domingo, 29 de enero de 2017

Betis 1 - F.C. Barcelona 1 (20ª jornada de LaLiga)

BETIS (1): Adán; Piccini, Mandi, Pezzella, Tosca, Durmisi; Petros (Rafa Navarro, m. 84), Rubén Pardo (Donk, m. 69); Ceballos; Álex Alegría (Nahuel, m. 84) y Rubén Castro. 
BARCELONA (1): Ter Stegen; Aleix Vidal, Piqué, Mathieu, Digne (Jordi Alba, m.67); Rakitic; Denis Suárez (André Gomes, m. 59), Arda (Sergi Roberto, m. 67); Messi, Luis Suárez y Neymar.
Gol: 1-0, m. 74: Álex Alegría. 1-1, m. 89: Luis Suárez.
Árbitro: Hernández Hernández (Comité Canario). Amonestó a Piqué, Petros, Rakitic, Rubén Castro y André Gomes. Privó de un gol legal al Barcelona con 1-0.
Incidencias: Casi lleno (43.800 espectadores) en el estadio Benito Villamarín. Incómodo sol bajo hacia Gol Norte.


Jugó un muy buen partido el Betis y estuvo a punto de llevarse la victoria ante un Barcelona disminuido en mediocampo. Supo el Betis disputar el dominio y la posesión en amplios tramos del partido al campeón de Liga.

Primera parte
La primera clave para ello fueron las respectivas alineaciones. Tras los recientes fichajes de Tosca y, sobre todo, Pardo, Víctor parece haber dado definitivamente un giro hacia un juego más ofensivo, una vez estabilizados el sistema de juego y la estructura defensiva del equipo. Tras sustituir a Donk por Jonas ha dado un paso más en la misma dirección con la introducción de Pardo; aunque los tres centrocampistas interiores del Betis intercambiaron con frecuencia sus posiciones, en general el riojano estuvo a la izquierda de un doble pivote (pareja de interiores, mejor) junto a Petros, mientras Ceballos quedaba libre unos metros más arriba, en posición de fantasista italiano. Enfrente Luis Enrique decidía cubrir la baja de Busquets en el mediocentro con Rakitic, lo que (junto a la de Iniesta) obligaba a innovar en los interiores con Arda y Denis Suárez.

El dominio de la posesión depende en gran parte de las aptitudes para retener y recuperar balones de los jugadores de esa zona, y los béticos demostraron que su capacidad en la suma de ambas facetas no era, en absoluto, inferior a la de los azulgranas, muy débiles en lo defensivo en ese sector. Si a ello sumamos el buen partido de los carrileros béticos, superiores –al menos en sus respectivos estados de forma– a los Digne y Vidal, y la escasa aportación defensiva de Suárez y Messi, resultó un más que aceptable balance de dominio territorial para los béticos, al menos durante la primera media hora. Es muy ilustrativo el mapa de posesión de la primera parte (fuente: Marca):


La posesión parece abrumadoramente favorable al Barça, pero obsérvese que la pelota pasó más tiempo en el tercio final de campo culé que en el bético. Esto es, durante largos tramos los visitantes amasaron el balón entre su portero y sus defensas, sin progresar ni salir limpios casi nunca. Para ello Víctor plantó una valiente presión alta. Como en partidos anteriores ante equipos en 4-3-3 (Las Palmas, Sporting), el 3-4-1-2 bético se adaptó, posicionalmente, como un guante al esquema rival, hombre a hombre (pinchen para ampliar):


El riesgo era, naturalmente, tan alto como esa presión: dejar a la MSN en uno contra uno ante los tres centrales. Sin embargo el sacrificio general y la capacidad física de Petros y Ceballos lograron evitar que el Barcelona saliera limpio. Cuando lo logró (pocas veces Arda y Denis consiguieron acelerar las transiciones) el Betis pasó a su segundo modo defensivo habitual con Víctor ante estos sistemas, su defensa estática: cuando el balón llega a un lateral rival el carrilero bético de ese lado se adelanta para cerrarlo, y el resto de la defensa bascula hasta emparejar al carrilero bético opuesto con el extremo:


Obtuvo así el Betis un defensa de más (generalmente un central, que solía saltar a los cruces como un líbero antiguo), pese a que Castro y Alegría pocas veces retrocedieron para tomar a Rakitic. El punto débil de este método defensivo, los cambios de juego rápidos, apenas fue explotado por el Barça en contadas ocasiones, en los primeros minutos, y el Betis acudió rápido. Por demás Messi, pese a sus habituales caídas al interior, apenas tocaba el balón. 

