domingo, 22 de diciembre de 2019

Betis 1 - Atlético de Madrid 2 (18ª jornada de LaLiga)

BETIS (1): Joel Robles; Mandi (Tello, m. 82), Bartra, Feddal; Emerson, Canales, Guardado (Lainez, m. 69), Álex Moreno; Fekir, Loren (Borja Iglesias, m. 59) y Joaquín.
ATLÉTICO DE MADRID (2): Oblak; Trippier, Felipe, Giménez, Lodi; Herrera, Thomas, Saúl, Lemar (Correa, m. 56); J. Félix (Marcos Llorente, m. 88) y Morata.
Goles: 0-1, m. 58: Correa. 0-2, m. 84: Morata. 1-2, m. 93: Bartra.
Árbitro: Estrada Fernández (Comité Catalán). Mal. Amonestó a J. Félix, Mandi, Thomas, Morata, Bartra, Feddal y Guardado.
Incidencias: 52.000 espectadores, buen terreno y lanzamiento de peluches en el descanso.

Cayó derrotado el Betis en un partido muy nivelado ante un Atlético más rácano que nunca. El partido fue muy similar al de la temporada pasada: escaso en ocasiones, cómodos ambos equipos en sus respectivas (y opuestas) formas de jugar, y a la espera de ser desequilibrado por un error que este año cayó a favor de los visitantes.

Y es que pese a su pretendido cambio de estilo de juego el Atlético de Simeone sigue siendo lo que fue siempre: un Getafe de Bordalás con más poderío económico. Renunció casi por completo al balón y colocó desde el inicio su canónico 4-4-2 con el bloque medio-bajo, a la espera de que el Betis adelantase líneas para aprovechar el espacio a la espalda de los centrales verdiblancos –que, desde luego, lo hubo–. Los atléticos, con un mediocentro de cierre (Thomas) poco dotado para el pase, jamás arriesgaron y desde el mismo inicio de partido buscaron sin rubor el pelotazo largo hacia Morata (incluso desde los saques de banda laterales).

El Betis consolida cada vez más su retorno a un modelo de juego de más posesión y posición. Lejos de la precipitación y el caos posicional de principios de temporada, los béticos masticaron las posesiones para tratar de salir limpios desde atrás, buscaron superioridades desde posiciones ofensivas estables y mantuvieron al control del partido durante largos tramos. Con Edgar fuera de nuevo, Bartra volvió a ejercer de pivote/central: era medio de cierre de un 4-3-3 en defensa posicional y en transición defensa-ataque (justo tras recuperar el balón, y prolongaba esa situación si el equipo era presionado hasta su área); pero era un central más, metido entre Mandi y Feddal, cuando la jugada de ataque del Betis se alargaba. Con este artificio Rubi ha logrado por un lado meter poderío defensivo en un centro del campo que era muy permeable con Carvalho de pivote, y por otro correr menos riesgos cuando el equipo ataca con la línea trasera muy alta, metida incluso en campo rival, algo temerario con solo dos centrales.

Primera media hora
El escenario típico del partido fue balón en posesión de un Betis (67%/33%) que trataba de limpiar el tres contra dos de salida, mientras el Atlético lo ensuciaba con el trabajo de sus delanteros y las basculaciones de su bloque defensivo. Desde su zona poco men oriented –nunca pierden la posición por encimar al rival– los atléticos raramente salían a la presión alta, salvo cuando Lemar saltaba a por Mandi; los visitantes intentaban (con escaso éxito) obligar a los béticos a salir por el lado de Feddal, menos hábil con balón que el argelino. El partido transcurría bajo un fuerte dominio bético, con algunas (pocas) ocasiones claras para los locales.


Minutos 30 al 69
El Betis pierde fuelle pero no deja de correr riesgos por mantener la defensa muy adelantada. El Atlético intenta correr a la espalda de esta y lo logra en escasas ocasiones, sobre todo al final de la primera mitad; dos son muy claras, y una, afortunada, acaba dentro a la hora de juego.

