lunes, 7 de noviembre de 2022

Betis 1 - Sevilla 1 (13ª jornada de LaLiga)

BETIS (1): Bravo; Sabaly, Pezzella, Edgar, Álex Moreno; Guido Rodríguez, William Carvalho (Luiz Henrique 58'); Canales (Willian José 92'), Fekir, Aitor Ruibal (Guardado 58'); y Borja Iglesias.
SEVILLA F.C. (1): Bono; Montiel, Gudelj, Rekik, Acuña (Alex Telles 46'); Óliver Torres (En-Nesyri 50'), Joan Jordán (Dolberg 77'), Rakitic; Papu Gómez; Rafa Mir (Jesús Navas 43') y Lamela.
Árbitro: Sánchez Martínez. Roja directa tanto a Montiel (38'), Fekir (45+3') y Borja Iglesias (49') más Doblas (banquillo). Amarillas a William Carvalho, Luiz Henrique, Álex Moreno, Bravo, Acuña, Lamela, Papu Gómez, Gudelj, Alex Telles y Jorge Sampaoli (entrenador).
Goles: 1-0 (43') Jesús Navas, en propia puerta; 1-1 (82') Gudelj.
54.000 espectadores.

Es imposible analizar el derbi de anoche sin mencionar la esperpéntica actuación del VAR, que convirtió el partido en un extraño espectáculo ajeno a lo que solemos conocer por fútbol y que marcó el devenir táctico del partido.

Primera parte
En el Betis de Pellegrini jamás hay novedades tácticas más allá de la alineación y los sutiles detalles en los que esta influye. En esta ocasión la novedad en ella fue Ruibal, extremo izquierdo, y el detalle en que influyó, la satisfactoria reubicación en la derecha de Canales, un jugador fundamental en el equipo y que suele ser inexplicablemente exiliado de su lugar natural por Luiz Henrique. Por demás el Betis sería el de siempre (mientras jugase con once): 4-2-3-1 con repliegue en 4-4-2 a altura media y saltos esporádicos a presión alta, riesgos solo razonables en salida de balón y fuerte presión tras pérdida cuando lograba instalarse previamente en campo rival.

Enfrente se encontró con un equipo que consiguió sacudirse a ráfagas el esperado dominio bético gracias a una presión alta y muy arriesgada. Sampaoli volvió a utilizar la figura del falso delantero centro, esta vez el Papu Gómez, para montar un extraño 4-3-3 que se intentaba convertir en 5-4-1 cuando se veía obligado al repliegue. En presión alta sucedía algo así:

Como vemos, los laterales del Betis estaban libres, pero las flechas indican los movimientos de presión sevillista cuando la pelota iba hacia uno de ellos: por ejemplo, en la jugada de la ocasión de Mir (a la media hora), tras ser presionado Sabaly y atrasarla hacia Pezzella la colocación era esta:

Vemos cómo el lateral izquierdo Acuña (19) ha saltado sobre Sabaly, el central Rekik (4) ha basculado al sitio de Acuña para tomar a Canales, y Lamela y Mir presionan alto a los centrales béticos, mientras el Papu persigue a Guido al hombre, y Álex Moreno queda libre al lado contrario.

Esa presión del Sevilla solo consiguió quitar el balón al Betis a ráfagas, aunque sin crear ocasión alguna más allá de la de Mir. A cambio, el Betis no solo tuvo tramos de dominio territorial sino que aprovechó los espacios que dejaba la adelantadísima defensa sevillista para plantarse un par de veces delante de Bono. Los minutos hicieron además llegar además el desgaste físico al Sevilla, y esos cambios de asignación de parejas empezaban a llegar tarde. Uno de ellos costó la expulsión a Montiel, que no pudo parar a un Moreno que había recibido demasiado libre:

Como se ve en esa misma imagen, durante la primera parte cuando el Betis salía de la presión y el Sevilla se replegaba Jordán se metía entre sus dos centrales:


El objetivo de esa defensa de cinco era emparejar claramente a los laterales béticos, Álex y Sabaly, martirio habitual de las defensas rivales con sus apariciones en carrera sin par claro.

Tras la expulsión de Montiel el Sevilla monta un 5-3-1 defensivo con Navas de carrilero derecho (sale Mir), y Lamela, Rakitic y Torres como trío de mediocampistas.

Segunda parte
La expulsión es compensada por la de Fekir y el partido se convierte en un diez contra diez, en el que el Betis defiende en un 4-4-1 ya con Borja solo arriba, pero poco después el gallego es también expulsado. Pellegrini no quiere renunciar a un punta y manda allí a Canales, organizando un 4-3-1 bastante compacto por dentro. Sampaoli mete a En-Nesyri arriba y monta un 4-2-3: manda al Papu a la zona izquierda del ataque, con Lamela a la derecha. Tocaba defenderse al Betis:

Minuto 58 al final
Pellegrini trata de refrescar al equipo, abocado a un dificilísimo ejercicio de defender con ocho jugadores de campo. Para ello mete a Guardado y a alguien tan incompetente en lo táctico como Luiz Henrique, que cree estar jugando un partido normal y no se junta con Guido sino que defiende abierto. El Betis queda a veces en un extraño 5-2-1, Gómez se huele el espacio pero progresa poco y el Sevilla se limita a cruzar balones desde los costados y disparar desde lejos aprovechando que Guido y Guardado no pueden abarcar todo el campo. Llega así el 1-1:


Para entonces el incapaz Jordán, flotado durante casi todo el partido por los béticos, había sido finalmente sustituido por un delantero. El Betis, roto físicamente, aguanta el resto del partido como puede.

 

domingo, 23 de octubre de 2022

Betis 1 Atlético de Madrid 2 (11ª jornada de LaLiga)

BETIS (1): Rui Silva; Sabaly (Aitor Ruibal 75'), Pezzella, Luiz Felipe (Víctor Ruiz 19'), Álex Moreno; Guido Rodríguez, Guardado (Fekir 75'); Luiz Henrique (Joaquín 65'), William Carvalho, Rodri (Juan Cruz 65'); y Borja Iglesias.
ATLÉTICO DE MADRID (2): Oblak; Nahuel Molina, Savic, Giménez, Reinildo; Correa (Joao Felix 75'), Witsel, Kondogbia, Saúl Ñíguez (De Paul 86'); Griezmann (Carrasco 75'); y Morata (Matheus Cunha 59').
Goles: 0-1 (54') Griezmann; 0-2 (70') Griezmann; 1-2 (84') Fekir.
Árbitro: Gil Manzano. Amonestó a Molina, Morata, Kondogbia, Guido y Rui Silva.
Incidencias: 50.000 espectadores y perfectas condiciones.

Es difícil saber si la causa es la pura fortuna, la calidad en las áreas o cualquier otra, pero lo cierto es que el Betis volvió perder contra el Atlético (van quince derrotas de los últimos veinte partidos entre ellos) pese a dar cierta sensación de superioridad sobre los colchoneros.

El gráfico de evolución de xG (ocasiones de gol con disparo ponderadas por probabilidad de gol) no solo respalda esa sensación (y ello sin incluir jugadas como el gol anulado a Luiz Henrique), sino que da buena cuenta de las fases que tuvo el partido:

Primeros 55 minutos (hasta el 0-1)

Con su completa línea de mediapuntas de baja (más pronto la de Luiz Felipe), Pellegrini decidió cementar al equipo y situar a William Carvalho como mediapunta central, con Luiz Henrique y Rodri a sus costados, más Sabaly en el lateral derecho. Por demás nada se alteraba en su inamovible 4-2-3-1, convertido como siempre en 4-4-2 en defensa (con Borja y Carvalho arriba), con sus habituales intentos de presión alta tras pérdida, y posesiones largas y pacientes.

Tampoco sorprendió Simeone con su planteamiento conservador de partido: su Atlético intentó, con cierto éxito, que no sucediese nada, en la confianza de que antes o después un error bético o la calidad de sus delanteros decidiese en alguna jugada suelta. Sí tuvo interés su adaptación del sistema 4-4-2 para tratar de parar a los carrileros béticos, sabedor de que una defensa de cinco los controla mejor porque evita la ambigüedad de su marca (la indecisión entre lateral y extremo). Simeone les asignó par con claridad, y para ello montó un sistema asimétrico en el que cuando el ataque bético se alargaba y Sabaly llegaba arriba, su par natural, Saúl, lo seguía religiosamente; pero por el lado contrario Correa abandonaba a Álex Moreno cuando este profundizaba, quedando al exrayista emparejado con Molina.


Así, el Atlético montaba una defensa de cinco de facto, pese a lo cual Moreno consiguió coger varias veces la espalda de Molina. Por el lado contrario Sabaly se veía taponado por la posición exterior de Luiz Henrique, que además nunca iba al espacio y siempre la pedía al pie, y la jugada solía morir en intentos de regate frustrados del brasileño ante Reinildo y el citado Saúl.

