MÁLAGA (4): Willy Caballero; Jesús Gámez, Demichelis, Weligton, Monreal; Camacho; Joaquín (Sebas Fernández, m. 77), Portillo, Isco, Eliseu (Recio, m. 69);
y Saviola (Santa Cruz, m. 69).
BETIS (0): Casto; Nélson, Amaya, Mario, Nacho; Cañas,
Rubén Pérez (Nono, m. 32); Agra (Adrián, m. 10), Beñat, Juan Carlos (Rubén Castro, m. 48); y Jorge
Molina.
Goles: 1-0, m.12: Joaquín, de penalti. 2-0, m. 27: Saviola. 3-0, m. 72: Amaya (p.p). 4-0, m. 73: Isco.
Árbitro: Estrada Fernández (Comité Catalán). Mostró tarjeta amarilla a Jesús Gámez y Recio. Expulsó a Casto por roja directa (m. 10).
Incidencias: Unos 27.000 espectadores en La Rosaleda, entre ellos dos centenares de seguidores béticos.
El Betis ha sufrido hoy una dura derrota en otro partido condicionado por un penalti con expulsión, esta vez muy temprano. Bajo esta premisa de partida, el resultado ha sido justo e incluso corto.
Primeros diez minutos
El terreno de juego presentaba un buen estado a pesar de la muchísima lluvia caída estos días en la provincia de Málaga. Aunque la alineación que propone Mel –de la que desaparecen Pozuelo y, sorprendentemente, Rubén Castro para hacer sitio a Molina y Cañas; Beñat queda como mediapunta– parece indicar que el Betis se meterá atrás a esperar al creativo Málaga, como hizo la temporada pasada con tan mal juego como buen resultado, Mel manda al equipo a hacer una presión muy adelantada, y pone la defensa lejos de Casto. Además el Betis la toca con sorprendente rapidez y precisión, de manera que tiene bastante posesión y se juega casi siempre en campo malagueño, si bien con poca profundidad. El planteamiento era inteligente porque, al contrario de lo planteado hace un año, el Betis sí trataba de aprovechar la gran debilidad de la alineación del Málaga: la falta de recuperadores natos del balón. En efecto Pellegrini sacaba un equipo típico suyo, al estilo de la España de la Eurocopa 2008: un mediocentro de cierre (Camacho), un delantero nato (Saviola, bastante móvil) y una línea de cuatro jugones en constante permuta de posiciones, en la que Joaquín y Eliseu suelen echarse a las bandas.
Minutos 12 al 32
El Betis paga cruelmente el riesgo de adelantar la defensa. Mel toma una decisión bastante discutible: cuando era previsible pasar el resto del partido sin apenas posesión, saca del campo a uno de los hombres que hacen mayor despliegue físico, Agra. Con diez vuelve a colocar como el miércoles a su equipo: un 4-3-2, esta vez con Juan Carlos y Molina arriba, Cañas como mediocentro y Beñat (a la derecha) y Pérez como interiores.
Mal enemigo para la inferioridad numérica es un equipo tan técnico y móvil como el Málaga, que además, al contrario que el Atlético, sí busca hacer sangre. En particular, sus laterales, Gámez y Monreal, se unen a los extremos de su banda para hacer una y otra vez el dos contra uno a los laterales béticos, gracias al buen movimiento de balón de sus compañeros, que impide bascular con éxito a los béticos y hace así que los interiores béticos lleguen tarde a la ayuda. Las oportunidades se suceden y llega el segundo gol.
Minutos 32 al 48
Mel se da cuenta de que, al contrario que el miércoles, su plan de dejar dos hombres arriba y defender con sólo siete jugadores de campo dejando pasillo a los laterales rivales ha fracasado; cambia (¿por lesión?) a Pérez por Nono, y monta un 4-4-1 con, de derecha a izquierda, Nono, Cañas, Beñat y Juan Carlos. Nono queda más lejos de la banda que Juan Carlos y da cierto espacio a Monreal, pero el sistema funciona y el partido se cierra y equilibra un poco.
Minuto 48 al final
Mel mete a Castro y cambia de nuevo al 4-3-2: el Betis estaba dos goles abajo y había que arriesgar. El partido se abre de nuevo, el Betis mejora bastante su llegada arriba, pero el Málaga llega mucho más, caen otros dos goles y poco falta para que lo haga alguno más.
Jugador por jugador
Casto: Intervino en una sola jugada de importancia, llegó tarde y provocó la catástrofe.
Nélson: Las subidas de Monreal sin oposición le dieron más trabajo del que podía asumir, y acabó dimitiendo en alguna jugada como la del 3-0. Aunque fuese dudoso, es inaceptable que el lateral del lado opuesto rompa el fuera de juego como ocurrió en el 2-0.
Amaya: No fue capaz de cerrar las muchísimas líneas de pase que crea este Málaga por dentro.
Mario: Su mucha presencia fue una de las buenas noticias del partido. Que dure sin lesionarse.
Nacho: Sigue sin mostrar buena forma, y hoy, expuesto como Nélson al dos contra uno, se le notó.
Cañas: Construyó poquito (incluso perdió un balón en zona prohibida con gol como consecuencia) y cerró bien su zona, aunque tenía bastante ayuda para ello porque Mel eligió blindarse por dentro.
Agra: Presionó con el equipo y salió muy pronto.
Beñat: Buen partido, muy dinámico y ofreciéndose mucho. Lo poco que la tuvo el equipo fue en gran parte gracias a su trabajo.
Rubén Pérez: Trabajo sucio el rato que estuvo. Es de suponer que fue cambiado por lesión.
Juan Carlos: Como delantero se descolgó demasiado arriba, lo que (sin apenas balón) dejó al equipo demasiado expuesto. En la banda aportó más.
Molina: Peleón pero mal con balón.
Adrián: Como Casto hace tres días, recibió cuatro goles imposibles y evitó varios.
