domingo, 24 de junio de 2012
Centrocampistas: mediocentros, pivotes, volantes, interiores
Antes de analizar la línea de centrocampistas de la primera plantilla del Betis nos permitiremos escribir un post que se sale un poco de nuestro centro de interés pero que tiene relación con él: trataremos de aclarar un poco la nomenclatura y la descripción del tipo de jugador que normalmente es denominado mediocentro, con todas sus variantes y estilos.
Habitualmente se etiqueta a los jugadores que ocupan el espacio interior entre la defensa y el ataque como mediocentros ofensivos o defensivos, pero una clasificación tan simple no es suficiente para entender bien el tipo de juego que puede desarrollar un futbolista y, lo que es más importante, es insuficiente para saber si encajará en las necesidades de una plantilla y se complementará con determinados compañeros. Es por lo menos necesario completar esa coordenada del juego con otra que recoja la movilidad del jugador: si es un hombre tendente a guardar la posición o por el contrario tiene capacidad para barrer la amplia zona que tiene un centrocampista central a su alcance.
Naturalmente toda denominación tiene algo de abstracción y de simplificación, y a cada jugador solo se le puede describir completamente si valoramos cada una de las innumerables características físicas y técnicas que podemos considerar: velocidad, resistencia, toque en largo y en corto, inteligencia táctica, colocación, visión del juego, capacidad de sacrificio, desborde, técnica de conducción en carrera, rapidez en corto, llegada al remate, disparo lejano, gol... Pero nuestra propuesta al menos recogería aquellas dos características, se definan como se definan: defensivo/ofensivo, posicional/móvil. Según esas coordenadas un cuadro de futbolistas, con ejemplos reales de hoy y de las últimas décadas, podría quedar así (pinchen para ampliar):
Naturalmente, no se trata de juzgar la calidad de los jugadores por la posición que ocupan en ese cuadro: cualquier labor futbolística se puede hacer bien o mal, a nivel más alto o más bajo.
En la esquina inferior derecha nos quedaría el mediocentro de cierre. Suelen ser centrales reconvertidos, jugadores altos y lentos más apropiados para jugar cerca de su defensa y cerrar líneas de pase que para la presión adelantada, por lo que suelen obligar al equipo que los usa a acularse cerca de su área.
En la esquina superior derecha quedan los clásicos cerebros, jugadores técnicos e inteligentes pero sin la suficiente capacidad física para desgastarse en un trabajo defensivo duro: solventan ese problema con sabiduría táctica para cubrir su parte de campo a ritmo diésel, aunque necesiten a su lado al menos un escudero capaz de hacer sus kilómetros. A cambio garantizan una buena salida del balón.
Abajo a la izquierda tenemos a los correcaminos o limpiaparabrisas, fondistas limitados técnicamente pero capaces de recorrer el campo a buen ritmo tantas veces como haga falta. Ideales para hacer una presión adelantada exigente, muchos de ellos no mantienen bien el sitio, sea por no saber o sea para aprovechar su capacidad de presionar al rival. A veces denominados volantes o interiores, los entrenadores los usan también en posiciones de banda o intermedias.
Si por la esquina inferior derecha teníamos prácticamente defensas, por la superior izquierda aparecen los trescuartistas, ya prácticamente mediapuntas: jugadores de talento ofensivo para el último pase y con movilidad para hacer daño al enemigo; conviene acercarlos a la portería rival y alejarlos de la propia por tomar demasiados riesgos ofensivos y defensivos. Si tienen gol acaban jugando de verdaderos mediapuntas; si son rápidos, se convierten en extremos o puntas; si no tienen ninguna de las dos cosas, se pueden convertir en un quebradero de cabeza para sus entrenadores, que tienen que meterle suficiente gente por delante para aprovechar sus pases pero también por detrás para minimizar los riesgos. Suelen colocarlos como punta de un rombo con dos delanteros ante ellos, o acaban echándolos a una banda.
