LLAGOSTERA (0): Moragón; Aimar, Alcalá, Jorge, Ruymán (Imaz, m. 62); Tarradellas (Pitu, m. 70), Tito, Diego Rivas,
Ríos; Eloy Gila (Sergio León, m. 62); y Quero.
BETIS (2): Adán; Molinero (Piccini, m. 64), Bruno, Jordi, Varela; Xavi Torres, Ceballos (Rennella, m. 48); Kadir (Caro, m. 71), N'Diaye, Cejudo; y Rubén
Castro.
Sagués Oscoz. Amonestó a Eloy Gila, Jordi Figueras, Alcalá, Varela y Bruno.
Estadio de Palamós. Césped en pésimas condiciones por las fuertes lluvias, que lo empeoraron al avanzar el partido. Unos 3.000 béticos en las gradas.
Un partido que no debió jugarse
La curiosidad táctica por el debut de Merino en el banquillo del Betis deberá esperar a mejor ocasión para satisfacerse, porque las fuertes lluvias, mantenidas e incluso crecientes a lo largo del encuentro, impidieron un desarrollo normal de este, que debió suspenderse como
poco después ocurrió con el de Las Palmas cerca de allí, en Sabadell.
El juego resultó en un pintoresco espectáculo que recordaba a los viejos partidos de futbol de alevines sobre tierra, de antes de inventarse el fútbol 7 y el césped artificial: se trataba básicamente (y más aún a medida que avanzó el encuentro) de alejar a toda costa el balón de la portería propia y de acercarlo a la ajena, a fin de que los sucesivos accidentes debidos a la imprevisible velocidad del balón en cuanto tocaba el suelo acabasen en gol en la portería enemiga y no en la de uno. Para ello estaban prácticamente prohibidos la conducción del balón y el pase raso (prohibidísimo hacia el portero propio), y sólo valía el pelotazo largo, también difícil desde un charco.
Minutos 1 al 48
Obviamente estas condiciones disminuyen los efectos de las presumibles distancias futbolísticas entre Betis y Llagostera, sobre todo de las técnicas, aunque a los béticos se les presupone superiores también en lo físico. La colocación en el campo en estos casos tampoco tiene mucho que ver con la convencional y ahí entendemos que Merino cometió un error de partida al dejar en tierra a Molina y en el banquillo a Rennella, pues el juego natural es en estos casos (también como en aquellos partidos de la infancia) el pelotazo al tanque para que la deje a un compañero cercano, esto es, a un segundo delantero. El linense jugó sin embargo un 4-2-3-1 en el que ese papel de cabeceador trató de hacerlo N'Diaye como mediapunta (algo experimentado ya por Velázquez en Valladolid), mientras Ceballos pasaba al doble pivote junto a Torres (¿no era mejor Reyes en un campo así?), Kadir y Cejudo hacían de extremos derecho e izquierdo, y un móvil Castro quedaba arriba. Matilla no era titular, algo que habrá que ver si respondió al estado del terreno de juego o a que Merino sí ha comprendido que la fuerza de N'Diaye compensa sobradísimamente su leve inferioridad técnica respecto al toledano. El Llagostera parecía jugar un 4-4-1-1, aunque quien esto escribe reconoce difícil establecerlo en un encuentro consistente en pelotazos, choques e interrupciones constantes.
El partido se jugaba en la banda derecha bética (izquierda del Llagostera), donde desplegaban mucha actividad Kadir y un N'Diaye que caía más hacia allí (aunque Rivas le daba buena réplica). Llegaban así ocasiones en segundas jugadas.
Cometía un segundo error el Betis, recurrente este aunque también sin consecuencias: un exceso de faltas en campo propio, una bendición para quien las recibe porque permiten colgar el balón fácilmente hacia el área, único modo posible de juego en un césped impracticable. Mención especial debe recibir en este aspecto Molinero, que en el primer cuarto de hora cometió varias. Permisivo además el árbitro con la colocación del balón, que los catalanes aprovechaban para ganar metros, llovieron los balones hacia el área bética, donde (también de nuevo) la buena concentración de los verdiblancos, sobre todo de sus centrales, evitaba el peligro. Por demás el Llagostera no llegaba a puerta nunca; el Betis, poco.
Minutos 48 al 75
Merino mete por fin arriba a Rennella, para lo que pasa a un 4-4-2 en el que N'Diaye (derecha) y Torres son mediocentros. Inmediatamente llega el 0-1. Comete entonces el Betis su tercer error táctico del partido: dar un paso atrás y acumular gente cerca de su área renuciando a la posesión, algo improcedente en este tipo de encuentros porque propicia barullos en tu área. Más rentable suele ser adelantar la defensa, considerando lo dificilísimo que es que un delantero recorra metros en velocidad sin que el balón se le atasque. El Betis sigue además cometiendo demasiadas faltas en campo propio, y llegan así ocasiones muy claras de los locales, que pueden empatar.
Merino refuerza el lateral derecho y el juego aéreo: tras entrar Piccini por el lesionado Molinero, ocupa ese sitio Caro y el italiano se adelanta al de Kadir.
Último cuarto de hora
La lluvia arrecia, el árbitro no suspende porque queda muy poco pese a que el campo es una pura laguna, seguramente ya antirreglamentaria, y Castro aprovecha una de las pocas contras béticas para poner de gol a Rennella.
Jugador por jugador
Adán: Seguro, también en los balones colgados, en un día en que no era fácil estarlo.
Molinero: Como suele ocurrirle tuvo mucha actividad pero no siempre fue para bien.
Bruno: El mejor de la defensa, un partido más. Entendió siempre las necesidades de cada jugada y ganó casi todos los uno contra uno. Debe guardarse los codos en los balones altos.
Figueras: Discreto y eficiente. Rozó el autogol.
Varela: Cumplió en un partido poco apropiado para inexpertos. Como es sabido, tiene buen pie para el balón parado: otro punto a su favor, porque no hay mucho lanzador en el equipo.
Torres: A lo suyo: buena colocación pero poquitas intervenciones.
Ceballos: El partido iba mal a su estilo, muy de control y conducción.
Kadir: Hizo el poquito fútbol merecedor de tal nombre, aunque no muy rentable.
N'Diaye: Pese a que el veterano (y canijo) Rivas le equilibró en el cuerpeo a base de inteligencia, interceptó muchos balones, peinó los que pudo y así empujó hacia arriba, que era lo importante hoy. Condujo demasiado el balón, algo improcedente en un terreno así pero que traerá buenas noticias en el futuro si Merino lo vuelve a situar en posiciones de interior: ahí es necesario poder hacerlo, y Matilla es incapaz por falta de potencia física.
Cejudo: Pelea y un par de tiritos a puerta (no hubo muchos más).
Castro: Es sorprendente que incluso en días como este se las arregle para meter un gol y dar otro. Listo en los movimientos, aunque tocó pocas.
Rennella: Tras el 0-1 el equipo se metió muy atrás y eso le restó alimentación. Gol de delantero centro.
Piccini: Tardó un rato en enterarse de còmo hay que jugar estos partidos.
Caro: Intervino muy poco. Cumplió.
Merino: Habrá que verlo en un partido más normal. De momento el equipo peleó y ganó, y el entrenador realizó los cambios con sentido, aunque el planteamiento inicial no pareció el más adecuado a las circunstancias.
sábado, 29 de noviembre de 2014
domingo, 23 de noviembre de 2014
Betis 1 - Alavés 2 (14ª jornada de Liga de Segunda División)
BETIS (1): Adán; Molinero (Cejudo, m.46),
Bruno, N'Diaye, Varela (Lolo Reyes, min. 68); Kadir, Matilla
(Dani Pacheco, m.58), Xavi Torres, Dani Ceballos; Rennella y Rubén Castro.
ALAVÉS (2): Manu Fernández; Galán, Einar, Migue, Castillo; Toribio, Beobide, Toti, Raúl García (Sangalli, m. 56); Juli (Juanma, m. 72); y Ion Vélez (Despotovic, m. 83).