Un problema importante de este Barça, al menos hoy, es que su 4-4-2 defensivo (Messi se descuelga arriba, casi dimisionario en defensa, lo que obliga a un interior, en general Turan, a hacer de segundo pivote defensivo) tampoco está muy poblado de recuperadores de balón, lo que hace un tanto peligroso renunciar a su tradicional fútbol posicional y fiarse al contragolpe de la MSN, pues los ataques rivales encuentran espacios. Los halló el Betis por la banda de Durmisi, y por ahí o en recuperaciones tras la presión alta el Betis creó un buen puñado de ocasiones. Ya en el cuarto de hora final el desgaste pasó factura a los locales y el Barcelona sí logró dominar el juego y llegar con algún peligro.

Segundo tiempo hasta el 1-0
La segunda parte repitió las pautas tácticas de la primera pero con más intensidad. El dominio territorial bético durante la primera media hora fue aún superior al de la primera parte, ya con posesión explícitamente mayor del 50%, y las llegadas verdiblancas se sucedieron (dos palos) hasta el 1-0. Para entonces Luis Enrique había tratado de retocar su equipo, aunque de un modo algo extraño: tras introducir a André Gomes como mediocentro, pasando Rakitic a su habitual puesto de interior (falso extremo) derecho, cambia a un 4-2-3-1 con Vidal de extremo y Sergi Roberto tras él, más Rakitic y Gomes como doble pivote. En el Betis Donk refuerza la zona interior por un Pardo inactivo esta temporada. El Betis aprieta aún más, da dos veces en los postes y finalmente marca. 

Último cuarto de hora
El Barça arriesga, mete un par de marcha más (señal de que las tenía), Messi, hasta entonces casi invisible, se activa, y asedia al Betis, cansado y ya sin balón. Cerca del final Víctor intenta mejorar retocando el esquema: pasa a un 5-4-1 con Piccini y Nahuel como extremos; pero, algo abiertos estos y ausente ya Petros por dentro, el Barcelona encuentra espacios por el interior, monopoliza el balón (el Betis ya ni siquiera tiene el recurso de los balones largos a Álex) y finalmente marca.

Jugador por jugador
Adán: Bien en el poco trabajo que tuvo. Algunos saques le salieron muy planos.
Mandi: Algo blando, como es, pero controló bien a Neymar, nada menos. Sacó un balón y medio de la raya de gol, que no es asunto baladí.
Pezzella: Se vio obligado a intervenir relativamente poco, pero supo ganar por alto a Luis Suárez. Sus pelotazos a Alegría deben tener más altura.
Tosca: Atento y aseado en general. Su tipo físico responde muy bien al de defensa izquierdo de una línea de tres. Habrá que verlo más.
Piccini: Buen partido. Mucho empuje.
Petros: Tras una primera parte de imprecisiones se vino arriba en una segunda magnífica. Titular.
Rubén Pardo: Dio buena impresión. Muy bien en la distribución (espectacular en los cambios de juego), no parece tener un físico adecuado para defender pero, sin embargo, robó bastantes balones por intuición –y por su zona cayó Messi–. Tiene clase y asegura una salida de balón limpia.
Ceballos: Enorme partido. Si sigue así durará muy poco en el Betis, porque jugadores que aúnen su calidad técnica con su capacidad física hay realmente poquitos. Una comparación de este partido con el del año pasado da además una idea de su maduración: esta vez se dedicó a jugar e incluso tuvo detalles de deportividad.
Durmisi: Otro que durará aquí muy poco, si los del Liverpool vieron su excelente primera mitad. Esta vez sí leyó bien el juego y manejó bien el balón; la velocidad y el golpeo los trae sobresalientes de serie.
Alegría: Tras una floja primera parte, en una muy buena segunda encontró su juego de espaldas. Un poco individualista.
Rubén Castro: La escasa fortuna ante el remate (tuvo el 2-0) le afea un magnífico partido en juego y movimientos, en el que hizo pasar apuros a don Gerard Piqué.