Nono: Debe pelear más los balones divididos y madurar en cuanto a criterio con balón, pero es bueno que lo haga sobre el campo.
Castro: Se supone que Mel le dio descanso. Luego se le vio rápido y punzante, y al menos su entrada dio un rato de esperanza.
El detalle
Por segundo partido consecutivo dos decisiones arbitrales discutibles (la expulsión de Casto y la legalización del segundo gol) perjudicaron al equipo en jugadas decisivas.
sábado, 29 de septiembre de 2012
jueves, 27 de septiembre de 2012
Betis 2 - Atlético de Madrid 4 (partido aplazado de la 3ª jornada de Liga de Primera División)
BETIS (2): Casto; Nélson, Perquis, Mario, Nacho; Rubén Pérez, Beñat; Agra (Campbell, m. 57), Pozuelo (Dorado, m. 51), Juan Carlos (Nono, m. 57); y Rubén Castro.
ATLÉTICO (4): Asenjo; Juanfran, Miranda, Godín (Cata Díaz, m. 46), Filipe Luís; Gabi, Mario Suárez; Raúl García, Turan, Cebolla Rodríguez (Koke, m. 70); y Falcao (Diego Costa, m. 52).
Goles: 1-0, m. 25: Agra. 1-1, m. 27: Falcao. 2-1, m. 45: Juan Carlos. 2-2, m. 48: Falcao, de penalti. 2-3, m. 55: Diego Costa. 2-4, m. 92: Raúl García.
Árbitro: Álvarez Izquierdo (Comité Catalán). Amonestó a Nélson, Juanfran, Cebolla Rodríguez, Campbell, Nono y Raúl García. Expulsó con roja directa a Perquis en el 48 y a Campbell por doble amarilla en el 77.
Incidencias: 33.261 espectadores en el Benito Villamarín. En la grada hubo varios conatos de invasión del terreno de juego.
Las diosas de la Fortuna y de la Justicia suelen representarse con los ojos tapados por una venda. Ayer la segunda de ellas decidió mirar por debajo de la suya para corregir la labor de la primera, y dejó así de ser justa.
La actuación del árbitro es insoslayable al analizar el encuentro de ayer porque influyó en todos los aspectos del partido, incluidos los tácticos. Intentaremos referirnos a ella lo menos posible.
Primera parte hasta el 1-1
Mel y Simeone plantean el encuentro de forma parecida: escaso interés en la posesión, blindaje defensivo y salidas rápidas tras robo. Esperan al contrario con las líneas juntitas, la defensa moderadamente adelantada y sin ir casi nunca a presionar arriba. El Betis parece haber decidido que ese plan será el suyo general de esta temporada; asigna en defensa los centrales rivales a Castro, el mediapunta queda con el pivote más atrasado, y así generalmente los centrales propios quedan en superioridad ante los (más bien el) delanteros enemigos. De nuevo comparecieron Juan Carlos y Agra como extremos a pie natural, y Pérez y Beñat en paralelo. El Atlético puso un centro del campo con más físico que técnica, incluido su doble pivote y extremos poco extremos como el sobrevalorado Raúl García o Cebolla Rodríguez, en intercambio habitual de posiciones con Turan; en lógica consecuencia, su plan de ataque consistió en principio en el pelotazo directo y la búsqueda de la segunda jugada. En ataque estático el Betis también trataba de evitar la trampa rival de la pérdida en el centro, en su caso con movimientos de balón de lado a lado, tan pacientes como lentos.
Tras varias contras bien llevadas por Pozuelo el Betis marca un gol y anda cerca del segundo. El Atlético marca en su primera llegada.
Resto de la primera parte
El Atlético muestra igualdad técnica con el Betis y superioridad física; además el Betis comete varias indecisiones y errores por falta de concentración, de modo que las ocasiones ante Casto se suceden, salvadas por el portero. Un contraataque afortunado da muy al final el 2-1 a un Betis algo inferior en el cómputo global de la primera parte. El Betis habrá de aprender una importante lección de este primer tiempo: si pretende jugar metido atrás, sus defensas y centrocampistas tendrán muchas ocasiones de equivocarse, de modo que la concentración defensiva se convierte en herramienta fundamental; el autobús se puede aparcar bien o mal.
Segunda parte
Apenas iniciada y en un barullo tras un córner Álvarez Izquierdo toma en la misma jugada tres decisiones discutibles favorables al visitante (posible fuera de juego de Miranda, pitable penalti, rigurosísima expulsión de Perquis). Tras retrasar brevemente a Pozuelo y Pérez para parchear la defensa, Mel retira al mediapunta y Dorado entra como central izquierdo (4-4-1). El Atlético marca el 2-3 en otro córner y el Betis prescinde entonces de los dos extremos para montar un 4-3-2 en el que Pérez es escoltado por Nono y Beñat, y Campbell y Castro quedan arriba.
Un pusilánime Atlético deja pasar el tiempo sin ir a por el Betis. En particular, sus laterales, Juanfran y Filipe Luís (este cerrado por un Beñat que ya sólo trotaba) tienen dos enormes pasillos, premeditadamente entregados por Mel, que desaprovechan una y otra vez en conducciones sin profundidad; los visitantes incluso se meten atrás en ocasiones sin presionar apenas, y finalmente cometen un grave error en su área (penalti manifiesto de Filipe Luís). Álvarez Izquierdo reaparece entonces providencialmente y decide que ganarán el partido, si es necesario a costa de expulsar a otro bético.
A partir de ahí no hubo nada.
Jugador por jugador
Casto: Paradójicamente, jugó uno de sus mejores partidos en el Betis el día que recibió cuatro goles, prácticamente imposibles todos ellos. Debe corregir un peligroso pasito hacia delante cuando le cabecean desde un flanco.
Nélson: Partido bastante serio, aunque de escasa proyección ofensiva.