Árbitro: Pizarro Gómez, madrileño. Amarillas para Migue, N’Diaye, Galán, Bruno, Lolo Reyes y Sangalli.
Goles: 0-1, m.16: Juli; 0-2, m.26: Raúl García; 1-2, m.53: Rubén Castro, de penalti.
Fin de la mejoría, larga estancia en Segunda
La diferencia más importante entre el fútbol de alta competición y el inferior no está en las cosas que son capaces de hacer los jugadores sino en la velocidad a la que lo hacen. El Betis de Velázquez se ha situado hoy correctamente pero un tal Alavés le ha ganado en ritmo de juego, en particular en la primera media hora. A partir de ahí los locales han sido presa de sus propios nervios: la mejora del juego lograda por Velázquez ha durado poco y la moral del equipo vuelve a ser tan frágil como en la nefasta temporada pasada. A ocho puntos ya del ascenso directo, las sensaciones que emanan de equipo y entidad auguran una estancia prolongada en esta categoría.
Primera media hora
No ha sido en absoluto ajena a esa diferencia de ritmo inicial entre béticos y vitorianos la elección de mediocentros de Velázquez. El preparador escogió a sus intocables, Matilla y Torres, dos hombres de físico hoy más que dudoso, aun a costa de dejar en el banquillo a Lolo Reyes, entre los mejores en las últimas jornadas. A cambio de perder la intensidad del chileno Velázquez lograba una teórica buena estructura ofensiva, que iniciaba la jugada en el 2-1-4-3 habitual en las últimas jornadas, desde el partido del Recre: Torres la pedía cerca de los centrales, y Ceballos y Matilla quedaban a sus lados. Una vez más el canterano (omnipresente) cerraba la banda izquierda como falso extremo, mientras Kadir lo era verdadero por la derecha. El canterano Varela hacía de Álex Martínez.
Ese once y N'Diaye, central izquierdo en sustitución del sancionado Figueras, aseguraban sobre el papel una buena salida de balón. La realidad sería muy diferente. El Alavés salió muy valiente, con enorme intensidad y haciendo una presión muy alta. Aunque partía sin balón de un 4-4-2 (y en ataque Juli quedaba como mediapunta), uno de sus mediocampistas iba a por Torres muy arriba; el Betis trataba de sacarla jugada, incluso con grandes riesgos, pero por su bajo ritmo de balón nunca encontraba a los interiores, Ceballos y Matilla, pese a que contaban con superioridad en su zona ante el cierre alavés. Los inicios de jugada bética (de mucho sobeteo de balón pero, paradójicamente, poca paciencia) acababan con frecuencia en robos vitorianos o en conducciones en diagonal de N'Diaye que rozaban lo temerario y morían en la zona de Matilla. El campo se hacía largo, el juego veloz. El Alavés llegaba tres veces y metía dos golazos.
Último cuarto de hora de la primera parte
El Alavés, cansado, da un paso atrás y junta líneas. Matilla, muy perdido, comete entonces un error posicional habitual en él: pide la pelota en zonas cómodas, por detrás de las líneas alavesas, de modo que el Betis sólo progresa por el lado de Ceballos. En defensa el toledano llega tarde al cierre como mediocentro derecho y Torres apaga pocos fuegos: el Alavés ronda el tercero, y el Betis es ya un manojo de nervios.
Segunda parte
Velázquez mete a Cejudo como lateral derecho, el Betis presiona arriba y pesca un gol de penaltito, pero ni así consigue encerrar al Alavés y crearle suficientes ocasiones. El entrenador mete más madera: retira a Matilla y Ceballos pasa a ser mediocentro derecho, con Pacheco ya como extremo verdadero. El Betis empuja pero nunca controla, y sólo Ceballos (y a veces Kadir) se ofrece bien entre líneas.
Finalmente mediada la segunda parte Velázquez cambia de sistema para pasar a un 3-2-3-2 en el que Reyes (¡?) es defensa izquierdo, Cejudo, Kadir y Pacheco quedan en el triplete de mediapuntas y Rennella y Castro siguen arriba. Correcto era mover el árbol para ver si así caían nueces, pero lo cierto es que tras cambiar a los dos laterales, que no estaban cansados ni lo habían hecho particularmente mal, quedaban en el campo cansadísimos Kadir, Ceballos o Rennella, además de un inoperante Torres.
Jugador por jugador
Adán: Poca responsabilidad. Los dos golazos del Alavés eran casi imparables y salvó el tercero. Debe cuidar una jugada que ha repetido mucho: el pase al mediocentro, de espaldas, que sólo es admisible cuando es muy seguro.
Molinero: Poco acertado al colgar balones, pero poco relevante para bien o para mal.
Bruno: Buen partido, muy completo. Parece ajeno a los nervios generales, y eso es importante.
N'Diaye: Decepcionante, especialmente en una muy mala primera parte, en la que cayó presa de los nervios y el runrún de la grada.
Varela: Buen partido, a años luz de Casado. De momento es evidente que debe seguir jugando, porque no hay un solo jugador en la plantilla que pueda jugar ahí, especialmente en ataque.
Kadir: Como tantas veces, se vio enredado en situaciones de inferioridad numérica excesiva, sin nadie con quien combinar.
Matilla: El hombre le echa voluntad, pero sus buenas condiciones técnicas definitivamente no alcanzan para compensar su debilidad física. Ni puede conducir, por lento, ni cubre campo, ni llega al área. Una comparación con el despliegue físico de Ceballos lo deja en evidencia.
Torres: Su oficio, buena ubicación y, suponemos, carisma en el vestuario tampoco compensan su falta de agilidad con balón y sin él, ni su consiguiente bajo ritmo de juego. Tal vez pueda mejorar, pero ahora no debe ser titular.
Ceballos: Otro buen partido, generosísimo en el esfuerzo, ofreciéndose en todo momento al compañero, y con recorrido enorme. Y además desequilibra, juega bien entre líneas y se la suele dar a uno de los suyos. Recuerda al Stosic jugador.
Rennella: Hizo una buena primera parte y luego se perdió.
Castro: Ha bajado un puntito de forma, y el equipo lo nota.
Cejudo: Enredado como siempre. Casi marca.
Pacheco: Está rapidito, pero sigue sin levantar casi nunca la cabeza.
Reyes: Bastante hizo en un sitio rarísimo para él.
Velázquez: La ubicación del equipo es correcta, pero la elección de ciertos jugadores parece más debida a filias personales que al rendimiento objetivo. Su presunta gran baza hasta ahora, la actitud del equipo y la entereza del vestuario, parecen empezar a desmoronarse.
Los comentarios son siempre bienvenidos.
ALAVÉS (2): Manu Fernández; Galán, Einar, Migue, Castillo; Toribio, Beobide, Toti, Raúl García (Sangalli, m. 56); Juli (Juanma, m. 72); y Ion Vélez (Despotovic, m. 83).
Árbitro: Pizarro Gómez, madrileño. Amarillas para Migue, N’Diaye, Galán, Bruno, Lolo Reyes y Sangalli.
Goles: 0-1, m.16: Juli; 0-2, m.26: Raúl García; 1-2, m.53: Rubén Castro, de penalti.
Fin de la mejoría, larga estancia en Segunda
La diferencia más importante entre el fútbol de alta competición y el inferior no está en las cosas que son capaces de hacer los jugadores sino en la velocidad a la que lo hacen. El Betis de Velázquez se ha situado hoy correctamente pero un tal Alavés le ha ganado en ritmo de juego, en particular en la primera media hora. A partir de ahí los locales han sido presa de sus propios nervios: la mejora del juego lograda por Velázquez ha durado poco y la moral del equipo vuelve a ser tan frágil como en la nefasta temporada pasada. A ocho puntos ya del ascenso directo, las sensaciones que emanan de equipo y entidad auguran una estancia prolongada en esta categoría.