Donk: No cometió errores, pero su lentitud casi displicente, ya habitual, abrió un agujero por el centro a Messi.
Nahuel: No haremos leña del árbol caído. No debe ser fácil jugar poco y con presión. Poco hará ya en el Betis.
Navarro: Apenas tocó el balón.

Víctor: El equipo hizo muy bueno un buen planteamiento, o mejor, un modo de juego habitual que ya domina. Sería fácil criticar su cambio de sistema final, que no funcionó, pero trató de arreglar problemas que ya empezaban a ser importantes. Si no nos equivocamos ha decidido que el momento de tener el balón ha llegado para su equipo, y creemos que esto augura buen fútbol en el Villamarín.

Los comentarios son bienvenidos. En Twitter, @juanramonlara7.

miércoles, 25 de enero de 2017

¿Planificación? ¿Qué planificación?

 planificación 
1. f. Acción y efecto de planificar.

  planificar
1. tr. Trazar los planos para la ejecución de una obra.
2. tr. Hacer plan o proyecto de una acción.


El trabajo del director deportivo de un club (antes llamado secretario técnico e incluso mánager), consistente básicamente en fichar jugadores, ha venido a denominarse últimamente planificación. Ya que se trata pues de hacer planes y proyectos, veamos si el planificador del Betis, llegado al puesto tras una desaforada campaña de prensa contra su antecesor, está –a nuestro modesto entender– proyectando debidamente el presente y el futuro de la plantilla, tras seis meses de trabajo.

Al inicio de esta temporada resumimos y valoramos en un post la estructura de la primera plantilla del Betis. Criticábamos entonces el desequilibrio posicional del equipo (sobrepoblación de porteros e interiores mientras el mediocentro posicional quedaba al descubierto) y, sobre todo, la apuesta por la cantidad en lugar de la calidad al sustituir prácticamente a medio plantel. El correr de las jornadas dejó en evidencia más problemas, y el mayor de ellos la incompetencia para el puesto de entrenador del anticuado Gustavo Poyet; parcialmente resueltos esos problemas por su sustituto, un inteligente Víctor Sánchez, gracias a su esquema de cinco atrás, no dejan por ello de limitar al equipo: carece de laterales de buen rendimiento defensivo, no tiene extremos (tras la marcha de Musonda y reconvertido Joaquín, sólo uno, y nada bueno) y carece de calidad para la construcción del juego.

Podemos ahora renovar el gráfico en el que entonces resumíamos a la plantilla bética, ahora con las bajas de Fabián y Musonda y las recientísimas incorporaciones de Tosca y Pardo:


Pese a las insistentes (y sorprendentes) protestas de calidad que hacía el propio Torrecilla hace pocos meses ("Tras los grandes, tenemos el mejor centro del campo de la Liga"), el director deportivo se ha dejado llevar por la demagógica corriente de opinión creada por la prensa y ha reincidido en sus errores de fichar mucho y barato –reconociendo además implícitamente sus fallos anteriores– al incorporar a Tosca y Pardo.

De ello resulta, en primer lugar, una plantilla inflada en número, a lo que han contribuido fichajes como los de Zozulia y Herrera, tan sospechosos como el de Tarek en su momento. No hay que recordar que a más jugadores más masa salarial, más suplentes enfadados, más lastre que soltar sin mercado (quien no juega no se revaloriza) y menos oportunidades para los canteranos.

En segundo lugar, al fichar, una vez más, en función de las demandas y gustos de su entrenador (que, se supone, es su subordinado) Torrecilla no ha resuelto sino que ha exacerbado los desequilibrios de la plantilla

- Ficha un sexto (!) central –cierto que, al fin, es zurdo, pero también que José Carlos lo es y está cumpliendo mal que bien–. Esto, y las carencias en el mediocentro, los laterales y extremos, obligará al Betis, con o sin Víctor, a jugar defensas de cinco en los próximos meses, o incluso años.