Con muy buen trato de balón, el Betis progresaba gracias a las recepciones de espaldas de un Iglesias en gran forma (finísimo en los controles) y a la elaboración de William, y recuperaba rápidamente la pelota con le actividad defensiva de Guardado y Guido. Sin embargo carecía de profundidad, escaso de desmarques a la espalda de la defensa rival (algo recurrente desde que falta Juanmi) y ante un rival especializado en conceder pocas ocasiones. Por su parte el Atlético no se acercaba casi nunca a Silva, más allá de algún centro cruzado esporádico: Witsel y Kondogbia jugaban funcionarialmente, Morata se dejaba anticipar por los centrales béticos, Griezmann no aparecía, Saúl está lejísimos de ser quien fue y solo Correa inquietaba ligeramente con sus apariciones por dentro.

Minutos 55 al 70

El Atlético marca un extraño gol de córner, baja acertadamente las pulsaciones del partido y además emboca la primera jugada que consigue realmente elaborar.

Del minuto 70 al final

Pellegrini no tira la toalla y prepara toda su artillería, incluida la reaparición de Fekir, que atrasaría a William a su posición natural de mediocentro ofensivo, ya con Cruz y Joaquín en bandas. Pero antes, y sorprendentemente, el Atlético parece relajarse y se equivoca en el ritmo de juego en casi todas las jugadas: alterna peloteos absurdos hacia atrás en los que ni siquiera trata de amenazar la portería del Betis con tramos de correcalles en los que ataca con demasiados hombres. Aumentado el efecto de estos errores tácticos con los cambios béticos, con los eléctricos Cruz, Ruibal y Fekir en cancha, el Betis comienza a acumular ocasiones de gol, marca el 1-2 y se ahoga en la orilla del breve descuento de Gil Manzano, incluso con un cabezazo al larguero de Moreno, en ocasión clarísima.

Línea por línea

Rui Silva es esta vez responsable directo de la derrota, con dos errores graves en las tres únicas ocasiones en que el Atlético creó algún peligro (la última, prácticamente al final, sí la detuvo). Sabaly cumplió, y los centrales no sufrieron como era de temer por los muchos metros que quedaban a sus espaldas. Moreno, sin estar brillante, fue otra vez el mejor argumento ofensivo del Betis. Guido controló el centro del campo con ayuda de un Guardado muy activo mientras le duraron las fuerzas. Borja Iglesias ayudó muchísimo en la progresión de las jugadas aunque tuvo pocas opciones en el área, y Carvalho se adaptó aceptablemente a un puesto en que los espacios son muy escasos. Gustaría ver alguna vez ahí a Rodri, que jugó bien con balón pero sigue sufriendo en la banda izquierda, un lugar para el que carece de condiciones físicas y desde el que jamás pica desmarques al espacio como hacía constantemente Juanmi.

Cruz tiene desborde y electricidad pero debe levantar la cabeza antes de centrar. Por la derecha Ruibal puso más acierto y velocidad que un gris Joaquín. Fekir, pese a salir de una recaída de lesión, revolucionó el partido con su chispa, marcó un gran gol y se mostró en buena forma.

Luiz Henrique merece capítulo aparte. De momento su juego es muy poco inteligente, y la duda es si esto es o no algo reversible; o sea, si se debe a una falta irremediable de capacidad para comprender el juego o si por el contrario podrá aprender al menos ciertas normas tácticas básicas. De momento saca escaso partido a sus enormes condiciones físicas y buenas condiciones técnicas: la pide siempre al pie y nunca al espacio, es previsible en los controles, elige mal jugada (en concreto, suele encarar a los rivales cuando está en inferioridad numérica), y obstaculiza las subidas de Sabaly con su empeño en pedirla a la corta y pegado a la banda, o sea, en el lugar de paso natural de un lateral en el sistema de Pellegrini (y en casi todos).

La derrota no señala a un Pellegrini que no solo supo dar el control del encuentro a su equipo durante casi todo el partido sino que también le supo cambiar el ritmo con los cambios.Los comentarios son bienvenidos. En Twitter, @juanramonlara7.


miércoles, 21 de septiembre de 2022

Betis 2 - Girona 1 (6ª jornada de LaLiga)

 BETIS (2): Rui Silva; Montoya (Aitor Ruibal 55'), Pezzella (Edgar 80'), Luiz Felipe, Álex Moreno; Guido Rodríguez, William Carvalho, Luiz Henrique (Willian José 65'), Rodri, Canales (Paul 80'); y Borja Iglesias.
GIRONA FC: Juan Carlos; Arnau (Yan Couto 89'), Bueno, Bernardo (Tony Villa 79), Juanpe, Miguel Gutiérrez; Aleix García (Joel Roca 89'), Oriol Romeu; Reinier, Taty Castellanos (Manu Callejo 70') y Riquelme (Samu Saiz 70').
Árbitro: Ortiz Arias. Amonestó a los visitantes Bernardo y Miguel Gutiérrez. Expulsó, con roja directa, a Míchel (22'), entrenador del conjunto catalán.
Goles: 0-1 (7') Arnau; 1-1 (15') Borja Iglesias, de penalti; 2-1 (71') Borja Iglesias.
52.000 espectadores en el Villamarín.

El suplicio al que fue sometido el Betis por el Girona el pasado domingo es bien conocido por la afición bética, que lo disfrutó a su favor durante las temporadas 17-18 y 18-19. Como a veces sucedía entonces, al Girona no le alcanzó con jugar bien fuera de las áreas y acabó pagando en jugadas puntuales su inferior calidad individual.

Y es que el partido hasta el 2-1 fue una batalla por el balón que perdió el Betis. Su problema básico fue el buen manejo y la excelente colocación del Girona en salida de balón. El Girona es una especie de sucursal del City; bajo una fuerte influencia de Guardiola, los catalanes practican plenamente el juego de posición: no solo cuidan el balón sino cómo colocarse para que no se lo roben, abiertos y aprovechando todos los espacios, como en un enorme rondo. Situados en un armonico 3-4-3 ofensivo (5-4-1 en defensa posicional), que se hacia algo asimétrico atrás con el central-central algo echado a la izquierda para hacer hueco al portero como un jugador más, los gerundenses supieron encontrar siempre al 'hombre libre', arriesgando tanto como hiciera falta por conservar la posesión.

Ante un equipo así es difícil robar si no presionas man-to-man (a riesgo, claro, de que te pillen en pelotazos verticales). El Betis casi nunca lo hizo y, con un hombre menos que el rival al tirar la presión (más el portero), las grandes distancias entre los jugadores del Girona se le hicieron larguísimas a las habituales posiciones intermedias de presión de los béticos.  

En inferioridad numérica arriba al presionar cuando el Girona sacaba la pelota jugada, siempre había algún jugador del Betis con dos rivales los que vigilar. Aquí, Luiz Henrique.

Al buen juego gerundense se sumaba el ya repetido problema del esquema: Pellegrini es alérgico a tocar el suyo, y muy bien le va así, pero su 4-4-2 defensivo encajaba mal, como suele, ante un equipo con defensa de cinco. Con dos puntas ante tres centrales (más portero), y con Rodri y Luiz Henrique en tierra de nadie defensiva, los béticos perseguían sombras. El Betis solo pudo robar arriba las raras veces que consiguió realizar una buena presión tras pérdida, sin dar tiempo al Girona a desplegar sus buenas ubicaciones, y solo recuperaba, las más veces, ya en zona defensiva, gracias al sentido de la anticipación de Luiz Felipe y tras un trabajo extenuante de todo el equipo. Por demás, controlado Moreno por el carrilero derecho del Girona y poco profundo Montoya, el Betis perdía rápido la pelota y tampoco hacía mucho daño cuando atacaba el bloque medio gerundense, de líneas bien juntas.

Un efecto habitual del estilo de fútbol del Girona es que el rival suele llegar reventado al final del partido. Así empezaba a sucederle al Betis pasado el minuto 70, con los de arriba además (Canales, Luiz Henrique) muy cargados de partidos, y con el efecto empeorado por la resistencia de Pellegrini a agotar los cambios, difícil de explicar en partidos como el del domingo. Cuando el tramo final empezaba a pintar mal llegó el gol de Borja, que permitió al Betis juntar líneas atrás y defender su área como sabe, con el cuchillo entre los dientes.

miércoles, 14 de septiembre de 2022

Betis 1 - Villarreal 0: un breve análisis

Aunque acabados ambos en derrota bética, los dos partidos entre Betis y Villarreal de la temporada pasada fueron tácticamente muy diferentes: en el de la primera vuelta Pellegrini ordenó una tímida presión que fue burlada fácilmente por el Villarreal, siempre con un hombre de más en su salida de balón; los béticos apenas olieron la pelota y fueron muy justamente derrotados.