Minutos 69 al 82
Tras el gol el Betis había tratado de apretar sin lograrlo. Pero el progresivo paso atrás de un cansado Atlético (aplastado en adelante con sus diez hombres de campo en una franja de quince metros por delante de su área) y, sobre todo, la introducción de Lainez por Guardado provocan una verdadera oleada atacante del Betis, que merece sobradamente el empate.

Vale la pena detenerse en lo sucedido con ese cambio. Fekir había sido un disciplinado extremo derecho a la moderna (con tendencia a meterse por dentro) durante los primeros veinticinco minutos, no por casualidad los mejores del equipo en la primera parte:

Heatmap de Fekir min. 1 al 25. Ataque: hacia la derecha. Fuente: As.

Y durante los siguientes 45 se había retrasado caprichosamente a zonas de interior según su inspiración y momento:

 
 
Para evitar solaparse con él, Canales se vio obligado a compensar posiciones adelantándose en ataque y volviendo al centro del campo en defensa; en todo caso la falta de un delantero en esa zona derecha y la acumulación de hombres más atrás impidió el progreso del Betis por ese sector, pese a lo vistoso del fútbol del francés.

Sin embargo al entrar Lainez sí hubo ya extremo y Fekir pasó a ser verdadero interior de un 4-3-3; muy retrasado al Atlético, la posible debilidad defensiva bética no se notó en absoluto por su sector y sí las superioridades que lograba el equipo por ese sector derecho, en jugadas iniciadas por un Mandi que ya no podía ser detenido por el cansado Morata. El Betis llegaba en oleadas pero el gol se resistía.


Minuto 82 al final
Sorprendentemente Rubi destruye su propio invento cuando mejor estaba funcionando: por meter más atacantes elimina a Mandi, clave en los entonces exitosos inicios de ataque béticos, para retrasar a Bartra y atrasar a Joaquín a interior por detrás de Tello, nuevo extremo izquierdo. El movimiento recibe castigo inmediato y el Betis baja un poco los brazos, aunque en la última jugada llega el 1-2.

Línea por línea
Joel se apuntó un pequeño milagro en el uno contra uno ante Morata de la primera parte.

En la defensa, en general a buen nivel, destacó poderosamente el partido de Mandi, magnífico en defensa y ataque. Bartra tapó aceptablemente sus carencias para la distribución del juego y Feddal defendió mejor que atacó.

Emerson impuso su tremendo poder físico en el tramo final, en el que un Álex Moreno deprimido tras su fallo en el 0-1 se dejó ver poco; debe corregir este su tendencia a cometer errores de bulto. Guardado hizo un aceptable partido, y Canales perdió brillo por el duro y sordo trabajo al que lo somete Fekir con su descontrol posicional.

El francés merece capítulo aparte: sus portentosas condiciones físicas y técnicas brillaron de nuevo –llega a casi todo, sale de situaciones inverosímiles...–, pero empezamos a pensar que el hecho de que los mejores partidos del equipo coincidan con sus ausencias no es casual. Durante casi todo el partido fue un verdadero manual de cómo no situarse en el campo; perdió su marca (el lateral rival) casi siempre en defensa, y en ataque se empeñó una y otra vez en bajar al sector de Canales a pedirla al pie, lo que puede resultar positivo si se hace esporádicamente pero es una losa para el equipo si se convierte en costumbre. Tampoco elige muy bien jugada; poco antes del 0-1 renunció inexplicablemente a avanzar en una jugada en que tenía enormes espacios para progresar.



En suma, desperdicia unas condiciones técnicas y físicas (su cambio de ritmo hace estragos y tampoco tiene un fondo limitado) realmente extraordinarias, y una exagerada facilidad para el juego corto.

Joaquín y Loren jugaron casi siempre en inferioridad. Lainez aportó descaro y, con alguna fortuna, profundizó. Tello y Borja volvieron a decepcionar.

Rubi tiene tarea con Fekir.