Primera media hora
No ha sido en absoluto ajena a esa diferencia de ritmo inicial entre béticos y vitorianos la elección de mediocentros de Velázquez. El preparador escogió a sus intocables, Matilla y Torres, dos hombres de físico hoy más que dudoso, aun a costa de dejar en el banquillo a Lolo Reyes, entre los mejores en las últimas jornadas. A cambio de perder la intensidad del chileno Velázquez lograba una teórica buena estructura ofensiva, que iniciaba la jugada en el 2-1-4-3 habitual en las últimas jornadas, desde el partido del Recre: Torres la pedía cerca de los centrales, y Ceballos y Matilla quedaban a sus lados. Una vez más el canterano (omnipresente) cerraba la banda izquierda como falso extremo, mientras Kadir lo era verdadero por la derecha. El canterano Varela hacía de Álex Martínez.
Ese once y N'Diaye, central izquierdo en sustitución del sancionado Figueras, aseguraban sobre el papel una buena salida de balón. La realidad sería muy diferente. El Alavés salió muy valiente, con enorme intensidad y haciendo una presión muy alta. Aunque partía sin balón de un 4-4-2 (y en ataque Juli quedaba como mediapunta), uno de sus mediocampistas iba a por Torres muy arriba; el Betis trataba de sacarla jugada, incluso con grandes riesgos, pero por su bajo ritmo de balón nunca encontraba a los interiores, Ceballos y Matilla, pese a que contaban con superioridad en su zona ante el cierre alavés. Los inicios de jugada bética (de mucho sobeteo de balón pero, paradójicamente, poca paciencia) acababan con frecuencia en robos vitorianos o en conducciones en diagonal de N'Diaye que rozaban lo temerario y morían en la zona de Matilla. El campo se hacía largo, el juego veloz. El Alavés llegaba tres veces y metía dos golazos.
Posiciones ofensivas del Betis ante el Alavés.
A partir de la media hora Matilla pierde la paciencia y se mete en zona cómoda.
El instante de la pérdida de N'Diaye que estuvo a punto de suponer el 0-3.
El instante de la pérdida de N'Diaye que estuvo a punto de suponer el 0-3.
Como se observa en la imagen, ante el 2-1-4-3 del Betis el Alavés presionaba en 4-3-1-2, permitiendo superioridad en la media de los béticos (tres contra cuatro en la línea de mediocampo, como le ocurrió al Betis al defender al Barça B en su partido de hace dos semanas). El Betis sobaba sin sentido la pelota en la zona peligrosa, algo procedente cuando el rival presiona sólo con dos atacantes y hay que jugar ese tres contra dos en la salida hasta liberar a un hombre, pero no cuando te hacen presión alta: ayer procedía sin embargo buscar las zonas francas (círculo rojo), donde estaba el hombre libre, en largo si era necesario (véase lo que hizo el Sevilla en el Villamarín el día del 3-3).
Último cuarto de hora de la primera parte
El Alavés, cansado, da un paso atrás y junta líneas. Matilla, muy perdido, comete entonces un error posicional habitual en él: pide la pelota en zonas cómodas, por detrás de las líneas alavesas, de modo que el Betis sólo progresa por el lado de Ceballos. En defensa el toledano llega tarde al cierre como mediocentro derecho y Torres apaga pocos fuegos: el Alavés ronda el tercero, y el Betis es ya un manojo de nervios.
Segunda parte
Velázquez mete a Cejudo como lateral derecho, el Betis presiona arriba y pesca un gol de penaltito, pero ni así consigue encerrar al Alavés y crearle suficientes ocasiones. El entrenador mete más madera: retira a Matilla y Ceballos pasa a ser mediocentro derecho, con Pacheco ya como extremo verdadero. El Betis empuja pero nunca controla, y sólo Ceballos (y a veces Kadir) se ofrece bien entre líneas.
Finalmente mediada la segunda parte Velázquez cambia de sistema para pasar a un 3-2-3-2 en el que Reyes (¡?) es defensa izquierdo, Cejudo, Kadir y Pacheco quedan en el triplete de mediapuntas y Rennella y Castro siguen arriba. Correcto era mover el árbol para ver si así caían nueces, pero lo cierto es que tras cambiar a los dos laterales, que no estaban cansados ni lo habían hecho particularmente mal, quedaban en el campo cansadísimos Kadir, Ceballos o Rennella, además de un inoperante Torres.
Jugador por jugador
Adán: Poca responsabilidad. Los dos golazos del Alavés eran casi imparables y salvó el tercero. Debe cuidar una jugada que ha repetido mucho: el pase al mediocentro, de espaldas, que sólo es admisible cuando es muy seguro.
Molinero: Poco acertado al colgar balones, pero poco relevante para bien o para mal.
Bruno: Buen partido, muy completo. Parece ajeno a los nervios generales, y eso es importante.
N'Diaye: Decepcionante, especialmente en una muy mala primera parte, en la que cayó presa de los nervios y el runrún de la grada.
Varela: Buen partido, a años luz de Casado. De momento es evidente que debe seguir jugando, porque no hay un solo jugador en la plantilla que pueda jugar ahí, especialmente en ataque.
Kadir: Como tantas veces, se vio enredado en situaciones de inferioridad numérica excesiva, sin nadie con quien combinar.
Matilla: El hombre le echa voluntad, pero sus buenas condiciones técnicas definitivamente no alcanzan para compensar su debilidad física. Ni puede conducir, por lento, ni cubre campo, ni llega al área. Una comparación con el despliegue físico de Ceballos lo deja en evidencia.
Torres: Su oficio, buena ubicación y, suponemos, carisma en el vestuario tampoco compensan su falta de agilidad con balón y sin él, ni su consiguiente bajo ritmo de juego. Tal vez pueda mejorar, pero ahora no debe ser titular.
Ceballos: Otro buen partido, generosísimo en el esfuerzo, ofreciéndose en todo momento al compañero, y con recorrido enorme. Y además desequilibra, juega bien entre líneas y se la suele dar a uno de los suyos. Recuerda al Stosic jugador.
Rennella: Hizo una buena primera parte y luego se perdió.
Castro: Ha bajado un puntito de forma, y el equipo lo nota.
Cejudo: Enredado como siempre. Casi marca.
Pacheco: Está rapidito, pero sigue sin levantar casi nunca la cabeza.
Reyes: Bastante hizo en un sitio rarísimo para él.
Velázquez: La ubicación del equipo es correcta, pero la elección de ciertos jugadores parece más debida a filias personales que al rendimiento objetivo. Su presunta gran baza hasta ahora, la actitud del equipo y la entereza del vestuario, parecen empezar a desmoronarse.
Los comentarios son siempre bienvenidos.
lunes, 17 de noviembre de 2014
Zaragoza 2 - Betis 2 (13ª jornada de Liga de Segunda División)
ZARAGOZA (2): Whalley; Diogo, Rubén (Rico, min. 6), Mario, Cabrera; Pedro (Jaime Romero, min. 80), Dorca, Galarreta (Lolo, min. 52), Eldin; Willian José y Borja Bastón.
BETIS (2): Adán; Molinero (Caro, min. 82), Bruno, Jordi Figueras, Casado; Kadir (Dani Pacheco, min. 90), Lolo Reyes, Xavi Torres, Matilla; Rennella (Jorge Molina, min. 74) y Rubén Castro.
Árbitro: Areces Franco, asturiano. Muy casero. Amarillas para Mario, Rubén Castro, Rennella, Jordi Figueras, Xavi Torres, Pedro, Molinero, Rico y Willian José.
Goles: 0-1, minuto 34: Rennella. 1-1, minuto 54: Willian José, de penalti. 1-2, minuto 57: Cabrera, en propia meta. 2-2, minuto 62: Pedro.
El Betis jugó en Zaragoza un entretenido partido a la pamplonesa, y dejó esta vez escapar sólo dos puntos porque el error de entonces de Adán se cambió hoy por varias paradas milagrosas del portero. Definitivamente el equipo no ha aprendido a manejar los partidos con el marcador a favor.
Primera mitad
Las bajas de Ceballos, Álex y N'Diaye, y el aprecio del entrenador por el trabajo de Torres dejaron la alineación casi cantada. Matilla ocupó el falso extremo izquierdo de Ceballos, y Reyes y Torres quedaban como mediocentros, lo cual implicaba un importante matiz: en ataque los dos acudían a pedirla cerca de los centrales –más, cierto, Torres que el chileno–, lo que provocaba largas posesiones béticas cerca de Adán y mucho manoseo inocuo del balón.
