El autor de este blog ha participado junto a Miguel Verdugo en el debate "Con dos caras: La problemática de Pepe Mel", sobre la actual situación deportiva del primer equipo del Betis:
http://beticismo.net/2013/10/61570-debate-betis-problemas-mel
martes, 29 de octubre de 2013
lunes, 28 de octubre de 2013
Atlético de Madrid 5 – Betis 0 (10ª jornada de Liga de Primera División)
ATLÉTICO
DE MADRID (5): Courtois; Juanfran, Miranda, Godín,
Filipe Luís; Koke (C.
Rodríguez, m. 67), Gabi, Tiago, Óliver (Adrián, m. 59); Diego Costa (Raúl García, m. 76) y Villa.
BETIS (0): Sara (Andersen, m. 46); Juanfran, Perquis, Jordi Figueras, Dídac; Cedrick, Lolo Reyes (Jorge Molina, m. 56), Nosa, Vadillo (Nono, m. 62); Matilla y Chuli.
Goles: 1-0, m. 1: Óliver. 2-0, m. 52: Villa. 3-0, m. 56: Villa. 4-0, m. 65: Diego Costa 5-0, m. 92: Gabi
Árbitro: Martínez Munuera (Colegio Valenciano). Mostró tarjeta amarilla a Nosa y Cedrick.
Unos 45.000 espectadores en el Vicente Calderón.
El Betis ha recibido una justa goleada en el Calderón, que rozó lo humillante.
Los béticos fueron inferiores al Atlético en todos los aspectos del juego; en particular en el físico y, en menor medida, en el táctico. Esta inferioridad parte de un discutible trabajo de casting de los técnicos del club –Mel y, sobre todo, Stosic–: el aficionado tiende a sobrevalorar a jugadores técnicamente bien dotados, pero el buen seleccionador de jugadores debe hacer al menos el mismo caso a las características físicas. Rivales como el de esta noche (un Atlético siempre concentrado, tácticamente bien trabajado y, sobre todo, físicamente sobrehumano) ponen a prueba esa faceta del juego, y en la plantilla de este Betis no hay hoy muchos hombres que puedan soportar la prueba.
Mel puso sobre el campo a lo mejor que podía: muy saturado Molina, sancionado Amaya, bajo de forma Chica y lesionado Paulão, metió por fin en el campo a los pocos jugadores que podían aguantar la exigencia física de un partido de alto nivel, como Nosa y Cedrick, y mantuvo en el once a Juanfran y Reyes. Otros como Perquis aguantaron el tipo, pero gente como Matilla y Chuli sencillamente no pueden con un ritmo de primer nivel aunque estén al cien por cien, y algunos como Dídac o Figueras tal vez lo podrán estar alguna vez, pero no ahora.
Si la alineación fue correcta, discutible fue la situación de Matilla y Nosa: el Betis, a priori, planteaba un partido conservador, en el que los dos hombres de arriba del 4-4-1-1 tendrían muchísimos metros cuadrados de radio de acción, y ahí Matilla es una nulidad ofensiva, como bien sabía Mel cuando le avisó en pretemporada de que en este Betis sólo podría jugar de mediocentro (donde ese campo de acción, y más en partidos en principio cerrados, como este, es más pequeño). Por otra parte tampoco se aprecia ventaja defensiva ninguna, por más que se les califique de centrocampistas, en que Matilla, o Salva o Verdú, defiendan arriba junto al delantero centro. Sí podría haber hecho ahí un buen trabajo de pantalla Nosa.
Enfrente el Atlético plantaba lo sabidísimo: 4-4-2 con laterales largos y bandas con interiores de tendencia central.
Primera parte
En todo caso la puesta en escena bética echó por tierra las previsiones: el intuido autobús bético llegó catorce segundos tarde a su aparcamiento en la frontal, y una vez más el equipo se veía obligado a jugar contra el marcador.
A partir de ahí los madrileños jugaron muy a su estilo: dejaron tener el balón a los béticos en zonas frías, para salir a la contra. Si los verdiblancos tienen siempre problemas para crear fútbol en tal situación, ante un rival rocosísimo y con Matilla como mediapunta (o lo que fuese) sus llegadas, en inferioridad numérica manifiesta, eran totalmente inocuas.
El Atlético, como siempre, parecía jugar con dos hombres más, y sus breves posesiones hacían siempre daño por superioridad numérica donde estaba la pelota, que no por sutilezas técnicas. Sara, la suerte y un arbitraje favorable libraron al Betis de llevarse varios goles más antes del descanso: el Atlético dominaba el partido sin balón. El Betis hacía aguas en particular por las bandas, donde Mel no supo encontrar un antídoto a las conocidísimas subidas de los laterales atléticos, más allá de ordenar a Cedrick y Vadillo (permutados, por cierto, a los veinte minutos) que los siguieran hasta donde llegasen.
Segunda parte
Mel cambia a la fuerza de portero y por correcta elección mete a Molina por un centrocampista, aunque este hubo de ser el muy necesario –pero necesitado de rotación– Reyes; Matilla se atrasa.
Los locales aprietan de salida más arriba para sentenciar, el mediocentro con el manchego es un coladero y caen dos goles rápidos. En los minutos de la basura siguientes caen dos más, casi por inercia. Para el quinto, Nono había mandado a Nosa arriba y Chuli era extremo derecho.
Jugador por jugador
Sara: Una gran parada y nada que hacer en el gol.
Juanfran: Voluntarioso y potente, pero desorientado ante Koke y Filipe Luís.
Perquis: ¿Pidió a Nosa el primer balón? Luego aceptable, aunque en el 4-0 perdió de vista el balón con consecuencias funestas.
Figueras: Su relativa inactividad nos impide ser crueles con su actuación, para la que no habría calificativos negativos suficientes en el diccionario.
Dídac: Como Juanfran, nunca supo a qué carta quedarse en defensa. Con balón, mal.
Cedrick: Mal también con balón, pero al menos lo intentó y tuvo presencia en el partido.
Reyes: Se notó mucho más su ausencia que su presencia.
Nosa: Omnipresente. El mejor de largo. Una jugada de la primera mitad retrató su partido: se llevó el balón, a trompicones y por potencia, desde veinte metros por detrás de la línea de centro del campo, arrancó contra todos, y cuando llegó arriba... no había nadie.
Vadillo: Con balón intentó lo que sabe, y sin él no estuvo.
Matilla: Ha renovado, y ahí se acabó el Matilla aceptable sólo como mediocentro y porque jugaba al ciento veinte por ciento. En la primera mitad no existió, y en la segunda existió como agujero.
Chuli: Por físico no puede contra nadie del Atlético, y no digamos contra cuatro.
Andersen: Hizo lo que se podía en los cuatro goles, que era nada.
Molina: Al menos dio sensación de presencia arriba.
Nono: Buenos detalles en minutos de serie B.
Mel: Su alineación nos pareció correcta, aunque totalmente errada en la posición de Matilla y Nosa. No supo contrarrestar el juego por bandas atlético, conocido por todos. Alguna responsabilidad ha de tener en que el equipo llegue tarde a los partidos y en que a balón parado (donde las capacidades pueden igualarse) cada jugada del Atlético fuese un incendio y las del Betis una broma.
BETIS (0): Sara (Andersen, m. 46); Juanfran, Perquis, Jordi Figueras, Dídac; Cedrick, Lolo Reyes (Jorge Molina, m. 56), Nosa, Vadillo (Nono, m. 62); Matilla y Chuli.
Goles: 1-0, m. 1: Óliver. 2-0, m. 52: Villa. 3-0, m. 56: Villa. 4-0, m. 65: Diego Costa 5-0, m. 92: Gabi
Árbitro: Martínez Munuera (Colegio Valenciano). Mostró tarjeta amarilla a Nosa y Cedrick.
Unos 45.000 espectadores en el Vicente Calderón.
El Betis ha recibido una justa goleada en el Calderón, que rozó lo humillante.
Los béticos fueron inferiores al Atlético en todos los aspectos del juego; en particular en el físico y, en menor medida, en el táctico. Esta inferioridad parte de un discutible trabajo de casting de los técnicos del club –Mel y, sobre todo, Stosic–: el aficionado tiende a sobrevalorar a jugadores técnicamente bien dotados, pero el buen seleccionador de jugadores debe hacer al menos el mismo caso a las características físicas. Rivales como el de esta noche (un Atlético siempre concentrado, tácticamente bien trabajado y, sobre todo, físicamente sobrehumano) ponen a prueba esa faceta del juego, y en la plantilla de este Betis no hay hoy muchos hombres que puedan soportar la prueba.
