En este segundo post valoraremos la temporada de los futbolistas que, a nuestro entender, podrían permanecer en la plantilla para el próximo ejercicio condicionadamente a las circunstancias que lo hagan efectivo. Entre los condicionantes habrá de estar, en todos o casi todos los casos –por justicia o por contrato–, una bajada de sueldo.
Perquis
Dentro del naufragio
masivo de la defensa bética esta temporada, es el único hombre que
–no sin errores– ha hecho al menos un puñado de partidos a buen
nivel y puede hacer un buen año en Segunda. Es una especie de Mario
levemente empeorado: juega al 110% y por ello es propenso a errores
y, sobre todo, lesiones de toda laya; a cambio, aúna buen juego
aéreo y rapidez, combinación importante para el (previsible) juego
volcado a la ofensiva del equipo la próxima temporada. Va mucho a la
anticipación, casi siempre bien, y es muy agresivo, aunque a veces
pierde el sitio. Ha mantenido buena motivación en los malos
momentos. Eso sí: el equipo médico habrá de valorar su estado
físico.
Xavi Torres
Su temporada en blanco (se rompió el tendón de Aquiles en diciembre) lo exonera casi totalmente de responsabilidad en el desastre. En los pocos partidos que jugó se mostró como un mediocentro solvente, con posibilidad de jugar como pivote puro o como interior. En todo caso su trayectoria anterior (112 partidos en Primera en tres temporadas entre Levante y Getafe), sin ser brillante, lo avala sobradamente para jugar en un Betis de Segunda si su tobillo se recupera bien.
Amaya
Este post llega un día tarde, pues acaba de anunciar su marcha. Ha hecho una mala temporada: arrastrado por la ansiedad y la descolocación generales del equipo, y penalizado por la defensa adelantada que forzaron los entrenadores, se le ha visto muy desubicado demasiadas veces. Sin embargo su trayectoria anterior lo avala, y se adivina que es uno de los que han dado la cara en el vestuario y con los que se puede contar a las duras.
Cedrick
Ni era tan bueno como algunos creyeron tras el partido del Bernabéu, ni tan malo para ser arrojado al ostracismo en un Betis pésimo, como le sucedió en torno a diciembre con Mel. Sus virtudes son sobre todo físicas: tiene muchísima velocidad en corto y largo, y una resistencia suficiente para encadenar esfuerzos ofensivos y defensivos, para seguir a su lateral (es además esforzado y constante) y, en suma, para cubrir una parcela larguísima de campo. Sus limitaciones técnicas, sobre todo a la hora de terminar la jugada, lo convierten en más útil para el juego a la contra, con mucho campo por delante (incluso habría que verlo más de delantero en finales de partido favorables), que ante equipos encerrados. Es barato y no parece esperable una gran oferta por él, así que es previsible que siga.
Juan Carlos
Cuando todos los béticos habían tirado ya la toalla con él, Calderón y alguna casualidad lo llevaron al puesto de lateral izquierdo (primero con cinco atrás y luego ya con cuatro). En esa demarcación, aunque le falta adaptación (arriesga demasiado en el área, por ejemplo), al menos saca provecho de su velocidad, su recorrido y su tesón, sin que se le noten su rigidez de cintura y sus limitaciones en el juego asociativo. Parece difícil que permanezca en la plantilla, pero podría aportar mucho desde el lateral en los partidos de local.
Salva Sevilla
Ha sido uno de los pocos jugadores que al menos se han acercado a su nivel habitual; o sea, como siempre, ha aparecido y desaparecido de las alineaciones y ha hecho aportaciones netas un tanto esporádicas –pues nunca fue titular indiscutible ni jugador muy regular–. La bajada de velocidad que conlleva la de categoría favorecerá obviamente su juego, pues le facilitará tiempo y espacio para sus pases, de modo que podría ser de utilidad como mediapunta o, mejor, como falso extremo, o incluso mediocentro para partidos trabados. Su perfil será muy necesario en la próxima temporada, en todo caso.
Nono
Criticadísimo, y con razón, y –lo que es peor– históricamente marcado por su penalti, por edad, actitud y condiciones merecen otra oportunidad. Si mejora su posicionamiento defensivo puede ser un aceptable mediocentro ofensivo (el que se descuelga en ataque de los del doble pivote): tiene rapidez y habilidad en el juego corto, cierto recorrido, intensidad y buen disparo. A cambio, rara vez ve el último pase, y parece haber tocado techo en su progresión porque su inteligencia futbolística no parece augurarle grandes progresos futuros.
Chica
Es uno de los jugadores más acerbamente criticados por la grada, y sin embargo quien esto escribe le guarda respeto por su actitud profesionalísima (al menos dentro del campo: fuera no lo conocemos), su entrega y su concentración incluso en las peores circunstancias. Es un lateral que conoce su oficio y, aunque tiene evidentes limitaciones, sobre todo ofensivas, cumple siempre y transmite valores al equipo. No debe ser primera opción (especialmente en partidos en casa) pero puede ser muy útil en ambas bandas o incluso como central de urgencia.