Por el costado derecho del gráfico andan los mediocentros puros, y por la izquierda los volantes o interiores completos. Más raro es encontrar jugadores que hagan (mejor o peor) todos los trabajos a la vez y puedan estar en el centro del gráfico.
El secreto de la elección de un buen doble pivote, claro está, reside en saber combinar jugadores complementarios, que se compensen mutuamente las carencias. Si uno se pone en el centro de ese gráfico, una pareja formada por jugadores equidistantes en posiciones opuestas suele dar buen resultado. Naturalmente, hay formas de mitigar los problemas de una elección desequilibrada (por ejemplo, rodearlos con otros jugadores adecuados, usar un solo pivote y dos interiores, etc.): el Barcelona de Guardiola y la España de Del Bosque, con su tan amada como criticada pareja Busquets/Alonso, son buenos ejemplos de ello.
Como siempre, serán bienvenidos los comentarios, y esta vez particularmente las discusiones sobre posiciones en ese cuadro.
PD: Poco después de escribir este post nos llega la desgraciadísima noticia de la muerte de Miki Roqué. La lamentamos mucho.
domingo, 17 de junio de 2012
Balance de la temporada y planificación: la defensa
Continuemos nuestro balance con la línea defensiva:
Nélson
Se hizo con un puesto de titular en la segunda mitad de la temporada, una vez superada su importante lesión de tobillo –parece que casi completamente, aunque aún tuvo algún problema para jugar varios partidos muy seguidos–. De los ¡tres! laterales derechos de la plantilla, es sin duda el que tiene mejores condiciones técnicas y físicas para el puesto: tiene buen control y pase, es rápido, y tiene resistencia para recorrer toda su banda, lo que utilizó Mel con frecuencia para ponerle delante un falso extremo, y en general para liberar su empuje ofensivo. A cambio, sigue sin aprovechar al máximo esas virtudes, en ataque por su mala elección de jugada (casi nunca ha acabado una suya en gol), y en defensa por sus errores tácticos; en este aspecto ha mejorado un poco, pero no lo suficiente. Rendiría muy bien como carrilero en una defensa de cinco, pero para su desgracia ese sistema no se usa casi nunca en el fútbol de hoy.
Estamos ante un caso de difícil decisión: lo ideal sería traer un lateral más completo, y en ese supuesto un jugador como Nélson no daría el perfil de suplente y debería salir del club. De lo que hay ahora, sin embargo, es lo mejor.
Chica
Contra la opinión –sostenida a veces por uno mismo– de que para ser lateral de élite hace falta poco más que conocer bien los rudimentos del puesto, el caso de Chica demuestra que eso a veces no es suficiente. Tácticamente es correcto en defensa, aunque fue criticado por bascular (¡bien!) en balones cruzados que acabaron en gol. Su excesiva lentitud, retratada cruelmente en partidos como el de San Mamés, le ha hecho pasar apuros defensivos; su físico y técnica no son más que correctos para la ofensiva, por lo que su aportación en ese aspecto es escasa. En resumen, aporta muy poco más de lo que ya había en la casa, y eso no justifica un fichaje, con o sin carta de libertad. Por tanto debería buscársele salida, aunque su contrato y su aparente buena adaptación al club lo convertirán probablemente en un aceptable fondo de armario (sólo) para su puesto.
Isidoro
Algo menos lento que Chica y algo peor que él técnicamente, tuvo sus minutos y demostró, un año más, el absurdo de traer de fuera jugadores para su puesto que apenas lo mejoran, si es que lo hacen, como los Chica, Damià y tantos otros. Suplente perfecto por honradez, identificación con el club, no ser causa jamás de problemas y haber dado siempre sus mejores prestaciones (por más que esto no sea decir demasiado), debería permanecer en la plantilla, pero desgraciadamente no será así.