Mel puso sobre el campo a lo mejor que podía: muy saturado Molina, sancionado Amaya, bajo de forma Chica y lesionado Paulão, metió por fin en el campo a los pocos jugadores que podían aguantar la exigencia física de un partido de alto nivel, como Nosa y Cedrick, y mantuvo en el once a Juanfran y Reyes. Otros como Perquis aguantaron el tipo, pero gente como Matilla y Chuli sencillamente no pueden con un ritmo de primer nivel aunque estén al cien por cien, y algunos como Dídac o Figueras tal vez lo podrán estar alguna vez, pero no ahora.
Si la alineación fue correcta, discutible fue la situación de Matilla y Nosa: el Betis, a priori, planteaba un partido conservador, en el que los dos hombres de arriba del 4-4-1-1 tendrían muchísimos metros cuadrados de radio de acción, y ahí Matilla es una nulidad ofensiva, como bien sabía Mel cuando le avisó en pretemporada de que en este Betis sólo podría jugar de mediocentro (donde ese campo de acción, y más en partidos en principio cerrados, como este, es más pequeño). Por otra parte tampoco se aprecia ventaja defensiva ninguna, por más que se les califique de centrocampistas, en que Matilla, o Salva o Verdú, defiendan arriba junto al delantero centro. Sí podría haber hecho ahí un buen trabajo de pantalla Nosa.
Enfrente el Atlético plantaba lo sabidísimo: 4-4-2 con laterales largos y bandas con interiores de tendencia central.
Primera parte
En todo caso la puesta en escena bética echó por tierra las previsiones: el intuido autobús bético llegó catorce segundos tarde a su aparcamiento en la frontal, y una vez más el equipo se veía obligado a jugar contra el marcador.
A partir de ahí los madrileños jugaron muy a su estilo: dejaron tener el balón a los béticos en zonas frías, para salir a la contra. Si los verdiblancos tienen siempre problemas para crear fútbol en tal situación, ante un rival rocosísimo y con Matilla como mediapunta (o lo que fuese) sus llegadas, en inferioridad numérica manifiesta, eran totalmente inocuas.
El Atlético, como siempre, parecía jugar con dos hombres más, y sus breves posesiones hacían siempre daño por superioridad numérica donde estaba la pelota, que no por sutilezas técnicas. Sara, la suerte y un arbitraje favorable libraron al Betis de llevarse varios goles más antes del descanso: el Atlético dominaba el partido sin balón. El Betis hacía aguas en particular por las bandas, donde Mel no supo encontrar un antídoto a las conocidísimas subidas de los laterales atléticos, más allá de ordenar a Cedrick y Vadillo (permutados, por cierto, a los veinte minutos) que los siguieran hasta donde llegasen.
Segunda parte
Mel cambia a la fuerza de portero y por correcta elección mete a Molina por un centrocampista, aunque este hubo de ser el muy necesario –pero necesitado de rotación– Reyes; Matilla se atrasa.
Los locales aprietan de salida más arriba para sentenciar, el mediocentro con el manchego es un coladero y caen dos goles rápidos. En los minutos de la basura siguientes caen dos más, casi por inercia. Para el quinto, Nono había mandado a Nosa arriba y Chuli era extremo derecho.
Jugador por jugador
Sara: Una gran parada y nada que hacer en el gol.
Juanfran: Voluntarioso y potente, pero desorientado ante Koke y Filipe Luís.
Perquis: ¿Pidió a Nosa el primer balón? Luego aceptable, aunque en el 4-0 perdió de vista el balón con consecuencias funestas.
Figueras: Su relativa inactividad nos impide ser crueles con su actuación, para la que no habría calificativos negativos suficientes en el diccionario.
Dídac: Como Juanfran, nunca supo a qué carta quedarse en defensa. Con balón, mal.
Cedrick: Mal también con balón, pero al menos lo intentó y tuvo presencia en el partido.
Reyes: Se notó mucho más su ausencia que su presencia.
Nosa: Omnipresente. El mejor de largo. Una jugada de la primera mitad retrató su partido: se llevó el balón, a trompicones y por potencia, desde veinte metros por detrás de la línea de centro del campo, arrancó contra todos, y cuando llegó arriba... no había nadie.
Vadillo: Con balón intentó lo que sabe, y sin él no estuvo.
Matilla: Ha renovado, y ahí se acabó el Matilla aceptable sólo como mediocentro y porque jugaba al ciento veinte por ciento. En la primera mitad no existió, y en la segunda existió como agujero.
Chuli: Por físico no puede contra nadie del Atlético, y no digamos contra cuatro.
Andersen: Hizo lo que se podía en los cuatro goles, que era nada.
Molina: Al menos dio sensación de presencia arriba.
Nono: Buenos detalles en minutos de serie B.
Mel: Su alineación nos pareció correcta, aunque totalmente errada en la posición de Matilla y Nosa. No supo contrarrestar el juego por bandas atlético, conocido por todos. Alguna responsabilidad ha de tener en que el equipo llegue tarde a los partidos y en que a balón parado (donde las capacidades pueden igualarse) cada jugada del Atlético fuese un incendio y las del Betis una broma.
viernes, 25 de octubre de 2013
Betis 1 - Vitória de Guimarães 0 (3ª jornada de la fase de grupos de la Europa League)
BETIS (1): Andersen; Juanfran, Perquis, Amaya, Dídac; Lolo Reyes, Nosa (Nono, m.63); Chuli, Verdú, Vadillo (Steinhöfer, m.76); y Jorge Molina (Cedrick, m.70).
VITÓRIA DE GUIMARÃES (0): Douglas; Kanú (Tomané, m.82), Paulo Oliveira, Ba, Addy; Matias, André Santos (André André, m.61), Olímpio, Tiago Rodrigues; Russi y Malonga (Plange, m.62).
Gol: 1-0, m. 50: Vadillo.
Árbitro: Michael Koukoulakis, griego. Tarjetas amarillas para Ba, Jorge Molina, André Santos, Tiago Rodrigues, Vadillo, Didac, Douglas y Olímpio.
17.000 espectadores en el Villamarín. Césped algo irregular.
Importante es la victoria obtenida por el Betis esta noche en un partido muy igualado y sólo aceptable por parte local.
Primera media hora
Sin cambiar el esquema base, un 4-2-3-1 con Verdú en la mediapunta, Mel sí hizo ciertos cambios sutiles con consecuencias en el juego: fundamentalmente –como en el arranque de la segunda parte ante el Elche– meter a Chuli como extremo derecho y ponerle detrás a Juanfran, de modo que la tendencia hacia el área del primero dejaba el carril disponible al amplio recorrido del segundo, dando además cierta compañía a Molina, tan aislado otras tardes. Si este detalle empujaba un tanto el centro de gravedad del equipo hacia la izquierda, la (pensamos que errónea: mejor al revés) situación de Nosa a la izquierda de Reyes en el doble pivote provocó aún más acumulación en esa banda: al venir habitualmente Reyes a la base de la jugada y jugar Nosa algo más adelantado, como interior izquierdo, la tendencia habitual de Verdú a ese mismo sector provocaba una notable concentración en esa zona. El Betis defendía con el bloque medio habitual, sin presionar arriba casi nunca.
Enfrente el Vitória planteaba un claro 4-4-2. Las buenas prestaciones físicas de sus hombres, mejores que las técnicas, y la escasa intensidad de un Betis que sigue sin entrar al cien por cien en los partidos, dieron cierto dominio a los visitantes en esa primera fase del partido; su fuerte presión en el centro gripaba el juego bético, y su juego rápido aunque poco sutil percutía por las bandas con algún peligro, aunque en general el partido era trabado e impreciso.
Segunda media hora
A partir del minuto treinta el Vitória se desfonda un poco y el Betis mejora: ajusta las líneas, muy descoordinadas hasta entonces (mucha gente nueva, y de poca consistencia); y mete la marcha que tenía guardada. El partido se abre y la insistencia de Vadillo lleva algún peligro por su banda, sin gran claridad porque el Vitória sigue fuerte por el centro, y en particular porque su excelente central Abdoulaye Ba se sobra para controlar a Molina y las llegadas de Chuli, inferior físicamente. Una de las pocas llegadas claras acaba con un brillante gol de Vadillo.