Perquis: Tiene tendencia a tapar su relativa lentitud con el uso del cuerpo y las manos, y eso le jugó una mala pasada. Bien colocado y correcto.
Mario: Su juego al límite le llevó a pasarse de frenada en un despeje que acabó en el 1-1. Bien en general, aunque también cometió alguna indecisión.
Nacho: Poco exigido, como Nélson, por la falta de calidad de su par, tampoco se tomó muchas libertades.
Pérez: Buen partido. Sabe qué tiene que hacer (correr, cerrar la posición, soltarla sin complicarse) y casi siempre lo hace bien.
Beñat: El tipo de juego que se le pide ahora, un tanto acelerado, le hace cometer más errores en el pase de los habituales. Pese a ello, demostró una vez más su talento como lanzador de contragolpes y como distribuidor. Otra vez se le vio fundido en la última media hora.
Agra: Por fin le entró el balón. A lo suyo: velocidad, pelea, y ahora buenos saques de córner.
Pozuelo: Con espacios sabe construir contras muy rápidas a base de dejar correr el balón o descargar rápidamente a las bandas. Crece con cada partido.
Juan Carlos: Tiene que mejorar su mentalidad defensiva por la tendencia del equipo a parapetarse atrás: por ejemplo hizo un despeje infantil en la primera parte. Por demás, partido aceptable.
Castro: En inferioridad y sin suerte.
Dorado: Muy en su línea, bien colocado y sin fallos pero demasiado reservón a la hora de ir al cruce. Perdió la marca en el 2-3.
Nono: Tiene una contumaz tendencia a venir a pedir el balón al pie de sus centrales, acción que demuestra (tal vez sin intención) desprecio por la calidad técnica del compañero ("dame y aparta, que tú no sabes sacarla jugada") y que además resta un jugador tras la primera línea defensiva rival, algo especialmente inadecuado si juegas con un jugador menos.
Campbell: Peleó en inferioridad hasta que se lo permitió el árbitro. Algo acelerado, pero era necesario.
El detalle
La lacerante actuación arbitral, unida al humillante aplazamiento, pudo provocar un verdadero problema de orden público. La mejor Liga del mundo sigue demostrando su pésima organización: en nada hemos mejorado desde los ochenta, cuando García de Loza y Hugo Sánchez eran los Álvarez Izquierdo y Falcao del momento.
ATLÉTICO (4): Asenjo; Juanfran, Miranda, Godín (Cata Díaz, m. 46), Filipe Luís; Gabi, Mario Suárez; Raúl García, Turan, Cebolla Rodríguez (Koke, m. 70); y Falcao (Diego Costa, m. 52).
Goles: 1-0, m. 25: Agra. 1-1, m. 27: Falcao. 2-1, m. 45: Juan Carlos. 2-2, m. 48: Falcao, de penalti. 2-3, m. 55: Diego Costa. 2-4, m. 92: Raúl García.
Árbitro: Álvarez Izquierdo (Comité Catalán). Amonestó a Nélson, Juanfran, Cebolla Rodríguez, Campbell, Nono y Raúl García. Expulsó con roja directa a Perquis en el 48 y a Campbell por doble amarilla en el 77.
Incidencias: 33.261 espectadores en el Benito Villamarín. En la grada hubo varios conatos de invasión del terreno de juego.
Las diosas de la Fortuna y de la Justicia suelen representarse con los ojos tapados por una venda. Ayer la segunda de ellas decidió mirar por debajo de la suya para corregir la labor de la primera, y dejó así de ser justa.
La actuación del árbitro es insoslayable al analizar el encuentro de ayer porque influyó en todos los aspectos del partido, incluidos los tácticos. Intentaremos referirnos a ella lo menos posible.
Primera parte hasta el 1-1
Mel y Simeone plantean el encuentro de forma parecida: escaso interés en la posesión, blindaje defensivo y salidas rápidas tras robo. Esperan al contrario con las líneas juntitas, la defensa moderadamente adelantada y sin ir casi nunca a presionar arriba. El Betis parece haber decidido que ese plan será el suyo general de esta temporada; asigna en defensa los centrales rivales a Castro, el mediapunta queda con el pivote más atrasado, y así generalmente los centrales propios quedan en superioridad ante los (más bien el) delanteros enemigos. De nuevo comparecieron Juan Carlos y Agra como extremos a pie natural, y Pérez y Beñat en paralelo. El Atlético puso un centro del campo con más físico que técnica, incluido su doble pivote y extremos poco extremos como el sobrevalorado Raúl García o Cebolla Rodríguez, en intercambio habitual de posiciones con Turan; en lógica consecuencia, su plan de ataque consistió en principio en el pelotazo directo y la búsqueda de la segunda jugada. En ataque estático el Betis también trataba de evitar la trampa rival de la pérdida en el centro, en su caso con movimientos de balón de lado a lado, tan pacientes como lentos.
Tras varias contras bien llevadas por Pozuelo el Betis marca un gol y anda cerca del segundo. El Atlético marca en su primera llegada.
Resto de la primera parte
El Atlético muestra igualdad técnica con el Betis y superioridad física; además el Betis comete varias indecisiones y errores por falta de concentración, de modo que las ocasiones ante Casto se suceden, salvadas por el portero. Un contraataque afortunado da muy al final el 2-1 a un Betis algo inferior en el cómputo global de la primera parte. El Betis habrá de aprender una importante lección de este primer tiempo: si pretende jugar metido atrás, sus defensas y centrocampistas tendrán muchas ocasiones de equivocarse, de modo que la concentración defensiva se convierte en herramienta fundamental; el autobús se puede aparcar bien o mal.