Nosa
Como Torres, ha pasado mucho más tiempo en la sala de rehabilitación que en el campo de entrenamiento. Parece que todas las circunstancias extrafutbolísticas posibles, incluida su escasa voluntad y capacidad para adpatarse al medio, empujan en contra de que saque partido a sus muy buenas condiciones. A estas alturas lo mejor para él y para el club sería buscar tras el Mundial un traspaso conveniente.
Braian Rodríguez
Entra en esta categoría de milagro y apenas gracias a los dos últimos partidos, en los que, ya con alguna continidad, por fin se le vio su única, pero valiosa, virtud: caza centros cruzados. Tiene pues un perfil útil como especialista para finales de partido con marcador en contra ante rivales cerrados, y eso junto a su bajo caché le da alguna posibilidad de continuar, aunque de ningún modo como titular.
sábado, 31 de mayo de 2014
domingo, 25 de mayo de 2014
Balance de la plantilla 2013-2014 (I)
Acabada, para fin de las desdichas de los béticos, esta nefasta temporada 2013-2014, es buen momento para hacer balance del desempeño de los jugadores de la primera plantilla y pensar en el futuro de cada uno de ellos. De hecho la secretaría técnica, en manos de Alexis Trujillo, ya está dando unos primeros (y, en nuestra opinión, prometedores) pasos en ese sentido, y será ventajoso que la planificación comience lo antes posible.
Dividiremos este tema en tres posts: sobre los jugadores que nos gustaría que siguieran en el club, aquéllos cuya continuidad podemos considerar positiva según las circunstancias, y los que de ningún modo deben volver a ponerse la camiseta del Betis.
Como siempre, nuestra valoración se basa en criterios fundamentalmente deportivos, pues apenas contamos (ni nos interesa excesivamente) con información extradeportiva tal como comportamiento en el vestuario, informes médicos, psicología de cada jugador, condiciones contractuales, etc.
Asi pues comenzaremos valorando a los jugadores que consideramos deseable que sigan en la plantilla, por orden de idoneidad.
Adán
A pesar de ser un recién llegado, encabeza merecidamente la lista. Su fichaje tuvo algo de golpe de fortuna, pues fue una jugada arriesgada: este portero, aunque siempre prometedor, llevaba años sin jugar con continuidad; además, dentro de la lamentable situación del club en enero, su llegada pareció generarse antes desde la clásica comida de directivos prepartido que a partir de elaborados informes técnicos.
Pese a todo ello, Adán vino a compensar, aunque tarde, uno de los dos grandes errores de la planificación de la plantilla de Stosic y Bosch: la salida de Adrián, un portero excelente para el Betis (canterano, inteligente, joven, comprometido y de muy buenas condiciones) y cuya renovación habría resultado, según se supo luego, más barata que la venida de los fracasados Sara y Andersen.
Adán apenas ha dejado ver debilidades y sí muchas virtudes. Ha mostrado honradez y compromiso, demostrados en su concentración mantenida hasta el último partido mientras sus compañeros bajaban los brazos; es bueno bajo palos, por potente y suficientemente rápido en corto, y seguro desde lejos; intuitivo en el uno contra uno; y excelente en las salidas a los balones cruzados, en las que mide como los mejores porteros de Primera. Como pequeñas debilidades tal vez se pueda señalar una cierta rigidez en algún contrapié y un juego de pies sólo aceptable. En suma, es un portero con nivel para estar entre los diez mejores de la Primera División, y si lo mantiene o sube –es joven– será un lujo en Segunda, en un puesto además decisivo.
Lolo Reyes
Aun con un par de actuaciones flojas en el tramo final de liga (en Pamplona rozó lo sospechoso), ha sido de largo el mejor centrocampista de entre los que comenzaron la temporada. Muy regular, su rendimiento es casi siempre al menos de notable. Típico mediocentro de cierre (recuerda un poco a Ito el extremeño), pese a su juventud entiende perfectamente el juego posicional defensivo y tiene la suficiente resistencia y recorrido para hacer ese trabajo durante noventa minutos, lo que libera mucho a sus compañeros de línea. Técnicamente no es brillante pero sí lo bastante bueno para, gracias a su inteligencia, sacar la pelota rápido y sin complicaciones, e incluso a veces muestra un aceptable disparo. Como único defecto (poco visible en su puesto) muestra cierta lentitud en carrera, lo que le limita en algún cruce y a la hora de conducir el balón, que, con buen criterio, suele soltar pronto.
Muy joven y jugador perfecto para formar el doble pivote junto a un volante más ofensivo, aunque es posible que no progrese mucho más (está maduro físicamente y ya sabe casi todo lo que necesita saber), es fundamental su presencia para dar estabilidad a la columna vertebral del equipo.
