martes, 24 de noviembre de 2020

Athletic de Bilbao 4 - Betis 0 (10ª jornada de LaLiga)

ATHLETIC (4: Unai Simón; Capa, Yeray, Íñigo Martínez, Yuri (Balenziaga 86'); Unai Vencedor, Vesga; Williams (Raúl García 75'), Muniain (Sancet 70'), Berenguer (Morcillo 70'); y Villalibre (Lekue 86').
BETIS(0): Bravo; Emerson, Sidnei, Víctor Ruiz, Álex Moreno; William Carvalho (Carvalho 61'), Guido; Joaquín (Lainez 70'), Rodri (Aitor Ruibal 82'), Tello (Loren 61'; y Sanabria (Borja Iglesias 61').
Árbitro: Alberola Rojas. Sin amonestaciones.
Goles: 1-0 (9') Víctor Ruiz, en propia puerta; 2-0 (33') Capa; 3-0 (58') Muniain; 4-0 (68') Berenguer.

Perpetró anoche el Betis uno de los partidos más bochornosos que se le recuerdan en la última década. No es por desgracia raro que el equipo sufra algunas goleadas cada temporada, pero sí que lleguen tan merecidamente, sin avatar ni golpe de fortuna alguno que la justifique mínimamente. No es novedad tampoco caer en Bilbao, pero sí ante un rival tan pobre como el Athletic actual y sin que los vascos den una sola patada. Particularmente indignante fue la sospechosa indolencia de algunos jugadores, que no debería dejarse pasar sin consecuencias.

Salvo por el rival, como queda dicho un Athletic en baja forma, sin apoyo de su público y mucho más blando de lo habitual, el partido resultó una tormenta perfecta en la que el Betis naufragó en lo táctico, lo físico, lo psicológico y lo técnico. De esto último se encargaron las bajas, que eliminaron a Canales, el jugador más en forma del equipo, y al minusvalorado Mandi, más Fekir y Bartra. Para reemplazar a los primeros Pellegrini optó por el debutante Rodri y por Víctor Ruiz, retratado pronto en un autogol que denotó unos fundamentos deficientes –aunque despejar con la derecha, como pidió unánimemente la prensa anoche, le era materialmente imposible en esa jugada–.

El estado físico de ciertos jugadores del equipo tampoco parece actualmente el adecuado, aunque es difícil en ciertos casos separarlo del psicológico: el nivel de activación de varios de los titulares de anoche no alcanzó siquiera el nivel de un amateur digno, y no hablamos ya de sacrificio, sino de la mínima concentración que hace a un jugador ganar o perder la décima de segundo para anticiparse al rival.

Pero este blog se dedica a lo táctico, y, aunque esto no explica esta vez mucho de esta debacle, hay que analizar algunos aspectos del desastre. No lo explica, primeramente, porque si miramos los meros dibujos nada inhabitual ni apenas erróneo se saca de ellos. Athletic y Betis jugaron el 4-2-3-1 que parece hoy (de nuevo) de moda, con Muniain y Rodri, respectivamente, como mediapuntas. Ese esquema tendió en el Betis al 4-3-3 más que nunca. En efecto, al desplegarse el Betis en ataque William Carvalho, con buen criterio (aunque tal vez en exceso) y contra lo opinado por el ayer destinado Alberto Edjogo-Owono en TV, se descolgó a posiciones de interior derecho, y tan adelantado además como Rodri (interior izquierdo de hecho), dejando a Guido centrar su posición cerca de la defensa y a Joaquín y Tello en los extremos, bien abiertos. Inexplicablemente, eso sí, Pellegrini ordenó de nuevo a Carvalho jugar a la derecha del argentino, de modo que los dos interiores quedaron a pie natural; se trata de jugadores sin cambio de ritmo alguno (Carvalho por peso pesado, Rodri por falta de potencia) y por tanto poco capaces para progresar con la conducción (como sí Canales). Obligados ambos por tanto a combinar con los compañeros, y ante un Athletic que los presionaba de cerca, esa ubicación (además de inusual para William) resultó ruinosa para el equipo: al no poder meter el cuerpo para proteger las recepciones con su pierna buena jamás lograron girarse ni hacer nada más que devolver balones hacia atrás. El Athletic no hacía una presión demasiado alta; esperaba al Betis con el bloque medio y juntaba mucho las líneas, tratando de apretar cuando los béticos volcaban el balón hacia un lateral y dejando libre, como tantos equipos, al opuesto. El cansino ritmo del Betis, que cada vez cuida menos la salida de balón, combinado con el mal pie anoche de Bravo, convirtió la primera parte en una sucesión de pérdidas del Betis apenas pasado el círculo central, que provocaban contras locales.