- Ficha otro interior más, a añadir a una lista asombrosa (por lo larga) que incluye a Jonas, Ceballos, Felipe Gutiérrez, Brasanac, Cejudo, Joaquín y Petros, mientras Hinojosa (recién renovado) y Narváez esperan su momento en el filial y Fabián su retorno en junio. ¿Qué futuro espera a estos canteranos tras esta planificación? ¿Cómo se revalorizarán los Jonas, Felipe o Brasanac, si, se supone, cada vez jugarán menos? Se podrá argüir que Pardo es una ocasión de mercado y que su perfil es distinto al de los demás, pero lo cierto es que de esa lista no podrán jugar más de tres a la vez.

- Como queda dicho, el equipo sigue sin tener ni un solo mediocentro posicional natural, ni un solo lateral de perfil defensivo, zurdo ni diestro (Tosca no lo es), y tiene un solo extremo, Nahuel.

En suma, Torrecilla sigue la nefasta tradición bética de las presuntas urgencias agitadas por la prensa, la falta de visión a largo plazo (o sea, de planificación) y el demagógico fichar mucho (lo que, evidentemente, está reñido con fichar bueno). 22,5 millones de euros después (contemos los 7,5 de Sanabria) el equipo sigue en pie gracias a jugadores clave que, afortunadamente, estaban antes de su llegada, como Adán, Ceballos y Castro, y a los que Poyet no logró destruir. El futuro deportivo, sin embargo, se presenta mediocre y sombrío. 

Pero a la prensa no le importa: Macià está fuera.

lunes, 23 de enero de 2017

Betis 0 - Sporting de Gijón 0 (19ª jornada de LaLiga)

BETIS (0): Adán; Piccini, Bruno, Donk, Pezzella, Durmisi; Brašanac (Petros, m. 52), Ceballos; Jonas Martin (Nahuel, m. 82); Zozulia (Álex Alegría, m. 52) y Rubén Castro.
SPORTING (0): Cuéllar; Lillo, Babin, Amorebieta, Canella; Xavi Torres;
Víctor Rodríguez (Moi Gómez, m. 60), Carmona (Burgui, m. 85), Nacho Cases, Isma; y Cop (Carlos Castro, m. 75).
Árbitro: Undiano Mallenco (Comité Navarro). Mostró tarjeta amarilla a Dani Ceballos, Bruno, Babin y Lillo.
35000 espectadores y muy buenas condiciones en el Benito Villamarín. Minuto de silencio en memoria de la abuela del Betis.


Fue superior ayer el Betis a un Sporting de muy poca calidad, pero no le alcanzó para marcar en un partido muy cerrado y escaso en ocasiones: apenas una clara para los visitantes y un puñado de ellas para los locales, todas en el tramo central de la primera mitad.

Fue ese el único pasaje en el que se aceleró el partido; durante casi toda la primera mitad pareció que los béticos jugaban con el freno de mano echado y podrían meter un par de marchas más, aunque cuando lo intentaron en la segunda quedó en evidencia su falta de capacidad técnica para dar más velocidad y calidad a la circulación de balón: sólo lograron aumentar su cuota de posesión y que el Sporting se aculara en su área. Este detalle –la incapacidad técnica de algunos jugadores–, como la pretensión (parece que de resolución inminente) de fichar a Pardo, deja en evidencia el trabajo de la dirección deportiva, que eligió, un año más, cantidad por encima de calidad, y no sólo superpobló ciertas posiciones (como la de interior) sino que lo hizo con jugadores de bajo nivel.

