miércoles, 26 de mayo de 2021

Y de repente Ruibal

La exitosa temporada del Betis que recién ha terminado tuvo un punto de inflexión y un inesperado nombre que lo señala: Aitor Ruibal. Aunque los resultados vistosos llegaran después, fue el día del Osasuna-Betis, en el que ese jugador comenzó su presencia habitual como titular, cuando Pellegrini pegó un volantazo a la estructura de su equipo simbolizado en el canterano. Para entender lo sucedido tendremos que remontarnos, precisamente ahora por última vez, a un par de temporadas atrás.

Y es que la base de la actual plantilla del Betis sigue siendo la de hace dos temporadas, y el entrenador de entonces, Setién, advirtió a su marcha de que "habría que empezar desde cero". ¿Por qué? Porque para su modelo de juego, muy extremo, reunió a una plantilla diseñada ad hoc: jugadores de muy buen manejo de balón pero de físico limitado, que facilitarían largas posesiones de balón y al tiempo las necesitarían imperiosamente para tener éxito. En particular, ese equipo apenas prestaba atención a la defensa posicional y tenía en general problemas defensivos: encajaba mucho. Setién dio con la fórmula: a las posesiones largas sumó la defensa de tres centrales, y le llegó el éxito.

Cuando Rubi aterrizó en Sevilla, se hizo cargo de esa plantilla con apenas leves retoques, soltó la famosa frase "se acabó lo de jugar para atrás" y decidió jugar con defensa de cuatro demostró no haber entendido nada. El catalán deshacía en una semana lo construido en dos años, eliminaba gratuitamente las dos barreras de protección del equipo (las posesiones largas, que le permitían presionar en campo rival en ventaja, y la defensa de tres centrales y dos carrileros, que metía físico) y firmaba la condena de su equipo: los William, Joaquín, Guardado, Sidnei... eran incapaces por naturaleza de jugar a lo que su míster proponía, pese a la entrega incondicional de la plantilla a la causa. Mediada la temporada, consciente de ambos problemas, se inventó a Edgar como mediocentro defensivo para blindar a su línea de cuatro, fichó a Guido y viró a un modelo de juego menos vertical y alocado, de mayor control; mejoró, y no poco, pero era demasiado tarde.

El extraño verano del 2020 apenas permitió a Pellegrini y Cordón retocar a su plantilla, pero lo poco venido, y en particular Víctor Ruiz y Ruibal, señalaba la dirección de hacer una plantilla más convencional, con mejor físico y capaz de explorar modelos de juego más mainstream. Pese a ello Pellegrini, tenido por técnico amante del buen trato de balón, comenzó la temporada con una alineación bastante posesionalista, con los Mandi, Bartra, Carvalho, Joaquín y Canales sobre el campo. La cosa funcionó mal: sin el extremo cuidado (y riesgo) en la salida de balón de tiempos de Setién, Pellegrini logró cuotas de posesión solo aceptables; con más edad en algunos jugadores y menos carácter en otros, el equipo se despeñó, incluso anímicamente, al primer contratiempo, concretado en la baja de Canales. Ante el Eibar (0-2) tocó fondo.

Fue entonces cuando Pellegrini se dijo aquello de "si con estos no, será con otros" y, sin tocar el esquema, llevó a Pamplona una alineación coherente con lo que necesitaba su modelo de juego. Si las posesiones ya no iban a ser largas, si el juego iba a ser dinámico y de ritmo alto, necesitaría físico para soportar largas fases de defensa posicional y para llegar a las segundas jugadas; le iría mejor con jugadores que se desmarcasen al espacio, y con defensas que guardasen la posición y cerrasen los centros laterales. Desde Pamplona y en los partidos siguientes empezaron a aparecer por las alineaciones los Ruibal, Ruiz, Miranda o Lainez, a costa de Joaquín, Tello, Bartra o Carvalho. El equipo más goleado de España cambiaba de cara y, sin perder cierta ambición ofensiva, encontraba la clave defensiva en un bloque a media altura: un 4-4-2 de líneas muy juntas, esfuerzo colectivo solidario, defensa adelantada, delanteros que eligen bien el momento de presionar, ayudas constantes y mucho esfuerzo para ayudar al compañero desde posiciones intermedias sin abandonar a su par.

El Betis ya no sufriría sin balón como lo hacía desde 2017, aunque tampoco sometería más al rival a través de la posesión. Año y medio después el Betis dejaba, por fin, de ser una mala copia del de Quique Setién. La vuelta de Canales y la resurrección del Panda harían el resto.

4 comentarios:

  1. Similitudes, con la variación de la edad, en la gloriosa temporada 2004/2005 con el papel que desempeñó en los primeros tiempos de los partidos a partir de la jornada 4-5 un canterano con oficio y temperamento como Juan Jose Cañas. Su derroche físico hasta la extenuación a sus 36 años durante cada primer tiempo donde era sustituido, exigía al resto del equipo titular a subir el físico hasta su nivel en lugar del trote relajado con el que habían empezado la temporada. El final de aquella temporada siempre quedará en el recuerdo cuando el veterano capitán levantaba la Copa del Rey en el Vicente Calderón.

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    1. Efectivamente. No había caído en el paralelismo, pero ahora me viene a la cabeza uno mayor aún que sueño tener presente: ese Betis tampoco arrancó bien, pero tras eun Cádiz-Betis (0-2) de Copa con Benjamín y Cañas de MCs Serra decidió que en adelante el mediocampo sería zona de paso, se dedicó a minarlo y se cargó a Fernando (el hoy segundo de Pellegrini). Dio cancha a los Assunçao, Arzu, Benjamín y Cañas, ganó la Copa y fue a Champions.

      Saludos
      JR

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  2. Hola.
    Lo primero, felicitación por la mención que realizó a este artículo Pepe Elías, el azote de la biriprensa, y para mí uno de los peridistas referentes en la actualidad.
    Ya lo comenté en su tiempo. Que el entrenador que venga, que lo que haga, aunque no sea de mi agrado, que lo haga bien.
    He echado en falta, por ejemplo, una mejor salida de balón, pero está compensado con creces con la mejora en defensa estática, entre otros aspecto. Hacer las cosas bien poquito a poquito, e ir creciendo al ritmo oportuno.
    Aunque después de una lesión tan grave, nunca se sabe, pero ¿podría haber tenido minutos Camarasa en este aguerrido Betis de MP? Teníamos claro que para el posicionalismo de Setién no servía( se metía entre líneas y perdía la ventaja yéndose hacia atrás a lo Boudebouz), pero ¿podrías ser útil en la próxima temporada si supera la lesión?
    Habría que verlo, pero podría aportar. Al lado de Guido, supongo.
    Gracias por todas las cróncias. Sin ellas, esto no sería lo mismo.

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    1. ¡Gracias! Estuvo bien lo de Elías, y elogioso, jeje....

      Camarasa no es nada de mi gusto, pero es cierto que este modelo le va mucho mejor. Para finales de partido puede efectivamente ponerse de punta de rombo. Y de acuerdo en lo otro: a mí me encanta el juego de posicion, pero me vale cualquier modelo bien hecho, o sea, de forma coherente con los jugadores que tengas y bien trabajado. Es el caso. La verdad objetiva del fútbol es ganar. Los gustos son subjetivos.

      Saludos
      JR

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