Cuando no llegaba a la contra el Athetic lo hacía en ataque posicional ante un sistema defensivo bético que hacía aguas en todos los aspectos. Como el Betis jamás se instalaba en campo rival no había sombra de Gegenpressing, así que cuando no se veían obligados a correr hacia atrás los béticos trataban de juntar líneas con el bloque medio, antes compacto y funcional. Sin embargo las distancias entre sus líneas se le hicieron siderales; en primer lugar, porque Sidnei y Ruiz no eran capaces de empujar la línea hacia delante (como sí hacen Mandi y Bartra) y, por el contrario, pasaron un calvario ante la movilidad de Villalibre. Pero además el desorden del centro del campo y la actitud pasiva de ciertos jugadores convirtió el cuadrado entre Joaquín, Emerson, Sidnei y William en un latifundio por el que Muniain, Berenguer e incluso Vesga camparon a sus anchas.

Una jugada que deja en mal lugar el estudio bético del rival se repitió una y otra vez: Sanabria cerraba más a Yeray que a Martínez (algo sorprendente siendo este zurdo y de buen pie); el central ex de la Real salía libre, y (con Rodri tratando de cerrar a Vencedor) Carvalho le salía al paso sin criterio ni medida dejando a su espalda un tremendo espacio vacío sobre el que jugar a placer.

 

 

 El insólito passmap de Martínez al descanso: jamás un central jugó tan fácilmente hacia delante (hacia abajo, en el gráfico)

Tras el descanso Pellegrini permutó a William y Guido (y por tanto a Rodri con el portugués en fase ofensiva), lo que no produjo tantos efectos positivos como preveía este bloguero al pedir esa permuta media hora antes, pero al menos dio al equipo un plácido arranque de segunda parte sin mayores humillaciones. No tardaron en llegar estas sin embargo, y solo a la hora el entrenador chileno cambió el guion pasando a un 4-4-2 con dos puntas y Guardado junto a Guido.

Línea por línea

Bravo tuvo escasa culpa bajo palos, aunque sus pases de media distancia fracasaron una y otra vez. El desastre de la línea defensiva fue absoluto, hasta tal punto que un Moreno tan desbordado como siempre fue el mejor. El agujero en la zona de Emerson y Sidnei fue descomunal; Ruiz al menos enseñó buen pie para el pase.

El buen partido de Guido, con talento y vergüenza, pareció excelente ante lo que le rodeaba. Perdido Tello, Joaquín, entregado, apenas mostró un par de detalles y tampoco supo ayudar a tapar bien su costado. La línea editorial de este blog, reacia al improperio y la palabra gruesa, nos impide calificar el partido de William Carvalho.

Poca responsabilidad se puede echar sobre Rodri, que trató de combinar a ratos con Joaquín y Emerson, aunque siempre con escasos espacios y poca colaboración. Sanabria hizo un decente partido descargando los pocos balones potables que le llegaron para, al menos, bajarlos.

De los suplentes solo cabe destacar las ganas y buen juego de Lainez, un fichaje que fue inexplicable hace dos años, cuando Rodri y Rober ya asomaban la cabeza en el filial, y lo sigue siendo ahora. Del resto de suplentes apenas puso empeño Guardado.

Cabe preguntarse si Pellegrini ha perdido el control de la situación o hay algo turbio en el vestuario que explique actuaciones del equipo como la de ayer.

