LEVANTE (4): Aitor Fernández; Miramón, Róber Pier, Óscar Duarte, Clerc; De Frutos (Son 62'), Radoja, Malsa (Melero 72'), Morales (Giorgi 89'); Dani Gómez (Coke 72') y Roger (Sergio León 62').
BETIS (3): Joel; Emerson, Mandi, Víctor Ruiz, Miranda; Guido Rodríguez (Paul 59'), Guardado (Rodri 65'); Aitor Ruibal, Fekir (Canales 59'), Tello (Sanabria 37'); y Juanmi (Lainez 59').
Árbitro: Estrada Fernández (catalán). Roja directa al granota Róber Pier (68'). Amarillas a los locales Roger, De Frutos y Clerc, así como a los visitantes Paul y Mandi. Esta vez el VAR favoreció por tres veces al Betis.
Goles: 1-0 (2') Óscar Duarte; 1-1 (16') Mandi; 2-1 (22') Morales; 3-1 (24') Morales; 4-1 (55') Roger; 4-2 (78') Canales, de penalti; 4-3 (86') Canales.
El marcador no es siempre fiel reflejo de lo sucedido en el campo, como bien demuestra el partido de anoche: tras una aceptable primera parte el Betis vio en el marcador un deshonroso 3-1 en contra, y sin embargo su muy flojo segundo tiempo fue maquillado gracias a la inocente –y justa– expulsión de un rival.
Primera media hora: un Betis a la Bordalás
Una mirada a los porcentajes de posesión cada quince minutos revela el decurso del partido:
1-15: 41,0%
15-30: 50,4%
30-45: 61,6 %
45-60: 69,9 %
60-75: 67,6 %
75-90: 75,0 %
La baja posesión del Betis en el primer tramo del encuentro fue voluntaria, y producto de la inversión de papeles de los dos equipos respecto al fútbol que conocemos en la historia reciente de ambos clubes. Ante un Levante en un 4-4-2 ultraofensivo Pellegrini planteó un partido claramente al contragolpe: prescindió de un nueve clásico (algo poco extraño visto el rendimiento de los tres en plantilla) y metió arriba a tres hombres habituados a correr –y muy rápido– al espacio, más Fekir tras ellos. El planteamiento, aunque más cercano a lo pedido por el sector exigente de la afición bética que por el autor de este blog, era bastante coherente con esa alineación: esperar al Levante con un bloque medio y hacer una presión fuerte y selectiva para buscar la velocidad tras robo. Tal modo de juego, eso sí, tenía un talón de Aquiles: la evidente (y conocida) debilidad del sistema defensivo bético en posicional, especialmente considerando a sus laterales (Emerson y un Miranda ayer decepcionante en este aspecto), a un Mandi más cómodo lejos de su área y a un Joel temblón.
Aunque parezca disparatado decirlo, tal planteamiento funcionó bien a nivel táctico: la primera media hora consistió en un intercambio de golpes. Los béticos ejecutaron bastante bien su plan y se plantaron media docena de veces en superioridad a la contra, tras robos altos en el centro del campo. Sin embargo la falta de contundencia en las áreas, en todos los sentido posibles, arruinó semejante táctica: al destrozo realizado por De Frutos ante Miranda se unió un Morales, par de Emerson, que (como suele ante el Betis) metió todo lo que tiró –esta vez por las escuadras–; culminó la ruina el tradicional error por omisión de Joel en la salida, grosero y prematuro esta vez. La inoperancia de los cuatro atacantes, incapaces de aprovechar una y otra vez contras con espacios y en ventaja, hizo el resto: solo Tello creó peligro, y el gol hubo de cocinarse entre Guido y Mandi.
Minutos 30 al 68
Con el marcador muy a su favor, el Levante, como era de su conveniencia, baja las revoluciones del partido y da un paso atrás. Tello se rompe apenas pasada la media hora y el Betis, ya con Sanabria en punta y Juanmi a la izquierda, se muestra completamente incapaz de crear el menor peligro. Los ataques béticos culminan una y otra vez en centros sin excesivo peligro por parte de los laterales desde los costados, para los que no hay rematador: Sanabria no caza una y Fekir no asoma. El ataque posicional bético sigue sin mostrar mecanismos muy trabajados y no progresa más allá de la inspiración de Guardado en zonas interiores o las infructuosas guerras individuales de Fekir y Ruibal. El Levante mete el cuarto a la contra.
Minuto 69 al final
Sobre la hora Pellegrini mueve el árbol sin tocar el esquema: cambia de pareja central (ahora Paul Akou-okou más Rodri) y de mediapunta (Canales), y pasa a Ruibal a la izquierda para meter a Lainez a la derecha. El joven mexicano protagoniza, con suerte desigual, las primeras jugadas y provoca involuntariamente la autoexpulsión de Pier.
El Betis comienza con escasa fe el nuevo partido que se abre, pero Canales, Rodri y Lainez toman el mando y, ante un Levante lógicamente encerrado en un 4-4-1, asedia el área de Fernández. Dos goles del cántabro acercan al equipo al empate, finalmente sin suerte.
Línea por línea
Aunque a veces Joel sea atacado injustamente son demasiados los partidos en los que se le responsabiliza de la derrota con justicia; comenzar el encuentro por debajo con, otro remate de un córner ea apenas un metro de su rostro es un nuevo error sin perdón posible; sea su causa psicológica, óptica o de otro tipo, no es sostenible en la portería un guardameta tan flojo en salidas por alto.
Loa laterales mostraron su debilidad en defensa, conocida en Emerson y comprobada ahora en Miranda; en ataque tampoco llevaron peligro. Mandi y Ruiz, que hubieron de defender muy atrás un largo tramo, hicieron un trabajo discreto.
Tampoco Guido y Guardado supieron proteger su área, aunque el mexicano sçi trabajó con acierto en la presión. Tello fue el jugador más incisivo del equipo hasta que fue sustituido por un Sanabria cuya discreta técnica lo convierte en un rematador muy mediocre. Ruibal trabajó sin fortuna, como un Juanmi cuyo caro fichaje cada vez es menos explicable.
Esta vez los suplentes aportaron muchísimo: la ambición personal de un Lainez no siempre acertado pero de insistencia muy elogiable dada su situación; el fútbol de un Rodri ideal para atacar defensas cerradas, como fue el caso; y la excelente noticia de la recuperación de Canales, omnipresente y goleador. Paul cumplió.
Capítulo aparte merece el sobrevalorado Fekir, sobresaliente ante cinco defensas pero incapaz de encontrar la jugada correcta cuando no tiene defensas delante. Discreto pasador, ya advertimos hace meses que la libertad de la mediapunta se le convertiría en un hándicap al obligarle a atacar atrasado, con tres compañeros más adelantados que él, en un lugar donde su regate y su disparo sirven para poco.
Pellegrini ha intentado dar un giro al estilo de juego, pero tras el espejismo de Pamplona se demuestra que la solución no pasa por convertir al equipo en contragolpeador, un cesto para el que carece de mimbres. Si nuestro tiempo nos lo permite trataremos de escribir un post sobre posibles soluciones a los problemas del equipo, pero adelantemos que una vez recuperados Mandi y Canales estas deben pasar por tres vías: aumentar la cuota de posesión, mejorar la defensa posicional (si es necesario, usando defensa de tres centrales) y acercar a Fekir a la portería rival.
El detalle
El hecho de que León, tantas veces reclamado como titular en el Betis del pasado reciente, sea muy suplente en este Levante debe hacer recapacitar a muchos sobre la verdadera calidad de una y otra plantilla.
Los comentario son bienvenidos. En Twitter, @juanramonlara7.