Por el contrario, y a nuestro modesto entender, poco más se puede pedir al actual entrenador, al menos a nivel táctico. Ha ordenado al equipo, ha logrado que encaje pocos goles, trabaja bien el balón parado y, sobre todo, ha encontrado un sistema que explota las virtudes de su plantilla y oculta sus defectos: sin laterales poderosos defensivamente (pero sí profundos en ataque), sin un mediocentro posicional de calidad (en realidad, con medio mediocentro, del tipo que sea) y, tras la marcha de Musonda y el reciclaje de Joaquín, sin un solo extremo de nivel, ha encontrado un 3-4-1-2 que no necesita ninguno de esos roles, aprovecha el exceso de interiores (buenos o malos) de la plantilla y, generalmente, saca a escena a los mejores jugadores disponibles. Excepción fue ayer Zozulia, un futbolista que definitivamente no da ni de lejos el nivel necesario para un Betis.

El 3-4-1-2, excelente sistema para espaciar a los jugadores, estaba además ayer perfectamente escalonado para la salida de balón. Víctor eligió a Brašanac y Ceballos para el doble pivote y, con buen criterio, dejó al poco fiable Jonas (disperso en defensa y arriesgado con balón) más adelantado, justo tras dos puntas que se abrían a los costados. Escondido en ataque Brašanac y falto de clase Jonas para su puesto (pese a enfrentarse a un tal Xavi Torres), el ataque bético fue monopolizado de nuevo por Ceballos, ayer algo espeso. El sistema sportinguista cerró además bastante bien las vías interiores, y los béticos sólo lograron cierta profundidad cuando consiguieron hacer circular la pelota con velocidad por banda. El esquema defensivo sportinguista, un 4-1-4-1, tenía parejas claras por dentro (Torres con Jonas, interiores con interiores), pero no por fuera: los extremos visitantes saltaban generalmente a presionar al central de su lado cuando le llegaba el balón, arrastrando a su lateral hacia el carrilero bético, mientras el resto de la defensa basculaba hacia ese lado:
 
Presión alta del Sporting con balón en pies de Pezzella

Como puede verse, el carrilero contrario (Piccini en el caso de balón en salida por la izquierda) quedaba como hombre libre, de modo que una circulación rápida o un buen cambio de juego podía hacer daño. Con el paso de los minutos el Sporting dio un paso atrás y permitió salir en conducción a los propios Bruno y Pezzella. La defensa visitante siempre trató de jugar lejos de su área, sin dejar apenas espacio entre líneas, lo que unido a la incompetencia de Jonas y Zozulia dio pocas opciones a los locales.

En sentido contrario, el esquema bético encajaba como un guante (hombre por hombre) con el sportinguista, de modo que los béticos, obligados además por jugar en casa y por su supuesta superioridad, fueron cada vez con más frecuencia (según avanzaron los minutos) a la presión alta sin reserva de hombre atrás, hasta encerrar a su rival a costa de ciertos riesgos.


Con balón en pies del Sporting 
Jugador por jugador
Adán: Poco trabajo.
Bruno: Muy activo y concentrado, como siempre.
Donk: Bien, a su displicente manera. Con él atrás la pelota sale mucho mejor jugada.
Pezzella: Muy buen partido. Lo ganó todo por arriba y sigue progresando en la salida de balón.
Piccini: Muy bien. Dominador de su banda y profundo, aunque esta vez no acabó bien las jugadas.
Brašanac: Defiende bien y cuando la juega lo hace con sentido, pero se esconde mucho para no tener que hacerlo. Será baja varias semanas.
Ceballos: Menos atinado de lo habitual, pero aun así de lo mejorcito.
Durmisi: Un peligro en ambas áreas. Es una pena que su comprensión del juego y su control del balón no sean (al menos de momento) del nivel de su cambio de ritmo y su golpeo.
Jonas: Decepcionante, pese a dos buenas maniobras en la segunda parte y algunas caídas interesantes a la izquierda. Es trabajador y dinámico, pero sencillamente no da el nivel técnico para el goloso puesto de fantasista, un verdadero caramelo para jugadores con talento en el que se espera a Joaquín. Un fracaso de Torrecilla.
Castro: Mal. Bien defendido, apenas apareció.
Zozulia: Un fichaje casi tan inexplicable como el de Tarek de Macià.