Segunda parte
Apenas iniciada y en un barullo tras un córner Álvarez Izquierdo toma en la misma jugada tres decisiones discutibles favorables al visitante (posible fuera de juego de Miranda, pitable penalti, rigurosísima expulsión de Perquis). Tras retrasar brevemente a Pozuelo y Pérez para parchear la defensa, Mel retira al mediapunta y Dorado entra como central izquierdo (4-4-1). El Atlético marca el 2-3 en otro córner y el Betis prescinde entonces de los dos extremos para montar un 4-3-2 en el que Pérez es escoltado por Nono y Beñat, y Campbell y Castro quedan arriba.
Un pusilánime Atlético deja pasar el tiempo sin ir a por el Betis. En particular, sus laterales, Juanfran y Filipe Luís (este cerrado por un Beñat que ya sólo trotaba) tienen dos enormes pasillos, premeditadamente entregados por Mel, que desaprovechan una y otra vez en conducciones sin profundidad; los visitantes incluso se meten atrás en ocasiones sin presionar apenas, y finalmente cometen un grave error en su área (penalti manifiesto de Filipe Luís). Álvarez Izquierdo reaparece entonces providencialmente y decide que ganarán el partido, si es necesario a costa de expulsar a otro bético.
A partir de ahí no hubo nada.
Jugador por jugador
Casto: Paradójicamente, jugó uno de sus mejores partidos en el Betis el día que recibió cuatro goles, prácticamente imposibles todos ellos. Debe corregir un peligroso pasito hacia delante cuando le cabecean desde un flanco.
Nélson: Partido bastante serio, aunque de escasa proyección ofensiva.
Perquis: Tiene tendencia a tapar su relativa lentitud con el uso del cuerpo y las manos, y eso le jugó una mala pasada. Bien colocado y correcto.
Mario: Su juego al límite le llevó a pasarse de frenada en un despeje que acabó en el 1-1. Bien en general, aunque también cometió alguna indecisión.
Nacho: Poco exigido, como Nélson, por la falta de calidad de su par, tampoco se tomó muchas libertades.
Pérez: Buen partido. Sabe qué tiene que hacer (correr, cerrar la posición, soltarla sin complicarse) y casi siempre lo hace bien.
Beñat: El tipo de juego que se le pide ahora, un tanto acelerado, le hace cometer más errores en el pase de los habituales. Pese a ello, demostró una vez más su talento como lanzador de contragolpes y como distribuidor. Otra vez se le vio fundido en la última media hora.
Agra: Por fin le entró el balón. A lo suyo: velocidad, pelea, y ahora buenos saques de córner.
Pozuelo: Con espacios sabe construir contras muy rápidas a base de dejar correr el balón o descargar rápidamente a las bandas. Crece con cada partido.
Juan Carlos: Tiene que mejorar su mentalidad defensiva por la tendencia del equipo a parapetarse atrás: por ejemplo hizo un despeje infantil en la primera parte. Por demás, partido aceptable.
Castro: En inferioridad y sin suerte.
Dorado: Muy en su línea, bien colocado y sin fallos pero demasiado reservón a la hora de ir al cruce. Perdió la marca en el 2-3.
Nono: Tiene una contumaz tendencia a venir a pedir el balón al pie de sus centrales, acción que demuestra (tal vez sin intención) desprecio por la calidad técnica del compañero ("dame y aparta, que tú no sabes sacarla jugada") y que además resta un jugador tras la primera línea defensiva rival, algo especialmente inadecuado si juegas con un jugador menos.
Campbell: Peleó en inferioridad hasta que se lo permitió el árbitro. Algo acelerado, pero era necesario.
El detalle
La lacerante actuación arbitral, unida al humillante aplazamiento, pudo provocar un verdadero problema de orden público. La mejor Liga del mundo sigue demostrando su pésima organización: en nada hemos mejorado desde los ochenta, cuando García de Loza y Hugo Sánchez eran los Álvarez Izquierdo y Falcao del momento.
sábado, 22 de septiembre de 2012
Betis 1 - Espanyol 0 (5ª jornada de Liga de Primera División)
BETIS (1): Casto; Nélson, Paulão (min. 40, Perquis), Mario, Nacho; Rubén Pérez, Beñat (min. 76, Igiebor); Agra, Pozuelo (min. 55, Nono), Juan Carlos; y Rubén Castro.
ESPANYOL (0): C. Álvarez; Javi López, Raúl R., Héctor Moreno, Capdevilla (min. 75, V. Álvarez); Tejera (min. 58: Rui Fonte), Víctor Sánchez., Wakaso; Verdú; Simao (min. 58, Galván) y Stuani.
Goles: 1-0, min.18: Paulão
Árbitro: Clos Gómez (Colegio Aragonés). Expulsó por doble amarilla a Wakaso; mostró además tarjeta amarilla a Beñat, Pérez, Agra, Nélson y Nono, por parte del Betis, y a Tejera, López, Stuani y Víctor Álvarez del Español. Expulsó por doble amonestación a Wakaso.
33.211 espectadores en el Benito Villamarín. Terreno de juego en perfecto estado.
Triunfó de nuevo el Betis en un partido igualado e irregular en el que un Espanyol discreto en calidad vendió cara su derrota. El partido tuvo similitudes en sus fases con el de Bilbao (claro está que sin aquella lluvia de goles), y mucho tiene que ver en ello el planteamiento de Mel.
Primera parte
El entrenador bético pone en efecto en escena la alineación de los dos extremos, aunque con un par de notables variantes en el sistema respecto a Bilbao. Pozuelo aparece en lugar de Molina y se mueve por detrás de Castro en ataque y en defensa, fase esta en la que entre él y Rubén (más bien Pozuelo) se encargan del mediocentro españolista y dejan algo libre a un central: el Betis construye su sistema de atrás adelante, como cualquier equipo de Primera, sin ir a la presión directa con parejas en torno al balón. Esto aligera un poco el trabajo de Beñat, que casi nunca se ve obligado a ir arriba a por el mediocentro, y queda casi en paralelo con Pérez: 4-2-3-1. Así pues la otra diferencia de sistemas respecto a Bilbao es que el Betis deja el bloque medio: ni va muy arriba ni se encierra cerca de su área. Sí busca rápidamente balones a las bandas, donde tiene superioridad numérica y Juan Carlos hace sufrir mucho a López.
