domingo, 25 de abril de 2021

Real Madrid 0 - Betis 0 (33ª jornada de LaLiga)

REAL MADRID (0): Courtois; Carvajal (Odriozola 68'), Militao, Varane, Nacho; Modric (Antonio Blanco 77'), Casemiro, Isco (Marcelo 68'); Rodrygo (Vinicius 59'), Benzema y Asensio (Hazard 77').
BETIS (0): Bravo; Emerson, Mandi, Víctor Ruiz, Miranda; Guido Rodríguez, Guardado (William Carvalho 88'); Lainez (Juanmi 80'), Canales, Joaquín (Aitor Ruibal 59'); y Borja Iglesias (Loren 80').
Árbitro: Estrada Fernández (catalán). Amarillas al local Isco y al visitante Loren.
Partido jugado en Valdebebas; oficialmente, de la jornada 32.

A riesgo de repetirnos tendremos que calificar de nuevo de meritorio el empate logrado anoche por el Betis en Valdebebas. Aunque sea el quinto empate consecutivo del equipo y la ciudad deportiva de Valdebebas tenga poco glamour, se trata nada menos que de empatar en el estadio del campeón de liga, candidato a ganarla esta temporada y uno de los clubes más poderosos del mundo; y de salir de allí con la portería a cero por cuarta temporada consecutiva, algo que valorarán sin duda quienes han vivido innumerables goleadas en el Bernabéu.

Además de todo ello el Betis arrancó ese empate con plena justicia en un partido completamente igualado, y ante un Madrid que sacó casi todo lo que tenía. Cierto es que Zidane reservó a Kroos y tenía algunas bajas, lo que hizo saltar al equipo local con un 4-2-3-1 en el que Isco sería mediapunta clásico: delantero de un 4-4-2 en defensa e interior muy atrasado en ataque, con su característica incompetencia para ubicarse en el campo. Otra ventaja concedida por Zidane fue formar una defensa de diestros, con Varane y Nacho como central y lateral respectivamente en la zona izquierda.

Primer tiempo

El Betis leyó bien ese últmo detalle y durante el primer cuarto de partido dejó salir al Madrid por ese costado izquierdo, sin pasar el menor peligro. A ese lado caían además Isco como interior (vigilado por Guido) y un poco Casemiro, de modo que el peligro madridista solo procedía del sector derecho, donde se juntaban Modric, Carvajal (que solía meterse por dentro) y Rodrygo.

El Betis, por su parte, jugaba su usual 4-2-3-1, esta vez con Lainez y Joaquín en las bandas y Canales como mediapunta, más Guardado a la izquierda de Guido y Borja arriba. El Betis mantenía el bloque bastante alto y tocaba con fluidez atrás, aunque faltaba acierto y rapidez en Joaquín, Guardado y Canales cuando recibían en ventaja entre las dos líneas de cuatro del Madrid.

Disposición del bloque defensivo bético en el primer cuarto.

Mediado el segundo tiempo Zidane hace reformas y le resultan bien:

- Cambia de banda a sus extremos: hasta entonces a pie natural y por tanto sin perspectiva de crear peligro (pues sus centros tenían apenas al solitario Benzema como potencial rematador), Rodrygo y Asensio pasan a amenazar la portería bética a pie cambiado.

- Cambia también a Modric de perfil: desde entonces atacará desde el interior izquierdo.

- Sube la altura de la presión y obliga a Bravo a jugar en largo.

La falta de acierto del chileno en esa suerte entre los minutos 25 y 35 más esos retoques hacen perder metros y balón al Betis, cuyo bloque retrocede hasta el borde del área. El Betis, por única vez en el partido, pasa apuros graves y el Madrid pisa área por los dos costados. Bravo se mantiene firme, y el equipo se reajusta acabando esta primera mitad.

Segundo tiempo

El Betis recupera altura en su bloque, y, especialmente por el lado de Lainez, logra por fina amenazar al sistema defensivo madridista cuando lograba superar a su línea de cuatro centrocampistas: el mexicano y Ruibal (que comparece a la hora de juego) meten velocidad y el Betis así sí crea peligro muy claro entre las separadas líneas del Madrid: cansados los locales, su presión llega ya tarde.