Petros: Ha perdido chispa y confianza.
Alegría: Tras su salida el rival juntó mucho líneas, lo que perjudicó mucho su fútbol, ideal cuando el contrario va a la presión alta.
Nahuel: Nada.

Víctor: Su trabajo parece bien hecho. Si el equipo no da para más es por falta de calidad. 

El detalle
El partido acabó con una sonora y exagerada bronca del público, digna de las vergonzosas derrotas de hace un año ante Athletic o Eibar.

Los comentarios son bienvenidos. En Twitter, @juanramonlara7.

sábado, 14 de enero de 2017

Atlético de Madrid 1 - Betis 0 (18ª jornada de Liga)

ATLÉTICO DE MADRID (1): Moyá; Vrsaljko, Godín, Savic, Filipe LuÍs; Ñíguez, Gabi, Koke, Nico Gaitán (Carrasco, m. 62); Griezmann (Giménez, m. 92) y Torres (Gameiro, m. 69).
BETIS BALOMPIÉ(1): Adán; Pezzella, Donk, José Carlos (Nahuel, m. 69);
Piccini, Brašanac (Joaquín, m. 65), Dani Ceballos, Durmisi; Jonas Martin; Álex Alegría (Zozulia, m. 81) y Rubén Castro.
Gol: 1-0, m. 8: Nico Gaitán.
Árbitro: Clos Gómez (Comité Aragonés). Casero. Amonestó a Piccini, Álex Alegría y Ceballos.
Incidencias: Unos 45.000 espectadores en el Vicente Calderón, incluidos más de mil seguidores béticos, en la última visita del Betis a un escenario histórico para el club.


No pasó el Betis de una digna derrota en su última visita al Calderón, tras unos buenos primeros sesenta y cinco minutos y unos flojos veinticinco minutos finales. No están los atléticos en su mejor momento, pero también es cierto que la imagen de los béticos mejoró sustancialmente la de las últimas visitas.

Minutos 1 al 65
Víctor se dejó esta vez de experimentos y puso en el campo el único equipo lógico dadas las bajas y la naturaleza del partido. Introdujo para ello a Donk por Bruno y a Brašanac en el sitio de Petros, y premió el buen rendimiento de Álex Alegría con una plaza arriba junto a Rubén que debe ser ya propiedad del canterano, pues complementa a la perfección –mejor que Joaquín o Sanabria– el fútbol del canario. El esquema bético sería pues de nuevo el 3-4-1-2, adecuado además a la forma de atacar del Atlético, pues empareja de forma natural a los carrileros con los laterales rojiblancos, cuya posición, muy alta, es siempre un incordio para los extremos de un 4-4-2 o un 4-2-3-1.

Los de Simeone jugaron muy a su estilo; defendieron esta vez en un 4-4-2 que dejaba arriba a Torres y Griezmann, presionando sólo en momentos determinados –más, naturalmente, en los primeros minutos–, y atacaron con el francés en zona de mediapunta, Gaitán como extremo convencional (izquierdo en la primera parte, luego derecho) y Gabi, Koke y Saúl Ñíguez (falso extremo derecho) por dentro, en ese indescifrable intercambio de posiciones permanente tan típico del equipo de Simeone. Como siempre, los atléticos arriesgaban poco en la salida de balón (aunque, en todo caso, el Betis casi nunca iba arriba a la presión) y fiaban su suerte ofensiva a un error del rival, a las llegadas masivas al remate tras jugada por banda o al balón parado.

Sucedió pronto lo primero combinado con lo segundo (error en el despeje de Donk y entrada al remate de varios atléticos) tras una jugada en la que aprovecharon una de las pocas debilidades del sistema defensivo bético: al bascular mucho hacia el lado del balón y dejar un solo hombre en la banda contraria los cambios de juego rápidos suelen pillar muy despoblado al sector débil. Fue una de las pocas veces en que los atléticos ejecutaron bien esa movimiento de balón, de modo que el Betis, gol aparte, pasó muchos menos apuros que en otras visitas a Manzanares.

