BETIS
(2): Adán; Molinero (Nono, m.43), Perquis, Jordi Figueras, Alex
Martínez (Casado, m.27); Lolo Reyes, Xavi Torres; Cejudo, Matilla,
Rubén Castro; y Jorge Molina (Rennella, m.72).
NUMANCIA
(1): Biel Ribas; Isidoro, Gaffoor, Regalón, Ripa; Kader (Alex Arias,
m.81), Antonio Tomás, Pedraza, Palanca (Vicente, m.68); Gerrit
(Natalio, m.58) y Sergi Enrich.
Goles:
1-0, minuto 5: Rubén Castro. 1-1, minuto 21: Palanca. 2-1, minuto
77: Rubén Castro de penalti.
Árbitro:
Jesús Muñoz Mayordomo (Comité Castellano-Manchego). Amonestó a
los visitantes Pedraza (m.38), Regalón (m.58), Natalio (m.74) y
Kader (m.76) y a los locales Xavi Torres (m.62), Perquis (m.63) y
Adán (m.93).
30.000
espectadores en el Villamarín. Fuerte calor.
Que
los dos hechos tácticos más relevantes del partido de hoy hayan
sido protagonizados por el utilero del Betis y por el scouting del
equipo rival habla por sí solo de la organización
de una entidad de 35.000 socios, decenas de millones de euros de
presupuesto y unas estructuras dignas de una empresa de tres
empleados.
Pese
al esperpéntico espectáculo ofrecido por Molinero, su camiseta y el
banquillo local, el Betis se ha impuesto, con muchos apuros, a un
Numancia muy rudimentario, nos tememos que típico representante de
esta triste Segunda División española igualada por lo bajo.
Minutos
1 al 43
La
primera sorpresa del día la daba Julio Velázquez: dejaba en el
banquillo a N'Diaye, se intuye que por unas razones de gestión de
vestuario que uno no se explica muy bien en un equipo profesional –en
el que el objetivo debe ser ganar partidos, no contentar a los
jugadores–. Lo hacía para repetir exactamente la alineación y el
posicionamiento de Sabadell, esto es, un 4-2-3-1 con mediocentros de
carácter defensivo y paralelos en defensa y en ataque.
Enfrente
Anquela plantaba un 4-4-1-1 extremadamente primitivo en ataque: al
estilo inglés de hace cien años, los sorianos –incapaces,
ciertamente, de progresar por dentro– se dedicaron a meter
pelotazos a la frontal desde cualquier lugar y posición del campo,
incluyendo todo saque de banda más o menos cercano al área
(larguísimos, ejecutados por el exbético Isidoro) y las mil faltas
cometidas por el Betis en el centro del campo. Aquí queda mal parada
la labor de estudio de los rivales del banquillo bético y sus
ayudantes: bien está ser agresivo en el mediocampo, pero ante un
equipo cuyo único recurso es la subida de los centrales para
cualquier jugada a balón parado es inexplicable que el equipo caiga
insistentemente en un error tan básico a todo lo largo del partido.
No
mucha más fluidez con balón mostraba el Betis: como ocurriese en
Sabadell, el mal escalonado doble pivote bético, con la inestimable
ayuda de Perquis y Figueras, era incapaz de sacar el balón
jugado, especialmente por el lado (derecho) de Reyes. Neutralizada a la media
hora por lesión la única salida bética, la de Álex Martínez por
la banda izquierda, el Betis esperaba al Numancia y trataba de
sorprenderlo a la contra; de hecho así llegó el temprano 1-0, que
reforzó el conservadurismo de los béticos. Uno de los mil balones
llovidos sobre el área bética trajo el empate; con todo las
ocasiones claras béticas seguían goteando, casi siempre gracias a
Rubén Castro. El Betis no manejaba el tempo del partido pero
era mejor por pura calidad.
Desde
el minuto 43
La
surrealista salida del campo de Molinero por falta de camiseta (tras
dejar al equipo con un hombre menos durante un total aproximado de
cinco minutos) fuerza a Velázquez (¿contra su voluntad?) a corregir
posiciones por dentro. Manda a Lolo Reyes, el gran problema en
ataque, al lateral derecho, y Nono (inexplicablemente Nono, no
N'Diaye) entra como interior derecho para montar un 4-1-2-3 en el que
él y Matilla jugaban por dentro. A partir de entonces el Betis ganó
claramente la posesión. El problema sin embargo volvió a ser la
posición de los interiores: ahora cometían el (tantas veces
repetido) error de venir demasiado atrás a sacar el balón, en lugar
de dejar a Torres y los centrales ganar el tres contra dos ante los
delanteros numantinos (más aprovechable además cuando tienes un
central zurdo). Los tres delanteros béticos quedaban enfrentados a
seis defensas sorianos, nadie la pedía entre líneas, y Reyes y el
tosco Casado tampoco progresaban por banda.
Matilla y Nono esperan que los interiores,
Matilla y Nono, vengan a pedirles el balón entre líneas.
Matilla y Nono, vengan a pedirles el balón entre líneas.
El
Betis llega poco a puerta, y el Numancia nunca. Por fortuna el
árbitro y Rubén Castro salvaron el resultado.
Jugador
por jugador
Adán:
Volvió a salir a destiempo en el gol, si bien esos barullos son
difíciles de negociar por parte del portero.
Molinero:
Apenas tuvo tiempo para más que demostrar su tenacidad.
Perquis:
Es una bomba de relojería, y las bombas conviene que exploten cerca
de la portería contraria, no de la propia.
Figueras:
En su línea de lentitud, cintura dura, buena colocación y mal trato
del balón.
Álex:
Jugó bien en ataque durante lo poco que estuvo en el campo.
Lolo
Reyes: Tal vez la de interior adelantado a la derecha del mediocentro
no sea una posición ofensiva ideal para él, pero peor aún es que
se quede anclado a cinco metros de Perquis y en paralelo a Xavi
Torres, donde atora todo intento de jugar por su costado. Por
conocimiento táctico y agallas jugó mejor como lateral, ya en la
segunda mitad.
Torres:
Un mediocentro completo, de los que conocen su oficio.
Cejudo:
Tiene físico y lo usa bien cuando le llega el balón. El problema es
que por su sector nunca le llega un balón medianamente bien jugado.
Matilla:
Buena primera parte, pero cuando perdió fuelle se vino muy atrás y
se diluyó.
Rubén
Castro: Ganó el partido él solo. Todos los béticos, ateos
incluidos, rezan para que no se lesione.
Molina:
No le salió nada.
Casado:
Tiene graves carencias en ataque, aunque no le falta potencia física.
Nono:
Muy en su línea, móvil, con calidad por dentro, pero no muy listo y
fallón.
Rennella:
Otra vez dio buenas sensaciones, aunque no acabó nada.
Velázquez:
Corrigió su conservador planteamiento porque no tuvo más remedio.
La ausencia de N'Diaye (que ahora se va con su selección) es muy
difícil de explicar. El juego interior sigue siendo la asignatura
pendiente.