En la segunda vuelta, ya en Villamarín, el Betis intentó una presión mucho más valiente, prácticamente hombre a hombre, y, aunque el Betis tuvo pocas opciones, esa vez el Villarreal basó su triunfo más en el acierto rematador y en su buen sistema defensivo que en un dominio del juego.

Parece lógico pues que Pellegrini repitiera este domingo ese segundo planteamiento: ir a la presión hombre a hombre en todo el campo, encajando su 4-4-2 sobre el de Emery. Tal situación se vio muy clara en las muchas ocasiones en que el balón acabó en pies del portero Rulli:

Con Canales y uno de los centrales visitantes fuera de plano, vemos las claras parejas (Rodri con Femenía, William con Parejo, Guido sobre Capoue, etc.). Cuando Borja o Canales se iban a por Rulli cortando el pase hacia su par, el Villarreal raramente se atrevía al riesgo de triangular hacia el central libre mediante Parejo o Capoue, pero tenía la posibilidad de jugar en largo hacia sus dos puntas o sus teóricos extremos, Lo Celso y Yeremy, enfrentados en un arriesgadísimo cuatro contra cuatro a la defensa bética.

Así pues el dominio fue bético, y el Betis llegó en jugada (sobre todo por la izquierda) ante un Villarreal muy replegado, pero el Villarreal también pudo hacerlo con peligro por tres métodos:

- Gracias a esos pelotazos largos, algunos ganados por Gerard Moreno y otros caídos en pies de los visitantes tras errores de la expuesta defensa, como alguno de Pezzella.

- Gracias a las caídas al mediocampo de Lo Celso, muy libre: como vemos en la imagen (azul), el argentino permutaba posiciones con Jackson y además se atrasaba a zonas interiores, provocando la indecisión de Sabaly y Pezzella, que no se atrevían a perseguirlo ni tenían clara la asignación de pares.

- En contragolpes puros: pese a tener al rival muy encerrado al Betis no le funcionó bien la presión postpérdida.

En un partido escaso en ocasiones el gol del Betis llegó antes esta vez, sobre la hora de juego, y el Betis (un equipo, como decía Emery, muy similar al suyo) devolvió al Villarreal la moneda del partido de hace un año: se replegó y, ya con Guido más encima de Lo Celso, prácticamente no concedió ocasiones claras en la media hora restante, e incluso pudo machacar a la contra.

martes, 6 de septiembre de 2022

Real Madrid 2 - Betis 1: unas breves notas

Cayó el Betis con dignidad y seis años después en el campo del Madrid, en un partido que sirvió para recordar a los béticos las distancias que separan aún a su equipo del primer nivel europeo.

En este caso concreto la gran diferencia fue, sobre todo, física. Muy pocos jugadores béticos estaban en condiciones de ganar duelos individuales contra sus pares, y las ausencias de William Carvalho y, pronto, de Fekir empeoraron las cosas: solo Álex Moreno, Luiz Felipe y luego, y tal vez, Luiz Henrique tenían poder físico para retar a jugadores de la potencia y velocidad de Camavinga, Tchouaméni, Vinicius, Mendy o, más tarde, Valverde. Posicionalmente, pocas novedades, más allá de la posición obligada de mediapunta de Canales tras la lesión de Fekir en el 4-2-3-1 habitual y del adelantamiento para la presión de Modric en los blancos, que convertía el 4-3-3 casi en otro 4-2-3-1.

Sí era un duelo entre iguales en lo técnico. Valiente, el Betis trató de hacer su fútbol combinativo de largas posesiones, y lanzar presión alta (incluso "man to man") cuando perdía la pelota, con la defensa muy arriba. Eso le dio un cierto dominio en la primera media hora, aunque algo ficticio porque esa presión pocas veces lograba robos arriba, y la expuestísima defensa bética no podía sujetar a unos atacantes blancos que disfrutaban gustosos de espacios para correr.

El Madrid a su vez adelantó progresivamentea su presión y la segunda media hora se convirtió en un correcalles a campo abierto, con presiones adelantadas y transiciones rápidas por lado y lado, en el que los blancos impusieron de nuevo su físico. Aunque desperdició alguna contra prometedora, suerte tuvo el Betis de salir más o menos vivo de esta fase, en la que los blancos llegaron demasiadas veces al marco de Silva. Tras el 2-1 se entró en un cierto armisticio, que incluso dio alguna posibilidad al Betis muy al final, aunque los visitantes ya no tenían fuerzas siquiera para retener el balon, y menos para amenazar a Courtois.

En lo individual hay que valorar el partido del denostado Sabaly, que mantuvo dignamente el tipo ante un Vinicius desatado y manejó con inteligencia el balón, aunque le faltó decisión para avanzar cuando estaba libre. Rui Silva alternó grandes paradas con errores como el del 2-1, en el que se confió, y Luiz Felipe demostró grandes dotes defensivas.

domingo, 28 de agosto de 2022

Betis 1 - Osasuna 0 (3ª jornada de LaLiga)

BETIS (1): Rui Silva; Aitor Ruibal, Pezzella, Edgar, Álex Moreno; Guido Rodríguez, William Carvalho; Rodri (Canales 46'), Fekir, Juanmi (Luiz Henrique 64'); y Borja Iglesias (Luiz Felipe 73').
C.A. OSASUNA (0): Sergio Herrera; Nacho Vidal, Unai García (Manu Sánchez 71'), David García, Juan Cruz; Rubén Peña (Kike Barja 78'), Moncayola, Lucas Torró (Rubén García 78'), Moi Gómez; Aimar (Budimir 62'); y Chimmy Ávila (Kike García 62').
Árbitro: Martínez Munuera (Valenciano). Expulsó con roja directa al local Pezzella (73`) y amonestó a los visitantes Unai García y David García.
Gol: 1-0 (34') Borja Iglesias.
Excelentes césped y ambiente (52.500 espectadores).

Pese a todas las marejadas a su alrededor el Betis de Pellegrini conserva la excelente regularidad de la temporada anterior y se impuso, como casi siempre, a un rival en teoría algo inferior, pero que complicó mucho las cosas a los béticos.

Tácticamente el encuentro fue un típico partido moderno. Sin renunciar a sus tradiciones el Osasuna de Arrasate se ha sabido adaptar a las mejoras tácticas recientes de la Liga, y en particular a las introducidas hace ya años por Guardiola, sus seguidores y sus compañeros de viaje táctico (y que tantas risas provocaron y aún provocan en muchos ignorantes de la Ciudad de la Gracia). Las conocemos bien en este blog desde hace al menos ocho años: presión alta en posesión rival usando posiciones intermedias, línea de defensa muy adelantada, y riesgos razonables en la salida de balón, usando al portero para el juego corto, al mediocentro más atrasado para triangular entre este y los centrales, etc.

Primera media hora

El objetivo de esas innovaciones es intentar (e impedir al rival hacerlo) entrar en el círculo virtuoso de instalarse con el balón en campo rival y hacer una fuerte presión postpérdida aprovechando el dominio del espacio –por tener al rival encerrado–.

Ni unos ni otros lograron casi nunca ese objetivo durante la primera media hora, de modo que el partido se jugaba en distancias largas y con posesión en los respectivos campos propios (o sea, el Betis jugaba mucho entre sus defensas y cerca de su propia área, e igualmente Osasuna); las raras salidas limpias de presión desembocaban en transiciones rápidas, generalmente con escaso acierto final. Posicionalmente los visitantes calcaban el esquema tradicional del Betis de Pellegrini: un 4-4-2 defensivo en el que los dos de arriba eran realmente un punta de referencia (el Chimmy como Borja) y un mediapunta, Aimar en un lado y Fekir en el otro. Arrasate, eso sí, metía doble lateral por la derecha con Vidal por detrás de Peña, señal del respeto que ya provoca Álex Moreno en los rivales. El Betis, en el que Pellegrini premiaba a los titulares del colíder, tenía algo más el balón, pero sin llegar con claridad arriba. Osasuna marcaba casi al hombre a los jugones béticos, especialmente a Fekir y Carvalho.

Presión alta de Osasuna

Segunda media hora

Tras la (absurda) pausa de hidratación el partido se revoluciona: Osasuna está muy cerca de marcar pero es el Betis quien lo hace en la siguiente jugada. Esa jugada del gol es prototípica de contrapresión: el Betis logra empujar a Osasuna contra su área y el despeje de un primer centro es recuperado por Guido, reiniciando un nuevo ataque de inmediato.

En el tramo que sigue el Betis sí logra entrar en esa dinámica de encerrar al rival, hasta el punto de meter a defensa y centro del campo de Osasuna en su propia área, un contexto en el que la calidad de la línea de mediapuntas del Betis suele ser muy peligrosa: de hecho generó varias ocasiones clarísimas.