En ataque los béticos empezaron jugando muchos balones largos, casi todos hacia Alegría, excelente, como siempre, en el trabajo de bajarlos. Los visitantes temporizaron bien esos envíos, esto es,supieron esperar en cada jugada a que el adelantamiento de las dos primeras líneas del Atlético dejase espacio entre estas y su línea de defensa para las recepciones del extremeño. Disuadidos los colchoneros de seguir desgastándose inútilmente en ese trabajo, esperaron en adelante al Betis en el centro del campo, y Ceballos y Brašanac, bien situados en triángulo ante los tres centrales (Jonas quedaba delante para formar el 3-4-1-2), supieron dar cierta fluidez al ataque bético. No fue fácil sin embargo, claro está, crearle ocasiones a los de Simeone.

Minuto 65 al final
El partido avanza con cierta igualdad y escasez de ocasiones, y por ello Víctor trata de dar un volantazo ofensivo; pero, en su búsqueda de profundidad (y cierto es que es fácil decirlo a posteriori) comete un par de errores que vacían el mediocampo bético. Primero retira a Brašanac, el hombre que hacía de pegamento en esa zona y probablemente el que más fuelle tenía aún del trío interior; luego cambia de sistema al meter a Nahuel como extremo derecho y pasar a un 4-4-2 en el que se supone que Joaquín es el extremo izquierdo (aunque se mete mucho por dentro). A partir de ahí el equipo se parte por la mitad y no huele ya el balón en lo que queda de partido: Ceballos, antes omnipresente y que ya minutos antes empezaba a pedir el balón demasiado atrás, se agota y pierde balones; Jonas desaparece; Álex Alegría, finalmente cambiado por un nulo Zolzulia, ya no llega a los pelotazos; y Nahuel y Joaquín, faltos de rodaje, están lentos y no aportan nada. El Betis no roba ya nunca y cuando la tiene le dura poco, y los atléticos dejan pasar plácidamente los minutos con el balón en sus pies.

Jugador por jugador
Adán: Sin suerte en el gol, imposible, paró lo posible. Ha mejorado mucho con los pies.
Pezzella: Partido sobrio, muy suyo.
Donk: El grave error de la jugada del gol y su habitual lentitud (confundible con suficiencia) le afean un partido aceptable.
José Carlos: Parece ir tranquilizándose con el balón. No parece que vaya a ser un gran central, pero para fichar rellenos de plantilla mejor quedarnos con uno de la casa y zurdo.
Piccini: En su línea, profundo en ataque y, desgraciadamente, en defensa.
Brašanac: A veces comete errores con balón por querer hacer lo que no debe, pero en general es un jugador correcto para este sistema, y si controla su excesiva tendencia a salir de la posición puede ser mejor medio tapón que Donk para él. En defensa tapa muchos espacios y sabe hacer faltas tácticas al borde de la tarjeta: jugador de los que se notan cuando no están.
Ceballos: Muy buena primera hora, en la que desgastó mucho la presión atlética. Luego se le fundieron los plomos. Tal vez deba jugar un poco más arriba, pero si aprende a hacerlo ahí puede ser jugador caro, estilo Modric. Cada vez asombra más su ostracismo con Poyet.
Durmisi: Siempre parece que puede hacer más, pero en todo caso su velocidad es muy útil en ataque y en defensa. Jugar con cinco atrás lo favorece mucho, como a Piccini.
Jonas: Otro partido al borde del aprobado. Mucha actividad pero poquito fútbol, y en tres cuartos hace falta fútbol.
Rubén Castro: El único que remató con peligro, aunque esta vez cinco metros más atrás de donde hace daño; de hecho abusó del disparo lejano, pero naturalmente hay que perdonárselo.
Álex Alegría: Sólo por los mil balones que baja y lo inteligentemente que hace la presión debe ser titular, aunque debe tener más presencia en el remate.

Joaquín: Fuera de forma.
Nahuel: Muy fuera de forma.
Zozulia: Nada.

Víctor: Empeoró con los cambios un buen planteamiento, cuando tenía otras opciones (adelantar a Donk al mediocentro, por ejemplo). También es perdonable: había que arriesgar.

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