Los comentarios son siempre bienvenidos. En Twitter, @juanramonlara7.

domingo, 15 de diciembre de 2019

Espanyol 2 - Betis 2 (17ª jornada de LaLiga)

ESPANYOL (2): Diego López; Víctor Gómez, David López (Naldo, m. 63), Bernardo, Calero, Dídac; Marc Roca; Granero (Iturraspe, m. 75), Darder; Campuzano (Ferreyra, m. 68) y Calleri.
BETIS (2): Robles; Emerson, Mandi (Tello, m. 64), Bartra, Feddal, Álex Moreno; Kaptoum, Canales; Fekir (Lainez, m. 52), Borja Iglesias y Joaquín (Loren, m. 82).
0-1, m. 3: Borja Iglesias. 1-1, m. 16: Darder. 2-1, m. 40: Bernardo. 2-2, m. 67: Bartra.
Árbitro: Cuadra Fernández (Balear). Amarilla a Calero, Granero, Bernardo y Feddal.
22.000 espectadores y muchos de ellos béticos, en Cornellá.

Un mala primera parte y una mejor segunda dieron al Betis un solo punto en el campo del –hasta ahora– peor equipo de la competición.

Primera parte
Y es que el Espanyol confirmó durante todo el encuentro los informes previos: tiene problemas en defensa y más aún ataque, y, muy corto en fútbol y hecho un manojo de nervios, apenas es capaz de amenazar la portería rival en robos altos y jugadas a balón parado. En consecuencia trató de llevar el partido al terreno que le convenía: presión asfixiante en campo rival, cuerpo a cuerpo en todos los sectores, agresividad y constantes interrupciones; todo ello, eso sí, a costa de un desgaste enorme por el insostenible ritmo físico de esa presión.

En la primera parte no supo el Betis salir de esa dinámica poniendo pausa a sus posesiones y aprovechando los nervios del rival, pese a ponerse por delante muy pronto. Tampoco supo aprovechar las debilidades del esquema españolista; al jugar también con defensa de cinco el Espanyol, esta vez los béticos no tendrían la ventaja habitual (sufrida por el Athletic hace una semana) de la ambigua posición de los carrileros béticos, difíciles de emparejar para equipos con defensa de cuatro; pero a cambio el 3-1-4-2 local, con un diestro además como central izquierdo, daba oportunidad de flotar (dejar jugar) a dos de los centrales pericos para ganar ventaja en otras zonas. Sobre todo se podía conceder balón al central central (valga la expresión), cuya salida cerraba su compañero Roca. Por ejemplo se pudo defender así:

Una de nuestras ideas favoritas: el 3-1-4-2 es intrínsecamente malo y se puede aprovechar flotando al Bernardo de turno. Al ser diestro Calero su marcador podía ayudar, además.

La ventaja en el marcador y los nervios locales hacían aún menos necesario ir a la presión alta hombre a hombre. Fue sin embargo lo que hizo el Betis en muchas ocasiones, con el consiguiente riesgo de recibir castigo si algún jugador local cogía la espalda de su par. Fue el caso del 1-1:


Como se observa, hay marcas al hombre en todo el campo, Canales no puede recuperar el par de metros ganado por Darder (rectángulo) y no había hombre de cierre para taparlo (Bartra, en el círculo rojo, está muy lejos). Emerson, correctamente situado en una posición intermedia, no llega a tiempo a la ayuda, por lo que los centrales, ocupados con sus respectivos delanteros, tampoco pueden cerrar a Darder.

El Betis había formado su peculiar 3-4-3 habitual, con la (poco explicable) ausencia de Edgar, cuyo ambiguo papel de mediocentro-tercer central fue (peor) ejecutado por Bartra, un tanto caótico en sus movimientos y peor pasador que el canterano; Edgar o incluso Mandi parecen mejores soluciones para la posición. Fekir (tocado: una presencia tampoco fácil de explicar) se ofrecía con bastante libertad, como suele, provocando al atrasarse que Canales a su vez atrasase su posición más que Kaptoum. En todo caso, muy marcado Canales e invisible Kaptoum, ni aun con la ayuda de Fekir lograba el Betis sacar la pelota jugada; tampoco Borja pescaba balones largos, y el partido era una sucesión de interrupciones, faltas, robos y posesiones cortas que convenía al Espanyol; los pericos, de hecho, remontaban a balón parado.