Enfrente el Espanyol pone un 4-4-2 con rombo: Sánchez como ancla cerca de sus centrales, Tejera y un gran Wakaso como interiores poco abiertos, Verdú de punta del rombo y dos delanteros. Los laterales suben mucho y simultáneamente en ataque. Los sistemas de ambos equipos casan mal entre sí: el Betis tiene superioridad de calidad y numérica en las bandas, y la aprovecha, mientras que el Espanyol no lo hace con el emparejamiento de dos contra dos de sus delanteros ante Mario y Paulão. Mientras las fuerzas le duran, el Betis demuestra su superioridad individual en todas esas parejas y se pone merecidamente por delante. La posesión está igualada pero la sensación es de control local de la situación, más aún tras el gol.
Segunda parte hasta el minuto 75
Pese a las medidas tomadas por Mel, el bloque ofensivo del Betis nota pronto el cansancio, en especial Beñat. El cambio obligado y las tarjetas de los mediocentros empeoran las cosas. El Betis no sólo retrocede sino que, una vez más, parece renunciar a la posesión: ni la saca jugada ni tiene gente arriba para bajar pelotazos. Las ocasiones del Espanyol se suceden en cascada; la entrada de Nono pone al equipo en un 4-1-4-1 (o 4-3-3) con el canterano y Beñat como interiores. La expulsión de Wakaso alivia bastante al Betis pero aún así se presiona poco y los espanyolistas meten balones largos a la espalda de los centrales con facilidad; además la ambigua posición de los laterales largos del Espanyol (lejos de los laterales béticos, los extremos del Betis los ven demasiado a su espalda... pero tampoco se atreven a ir a por los centrales) y la cobardía del Betis para dar un paso adelante permiten a los españolistas tenerla pese a la inferioridad.
Último cuarto de hora
Mel hace un buen cambio: el exótico Nosa ocupa más campo que el fundido Beñat. Además el Betis se da por fin cuenta de que ante un equipo cansado y con diez, y si uno tiene hombres de cierto toque, hay que abrir el campo y esconder el balón. El tiempo pasa más o menos plácidamente.
Jugador por jugador
Casto: Muy bien en las salidas de puños y sin errores. Al final hizo un buena parada (no extraordinaria, como pareció).
Nélson: Hoy tocaba día malo. Sigue cometiendo errores infantiles impropios de un defensa ya veterano.
Paulão: Otro gran partido, con la guinda del gol (que ya se merecía). Esperemos que la lesión dure menos de tres semanas.
Mario: Muy acertado, siempre en su estilo kamikaze.
Nacho: Parece recuperar algo de forma física, aunque aún está lejos de sus mejores días. Poco exigido, aprobó.
Pérez: Partido muy serio y completo. Es un medio defensivo puro, que guarda bien la posición y presiona, aunque nunca muy arriba. Sin ser un virtuoso sí saca la pelota limpia con inteligencia.
Beñat: Cuando el equipo juega con extremos, se funde pronto. Como casi siempre, dejó una buena colección de perlas de muchísima calidad, aunque a veces busque la jugada difícil.
Agra: Jugó por su lado natural. Tiene una calidad técnica algo justa para su puesto, pero es rápido y aplicado en defensa, así que jugará mucho.
Pozuelo: Muy buen partido, en el que repitió una y otra vez con enorme rapidez y precisión la maniobra de control y apertura en ventaja a Castro o al extremo. Trabajó en defensa más que otras veces.
Juan Carlos: Tiene mucha calidad y velocidad, y martirizó con ellas a su lateral. Acabó fundidísimo entre reproches de Mel, pero su resistencia no daba para más: su entrenador lo dejó arriba y mandó a Castro ocupar su hueco.
Rubén Castro: Hizo lo suyo de siempre, pero esta vez sin acierto. Muy individualista en una jugada con Agra.
Perquis: Dio la sensación de tener cintura dura pero inteligencia y buen manejo de balón. Le cogieron la espalda con demasiada facilidad, pero ahí entran cuestiones colectivas que aún no puede manejar.
Nono: Ayudó primero en la presión y luego en la posesión. Tiene cosas por pulir, pero ya da el nivel para Primera, y mejorará.
Igiebor: Definitivamente tiene similitudes con Benjamín, en especial en la zancada lenta pero larga. Puede ser un interior muy interesante, porque sabe situarse, aunque tiene un punto frívolo tropical que dará que hablar.
El detalle
Un partido noble aunque jugado con fuerza como el de ayer no puede acabar con once tarjetas.
ESPANYOL (0): C. Álvarez; Javi López, Raúl R., Héctor Moreno, Capdevilla (min. 75, V. Álvarez); Tejera (min. 58: Rui Fonte), Víctor Sánchez., Wakaso; Verdú; Simao (min. 58, Galván) y Stuani.
Goles: 1-0, min.18: Paulão
Árbitro: Clos Gómez (Colegio Aragonés). Expulsó por doble amarilla a Wakaso; mostró además tarjeta amarilla a Beñat, Pérez, Agra, Nélson y Nono, por parte del Betis, y a Tejera, López, Stuani y Víctor Álvarez del Español. Expulsó por doble amonestación a Wakaso.
33.211 espectadores en el Benito Villamarín. Terreno de juego en perfecto estado.
Triunfó de nuevo el Betis en un partido igualado e irregular en el que un Espanyol discreto en calidad vendió cara su derrota. El partido tuvo similitudes en sus fases con el de Bilbao (claro está que sin aquella lluvia de goles), y mucho tiene que ver en ello el planteamiento de Mel.