Los comentarioos son bienvenidos. En Twitter, @juanramonlara.



domingo, 8 de noviembre de 2020

F.C. Barcelona 5 - Betis 2 (9ª jornada de LaLiga)

F.C. BARCELONA (5): Ter Stegen; Sergi Roberto, Piqué, Lenglet, Jordi Alba; Busquets (Pjanic 86'), De Jong; Dembélé (Trincao 66'), Griezmann (Braithwaite 78'), Pedri; y Ansu Fati (Messi 46').
BETIS (2): Bravo; Emerson, Mandi, Bartra, Álex Moreno; William Carvalho, Guido Rodríguez; Joaquín (Aitor Ruibal 63'), Canales (Rodri 86'), Tello (Víctor Ruiz 63'); y Sanabria (Loren 71').
Árbitro: Cuadra Fernández (madrileño). Roja directa al verdiblanco Mandi (60'). Amarillas a los locales Ansu Fati y Pedri, así como a los visitantes Mandi y Álex Moreno.
Goles: 1-0 (22') Dembélé; 1-1 (45+3') Sanabria; 2-1 (49') Griezmann; 3-1 (61') Messi, de penalti; 3-2 (74') Loren; 4-2 (82') Messi; 5-2 (90') Pedri.
Incidencias: Puerta cerrada en el Camp Nou.

Volvió a caer el Betis frente a un grande tras un flojo partido, en cuyo resultado el arbitrario VAR puso la justicia que no quiso poner antes la fortuna. Contra el tópico histórico del club, el equipo de Pellegrini parece previsible: ha vencido con solvencia frente a los equipos de la parte baja y ha sido inferior a casi todos los rivales de nivel a los que se ha enfrentado.

Primera parte

En el primer tiempo no fueron ni Messi ni cuestiones de ajedrez con los esquemas los que desequilibraron el choque, pues no jugó el argentino y ambos equipos plantearon esquemas e incluso movimientos muy similares. Tampoco era Fekir de la partida, y unos y otros salían con un 4-2-3-1 de mediocentros bastante paralelos. En el Betis, extrañamente, William se colocaba a la derecha de Guido, tal vez para emparejarse con De Jong. Incluso los planes de juego fueron casi idénticos (no así el fruto de ellos de cara a portería): ambos equipos trataban de presionar arriba pero al tiempo guardaban un hombre de más (4 vs 3) en su línea trasera, de modo que un centrocampista rival quedaría libre. El elegido para ser flotado, con buen criterio por no ser peligroso en la conducción cuando se reconoce como hombre libre, fue Sergio Busquets (pues Guido, su posible par, cuidaba más que William la zona de mediapuntas):

Presión alta: el Betis flota a Busquets

Consecuencia de esa forma de presionar un tanto imprudente de unos y otros, con inferioridad numérica de defensores en el centro del campo, fue un correcalles sin control en el que el Betis sufrió mucho más que el Barcelona. A ello contribuyó mucho su precipitación con balón: los béticos nunca arriesgaron atrás y abusaron del balón largo y del intento de contragolpe en las ocasiones en las que la salida jugada fue posible. A consecuencia de ese exceso de velocidad el Betis jamás se pudo instalar en campo rival, y menos aún hacer una presión tras pérdida efectiva; en suma, el Betis no supo hacer jugar a contraestilo al Barcelona (no quiso o no supo quitarle el balón) y tampoco se vio favorecido por el partido de ida y vuelta que resultó, en el que la velocidad de Fati y Dembélé pesó más que la de Tello. Pese a ello, una jugada algo afortunada al filo del descanso dio el empate a los visitantes.

Minutos 45 al 60

En el descanso comparece Messi; el Betis da un paso atrás, ya no presiona tan arriba e intenta juntar líneas desde su bloque medio habitual, esta vez casi bajo. Ahí el círculo virtuoso de posesión - rival encerrado - presión pstpérdida -nueva posesión es definitivamente barcelonista y caen ocasiones hasta el penalti con expulsión de Mandi (3-1).

Última media hora

Pellegrini monta el típico 4-4-1 con Ruibal y Canales en las bandas, y el Betis hace un muy digno tramo final al contragolpe en el que incluso amenaza el triunfo local. Un exceso de optimismo muy al final del canterano Rodri desencadena el 5-2.

Línea por línea

Sin responsabilidad alguna en Bravo, los centrales béticos demostraron una vez más sufrir mucho cuando el juego se mete en su área. Tampoco Emerson ni menos aún Moreno (este al menos acertado en ataque) supieron frenar a sus pares.