Última media hora

Arrasate recupera tradiciones norteñas y cambia su punta + mediapunta de arriba por un doble tanque, al viejo estilo Webo + Morales, y luego mete más calidad ofensiva dejando al lateral Cruz como central. El partido se nivela, pero Martínez Munuera decide además desequilibrarlo en favor de Osasuna con la rigurosísima expulsión de Pezzella.

Pellegrini, que ya había metido a Canales donde Rodri y luego cambiado de banda al cántabro para hacer sitio a Luíz Henrique (¡?), hace debutar a Luíz Felipe prescindiendo de Borja, de modo que Feklir queda como punta único de un 4-4-1 muy compacto.

A partir de ahí el Betis realiza un buen ejercicio defensivo durante 25 minutos: sabedor de la falta de fútbol de Osasuna por dentro, sus dos líneas de cuatro se despliegan con cierta amplitud para impedir llegadas por banda, buscadas obesivamente por Osasuna para colgar balones a Kike García y Budimir. Los visitantes vuelcan el fútbol a la izquierda, donde un Ruibal lesionado y un Luíz Henrique en complicado debut logran minimizar daños. Los balones que llueven al área son despejados por un colosal Édgar y el Betis nada hasta la orilla sin demasiados sustos.

Línea por línea

Muy bien Silva cuando se le necesitó, un buen Ruibal alternó hiperactividad y recuperaciones exitosas con excesivos riesgos a la hora de ir al robo y cierta falta de finura en el toque de balón, importante en el lateral. Potentísimo y vertical Moreno, los centrales apenas cometieron un par de errores de colocación (aunque costaron sendas ocasiones claras). Édgar ha dado un paso adelante, definitivamente.

Rodri notó de nuevo que su escaso poderío físico le penaliza en banda y en partidos abiertos, aunque salió con mucho acierto de varias situaciones complicadas con balón. Muy vigilados Juanmi y Fekir, fue William Carvalho quien supo aprovechar su fuerza y al tiempo finura con balón para empujar a Osasuna contra su área. Guido, muy bien en defensa y ataque, mejoró su rendimiento. Borja peleó sin descanso y se fabricó un gran gol.

Entre los suplentes Canales debe recuperar aún tono, y Luíz Henrique tuvo que correr demasiado tras la pelota; eso sí, desterrar al cántabro a la izquierda parece un privilegio excesivo para un joven debutante. Luiz Felipe se vio eclipsado por Édgar.

Pellegrini ha logrado una convicción y espíritu competitivo extremos en su equipo, que gana duelos individuales con pasmosa facilidad y nunca concede facilidades. La polémica de las inscripciones no parece haber hecho la menor mella.

En Twitter, @juanramonlara7. Los comentarios son bienvenidos.


domingo, 21 de agosto de 2022

Mallorca 1 - Betis 2 (2ª jornada de LaLiga)

R.C.D. MALLORCA: Rajkovic; Maffeo, Raíllo, Valjent, Copete (Lago Junior 87'), Jaume Costa; Grenier (Antonio Sánchez 64'), Battaglia (Baba 79'), Dani Rodríguez (Abdon Prats 79'); Kang-In Lee y Muriqi.
BETIS: Rui Silva; Aitor Ruibal, Pezzella, Edgar, Álex Moreno; Guido Rodríguez, William Carvalho (Loren 88'); Rodri (Rober 64'), Fekir, Juanmi; y Borja Iglesias (Paul Akouokou 79').
Árbitro: González Fuertes. Amarilla a los locales Grenier, Dani Rodríguez, Valjient, Raíllo, Battaglia, Pablo Maffeo, Lago Junior y Jaume Costa; y a los visitantes William Carvalho, Juanmi, Fekir, Pezzella, Rober, Guido Rodríguez y Rui Silva.
Goles: 0-1 (9') Borja Iglesias, de penalti; 1-1 (56') Muriqi; 1-2 (73') Borja Iglesias, de penalti.
Incidencias: Partido disputado en Son Moix, que estrenaba grada, ante 16.000.

Su espíritu competitivo y una pizca de fortuna dieron la victoria al Betis ante un Mallorca inferior técnicamente pero que supo igualar a su rival e incluso superarlo en la segunda mitad.

Primera parte

Al Betis se le atragantó el 5-3-2 de los de Aguirre, que sabe sacar partido a su buen físico y la escasa calidad de su equipo, concentrada en las decisivas áreas, y en particular en sus delanteros Lee y Muriqi.

 El 5-3-2 defensivo del Mallorca, visible en el arranque de la segunda parte

El balón se suponía sería del Betis, pero el pronto gol bético obligó a los locales a adelantar su presión  y niveló la posesión, ya en la primera mitad, mucho más de lo esperado. Tras el tanto el Betis de Pellegrini, desde su habitual 4-2-3-1 con Rodri y Juanmi en las bandas, movió el balón de lado a lado, especialmente gracias a William Carvalho, y buscó en ocasiones en largo la espalda de la defensa local, aunque sin llegar mucho a portería. El Mallorca, eso sí, llegaba menos aún, lastrado por su falta de calidad en la elaboración del juego, y solo hacía algún peligro a balón parado: la diestra de Grenier y la zurda de Lee metían buenos balones desde cualquier distancia, pero la defensa bética se mantenía firme por alto.

Segunda parte 

Los problemas para el Betis llegaron en la segunda mitad, cuando el Mallorca acentuó su presión y el Betis empezó a hacer aguas por dentro. En defensa los de Aguirre basculaban eficazmente cuando sus carrileros saltaban a por el lateral bético en el momento en que la pelota llegaba a un costado. Por ejemplo, con balón en posesión de Álex Moreno saltaba de línea Maffeo:

El Mallorca interrumpía además el juego con faltas tácticas cuando su presión era superada, con la anuencia de un árbitro que amonestaba mucho por incidencias pero muy poco por lances del juego.

Por contra, el 4-4-2 bético y sus habituales posiciones intermedias funcionaban mal ante el esquema mallorquinista. La causa fundamental era que los carrileros locales, Maffeo y Costa, atacaban desde una posición lejana tanto de los laterales como de los extremos béticos, de modo que Juanmi y Rodri quedaban demasiadas veces en una posición defensiva exterior e irrelevante, lejos de esos carrileros pero sin tomar tampoco a un central ni a un interior. Veamos como ejemplo la jugada del 1-1, en el momento en que el balón vuela:


Como se observa, los extremos béticos están rebasados por Maffeo y Costa, y prácticamente sin pareja, con poca misión defensiva más que presionar esporádicamente a Raíllo o Copete. A consecuencia de ello Carvalho y Guido quedaban en inferioridad numérica por dentro, algo agravado por las dañinas caídas hacia el mediocampo de Kang-In Lee, que no era perseguido por los centrales béticos. De hecho así sucede en la propia jugada del 1-1, en la que recibe sin oposición:

Tras el empate Pellegrini mete físico con Rober por Rodri, y el Mallorca sigue dominando la situación, aunque a costa de notables riesgos a la espalda de su defensa, muy adelantada. En un pelotazo bien peleado por Fekir llega el 1-2, y a partir de ahí el Mallorca mete físico y madera arriba y acogota a un Betis que solo se mantuvo en pie por la firmeza de su línea defensiva, protegida por Pellegrini: primero Paul entra en el doble pivote junto a Guido y deja a Carvalho y Fekir arriba; luego Loren entra por el portugués y recupera un esquema más reconocible.

Línea por línea

Algo nervioso Rui Silva, Ruibal y Moreno cumplieron defensivamente pero, bien controlados por Maffeo y Costa, no se proyectaron en ataque como en otros partidos: la eficacia de los desdobles de los laterales beticos ante defensas adelantadas se basa en la indecisión de los laterales rivales entre seguirlos a ellos o al extremo, pero las defensas de cinco resuelven ese problema de un plumazo. Muy bien Édgar, especialmente con balón, un imperial Pezzella fue decisivo para mantener a raya a Muriqi y manejar situaciones de inferioridad.

Menos visible en defensa de lo que acostumbra Guido, Carvalho controló el tempo del partido mientras el fisico le dio. Rodri se manejó bien en corto con balón pero perdió importancia cuando el partido se puso físico, pero Juanmi, vertical, sí fue el peligro constante que suele. Peleón Borja, Fekir tuvo de nuevo a los béticos en vilo por su tarjeta y sus conflictos con los defensas, pero finalmente su calidad fue decisiva. Los suplentes aportaron poco.

Pellegrini tiene colíder a un equipo en la dificil coyuntura de las inscripciones, y que de hecho acudió a Mallorca con solo cinco posibles suplentes de campo. Su milagro tiene mucho que ver con la estabilidad de una plantilla que juega de memoria y tiene fuertes lazos de fidelidad internos.

