Granada CF (3): Roberto; Nyom, Siqueira, Íñigo López, Mainz; Carlos Calvo, Lucena, Abel Gómez (Óscar Pérez, 73), Mikel Rico, Dani Benítez (Collantes, 80); y Geijo (Ighalo, 82).
Betis (0): Goitia; Isidoro, Roversio, Dorado, Nacho; Arzu (Pereira, 62), Iriney; Castro, Beñat (Ezequiel, 57), Salva Sevilla; y Jorge Molina (Juanma, 77).
Goles: 1-0: Min. 51, Geijo. 2-0: Min. 59, Dani Benítez. 3-0: Min. 64, Geijo.
Árbitro: Pedro Sureda Cuenca, balear. Amonestó a los locales Abel Gómez, Nyom y Carlos Calvo, y a los visitantes Geijo, Roversio e Iriney.
Mal partido y dura derrota del Betis hoy ante un Granada que ha manejado tácticamente el partido como le ha convenido. El golpe de pizarra de Mel se le ha vuelto en contra y Fabri le ha vencido, sin paliativos. La única lectura positiva posible es que se han perdido unos puntos de los que no entraban en los cálculos seguros; entre las malas, que un Betis que marcaba siempre lleva dos encuentros sin hacerlo.
Betis (0): Goitia; Isidoro, Roversio, Dorado, Nacho; Arzu (Pereira, 62), Iriney; Castro, Beñat (Ezequiel, 57), Salva Sevilla; y Jorge Molina (Juanma, 77).
Goles: 1-0: Min. 51, Geijo. 2-0: Min. 59, Dani Benítez. 3-0: Min. 64, Geijo.
Árbitro: Pedro Sureda Cuenca, balear. Amonestó a los locales Abel Gómez, Nyom y Carlos Calvo, y a los visitantes Geijo, Roversio e Iriney.
Mal partido y dura derrota del Betis hoy ante un Granada que ha manejado tácticamente el partido como le ha convenido. El golpe de pizarra de Mel se le ha vuelto en contra y Fabri le ha vencido, sin paliativos. La única lectura positiva posible es que se han perdido unos puntos de los que no entraban en los cálculos seguros; entre las malas, que un Betis que marcaba siempre lleva dos encuentros sin hacerlo.
Tal vez por el recuerdo del partido de Copa, en el que los granadinos apretaron muy arriba y se lo hicieron pasar muy mal al Betis en la primera parte, Mel saca el cuatrivote anunciado en los entrenamientos: el plan parecía ser enfriar el partido en la primera parte para ir a por él sacando a la gente rápida en la segunda. Ausente Juande y presente Arzu en ese esquema, el Betis se pone de salida en un formal 4-2-3-1 con Arzu e Iriney de mediocentros, Beñat por delante de ellos, Salva tirado a la izquierda y Castro a la derecha. Pero ese esquema es la posición teórica defensiva; con el balón en posesión del Betis Salva (más atrás) y Castro (más arriba) se van al centro y los laterales juegan casi de centrocampistas. Salva acaba pronto permutando su posición con Beñat, que es de hecho el interior izquierdo.
Sin embargo el Granada sorprende con un descarado plateamiento defensivo y de contraataque: entrega el balón al Betis y se apalanca atrás, con la línea de cuatro al borde de su área, un pivote para barrer, otra línea de cuatro ante él y Geijo arriba. La idea es dejar las bandas bastante libres a los laterales del Betis y cerrar las líneas de pase por dentro.
Como el fútbol es una manta pequeña las intenciones de Mel traen su contrapartida negativa. El control de posesión del Betis es total con los cuatro centrocampistas, pero hay poco movimiento y menos velocidad para romper, y un tremendo embotellamiento por el centro. Los laterales disfrutan del pasillo, sí, pero no son ubicuos y su espalda es aprovechada por Geijo y los extremos granadinos, Benítez en particular, para contraatacar con velocidad. De este modo el Betis tiene más ocasiones pero poco claras, y las escasas del Granada llevan un peligro enorme. En la primera parte no entran ni unas ni otras. En la segunda ya no hay oportunidades béticas y el Granada las mete todas.
Tras el primer gol Mel yerra apartando a Beñat, de lo mejorcito hoy, para meter a Ezequiel por la izquierda; muy poco después Pereira sustituye a Arzu para ser extremo derecho, de modo que Salva pasa a ser mediocentro y Castro mediapunta. Muy al final Juanma ocupa esa banda: Pereira es ahora el mediapunta y Castro el delantero, con Molina ya fuera.
Las explicaciones al bajón de juego pueden ser varias: relajación, falta de chispa, que los rivales hayan cogido el tranquillo al ataque bético, erorres tácticos, el bajón físico general típico de enero, baja forma particular de ciertos jugadores (en concreto de Castro, que era quien salvaba muchos partidos)... Es momento de ser fríos y de que no cunda el pánico, pero conviene buscar solución a medio plazo.
Jugador por jugador
Goitia: Sin que se le pueda culpabilizar de los dos últimos goles, para un portero de sus características, que suele dominar los tiros de media distancia, no parecían del todo imparables.
Isidoro: Discreto en ataque y mal en defensa. Demasiado adelantado en la jugada del primero, en la que un saque del portero se convierte en contraataque mortal, y responsable de la rotura del fuera de juego en el último, algo impredonable en un lateral. Sufrió con Benítez; jugó la fase final con el tobillo tocado.
Roversio: Una tarjeta temprana le hizo pasarlo mal con Geijo, en velocidad y en el juego de espaldas de éste. Tampoco se colocó bien.
Dorado: Notó la inactividad e hizo uno de los peores partidos de la temporada, lo que en su caso tampoco es sinónimo de desastre. En el primer gol le ganó Geijo.
Nacho: Como Isidoro, padeció las exigencias del sistema, y en lugar de hacer por dos apenas hizo por uno. El equipo usó poco su banda.
Iriney: Muy bien. Metidísimo, hizo fuerte presión arriba, ayudas abajo y abrió al juego a las bandas con precisión.
Arzu: Mal. Su titularidad, en particular como mediocampista, resta competitividad al equipo y transmite el acomodamiento de épocas pasadas cuya erradicación ha sido clave esta temporada. Dicho esto, guardó bien el sitio y la tocó en zonas frías con calidad, muy a su estilo, pero careció de presencia y agresividad en defensa, no encontró pases profundos y nunca está cuando se cuecen las papas. Su despeje-asistencia a Geijo a los 45 minutos fue de antología... del disparate.
Castro: Su baja forma es una de las claves del decaimiento del equipo, porque salvaba los malos partidos. Parece una mera cuestión física y pasajera, pero se nota mucho.
Beñat: Aunque tampoco supo hallar el pase final, sí presionó, estuvo muy activo sin y con balón, tuvo criterio, jugó entre líneas y buscó el tiro lejano, recurso importante ante quien se encierra. Su cambio es difícil de entender.
Salva Sevilla: Otro de los que casi nunca encontró la solución en el bosque de piernas de la frontal del Granada, pero su fútbol dinámico tuvo cierto sentido.
Molina: Bien: jugarla en largo hacia él fue uno de los pocos recursos efectivos para llegar arriba; le faltó acierto ya en el área.
Ezequiel: Más enredos que otra cosa, aunque estuvo muy marcado.
Pereira: Incluso con algún mal control fue uno de los hombres más verticales en la media hora que jugó. Habría sido necesario antes: entre él y Arzu la elección parece clara.
Juanma: Un intento (fracasado) de desborde y un buen centro, lo cual en su caso es mucho más de lo usual.