El Zaragoza plantaba enfrente un 4-4-2 tan bien escalonado por dentro y móvil en ataque como permeable en defensa (el joven y rehabilitado Galarreta tiene más calidad que cualidades defensivas). Los maños dejaban manejar el balón a los béticos lejos de su portería pero finalmente solían caer en la trampa de ir arriba a por los béticos: a veces obligaban al pelotazo, pero cuando el Betis lograba sacarla jugada (siempre por dentro) llegaban rápidas combinaciones de Kadir, muy activo, Rennella y Castro, que tenían amplios espacios para ello. Se sucedieron así varias ocasiones claras de los béticos, una de ellas gol, por apenas una del Zaragoza.
Primer cuarto de hora de la segunda parte
Con poco que perder, el Zaragoza sale con toda la cuerda dada y, como en Pamplona, el Betis pierde completamente la posesión del balón y el control del partido, no encuentra a sus delanteros ni por arriba ni por abajo y concede ocasiones. Tras quemar en siete minutos las energías restantes de Galarreta (inteligente manera de gastar un cambio), Víctor hace un relevo aparentemente defensivo para solidificar su endeble mediocampo, metiendo a Lolo por el vasco. El Zaragoza marca de inmediato en injusto penalti señalado a Figueras; tras el autogol del Zaragoza siguen llegando ocasiones detenidas por Adán, hasta que no puede evitar el 2-2.
Última media hora
Fundido el Zaragoza, el Betis se rehace y retoma cierto control, pero apenas llega a puerta. Velázquez cambia cromos: Molina por el ya desaparecido Rennella, Caro por el tarjeteado Molinero, y muy al final Pacheco por Kadir. Cerca de la campana, con un Betis blandeando (tal vez por estar muy cargado de personales: varios hombres en peligro de expulsión), los maños merodean el tercer gol.
Jugador por jugador
Adán: Partido extraordinario, con varias paradas magníficas, y no sólo la última. Muy bien en las salidas por alto, y llegó bien en la única comprometida por bajo, aunque fue muy arriesgada. Su juego con los pies sigue siendo mejorable.
Molinero: Poquita cosa. Sin errores graves pero con poca presencia.
Bruno: Excelente partido. Por alguna extraña razón se ha instalado entre los béticos la convicción de que todos los centrales del equipo juegan muy mal. Sin embargo, Bruno (apartamos su primer medio partido, que aquí criticamos sin piedad) lleva ya varios buenos partidos, y hoy ha dado un recital de colocación, cortes por alto y por bajo y salida calmada de balón. Además está relativamente rápido y gana siempre en el cuerpo a cuerpo.
Figueras: Tuvo mala suerte en el (no) penalti, pero en general tuvo mucha menos presencia y acierto que su compañero de línea. Sacó la pelota en largo tan horriblemente como siempre.
Casado: Es muy malo. El Zaragoza lo flotaba.
Kadir: Activísimo y muy rápido de movimientos, se embarulló a veces pero es muy importante para la fluidez del ataque.
Reyes: También tuvo mucha presencia y, en general, la jugó bien, aunque exiliado de su puesto natural –muy cerca de los centrales– por Torres.
Xavi Torres: Pareció en mejor estado físico de lo esperable. Grandes aciertos (como el corte y pase en un toque del 0-1) y algunos errores groseros. Sabe de esto, pero no es un dechado de virtudes físicas ni técnicas.
Matilla: Al parecer jugó.
Rennella: Muy buena primera parte. En la segunda volvió el pendenciero que se sale del partido.
Castro: Una mala tarde la tiene cualquiera. Incluso Rubén.
Molina: Mejoró levemente sus últimos partidos, algo fácil por demás.
Caro: Confuso.
Pacheco: NI la tocó.
Velázquez: Es frustrante que ahora que el equipo tiene cierta fluidez con balón sea incapaz de guardar su portería, ni siquiera con dos mediocentros defensivos en el campo. Hoy al menos salió vivo de un partido complicado, con la banda izquierda deshecha. La baja de Álex y las altas de N'Diaye y Ceballos le provocarán ahora ciertos dolores de cabeza: el sistema con dos interiores ofensivos funcionó bien, y Reyes, Ceballos y sus queridos Torres y Matilla no le van a caber en un equipo razonable. De N'Diaye ni hablemos.
Los comentarios, como siempre, son bienvenidos.
BETIS (2): Adán; Molinero (Caro, min. 82), Bruno, Jordi Figueras, Casado; Kadir (Dani Pacheco, min. 90), Lolo Reyes, Xavi Torres, Matilla; Rennella (Jorge Molina, min. 74) y Rubén Castro.
Árbitro: Areces Franco, asturiano. Muy casero. Amarillas para Mario, Rubén Castro, Rennella, Jordi Figueras, Xavi Torres, Pedro, Molinero, Rico y Willian José.
Goles: 0-1, minuto 34: Rennella. 1-1, minuto 54: Willian José, de penalti. 1-2, minuto 57: Cabrera, en propia meta. 2-2, minuto 62: Pedro.
El Betis jugó en Zaragoza un entretenido partido a la pamplonesa, y dejó esta vez escapar sólo dos puntos porque el error de entonces de Adán se cambió hoy por varias paradas milagrosas del portero. Definitivamente el equipo no ha aprendido a manejar los partidos con el marcador a favor.
Primera mitad
Las bajas de Ceballos, Álex y N'Diaye, y el aprecio del entrenador por el trabajo de Torres dejaron la alineación casi cantada. Matilla ocupó el falso extremo izquierdo de Ceballos, y Reyes y Torres quedaban como mediocentros, lo cual implicaba un importante matiz: en ataque los dos acudían a pedirla cerca de los centrales –más, cierto, Torres que el chileno–, lo que provocaba largas posesiones béticas cerca de Adán y mucho manoseo inocuo del balón.
Posiciones ofensivas del Betis en Zaragoza
El Zaragoza plantaba enfrente un 4-4-2 tan bien escalonado por dentro y móvil en ataque como permeable en defensa (el joven y rehabilitado Galarreta tiene más calidad que cualidades defensivas). Los maños dejaban manejar el balón a los béticos lejos de su portería pero finalmente solían caer en la trampa de ir arriba a por los béticos: a veces obligaban al pelotazo, pero cuando el Betis lograba sacarla jugada (siempre por dentro) llegaban rápidas combinaciones de Kadir, muy activo, Rennella y Castro, que tenían amplios espacios para ello. Se sucedieron así varias ocasiones claras de los béticos, una de ellas gol, por apenas una del Zaragoza.
Primer cuarto de hora de la segunda parte
Con poco que perder, el Zaragoza sale con toda la cuerda dada y, como en Pamplona, el Betis pierde completamente la posesión del balón y el control del partido, no encuentra a sus delanteros ni por arriba ni por abajo y concede ocasiones. Tras quemar en siete minutos las energías restantes de Galarreta (inteligente manera de gastar un cambio), Víctor hace un relevo aparentemente defensivo para solidificar su endeble mediocampo, metiendo a Lolo por el vasco. El Zaragoza marca de inmediato en injusto penalti señalado a Figueras; tras el autogol del Zaragoza siguen llegando ocasiones detenidas por Adán, hasta que no puede evitar el 2-2.
Última media hora
Fundido el Zaragoza, el Betis se rehace y retoma cierto control, pero apenas llega a puerta. Velázquez cambia cromos: Molina por el ya desaparecido Rennella, Caro por el tarjeteado Molinero, y muy al final Pacheco por Kadir. Cerca de la campana, con un Betis blandeando (tal vez por estar muy cargado de personales: varios hombres en peligro de expulsión), los maños merodean el tercer gol.
Jugador por jugador
Adán: Partido extraordinario, con varias paradas magníficas, y no sólo la última. Muy bien en las salidas por alto, y llegó bien en la única comprometida por bajo, aunque fue muy arriesgada. Su juego con los pies sigue siendo mejorable.