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martes, 16 de agosto de 2022

Betis 3 - Elche 0 (1ª jornada de LaLiga)

BETIS (3): Rui Silva; Ruibal (Fran Delgado 78'), Pezzella, Edgar, Álex Moreno; Guido (Paul 85'), William Carvalho; Rodri (Miranda 85), Fekir (Rober González 64'), Juanmi; y Borja Iglesias (Loren Morón 78').
ELCHE C.F. (0): Edgar Badía; Helder Palacios, Bigas, Enzo Roco (Diego González 46'), John, Mojica; Pere Milla (Josan 64'), Mascarell, Gumbau (Alfaro 76'), Fidel (Morente 46'); y Roger Martí (Ponce 64').
Goles: 1-0 (28') Borja Iglesias; 2-0 (39') Juanmi; 3-0 (60') Juanmi.
Árbitro: Cuadra Fernández. Amonestó a Fekir, Pere Milla, Ruibal, Fidel, Gumbau, Roger Martí, Juanmi y Mojica. Expulsó a John (16') por derribo en ocasión manifiesta de gol.
Incidencias: 51.000 espectadores en el Benito Villamarín.

Pasadas vacaciones y pretemporada, y en plenas turbulencias por las inscripciones, el Betis de Pellegrini volvió a ser el de siempre, idéntico a sí mismo desde hace casi dos años. Apenas alterada levemente (de momento) la plantilla por el traspaso de Bartra y los mencionados problemas legales, el Betis prácticamente no ha tocado su equipo, lo que conlleva grandes ventajas (estabilidad emocional, mecanismos de juego conocidos de memoria, optimización máxima de movimientos y colocación de los jugadores...) y ciertas desventajas como el envejecimiento de los jugadores y el agotamiento de contratos, con las que habrán de lidiar los dirigentes béticos a medio plazo.

Futbolísticamente de momento ganan de largo las ventajas, y el Betis se deshizo sin problemas del Elche con la seguridad que suele ante rivales menores. Bien es cierto que jugó desde muy pronto con un hombre más, aunque también que la expulsión fue justa y provocada por el juego bético.

Primer cuarto de hora

El Elche se plantó con un típico 5-4-1 a media altura, con el plan de robo y despliegue al contragolpe con sus dos rápidos carrileros. Enfrente, el Betis de siempre: 4-4-2 con bloque medio y muy junto en defensa, con intentos de contrapresión cuando se podía, y fútbol de toque desde su clásico 4-2-3-1 con todos sus mecanismos habituales: libertad de movimientos ofensivos, muchos hombres por detrás del balón en salida, laterales altos (Ruibal lo es casi necesariamente), Juanmi incorporado como delantero, Rodri atornillado muchas veces a la banda derecha...

El plan del Elche funcionó razonablemente los primeros minutos, cuando la energía de salida y un William algo fallón dieron algunas opciones de contra a los ilicitanos. Sin embargo pronto una espectacular jugada de Ruibal muy a lo Ruibal (básicamente, irse en vertical hacia la porteria contraria) rompe el partido.

Minutos 16 al 60

El único aspecto positivo para el Eleche fue que al ser expulsado uno de sus centrales el esquema resultante fue el adecuado, un 4-4-1 con el que, eso sí, ya pudo tener muy poco balón. Pese a ello trató de mantener la línea alta, pero la lentitud de sus centrales terminó de arruinar su partido, con mención muy especial a un Roco que prolongó (dos jugadas, dos goles) el estropicio iniciado por su compañero de línea John.

Tras un impetuoso inicio de segunda parte en el que, tras un doble cambio, trató de quemar sus escasis cartuchos y adelantó líneas, el Elche recibe el 3-0.

Última media hora

Los visitantes pierden la fe y el Betis juega ya a placer, asfixiando con la contrapresión a un rival que no sale casi nunca y al que el cansancio obliga a recular y a juntarse mucho por dentro, dejando autopistas en las bandas. El Betis hace el típico carrusel de cambios sin tocar el esquema (con Rober como segundo punta) y la suerte y algún detalle arbitral impiden que el resultado se agrande.

Hay que destacar la absoluta fiabilidad lograda por Pellegrini del equipo, que siempre machaca cuando es superior al rival. Además destacó el partido de un segurísimo Pezzella, la calidad en ataque de William una vez superadas las dudas iniciales, el empuje físico de Álex Moreno, el caudal ofensivo de un Fekir que debió ser cambiado antes y, sobre todo, la minusvalorada calidad de un Juanmi que no disfruta del tratamiento de estrella internacional que empieza a merecer. Rodri y Akouokou dejaron buenos detalles.

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martes, 26 de abril de 2022

Betis 1 - Valencia 1 (5-4 en los penaltis; final de la Copa 21-22)

BETIS (1+5): Bravo; Bellerín, Pezzella, Bartra, Álex Moreno (Miranda 106'); Guido Rodríguez, William Carvalho (Guardado 102'); Canales (Aitor Ruibal 111'), Fekir (Tello 111'), Juanmi (Joaquín 86'); y Borja Iglesias (Willian José 102').
VALENCIA CF (1+4): Mamardashvili; Foulquier (Musah 100'), Diakhaby, Gabriel Paulista, Alderete, Gayà; Carlos Soler, Hugo Guillamón (Racic 85'), Ilaix Moriba (Thierry Correia 79'), Hugo Duro (Bryan Gil 85'); y Guedes.
Árbitro: Hernández Hernández, auxiliado por De Burgos Bengoetxea (VAR). Amarillas a Carvalho, Pezzella, Borja Iglesias, Tello, Paulista, Hugo Guillamón, Alderete, Thierry Correia y Soler.
Goles: 1-0 (11') Borja Iglesias; 1-1 (30') Hugo Duro.
Penaltis: Carlos Soler, gol (0-1); Willian José, gol (1-1); Racic, gol (1-2); Joaquín, gol (2-2); Guedes, gol (2-3); Guardado, gol (3-3); Musah, fuera (3-3); Tello, gol (4-3); Gayà, gol (4-4); y Miranda, gol (5-4).
53.000 espectadores (lleno absoluto) y excelentes condiciones en el frío Estadio de la Cartuja.

El Betis ganó su tercera Copa del Rey tras un partido en el que fue superior al Valencia, y que transcurrió por los cauces tácticos previstos.

También las previstas fueron las alineaciones de ambos equipos, con la única y relativa sorpresa de la titularidad de Ilaix en el Valencia. Ante un Betis que presentaba su once de gala, Bordalás priorizó, según su costumbre, la neutralización de las virtudes del rival, y para ello trató de clonar el planteamiento que opuso al Betis días atrás el Elche de Francisco –en ese caso con más éxito en el marcador que en lo táctico–: un claro 5-4-1 en el que Carlos Soler quedaba exiliado en la banda derecha para hacer sitio por dentro al marrullero y defensivo Guillamón y al citado Ilaix, quienes debían tratar de parar el fútbol de Fekir. Arriba quedaba aislado Guedes, con Hugo Duro (tirado a la izquierda) como único socio potencial y, dado que no es un delantero centro nato, con escasas posibilidades de bajar los pelotazos del tosco trío de centrales valencianistas.

El Betis, por su parte, presentaba el equipo titular esperado.

Primera parte
También previsible fue el tipo de partido que se planteó: posesiones largas por parte bética, con amplia superioridad numérica en la zona de salida de balón, y un Valencia muy inferior técnicamente pero superior físicamente, que esperaba con el bloque a altura media. Los ches no presionan casi nunca alto, tratan de juntar líneas y esperan que un robo en mediocampo o un pelotazo largo dé ocasión a sus tres hombres de arriba, los únicos de calidad junto a Ilaix y Gayá, para juntarse y montar un contragolpe aprovechando los espacios a la espalda de la adelantada zaga del Betis. Cuando los béticos progresan el Valencia no se corta en aplicar el método Bordalás: todo tipo de contactos, interrupciones y faltas tácticas, generalmente impunes en lo disciplinario y en las que Guillamón se destaca.

Los béticos, por su parte, y como suelen, intentan progresar con balón en corto, especialmente por bandas, y juntar a Fekir o Carvalho con sus laterales y los hombres de arriba para empujar al Valencia contra su área, pisarla y, en caso de pérdida, presionar rápidamente al rival. Inteligentemente, ante el bloque medio del Valencia los béticos retienen un poco la posición de los laterales (especialmente Álex Moreno) para que no se emparejen directamente con los carrileros del Valencia, fijados por Juanmi y Canales; buscan las espalda de los centrales y meten balones hacia un magnífico Borja Iglesias, que consigue ganar metros con recepciones de espaldas a portería.