Tercera media hora
El Vitória se va arriba y se entra en un intercambio de golpes en el que Andersen y la suerte salvan al Betis en una portería, y la torpeza de los béticos para dar el último pase o aprovecharlo arruina varias contras béticas ante la adelantada defensa visitante. El Betis esconde aceptablemente el balón, aunque mira poco a la puerta contraria.
Forzado por problemas físicos y por el cansancio del saturado Molina, Mel cambia peones: Nono entra por Nosa primero en el mediocentro, luego Cedrick manda a Vadillo a la banda derecha y a Chuli a la punta para relevar al delantero alcoyano, y finalmente Steinhöfer (con buen criterio, situado por delante de Juanfran: si vas ganando mejor no tocar la defensa) entra por Vadillo.
Jugador por jugador
Andersen: Bien con los pies durante todo el partido, y muy bien en la casacada de ocasiones del Vitória mediada la segunda parte. Sólo erró en una salida por abajo valiente pero muy mal medida.
Juanfran: Tiene condiciones para ser lateral internacional, aunque debe mejorar detalles defensivos: no le pitaron un penalti.
Perquis: Bien, y algo menos alocado de lo habitual, hasta el punto de que no se lesionó.
Amaya: Últimamente no mide bien sus salidas de zona.
Dídac: Impulsivo hasta el exceso en defensa, mejora progresivamente. Cerró bien y apenas subió porque en su banda sobraba gente.
Reyes: Muy en su línea de mediocentro defensivo fiable, de los que ocupan mucho campo en defensa. En la segunda parte tocó,eso sí, muy poco el balón.
Nosa: Gran primera parte, muy suya (hace cosas que parecen fáciles pero nadie hace, como tapar mucho campo, atacar por todas partes y llegar al área más que ningún otro centrocampista), e impreciso en lo que jugó de la segunda. Es uno de esos futbolistas que el rival nunca quiere tener delante, y Mel satisface casi siempre esos deseos.
Chuli: Mostró sus virtudes: llegada al área, voluntad, insistencia, olfato de gol... y por desgracia, que le falta un escalón en lo físico y lo técnico para sacarles partido. Da la sensación de estar al cien por cien pero de que no le basta.
Verdú: Muestra cierta mejora en cuanto a precisión de toque, casi siempre mucha, pero la misma tendencia al fútbol fácil de triangulaciones hacia ninguna parte y al error cuando el pase importa. Por suerte esta vez sí dio una asistencia. Su despliegue físico sigue siendo muy limitado.
Vadillo: Valiente y voluntarioso, lo intentó siempre, aunque en el área no tuvo claridad de ideas... hasta que le salió una gloriosa rosca por la escuadra.
Molina: Espeso y algo desquiciado. Necesita descanso.
Nono: Muy bien. Si aprende a situarse en defensa será un buen mediocentro, porque tiene condiciones físicas y, sobre todo, técnicas. Muy metido, pese a debutar esta temporada.
Cedrick: Se obcecó en una excesiva verticalidad, aunque le dio tiempo a hacer lo que ninguno de sus compañeros logró en sus contragolpes: plantarse delante del portero y rematar bien. Su suplencia es otro caso de favor de Mel a los rivales.
Steinhöfer: Cumplió en lo poquito que hizo.
El detalle
Como buen alemán, Steinhöfer coloca el balón en los córneres por la derecha de la forma geométricamente más racional. ¿Podría enseñar a Verdú a hacerlo?
VITÓRIA DE GUIMARÃES (0): Douglas; Kanú (Tomané, m.82), Paulo Oliveira, Ba, Addy; Matias, André Santos (André André, m.61), Olímpio, Tiago Rodrigues; Russi y Malonga (Plange, m.62).
Gol: 1-0, m. 50: Vadillo.
Árbitro: Michael Koukoulakis, griego. Tarjetas amarillas para Ba, Jorge Molina, André Santos, Tiago Rodrigues, Vadillo, Didac, Douglas y Olímpio.
17.000 espectadores en el Villamarín. Césped algo irregular.
Importante es la victoria obtenida por el Betis esta noche en un partido muy igualado y sólo aceptable por parte local.
Primera media hora
Sin cambiar el esquema base, un 4-2-3-1 con Verdú en la mediapunta, Mel sí hizo ciertos cambios sutiles con consecuencias en el juego: fundamentalmente –como en el arranque de la segunda parte ante el Elche– meter a Chuli como extremo derecho y ponerle detrás a Juanfran, de modo que la tendencia hacia el área del primero dejaba el carril disponible al amplio recorrido del segundo, dando además cierta compañía a Molina, tan aislado otras tardes. Si este detalle empujaba un tanto el centro de gravedad del equipo hacia la izquierda, la (pensamos que errónea: mejor al revés) situación de Nosa a la izquierda de Reyes en el doble pivote provocó aún más acumulación en esa banda: al venir habitualmente Reyes a la base de la jugada y jugar Nosa algo más adelantado, como interior izquierdo, la tendencia habitual de Verdú a ese mismo sector provocaba una notable concentración en esa zona. El Betis defendía con el bloque medio habitual, sin presionar arriba casi nunca.
Enfrente el Vitória planteaba un claro 4-4-2. Las buenas prestaciones físicas de sus hombres, mejores que las técnicas, y la escasa intensidad de un Betis que sigue sin entrar al cien por cien en los partidos, dieron cierto dominio a los visitantes en esa primera fase del partido; su fuerte presión en el centro gripaba el juego bético, y su juego rápido aunque poco sutil percutía por las bandas con algún peligro, aunque en general el partido era trabado e impreciso.
Segunda media hora
A partir del minuto treinta el Vitória se desfonda un poco y el Betis mejora: ajusta las líneas, muy descoordinadas hasta entonces (mucha gente nueva, y de poca consistencia); y mete la marcha que tenía guardada. El partido se abre y la insistencia de Vadillo lleva algún peligro por su banda, sin gran claridad porque el Vitória sigue fuerte por el centro, y en particular porque su excelente central Abdoulaye Ba se sobra para controlar a Molina y las llegadas de Chuli, inferior físicamente. Una de las pocas llegadas claras acaba con un brillante gol de Vadillo.
Tercera media hora
El Vitória se va arriba y se entra en un intercambio de golpes en el que Andersen y la suerte salvan al Betis en una portería, y la torpeza de los béticos para dar el último pase o aprovecharlo arruina varias contras béticas ante la adelantada defensa visitante. El Betis esconde aceptablemente el balón, aunque mira poco a la puerta contraria.
Forzado por problemas físicos y por el cansancio del saturado Molina, Mel cambia peones: Nono entra por Nosa primero en el mediocentro, luego Cedrick manda a Vadillo a la banda derecha y a Chuli a la punta para relevar al delantero alcoyano, y finalmente Steinhöfer (con buen criterio, situado por delante de Juanfran: si vas ganando mejor no tocar la defensa) entra por Vadillo.
Jugador por jugador
Andersen: Bien con los pies durante todo el partido, y muy bien en la casacada de ocasiones del Vitória mediada la segunda parte. Sólo erró en una salida por abajo valiente pero muy mal medida.
Juanfran: Tiene condiciones para ser lateral internacional, aunque debe mejorar detalles defensivos: no le pitaron un penalti.
Perquis: Bien, y algo menos alocado de lo habitual, hasta el punto de que no se lesionó.
Amaya: Últimamente no mide bien sus salidas de zona.
Dídac: Impulsivo hasta el exceso en defensa, mejora progresivamente. Cerró bien y apenas subió porque en su banda sobraba gente.
Reyes: Muy en su línea de mediocentro defensivo fiable, de los que ocupan mucho campo en defensa. En la segunda parte tocó,eso sí, muy poco el balón.
Nosa: Gran primera parte, muy suya (hace cosas que parecen fáciles pero nadie hace, como tapar mucho campo, atacar por todas partes y llegar al área más que ningún otro centrocampista), e impreciso en lo que jugó de la segunda. Es uno de esos futbolistas que el rival nunca quiere tener delante, y Mel satisface casi siempre esos deseos.
Chuli: Mostró sus virtudes: llegada al área, voluntad, insistencia, olfato de gol... y por desgracia, que le falta un escalón en lo físico y lo técnico para sacarles partido. Da la sensación de estar al cien por cien pero de que no le basta.
Verdú: Muestra cierta mejora en cuanto a precisión de toque, casi siempre mucha, pero la misma tendencia al fútbol fácil de triangulaciones hacia ninguna parte y al error cuando el pase importa. Por suerte esta vez sí dio una asistencia. Su despliegue físico sigue siendo muy limitado.