Jorge Molina
Con algún lunar, como los últimos partidos de Liga o su escaqueo en la nefasta tanda de penaltis ante el Sevilla, ha sido un delantero fiable y regular durante las cuatro últimas campañas, y su integridad profesional y buen hacer en el vestuario parecen garantizar su compromiso en Segunda. Deportivamente es bien conocido: no es un gran goleador pero promedia aproximadamente un gol cada 200 minutos; hace un buen trabajo de espaldas a la portería, equilibra bien el juego de pies y cabeza, y aporta en defensa presión y juego aéreo en su área.
Juanfran
Sus recientes (y desafortunadas) palabras en Twitter hacen dudar de su continuidad, pero es uno de los jugadores con mejores condiciones de la plantilla y ha mostrado una actitud en general aceptable durante la temporada. Sin duda le falta regularidad y, sobre todo, definirse en el campo. Tiene potencia sobrada (muy notable para el regate en largo), mucho recorrido, buen centro con la derecha y una técnica aceptable. Ahora bien, como extremo muestra limitaciones ofensivas: no tiene gol, dispara mal y demasiado con la izquierda, y no tiene habilidad, cintura ni velocidad para el regate en corto; y, aunque ha mejorado en este aspecto con los meses, como lateral muestra lagunas defensivas: le falta gen defensivo para asegurar despejes y cerrar centros laterales, a veces arriesga demasiado la anticipación, y cae en faltas de concentración. Sería perfecto para un sistema de tres centrales y carrileros en banda, y si mejora su mentalización podría ser buen lateral, mejor larguito, de un 4-4-2. En Segunda, sobre todo en casa, puede ser un martirio defensivo para los rivales atacando desde ahí, y permitir a su entrenador muchas variantes tácticas.
Castro
El segundo error garrafal de la planificación deportiva de esta temporada fue no fichar a un delantero joven y de calidad (o sea, sí, caro) que diera relevo a Molina y Rubén Castro, que en el pasado junio habían rebasado ya ampliamente la treintena. La lesión de Castro convertía esa carencia en una verdadera temeridad, pagada, esta sí, carísima: el destino deportivo del Betis en las cuatro últimas temporadas ha ido ligado, con evidente relación causa-efecto, a los goles de Rubén.
La inestabilidad del club, la del jugador (incluidos problemas extradeportivos), el descenso con su bajada de contrato, más su edad, suscitan lógicas dudas. De hecho el jugador ha perdido un poco de velocidad y probablemente no le quede más que una temporada a buen nivel. Pero las estadísticas hablan con claridad: 10 goles en 22 partidos de Liga como titular incluso este horrible año, 79 goles en total en cuatro temporadas. El momento imposibilita afrontar el fichaje necesario a medio plazo, un jugador del perfil de Rubén es imprescindible, y encontrarlo a buen precio, casi imposible. Convendrá, eso sí, que el cuadro técnico y el entrenador que venga construyan el equipo en torno a él y dejen de castigarlo a jugar tirado a una banda para acomodar al Verdú o el Baptistão de turno.
Desgraciadamente parece imposible plantearse la continuidad de Alfred N'Diaye, un jugador de excelentes condiciones cuyo rendimiento, sin haber sido tan decisivo como hacía parecer su potencial, mejoró mucho el mediocampo bético. Alto, potente, hábil con balón, de buen juego aéreo, puede actuar como volante ofensivo, mediocentro o central, y su juego mediatiza mucho el del rival. Le faltó acierto o suerte en momentos decisivos (eliminatoria ante el Sevilla, Villarreal...), pero dio la cara siempre y en Segunda su superioridad física haría estragos.
Dividiremos este tema en tres posts: sobre los jugadores que nos gustaría que siguieran en el club, aquéllos cuya continuidad podemos considerar positiva según las circunstancias, y los que de ningún modo deben volver a ponerse la camiseta del Betis.
Como siempre, nuestra valoración se basa en criterios fundamentalmente deportivos, pues apenas contamos (ni nos interesa excesivamente) con información extradeportiva tal como comportamiento en el vestuario, informes médicos, psicología de cada jugador, condiciones contractuales, etc.
Asi pues comenzaremos valorando a los jugadores que consideramos deseable que sigan en la plantilla, por orden de idoneidad.
Adán
A pesar de ser un recién llegado, encabeza merecidamente la lista. Su fichaje tuvo algo de golpe de fortuna, pues fue una jugada arriesgada: este portero, aunque siempre prometedor, llevaba años sin jugar con continuidad; además, dentro de la lamentable situación del club en enero, su llegada pareció generarse antes desde la clásica comida de directivos prepartido que a partir de elaborados informes técnicos.
Pese a todo ello, Adán vino a compensar, aunque tarde, uno de los dos grandes errores de la planificación de la plantilla de Stosic y Bosch: la salida de Adrián, un portero excelente para el Betis (canterano, inteligente, joven, comprometido y de muy buenas condiciones) y cuya renovación habría resultado, según se supo luego, más barata que la venida de los fracasados Sara y Andersen.
