, mucho fondo físico y cierta velocidad. Sin embargo Mel se empeñó en usarlo sólo en el primer rol (de Iriney, digamos), y ahí se le vieron sus carencias: le falta visión panorámica y conduce la pelota demasiado, por lo que comete pérdidas de balón que justo delante de los centrales son muy peligrosas, y que efectivamente costaron caras. Valdría la pena probarlo más lejos de la portería propia (de volante ofensivo al estilo Keita, o de hombre de banda, como usaba Serra Ferrer a su tío), pero las dudas sobre su nivel para Primera y la poca confianza de Mel en él hacen recomendable una cesión a un equipo de Segunda (siempre que se traiga un mediocentro defensivo alternativo).
Juanma
Jugador blando por antonomasia, pusilánime en lo futbolístico, es una especie de Joaquín empeorado. Juega bien al fútbol en el sentido estético del término: controla muy bien la bola, combina bien y tiene cierta velocidad y un aceptable uno contra uno. Sin embargo no usa nada de eso para ningún aspecto estadísticamente computable en fútbol, ni siquiera para dar ventaja al equipo: no mete goles (ni llega al remate ni tiene buen tiro con la zurda, perfil de disparo de un extremo derecho), apenas da asistencias, no roba balones y no elimina rivales (sus uno contra uno acaban casi siempre en carreras horizontales hacia el interior, al estilo Capel, que la prensa llama eufemísticamente diagonales). Su aportación defensiva es discreta y la ofensiva se reduce a la posesión: no se justifica su presencia como extremo. Tendente a las lesiones, tampoco es buen fondo de armario, por lo que debe salir.
Momo
Casi todo lo dicho para Juanma vale para Momo, en versión zurda. Al parecer jugó lesionado el primer tercio de Liga, y ciertamente su físico mejoró algo al final de la temporada, pero ocurre que en ese aspecto era difícil que fuera a peor: de recorrido escasísimo, era centrocampista cuando el equipo atacaba y delantero cuando defendía, no aportaba nada a la presión (que siempre observaba dando unos cómodos metros al rival, esos metros en los que hay que ser intenso, cambiar de dirección: los que de verdad cansan), pocas veces seguía a su lateral y, en fin, obligó siempre a sus compañeros a un sobreesfuerzo físico para suplir sus carencias. A cambio sólo dio un bonito juego corto, útil ciertamente para salir de la presión del contrario, y alguna capacidad de asociación, pero no tuvo nunca llegada, ni uno contra uno, ni remate, ni dio pases de gol, ni los metió. Por mucho que pueda mejorar su físico no tiene cabida en una plantilla de Primera.
Israel
Hombre muy potente físicamente, hizo un puñado de buenos partidos (sobre todo cuando salió en sustitución de compañeros), pero técnicamente tiene ciertas dificultades para jugar en posiciones muy adelantadas, donde los espacios son escasos. Tras las polémicas sobre su renovación desapareció del equipo, y con toda probabilidad saldrá de la plantilla al cumplir contrato, tras una larguísima estancia en el club.
Ezequiel
A la inversa de Israel, es precisamente en los espacios cortos donde mejor se mueve, porque tiene una frecuencia de zancada digna de Messi. Rápido en largo y muchísimo en corto, es el clásico extremo regateador, más hábil con la pelota que inteligente para soltarla. Por edad, condiciones y actitud tiene un prometedor futuro, aunque debe aprender aún mucho. Se ha habituado a jugar por la izquierda, a pie cambiado, pero para ser bueno ahí tendrá que aprender a combinar, meter pases en profundidad o disparar con más peligro cuando los laterales le ofrezcan la salida por dentro. Seguirá.
Juande
Corre, se coloca bien, tiene buen juego corto de combinación y buena visión de juego, pero cuando toca más de dos veces la bola suele perderla. Empecinados él y Mel en sacarlo del único puesto en el que puede jugar (y bien), mediocentro, fracasó como centrocampista de banda porque no tiene velocidad ni recorrido para jugar ahí. En el Granada tampoco jugó mucho, de manera que habrá que buscarle acomodo fuera de la plantilla.
Rodri
No tuvo minutos ni pareció reclamarlos. Si puliera sus carencias técnicas, importantes, podría convertirse en un aceptable interior o mediapunta, por verticalidad, velocidad, físico, valentía y sacrificio. Tampoco en Cartagena contaron mucho con él. Habrá de buscarse equipo.
Odonkor
Los partes médicos terminaron de arruinarle su estancia en el club. Saldrá.
Como balance general del sector habrá que felicitar a Mel por haber contado con los mejores y haber sabido suplir las carencias de hombres de banda con la readaptación al puesto de jugadores como Salva, Emana, Pereira o Castro. Menos éxito tuvieron sus trivotes y cuadrivotes, con los que intentó a veces dar sitio en el equipo a Juande o Cañas sin sacar a Beñat e Iriney. También cabe poner en su debe la contumacia en dar minutos a Momo.
Como balance general del sector habrá que felicitar a Mel por haber contado con los mejores y haber sabido suplir las carencias de hombres de banda con la readaptación al puesto de jugadores como Salva, Emana, Pereira o Castro. Menos éxito tuvieron sus trivotes y cuadrivotes, con los que intentó a veces dar sitio en el equipo a Juande o Cañas sin sacar a Beñat e Iriney. También cabe poner en su debe la contumacia en dar minutos a Momo.
Para el futuro parece imprescindible fichar, ante todo, a un centrocampista de banda derecha (interior o extremo) con calidad para ser titular, y a ser posible a un zurdo que compita con Ezequiel y los readaptados arriba señalados. El interesante y hoy fichado Jefferson Montero tiene tal vez unas características demasiado similares a las de Ezequiel, por lo que nos tememos que, si viene, se frene la progresión de uno de los dos, o bien alguno habrá de jugar por la derecha.
Se hace imprescindible además fichar cuando menos a un mediocentro. Ideal sería traer un titular en potencia que pudiera combinarse por igual con Iriney y con Beñat, pero la desconfianza en Cañas y Arzu haría necesaria la llegada de un segundo hombre para ese puesto, y en ese caso lo natural es duplicar las características de los titulares de este año. La llegada de Matilla, un clon de Beñat según se puede leer entre líneas de lo publicado en prensa, confirma esta intención (que hace también peligrar, por cierto, la progresión de uno de los dos), y hace imperiosa la necesidad de traer un relevo para Iriney.
Como siempre, los comentarios serán bienvenidos.