Mario
Central chocador e intimidador, rápido, ágil y de aceptable cabeceo y manejo de balón, fue el mejor defensa del equipo en la primera vuelta. Sus condiciones son pefectas para el juego de presión adelantada que propuso Mel en esa fase de la temporada, que exige rapidez por dejar muchos metros a la espalda de los centrales; su juego es de marcador antiguo, siempre más atento a la anticipación que a guardar la posición, lo que le hace complementarse bien con Dorado (diestro y zurdo respectivamente, además).
Sus dos grandes problemas son bien conocidos: su juego agresivo (aunque noble: se juega su físico tanto o más que el del delantero) lo coloca siempre al borde de la expulsión; y tiene una gran tendencia a lesionarse. Por una u otra cosa suele estar disponible para poco más que la mitad de los partidos, pero en estos su rendimiento podría ser muy bueno si controlase las tarjetas. Tras consulta con el área médica del club, si ésta lo considera apto debería seguir en la plantilla: eso parece que ocurrirá tras haber sido dado por descartado en los medios informativos, para sorpresa de quien esto firma, hace pocas semanas.
Paulão
Agradabilísima sorpresa del mercado invernal, ha sido decisivo para la permanencia del equipo en Primera. De presencia física imponente, domina completamente el juego aéreo (cosa que podría usar mejor, aun a costa de perder momentáneamente el sitio, para barrer los saques largos rivales a la zona de mediapuntas). Es muy completo: cubre mucho campo, mide bien sus salidas a la anticipación, no pierde la posición correcta casi nunca, saca el balón con mucha calma e inteligencia, tiene una aceptable velocidad y hace pocas faltas. En la lucha física cuerpo a cuerpo es prácticamente insuperable, incluso para tanques de prestigio. Como único posible defecto, pareció bajar bastante su rendimiento en los pocos partidos en los que su concentración no fue máxima. Cedido la temporada pasada (¿qué problema tendrá en el Saint-Étienne?), hay que intentar que siga, por todos los medios.
Dorado
Ha superado con un aprobado alto su muy tardía promoción a Primera División. Penalizado en ciertos partidos de la primera vuelta por el sistema de juego, que ponía en evidencia su lentitud, mantuvo una línea regular de juego como titular mientras veía desfilar a cinco jugadores como su pareja en la zona central. Favorecido por ser el único zurdo en su puesto, lo que facilita la salida de balón del equipo con tres al fondo, mostró sus virtudes conocidas de la temporada pasada (fiabilidad, buena colocación, sentido del corte, pocas pérdidas en zonas pelogrosas) y tapó peor que en Segunda sus carencias (falta de velocidad, abuso del pelotazo). Seguirá, por méritos propios.
Amaya
No mejoró a ninguno de los centrales anteriores pero tampoco desentonó cuando se tuvo que echar mano de él; incluso hizo algunos partidos brillantes cuando el equipo jugó muy metido atrás (Manzanares, Málaga), lo que favorece sus condiciones como central muy alto (el juego aéreo, sobre todo) y oculta sus carencias a campo abierto lejos del área. Entre sus virtudes cabe citar también su sentido para tapar tiros en jugadas al límite. Si no se trae a nadie que lo vaya a mejorar claramente, es un aceptable relleno de plantilla, y puede seguir.
Ustaritz
Traído como segundo suplente para emergencias, al final no fue ni eso y hasta Cañas lo adelantó como central en las preferencias de Mel. No superó las sospechas que persiguen su rendimiento desde Bilbao, y además apareció en escena en los peores momentos y sin resultado. Cedido, naturalmente se marchará.
Nacho
Era uno de los pocos hombres de la plantilla con larga experiencia en Primera y ha confirmado su plena validez para ella. Adaptado ya perfectamente al puesto de lateral izquierdo (que parece haber desempeñado toda su vida), ha sido el hombre de rendimiento más regular del equipo, siempre entre el 5 y el 8 sobre 10. Tapa su zona con mucho oficio, maneja bien el balón, tiene un criterio excelente para elegir jugada (algo muy importante en su puesto, clave para salir de una presión adelantada) y su despliegue físico nunca es espectacular pero sí mayor del que aparenta, en potencia y recorrido. Por supuesto continuará: por suerte no es el tipo de jugador en el que se fijan clubes de más postín.
