BETIS (4): Bravo; Montoya, Pezzella, Víctor Ruiz, Álex Moreno; Guido Rodríguez (Guardado 63'), William Carvalho; Canales, Fekir (Joaquín 73'), Juanmi (Aitor Ruibal 73'); y Borja Iglesias.
VALENCIA (1): Cillessen; Foulquier, Gabriel Paulista (Diakhaby 45+3'), Alderete, Gayà; Guedes (Manu Vallejo 76'), Wass (Racic 76'), Hugo Guillamón, Jesús Vázquez (Yunus Musah 60'); Hugo Duro (Hélder Costa 60') y Marcos André.
Árbitro: Díaz de Mera Escuderos. Amarillas al local Carvalho Y a los visitantes Alderete, Guillamón, Guedes, Foulquier y Vallejo.
Goles: 1-0 (14') Borja Iglesias, de penalti; 2-0 (30') Borja Iglesias; 2-1 (39') Gabriel Paulista; 3-1 (61') Pezzella; 4-1 (68') Juanmi.
43.000 espectadores.
Encendida la euforia en la afición por el coliderazgo del Betis (aunque sea con un partido más que sus iguales), conviene enfriar un poco el entusiasmo general, no por aguar la fiesta sino por preparar al público para los malos tiempos, que vendrán, y tal vez serán un simple producto del infortunio, como la fortuna justifica en parte el actual éxito.
Decimos esto porque, pese a lo declarado tras el partido por protagonistas y comentaristas, ni los datos ni lo objetivamente visto sobre el terreno de juego sostienen que el Betis anoche "pasara por encima" del Valencia, al menos hasta que el 3-1 de Pezzella hizo bajar los brazos a los forasteros. No quiere decir eso, ni lo de más arriba, que este Betis no haga las cosas bien, incluso muy bien: ayer fue de nuevo superior a su rival, no de forma aplastante pero sí suficiente para esperar que esa suerte le sonriese, y su tremenda regularidad –son ya docenas y docenas esos partidos en los que es un poco superior a su rival– promete un buen futuro a su antaño sufrida grey.
Primera media hora de juego
Tácticamente el Betis de Pellegrini fue el de siempre: 4-2-3-1 con libertad ofensiva, laterales altos e intentos de mantener el balón en su poder para lanzar en buenas condiciones su presión tras pérdida, más 4-4-2 en bloque medio en defensa posicional. El único matiz esta vez fue meter en los extremos, y a pie cambiado, a Juanmi y Canales, tal vez con la intención de buscar la espalda de la defensa rival, si este se atrevía a presionar en bloque alto, con balones profundos a desmarques de ruptura, de los que son buenos especialistas.
Hasta su derrumbe a la hora de juego el Valencia mantuvo el tipo e incluso contó con (casi) tantas ocasiones como el Betis. Para ello trató de recitar el manual completo del método Bordalás, aunque de momento solo parecen haberse aprendido bien la parte de los recaditos cuando el rival ha soltado el balón, la intimidación y el restante repertorio antideportivo habitual en su entrenador. Más parece estar costando a su limitada plantilla asimilar el juego que propone su técnico: como su antiguo Getafe, trataron de defender en un bloque medio con saltos a la presión alta desde un 4-4-2 de fuerte físico, y apenas recuperaban el balón jugaban muy directo hacia sus dos puntas (inicialmente Duro y André) para tratar de que ellos, o los cuatro mediocampistas que acudían a la zona de rechace, ganaran la segunda jugada. Dado que el Betis defiende también en 4-4-2 y que Guido trató de inicio de apretar a uno de los mediocentros del rival, provocando emparejamientos personales en todo el campo, el Valencia encontró la forma de hacer daño al Betis en la igualdad numérica de sus puntas ante los centrales béticos.
hasta el minuto 60 el Valencia mantuvo el pulso
Mediada la primera parte un factor importante en este Betis de Pellegrini comienza a desequilibrar el partido: cuando el Valencia separa líneas y trata de presionar arriba, el buen pie de Bravo (que además detecta bien las zonas de superioridad a donde debe mandar la pelota) y la facilidad de Borja para bajar balones, junto a la buena predisposición del equipo para ganar las segundas jugadas, desactivan esa presión y permiten al Betis ganar metros y castigar la defensa adelantada del Valencia.
Primera parte: más de la mitad de los balones largos de Bravo a campo rival llegaron directamente a jugadores del Betis.
El Betis suma el control del juego de Guido y William y se pone 2-0 por delante.
Minutos 30 al 60
Sin nada ya que perder, el Valencia quema naves, nivela el juego por impulso físico, pone el 2-1 y se acerca al empate, hasta que Pezzella pone el 3-1.
Última media hora
Tras el gol de Pezzella y los cambios de Bordalás no hay partido: el Valencia baja los brazos y el Betis maneja el partido a su antojo.
Línea por línea
Aunque erró gravemente en el 2-1, el juego de pies de Bravo y sus paradas (por ejemplo, una inicial, con 0-0) son importantes para el equipo. Cumplidores Montoya y Moreno, el austero pero siempre eficiente juego de Ruiz compensó los errores de Pezzella en la primera media hora.
Aunque sigue sin ser relevante en las áreas, el excelente juego medio de William Carvalho, finísimo con balón, dio al Betis un enorme control del juego junto a los robos de Guido. Canales fue de más a menos y Juanmi hizo lo suyo habitual, que es mucho; gol, trabajo y cierta salida del juego.
Borja, en gran forma, aportó también juego y goles. Fekir hizo jugadas maradonianas sin avanzar un metro; desgastan al rival y dan también control del juego, que no es poco, pero hay que exigirle más.
Los cambios resultaron esta vez irrelevantes. Pellegrini, sin grandes alardes tácticos, ha logrado enchufar a (casi) toda su plantilla, ponerla en gran estado físico y técnico y dotar al equipo de una impresionante regularidad.
Los comentarios son bienvenidos. En Twitter, @juanramonlara7.