BETIS (2): Joel; Barragán (Juanmi, m. 46), Sidnei, Bartra (Guardado, m. 57), Feddal, Álex Moreno; Guido Rodríguez (Tello, m. 46), William; Canales; Fekir (Lainez, m. 82) y Loren (Borja Iglesias, m. 73).
1-0, m. 21: Borja Mayoral. 2-0, m. 34: Bardhi. 3-0, m. 49: Morales. 4-0, m. 58: Rochina. 4-1, m. 69: Canales. 4-2, m. 86: Juanmi.
Jaime Latre (Comité Aragonés). Mostró tarjeta amarilla a Feddal, Barragán, William y Borja Iglesias.
Partido a puerta cerrada por la Covid-19.
Resulta difícil elogiar el planteamiento táctico de un equipo que maquilló en los últimos minutos una bochornosa goleada ante un equipo sin el menor glamour. Pero lo cierto es que la disposición y puesta en escena del Betis en el campo del Levante (por llamar así al de La Nucía) fueron muy buenas de inicio, cuando el equipo jugó algunos de los mejores minutos de la temporada.
Primer cuarto de partido
Y es que el Betis presentó un novedoso y armonioso dibujo ofensivo, del que hemos hablado aquí muchas veces –por frustración de no verlo–: un armonioso 3-4-1-2 (o 3-2-3-2) de bonitos triángulos casi equiláteros que, sumado al rigor posicional de sus jugadores y a la incomodidad que producía en el 4-4-2 del Levante por falta de marcas claras, dio al Betis un cómodo control del partido durante veinte minutos:Solo Carvalho y Guido tenían sobre sí una pareja clara (Radoja y Campaña); el resto quedaba en unas posiciones intermedias difíciles de defender, especialmente Loren y Fekir, que daban tarea a los cuatro defensas levantinistas para liberar a Álex y Barragán y hacer hueco a las llegadas de Canales, casi un tercer delantero:
Fekir, extremo diestro, fija al lateral para que Barragán quede libre. Loren y Canales crean dudas al resto de defensas.
El Betis ganaba con facilidad el tres contra dos de salida hasta liberar a un central (en la captura de arriba, Bartra), controlaba el partido de forma casi absoluta y creaba alguna ocasión, aunque poco clara.
Y si todo estaba tan bien, ¿qué sucedió?
El paciente lector se hará sin duda esa pregunta: a la hora de partido el Betis perdía 4-0, recordando al del tristísimo final de la temporada pasada. ¿Si este bloguero lo pinta todo tan bonito, qué ocurrió?
Podríamos decir que una tormenta perfecta había derrumbado el planteamiento de Alexis. Intentamos enumerar esa confluencia de factores:
1. La pura fortuna, digámoslo ya. En ese minuto 60 el Levante había embocado sus cuatro tiros entre los palos y el Betis ninguno, algo que ni siquiera una posible diferencia de calidad entre los porteros explica.
2. Los riesgos inherentes al modelo de juego: como explicamos en el post anterior a este (Betis-Espanyol) el Betis de Alexis vuelve a intentar una fuerte presión postpérdida, esto es, a defender hacia delante y muy lejos de su portería. Esta forma de jugar expone a sus defensas a muchas situaciones en que un mero error en la anticipación puede significar una ocasión clara para el rival por los enormes espacios que se le conceden.
3. Alexis apenas ha tenido tiempo para trabajar esa presión postpérdida, y ya el día del Espanyol advertimos de espacios a las espaldas de los defensores. Hoy se produjeron dos problemas específicos en ella. El primero fue un exceso (en ocasiones) de hombres a la presión: en varias jugadas tres delanteros béticos trataron de presionar la salida de dos levantinistas, lo que obviamente produce no ya igualdad sino incluso superioridad numérica de delanteros rivales ante defensas béticos a la caza del consiguiente pelotazo largo. El segundo, un problema posicional: el elegante planteamiento bético dejaba en una posición extraña, casi fuera del juego, a los extremos levantinistas, Rochina y Bardhi, pero en dirección inversa los situaba en una pista de salida para comprometer con su velocidad a los centrales béticos, ya atareados con Morales y Mayoral:
En el mejor de los casos el problema se podía paliar con la basculación del lateral del lado opuesto al de la jugada (y eso con esfuerzo, pues en ataque estaban altísimos), pero incluso así las rápidas transiciones levantinistas pillaban en igualdad numérica a la defensa bética cuando los locales lograban salir de la presión:
4. Los errores individuales: no solo Joel no paró ninguna, sino que los centrales salieron retratados en los goles. En particular, Bartra, que esta vez midió mal los riesgos: en el 1-0 se borra de la jugada sin siquiera hacer falta (la escasa inteligencia para la falta táctica es otro handicap de este equipo), y en el 2-0 vende a su portero al permitir un tiro al segundo palo abriendo las piernas.
Sin duda el desquiciamiento por la situación y el cansancio jugaron también su papel, sobre todo a partir del 2-0, al que siguió una fase de pérdida total de control por parte bética: un fútbol tan arriesgado requiere absoluta concentración y fe en el modelo de juego.
Tras el descanso Alexis atrasó a Canales al mediocentro para meter arriba a Juanmi en un 3-4-1-2 más arriesgado al ser Fekir el mediapunta. Y antes del 4-0 Bartra dejó su sitio a Guardado y resultó una especie de 4-2-3-1 con Tello detrás de Canales en la derecha.
Último cuarto de partido
El Betis pone al menos dignidad y cierta fe, empuja, y maquilla el marcador ante un rival ya relajado.
Línea por línea
Aunque no cometiese errores de bulto tampoco es admisible que Joel no parase un solo balón de los cuatro que le llegaron, ninguno de ellos, por demás, imposible. Ni él ni el trío defensivo estuvieron a la altura del partido pese a que ya no tienen excusas en el modelo de juego ni el esquema. Tampoco un gris Barragán y el siempre alocado Álex Moreno, que desperdicia sus enormes condiciones físicas.
William dejó muestras de su clase con balón en una posición y esquema muy convenientes para él. En defensa lo mejoró Guido, menos cómodo sin embargo por delante de tres centrales a la hora de jugarla.
Loren mejoró a Borja, algo poco complicado. Canales hizo daño en una zona poco habituál para él en las últimas temporadas, y Fekir intervino poco, pero donde debe.
Alexis tiene tanta responsabilidad positiva por su buen planteamiento posicional como negativa por las debilidades de una plantilla de cuya confección es muy responsable. A nuestro entender el camino táctico seguido es el correcto, pero hay mucho por trabajar y poco tiempo para hacerlo.
Los comentarios son bienvenidos. En Twitter, @juanramonlara7.