Vadillo: Valiente y voluntarioso, lo intentó siempre, aunque en el área no tuvo claridad de ideas... hasta que le salió una gloriosa rosca por la escuadra.
Molina: Espeso y algo desquiciado. Necesita descanso.
Nono: Muy bien. Si aprende a situarse en defensa será un buen mediocentro, porque tiene condiciones físicas y, sobre todo, técnicas. Muy metido, pese a debutar esta temporada.
Cedrick: Se obcecó en una excesiva verticalidad, aunque le dio tiempo a hacer lo que ninguno de sus compañeros logró en sus contragolpes: plantarse delante del portero y rematar bien. Su suplencia es otro caso de favor de Mel a los rivales.
Steinhöfer: Cumplió en lo poquito que hizo.
El detalle
Como buen alemán, Steinhöfer coloca el balón en los córneres por la derecha de la forma geométricamente más racional. ¿Podría enseñar a Verdú a hacerlo?
domingo, 20 de octubre de 2013
Betis 1 - Elche 2 (9ª jornada de Liga de Primera División)
REAL BETIS (1): Guille Sara; Chica (Chuli, m.46),
Paulão, Amaya, Nacho; Matilla (Verdú, m.58), Lolo Reyes; Juanfran, Salva
Sevilla (Cedrick, m.67), Juan Carlos; y Jorge Molina.
ELCHE CF (2): Manu Herrera; Damián, Botía, Lombán, Domingo Cisma; Carles Gil, Rubén Pérez, Javi Márquez (Carlos Sánchez, m.77), Fidel; Manu del Moral (Mantecón, m.60) y Coro (Boakye, m.85).
Goles: 0-1, m.28: Manu del Moral; 0-2, m.33: Fidel; 1-2, m.40: Jorge Molina.
Árbitro: Velasco Carballo, madrileño. Expulsó por doble amarilla a Domingo Cisma. Amarillas para Amaya, Matilla, Botía, Salva Sevilla, Juanfran y Manu Herrera.
30.000 espectadores en el Villamarín. Césped an aceptable estado.
Muy preocupante es la derrota del Betis hoy ante un Elche limitadísimo en calidad que sacó los tres puntos apenas con sacrificio, orden y cierto oficio. No sacar adelante un encuentro importante en casa, ante un rival de tan poco fuste y que jugó con diez medio partido es indicio de que el equipo ha entrado en una de esas rachas negativas a las que acostumbra una vez al año con Mel. La próxima vuelta de Castro da alguna esperanza, pese a todo.
De las cuatro columnas que basan el rendimiento de un equipo (lo físico, lo técnico, lo táctico y lo anímico) apenas parecen funcionar hoy en el Betis las dos primeras, si acaso. El equipo da sensación de falta de liderazgo en el campo, poca rebeldía ante la derrota, cierto desconcierto y, lo que nos interesa más, muy poca claridad de ideas en el banquillo. El plan de juego ha ido derivando a un sistema defensivo muy convencional y rutinario, y un ataque incoherente, poco trabajado y que cambia sin razones aparentes.
Primera parte
Las primeras críticas a Mel han de venir de la alineación y la disposición del equipo, que partió del usual 4-2-3-1 en defensa. Eran difíciles de comprender las ausencias de Nosa y, sobre todo, Cedrick, dos jugadores cuya presencia física cala como lluvia fina en el rendimiento del rival. A cambio, el centro del campo bético contaba como interiores ofensivos con gente con tan poca presencia y consistencia física como Salva y Matilla. Por otro lado, mientras falte Rubén es imprescindible la presencia bien de un segundo delantero junto a Molina, o bien al menos de gente que pise el área con frecuencia; no es precisamente el caso de Juan Carlos (titular tras meses sin jugar), Juanfran y Salva, la segunda línea hoy, lo que restaba opciones de gol al equipo hasta lo casi nulo. Para culminar el disparate, el hecho de jugar con extremos a pie natural que buscan el centro al área era totalmente incoherente con la única presencia en el área de un delantero centro.
En suma, el Betis carecía de un plan para llegar a la puerta rival: ni había presión alta para robar y contragolpear (Matilla y Salva no valen para eso), ni gente al remate para los presumibles centros laterales, ni los extremos buscaban el disparo por dentro (pues caía a su pierna mala), ni los laterales doblaban a los extremos, demasiado abiertos para ello. Si sumamos a todo que, como siempre, el Betis jugaba con mucha gente por detrás del balón, el gol apenas podía llegar, como fue, a balón parado. El equipo, por demás, se limitaba al habitual rondito en zonas frías.
A gusto el 4-4-2 del Elche (Márquez y Pérez por dentro más atentos a destruir que a jugar, dos extremos y dos delanteros) con un juego de poca elaboración y menos toque, los ilicitanos fueron mejores en la primera media hora y tuvieron la fortuna de marcar en sus dos únicas ocasiones (mal defendida por Chica la primera, originada en fuera de juego la segunda). El empujón final del Betis apretó el marcador.
Segunda parte
Mel acierta por fin: retira al desafortunadísimo Chica para retrasar a Juanfran al lateral y meter a Chuli en una posición ambigua entre el extremo y el área, que dejaba espacio en ataque en la banda para que el poderoso físico de Juanfran aprovechara todo su potencial. Inmediatamente ese amplio recorrido y la valentía de Juanfran provocan la expulsión de Cisma, que deja al Elche en un claro y cerrado 4-4-1.
Mel aparta a Matilla, en claro peligro de expulsión, y mete a Verdú como centrocampista de un Betis que atacaba con el catalán de armador del juego, lo que obligaba a Lolo Reyes a adelantarse al interior derecho mientras Salva quedaba a la izquierda. Cuando el sistema parecía funcionar aceptablemente Mel lo estropea: deja en el campo a un ya inútil Juan Carlos y retira a Salva para meter a Cedrick (que jugó sólo 25 minutos, algo incomprensible) en una banda, la derecha, que ya funcionaba con un solo hombre. Al poco los extremos se intercambian bandas, de modo que quedan a pie cambiado justamente cuando el rival estaba más cerrado y los béticos, por fin, acudían al área en tropel al remate. El desvarío acaba en una especie de 4-4-2 con Verdú y Reyes como mediocentros, Chuli y Molina arriba y los dos centrales, que ya sobraban, en algún lugar indefinido de la franja central del campo, no se sabe si como defensas, medios o delanteros.
Jugador por jugador
Sara: De tres jugadas de peligro cayeron dentro dos. No tuvo culpa, pero no es mejor portero que Adrián en modo alguno.
Chica: No aportó casi nada en ataque, como suele, pero además falló en defensa.
Paulão: Un tanto descolocado a ratos, y más mientras más avanzaba el partido.
Amaya: Empezó fallón y tarjeteado y, aunque se sobrepuso con buenos pases largos, no dio calma esta vez.
Nacho: Contadas subidas, pero buenas. No pasó apuros en defensa.
Matilla: Su calidad como interior es de aprobado sin brillantez, pero defensivamente no tiene una presencia física suficiente, y eso se nota en partidos de más choque que toque.
Lolo Reyes: De lo mejorcito, aunque se acabó desquiciando como todos.
Juanfran: El mejor con diferencia, por actitud y aptitud. Mel puede elegir entre convertirlo en un aceptable extremo o en un gran lateral, porque tiene inteligencia, recorrido y centro desde la banda para ello.
Salva: Muy poquita cosa, en todos los sentidos.
Juan Carlos: Lo intentó en los seis o siete balones que tocó, incluso pudo marcar, pero no se puede tener tan poco impacto en noventa minutos cuando tu equipo la tiene casi siempre. Es inexplicable que Mel le diera noventa minutos mientras Cedrick calentaba.
Molina: No anda fino. Da el nivel para el Betis, pero no puede ser el delantero obligatorio, de los que juegan estén como estén.
Chuli: Desgraciadamente no parece dar ese nivel.
Verdú: En un contexto ideal para él (muchísima posesión, mucha gente por delante) lució su extraordinario toque en largo y corto, pero una vez más sólo en zonas templadas y frías: en el borde del área se le apagaron las luces.
Cedrick: Encaró mucho y se fue bastantes veces. Tiene que jugar siempre.
Mel: Mal antes y durante el partido. La alineación fue desacertada, el esquema incoherente, el equipo tardó otra vez en tomar las riendas del partido y los cambios volvieron locos a los jugadores (se jugaron cuatro o cinco sistemas diferentes). No hubo desde el banquillo liderazgo anímico ni táctico, sino nervios y bandazos.