Molinero: Poquita cosa. Sin errores graves pero con poca presencia.
Bruno: Excelente partido. Por alguna extraña razón se ha instalado entre los béticos la convicción de que todos los centrales del equipo juegan muy mal. Sin embargo, Bruno (apartamos su primer medio partido, que aquí criticamos sin piedad) lleva ya varios buenos partidos, y hoy ha dado un recital de colocación, cortes por alto y por bajo y salida calmada de balón. Además está relativamente rápido y gana siempre en el cuerpo a cuerpo.
Figueras: Tuvo mala suerte en el (no) penalti, pero en general tuvo mucha menos presencia y acierto que su compañero de línea. Sacó la pelota en largo tan horriblemente como siempre.
Casado: Es muy malo. El Zaragoza lo flotaba.
Kadir: Activísimo y muy rápido de movimientos, se embarulló a veces pero es muy importante para la fluidez del ataque.
Reyes: También tuvo mucha presencia y, en general, la jugó bien, aunque exiliado de su puesto natural –muy cerca de los centrales– por Torres.
Xavi Torres: Pareció en mejor estado físico de lo esperable. Grandes aciertos (como el corte y pase en un toque del 0-1) y algunos errores groseros. Sabe de esto, pero no es un dechado de virtudes físicas ni técnicas.
Matilla: Al parecer jugó.
Rennella: Muy buena primera parte. En la segunda volvió el pendenciero que se sale del partido.
Castro: Una mala tarde la tiene cualquiera. Incluso Rubén.
Molina: Mejoró levemente sus últimos partidos, algo fácil por demás.
Caro: Confuso.
Pacheco: NI la tocó.
Velázquez: Es frustrante que ahora que el equipo tiene cierta fluidez con balón sea incapaz de guardar su portería, ni siquiera con dos mediocentros defensivos en el campo. Hoy al menos salió vivo de un partido complicado, con la banda izquierda deshecha. La baja de Álex y las altas de N'Diaye y Ceballos le provocarán ahora ciertos dolores de cabeza: el sistema con dos interiores ofensivos funcionó bien, y Reyes, Ceballos y sus queridos Torres y Matilla no le van a caber en un equipo razonable. De N'Diaye ni hablemos.
Los comentarios, como siempre, son bienvenidos.
viernes, 14 de noviembre de 2014
Un Betis sin Álex Martínez
La baja de Álex Martínez para lo que resta de temporada no solo es muy triste para el jugador sino muy grave para el equipo. Como advertimos desde el primer partido de liga, su banda ha sido una de las principales vías de salida con el balón jugado, y su anterior baja fue ya un grave contratiempo, padecido durante varias jornadas.
Cuando Velázquez halló por fin, ante el Recre, un satisfactorio sistema (realmente utilizado ya en el cuarto de hora final ante el Leganés), Álex se convirtió en una de las piezas básicas para la sustancial mejora del juego con balón del equipo bético. Velázquez (al modo de Ancelotti en el Madrid, con Marcelo en el rol de Martínez e Isco en el de Ceballos) aprovechó las características de los dos canteranos de la banda izquierda para jugar un 2-1-4-3 (o 3-4-3) ofensivo en el que por fin cada hombre se encontró en su lugar natural y las posiciones ofensivas eran adecuadas. Para ello se necesitaba un lateral que atacara como carrilero y además defendiese como lateral en una defensa de cuatro.
La baja de Martínez requiere o bien un cambio de sistema, que sería una desgracia una vez que por fin se ha hallado el camino adecuado, o bien encontrar un hombre capaz de realizar esas dos funciones concretas, ofensiva y defensiva. Cejudo u otro extremo adaptado a esa posición podrá hacer la primera, pero difícilmente la segunda, que exige entre otras cosas saber tirar la línea del fuera de juego o hacer coberturas defensivas y cerrar el centro de la defensa cuando el equipo bascule al lado contrario, labores de especialista defensivo. Casado sabe hacer esas labores defensivas, pero se ha mostrado incapaz de ejercer en ataque correctamente de carrilero.
Quedan pues dos soluciones: incorporar un nuevo jugador como titular para esa doble función, sea el canterano Varela o un fichaje de calidad; o bien cambiar de sistema y, por ejemplo, mantener el esquema ofensivo (3-4-3) también en defensa, lo que provocaría nuevos problemas hoy olvidados, y en particular el encaje de Reyes, que –suponemos descartado como tercer central, aunque tal vez valga la pena probarlo o reemplazarlo ahí por N'Diaye– volvería a atacar como interior izquierdo, papel muy mal recitado hasta ahora por el jugador chileno.
En suma, si Velázquez no considera válido a Varela para el puesto, se impone como necesidad el fichaje de un nuevo lateral zurdo, y con buenas prestaciones ofensivas. Para la visita a Zaragoza el problema se agrava con la baja de Ceballos (¿son Nono o Sergio la alternativa?), pero es sobre todo la planificación a medio y largo plazo la que hace perentoria esta necesidad.
Cuando Velázquez halló por fin, ante el Recre, un satisfactorio sistema (realmente utilizado ya en el cuarto de hora final ante el Leganés), Álex se convirtió en una de las piezas básicas para la sustancial mejora del juego con balón del equipo bético. Velázquez (al modo de Ancelotti en el Madrid, con Marcelo en el rol de Martínez e Isco en el de Ceballos) aprovechó las características de los dos canteranos de la banda izquierda para jugar un 2-1-4-3 (o 3-4-3) ofensivo en el que por fin cada hombre se encontró en su lugar natural y las posiciones ofensivas eran adecuadas. Para ello se necesitaba un lateral que atacara como carrilero y además defendiese como lateral en una defensa de cuatro.
Esquemas defensivo (verde) y ofensivo (blanco) del Betis en las jornadas
10ª, 11ª y 12ª de liga: el mejor Betis de la temporada
10ª, 11ª y 12ª de liga: el mejor Betis de la temporada
La baja de Martínez requiere o bien un cambio de sistema, que sería una desgracia una vez que por fin se ha hallado el camino adecuado, o bien encontrar un hombre capaz de realizar esas dos funciones concretas, ofensiva y defensiva. Cejudo u otro extremo adaptado a esa posición podrá hacer la primera, pero difícilmente la segunda, que exige entre otras cosas saber tirar la línea del fuera de juego o hacer coberturas defensivas y cerrar el centro de la defensa cuando el equipo bascule al lado contrario, labores de especialista defensivo. Casado sabe hacer esas labores defensivas, pero se ha mostrado incapaz de ejercer en ataque correctamente de carrilero.
Quedan pues dos soluciones: incorporar un nuevo jugador como titular para esa doble función, sea el canterano Varela o un fichaje de calidad; o bien cambiar de sistema y, por ejemplo, mantener el esquema ofensivo (3-4-3) también en defensa, lo que provocaría nuevos problemas hoy olvidados, y en particular el encaje de Reyes, que –suponemos descartado como tercer central, aunque tal vez valga la pena probarlo o reemplazarlo ahí por N'Diaye– volvería a atacar como interior izquierdo, papel muy mal recitado hasta ahora por el jugador chileno.
En suma, si Velázquez no considera válido a Varela para el puesto, se impone como necesidad el fichaje de un nuevo lateral zurdo, y con buenas prestaciones ofensivas. Para la visita a Zaragoza el problema se agrava con la baja de Ceballos (¿son Nono o Sergio la alternativa?), pero es sobre todo la planificación a medio y largo plazo la que hace perentoria esta necesidad.
sábado, 8 de noviembre de 2014
Betis 1 - Barcelona B 0 (12ª jornada de Liga de Segunda División)
Adán;
Molinero (Perquis, m. 66), Bruno, Jordi, Álex Martínez (Cejudo, m. 75);
Kadir, Matilla, N'Diaye, Ceballos; Rubén Castro y Rennella (Pacheco, m.
85)
Ortolá; Patric, Macky, Diagne, Grimaldo; Samper, Gumbau (Pol Calvet, m. 71), Juan Cámara (Halilovic, m. 58); Adama, Sandro y Dongou (Maxi, m. 85).