Mediado este segundo tiempo Zidane –un entrenador que es mucho más competente en lo táctico que hace tres años– retoca de nuevo con acierto su equpo, aunque esta vez con la intención de amarrar el partido y frenar el ritmo de un encuentro de ida y vuelta que no controlaba: monta un 3-4-3 (o 5-4-1) con Odriozola y Marcelo en los carriles, más Blanco y Casemiro (inteligentemente flotado por el Betis durante todo el partido) como mediocentros. El Betis recula un poco en ciertos tramos pero apenas pasa apuros, aunque tampoco logra crear peligro en los últimos quince minutos.

Línea por línea

Bravo estuvo muy seguro bajo palos y corrigió sus pelotazos, demasiado verticales al inicio. En la línea defensiva Emerson dio una exhibición física y estuvo correoso en defensa, y Mandi cuajó un partido completisimo (brillante en salida de balón). Víctor Ruiz y Miranda estuvieron serios y muy bien colocados en defensa.

A ese trabajo defensivo ayudó mucho, un día más, Guido. Guardado mejoró tras un inicio dubitativo en el que debió dar más sentido ofensivo al ataque. Canales hizo uno de sus docenas de buenos partidos, y Lainez alternó fases desaparecido con acciones brillantes. Joaquín, muy mal en ataque, tal vez notó el desgaste del exceso de partidos: el ritmo le pasó por encima, como a un Borja que solo en la segunda parte comenzó a ganar balones.

Los suplentes aportaron poco. Pellegrini logró, un día más, sacar rendimiento de notable alto a un equipo sobre el papel muy inferior a su multimillonario rival.

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jueves, 22 de abril de 2021

Betis 0 - Athletic de Bilbao 0 (32ª jornada de LaLiga)

BETIS (0): Bravo; Emerson, Mandi, Bartra, Miranda; Guido Rodríguez, Canales (Paul 87'); Aitor Ruibal (Guardado 78'), Fekir, Tello (Lainez 66'); y Borja Iglesias (Loren 66').
ATHLETIC (0): Unai Simón; De Marcos, Unai Núñez, Balenziaga, Lekue; Álex Berenguer (Williams 82'), Unai Vencedor, Mikel Vesga (Unai López 62'), Morcillo (Ibai Gómez 68'); Sancet (Raúl García 62') y Villalibre.
Árbitro: Medié Jiménez (catalán). Roja directa a Fekir (12') y amarillas a los locales Guido Rodríguez y Guardado, así como a los visitantes De Marcos y Unai Núñez.

Arrancó el Betis un meritorio empate de un partido marcado –también en lo táctico– por la temprana expulsión de Fekir, tras una entrada muy fea (sobre todo a cámara lenta) pero no suficientemente clara para la intervención, muy extemporánea, del VAR.

Descontado ese, muy importante, todos los demas vientos soplaron a favor del Betis, pese a la categoría del rival; los vascos venían en chanclas y con muchas bajas (defensa y ataque plagados de suplentes), bajos de moral y con un modo de juego mal ajustado al tipo de partido que siguió: Marcelino prepara bien a sus equipos para el contragolpe, pero su 4-4-2 de fuerte físico y pivotes paralelos carece de finura técnica para la elaboracion ante un rival que, naturalmente, se cerró.

Para ello Pellegrini ni siquiera tuvo que hacer ajustes o cambios tras la expulsión, pues su equipo quedó en el 4-4-1 adecuado para estos casos, con Borja Iglesias en la punta para tratar de pescar balones largos. Estuvo, eso sí, muy aislado el punta bético, tanto a la hora de intentar lanzar contras como en ataque posicional, pues los de Pellegrini nunca deshicieron ni apenas escalonaron el doble pivote formado por Guido y Canales, así que ni Borja tenía a quién bajar balones, ni había pieza de conexión para el ataque estático. El Athletic fue prudente en los primeros minutos de superioridad (las cosas de Marcelino), pero al poco se percató de que podía presionar arriba man to man sin riesgo –salvada su superioridad numérica atrás por la expulsión–, de modo que el buen toque bético solo servía para retener un poco la posesión.

Con balón casi siempre en pies vascos, en defensa el Betis trató de mantener su bloque medio habitual, pero su inferioridad lo obligó a retroceder unos metros e instalar a su línea trasera casi en el borde del área. Pese a ello, siempre bien juntas las líneas defensivas béticas, la libre salida de balón de los centrales bilbaínos hizo poco daño, y las escasas ocasiones de gol llegaban en centros laterales desde el sector derecho, donde Tello no lograba sujetar las subidas de De Marcos; el Betis pasí ciertos apuros por ahí en los últimos minutos de la primera parte, pero centrales y laterales estuvieron firmes en la defensa de los centros desde ese costado.