ELCHE CF (2): Manu Herrera; Damián, Botía, Lombán, Domingo Cisma; Carles Gil, Rubén Pérez, Javi Márquez (Carlos Sánchez, m.77), Fidel; Manu del Moral (Mantecón, m.60) y Coro (Boakye, m.85).
Goles: 0-1, m.28: Manu del Moral; 0-2, m.33: Fidel; 1-2, m.40: Jorge Molina.
Árbitro: Velasco Carballo, madrileño. Expulsó por doble amarilla a Domingo Cisma. Amarillas para Amaya, Matilla, Botía, Salva Sevilla, Juanfran y Manu Herrera.
30.000 espectadores en el Villamarín. Césped an aceptable estado.
Muy preocupante es la derrota del Betis hoy ante un Elche limitadísimo en calidad que sacó los tres puntos apenas con sacrificio, orden y cierto oficio. No sacar adelante un encuentro importante en casa, ante un rival de tan poco fuste y que jugó con diez medio partido es indicio de que el equipo ha entrado en una de esas rachas negativas a las que acostumbra una vez al año con Mel. La próxima vuelta de Castro da alguna esperanza, pese a todo.
De las cuatro columnas que basan el rendimiento de un equipo (lo físico, lo técnico, lo táctico y lo anímico) apenas parecen funcionar hoy en el Betis las dos primeras, si acaso. El equipo da sensación de falta de liderazgo en el campo, poca rebeldía ante la derrota, cierto desconcierto y, lo que nos interesa más, muy poca claridad de ideas en el banquillo. El plan de juego ha ido derivando a un sistema defensivo muy convencional y rutinario, y un ataque incoherente, poco trabajado y que cambia sin razones aparentes.
Primera parte
Las primeras críticas a Mel han de venir de la alineación y la disposición del equipo, que partió del usual 4-2-3-1 en defensa. Eran difíciles de comprender las ausencias de Nosa y, sobre todo, Cedrick, dos jugadores cuya presencia física cala como lluvia fina en el rendimiento del rival. A cambio, el centro del campo bético contaba como interiores ofensivos con gente con tan poca presencia y consistencia física como Salva y Matilla. Por otro lado, mientras falte Rubén es imprescindible la presencia bien de un segundo delantero junto a Molina, o bien al menos de gente que pise el área con frecuencia; no es precisamente el caso de Juan Carlos (titular tras meses sin jugar), Juanfran y Salva, la segunda línea hoy, lo que restaba opciones de gol al equipo hasta lo casi nulo. Para culminar el disparate, el hecho de jugar con extremos a pie natural que buscan el centro al área era totalmente incoherente con la única presencia en el área de un delantero centro.
En suma, el Betis carecía de un plan para llegar a la puerta rival: ni había presión alta para robar y contragolpear (Matilla y Salva no valen para eso), ni gente al remate para los presumibles centros laterales, ni los extremos buscaban el disparo por dentro (pues caía a su pierna mala), ni los laterales doblaban a los extremos, demasiado abiertos para ello. Si sumamos a todo que, como siempre, el Betis jugaba con mucha gente por detrás del balón, el gol apenas podía llegar, como fue, a balón parado. El equipo, por demás, se limitaba al habitual rondito en zonas frías.
A gusto el 4-4-2 del Elche (Márquez y Pérez por dentro más atentos a destruir que a jugar, dos extremos y dos delanteros) con un juego de poca elaboración y menos toque, los ilicitanos fueron mejores en la primera media hora y tuvieron la fortuna de marcar en sus dos únicas ocasiones (mal defendida por Chica la primera, originada en fuera de juego la segunda). El empujón final del Betis apretó el marcador.
Segunda parte
Mel acierta por fin: retira al desafortunadísimo Chica para retrasar a Juanfran al lateral y meter a Chuli en una posición ambigua entre el extremo y el área, que dejaba espacio en ataque en la banda para que el poderoso físico de Juanfran aprovechara todo su potencial. Inmediatamente ese amplio recorrido y la valentía de Juanfran provocan la expulsión de Cisma, que deja al Elche en un claro y cerrado 4-4-1.
Mel aparta a Matilla, en claro peligro de expulsión, y mete a Verdú como centrocampista de un Betis que atacaba con el catalán de armador del juego, lo que obligaba a Lolo Reyes a adelantarse al interior derecho mientras Salva quedaba a la izquierda. Cuando el sistema parecía funcionar aceptablemente Mel lo estropea: deja en el campo a un ya inútil Juan Carlos y retira a Salva para meter a Cedrick (que jugó sólo 25 minutos, algo incomprensible) en una banda, la derecha, que ya funcionaba con un solo hombre. Al poco los extremos se intercambian bandas, de modo que quedan a pie cambiado justamente cuando el rival estaba más cerrado y los béticos, por fin, acudían al área en tropel al remate. El desvarío acaba en una especie de 4-4-2 con Verdú y Reyes como mediocentros, Chuli y Molina arriba y los dos centrales, que ya sobraban, en algún lugar indefinido de la franja central del campo, no se sabe si como defensas, medios o delanteros.
Jugador por jugador
Sara: De tres jugadas de peligro cayeron dentro dos. No tuvo culpa, pero no es mejor portero que Adrián en modo alguno.
Chica: No aportó casi nada en ataque, como suele, pero además falló en defensa.
Paulão: Un tanto descolocado a ratos, y más mientras más avanzaba el partido.
Amaya: Empezó fallón y tarjeteado y, aunque se sobrepuso con buenos pases largos, no dio calma esta vez.
Nacho: Contadas subidas, pero buenas. No pasó apuros en defensa.
Matilla: Su calidad como interior es de aprobado sin brillantez, pero defensivamente no tiene una presencia física suficiente, y eso se nota en partidos de más choque que toque.
Lolo Reyes: De lo mejorcito, aunque se acabó desquiciando como todos.
Juanfran: El mejor con diferencia, por actitud y aptitud. Mel puede elegir entre convertirlo en un aceptable extremo o en un gran lateral, porque tiene inteligencia, recorrido y centro desde la banda para ello.
Salva: Muy poquita cosa, en todos los sentidos.
Juan Carlos: Lo intentó en los seis o siete balones que tocó, incluso pudo marcar, pero no se puede tener tan poco impacto en noventa minutos cuando tu equipo la tiene casi siempre. Es inexplicable que Mel le diera noventa minutos mientras Cedrick calentaba.
Molina: No anda fino. Da el nivel para el Betis, pero no puede ser el delantero obligatorio, de los que juegan estén como estén.
Chuli: Desgraciadamente no parece dar ese nivel.
Verdú: En un contexto ideal para él (muchísima posesión, mucha gente por delante) lució su extraordinario toque en largo y corto, pero una vez más sólo en zonas templadas y frías: en el borde del área se le apagaron las luces.
Cedrick: Encaró mucho y se fue bastantes veces. Tiene que jugar siempre.
Mel: Mal antes y durante el partido. La alineación fue desacertada, el esquema incoherente, el equipo tardó otra vez en tomar las riendas del partido y los cambios volvieron locos a los jugadores (se jugaron cuatro o cinco sistemas diferentes). No hubo desde el banquillo liderazgo anímico ni táctico, sino nervios y bandazos.
domingo, 6 de octubre de 2013
Getafe 3 - Betis 1 (8ª jornada de Liga de Primera División)
GETAFE (3): Moyá; Arroyo, Alexis (Lopo, m. 78) Rafa, Roberto Lago; Mosquera, Borja; Pedro León (Gavilán, m. 34), Sarabia, Diego Castro; y Colunga (Ciprian Marica, m. 70).
BETIS (1): Sara; Chica, Amaya, Paulão, Nacho; Matilla, Xavi Torres (Cedrick, m. 46); Juanfran (Vadillo, m. 46), Verdú (Chuli, m. 74), Nosa; y Jorge Molina.
Goles: 1-0, m. 16: Pedro León. 2-0, m. 22: Pedro León. 3-0, m. 27: Colunga 3-1, m. 50: Rafa (en propia puerta).
Árbitro: Álvarez Izquierdo (Colegio catalán). Mostró tarjeta amarilla a Rafa, Arroyo, Alexis, Xavi Torres, Cedrick y Nosa.
Incidencias: Unos 8.000 espectadores en el Coliseum Alfonso Pérez Muñoz, y entre ellos 500 seguidores visitantes.