1-0, m. 49: Rubén Castro.
Árbitro: González Fuertes (Comité Asturiano). Casero y tolerante con el juego de contacto. Mostró tarjetas amarillas a Álex Martínez, Jordi, Kadir, N'Diaye, Sandro y a Macky en dos ocasiones, la segunda en el minuto 95. En el minuto 43 de la primera mitad expulsó al entrenador del Real Betis, Julio Velázquez y al segundo entrenador del Barcelona B, Carlos Hugo.
27500 espectadores en el Benito Villamarín. Terreno en buen estado y buen clima para el fútbol.
Ortolá; Patric, Macky, Diagne, Grimaldo; Samper, Gumbau (Pol Calvet, m. 71), Juan Cámara (Halilovic, m. 58); Adama, Sandro y Dongou (Maxi, m. 85).
1-0, m. 49: Rubén Castro.
Árbitro: González Fuertes (Comité Asturiano). Casero y tolerante con el juego de contacto. Mostró tarjetas amarillas a Álex Martínez, Jordi, Kadir, N'Diaye, Sandro y a Macky en dos ocasiones, la segunda en el minuto 95. En el minuto 43 de la primera mitad expulsó al entrenador del Real Betis, Julio Velázquez y al segundo entrenador del Barcelona B, Carlos Hugo.
27500 espectadores en el Benito Villamarín. Terreno en buen estado y buen clima para el fútbol.
El Betis logró hoy una apurada
victoria tras jugar un partido atípico y sólo aceptable ante el
Barcelona B. La posible lesión de Álex Martínez, un jugador sin
sustituto válido en esta plantilla, fue la peor noticia del partido.
El
encuentro fue bastante homogéneo en su transcurso y muy diferente
tácticamente de los habituales en Segunda, pues ambos equipos buscaron la
posesión desde una presión muy alta, con mayor despliegue físico del
Betis y técnico del Barça B.
Muchos
minutos del partido transcurrieron en la especie de partida de ajedrez
con balón jugada por los azulgrana ante la presión alta bética; los
jóvenes visitantes estuvieron pacientísimos, sin miedo al riesgo, y su
portero es excelente con los pies. El Betis, desde su 4-4-2 defensivo de
las últimas jornadas (con N'Diaye en el papel de Reyes de mediocentro izquierdo) y con la
defensa muy adelantada, se halló ante problemas similares a los de otros partidos
contra el 4-3-3 del filial azulgrana: si trataba de hacer una verdadera
presión alta sin dejar a sus dos delanteros en inferioridad ante los
centrales y el pivote azulgranas, era necesario que uno de sus
mediocentros, casi siempre Matilla, fuera a por el pivote catalán.
Quedaba entonces N'Diaye contra dos interiores. En algunos momentos al
inicio de la segunda mitad un central ("sobraba" uno de ellos ante el
delantero centro) fue a por el interior más adelantado y N'Diaye a por
el otro, pero en otras ocasiones era Ceballos quien se veía obligado a
coger a ese interior suelto, con lo que dejaba pista libre al lateral
derecho para conectar con Adama, rapidísimo extremo que complicó mucho
las cosas a los locales. En otras ocasiones la timidez de la presión
bética (que no pareció del todo trabajada y a veces, por ejemplo, no
apretaba hasta el final en situaciones ventajosas) permitía a los
blaugrana jugar directamente hacia los delanteros, incluso (segunda
parte) a la espalda de los centrales béticos.
El Betis en fase defensiva: la indecisión de los centrales en ir a por un interior provocó la inferioridad de Ceballos y N'Diaye ante tres visitantes, y con ello la salida fácil hacia el par de Álex.
En ataque el partido era también inhabitual. El Betis se estructuraba en principio en el 2-1-4-3 usual últimamente, con muchas permutas arriba entre Castro, Rennella y Kadir, más Ceballos y Matilla como interiores; pero los del B presionaban alto, con la defensa también muy adelantada, de modo que el Betis jugaba muchas veces en largo hacia Rennella (bien de espaldas) o directamente Jordi hacia Álex a las espaldas del lateral; si el Betis no la perdía, llegaba con gente y espacios arriba. El desacierto en el último pase en sus mil llegadas por las bandas impidió el gol hasta el 1-0. El Betis tuvo unas pocas más ocasiones que el filial, pero no muchas más: fue sólo levemente superior.
Las sucesivas lesiones de sus laterales obligaron a Velázquez (o a su segundo) a meter a Perquis y desplazar a Bruno al lateral derecho, primero, y luego a meter a Cejudo como lateral izquierdo. Muy al final Pacheco aportó aire fresco arriba; para entonces Halilovic provocaba problemas graves por dentro a los béticos, que (¿nervios?) no acaban de aprender a tenerla cuando van ganando.
Jugador por jugador
Adán: Bien bajo palos, mal con los pies. Muy tranquilo al final, y no era fácil. Sigue indeciso en las salidas en anticipación por bajo.
Molinero: Hoy no cometió errores graves. Se proyectó en ataque, con acierto desigual.
Bruno: Otro partido de notable alto, incluso como lateral.
Figueras: Menos participativo que su pareja, pero acertado.
Álex: Pasó apuros ante el excelente Adama. En ataque, bien. Esperemos que su lesión sea leve.
Kadir: Peleón, rápido y a veces incluso brillante con balón, al pisar el área le tiemblan las piernas.
Matilla: Más luchador y menos acertado con balón de lo habitual. Aguantó como pudo las exigencias físicas del partido.
N'Diaye: Notable partido, sólido, bien con balón, con mucha presencia y sorprendentemente fresco hasta casi el final. Obviamente, debe seguir jugando.
Ceballos: Definitivamente no es flor de un día. Además de técnica y regularidad, tiene capacidad de sacrificio, por ejemplo para ayudar en el segundo tiempo a Álex a tapar su vía de agua ante Adama.
Rennella: Le faltó el gol, pero intervino bien con balón, especialmente para dar salida al equipo.
Castro: Decidió una vez más el partido. Por demás, menos participativo y esforzado que otros días.
Perquis: Cumplió. Rápido en un balón muy peligroso al final.
Cejudo: Tras algunas indecisiones ayudó a retener el balón.
Pacheco: No se sabe muy bien para qué salió, salvo para mejorar la primera línea de presión. Trabajador.
Velázquez: Buena alineación y equipo, por fin, bien estructurado. Expulsado (para regocijo de la grada: no debió de sentirse muy querido), parcheó como pudo las lesiones de los laterales, para los que no tenía relevos naturales. El equipo sigue teniendo muchos aspectos por trabajar, como retener la pelota y soltar los nervios cuando va ganando, o mejorar la presión alta (aunque contra otros rivales será más fácil robar). Hoy se intentó un córner más o menos preparado.
Como siempre, los comentarios son bienvenidos.
domingo, 2 de noviembre de 2014
Osasuna 3 - Betis 2 (11ª jornada de Liga de Segunda División)
OSASUNA (3): Santamaría; Echaide, David García, Miguel Flaño, Cadamuro; De las Cuevas (Onwu, m.85), Nekounam, Loé, Kenan Kodro (Roberto Torres, m.75); Nino y Ansarifard (Sisi, m.46).
BETIS (2): Adán; Molinero, Bruno, Jordi, Álex Martínez; Kadir, Matilla (Pacheco, m. 80), Lolo Reyes (N'Diaye, m. 65), Ceballos; Rennella (Chuli, m. 65) y Rubén Castro.
Goles: 0-1, m. 12: Rubén Castro. 0-2, m. 32: Rennella. 1-2, m.48: Nekounam. 2-2, m. 60: Miguel Flaño. 3-2, m. 87: Ceballos (p.p.).
Árbitro: Piñeiro Crespo (Comité Asturiano). Amonestó a Cadamuro, Loé y Lolo Reyes.
Césped irregular en el Sadar. Béticos entre los 13000 espectadores.
El Betis ha caído en Pamplona tras ser superior a Osasuna en el cómputo general del partido. Pese a la derrota el encuentro deja la buena noticia de que los béticos han encontrado por fin la fórmula de su juego y sólo les falta aplicarla con continuidad y solidez: no es poco, pero es una situación muy diferente a la de hace un mes.