Álex Martínez
Ha dejado buenas sensaciones en sus escasísimas apariciones como alternativa a Nacho (parece rápido y de buena técnica), pero el muy regular rendimiento del titular no le ha permitido disfrutar de minutos. A punto de cumplir veintiún años, su buen cartel promete una proyección que no ha podido mostrar; si, en circunstancias como las de este año, Mel piensa mantener siempre a Nacho (cosa razonable), habría que buscarle una buena cesión en Segunda División o en un Primera que le asegure minutos.
Los objetivos de la planificación en esta parcela deberían ser pues, desde nuestro punto de vista:
- Traer un lateral derecho que mejore a Nélson y Chica, y deshacerse de ambos: se echa de menos la pareja Lopes-Isidoro.
- Lograr el traspaso definitivo de Paulão. Con este, los dos puestos de central quedarían aceptablemente cubiertos, si bien a medio plazo convendría pensar en la venida de un central zurdo que mejore sustancialmente a Dorado.
- Decidir el futuro de Álex Martínez: minutos o cesión. En este segundo caso, y salvo que el filial guarde otro hombre de nivel, convendría hacerse a su vez con la cesión de un lateral barato y fiable que compita con Nacho o al menos pueda cubrir sus ausencias.
Nélson
Se hizo con un puesto de titular en la segunda mitad de la temporada, una vez superada su importante lesión de tobillo –parece que casi completamente, aunque aún tuvo algún problema para jugar varios partidos muy seguidos–. De los ¡tres! laterales derechos de la plantilla, es sin duda el que tiene mejores condiciones técnicas y físicas para el puesto: tiene buen control y pase, es rápido, y tiene resistencia para recorrer toda su banda, lo que utilizó Mel con frecuencia para ponerle delante un falso extremo, y en general para liberar su empuje ofensivo. A cambio, sigue sin aprovechar al máximo esas virtudes, en ataque por su mala elección de jugada (casi nunca ha acabado una suya en gol), y en defensa por sus errores tácticos; en este aspecto ha mejorado un poco, pero no lo suficiente. Rendiría muy bien como carrilero en una defensa de cinco, pero para su desgracia ese sistema no se usa casi nunca en el fútbol de hoy.
Estamos ante un caso de difícil decisión: lo ideal sería traer un lateral más completo, y en ese supuesto un jugador como Nélson no daría el perfil de suplente y debería salir del club. De lo que hay ahora, sin embargo, es lo mejor.
Chica
Contra la opinión –sostenida a veces por uno mismo– de que para ser lateral de élite hace falta poco más que conocer bien los rudimentos del puesto, el caso de Chica demuestra que eso a veces no es suficiente. Tácticamente es correcto en defensa, aunque fue criticado por bascular (¡bien!) en balones cruzados que acabaron en gol. Su excesiva lentitud, retratada cruelmente en partidos como el de San Mamés, le ha hecho pasar apuros defensivos; su físico y técnica no son más que correctos para la ofensiva, por lo que su aportación en ese aspecto es escasa. En resumen, aporta muy poco más de lo que ya había en la casa, y eso no justifica un fichaje, con o sin carta de libertad. Por tanto debería buscársele salida, aunque su contrato y su aparente buena adaptación al club lo convertirán probablemente en un aceptable fondo de armario (sólo) para su puesto.
Isidoro
Algo menos lento que Chica y algo peor que él técnicamente, tuvo sus minutos y demostró, un año más, el absurdo de traer de fuera jugadores para su puesto que apenas lo mejoran, si es que lo hacen, como los Chica, Damià y tantos otros. Suplente perfecto por honradez, identificación con el club, no ser causa jamás de problemas y haber dado siempre sus mejores prestaciones (por más que esto no sea decir demasiado), debería permanecer en la plantilla, pero desgraciadamente no será así.