Muy mal partido el del Betis hoy ante el Getafe, con mención especial para una lamentable primera parte similar a la perpetrada por el Valencia en el Villamarín no ha mucho.
Primera parte
Los béticos hicieron mal en este primer tiempo prácticamente todo lo que se puede hacer mal en un partido de fútbol: desde el scouting del rival de la semana hasta la actuación individual de los futbolistas (y del árbitro, si se nos apura), pasando por la alineación y la actitud del equipo.
Mel volvió a dejar fuera del equipo, inexplicablemente, a Cedrick, que había jugado un partido y dos ratitos de los últimos cuatro, y que se empeña en estar siempre entre los mejores del equipo en todos los aspectos del juego (verticalidad, manejo de balón, inteligencia táctica, actitud, cumplimiento de sus obligaciones defensivas, incluso llegada a portería). Sí conservaban su puesto sin embargo Juanfran, extremo como él y que ha jugado completos tres de esos últimos cuatro partidos, y Verdú, empeñado en suspender partido a partido en todos esos aspectos. El entrenador bético planteaba un 4-2-3-1 con Nosa como falso extremo izquierdo. Enfrente el Getafe (un club cuyos socios deben de caber en cualquier grada del Villamarín) plantaba también el esquema habitual en España.
Toda la Liga española menos los ojeadores del Betis y Mel debe de conocer el peligro del Getafe, un equipo hecho año tras año de remiendos y promesas: su juego prácticamente se reduce a la diestra de Pedro León, jugador limitado en lo físico pero de excelente toque. Un año más (parece que no aprendemos) nadie lo encimó, se le puso autopista con alfombra y quince minutos (del 15 al 30) le bastaron para acabar con el partido. Si la ubicación de Nosa en la izquierda tenía por objeto pararlo, el nigeriano ni siquiera fue capaz de seguir a su lateral para evitar los apoyos a León; por otra parte Cedrick suele hacer bien ese trabajo.
Para entonces habían transcurrido unos quince primeros minutos sin ritmo por ninguno de los dos equipos y que ya daban una idea de la actitud pasiva e indolente de los béticos. Molina y Verdú hacían como que presionaban muy arriba, aunque sin la menor intensidad, así que los centrales madrileños la sacaban con total comodidad y sus mediocentros comenzaban un ataque en igualdad contra las dos líneas traseras béticas, además separadas. El Betis dejaba jugar a placer, especialmente por la banda derecha del Getafe, sin hacer siquiera faltas. Con balón el Betis, al contrario que el local, cometió durante la primera mitad su error habitual en los ataques estáticos: eliminar a Amaya y Paulão y comenzarlo con un par de mediocampistas por detrás de los once getafenses y con cuatro o cinco jugadores por detrás del balón, con el resultado habitual: lentitud exasperante, falta de líneas de pase y de movilidad por delante de la pelota, horizontalidad y nula profundidad.
Tras varios sustos solventados por Sara llegaron los tres goles del Getafe; de inmediato y afortunadamente, León se llevó la mano al muslo. Luego no hubo nada.
Segunda parte
La –suponemos– gran bronca de Mel y un par de cambios lógicos –Cedrick manda a Nosa al sitio de Torres, Vadillo entra por Juanfran–, más la frescura de un equipo cuyas fuerzas debían de estar intactas, dan la vuelta a la tortilla y el Betis, si no superior, al menos sí es capaz de meter ritmo al partido y convertirlo en un ida y vuelta. El Betis marca con fortuna y pueden caer más goles en una y otra portería, porque el Getafe no se encierra, alarga el campo, ofrece espacios y trata de sentenciar. Los ecos de los gritos de Mel se difuminan con el paso de los minutos y los béticos, sumisos, ni siquiera protestan las evidentes pérdidas de tiempo de los locales.
Jugador por jugador
Sara: Tiene cierta responsabilidad en el primer gol (un golazo, lanzado fuerte y pegado al larguero), ninguna en el segundo y alguna en el tercero, en el que se adelantó para presionar el control de Colunga pero este fue muy bueno y lo dejó a media salida. En suma, no tan mal partido como pareció.
Chica: Al menos puso ganas, aunque un mal despeje suyo facilitó el 2-0.
Paulão: Entre Amaya y él tiraron mal el fuera de juego en el 3-0. Por demás, de lo poco salvable.
Amaya: Con el lunar de ese gol, aceptable. Debe tomar más responsabilidad en la salida de balón.
Nacho: Completamente descolocado y desbordado en la primera media hora, pese a que León en carrera no se va de nadie. Luego mejoró: era imposible empeorar.
Juanfran: Espeso y sin presencia. ¿Cansado?
Matilla: Con los partidos va perdiendo la actitud casi fanática de los primeros encuentros, así que vuelve a su normalidad: correcto sin más en el pase, con poquita ocupación en lo físico.
Torres: Se le vio poco (cosa mala en su sitio): ni siquiera ayudas al apurado Nacho.
Nosa: Mal en la primera parte, muy lento para ayudar a Nacho y muy previsible en ataque. Mejoró muchísimo como volante y acabó pletórico de fuerzas, aunque algo impreciso.
Verdú: Uno no quiere cebarse con él. Dio dos pasecitos ajustados a los laterales.
Molina: Impreciso en el remate e impotente ante los centrales locales, que siempre estaban en superioridad numérica ante él.
Cedrick: Una vez más resulta inexplicable que no juegue casi siempre. No solo es el mejor sino que corre más que nadie. Recuerda bastante a Navas.
Vadillo: Voluntarioso sólo a ráfagas, si no hace el uno contra uno (o contra dos, o contra tres) no hace nada. No aprende.
Chuli: Sabe lo que tiene que hacer pero por desgracia carece de la capacidad necesaria para hacerlo en Primera División.
Mel: Mal en la alineación, en la preparación del partido, en la motivación del equipo y en la preparación de jugadas ofensivas a balón parado. Palió algún problema en el descanso.
El detalle
Verdú parece empeñado en copiar sólo lo peor de Beñat: también pone la pelota pegadita a la cal en los córneres por la derecha, de modo que el arco de la trayectoria no le permite pasar del primer palo.
BETIS (1): Sara; Chica, Amaya, Paulão, Nacho; Matilla, Xavi Torres (Cedrick, m. 46); Juanfran (Vadillo, m. 46), Verdú (Chuli, m. 74), Nosa; y Jorge Molina.
Goles: 1-0, m. 16: Pedro León. 2-0, m. 22: Pedro León. 3-0, m. 27: Colunga 3-1, m. 50: Rafa (en propia puerta).
Árbitro: Álvarez Izquierdo (Colegio catalán). Mostró tarjeta amarilla a Rafa, Arroyo, Alexis, Xavi Torres, Cedrick y Nosa.
Incidencias: Unos 8.000 espectadores en el Coliseum Alfonso Pérez Muñoz, y entre ellos 500 seguidores visitantes.
Muy mal partido el del Betis hoy ante el Getafe, con mención especial para una lamentable primera parte similar a la perpetrada por el Valencia en el Villamarín no ha mucho.
Primera parte
Los béticos hicieron mal en este primer tiempo prácticamente todo lo que se puede hacer mal en un partido de fútbol: desde el scouting del rival de la semana hasta la actuación individual de los futbolistas (y del árbitro, si se nos apura), pasando por la alineación y la actitud del equipo.
Mel volvió a dejar fuera del equipo, inexplicablemente, a Cedrick, que había jugado un partido y dos ratitos de los últimos cuatro, y que se empeña en estar siempre entre los mejores del equipo en todos los aspectos del juego (verticalidad, manejo de balón, inteligencia táctica, actitud, cumplimiento de sus obligaciones defensivas, incluso llegada a portería). Sí conservaban su puesto sin embargo Juanfran, extremo como él y que ha jugado completos tres de esos últimos cuatro partidos, y Verdú, empeñado en suspender partido a partido en todos esos aspectos. El entrenador bético planteaba un 4-2-3-1 con Nosa como falso extremo izquierdo. Enfrente el Getafe (un club cuyos socios deben de caber en cualquier grada del Villamarín) plantaba también el esquema habitual en España.
Toda la Liga española menos los ojeadores del Betis y Mel debe de conocer el peligro del Getafe, un equipo hecho año tras año de remiendos y promesas: su juego prácticamente se reduce a la diestra de Pedro León, jugador limitado en lo físico pero de excelente toque. Un año más (parece que no aprendemos) nadie lo encimó, se le puso autopista con alfombra y quince minutos (del 15 al 30) le bastaron para acabar con el partido. Si la ubicación de Nosa en la izquierda tenía por objeto pararlo, el nigeriano ni siquiera fue capaz de seguir a su lateral para evitar los apoyos a León; por otra parte Cedrick suele hacer bien ese trabajo.