Segunda parte
La gasolina del Espanyol apenas dura cinco minutos más y el Betis domina plácidamente la posesión en adelante (28%/72%, cuando en la primera fue un 47'5%-52'5%). La entrada de Lainez simetriza el esquema bético, que pasa a ser un 4-2-3-1 al entrar Tello. El catalán mete más revoluciones al ataque y el 2-2 llega tras un buen córner bético:

Otra de nuestras ideas favoritas: el 2 contra 1 en el córner, bien ejecutado aquí por la combinación zurdo-diestro. Canales puede centrar desde una posición más ventajosa que la esquina.

Con su Espanyol nervioso y muerto físicamente, Machín ve la cosa muy fea y refuerza defensivamente a su equipo con un segundo mediocentro posicional. El Betis pasa a un 4-4-2 y tiene algunas (escasas) ocasiones para ganar.

Línea por línea
Robles mostró de nuevo en el 2-1 un recurrente defecto que ya ha costado caro (Rennes en el Villamarín): una gran renuencia a salir por alto.

Tampoco el 1-1 dejó bien parado a Mandi, que vende a su portero al abrir las piernas; solo Feddal hizo un partido aceptable en esa línea.

Moreno, más activo que Emerson, volvió a percutir por su banda y dejó otra asistencia. Canales acabó poco pese a sus excelentes detalles, y Kaptoum mejoró mucho con el paso de los minutos, cuajando una muy buena media hora final.

Muy grises Borja y Fekir, solo Joaquín metió algún peligro arriba entre los titulares. Lainez y Loren aportaron poco; Tello, a su atolondrada manera y pese a cometer muchos errores, agitó mucho el partido en el tramo final y fue decisivo.

Los comentarios son bienvenidos. En Twitter, @juanramonlara7.

lunes, 9 de diciembre de 2019

Betis - Athletic: algunas notas

Visto el partido de ayer vale la pena dejar algunas notas sobre un encuentro en el que el equipo supo imponerse a un Athletic que lleva una excelente trayectoria desde que Garitano se hizo cargo de él, aunque acudía al Villamarín, cierto, con muchas bajas. El Betis fue algo superior en la primera parte –no tanto como indica el marcador: entró casi todo– y supo defenderse muy bien en la segunda, en la que prácticamente no hubo ocasiones de gol.

Este Athletic es prototipo de un modelo de juego muy definido, muy norteño (británico, digamos) y más efectivo en casa que fuera de ella. Se basa en jugadores muy fuertes físicamente (Beñat, significativamente, apenas juega) y busca el ritmo alto y la verticalidad a toda costa; como eso significa imprecisión, trabaja mucho el balón largo dividido y la segunda jugada. En defensa trata de prolongar al máximo una presión alta, pero como es imposible mantenerla los noventa minutos sin tener una gran cuota de posesión la alterna con fases de repliegue bajo. Ausente ayer Raúl García, Garitano metió arriba a Kodro con Sancet en la mediapunta (en la práctica casi un segundo delantero algo volcado a la izquierda), formando un 4-2-3-1 con Williams en el extremo derecho.

El Betis repitió el exitoso y especial 4-3-3 con el que Rubi ha logrado equilibrar el juego del equipo al introducir un tercer central en el rol alterno de mediocentro en defensa y tercer central en ataque. En esta fase realmente se forma un 3-4-3:


Como ha sucedido ya en partidos anteriores –y de hecho es movimiento procedente de la temporada anterior– cuando la presión vizcaína obligaba a la línea de Bartra, Edgar y Feddal a acercarse mucho a su portero para sacar el balón, Edgar se adelantaba unos metros para no atraer un rival hacia Joel (o sea: para no perder un potencial receptor), formándose entonces la disposición clásica del 4-3-3 tradicional; de hecho, y aunque el plan básico es siempre el mismo, cada partido que pasa el canterano va asomándose con más frecuencia a esa posición ofensiva de pivote (un Busquets, para entendernos), en la que está cumpliendo con nota con un juego aparentemente fácil –eso tan difícil–; tal vez el mediocentro defensivo tan anhelado estaba ya en casa y Rubi pueda anotarse el punto de su descubrimiento en esa posición.