Mario
Central chocador e intimidador, rápido, ágil y de aceptable cabeceo y manejo de balón, fue el mejor defensa del equipo en la primera vuelta. Sus condiciones son pefectas para el juego de presión adelantada que propuso Mel en esa fase de la temporada, que exige rapidez por dejar muchos metros a la espalda de los centrales; su juego es de marcador antiguo, siempre más atento a la anticipación que a guardar la posición, lo que le hace complementarse bien con Dorado (diestro y zurdo respectivamente, además).
Sus dos grandes problemas son bien conocidos: su juego agresivo (aunque noble: se juega su físico tanto o más que el del delantero) lo coloca siempre al borde de la expulsión; y tiene una gran tendencia a lesionarse. Por una u otra cosa suele estar disponible para poco más que la mitad de los partidos, pero en estos su rendimiento podría ser muy bueno si controlase las tarjetas. Tras consulta con el área médica del club, si ésta lo considera apto debería seguir en la plantilla: eso parece que ocurrirá tras haber sido dado por descartado en los medios informativos, para sorpresa de quien esto firma, hace pocas semanas.
Paulão
Agradabilísima sorpresa del mercado invernal, ha sido decisivo para la permanencia del equipo en Primera. De presencia física imponente, domina completamente el juego aéreo (cosa que podría usar mejor, aun a costa de perder momentáneamente el sitio, para barrer los saques largos rivales a la zona de mediapuntas). Es muy completo: cubre mucho campo, mide bien sus salidas a la anticipación, no pierde la posición correcta casi nunca, saca el balón con mucha calma e inteligencia, tiene una aceptable velocidad y hace pocas faltas. En la lucha física cuerpo a cuerpo es prácticamente insuperable, incluso para tanques de prestigio. Como único posible defecto, pareció bajar bastante su rendimiento en los pocos partidos en los que su concentración no fue máxima. Cedido la temporada pasada (¿qué problema tendrá en el Saint-Étienne?), hay que intentar que siga, por todos los medios.
Dorado
Ha superado con un aprobado alto su muy tardía promoción a Primera División. Penalizado en ciertos partidos de la primera vuelta por el sistema de juego, que ponía en evidencia su lentitud, mantuvo una línea regular de juego como titular mientras veía desfilar a cinco jugadores como su pareja en la zona central. Favorecido por ser el único zurdo en su puesto, lo que facilita la salida de balón del equipo con tres al fondo, mostró sus virtudes conocidas de la temporada pasada (fiabilidad, buena colocación, sentido del corte, pocas pérdidas en zonas pelogrosas) y tapó peor que en Segunda sus carencias (falta de velocidad, abuso del pelotazo). Seguirá, por méritos propios.
Amaya
No mejoró a ninguno de los centrales anteriores pero tampoco desentonó cuando se tuvo que echar mano de él; incluso hizo algunos partidos brillantes cuando el equipo jugó muy metido atrás (Manzanares, Málaga), lo que favorece sus condiciones como central muy alto (el juego aéreo, sobre todo) y oculta sus carencias a campo abierto lejos del área. Entre sus virtudes cabe citar también su sentido para tapar tiros en jugadas al límite. Si no se trae a nadie que lo vaya a mejorar claramente, es un aceptable relleno de plantilla, y puede seguir.
Ustaritz
Traído como segundo suplente para emergencias, al final no fue ni eso y hasta Cañas lo adelantó como central en las preferencias de Mel. No superó las sospechas que persiguen su rendimiento desde Bilbao, y además apareció en escena en los peores momentos y sin resultado. Cedido, naturalmente se marchará.
Nacho
Era uno de los pocos hombres de la plantilla con larga experiencia en Primera y ha confirmado su plena validez para ella. Adaptado ya perfectamente al puesto de lateral izquierdo (que parece haber desempeñado toda su vida), ha sido el hombre de rendimiento más regular del equipo, siempre entre el 5 y el 8 sobre 10. Tapa su zona con mucho oficio, maneja bien el balón, tiene un criterio excelente para elegir jugada (algo muy importante en su puesto, clave para salir de una presión adelantada) y su despliegue físico nunca es espectacular pero sí mayor del que aparenta, en potencia y recorrido. Por supuesto continuará: por suerte no es el tipo de jugador en el que se fijan clubes de más postín.