Adán apenas ha dejado ver debilidades y sí muchas virtudes. Ha mostrado honradez y compromiso, demostrados en su concentración mantenida hasta el último partido mientras sus compañeros bajaban los brazos; es bueno bajo palos, por potente y suficientemente rápido en corto, y seguro desde lejos; intuitivo en el uno contra uno; y excelente en las salidas a los balones cruzados, en las que mide como los mejores porteros de Primera. Como pequeñas debilidades tal vez se pueda señalar una cierta rigidez en algún contrapié y un juego de pies sólo aceptable. En suma, es un portero con nivel para estar entre los diez mejores de la Primera División, y si lo mantiene o sube –es joven– será un lujo en Segunda, en un puesto además decisivo.
Lolo Reyes
Aun con un par de actuaciones flojas en el tramo final de liga (en Pamplona rozó lo sospechoso), ha sido de largo el mejor centrocampista de entre los que comenzaron la temporada. Muy regular, su rendimiento es casi siempre al menos de notable. Típico mediocentro de cierre (recuerda un poco a Ito el extremeño), pese a su juventud entiende perfectamente el juego posicional defensivo y tiene la suficiente resistencia y recorrido para hacer ese trabajo durante noventa minutos, lo que libera mucho a sus compañeros de línea. Técnicamente no es brillante pero sí lo bastante bueno para, gracias a su inteligencia, sacar la pelota rápido y sin complicaciones, e incluso a veces muestra un aceptable disparo. Como único defecto (poco visible en su puesto) muestra cierta lentitud en carrera, lo que le limita en algún cruce y a la hora de conducir el balón, que, con buen criterio, suele soltar pronto.
Muy joven y jugador perfecto para formar el doble pivote junto a un volante más ofensivo, aunque es posible que no progrese mucho más (está maduro físicamente y ya sabe casi todo lo que necesita saber), es fundamental su presencia para dar estabilidad a la columna vertebral del equipo.
Jorge Molina
Con algún lunar, como los últimos partidos de Liga o su escaqueo en la nefasta tanda de penaltis ante el Sevilla, ha sido un delantero fiable y regular durante las cuatro últimas campañas, y su integridad profesional y buen hacer en el vestuario parecen garantizar su compromiso en Segunda. Deportivamente es bien conocido: no es un gran goleador pero promedia aproximadamente un gol cada 200 minutos; hace un buen trabajo de espaldas a la portería, equilibra bien el juego de pies y cabeza, y aporta en defensa presión y juego aéreo en su área.
Juanfran
Sus recientes (y desafortunadas) palabras en Twitter hacen dudar de su continuidad, pero es uno de los jugadores con mejores condiciones de la plantilla y ha mostrado una actitud en general aceptable durante la temporada. Sin duda le falta regularidad y, sobre todo, definirse en el campo. Tiene potencia sobrada (muy notable para el regate en largo), mucho recorrido, buen centro con la derecha y una técnica aceptable. Ahora bien, como extremo muestra limitaciones ofensivas: no tiene gol, dispara mal y demasiado con la izquierda, y no tiene habilidad, cintura ni velocidad para el regate en corto; y, aunque ha mejorado en este aspecto con los meses, como lateral muestra lagunas defensivas: le falta gen defensivo para asegurar despejes y cerrar centros laterales, a veces arriesga demasiado la anticipación, y cae en faltas de concentración. Sería perfecto para un sistema de tres centrales y carrileros en banda, y si mejora su mentalización podría ser buen lateral, mejor larguito, de un 4-4-2. En Segunda, sobre todo en casa, puede ser un martirio defensivo para los rivales atacando desde ahí, y permitir a su entrenador muchas variantes tácticas.
Castro
El segundo error garrafal de la planificación deportiva de esta temporada fue no fichar a un delantero joven y de calidad (o sea, sí, caro) que diera relevo a Molina y Rubén Castro, que en el pasado junio habían rebasado ya ampliamente la treintena. La lesión de Castro convertía esa carencia en una verdadera temeridad, pagada, esta sí, carísima: el destino deportivo del Betis en las cuatro últimas temporadas ha ido ligado, con evidente relación causa-efecto, a los goles de Rubén.
La inestabilidad del club, la del jugador (incluidos problemas extradeportivos), el descenso con su bajada de contrato, más su edad, suscitan lógicas dudas. De hecho el jugador ha perdido un poco de velocidad y probablemente no le quede más que una temporada a buen nivel. Pero las estadísticas hablan con claridad: 10 goles en 22 partidos de Liga como titular incluso este horrible año, 79 goles en total en cuatro temporadas. El momento imposibilita afrontar el fichaje necesario a medio plazo, un jugador del perfil de Rubén es imprescindible, y encontrarlo a buen precio, casi imposible. Convendrá, eso sí, que el cuadro técnico y el entrenador que venga construyan el equipo en torno a él y dejen de castigarlo a jugar tirado a una banda para acomodar al Verdú o el Baptistão de turno.