El partido ha respondido plenamente al tópico de las dos partes muy diferentes, que pasamos a analizar.
Primera parte
El Betis comenzó el encuentro con mucha intensidad y presión alta, de modo que monopolizó la posesión en los cinco primeros minutos y dominó ampliamente todo el periodo. Ante el 4-4-2 osasunista los visitantes se posicionaron ofensivamente de modo idéntico al del partido del Recre de hace una semana, aunque esta vez con menos permutas arriba y un Rubén claramente echado a la izquierda, en una posición óptima para sus condiciones y en la que fija al lateral y el central derechos rivales, provocándoles mil dudas posicionales. Por detrás de la tripleta ofensiva bética, una vez más Ceballos caía de la banda al interior izquierdo, Reyes era mediocentro y Matilla interior derecho; Molinero y Álex tenían pasillo y el equipo ocupaba muy bien los espacios. Osasuna intentaba apretar arriba, pero sólo conseguía que los béticos, excelentes con balón, encontraran más espacios en el centro del campo y llegaran con rapidez arriba, donde acertaron con dos goles y pudieron meter otros tantos.
En defensa el Betis se organizaba de nuevo en un 4-4-2. Con el paso de los minutos la presión cedió un tanto –Osasuna trata bien el balón y tiene calidad en el segundo escalón del juego– y se vislumbraron los problemas que arruinarían el partido en la segunda parte: cierta indecisión en los emparejamientos y la cesión de un exceso de faltas y córneres, resueltos aún por Figueras y Bruno.
Primeros veinte minutos de la segunda parte
Osasuna, sin nada ya que perder, introduce a Sisi para ganar juego raso y sale muy arriba a tirar su físico en un cuarto de hora. Encuentra el primer gol muy pronto. Los béticos cometen entonces su peor pecado: al contrario que en la segunda parte ante el Recre, desprecian la posesión del balón (deseable aunque cueste riesgos mantenerla, claro está), juegan a la nada, sus interiores desaparecen, y los locales dominan el partido sin discusión.
Aflora entonces un problema defensivo ya visto otros días: cuando el Betis no hace presión alta y sus medios no van a por el mediocentro atrasado rival, este gana demasiado fácilmente el tres contra dos en la salida. Hoy sucedió cuando Loé venía a tocarla entre los centrales y estos se abrían: la jugada –cansado Rubén, demasiado desgastado en la primera parte– solía continuar en salida fácil del central derecho, convertido en hombre libre en jerga de La Masía, que obligaba a salirle a Ceballos, y el balón acababa en el extremo para el uno contra uno. Soluciones para ello hay: hoy, por ejemplo, se podía haber obligado al rival a salir por la izquierda, el costado de Cadamuro, un central metido a lateral con problemas por ese lado. El castigo para el Betis fue seguir cediendo muchas faltas y córneres, defecto ya detectado en partidos anteriores y que hoy, muy mal defendido el primer palo, se pagó carísimo: así llegaron los tres goles.
Últimos veinticinco minutos
Velázquez comete dos errores graves en los cambios, y que nos hacen dudar de si la sutil disposición inicial del equipo tiene más de suerte que de acierto: retira a Rennella, el tanque que daba opción de salida en largo, por el siempre inútil Chuli; y, para dar cancha a N'Diaye, destruye todo lo construido en su mediocampo: no sólo retira a Reyes, el mejor de los once, sino que sitúa al senegalés a la derecha de Matilla y por tanto (Ceballos se metía de interior a la izquierda) con la misión de ser el que se descolgase de la pareja de mediocentros: esto es, vuelve a la fallida situación de la pareja Reyes/Matilla a la que pareció (¡por fin!) haber renunciado en el descanso de Leganés. Si la idea era que N'Diaye tuviera recorrido y Matilla (¿otra vez esto?) diera mejor salida de balón, la idea salió muy mal.
Tras quince minutos en los que el Betis debió ir a por un rival desfallecido por el esfuerzo del inicio de esta mitad y no lo hizo, Velázquez descubre que Matilla no puede con su alma ni ocupa campo y se la juega con Pacheco por la izquierda, lo que deja a Ceballos de mediocentro junto al senegalés. No hay control y se paga caro con el 3-2 ya en el minuto 87.
Jugador por jugador
Adán: Flojo con los pies y bien bajo palos, arruina su partido al final; primero concede un córner por tapar mal el primer palo (pese a un aviso idéntico cinco minutos antes), y luego comete un error técnico que explicamos y que ya había cometido en la primera parte, aunque sin consecuencias. En balones cruzados fuertes (y más si vienen por el lado del puño con el que se pretende despejar) tratar de impactarlos con un gesto rápido y de un solo brazo es jugar a la ruleta rusa, porque un levísimo error de cálculo tiene graves consecuencias; mucho más seguro es meter los dos puños y, casi sin moverlos, aprovechar la fuerza del balón para escupirlo de frente. La bola sale casi igual de fuerte y es muy difícil fallar.
Molinero: Ataca bastante bien, pero en las últimas jornadas acumula errores que siempre cuestan goles, y hoy nada menos que tres: si perdonable es el fallo de marcaje del primero por la peinada de Nino, imperdonable es la falta que provocó el 2-2 (tenía un dos contra uno gracias a la ayuda de Kadir), en cuyo saque luego se dejó ganar el primer palo (¡jugada fotocopia del 2-1!); y equivocado es su despeje en el origen del 3-2.
Bruno: Muy bien, por alto y por bajo.
Figueras: Junto a Bruno, sostuvo al equipo en los balones colgados mientras fueron a su zona –en los goles los centrales nada pudieron hacer–. Pocos errores, buen partido.
Álex: Pasó apuros defensivos, pero de nuevo por falta de auxilio del equipo. Gran centro en el 0-1.
Kadir: Voluntarioso y con calidad, pero discontinuo y con poca presencia arriba.
Matilla: Una vez más la tocó bien y le echó ganas, pero no puede defender de mediocentro porque no ocupa el campo debido. Seguimos esperando ahí a N'Diaye: se perderá muy poco en ataque, incluso si juega de volante, y se ganará mucho en defensa.
Reyes: Excelente partido hasta que Velázquez decidió que dejara de hacerlo. Como bien comentaba hoy un bético, es el Ortega de este Betis, y en el sitio de Antolín es donde rinde: de coche escoba, donde hace cien ayudas a los defensas y la saca bien. Hoy estuvo además muy encima de Nekounam. En la primera parte incluso salió en un contragolpe con tremenda potencia.
Ceballos: Buen fútbol y mucho trabajo, pero desaparecido en el segundo tiempo.
Rennella: A gotitas, pero hace buenas cosas, y ahora mete goles.
Castro: Un buen gol, un jugadón con asistencia, y pudo meter dos o tres más.
Chuli: Un cero a la izquierda. Ni tiene condiciones ni confianza.
N'Diaye: Sigue sin encontrar su sitio, y sin minutos seguirá sin hacerlo.
Pacheco: Tiene una inexplicable tendencia a conducir el balón, esto es, es lo que se denominaba un chupón.
Velázquez: Tras haber, por fin, encontrado alineación y esquema, destruyó todo en un ataque de nervios. El desprecio del balón en el inicio de la segunda parte tal vez sea cosa más del equipo que suya, pero la mala defensa del primer palo y la concesión de mil faltas ante un equipo especializado en ese juego como Osasuna, además de los horribles cambios, sí son de su responsabilidad.
Los comentarios, como siempre, son bienvenidos.
BETIS (2): Adán; Molinero, Bruno, Jordi, Álex Martínez; Kadir, Matilla (Pacheco, m. 80), Lolo Reyes (N'Diaye, m. 65), Ceballos; Rennella (Chuli, m. 65) y Rubén Castro.
Goles: 0-1, m. 12: Rubén Castro. 0-2, m. 32: Rennella. 1-2, m.48: Nekounam. 2-2, m. 60: Miguel Flaño. 3-2, m. 87: Ceballos (p.p.).