Sí defendió con acierto e incluso jugó con soltura el balón Guido; en cambio su compañero de línea, William, se vio completamente superado por el ritmo del partido. Como en el caso del siempre ausente Guardado sería bueno que el club le recordara que sus obligaciones profesionales están antes con su club que con su selección.

Muy gris Joaquín (floja temporada la suya hasta el momento) y poco presente Canales, Tello fue de nuevo el animador del ataque bético, y fue por su banda por donde el equipo volcó, premeditadamente, el juego. Sanabria y luego Loren (muy buenos sus minutos) mostraron el camino a Borja Iglesias.

Desde nuestro punto de vista el planteamiento de Pellegrini pecó, como otras veces, de exceso de prisa por llegar a la puerta contraria; cuando el rival no se deja encerrar y lo presiona arriba el equipo quiere correr siempre, entra en partidos de ida y vuelta que no le interesan, y nunca logra encerrar ni someter al contrario. Tal vez esto explique su curiosa regularidad de resultados: machaca sin piedad a los elches que se le encierran mansamente pero nunca controla los partidos ante rivales que le aprietan arriba.

Resulta por otra parte difícil entender la resistencia del chileno a agotar los cambios, y menos aún en partidos de mucho desgaste físico y con el equipo en inferioridad numérica, como fue el caso; cualquier jugador del plantel hubiera acabado el partido mejor que Carvalho.

Los comentarios son bienvenidos. En Twitter, @juanramonlara7.


lunes, 2 de noviembre de 2020

Betis 3 - Elche C.F. 1 (8ª jornada de LaLiga)

BETIS (3): Bravo; Emerson, Mandi, Bartra (Víctor Ruiz 76'), Álex Moreno; Guido Rodríguez, Canales; Fekir (Lainez 81'), Joaquín (William Carvalho 65'), Tello; y Sanabria.
ELCHE C.F.. (1): Edgar Badía; Josan (Rigoni 74'), Barragán, Gonzalo Verdú, Josema, Fidel; Raúl Guti (Víctor Rodríguez 81'), Marcone (Mfulu 74'), Sánchez Miño (Cifu 46'); Lucas Boyé (Nino 74') y Pere Milla.

Árbitro: Medié Jiménez (catalán). Amarilla a los locales Fekir y Sanabria, así como al visitante Sánchez Miño.
Goles: 1-0 (7') Sanabria; 2-0 (29') Tello; 3-0 (56') Tello; 3-1 (60') Josan.

Partido disputado a puerta cerrada en el Estadio Benito Villamarín. El Elche compareció con su histórica segunda equipación.

El Betis de Pellegrini superó ayer con gran solvencia a un limitado Elche. El equipo tiene ya claras señas de identidad y se impone con claridad a equipos inferiores.

Y era inferior este Elche, aunque no deje de ser meritorio demostrar la superioridad y aunque los ilicitanos vinieran de una racha de partidos sin perder muy notable. La verdad es que esa racha la había logrado con malos números subyacentes: en concreto, pocos remates a puerta y muchos concedidos en la suya, o sea, un acierto desmesurado en las áreas (que por cierto mantuvo ayer). Por demás el Elche apenas se ha reforzado tras un ascenso un tanto afortunado.

Primera parte

Si no fue pues una gran sorpresa la absoluta superioridad verdibanca de la primera parte, tampoco sorprendió el escenario táctico del partido, en cuanto a esquemas y en cuanto a modelos de juego. Este Elche suele tener cuotas de posesión muy bajas y efectivamente concedió el balón al Betis desde el inicio, tratando de juntar líneas desde una defensa bastante adelantada y un bloque medio que formaba un claro 5-3-2, con sus dos delanteros escalonados en fase defensiva para que el segundo tapase a Guido:

Pellegrini renunciaba a Carvalho para usar a Canales como segundo mediocentro en su ya habitual 4-2-3-1. Más que nunca, ese esquema era un 4-4-2 en defensa (Fekir en paralelo al punta Sanabria) y un ordenado 4-3-3 en ataque, pues (véase la imagen) Canales se escalonaba claramente por delante y a la izquierda de Guido, ocuando una posición de interior izquierdo adelantado casi paralela a la de Fekir (interior derecho), y ambos buscaban la espalda de los interiores del Elche.