 

El Valencia, por su parte, flota a Pezzella, el más torpe del Betis en salida de balón (algo que haría de forma especialmente clara en la segunda mitad); Guedes bloquea la salida por el lado de Bartra y Hugo Duro se reparte entre Bellerín y el citado Pezzella. El lateral derecho bético llega arriba con facilidad y una de sus subidas da el 1-0. Tras media hora de dominio bético intenso y varias llegadas peligrosas, el Valencia consigue salir por primera vez de la presión, monta una contra lanzada gracias a Soler y empata. El partido cambia poco hasta el descanso.

Minutos 45 al 60
A costa de desgaste físico, el Valencia aprieta un poco más arriba y logra romper el círculo virtuoso del Betis: los béticos pierden balones en salida, mandan pelotazos largos sin activarse a tiempo para la segunda jugada, no saben detener al Valencia cuando sale de su presión, y los valencianistas acumulan varias llegadas muy peligrosas al área bética.

Minutos 60 al 90
El Betis toma por fin nota del criterio arbitral y comienza a hacer faltas tácticas a tiempo. El Valencia, tras su arreón y después de una hora corriendo tras el balón, se viene abajo físicamente y el Betis vuelve a adueñarse del partido, incluso más claramente que en el primer tiempo. Alrededor del minuto 80 los  béticos llegan a acumular tres manos a mano ante Mamardashvili (Juanmi, Fekir y Borja), y Hernéndez Hernández escamotea la expulsión de Guillamón y un claro penalti a Fekir.

Bordalás reacciona y comienza el carrusel de cambios: mete doble lateral con Thierry por la derecha para sacar a Soler de su exilio en banda, releva a Duro y cambia a Guillamón antes de que lo expulsen. Joaquín entra por un Juanmi muy entonado en la segunda mitad (?), pero se estrellará ante la potencia física de Foulquier y Thierry. Muy al final el Valencia se acerca esporádicamente al 1-2 al contragolpe.

Prórroga
El Betis domina, pero muy fundidos Canales (casi desaparecido todo el partido) y Fekir, y sin posibilidad de progresar por el costado izquierdo de Joaquín, ya llega poco. El Valencia, nunca. Pellegrini refresca puesto por puesto sin tocar el esquema, y a diez minutos del final mete a Joaquín por dentro y da las bandas a Tello y Ruibal, sin gran resultado. Bordalás mete a Musah por delante de Thierry.

Penaltis
Pellegrini ordena tirar a cinco de los seis hombres de refresco. De los diez solo falla el jovencísimo Musah.

Línea por línea
Bravo tuvo escaso trabajo, bien resuelto. No hubo de jugar demasiadas veces en largo (lo hizo bien) y menos aún a media distancia o en corto.

Bellerín fue el defensor más completo: cerró bien su sector, como Álex, pero además supo subir como no hizo el zurdo. Los centrales, muy concentrados, lo ganaron todo por arriba y mantuvieron alta la línea con el único lunar del 1-1; en salida de balón Bartra estuvo más acertado que su compañero.

Aunque poco valorado, el partido de William fue muy bueno con balón: dio fluidez y al tiempo tuvo enorme seguridad, salvo un par de despistes iniciales. La tarjeta lo lastró un poco en defensa, lo que fue compensado por un Guido que hizo un gran partido defensivo y muy aceptable en ataque.

Arriba Borja Iglesias fue el gran protagonista. Lo hizo todo bien: gol, una asistencia extraordinaria a Juanmi, buen trabajo defensivo, retención de balones arriba, pelea con los centrales... Fekir, muy acosado, no estuvo brillante pero se echó al equipo encima ante la desaparición de Canales y el carácter guadianesco de Juanmi, que no obstante llevó peligro cada vez que intervino.

Los cambios aportaron poco antes de los penaltis: el gran Pellegrini no parece acertar en este detalle del juego últimamente, como sí hizo en otras fases de la temporada. No obstante todos los elogios al chileno serán pocos: el extraordinario nivel competitivo de este Betis ha dado frutos.

Enhorabuena a los béticos, ¡y comenten más que nunca, aquí o en Twitter!

lunes, 14 de febrero de 2022

Levante 2 - Betis 4 (24ª jornada de LaLiga)

Cumplió el Betis con el mínimo esfuerzo ante el muy colista Levante.

Pocas conclusiones tácticas pueden sacarse de un partido cuya primera parte, cierto, fue más igualada de lo que indicó el marcador, pero en el que un Betis a medio gas apenas pisó el acelerador. Le sobraron cuarenta minutos, de hecho, una vez Fekir solucionó el susto del 2-3.

La goleada fue resultado del enfrentamiento del mejor ataque del Betis en muchas décadas contra un sistema defensivo local blandísimo, pese a que el Levante trató de blindarse y jugar a la contra desde un 5-4-1 bastante atrasado. Sí hicieron cierto daño justamente al contragolpe, lanzando rápido hacia De Frutos y Morales, que (altos los laterales béticos) obligaban a salir de zona a un central destapando el área ante los consecuentes centros cruzados.

En ataque Édgar y, más aún, Carvalho y un imponente Fekir encontraron espacios por dentro, sobre todo con el marcador a favor. Con dos levantinistas defendiendo cada carril externo, mejor controlados estuvieron los laterales, así como Tello y un de nuevo decepcionante Rodri. Bartra y Pezzella supieron defender con muchos metros a sus espaldas.

Pellegrini volvió a rotar sin menoscabo de la competitividad del equipo.

Se agradecen los comentarios. En Twitter, @juanramonlara7.



jueves, 10 de febrero de 2022

Rayo 1 - Betis 2 (ida de semifinales de Copa): unas notas

Salió más que vivo el Betis de Pellegrini de un complicadísimo campo como el del Rayo, con la dificultad añadida de recibir un gol muy pronto.

A partir de ese gol el Betis tiró de calidad individual (superior, es innegable, a la del Rayo) y de personalidad para remontar el partido. Iraola, el buen entrenador del Rayo. ha montado un equipo al más puro estilo norteño, modernizado con un trato de balón muy decente, incluso en el irregular césped vallecano. Los madrileños aprietan muy arriba al inicio de cada tiempo hasta que el cuerpo les aguanta, y luego alternan fases de repliegue y de presión alta. Atacan a todo trapo, con toques veloces, mucha verticalidad por las bandas y balones cruzados al área, como bien ejemplificó su excelente primer gol –si bien la falta de llegada de su mediapunta, Trejo, le priva de presencia rematadora–.

El Betis supo aguantar las fases más agresivas del Rayo y bajar luego las pulsaciones del partido, fundamentalmente gracias a la capacidad de recibir y ganar metros de sus dos hombres de arriba: un magnífico Borja Iglesias, que además de su gol aportó un trabajo incansable y muchas recpciones altas, y un Fekir que además de aguantar tarascadas y atraer rivales estuvo muy trabajador en la presión y las segundas jugadas. Dado que ambos equipos jugaron un 4-4-2 en defensa (4-2-3-1 en ataque) y trataron de presionar arriba, prácticamente con parejas individuales, el partido tuvo un fuerte ritmo físico, escenario previsible que Pellegrini encaró con jugadores de choque y anticipación como Ruibal o Bartra.

Una vez soportados, a base de esfuerzo defensivo y concentración, los tramos iniciales de cada tiempo, Carvalho impuso su cadencia y el Betis logró el control del juego y dos merecidos goles. El cansancio de los locales moderó los efectos del arreón final rayista, a medias impulsado por los cambios ofensivos de Iraola y por los muy defensivos de un Pellegrini que acabó con seis defensas en el campo.

 Queda media eliminatoria pero el Betis tiene las cartas en su mano. Los comentarios son bienvenidos y generalmente contestados. En Twitter, @juanramonlara7.

lunes, 7 de febrero de 2022

Betis 0 - Villarreal 2 (23ª jornada de LaLiga)

BETIS (0): Rui Silva; Bellerín, Pezzella, Bartra, Miranda; Guido Rodríguez, Guardado (Rodri 59'); Canales, Fekir (Tello 87'), Juanmi (Aitor Ruibal 85'); y Willian José (Borja Iglesias 59').
VILLARREAL (2): Rulli; Foyth (Aurier 64'), Albiol, Pau Torres, Pedraza; Chukwueze (Yeremy Pino 77'), Capoue, Parejo, Alberto Moreno (Lo Celso 77'); Gerard Moreno (Manu Trigueros 35') y Alcácer (Danjuma 64').
Árbitro: González Fuertes (asturiano). Amarilla Canales, Borja Iglesias, Chukwueze, Alberto Moreno y Capoue.
Goles: 0-1 (41') Pau Torres; 0-2 (83') Capoue.
Incidencias: 45.000 espectadores, condiciones óptimas e himno de Pascual González en la salida de los equipos.

El Villarreal bajó de la nube a un flojo Betis, al que derrotó por métodos opuestos a los de la primera vuelta. Si entonces el equipo de Emery fue valiente, encerró al Betis y lo privó del balón, anoche fue ultraconservador, le cedió la pelota y sacó provecho de las rotaciones de los verdiblancos.