Árbitro: Piñeiro Crespo (Comité Asturiano). Amonestó a Cadamuro, Loé y Lolo Reyes.
Césped irregular en el Sadar. Béticos entre los 13000 espectadores.
El Betis ha caído en Pamplona tras ser superior a Osasuna en el cómputo general del partido. Pese a la derrota el encuentro deja la buena noticia de que los béticos han encontrado por fin la fórmula de su juego y sólo les falta aplicarla con continuidad y solidez: no es poco, pero es una situación muy diferente a la de hace un mes.
El partido ha respondido plenamente al tópico de las dos partes muy diferentes, que pasamos a analizar.
Primera parte
El Betis comenzó el encuentro con mucha intensidad y presión alta, de modo que monopolizó la posesión en los cinco primeros minutos y dominó ampliamente todo el periodo. Ante el 4-4-2 osasunista los visitantes se posicionaron ofensivamente de modo idéntico al del partido del Recre de hace una semana, aunque esta vez con menos permutas arriba y un Rubén claramente echado a la izquierda, en una posición óptima para sus condiciones y en la que fija al lateral y el central derechos rivales, provocándoles mil dudas posicionales. Por detrás de la tripleta ofensiva bética, una vez más Ceballos caía de la banda al interior izquierdo, Reyes era mediocentro y Matilla interior derecho; Molinero y Álex tenían pasillo y el equipo ocupaba muy bien los espacios. Osasuna intentaba apretar arriba, pero sólo conseguía que los béticos, excelentes con balón, encontraran más espacios en el centro del campo y llegaran con rapidez arriba, donde acertaron con dos goles y pudieron meter otros tantos.
En defensa el Betis se organizaba de nuevo en un 4-4-2. Con el paso de los minutos la presión cedió un tanto –Osasuna trata bien el balón y tiene calidad en el segundo escalón del juego– y se vislumbraron los problemas que arruinarían el partido en la segunda parte: cierta indecisión en los emparejamientos y la cesión de un exceso de faltas y córneres, resueltos aún por Figueras y Bruno.
Primeros veinte minutos de la segunda parte
Osasuna, sin nada ya que perder, introduce a Sisi para ganar juego raso y sale muy arriba a tirar su físico en un cuarto de hora. Encuentra el primer gol muy pronto. Los béticos cometen entonces su peor pecado: al contrario que en la segunda parte ante el Recre, desprecian la posesión del balón (deseable aunque cueste riesgos mantenerla, claro está), juegan a la nada, sus interiores desaparecen, y los locales dominan el partido sin discusión.
Aflora entonces un problema defensivo ya visto otros días: cuando el Betis no hace presión alta y sus medios no van a por el mediocentro atrasado rival, este gana demasiado fácilmente el tres contra dos en la salida. Hoy sucedió cuando Loé venía a tocarla entre los centrales y estos se abrían: la jugada –cansado Rubén, demasiado desgastado en la primera parte– solía continuar en salida fácil del central derecho, convertido en hombre libre en jerga de La Masía, que obligaba a salirle a Ceballos, y el balón acababa en el extremo para el uno contra uno. Soluciones para ello hay: hoy, por ejemplo, se podía haber obligado al rival a salir por la izquierda, el costado de Cadamuro, un central metido a lateral con problemas por ese lado. El castigo para el Betis fue seguir cediendo muchas faltas y córneres, defecto ya detectado en partidos anteriores y que hoy, muy mal defendido el primer palo, se pagó carísimo: así llegaron los tres goles.
Segunda parte: el Betis permite una salida de balón demasiado fácil a Loé y los centrales de Osasuna
Últimos veinticinco minutos
Velázquez comete dos errores graves en los cambios, y que nos hacen dudar de si la sutil disposición inicial del equipo tiene más de suerte que de acierto: retira a Rennella, el tanque que daba opción de salida en largo, por el siempre inútil Chuli; y, para dar cancha a N'Diaye, destruye todo lo construido en su mediocampo: no sólo retira a Reyes, el mejor de los once, sino que sitúa al senegalés a la derecha de Matilla y por tanto (Ceballos se metía de interior a la izquierda) con la misión de ser el que se descolgase de la pareja de mediocentros: esto es, vuelve a la fallida situación de la pareja Reyes/Matilla a la que pareció (¡por fin!) haber renunciado en el descanso de Leganés. Si la idea era que N'Diaye tuviera recorrido y Matilla (¿otra vez esto?) diera mejor salida de balón, la idea salió muy mal.
Tras quince minutos en los que el Betis debió ir a por un rival desfallecido por el esfuerzo del inicio de esta mitad y no lo hizo, Velázquez descubre que Matilla no puede con su alma ni ocupa campo y se la juega con Pacheco por la izquierda, lo que deja a Ceballos de mediocentro junto al senegalés. No hay control y se paga caro con el 3-2 ya en el minuto 87.
Jugador por jugador
Adán: Flojo con los pies y bien bajo palos, arruina su partido al final; primero concede un córner por tapar mal el primer palo (pese a un aviso idéntico cinco minutos antes), y luego comete un error técnico que explicamos y que ya había cometido en la primera parte, aunque sin consecuencias. En balones cruzados fuertes (y más si vienen por el lado del puño con el que se pretende despejar) tratar de impactarlos con un gesto rápido y de un solo brazo es jugar a la ruleta rusa, porque un levísimo error de cálculo tiene graves consecuencias; mucho más seguro es meter los dos puños y, casi sin moverlos, aprovechar la fuerza del balón para escupirlo de frente. La bola sale casi igual de fuerte y es muy difícil fallar.
Molinero: Ataca bastante bien, pero en las últimas jornadas acumula errores que siempre cuestan goles, y hoy nada menos que tres: si perdonable es el fallo de marcaje del primero por la peinada de Nino, imperdonable es la falta que provocó el 2-2 (tenía un dos contra uno gracias a la ayuda de Kadir), en cuyo saque luego se dejó ganar el primer palo (¡jugada fotocopia del 2-1!); y equivocado es su despeje en el origen del 3-2.
Bruno: Muy bien, por alto y por bajo.
Figueras: Junto a Bruno, sostuvo al equipo en los balones colgados mientras fueron a su zona –en los goles los centrales nada pudieron hacer–. Pocos errores, buen partido.
Álex: Pasó apuros defensivos, pero de nuevo por falta de auxilio del equipo. Gran centro en el 0-1.
Kadir: Voluntarioso y con calidad, pero discontinuo y con poca presencia arriba.
Matilla: Una vez más la tocó bien y le echó ganas, pero no puede defender de mediocentro porque no ocupa el campo debido. Seguimos esperando ahí a N'Diaye: se perderá muy poco en ataque, incluso si juega de volante, y se ganará mucho en defensa.
Reyes: Excelente partido hasta que Velázquez decidió que dejara de hacerlo. Como bien comentaba hoy un bético, es el Ortega de este Betis, y en el sitio de Antolín es donde rinde: de coche escoba, donde hace cien ayudas a los defensas y la saca bien. Hoy estuvo además muy encima de Nekounam. En la primera parte incluso salió en un contragolpe con tremenda potencia.
Ceballos: Buen fútbol y mucho trabajo, pero desaparecido en el segundo tiempo.
Rennella: A gotitas, pero hace buenas cosas, y ahora mete goles.
Castro: Un buen gol, un jugadón con asistencia, y pudo meter dos o tres más.
Chuli: Un cero a la izquierda. Ni tiene condiciones ni confianza.
N'Diaye: Sigue sin encontrar su sitio, y sin minutos seguirá sin hacerlo.
Pacheco: Tiene una inexplicable tendencia a conducir el balón, esto es, es lo que se denominaba un chupón.
Velázquez: Tras haber, por fin, encontrado alineación y esquema, destruyó todo en un ataque de nervios. El desprecio del balón en el inicio de la segunda parte tal vez sea cosa más del equipo que suya, pero la mala defensa del primer palo y la concesión de mil faltas ante un equipo especializado en ese juego como Osasuna, además de los horribles cambios, sí son de su responsabilidad.
Los comentarios, como siempre, son bienvenidos.
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