En defensa el Betis formaba un 4-1-4-1 que –muy paralelos los dos mediocentros del Athletic– controlaba sin demasiados problemas la salida de balón vasca pese a la inferioridad de Loren ante los centrales.


Muy altos Capa y Yuri, ese 4-1-4-1 bético sufría por uno de los habituales agujeros de ese sistema: los extremos están obligados a un tremendo recorrido para seguir a los laterales rivales en defensa y pisar el área contraria en ataque. Joaquín no hizo con mucha dedicación lo primero, lo que provocó inferioridades en su sector al dejar libre muchas veces a Capa:


Lo compensó, eso sí, con eso de pisar área: un hat-trick que será legendario.

En dirección contraria el Athletic se encontró con un problema similar: los laterales béticos, siempre altísimos en ataque, resultaban difíciles de seguir para sus extremos, y la espalda de William era castigada en jugadas como la del 2-0: Joaquín atrae al lateral y da así pista a Moreno para recibir un excelente pase de Guardado (captura de Gol TV).


Como reconoce Rubi en esta reciente entrevista, sus intentos de cambiar el modelo de juego bético hacia uno más ecléctico (que, añadimos nosotros, comenzaron alejándose de manera exagerada del modelo anterior) han sido modulados tras reuniones con la plantilla, y en partidos como ayer resulta evidente que los béticos han vuelto a un fútbol más combinativo, de más toque corto, con muchas menos conducciones y pelotazos, y algo menos vertical que a principios de temporada. Una sutil consecuencia de ello es que los extremos juegan ahora a pie cambiado: al pausarse más el ataque da tiempo a los laterales a profundizar por banda (y más atacando con tres al fondo), y el papel natural de los delanteros de los costados, Joaquín y Lainez ayer, no es ya apurar la línea de fondo para centrar, sino buscar el disparo y el remate desde posiciones interiores. Los tres goles del portuense son un triunfo de este rol.

Sí está teniendo éxito Rubi en lograr que el equipo ataque con rapidez tras robos altos, un método poco usado la temporada pasada (pese a ser un secreto del éxito de equipos posicionalistas como el Barça) y que ayer dio el primer y el tercer gol; el segundo de ellos de hecho fue un contragolpe clásico en toda regla. También supo correr el Betis en ciertas jugadas para castigar la presión alta rival cuando lograba superarla por bajo, como en el 2-0, aunque se abusó (con nulo éxito) de los balones largos a Loren, todos perdidos pese a que este buscó emparejarse en ellos con el lateral Capa.

En la segunda parte el Athletic metió, curiosamente, un defensa más, con la probable intención de detener la sangría por las bandas desde una defensa de cinco; pasó a un 3-1-4-2 que obligó a Rubi a retocar posiciones por dentro para cerrar a los dos mediapuntas:



Pese a que los emparejamientos eran hombre a hombre, ya pues sin la anterior superioridad para cada equipo en zona defensiva, el Betis defendió bien, supo enfriar el encuentro y solo un error de Joel (como antes uno de Moreno) permitió acercarse en el marcador al Athletic.

En lo individual, dejando a un lado a Joaquín, destaca la poderosa mejora del rendimiento de Guardado, inteligente en la contrapresión, hiperactivo en defensa (tapó campo, robó y cerró el agujero que solía dejar Joaquín) y muy bien en el pase.


Los comentarios son bienvenidos. En Twitter, @juanramonlara7.


sábado, 7 de diciembre de 2019

Nota

Esta semana no se publicará análisis del Betis - Athletic de Bilbao.

PD: acabamos de publicar  un breve análisis. Pueden verlo en este enlace.