Los dos primeros goles mostraron dos graves problemas sufridos ayer por los de Almirón. El primero de ellos, posicional, y ya padecido también alguna vez por el propio Betis, fue la tremenda exigencia física a la que se vieron sometidos sus tres centrocampistas: como se ve en la imagen de arriba, los laterales béticos (Emerson y Álex) no tenían pareja natural y los dos interiores ilicitanos se verían obligados a tremendas basculaciones laterales para taparlos. El Betis movía bien el balón de lado a lado, por lo que casi siempre llegaron tarde a tal misión.

Fijados los dos carrileros por los abiertos extremos béticos, Tello y Joaquín, los laterales béticos subieron casi a placer por la zona de centro del campo: en la jugada de la captura superior, momento de la asistencia del 1-0, Moreno tiene todo el espacio que necesita para temporizar su pase a Tello, quien castiga el adelantamiento de la defensa del Elche. Por cierto que el 3-0, muy parecido, castigó de nuevo ese adelantamiento, peligroso si no está sincronizado con una buena presión al pasador.

El segundo problema para el Elche fue la excelente presión postpérdida bética; pese a que los visitantes trataron de sacar el balón jugado desde atrás (con buen trato de pelota e incluso con riesgos), la mejor colocación de los béticos en el momento de sus pérdidas, muy metidos en campo del rival y con este encerrado, más la intensidad e inmediatez con que hacian la presión –muy bien temporizada por Guido–, provocaron una cuota de posesión abusiva a favor del Betis y muchas recuperaciones en el momento de la salida del Elche. Al contrario de lo que se hacía en tiempos de Setien (cuyo Betis también hacía muy buena presión postpérdida) este equipo sí acelera la jugada en ese momento de la recuperación en campo rival, y de pequeños contragolpes verticales así gestados nació el 2-0.

Segunda parte

El peaje de ese dinamismo y verticalidad del juego bético es la pérdida de control: a partir de los veinte minutos de la primera parte y durante algunas fases de la segunda el Elche logró posesiones largas, ante las que los béticos mantuvieron su buen bloque defensivo a altura media en 4-4-2, aunque a costa de bastante desgaste físico. Tras embocar el Elche su primer tiro que mereciera tal nombre (en un muy buen remate à la Kroos) el Betis, cansado, pasa momentos de relativo apuro, pero el equipo mantiene la cabeza fría y gracias a William se permite un plácido tramo final, de larguísimas posesiones de balón ante un rival no menos cansado y que ni siquiera se atreve a intentar una presión alta. El Betis acabó con Lainez (antes Fekir) como extremo derecho y Canales en la mediapunta.

Línea por línea

Apenas exigido ni como portero ni como iniciador del juego, vale la pena recuperar para Bravo el viejo sin calificar por falta de trabajo. Tampoco Mandi ni Bartra, atentos a la anticipación y valientes tirando la línea, pasaron el menor apuro. Emerson y, sobre todo, Álex, se dieron un festín sin apenas oposición; el zurdo ha subido muchísimo su nivel desde que tiene competencia.

Guido volvió a recitar una clase magistral sobre el puesto de pivote. El partido de Canales pasó discretamente desapercibido pese a sus excelentes asistencias a Tello, este sin duda en su mejor momento en el Betis. Menos brillaron Joaquín y Fekir; en este blog fuimos críticos con la alabada primera temporada del francés, y sin embargo no compartimos los crueles ataques que sufre ahora su juego: muy buen regateador y peligroso en el disparo, su actual papel de interior en ataque quita brillo a su juego por alejarlo del área y ser además Fekir un discreto pasador (algo importante ahí); sin embargo está respondiendo con un sacrificio defensivo más inteligente e implicado que la pasada temporada. Sanabria jugó bien lejos del área, cazó balones cruzados y marcó por fin –aunque poco le faltó ahí para fallar un remate sencillo: no es la técnica su fuerte–.

Pellegrini retrasó demasiado, precisamente, el cambio del tarjeteado Fekir, pero pocos peros más se pueden poner a su dirección de un equipo de juego muy reconocible y que se impone con autoridad a buena parte de sus rivales.

Los comentarios son bienvenidos. En Twitter, @juanramonlara7.