Desgraciadamente parece imposible plantearse la continuidad de Alfred N'Diaye, un jugador de excelentes condiciones cuyo rendimiento, sin haber sido tan decisivo como hacía parecer su potencial, mejoró mucho el mediocampo bético. Alto, potente, hábil con balón, de buen juego aéreo, puede actuar como volante ofensivo, mediocentro o central, y su juego mediatiza mucho el del rival. Le faltó acierto o suerte en momentos decisivos (eliminatoria ante el Sevilla, Villarreal...), pero dio la cara siempre y en Segunda su superioridad física haría estragos.
domingo, 18 de mayo de 2014
Nota
El autor de este blog no pudo ver el Osasuna-Betis de esta tarde, por lo que no se editará entrada sobre el partido. Los comentarios sí están abiertos y serán bienvenidos.
domingo, 11 de mayo de 2014
Betis 4 - Valladolid 3 (37ª jornada de Liga de Primera División)
BETIS (4): Adán (Pedro, m. 83); Chica, Perquis, Paulão, Juan Carlos (Cedrick, m.
69); Matilla, Lolo Reyes (Juanfran, m. 69), Salva Sevilla; Jorge Molina, Braian Rodríguez y Rubén Castro.
VALLADOLID (3): Jaime; Rukavina, Marc Valiente (Víctor Pérez, m. 81), Mitrovic, Peña; Jeffren (Rueda, m. 60), Rubio, Rossi, Bergdich; Larsson (Osorio, m. 59) y Javi Guerra
0-1, m. 1: Javi Guerra. 1-1, m. 6: Brian Rodríguez. 1-2, m. 51: Peña. 2-2, m. 54: Jorge Molina. 2-3, m. 59: Javi Guerra, de penalti. 3-3, m. 76: Rubén Castro. 4-3, m. 91: Juanfran.
Árbitro: Álvarez Izquierdo (Comité Catalán). Mostró tarjetas amarillas a Adán, Paulao, Motilla, Jorge Molina y Mitrovic.
Césped bueno pero seco, mucho calor y 13000 espectadores en el Villamarín; al menos 400 de ellos, vallisoletanos.
El Betis se ha despedido en casa de la Primera División con un partido digno de Segunda.
El encuentro fue una extraña semipachanga, con sensaciones de falta de tensión propias de un All Star (más bien all trash, visto el nivel) y que produjeron un constante ida y vuelta y una catarata de goles. En el caso del Betis la situación deportiva explica semejante desempeño, pero más difícil de entender es en el caso del Valladolid, al que sus numerosos aficionados, que formaron mucho jaleo en un Villamarín semivacío, pidieron incluso que le echara más dedicación al partido (de un modo un poco más vulgar): tal vez los nervios, el calor y el cansancio del partido de entresemana ante el Madrid pueden explicar la aparente indolencia de un equipo que se jugaba el descenso.
Primera hora de juego
Tal vez lo más triste de partidos como este es que demuestran que la plantilla del Betis, jugador por jugador, es mejor que la de equipos que le han sacado diez o quince puntos en esta liga. Vista la primera jugada la cosa se entiende, y de paso se deja sin argumentos a los que piensen que el Betis jugó motivado este partido: habrán de ser grandes actores los jugadores béticos, a los que sólo faltó aplaudir el gol del rival en esa primera jugada. La inmediata reacción niveló el marcador y el juego, como luego sucedió con el 1-2 y el 2-2.
Calderón puso de salida su 4-3-3, que casaba de nuevo mal con el esquema rival, un claro 4-4-2. Esta vez los extremos béticos (si se puede llamar así a Molina, derecho, y Castro, izquierdo) pusieron un poco más de empeño en seguir a los laterales rivales, pero los interiores (Matilla a la derecha, Salva a la izquierda) no taparon demasiado bien sus espaldas y a veces presionaron a los centrales rivales –pues Braian solía retrasarse para tomar al mediocentro retrasado del Valladolid, casi siempre Rubio–. De ese modo, Rossi o el delantero que se retrasara a la mediapunta disfrutaban de espacios a los costados de Lolo Reyes.
En ataque Molina y Castro llegaban arriba al remate y Braian, por fin, enganchaba muchas de las colgadas; muy adelantada y lenta la defensa bética, las ocasiones se sucedían pues en las dos porterías.
Última media hora
Tras replicar inmediatamente a dos goles visitantes, el Betis encaja el tercero y Calderón se la juega: deja a Salva y Matilla como mediocentros, al retirar a Lolo y meter a Cedrick para mandar arriba a Molina. Además, quita a Juan Carlos, aunque parecía más lógico hacerlo con Chica, cambia de banda al catalán y coloca como lateral derecho a Juanfran. Contra toda lógica Castro (que por cierto ya no seguía a su lateral) queda como extremo zurdo, cuando parecía más natural que su banda la aprovechase Juanfran.