Segundo tiempo

Tras descansar, el Betis logra alejar a los vascos de su área por un tramo e incluso amenazar el marco rival con la calidad de Canales, muy importante ayer para disimular la inferioridad al alargar las posesiones béticas con sus conducciones desde el mediocentro. Pellegrini, acertadamente aunque algo tarde, va refrescando a los más desgastados: primero al citado Tello y al punta; luego Guardado entró por Ruibal para relevar del trabajo interior a Canales, y finalmente el técnico chileno mandó al mexicano a una banda y formó un doble pivote fuerte con Akouokou junto a Guido. El Athletic mete pólvora arriba y Raúl García provoca peligro, pero el Betis también está cerca de marcar en el tramo final.

Línea por línea

Bravo abusó del pelotazo frontal hacia Borja (en uno contra dos ante los centrales), sin buscar alternativas en los extremos. La defensa estuvo muy firme, ncluido un Bartra que ha vuelto mejor que se fue: trabajo tendrá Cordón este verano para no deshacer una línea que funciona ante ataques posicionles como hacía muchos años que no lo lograba, pero la continuidad de cuyos titulares (los cuatro) está en duda.

El centro del campo trabajó sin descanso; faltó acierto en las bandas –más incisivo ayer Ruibal–, pero Guido y, sobre todo, Canales retuvieron el balón con acierto y sin cometer pérdidas peligrosas. Tello debió cobrarse la expulsión de De Marcos. Arriba Borja ganó bastantes duelos, aunque sin mayor progresión. Fekir mediatizó el partido con una entrada completamente innecesaria.

Los cambios cumplieron su misión, salvo un Loren que necesita a la psicóloga de Borja.

El bloque de Pellegrini llevó ayer al extremo sus virtudes defensivas y su solidaridad de grupo. Por desgracia con empates se avanza poco, pero Europa parece garantizada y sigue en la pelea por eludir la plaza maldita de la tercera división europea.

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lunes, 19 de abril de 2021

Nota

 El Betis-Valencia del pasado domingo no será analizado. Disculpen las molestias.

martes, 13 de abril de 2021

Betis 1 - Atlético de Madrid 1 (30ª jornada de LaLiga)

BETIS (1): Claudio Bravo; Emerson, Mandi, Bartra, Álex Moreno; Aitor Ruibal (Lainez, m.75), Guido Rodríguez (William Carvalho, 90), Canales, Tello; Fekir y Joaquín (Juanmi, m.63).
ATLÉTICO DE MADRID (1): Oblak; Trippier (Vrsaljko, m.78), Savic, Giménez, Hermoso (Lodi, m.64), Carrasco; Koke, Herrera (Vitolo, m.64), Saúl Níguez; Joao Félix (Torreira, m.48) y Correa.
Goles: 0-1, M.05: Carrasco. 1-1, M.20: Tello.
Árbitro: Cuadra Fernández (Balear). Partido sin amonestados: sin público, el fútbol no es lo que era.

Igualado, aunque con las ocasiones repartidas diferentemente por tramos, fue el partido de anoche entre Betis y Atlético. Esto dice bastante de los verdiblancos: si bien los visitantes traían algunas bajas significativas, nivelar el juego ante un club de nivel Champions alto y que multiplica varias veces tu presupuesto es mucho.

No solo fue nivelado, sino bastante similar el juego de unos y otros, aunque usaran esquemas distintos y gasten distinta fama. Es cierto que el Betis aprecia la posesión más que el Atlético de Simeone, pero ni el fútbol de Pellegrini es tan cuidadoso del balón como suele creerse ni este Atlético lo descuida tanto como en temporadas anteriores. Ambos equipos, por demás, presionaron desde alturas similares: un bloque medio de líneas juntas más empeñado en negar espacios interiores al rival que en robarle el balón. Tal vez el bloque del Atlético era más flexible en altura: tan capaz de obligar a Bravo a jugar en largo como de meter diez hombres en una franja veinte metros cerca de su área.