Primera parte
Aunque necesarios (véanse las plagas de lesiones en otros equipos), los seis cambios de Pellegrini respecto a Anoeta trajeron como consecuencia problemas en la elaboración del juego, y en concreto en la salida de balón, protagonizada por dos centrales con mal pie para en corto como Pezzella y Bartra. Poco ayudaría además a mejorarla un Guardado muy escondido y engullido por los mediocentros castellonenses –y eso que su pareja natural era Parejo, no precisamente un prodigio físico–.

Ese mal pie de los centrales béticos hacía previsible a priori que el Villarreal repitiese su exitoso planteamiento de la primera vuelta y quitase el balón al Betis con una presión alta; sin embargo Emery optó por esperar al Betis con un bloque medio, y fue Pellegrini quien sí se decidió a lanzar una presión muy ambiciosa para evitar el asfixiante escenario del partido de octubre. Los béticos encajaron su 4-4-2 con el idéntico esquema de los visitantes, y resultó un arriesgado escenario de parejas en todo el campo:

 

Las posesiones del Villarreal duraban poco, y el Betis nunca le consentía instalarse en campo bético y entrar en ciclos de dominio, pero a cambio los verdiblancos corrían grandes riesgos, con una defensa adelantada en la que Bartra y Pezzella quedaban directamente emparejados con Gerard Moreno y Alcácer. El Villarreal se saltaba la presión y los buscaba directamente en balones largos, al igual que a los rápidos Chukwueze y Alberto Moreno. El Betis no se ponía de gol casi nunca; el Villarreal no lograba llegadas muy claras pero sí situaciones de área que desembocaron en un buen número de faltas y córneres colgados, y uno de ellos produjo el gol de Pau Torres, cerca ya del descanso.

Segunda parte
Pese a la tenue superioridad de su equipo en la primer parte, Emery decide dar un paso atrás, entrega descaradamente el control del juego al Betis e instala un bloque medio-bajo, a ratos muy cerca de su área. Pellegrini retira al inoperante Guardado y mete por dentro a Canales, con Rodri (en un escenario adecuado para sus características) en la banda derecha. El Betis hace circular el balón lateralmente por la U formada por sus cuatro defensas, con mucha lentitud y poco riesgo, sin lograr nunca filtrar balones por dentro, pero el Villarreal nunca sale de la cueva y las escasas ocasiones son béticas durante más de media hora. Cerca ya del final un gran gol de Capoue cierra el partido.

Línea por línea

Sin mucho que aportar Silva, y mediocres Bellerín y Miranda, Bartra y Pezzella demostraron lo que ya sabíamos: estuvieron tan concentrados y contundentes en defensa como grises con balón, sin sacar ventaja casi nunca en la salida.

Guido se vio obligado a crear, un papel que recitó aceptablemente para compensar la incomparecencia de Guardado. Canales y Juanmi notaron cierto cansancio, y el primero de ellos acabó muy fundido. Por delante, Fekir apenas aportó desborde en uno de sus partidos más grises, y Willian José apenas supo ganar metros con sus recepciones. Algo lo mejoró Borja en este aspecto, más acertado que un Rodri que no se consolida. El resto de apariciones fue testimonial.

Pellegrini ha estabilizado ya una columna vertebral de equipo, pero la sobrecarga de partidos lo obliga bien a renunciar a hombres muy en forma (Álex Moreno y Carvalho), bien a sobrecargar a los imprescindibles (como los tres mediapuntas). Son los peajes de ser el único equipo superviviente en tres competiciones.

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sábado, 22 de enero de 2022

Espanyol 1 - Betis 4 (22ª jornada de LaLiga)

ESPANYOL (1): Diego López; Óscar Gil, Sergi Gómez, Calero (David López 46'), Pedrosa; Morlanes; Aleix Vidal (Embarba 60'), Melendo (Loren 60'), Darder, Puado (Vilhena 84'); y De Tomás.
BETIS (4): Bravo; Sabaly, Pezzella (Víctor Ruiz 84'), Édgar, Álex Moreno; Guido, William Carvalho (Guardado 84'); Canales (Camarasa 84'), Fekir, Juanmi (Tello 59'); y Borja Iglesias.
Goles: 1-0 (15') De Tomás; 1-1 (31') Borja Iglesias, de penalti; 1-2 (37') Guido Rodríguez; 1-3 (53') Borja Iglesias (Willian José 74'); 1-4 (76') William José.
Árbitro: Alberola Rojas (castellano-manchego). Amonestó a Morlanes y expulsó a De Tomás por doble cartulina amarilla (81'); por parte del Betis, amarilla a Pezzella, Juanmi, Borja Iglesias y Carvalho.
Buen césped y béticos en Cornellá.

El Betis presentó anoche una seria candidatura a puestos Champions más allá del rendimiento de los equipos que lo persiguen y anteceden, en una nueva exhibición de poder ofensivo. Como ante el Alavés, los béticos mostraron un impresionante abanico de maneras de llegar al gol: de penalti tras jugada, de córner, en ataque rápido tras recuperar en la presión postpérdida y de contragolpe tras robo.

Jugada del 1-3: al estar el Espanyol muy replegado el Betis domina el espacio. Guido recupera tras una buena presión postpérdida y la pasa al primer toque a Canales, que asiste a Borja.

Primera parte

Colocado su rival en un claro 4-3-3 (que no 4-2-3-1), con Melendo y Darder a los costados de Morlanes, los béticos no perdieron la compostura tras el pronto 1-0 y practicaron su fútbol favorito, de control, ante un Espanyol replegado muy atrás. Los béticos arriesgaron poco el balón y lo hicieron circular a un ritmo bajo, tal vez demasiado. Pese a ello remontaron, en una primera mitad muy escasa en ocasiones por parte y parte en la que Guido supo detener cada intento de salida al contragolpe de los locales.

Más pendientes estos de detener el caudal de juego bético (incluso con un extremo derecho alineado para defender a Álex Moreno) que de mirar al marco rival, la rápida presión postpérdida funcionaba bien ante un rival demasiado encerrado. El Betis atacaba con sus recursos habituales: mucha movilidad interior, aproximación al balón de sus jugadores más técnicos, William Carvalho y Fekir, y caídas a los costados de este último para triangular muy rápidamente (ahí sí) con Canales y el lateral por un costado, y Juanmi y Álex por el otro. El Espanyol apenas inquietaba un poco por la derecha, gracias a las subidas de Gil.

Segunda parte

Obligado por el resultado, el muy conservador Espanyol adelanta tímidamente líneas pero sin gran resultado: Carvalho y Fekir le esconden el balón, y el partido alterna desde entonces fases de dominio bético (ante rival replegado) con otras de juego abierto en el que los béticos hacen las cuatro esquinas y llegan arriba con facilidad, más aún tras la expulsión.

El Espanyol pasa a jugar con dos puntas (entre el exbético Loren) pero al abrirse solo consigue ser barrido por el Betis, al que le sobra partido para golear.

Jugador por jugador

El buen juego de pies de Bravo, infalible en pases hacia campo propio, desactivó la presión rival junto al toque de un gran Édgar y el buen manejo, esta vez, de un Pezzella muy concentrado. Los laterales dieron más empuje físico que profundidad.

En gran forma, William Carvalho y Guido son hoy una pareja complementaria y casi insuperable en esta liga. La calidad de Fekir y Canales en cortísimo aburrió al sistema defensivo españolista. Juanmi y Borja aparecieron donde deben

De los suplentes se puede apuntar el gol de William José.

Pellegrini ha ido encajando pequeños detalles tácticos, mejoras individuales de sus futbolistas y refinamientos posicionales (Canales a pie cambiado, Fekir libre, Carvalho a la izquierda de un jugador como Guido) hasta optimizar el rendimiento de cada jugador: son muchos los que están en el mejor momento de su carrera.

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jueves, 20 de enero de 2022

Betis 4 - Alavés 0 (21ª jornada de LaLiga)

BETIS (4): Bravo; Bellerín, Pezzella, Édgar, Miranda; Guido Rodríguez (William Carvalho 72'), Guardado; Canales (Rodri 72'), Fekir (Camarasa 83'), Juanmi (Lainez 83'); y Borja Iglesias (Willian José 72').
ALAVÉS (0): Pacheco; Aguirregabiria, Miazga, Laguardia, Rubén Duarte (Javi López 48'); Jason (Manu García 46'), Escalante (Pina 46'), Toni Moya (Tachi 46'), Luis Rioja; Edgar Méndez y Joselu (Miguel de la Fuente 75').
Árbitro: Sánchez Martínez (murciano). Amarilla a Édgar (Betis) y Guardado.
Gol: 1-0 (11') Borja Iglesias; 2-0 (29') Canales; 3-0 (41') Borja Iglesias; 4-0 (55') Juanmi.
39.000 espectadores.