El Betis busca en largo, más que nunca, a los dos tanques de arriba, Matilla no vuelve para defender y el partido se pone en ruleta rusa. Muere el Valladolid.
Jugador por jugador
Adán: Pese a los tres goles y al penalti, otro partidazo, en el que salvó varios uno contra uno. Es imperativo que se quede.
Chica: En su línea limitada pero regular.
Perquis: Dentro de lo que hay no es ni mucho menos el central que menos ha rendido este año.
Paulão: Es difícil explicarse su titularidad, salvo que se piense en su continuidad. Aceptable con balón, descolocado, rebasado en velocidad.
Juan Carlos: Más ofensivo que nunca, rozó de nuevo el penalti.
Matilla: A su conocida calidad técnica y sus buenos ofrecimientos para el juego corto unió, una vez más, incapacidad física para cubrir una parcela decente de campo e insolidaridad. Al final corría sólo cuando quería.
Lolo Reyes: Partido flojito, con pérdidas e imprecisiones inaceptables en su zona. En defensa bien, como siempre.
Salva Sevilla: Más voluntad que acierto. Buenos baolnes colgados en las faltas.
Molina: Indolente, como en los últimos encuentros.
Braian Rodríguez: Muy buena primera parte, tal vez porque era el único del Betis que se la tomó en serio: un semigol, uno entero ¿mal? anulado, varias ocasiones clarísimas más, muchos remates... aunque técnicamente da para muy poquito.
Castro: Con todos los peros del mundo, tiene más clase que los restantes veintisiete jugadores que pisaron el césped juntos. Si se queda habrá que hacer el equipo en torno a él y dejarse de ponerlo de extremo o privilegiar al Verdú de turno.
Cedrick: Lo suyo, empeño, velocidad, y pasadas de frenada.
Juanfran: Ganó el partido casi solo, con un par de arrancadas potentísimas y un golazo impresionante (e impropiamente celebrado). Tiene grandes condiciones para jugar al fútbol, pero aún no se sabe de qué.
Pedro: Tiene buena planta, y poco más se le vio. Se quedó a media salida en una jugada que pudo costar cara pero que no era fácil.
VALLADOLID (3): Jaime; Rukavina, Marc Valiente (Víctor Pérez, m. 81), Mitrovic, Peña; Jeffren (Rueda, m. 60), Rubio, Rossi, Bergdich; Larsson (Osorio, m. 59) y Javi Guerra
0-1, m. 1: Javi Guerra. 1-1, m. 6: Brian Rodríguez. 1-2, m. 51: Peña. 2-2, m. 54: Jorge Molina. 2-3, m. 59: Javi Guerra, de penalti. 3-3, m. 76: Rubén Castro. 4-3, m. 91: Juanfran.
Árbitro: Álvarez Izquierdo (Comité Catalán). Mostró tarjetas amarillas a Adán, Paulao, Motilla, Jorge Molina y Mitrovic.
Césped bueno pero seco, mucho calor y 13000 espectadores en el Villamarín; al menos 400 de ellos, vallisoletanos.
El Betis se ha despedido en casa de la Primera División con un partido digno de Segunda.
El encuentro fue una extraña semipachanga, con sensaciones de falta de tensión propias de un All Star (más bien all trash, visto el nivel) y que produjeron un constante ida y vuelta y una catarata de goles. En el caso del Betis la situación deportiva explica semejante desempeño, pero más difícil de entender es en el caso del Valladolid, al que sus numerosos aficionados, que formaron mucho jaleo en un Villamarín semivacío, pidieron incluso que le echara más dedicación al partido (de un modo un poco más vulgar): tal vez los nervios, el calor y el cansancio del partido de entresemana ante el Madrid pueden explicar la aparente indolencia de un equipo que se jugaba el descenso.
Primera hora de juego
Tal vez lo más triste de partidos como este es que demuestran que la plantilla del Betis, jugador por jugador, es mejor que la de equipos que le han sacado diez o quince puntos en esta liga. Vista la primera jugada la cosa se entiende, y de paso se deja sin argumentos a los que piensen que el Betis jugó motivado este partido: habrán de ser grandes actores los jugadores béticos, a los que sólo faltó aplaudir el gol del rival en esa primera jugada. La inmediata reacción niveló el marcador y el juego, como luego sucedió con el 1-2 y el 2-2.
Calderón puso de salida su 4-3-3, que casaba de nuevo mal con el esquema rival, un claro 4-4-2. Esta vez los extremos béticos (si se puede llamar así a Molina, derecho, y Castro, izquierdo) pusieron un poco más de empeño en seguir a los laterales rivales, pero los interiores (Matilla a la derecha, Salva a la izquierda) no taparon demasiado bien sus espaldas y a veces presionaron a los centrales rivales –pues Braian solía retrasarse para tomar al mediocentro retrasado del Valladolid, casi siempre Rubio–. De ese modo, Rossi o el delantero que se retrasara a la mediapunta disfrutaban de espacios a los costados de Lolo Reyes.