Simeone y Pellegrini optaron por la misma solución ante la ausencia de su delantero centro titular: no poner ninguno. Betis y Atlético jugaron con un mediapunta clásico, de los que se retrasan a recibir a zonas de interior (Joao Félix y Fekir, respectivamente), acompañando a un delantero con tipo de extremo pero buen juego interior, Joaquín en el caso bético y Correa en el atlético. A partir de ahí, en los detalles posicionales, comienzan las diferencias. Simeone colocó una ambigua defensa impar, de tres centrales y dos carrileros muy altos (Trippier y Carrasco), que controló bien a los extremos béticos aunque nunca detectó a Joaquín. Enfrente, el Betis usaba un peculiar 4-4-2 con muchos jugones por dentro y dos extremos muy rápidos con un doble papel: en transición (o ante presión alta rival), pegarse como chinchetas a cada banda, cerca de la divisoria, para buscar la espalda de los laterales y empujar así hacia atrás a la línea defensiva rival; en ataque posicional, los extremos debían dejar el carril, como siempre, a los laterales, y pisar mucho el área para el remate, como significativamente demuestra la jugada del 1-1: los dos jugadores que llegan arriba son Ruibal y Tello, mientras Joaquín y Fekir mediapunteaban.

Bloque del Betis en salida de balón

Bloque del Betis en ataque posicional

Jugada del 1-1: Joaquín y Fekir están cerca de la media luna
mientras Ruibal y Tello entran al remate en primera línea.
El Atletico tiene ocho hombres en su área.

Ciertamente el líder se vio perjudicado por las lesiones, tanto las que traía como la de Joao Félix: tras el descanso tuvo que mandar a la delantera a un Saúl que hasta entonces era interior derecho de un 5-3-2 (algo más adelantado que su simétrico, Koke, al que Félix pisaba sus terrenos). Pasada la hora y vistos los apuros de su equipo, Simeone pasa a su más habitual 4-4-2 con Vitolo arriba por la derecha y Carrasco por delante de Lodi a la izquierda. Poco mejoró, sin embargo, y fue tras comparecer Vrsaljko como lateral derecho cuando los visitantes, muy al final, pusieron en apuros al Betis. Antes Juanmi (más punta) había relevado a Joaquín arriba, y Lainez y luego William a los fundidos Ruibal y Guido, sin alterar posiciones. El Betis llegó muy cansado al tramo final.

Línea por línea
Gran partido de Bravo, con mando, buenos pies y paradas decisivas.
Esta vez el Betis equilibró más los ataques por cada sector y Álex Moreno, en gran forma física, superó en actividad ofensiva a Emerson, que ya es mucho; además Moreno no provocó incendios graves atrás. Bartra reapareció con buen desempeño defensivo pero con su habitual maltrato al balón, al contrario que Mandi.

Guido y Canales recuperaron su nivel y sus roles. Punzantes, de enorme recorrido y muy trabajadores estuvieron Tello y Ruibal (siguieron a dos carrileros que subieron muy arriba), permitiendo a Joaquín y Fekir un juego más cómodo, casi de interiores en ataque.

De los suplentes apenas Lainez aportó algo.

Pellegrini ha logrado, definitivamente, un equipo absolutamente regular, que siempre saca notable, juegue quien juegue. No es poco.

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martes, 6 de abril de 2021

Elche 1 - Betis 1 (29ª jornada de LaLiga)

ELCHE (1): Edgar Badía; Palacios, Gonzalo Verdú, Dani Calvo, Mojica; Raúl Guti, Marcone; Tete Morente (Víctor, min. 71), Fidel; Pere Milla (Rigoni, min. 80) y Guido Carrillo.
BETIS (1): Claudio Bravo; Emerson, Mandi, Víctor Ruiz, Álex Moreno; William Carvalho (Loren, min. 46), Guido Rodríguez; Aitor Ruibal (Joaquín, min. 71), Fekir, Canales; y Borja Iglesias (Juanmi, min. 26).
Árbitro: Cordero Vega (Comité Cantabria). Tarjeta amarilla a Carvalho, Ruiz, Ruibal y Rodríguez por el Betis; y a Raúl Guti del Elche.
Goles: 0-1, min. 13: Borja Iglesias, de penalti. 1-1, min. 36: Pere Milla.

Elogio del aburrimiento

Aunque el resultado sepa a poco a la afición bética, habituada últimamente a la victoria, los cierto es que el partido del domingo en Elche fue uno más de este buen Betis de Pellegrini, de absoluta regularidad, fiabilidad total y solidez defensiva. Si las sensaciones fueron de partido igualado y los análisis resultadistas incideron en ello, sin embargo de trató en realidad de otro partido más (como ante Cádiz, Getafe y muchos otros equipos de la zona media y baja de la competición) en que los béticos fueron levemente superiores a su rival, apenas concedieron ocasiones de gol y tuvieron algunas, no muchas, opciones para marcar. Esta vez, simplemente, no apareció Cesarini al remate.