Para entonces habían transcurrido unos quince primeros minutos sin ritmo por ninguno de los dos equipos y que ya daban una idea de la actitud pasiva e indolente de los béticos. Molina y Verdú hacían como que presionaban muy arriba, aunque sin la menor intensidad, así que los centrales madrileños la sacaban con total comodidad y sus mediocentros comenzaban un ataque en igualdad contra las dos líneas traseras béticas, además separadas. El Betis dejaba jugar a placer, especialmente por la banda derecha del Getafe, sin hacer siquiera faltas. Con balón el Betis, al contrario que el local, cometió durante la primera mitad su error habitual en los ataques estáticos: eliminar a Amaya y Paulão y comenzarlo con un par de mediocampistas por detrás de los once getafenses y con cuatro o cinco jugadores por detrás del balón, con el resultado habitual: lentitud exasperante, falta de líneas de pase y de movilidad por delante de la pelota, horizontalidad y nula profundidad.
Tras varios sustos solventados por Sara llegaron los tres goles del Getafe; de inmediato y afortunadamente, León se llevó la mano al muslo. Luego no hubo nada.
Segunda parte
La –suponemos– gran bronca de Mel y un par de cambios lógicos –Cedrick manda a Nosa al sitio de Torres, Vadillo entra por Juanfran–, más la frescura de un equipo cuyas fuerzas debían de estar intactas, dan la vuelta a la tortilla y el Betis, si no superior, al menos sí es capaz de meter ritmo al partido y convertirlo en un ida y vuelta. El Betis marca con fortuna y pueden caer más goles en una y otra portería, porque el Getafe no se encierra, alarga el campo, ofrece espacios y trata de sentenciar. Los ecos de los gritos de Mel se difuminan con el paso de los minutos y los béticos, sumisos, ni siquiera protestan las evidentes pérdidas de tiempo de los locales.
Jugador por jugador
Sara: Tiene cierta responsabilidad en el primer gol (un golazo, lanzado fuerte y pegado al larguero), ninguna en el segundo y alguna en el tercero, en el que se adelantó para presionar el control de Colunga pero este fue muy bueno y lo dejó a media salida. En suma, no tan mal partido como pareció.
Chica: Al menos puso ganas, aunque un mal despeje suyo facilitó el 2-0.
Paulão: Entre Amaya y él tiraron mal el fuera de juego en el 3-0. Por demás, de lo poco salvable.
Amaya: Con el lunar de ese gol, aceptable. Debe tomar más responsabilidad en la salida de balón.
Nacho: Completamente descolocado y desbordado en la primera media hora, pese a que León en carrera no se va de nadie. Luego mejoró: era imposible empeorar.
Juanfran: Espeso y sin presencia. ¿Cansado?
Matilla: Con los partidos va perdiendo la actitud casi fanática de los primeros encuentros, así que vuelve a su normalidad: correcto sin más en el pase, con poquita ocupación en lo físico.
Torres: Se le vio poco (cosa mala en su sitio): ni siquiera ayudas al apurado Nacho.
Nosa: Mal en la primera parte, muy lento para ayudar a Nacho y muy previsible en ataque. Mejoró muchísimo como volante y acabó pletórico de fuerzas, aunque algo impreciso.
Verdú: Uno no quiere cebarse con él. Dio dos pasecitos ajustados a los laterales.
Molina: Impreciso en el remate e impotente ante los centrales locales, que siempre estaban en superioridad numérica ante él.
Cedrick: Una vez más resulta inexplicable que no juegue casi siempre. No solo es el mejor sino que corre más que nadie. Recuerda bastante a Navas.
Vadillo: Voluntarioso sólo a ráfagas, si no hace el uno contra uno (o contra dos, o contra tres) no hace nada. No aprende.
Chuli: Sabe lo que tiene que hacer pero por desgracia carece de la capacidad necesaria para hacerlo en Primera División.
Mel: Mal en la alineación, en la preparación del partido, en la motivación del equipo y en la preparación de jugadas ofensivas a balón parado. Palió algún problema en el descanso.
El detalle
Verdú parece empeñado en copiar sólo lo peor de Beñat: también pone la pelota pegadita a la cal en los córneres por la derecha, de modo que el arco de la trayectoria no le permite pasar del primer palo.
viernes, 4 de octubre de 2013
Rijeka 1 – Betis 1 (2ª jornada de la fase de grupos de la Europa League)
RIJEKA (1): Vargić; Tomečak (Boras, m. 62), Knežević, Marić, Bertoša; Brezovec (Sharbini, m. 84), Maleš, Močinić, Kvržić (Mujanović, m. 65); Krstanović y Benko.
BETIS (1): Andersen; Steinhöfer, Perquis, Figueras, Dídac; Juanfran, Xavi Torres, Lolo Reyes (Nosa, m. 57), Cedrick; Salva Sevilla (Verdú, m. 68) y Braian Rodríguez (Jorge Molina, m. 84).
Goles: 1-0, m. 10, Benko; 1-1, m. 14, Cedrick.
Árbitro: Serhiy Boiko (Ucrania). Fácil con las amarillas y tímido con las rojas. Amonestó a Brezovec, Krstanovic y Boras, del Rijeka; y a Xavi Torres y Perquis, por el Betis.
Espeso partido el jugado esta tarde entre Rijeka y Betis, que unido al empate entre Lyon y Vitoria parece conformar un grupo de facto a tres en el que franceses, portugueses y españoles se jugarán las dos plazas clasificatorias.
Como ya ocurriese en la ida de Jablonec, el Betis se encontró un rival inferior técnicamente pero capaz de mantenerle el pulso en lo físico. Conscientes de ello, aunque tal vez demasiado conformistas con el empate si tienen alguna esperanza de clasificación, los croatas plantearon ambos tiempos de forma similar, como explicamos a continuación; y, en efecto, de forma similar discurrieron ambas mitades.
Con poca confianza en el toque por dentro o por fuera, el 4-4-2 del Rijeka se fió a dos formas de llegar a la puerta contraria: el pelotazo vertical o el robo en posiciones adelantadas. Para lo primero mantuvo en el campo todo el partido a dos delanteros centro, uno, Krstanović, muy alto pero de poca calidad y el otro, Benko, mucho más peligroso; los buscó rápido, y en largo apenas el Betis apretaba en la presión en las pocas ocasiones que tuvieron posesión del balón.
Para lo segundo, el robo adelantado, el equipo croata adelantó líneas y se desgastó en la presión en los inicios de cada tiempo, hasta que las fuerzas les alcanzaron, esto es, durante los primeros diez o quince minutos de cada tiempo. Ahí pasó el Betis los mayores apuros defensivos, y en esos inicios (del primer tiempo en este caso) llegó el gol de los locales, por suerte rápidamente equilibrado.
No cambió mucho el gol de Cedrick el planteamiento de los croatas que, pasado el impulso de esos minutos iniciales (y lo mismo harían en la segunda mitad) se metieron descaradamente atrás. La presión alta del Betis apenas les permitió en raras ocasiones pasar de mediocampo durante la media hora restante, aunque fue con cierto peligro porque resultaban dos contra dos de sus delanteros ante los centrales béticos: estos resolvieron en general bien, por valientes anticipaciones de Perquis y por un juego más posicional en el caso de Figueras.
Con balón (fue casi siempre) en posesión, el Betis se encontró con los habituales problemas cuando los rivales se le encierran a cal y canto: a veces mal escalonamiento (aunque hoy algo mejorado), siempre falta de movilidad, en especial en horizontal, de los jugadores por delante del balón. Muy cerca el mediocentro-ancla de los centrales (primero fue Reyes, luego Torres), el esquema ofensivo bético derivó en un 3-4-3 en el que Torres (luego Nosa) hacía de interior derecho, Salva (luego Verdú) de interior izquierdo, los extremos se abrían mucho y casi nunca buscaban zonas interiores, y Braian quedaba aislado arriba, casi sin posibilidades de jugar porque el Betis trató de rasear el balón en el cortísimo césped, sin casi nunca jugar en largo.