Primera parte
El entrenador bético pone en efecto en escena la alineación de los dos extremos, aunque con un par de notables variantes en el sistema respecto a Bilbao. Pozuelo aparece en lugar de Molina y se mueve por detrás de Castro en ataque y en defensa, fase esta en la que entre él y Rubén (más bien Pozuelo) se encargan del mediocentro españolista y dejan algo libre a un central: el Betis construye su sistema de atrás adelante, como cualquier equipo de Primera, sin ir a la presión directa con parejas en torno al balón. Esto aligera un poco el trabajo de Beñat, que casi nunca se ve obligado a ir arriba a por el mediocentro, y queda casi en paralelo con Pérez: 4-2-3-1. Así pues la otra diferencia de sistemas respecto a Bilbao es que el Betis deja el bloque medio: ni va muy arriba ni se encierra cerca de su área. Sí busca rápidamente balones a las bandas, donde tiene superioridad numérica y Juan Carlos hace sufrir mucho a López.
Enfrente el Espanyol pone un 4-4-2 con rombo: Sánchez como ancla cerca de sus centrales, Tejera y un gran Wakaso como interiores poco abiertos, Verdú de punta del rombo y dos delanteros. Los laterales suben mucho y simultáneamente en ataque. Los sistemas de ambos equipos casan mal entre sí: el Betis tiene superioridad de calidad y numérica en las bandas, y la aprovecha, mientras que el Espanyol no lo hace con el emparejamiento de dos contra dos de sus delanteros ante Mario y Paulão. Mientras las fuerzas le duran, el Betis demuestra su superioridad individual en todas esas parejas y se pone merecidamente por delante. La posesión está igualada pero la sensación es de control local de la situación, más aún tras el gol.
Segunda parte hasta el minuto 75
Pese a las medidas tomadas por Mel, el bloque ofensivo del Betis nota pronto el cansancio, en especial Beñat. El cambio obligado y las tarjetas de los mediocentros empeoran las cosas. El Betis no sólo retrocede sino que, una vez más, parece renunciar a la posesión: ni la saca jugada ni tiene gente arriba para bajar pelotazos. Las ocasiones del Espanyol se suceden en cascada; la entrada de Nono pone al equipo en un 4-1-4-1 (o 4-3-3) con el canterano y Beñat como interiores. La expulsión de Wakaso alivia bastante al Betis pero aún así se presiona poco y los espanyolistas meten balones largos a la espalda de los centrales con facilidad; además la ambigua posición de los laterales largos del Espanyol (lejos de los laterales béticos, los extremos del Betis los ven demasiado a su espalda... pero tampoco se atreven a ir a por los centrales) y la cobardía del Betis para dar un paso adelante permiten a los españolistas tenerla pese a la inferioridad.
Último cuarto de hora
Mel hace un buen cambio: el exótico Nosa ocupa más campo que el fundido Beñat. Además el Betis se da por fin cuenta de que ante un equipo cansado y con diez, y si uno tiene hombres de cierto toque, hay que abrir el campo y esconder el balón. El tiempo pasa más o menos plácidamente.
Jugador por jugador
Casto: Muy bien en las salidas de puños y sin errores. Al final hizo un buena parada (no extraordinaria, como pareció).
Nélson: Hoy tocaba día malo. Sigue cometiendo errores infantiles impropios de un defensa ya veterano.
Paulão: Otro gran partido, con la guinda del gol (que ya se merecía). Esperemos que la lesión dure menos de tres semanas.
Mario: Muy acertado, siempre en su estilo kamikaze.
Nacho: Parece recuperar algo de forma física, aunque aún está lejos de sus mejores días. Poco exigido, aprobó.
Pérez: Partido muy serio y completo. Es un medio defensivo puro, que guarda bien la posición y presiona, aunque nunca muy arriba. Sin ser un virtuoso sí saca la pelota limpia con inteligencia.
Beñat: Cuando el equipo juega con extremos, se funde pronto. Como casi siempre, dejó una buena colección de perlas de muchísima calidad, aunque a veces busque la jugada difícil.
Agra: Jugó por su lado natural. Tiene una calidad técnica algo justa para su puesto, pero es rápido y aplicado en defensa, así que jugará mucho.
Pozuelo: Muy buen partido, en el que repitió una y otra vez con enorme rapidez y precisión la maniobra de control y apertura en ventaja a Castro o al extremo. Trabajó en defensa más que otras veces.
Juan Carlos: Tiene mucha calidad y velocidad, y martirizó con ellas a su lateral. Acabó fundidísimo entre reproches de Mel, pero su resistencia no daba para más: su entrenador lo dejó arriba y mandó a Castro ocupar su hueco.
Rubén Castro: Hizo lo suyo de siempre, pero esta vez sin acierto. Muy individualista en una jugada con Agra.
Perquis: Dio la sensación de tener cintura dura pero inteligencia y buen manejo de balón. Le cogieron la espalda con demasiada facilidad, pero ahí entran cuestiones colectivas que aún no puede manejar.
Nono: Ayudó primero en la presión y luego en la posesión. Tiene cosas por pulir, pero ya da el nivel para Primera, y mejorará.
Igiebor: Definitivamente tiene similitudes con Benjamín, en especial en la zancada lenta pero larga. Puede ser un interior muy interesante, porque sabe situarse, aunque tiene un punto frívolo tropical que dará que hablar.
El detalle
Un partido noble aunque jugado con fuerza como el de ayer no puede acabar con once tarjetas.
martes, 18 de septiembre de 2012
Valladolid 0 - Betis 1 (4ª jornada de Liga de Primera División)
VALLADOLID (0):
Jaime; Rukavina, Rueda, Valiente, Balenziaga; Álvaro Rubio (Sastre, m.
61), Víctor Pérez; Ebert, Óscar, Omar (Bueno, m. 83); y Guerra (Manucho,
m. 73).