Álex Martínez
Ha dejado buenas sensaciones en sus escasísimas apariciones como alternativa a Nacho (parece rápido y de buena técnica), pero el muy regular rendimiento del titular no le ha permitido disfrutar de minutos. A punto de cumplir veintiún años, su buen cartel promete una proyección que no ha podido mostrar; si, en circunstancias como las de este año, Mel piensa mantener siempre a Nacho (cosa razonable), habría que buscarle una buena cesión en Segunda División o en un Primera que le asegure minutos.
Los objetivos de la planificación en esta parcela deberían ser pues, desde nuestro punto de vista:
- Traer un lateral derecho que mejore a Nélson y Chica, y deshacerse de ambos: se echa de menos la pareja Lopes-Isidoro.
- Lograr el traspaso definitivo de Paulão. Con este, los dos puestos de central quedarían aceptablemente cubiertos, si bien a medio plazo convendría pensar en la venida de un central zurdo que mejore sustancialmente a Dorado.
- Decidir el futuro de Álex Martínez: minutos o cesión. En este segundo caso, y salvo que el filial guarde otro hombre de nivel, convendría hacerse a su vez con la cesión de un lateral barato y fiable que compita con Nacho o al menos pueda cubrir sus ausencias.
sábado, 9 de junio de 2012
Balance de la temporada y planificación: la portería
Es momento de hacer recuento de efectivos de la plantilla y valorar su desempeño en la temporada recién acabada. Los haremos en una serie de entradas, cada una dedicada a una línea, y que comienzamos hoy por la portería.
La secretaría técnica bética tiene que tomar aquí y en otros muchos puestos decisiones de cierta dificultad, porque el igualado rendimiento de los jugadores –mucho aprobado, pocos suspensos, pero también pocos notables y sobresalientes– dificulta la elección. Por demás, se trata ahora de planificar el futuro y no de hacer justicia con el pasado, de manera que en ciertas líneas convendrá prescindir de hombres que han cumplido honrada y decorosamente con su profesión.
Fabricio
Predestinado por Mel y Stosic a ser el titular del equipo, una inoportuna lesión y las buenas actuaciones de Casto lo relegaron a la suplencia durante la primera media temporada. Moderadamente alto (1,84 m.), de maneras bastante ortodoxas y poco espectaculares, ha mostrado como virtudes singulares la valentía –en especial en los balones cruzados– y una gran intuición en los remates desde muy cerca. En los tiros lejanos no ha dado sensación plena de seguridad, pero en general ha demostrado ser fiable y una buena apuesta de los técnicos, pues su curriculum no era muy vistoso. Tiene un buen futuro por delante y seguirá en el club.
Casto
Sus características las conocemos ya de otras temporadas: portero relativamente bajo (1,79 m.), su gran baza es la potencia de piernas, que le da rapidez de desplazamiento lateral y mucho salto, y por ello es muy vistoso para el público. Ha continuado su progresión, y ahora es más fiable en general –comete menos errores–, y en particular en las salidas por alto. Mel tuvo la honradez de mantenerlo en el puesto durante la mala racha del equipo pese a la presión del entorno (empeñado en imponer a Fabricio sin conocerlo apenas) y en la certeza de que los problemas del equipo no venían de atrás, y menos aún de Casto. Sus actuaciones fueron más veces aceptables que brillantes, y finalmente Mel dio una oportunidad a Fabricio, que demostró un nivel más alto. Tras progresar mucho en los últimos dos años, se ha consolidado como portero de Primera y por ello ganado la continuidad: es el modelo de jugador de la casa, poco conflictivo cuando es suplente y buen profesional, y sólo merece la pena prescindir de él si es para que lo sustituya alguien claramente mejor.