Durante la primera parte el juego bético se volcó descaradamente al sector de su interior más hábil, Salva, de modo que Juanfran y Steinhöfer apenas intervinieron, y cerca de su final. La primera media hora reveló un detalle significativo de lo poco trabajada que está la salida de balón en este equipo: muy atrasado Reyes, en lugar de meterse entre los centrales para abrirlos y aprovechar de ese modo que Figueras es zurdo y podía conducir el balón holgadamente por esa banda, el chileno caía a banda izquierda dejando al defensa en el centro. Poca fluidez consiguió el Betis ante un rival muy replegado, que encimaba a Cedrick con tres y hasta cuatro hombres cada vez que intentaba encarar; en la segunda parte Verdú no mejoró las prestaciones de Salva, de modo que las llegadas se redujeron a arreones de Nosa y alguna carrera del congoleño.
Jugador por jugador
Andersen: Bien bajo palos y en las salidas, aunque estuvo a punto de provocar un desastre con el juego de pies en la segunda parte.
Steinhöfer: Muy en su línea, subió bien pero defendió como pollo sin cabeza.
Perquis: Anticipativo, agresivo, simpre al límite (también de la expulsión).
Figueras: Siempre mantiene la posición, aunque a veces (1-0) eso te convierte en espectador.
Dídac: Irregular en la primera parte, en la segunda cerró mejor. Hasta ahora no ha demostrado su fama de lateral ofensivo.
Juanfran: Poco pero bueno.
Torres: Trabajo defensivo correcto. Al estilo Khedira, parece esconderse en ataque.
Reyes: Muy voluntarioso, aunque en ataque debe colocarse mejor.
Cedrick: El mejor con diferencia. Casi todo el peligro llegó gracias a él. No es fácil explicarse por qué no juega casi todo.
Salva: Dentro de la espesura general, fue el mejor en el juego entre líneas.
Braian: Perdió su oportunidad, aunque no es partido para cebarse con él: se jugó contra su estilo y apenas le llegaron balones. Tampoco, ciertamente, se los supo buscar, y centros cruzados hubo.
Nosa: Con su entrada el Rijeka ya quedó completamente encerrado. Acabó poco en ataque, eso sí.
Verdú: Volvió a desesperar al partidario más ferviente con su juego facilón y sus pases al pie de compañeros situados a tres metros, de espaldas a puerta y con dos rivales encima.
Molina: No tuvo tiempo de tocar la pelota.
Mel: Con buen criterio, rotó de nuevo al 80% del equipo. Tomó decisiones lógicas en juego y cambios, aunque el atasco ofensivo sigue sin revolverse.
BETIS (1): Andersen; Steinhöfer, Perquis, Figueras, Dídac; Juanfran, Xavi Torres, Lolo Reyes (Nosa, m. 57), Cedrick; Salva Sevilla (Verdú, m. 68) y Braian Rodríguez (Jorge Molina, m. 84).
Goles: 1-0, m. 10, Benko; 1-1, m. 14, Cedrick.
Árbitro: Serhiy Boiko (Ucrania). Fácil con las amarillas y tímido con las rojas. Amonestó a Brezovec, Krstanovic y Boras, del Rijeka; y a Xavi Torres y Perquis, por el Betis.
Espeso partido el jugado esta tarde entre Rijeka y Betis, que unido al empate entre Lyon y Vitoria parece conformar un grupo de facto a tres en el que franceses, portugueses y españoles se jugarán las dos plazas clasificatorias.
Como ya ocurriese en la ida de Jablonec, el Betis se encontró un rival inferior técnicamente pero capaz de mantenerle el pulso en lo físico. Conscientes de ello, aunque tal vez demasiado conformistas con el empate si tienen alguna esperanza de clasificación, los croatas plantearon ambos tiempos de forma similar, como explicamos a continuación; y, en efecto, de forma similar discurrieron ambas mitades.
Con poca confianza en el toque por dentro o por fuera, el 4-4-2 del Rijeka se fió a dos formas de llegar a la puerta contraria: el pelotazo vertical o el robo en posiciones adelantadas. Para lo primero mantuvo en el campo todo el partido a dos delanteros centro, uno, Krstanović, muy alto pero de poca calidad y el otro, Benko, mucho más peligroso; los buscó rápido, y en largo apenas el Betis apretaba en la presión en las pocas ocasiones que tuvieron posesión del balón.
Para lo segundo, el robo adelantado, el equipo croata adelantó líneas y se desgastó en la presión en los inicios de cada tiempo, hasta que las fuerzas les alcanzaron, esto es, durante los primeros diez o quince minutos de cada tiempo. Ahí pasó el Betis los mayores apuros defensivos, y en esos inicios (del primer tiempo en este caso) llegó el gol de los locales, por suerte rápidamente equilibrado.
No cambió mucho el gol de Cedrick el planteamiento de los croatas que, pasado el impulso de esos minutos iniciales (y lo mismo harían en la segunda mitad) se metieron descaradamente atrás. La presión alta del Betis apenas les permitió en raras ocasiones pasar de mediocampo durante la media hora restante, aunque fue con cierto peligro porque resultaban dos contra dos de sus delanteros ante los centrales béticos: estos resolvieron en general bien, por valientes anticipaciones de Perquis y por un juego más posicional en el caso de Figueras.
Con balón (fue casi siempre) en posesión, el Betis se encontró con los habituales problemas cuando los rivales se le encierran a cal y canto: a veces mal escalonamiento (aunque hoy algo mejorado), siempre falta de movilidad, en especial en horizontal, de los jugadores por delante del balón. Muy cerca el mediocentro-ancla de los centrales (primero fue Reyes, luego Torres), el esquema ofensivo bético derivó en un 3-4-3 en el que Torres (luego Nosa) hacía de interior derecho, Salva (luego Verdú) de interior izquierdo, los extremos se abrían mucho y casi nunca buscaban zonas interiores, y Braian quedaba aislado arriba, casi sin posibilidades de jugar porque el Betis trató de rasear el balón en el cortísimo césped, sin casi nunca jugar en largo.
Durante la primera parte el juego bético se volcó descaradamente al sector de su interior más hábil, Salva, de modo que Juanfran y Steinhöfer apenas intervinieron, y cerca de su final. La primera media hora reveló un detalle significativo de lo poco trabajada que está la salida de balón en este equipo: muy atrasado Reyes, en lugar de meterse entre los centrales para abrirlos y aprovechar de ese modo que Figueras es zurdo y podía conducir el balón holgadamente por esa banda, el chileno caía a banda izquierda dejando al defensa en el centro. Poca fluidez consiguió el Betis ante un rival muy replegado, que encimaba a Cedrick con tres y hasta cuatro hombres cada vez que intentaba encarar; en la segunda parte Verdú no mejoró las prestaciones de Salva, de modo que las llegadas se redujeron a arreones de Nosa y alguna carrera del congoleño.
Jugador por jugador
Andersen: Bien bajo palos y en las salidas, aunque estuvo a punto de provocar un desastre con el juego de pies en la segunda parte.
Steinhöfer: Muy en su línea, subió bien pero defendió como pollo sin cabeza.
Perquis: Anticipativo, agresivo, simpre al límite (también de la expulsión).
Figueras: Siempre mantiene la posición, aunque a veces (1-0) eso te convierte en espectador.
Dídac: Irregular en la primera parte, en la segunda cerró mejor. Hasta ahora no ha demostrado su fama de lateral ofensivo.
Juanfran: Poco pero bueno.
Torres: Trabajo defensivo correcto. Al estilo Khedira, parece esconderse en ataque.
Reyes: Muy voluntarioso, aunque en ataque debe colocarse mejor.
Cedrick: El mejor con diferencia. Casi todo el peligro llegó gracias a él. No es fácil explicarse por qué no juega casi todo.
Salva: Dentro de la espesura general, fue el mejor en el juego entre líneas.
Braian: Perdió su oportunidad, aunque no es partido para cebarse con él: se jugó contra su estilo y apenas le llegaron balones. Tampoco, ciertamente, se los supo buscar, y centros cruzados hubo.
Nosa: Con su entrada el Rijeka ya quedó completamente encerrado. Acabó poco en ataque, eso sí.
Verdú: Volvió a desesperar al partidario más ferviente con su juego facilón y sus pases al pie de compañeros situados a tres metros, de espaldas a puerta y con dos rivales encima.
Molina: No tuvo tiempo de tocar la pelota.
Mel: Con buen criterio, rotó de nuevo al 80% del equipo. Tomó decisiones lógicas en juego y cambios, aunque el atasco ofensivo sigue sin revolverse.
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