BETIS (1): Casto; Nelson, Paulão, Mario, Nacho; Agra (Álex Martínez, m. 64), Rubén Pérez, Beñat, Nono (Igiebor, m. 58); Jorge Molina (Pereira, m. 70) y Rubén Castro.
Goles: 1-0, min.89: Rubén Castro.
Árbitro: Delgado Ferreiro (Colegio Vasco). Amonestó a Paulão, Sastre, Pereira.
El esperpéntico gol de Rubén Castro en el minuto 89 fue digno final de un partido tan feo y de tan baja calidad técnica como el Valladolid-Betis de anoche; no obstante, el encuentro fue a su modo intenso, y dejó detalles de interés en un Betis voluntarioso, que prácticamente cerraba ayer una pretemporada interminable.
El Valladolid se presentó con el buen trato al balón como seña de identidad de Djukic, y con un equipo basado en el de hace pocos meses en Segunda División, salvo su conocida y peligrosa pareja en la banda derecha de un clásico 4-2-3-1; busca finalizar las jugadas con balones cruzados desde las bandas hacia Guerra y sus hombres de segunda línea.
Seguramente preocupado por la laguna defensiva que dejaba en el centro del campo el 4-4-2 abierto y adelantado de partidos anteriores, Mel trató de aliviarla, por un lado, usando un 4-4-2 asimétrico con tres centrocampistas puros (Pérez, Beñat a su izquierda ligeramente más adelantado, Nono como falso extremo izquierdo de inicio, pronto derecho), un extremo (Agra, inicialmente derecho) y dos delanteros en paralelo: un sistema parecido al que el año pasado era denominado "4-3-3" por cierta prensa sevillana cuando Salva ocupaba el sitio de Nono –cuya tendencia al interior y control de balón era de esperar que mejorasen el control del juego–. Por otro lado, Mel renunció a la presión adelantada y juntó las líneas al atrasar la primera de ellas; Castro y Molina trataban de cerrar el triángulo formado por los centrales y el mediocentro más retrasado de los vallisoletanos.
El resultado de todo ello fue que la posesión fue monopolizada por el Valladolid y el Betis esperó atrás y jugó descaradamente al contragolpe: un sistema probablemente más apropiado que el anterior al equipo que alineó el Betis (mediocentros más bien posicionales, gente rápida arriba, ausencia de mediapunta jugón), tan válido como otro cualquiera y que el año pasado dio sus frutos en Málaga o el Manzanares; convendría sin embargo que Mel y su entorno mediático dejaran de declarar que la filosofía de juego es innegociable o que el Betis nunca renuncia a la posesión, afirmaciones estas manifiestamente falsas.
El Betis sólo se zafó del control del juego vallisoletano en los veinte minutos finales de la primera parte, cuando robó el balón algo más arriba; en general lo hizo muy atrás, abusó del pelotazo –bien cerrado Beñat– y se vio obligado a correr detrás de la pelota, que los locales tocaban vistosamente. Sin embargo, en general no pasó el equipo graves apuros defensivos, salvo los previsibles producidos por las subidas de Rukavina a los espacios generados por Ebert al moverse hacia el centro.
La baja calidad técnica de sus rematadores y el buen juego defensivo de la pareja de centrales bética impidieron al Valladolid transformar sus ocasiones, escasas para su aplastante dominio de la posesión. Para el Betis las también escasas ocasiones llegaron gracias a las veloces carreras de Castro, Agra, Molina e incluso Nono ante la adelantada defensa local. A falta de media hora Nosa entró como mediapunta y desplazó a Castro a la banda derecha de un 4-2-3-1; poco después, Álex Martínez reforzaba la banda izquierda de Agra y finalmente Pereira redimió a Castro de su exilio en la banda: pasó de ayudar en defensa a ochenta metros de la portería rival a pisar el área, y lo agradeció muy pronto.
Jugador por jugador
Casto: Una gran parada salvó el partido poco antes del gol. Ayer lo hizo todo bien.
Nélson: Aunque se proyectó muy poco en ataque, hizo uno de los mejores partidos defensivos que uno le recuerda en el Betis, y en concreto cerró muy bien en varias coberturas al centro.
Paulão: Como casi siempre, fue un coloso infranqueable por alto y por bajo.
Mario: Con su agresividad siempre al borde del exceso (estuvo a punto de hacer un penalti) fue un buen complemento de Paulão, este más posicional. Parecería más natural que jugaran permutados, porque Mario tiende más a salir en conducción.
Nacho: Partido gris en defensa y ataque. Las incorporaciones de Rukavina le hicieron sufrir.
Agra: Al contragolpe explota mejor su velocidad. Peleón y presente.
Pérez: Correcto (no más, no menos) con el balón, y muy metido en su papel de pegamento táctico y físico en lo defensivo.
Beñat: Dejó detalles de jugador importante, pero estuvo por debajo de su nivel: no le dejaron respirar y cuando lo hizo no coordinó bien el último pase con los de arriba. Se le vio rápido y entero, cosa natural si no se le exige un trabajo estajanovista. A balón parado se empeñó en repetir siempre la misma jugada preparada.
Nono: Fuera de su lugar natural, hizo poco en ataque.
Castro: Es muy listo y lo demuestra en todas y cada una de las jugadas en las que interviene. No se notó su lesión.
Molina: Menos brillante que en días anteriores, cazó pocas por alto. También está rápido.
Igiebor: Habrá que juzgarlo un día que se ponga las botas adecuadas y no salga sobreexcitado; ganas de triunfar no parecen faltarle. Retrasó demasiados balones a sus centrales cuando no sufría presión. Los que ayer se rieron de él se acordarán de sus risas.
Álex Martínez: Ayudó bien a cerrar su problemática banda, se proyectó y, de algún modo, dio un gol.
Pereira: Como siempre que juega sólo un rato, creó peligro.
El detalle
Los béticos que hubo en el estadio se hicieron notar.