Los cuatro goles con los que el Betis aplastô al Alavés, en una primera hora de partido excelente, demuestran que es un equipo muy completo, capaz de superar cualquier estilo de juego del rival. Y es que ninguno de ellos llegô del modo que se supone propio de este Betis, o sea, tras encerrar al rival en una larga jugada. El primero lo hizo a balón parado; el segundo, en una transición rápida a campo abierto tras salir de la presión rival; el tercero, en un robo altísimo; y el cuarto en un contragolpe puro y duro. De hecho los equipos de Mendilibar suelen ejercer una fuerte presión alta, que solía atragantársele a este Betis, y eso intentô el Alavés tras recibir pronto el 1-0. De nada le sirvió: muy fino el Betis en salida de balón gracias al buen pie de Bravo, Édgar, Bellerín y Guardado, el Alavés tuvo que correr una y otra vez hacia atrás y cuando no fue castigado directamente, como en el 2-0, se vio sometido y encerrado por la presión postpérdida de los béticos. Su 4-4-2 nunca encontrô a los puntas y el partido fue en una sola dirección.

En lo posicional llamó la atención la tendencia cada vez más clara de Fekir a huir de posiciones centrales y acudir a los costados a crear superioridades con el lateral y el interior que caiga por ese lado. Véase en su heatmap (ataque del Betis: hacia arriba).

 

También conviene puntualizar, contra lo mucho leído estos días, que el movimiento de Bellerín hacia dentro en ciertas jugadas, siempre en conducción de balón (y esto es significativo), fue más producto de contextos concretos del juego –siempre cambiante y dinámico en ataque en los equipos de Pellegrini– que de coreografías preconcebidas. De hecho el rol de los laterales, generalmente muy altos, siguió siendo el de dar amplitud y profundidad al juego ofensivo.

El partido fue completísimo por todo el equipo, pero cabe destacar individualmente a Édgar y el momento de forma de un Canales estelar.

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martes, 18 de enero de 2022

Betis 2 - Sevilla F.C. 1 (partido único de 8º de final de Copa)

El punto táctico más interesante del épico y a la vez esperpéntico derbi de Copa fue el cambio en el juego producido por el aplazamiento, y ello por dos razones: la recuperación de Acuña y Koundé –mucho mejores jugadores que Jordán y Gudelj– y el cambio de esquema de Lopetegui.

Cuarenta primeros minutos
Hasta entonces el Sevilla había sido muy inferior al Betis. Algo tuvieron que ver en ello las bajas médicas, aunque también la imprevisión de Monchi, que sabe que la Copa de África existe y que ha montado una plantilla mal doblada en ciertas posiciones (la falta de nivel de Gudelj, chico para todo atrás, en comparación con Fernando o Koundé es escandalosa). También influye, por cierto, el empeño de su entrenador en no rotar y así saturar de partidos a sus titulares.

De salida el Betis presionó fuerte y alto a una defensa y portero rivales de calidad menor, y los obligó a pelotazos sin destino. El físico de Ocampos no podía con el de Álex Moreno, y el Sevilla era víctima fácil de la trabajada presión de un Betis en 4-2-3-1. Guido mandaba, para saltar al pressing hombre contra hombre o elegir un repliegue menos arriesgado con el que detener el 4-3-3 sevillista, en el que el Papu era extremo izquierdo. Pese a adelantarse en su única ocasión, el Sevilla sufría, y mucho a balón parado: el empate llegó pronto.

Tras el aplazamiento
Lopetegui recupera a dos hombres importantes y pasa a un 5-4-1 (o 3-4-3) que arriesgaba al exponer  a dos mediocentros de físico dudoso a la superioridad numérica de Guido, Carvalho y Fekir (cierto que en un minipartido sin tiempo para agotarse). Lo soluciona cerrando mucho a Ocampos y, sobre todo, al Papu, y dejando en banda solo a sus carrileros, que al cabo tampoco tenían que enfrentarse por su zona más que a un lateral bético cada uno. Los extremos sevillistas, ya jugando muy por dentro, permutan bandas y Ocampos se coloca a pie cambiado, lo que complica el partido a los laterales béticos.

La presión bética se descoordina por la derecha: Sabaly no salta a por Acuña cuando Canales va a por Rekik, y es Guido quien debe tapar el agujero con ayudas.

La presión bética, ahora enfrentada a mejores pasadores, se desajusta con ese cambio de esquema rival, y especialmente por la derecha, donde a Canales no le funciona defensivamente su posición intermedia de presión: Acuña le coge la espalda demasiadas veces y, fijado Sabaly, el agujero solo se soluciona con mil ayudas de un gran Guido. Así, el balón y las escasas ocasiones viran hacia la causa sevillista. Pero el cambio de esquema a uno no habitual tiene sus riesgos para el Sevilla: esa misma posición intermedia es aprovechada por Canales para hacer el 2-1. A partir de ahí el Betis, sin meterse nunca muy atrás, sufre un poco y resuelve los peligros con concentración en su área.

Individualmente destacó el partido de los mediocentros, con un Carvalho en gran forma y un Guido siempre muy inteligente en lo posicional. Pezzella defendió bien en el área, pero mostró de nuevo muy poca capacidad para sacar el balón con limpieza. Fekir y Canales fueron de nuevo decisivos.

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lunes, 3 de enero de 2022

Betis 0 - Celta 2 (19ª jornada de LaLiga)

BETIS: Rui Silva; Bellerín, Bartra, Víctor Ruiz, Álex Moreno; Guardado (Fekir 58'), William Carvalho; Lainez (Rodri 46'), Canales (Tello 80'), Juanmi; y Willian José (Borja Iglesias 58').
R.C. CELTA: Dituro; Aidoo, Kevin Vázquez,  Carlos Domínguez, Javi Galán; Fran Beltrán; Brais Méndez (Veiga 86'), Denis Suárez, Cervi (Fontán 93'); Aspas (Nolito 90') y Santi Mina.

Árbitro: Soto Grado (riojano). Mal. Amarillas a Willian José, Denis Suárez y Cervi.
Goles: 0-1 (36') Aspas, de penalti; 0-2 (45+2') Aspas.

Cuando Guido Rodríguez abandonó el campo en el minuto 67 del Athletic-Betis los verdiblancos ganaban 1-2. Desde entonces el equipo ha recibido cuatro goles, no ha marcado ninguno y ha sufrido dos derrotas tras una larga racha de victorias. Y la cosa parece más causal que casual, y más aún cuando el sustituto natural de Guido, Paul Akouokou, está de baja.

El habitualmente acertado Miguel Quintana ha dado una buena clave del asunto; Guido no solo aporta en defensa buenas cifras, sino un notable intangible: la habilidad para detener ataques del rival y temporizarlos hasta desactivar su peligro, notablemente hostigando al poseedor, bloqueando el carril central y obligando a llevar el ataque por donde le conviene al Betis. La pérdida de esa capacidad provocó, efectivamente, la pérdida de control del equipo en el último cuarto del partido de Bilbao y ayer ante el Celta.

A ello se sumó, especialmente ayer, que el Betis se encontró con un equipo que sabe hacer presión alta y no se deja someter fácilmente a los ciclos de ataque y presión postpérdida con los que el Betis intenta dominar a sus rivales. Tampoco se puede decir que los de Coudet impusieran su juego desde el inicio –que para tanto tampoco da un equipo que no es, en absoluto, superior a este Betis–; pero sí provocaron un partido abierto, jugado en un campo largo, con las defensas muy adelantadas y sin control del juego por ninguno de los dos equipos: un correcalles en el que cada cual trataba de correr, incluso por encima de sus posibilidades, apenas superaba la presión del rival.

En ese contexto se echó en falta la pausa de Fekir, siempre capaz de esconder el balón de la presión rival, y al citado Guido, y se echó de más a un desacertadísimo Lainez, comido por el poderío físico de Galán. El Betis no aprovechó, por el otro costado, el escaso manejo de Aidoo, un central reconvertido a lateral; el típico 4-4-2 en rombo del Celta mantenía el pulso ante el 4-2-3-1 bético, con un hiperactivo Mina acompañando bien a Aspas, y el partido era una lotería que podía tocar en cualquiera de las dos porterías, con más boletos favorables al Celta. Dos errores absurdos, impropios de veteranos como Guardado y Ruiz, condenaron al Betis.

Tras el descanso el Celta jugó su partido, que dirían los clásicos: trató de alargar sus posesiones, defendió algo más atrás sin cerrarse demasiado y bajó las pulsaciones para que no pasara nada. Así fue.

En lo individual, solo Bartra y el suplente Borja destacaron, junto al juego ofensivo de William Carvalho. Álex Moreno, demasiado cerrado, aportó poco esta vez.

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