En ataque Molina y Castro llegaban arriba al remate y Braian, por fin, enganchaba muchas de las colgadas; muy adelantada y lenta la defensa bética, las ocasiones se sucedían pues en las dos porterías.
Última media hora
Tras replicar inmediatamente a dos goles visitantes, el Betis encaja el tercero y Calderón se la juega: deja a Salva y Matilla como mediocentros, al retirar a Lolo y meter a Cedrick para mandar arriba a Molina. Además, quita a Juan Carlos, aunque parecía más lógico hacerlo con Chica, cambia de banda al catalán y coloca como lateral derecho a Juanfran. Contra toda lógica Castro (que por cierto ya no seguía a su lateral) queda como extremo zurdo, cuando parecía más natural que su banda la aprovechase Juanfran.
El Betis busca en largo, más que nunca, a los dos tanques de arriba, Matilla no vuelve para defender y el partido se pone en ruleta rusa. Muere el Valladolid.
Jugador por jugador
Adán: Pese a los tres goles y al penalti, otro partidazo, en el que salvó varios uno contra uno. Es imperativo que se quede.
Chica: En su línea limitada pero regular.
Perquis: Dentro de lo que hay no es ni mucho menos el central que menos ha rendido este año.
Paulão: Es difícil explicarse su titularidad, salvo que se piense en su continuidad. Aceptable con balón, descolocado, rebasado en velocidad.
Juan Carlos: Más ofensivo que nunca, rozó de nuevo el penalti.
Matilla: A su conocida calidad técnica y sus buenos ofrecimientos para el juego corto unió, una vez más, incapacidad física para cubrir una parcela decente de campo e insolidaridad. Al final corría sólo cuando quería.
Lolo Reyes: Partido flojito, con pérdidas e imprecisiones inaceptables en su zona. En defensa bien, como siempre.
Salva Sevilla: Más voluntad que acierto. Buenos baolnes colgados en las faltas.
Molina: Indolente, como en los últimos encuentros.
Braian Rodríguez: Muy buena primera parte, tal vez porque era el único del Betis que se la tomó en serio: un semigol, uno entero ¿mal? anulado, varias ocasiones clarísimas más, muchos remates... aunque técnicamente da para muy poquito.
Castro: Con todos los peros del mundo, tiene más clase que los restantes veintisiete jugadores que pisaron el césped juntos. Si se queda habrá que hacer el equipo en torno a él y dejarse de ponerlo de extremo o privilegiar al Verdú de turno.
Cedrick: Lo suyo, empeño, velocidad, y pasadas de frenada.
Juanfran: Ganó el partido casi solo, con un par de arrancadas potentísimas y un golazo impresionante (e impropiamente celebrado). Tiene grandes condiciones para jugar al fútbol, pero aún no se sabe de qué.
Pedro: Tiene buena planta, y poco más se le vio. Se quedó a media salida en una jugada que pudo costar cara pero que no era fácil.
domingo, 4 de mayo de 2014
U.D. Almería 3 - Betis 2 (36ª jornada de Liga de Primera División)
U.D:
ALMERÍA (3): Esteban; Rafita, Fran Vélez, Torsiglieri, Mané;
Verza, Corona (Azeez, min. 73); Suso, Aleix Vidal, Óscar Díaz
(Zongo, min. 61); y Rodri (Soriano, min. 73).
BETIS
(2): Adán; Juanfran (Chica, min. 81), Perquis, Jordi Figueras, Juan
Carlos; N'Diaye (Salva Sevilla, min. 61), Lolo Reyes, Matilla; Jorge
Molina, Braian Rodríguez (Leo Baptistao, min. 73) y Rubén Castro.
Goles:
1-0, min. 52: Óscar Díaz; 1-1, min. 59: Braian Rodríguez. 1-2,
min. 70: Salva Sevilla; 2-2, min. 76: Aleix Vidal; 3-2, min. 94:
Azeez.
Árbitro:
Iglesias Villanueva (colegio gallego). Amonestó a N'Diaye, Aleix
Vidal, Perquis, Rodri, Jordi Figueras y Zongo. Mostró tarjeta roja
directa al jugador local Suso (min. 53) por una entrada muy dura
sobre Perquis.
Incidencias:
Estadio de los Juegos Mediterráneos. Unos 18.000 espectadores. Mucho
sol y buena temperatura y césped.
En
su exhaustiva investigación sobre nuevas maneras de hacer el
ridículo y batir récords negativos (acaba de rebasar como equipo
con más derrotas en una sola Liga al... Sevilla) este Betis
descubrió hoy cómo dejarse remontar por un equipo con diez
jugadores; al menos el club no se ha ganado un enemigo para la
próxima temporada en Segunda.