Se trata además de un equipo un tanto aburrido de analizar tácticamente porque esa regularidad se basa en una completa fidelidad a sí mismo. Desde que encontró la fórmula hace pocos meses, Pellegrini apenas hace levísimas correcciones en su escuadra, generalmente obligadas, y fundamentalmente en la alineación, sin apenas alterar ni su 4-2-3-1 de mediocentros paralelos ni un plan de juego en el que apenas suele cambiar ligeramente la altura de la presión, y más en función del resultado que de otra cosa.

Lo malo para el analista es que esto es extensible a casi toda la liga española, que tampoco se sitúa hoy precisamente a la vanguardia táctica de Europa. Su pérdida de calidad técnica (pero no física) la acerca además al estilo de la Segunda de toda la vida: sistemas defensivos bien trabajados y muy convencionales que suelen superar a los ataques, faltos de los talentos técnicos emigrados. Así puede sobrevivir en ella el Elche, un equipo que ha mejorado sustancialmente sus horribles prestaciones de la primera vuelta (enmascaradas en el arranque de LaLiga por un desmesurado acierto de cara a puerta) y supo plantar cara al Betis, e incluso salir muchas veces de la presión bética con soltura.

Los ilicitanos jugaron un esquema muy similar al del Betis, ese convencionalísimo 4-2-3-1, con el correspondiente 4-4-2 defensivo (con el punta y el mediapunta en su primera línea de defensa). Pero  escalonaba mejor su ataque que el visitante: en salida de balón Marcone se metía entre centrales, Guti quedaba como interior derecho y Pere Milla mediapunteaba con libertad, mal controlado por el sistema defensivo bético, cuyos centrales no siempre lograron cerrar el gap provocado por la presión adelantada; los mediocentros no sabían tampoco cubrir tanto terreno. Con los extremos metidos por dentro, el Elche logró en el tramo central del partido salir por dentro de esa presión bética y a partir de ahí lanzar a sus rápidos laterales, Palacios y Mojica, para meter centros cruzados al área bética.

Esa fue la vía de peligro de los locales, usada con cierto éxito en el final del primer tiempo y el inicio del segundo. Antes, en el arranque del partido, con los jugadores frescos, la presión bética sí había tenido éxito, y el Betis además había sabido salir, a su vez, del pressing ilicitano, con jugadas rápidas (incluso directamente en largo a la espalda de los centrales del Elche) que provocaron varias ocasiones muy claras. El Betis volvía a presentar un esquema ofensivo asimétrico, volcado a la derecha: con Carvalho a ese lado, Guido en posición central y Canales con tendencia a moverse por dentro (en posiciones de interior izquierdo), el extremo izquierdo quedaba de nuevo casi vacante mientras Ruibal sí se pegaba a la cal derecha. El Betis, de hecho, realizó por ese sector derecho el 52% (!) de sus ataques, el doble que por la banda contraria.

Segunda parte

La retirada de Carvalho al descanso, casi obligada, retrasó a Canales a zonas de mediocentro. En esa segunda mitad Guido jugó de nuevo en salida de balón echado a la derecha como tercer central, algo que coloca al fiabilísimo Mandi como jefe central de operaciones pero resta a este su importante salida en conducción. Juanmi era ya extremo izquierdo y Loren punta.

Tras un arranque apurado del segundo tiempo, el Betis se percató de que no le convenía el correcalles en que se había convertido el encuentro y alargó sus ataques, perdiendo en verticalidad lo que ganó en control del juego. El cansado Elche no se acercó más, y el Betis, poco.

Línea por línea

Sin apenas trabajo y fluido con el pie Bravo, esta vez Ruiz pasó problemas para medir sus entradas. Álex Moreno, en la jugada del 1-1, volvió a demostrar su absoluta falta de fundamentos defensivos: se tragó un regate de su par por mirar más al balón que a él. Emerson  mantuvo un pulso duro con Mojica.

Guido jugó uno de sus peores partidos de la temporada, a lo que tal vez no sea ajena la compañía de un Carvalho que apenas aportó la jugada del 0-1; tirado a la derecha (¿cuestiones defensivas?) bbien pudo ser expulsado. Canales y Ruibal no pasan por su mejor momento, aunque Lainez parece haber caído en desgracia. Un espeso Loren aportó menos que Joaquín y Juanmi, que al menos pisó área.

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