BETIS (1): Rui Silva; Sabaly, Bartra, Diego Llorente, Perraud; Marc Roca (Johnny, 77'), Carvalho (Altimira, 77'); Fornals (Rodri, 59'), Fekir, Juanmi (Abde, 59'), y Aitor Ruibal (Chimy Ávila, 70').
GIRONA (1): Gazzaniga; Arnau, David López, Blind, Miguel Gutiérrez; Bryan Gil (Krejci, 81'), Iván Martín, Oriol Romeu (Jhon Solís, 66'), Portu (Almena, 66'); Yangel Herrera (Misehouy, 70'), y Abel Ruiz (Stuani, 81').
Goles: 1-0 (6') Bartra. 1-1 (72’) Misehouy.
Árbitro: Ortiz Arias (madrileño). Maneras chulescas. Amarillas a Perraud y a Ruibal ya en el banquillo.
54.000 espectadores y muy buen césped.
Decíamos ayer...
Aunque la causa principal del abandono en que tenemos este blog es personal, es cierto que las escasísimas novedades tácticas que presenta el entrenador Manuel Pellegrini no ya solo de un partido a otro, sino de temporada a temporada (y tentado está uno de decir que de club a club en su carrera) tampoco dan grandes motivos para la actualización. Nada hay que reprochar a don Manuel en este punto, claro está, pero tampoco mucho que contar.
A esa eterna sensación de déjà vu se sumó en el primer partido de la temporada 24/25 el retorno al equipo de cuatro jugadores que habían estado alejados de este en todo o parte de la temporada anterior por diversas causas: Bartra, Juanmi, Fekir y William Carvalho, supervivientes del Betis de la Copa de 2022. E incluso el Girona repitió anteriores planteamientos posicionales, así que tenemos una buena ocasión de repasar unos y otros, tras un partido igualado que efectivamente acabó en empate porque el Girona demostró haber perdido calidad en la finalización pero no en la portería propia, en la que Gazzaniga salvó a los suyos.
El partido era una nueva batalla entre dos concepciones diferentes del fútbol desde un común buen trato a la pelota y el deseo de mantener su posesión: el Girona de Míchel es un equipo típicamente posicionalista, o sea, en el que los jugadores tienen instrucciones posicionales claras no solo en defensa (defender en zona ya hace décadas que lo hacen todos) sino también en ataque. Por el contrario, el Betis de Pellegrini hace un fútbol hoy llamado relacionismo, en el que los jugadores, salvo portero y defensas, tienen una gran libertad para acercarse al balón y moverse en ataque por donde deseen.
En defensa posicional ambos equipos se colocaron formando un claro 442 zonal. En ataque, y dentro de la libertad mencionada, el Betis recuperaba con Juanmi los movimientos del gran Betis del año de la Copa, aunque sin Guido (ni Johnny, sino Roca como mediocentro) y, desde luego, sin Canales, sustituido actualmente por el diestro Fornals –que sufre a pie natural–. Pellegrini tuvo el cuidado de colocar a Wiliam Carvalho a la izquierda de Roca, y así el equipo se desplegó en ataque sucesivamente del siguiente modo, muy armónico, en paso del 442 defensivo al 433 y luego a un rombo con Formals por dentro y Juanmi como delantero, siempre con la salvedad de no tratarse de posiciones nada estrictas:
El Girona (otro déjà vu) repitió los sofisticados movimientos de su última visita, estos sí muy coreografiados: a partir del 442 sus dos laterales se desplegaban de forma completamente distinta: Arnau (antes era Eric García) se quedaba atrás para hacer línea de tres, mientras que el gran Miguel Gutiérrez (hay que ser bueno para defender de lateral y atacar casi de delantero) se iba arriba a posiciones de interior izquierdo muy alto, en posición simétrica a la de Herrera por la derecha; los dos extremos, a la manera de Guardiola, quedaban abiertísimos, con la única misión de encarar al lateral correspondiente (por algo tienen interés en Abde: es la única cosa que sabe hacer, y muy bien). El ataque del Girona quedaba así ante el 442 del Betis:
En ataque posicional del Girona el Betis se encontraría con un problema que ya tuvo hace tres años ante otro equipo muy guardiolista y que también atacaba con los laterales por dentro, el Celtic de Postecoglou: sin un lateral clásico cuyas subidas seguir, Juanmi y Fornals se quedaban sin referencia clara, casi fuera de posición defensiva; a cambio, el Girona tenía superioridad numérica arriba, y, al abrirse mucho los extremos para atraer a los laterales béticos, los interiores Herrera y Gutiérrez tenían pasillos abiertos por dentro para recibir.
Primera parte
Mientras el Betis tuvo fuerzas para presionar alto, esto es, durante la primera parte, el balón se mantuvo lejos de la portería bética y ese problema defensivo no afloró: al contrario, se lograron muchos robos altos (en la zona de Romeu y Martín la superioridad numérica era bética) y, pronto por delante en el marcador, el Betis creó ocasiones para irse al vestuario con un resultado amplio.
Segunda parte hasta el empate
Paciente y arriesgado siempre el Girona en la salida de balón, el físico del Betis va pagando progresivamente el desgaste en la presión, en particular sus mediocentros, y el equipo da un par de pasos atrás. Jugadores de perfil ofensivo como Perraud y William Carvalho (inexplicablemente mantenido por Pellegrini en el campo casi ochenta minutos) sufren. Además Míchel mueve el banquillo y Almena, encargado exclusivamente de encarar a Perraud como antes Gil, acaba haciendo un destrozo por el flanco del lateral francés.
Tramo final
Aunque tarde, finalmente Pellegrini refresca el centro del campo y el partido entra en una dinámica de ida y vuelta en la que el Betis tuvo mejores ocasiones pero cualquiera pudo ganar.
Línea por línea
En su línea segura pero poco vistosa Rui, la defensa mantuvo una enorme solidez en los balones cruzados, en los que Llorente y Bartra estuvieron excelentes. Perraud, un lateral bastante ofensivo y falto aún de partidos, naufragó en la sufrida segunda parte, como un William Carvalho que fue de menos a más, mientras que Roca estuvo mejor sin balón que con él, como Fornals. Más acertado Juanmi, aunque alejado del área, la mejor noticia del partido fue la plena recuperación de Fekir, tan importante, y la del ya citado Bartra. Ruibal cumplió.
De los suplentes solo Johnny se reivindicó, aunque Ávila anduvo cerca del gol.
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