BETIS (1): Casto; Nelson, Paulão, Mario, Nacho; Agra (Álex Martínez, m. 64), Rubén Pérez, Beñat, Nono (Igiebor, m. 58); Jorge Molina (Pereira, m. 70) y Rubén Castro.
Goles: 1-0, min.89: Rubén Castro.
Árbitro: Delgado Ferreiro (Colegio Vasco). Amonestó a Paulão, Sastre, Pereira.
El esperpéntico gol de Rubén Castro en el minuto 89 fue digno final de un partido tan feo y de tan baja calidad técnica como el Valladolid-Betis de anoche; no obstante, el encuentro fue a su modo intenso, y dejó detalles de interés en un Betis voluntarioso, que prácticamente cerraba ayer una pretemporada interminable.
El Valladolid se presentó con el buen trato al balón como seña de identidad de Djukic, y con un equipo basado en el de hace pocos meses en Segunda División, salvo su conocida y peligrosa pareja en la banda derecha de un clásico 4-2-3-1; busca finalizar las jugadas con balones cruzados desde las bandas hacia Guerra y sus hombres de segunda línea.
Seguramente preocupado por la laguna defensiva que dejaba en el centro del campo el 4-4-2 abierto y adelantado de partidos anteriores, Mel trató de aliviarla, por un lado, usando un 4-4-2 asimétrico con tres centrocampistas puros (Pérez, Beñat a su izquierda ligeramente más adelantado, Nono como falso extremo izquierdo de inicio, pronto derecho), un extremo (Agra, inicialmente derecho) y dos delanteros en paralelo: un sistema parecido al que el año pasado era denominado "4-3-3" por cierta prensa sevillana cuando Salva ocupaba el sitio de Nono –cuya tendencia al interior y control de balón era de esperar que mejorasen el control del juego–. Por otro lado, Mel renunció a la presión adelantada y juntó las líneas al atrasar la primera de ellas; Castro y Molina trataban de cerrar el triángulo formado por los centrales y el mediocentro más retrasado de los vallisoletanos.
El resultado de todo ello fue que la posesión fue monopolizada por el Valladolid y el Betis esperó atrás y jugó descaradamente al contragolpe: un sistema probablemente más apropiado que el anterior al equipo que alineó el Betis (mediocentros más bien posicionales, gente rápida arriba, ausencia de mediapunta jugón), tan válido como otro cualquiera y que el año pasado dio sus frutos en Málaga o el Manzanares; convendría sin embargo que Mel y su entorno mediático dejaran de declarar que la filosofía de juego es innegociable o que el Betis nunca renuncia a la posesión, afirmaciones estas manifiestamente falsas.
El Betis sólo se zafó del control del juego vallisoletano en los veinte minutos finales de la primera parte, cuando robó el balón algo más arriba; en general lo hizo muy atrás, abusó del pelotazo –bien cerrado Beñat– y se vio obligado a correr detrás de la pelota, que los locales tocaban vistosamente. Sin embargo, en general no pasó el equipo graves apuros defensivos, salvo los previsibles producidos por las subidas de Rukavina a los espacios generados por Ebert al moverse hacia el centro.
La baja calidad técnica de sus rematadores y el buen juego defensivo de la pareja de centrales bética impidieron al Valladolid transformar sus ocasiones, escasas para su aplastante dominio de la posesión. Para el Betis las también escasas ocasiones llegaron gracias a las veloces carreras de Castro, Agra, Molina e incluso Nono ante la adelantada defensa local. A falta de media hora Nosa entró como mediapunta y desplazó a Castro a la banda derecha de un 4-2-3-1; poco después, Álex Martínez reforzaba la banda izquierda de Agra y finalmente Pereira redimió a Castro de su exilio en la banda: pasó de ayudar en defensa a ochenta metros de la portería rival a pisar el área, y lo agradeció muy pronto.
Jugador por jugador
Casto: Una gran parada salvó el partido poco antes del gol. Ayer lo hizo todo bien.
Nélson: Aunque se proyectó muy poco en ataque, hizo uno de los mejores partidos defensivos que uno le recuerda en el Betis, y en concreto cerró muy bien en varias coberturas al centro.
Paulão: Como casi siempre, fue un coloso infranqueable por alto y por bajo.
Mario: Con su agresividad siempre al borde del exceso (estuvo a punto de hacer un penalti) fue un buen complemento de Paulão, este más posicional. Parecería más natural que jugaran permutados, porque Mario tiende más a salir en conducción.
Nacho: Partido gris en defensa y ataque. Las incorporaciones de Rukavina le hicieron sufrir.
Agra: Al contragolpe explota mejor su velocidad. Peleón y presente.
Pérez: Correcto (no más, no menos) con el balón, y muy metido en su papel de pegamento táctico y físico en lo defensivo.
Beñat: Dejó detalles de jugador importante, pero estuvo por debajo de su nivel: no le dejaron respirar y cuando lo hizo no coordinó bien el último pase con los de arriba. Se le vio rápido y entero, cosa natural si no se le exige un trabajo estajanovista. A balón parado se empeñó en repetir siempre la misma jugada preparada.
Nono: Fuera de su lugar natural, hizo poco en ataque.
Castro: Es muy listo y lo demuestra en todas y cada una de las jugadas en las que interviene. No se notó su lesión.
Molina: Menos brillante que en días anteriores, cazó pocas por alto. También está rápido.
Igiebor: Habrá que juzgarlo un día que se ponga las botas adecuadas y no salga sobreexcitado; ganas de triunfar no parecen faltarle. Retrasó demasiados balones a sus centrales cuando no sufría presión. Los que ayer se rieron de él se acordarán de sus risas.
Álex Martínez: Ayudó bien a cerrar su problemática banda, se proyectó y, de algún modo, dio un gol.
Pereira: Como siempre que juega sólo un rato, creó peligro.
El detalle
Los béticos que hubo en el estadio se hicieron notar.
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