Goitia
Apenas apareció para salvar los muebles el día que el equipo alcanzó el liderato. Aceptó con buen talante su cuasiostracismo, pero ha sido adelantado por Casto, trae malos pensamientos a la afición y, en resumen, no cumple ya ningún papel en la plantilla. Con toda probabilidad saldrá, aunque no será fácil hallar un equipo que pague su ficha.
En conclusión, en principio serán Fabricio y Casto los porteros de la próxima temporada, con el titular del filial como opción de reserva. Sin embargo es este un puesto que, por su importancia capital, merece ser muy bien cubierto, de manera que la secretaría habrá de vigilar la progresión de Fabricio (en edad todavía de mejorar mucho) y plantearse una inversión a medio plazo si este ya hubiese alcanzado su techo.
Como siempre (o más aún que siempre) los comentarios serán bienvenidos.
La secretaría técnica bética tiene que tomar aquí y en otros muchos puestos decisiones de cierta dificultad, porque el igualado rendimiento de los jugadores –mucho aprobado, pocos suspensos, pero también pocos notables y sobresalientes– dificulta la elección. Por demás, se trata ahora de planificar el futuro y no de hacer justicia con el pasado, de manera que en ciertas líneas convendrá prescindir de hombres que han cumplido honrada y decorosamente con su profesión.
Fabricio
Predestinado por Mel y Stosic a ser el titular del equipo, una inoportuna lesión y las buenas actuaciones de Casto lo relegaron a la suplencia durante la primera media temporada. Moderadamente alto (1,84 m.), de maneras bastante ortodoxas y poco espectaculares, ha mostrado como virtudes singulares la valentía –en especial en los balones cruzados– y una gran intuición en los remates desde muy cerca. En los tiros lejanos no ha dado sensación plena de seguridad, pero en general ha demostrado ser fiable y una buena apuesta de los técnicos, pues su curriculum no era muy vistoso. Tiene un buen futuro por delante y seguirá en el club.
Casto
Sus características las conocemos ya de otras temporadas: portero relativamente bajo (1,79 m.), su gran baza es la potencia de piernas, que le da rapidez de desplazamiento lateral y mucho salto, y por ello es muy vistoso para el público. Ha continuado su progresión, y ahora es más fiable en general –comete menos errores–, y en particular en las salidas por alto. Mel tuvo la honradez de mantenerlo en el puesto durante la mala racha del equipo pese a la presión del entorno (empeñado en imponer a Fabricio sin conocerlo apenas) y en la certeza de que los problemas del equipo no venían de atrás, y menos aún de Casto. Sus actuaciones fueron más veces aceptables que brillantes, y finalmente Mel dio una oportunidad a Fabricio, que demostró un nivel más alto. Tras progresar mucho en los últimos dos años, se ha consolidado como portero de Primera y por ello ganado la continuidad: es el modelo de jugador de la casa, poco conflictivo cuando es suplente y buen profesional, y sólo merece la pena prescindir de él si es para que lo sustituya alguien claramente mejor.
Goitia
Apenas apareció para salvar los muebles el día que el equipo alcanzó el liderato. Aceptó con buen talante su cuasiostracismo, pero ha sido adelantado por Casto, trae malos pensamientos a la afición y, en resumen, no cumple ya ningún papel en la plantilla. Con toda probabilidad saldrá, aunque no será fácil hallar un equipo que pague su ficha.
En conclusión, en principio serán Fabricio y Casto los porteros de la próxima temporada, con el titular del filial como opción de reserva. Sin embargo es este un puesto que, por su importancia capital, merece ser muy bien cubierto, de manera que la secretaría habrá de vigilar la progresión de Fabricio (en edad todavía de mejorar mucho) y plantearse una inversión a medio plazo si este ya hubiese alcanzado su techo.
Como siempre (o más aún que siempre) los comentarios serán bienvenidos.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)