Primera
parte
Sobre
la incapacidad para competir de esta plantilla, evidente culpable una
vez más de este resultado, está ya todo dicho, pero el partido al
menos puede dar cierto juego en cuanto a detalles tácticos. El
Almería, un equipo nervioso por su situación y de muy baja calidad,
trató de salir a dominar el partido desde un 4-2-3-1 defensivo que
en ataque se convertía casi en un 3-4-3 porque Verza se metía entre
los centrales para sacar el balón, mientras Corona se descolgaba a
zonas de volante junto al mediapunta Suso. El Betis sólo presionaba
a partir del mediocampo, con Reyes como mediocentro, N'Diaye y
Matilla de interiores, Molina y Castro como extremos y Braian arriba;
el esquema defensivo era pues el de moda en el fútbol español, un
4-1-4-1... o un 4-3-3:
Con
balón en pies del Almería
Aquí
estaba una de las cuestiones tácticamente decisivas: este esquema se
solapa mal con el del rival –o sea, no hay emparejamientos claros–
y hace sufrir al equipo cuando no tiene el balón, porque obliga a
los extremos a mucho recorrido y finalmente suelen descolgarse (hoy,
sobre todo, Rubén), dejando libres a los laterales, asunto
que ha dado bastante juego a Diego Torres en El País hablando de
Cristiano y Bale (Ancelotti finalmente ha renunciado a ese esquema en
los partidos serios). La solución suele ser la basculación de los
interiores, algo adelantados para ese trabajo y que bastante tienen
en este esquema con que los volantes enemigos no les cojan las
espaldas. Así pues, como
ya pasó en Granada,
el Betis sufrió bastante por las bandas, y con ese juego de los
interiores almerienses a la espalda de los béticos.
Pese
a todo la calidad de los jugadores béticos, claramente superiores en
lo individual, igualó el partido en oportunidades de gol. Juanfran
subió mil veces su banda y sólo la impericia rematadora de Braian y
sus compañeros de línea impidió el gol bético a partir de sus
centros.
Segunda
parte
El
Almería, agarrotado hasta entonces, sale de verdad a por el partido
y se come al Betis, que recibe pronto un gol. El exceso de
agresividad, sin embargo, cuesta caro a los locales y Suso es
justamente expulsado con 35 minutos por delante. Calderón mete a
Salva como interior izquierdo. Los locales sitúan entonces un 4-4-1
y entregan el balón al Betis, que en tres llegadas marca, pronto,
dos goles. A la desesperada Rodríguez mete en el campo gente rápida
y, sobre todo, a Soriano, para hacer un rombo en el mediocampo en el
que este (punta adelantada de ese rombo) pudiera peinar algún
pelotazo. El Betis se deja marcar en un contragolpe, y luego se mete
bastante atrás en un partido ya de ida y vuelta. Los tres delanteros
béticos ya nunca vuelven, anulando así la superioridad numérica,
el centro del campo verdiblanco ni la tiene ni sabe defender los
pelotazos que pasan sobre sus cabezas y, muy al final, llega el 3-2.
Jugador
por jugador
Adán:
Buen partido, pese al error en la salida del 1-0. Tuvo muy mala
suerte en el 2-2, en el que demostró de nuevo tapar muy bien en el
uno contra uno.
Juanfran:
Buen recorrido por la banda, aunque infructuoso, como tantas
veces. ¿Culpa suya o de los rematadores?
Perquis:
Desubicado, por ejemplo en el 1-0.
Figueras:
Aunque aculado muy atrás como siempre, hizo un partido decente.
Inteligente y limitado.
Juan
Carlos: Atacaron poco por su banda, pero cuando lo hicieron no
supo resolver las inferioridades. No apareció en ataque hasta la
segunda parte.
N'Diaye:
Partido aceptable, que no es mucho para sus condiciones. Ha perdido
un punto de forma física.
Lolo
Reyes: Muy buen primera parte y casi desaparecido en la segunda,
y esto es mala cosa en un mediocentro.
Matilla:
Las que tocó las tocó muy bien, pero como tantas veces su
despliegue físico dejó mucho que desear. Invisible en el segundo
tiempo.
Molina:
Partido lamentable. Si no creyésemos religiosamente en su honradez y
en la de la totalidad de la plantilla bética, nos habrían parecido
sospechosos sus errores en la jugada del 1-1 y, sobre todo, en una
muy al final en la que se negó a rematar solo ante Esteban.
Braian
Rodríguez: Uno se pregunta qué virtud le han visto los que lo
defienden como válido para Segunda. Sólo está para rematar; pues
bien, hoy tardó 35 minutos en rematar un balón y ha tardado 35
jornadas en meter un gol. Y centros al área no le han faltado.
Rubén
Castro: Incisivo en ataque, dentro de sus limitaciones físicas
en banda (no tiene carrera en largo para eso), e incapaz de seguir a
su lateral.
Salva
Sevilla: Pese a su habitual tendencia a venir muy atrás a
pedirla, dio cierto fútbol y metió un buen gol.
Léo
Baptistão: Su ¿presencia? compensó la expulsión de Suso. Se
borró de forma impresentable.
Chica:
Apenas tiempo para fallar algún despeje.
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