lunes, 27 de octubre de 2014

Betis 3 - Recreativo de Huelva 2 (10ª jornada de Liga de Seguna División)

BETIS (3): Adán; Molinero, Bruno, Jordi Figueras, Álex Martínez, Lolo Reyes, Matilla, Dani Ceballos (Nono, minuto 91), Kadir (Álvaro Cejudo, minuto 92), Rennella (Chuli, minuto 70) y Rubén Castro.
RECREATIVO DE HUELVA (2): Sotres; Córcoles, Menosse, Juanan, Víctor Díaz; Pedro Ríos, Jesús Vázquez, Dimas (Núñez, m.65), Cabrera (Álvaro Antón, m.74); Montoro (Fernando Vega, m.87); y Joselu. 
Goles: 1-0, m.9: Rennella. 1-1, minuto 12: Montoro. 2-1, minuto 43: Rubén Castro, de penalti. 3-1, m.64: Kadir, de penalti. 3-2, m.68: Núñez.
Árbitro: Sureda Cuenca, balear. Acertado en casi todas las jugadas relevantes. Expulsó por doble amarilla a Menosse y Córcoles. Además, amarillas para Montoro, Kadir, Sotres, Álex Martínez y Cabrera.
Buena entrada en el Villamarín y merecido homenaje al gran Del Sol antes del partido.

El Betis hizo ayer su primer buen partido de la temporada ante un notable Recreativo, y su técnico salvó así el match ball que lo amenazaba. El partido estuvo lleno de novedades tácticas interesantes y positivas, y no fue la menor de ellas que por primera vez, en concreto en la segunda mitad –mucho mejor que la primera pese a la sensación general– el Betis supo defenderse con el balón.

Primera parte
Velázquez cumplió la primera obligación de un entrenador en los días de partido: poner a los mejores –con la escandalosa excepción de N'Diaye, por la que un día habrán de explicarse entrenador o jugador– y buscarles el mejor sitio. Su mayor problema, dicho sea entre comillas, era buscar acomodo a Ceballos: descartado ubicarlo en la pareja de mediocentros por ofensivo e inexperto, ponerlo como mediapunta hubiese obligado a dejar arriba solo a Castro, mala solución, o tirar a este a la banda, cosa aún peor. Así pues –afortunadamente descartado jugar con tres centrales, sistema para el que no hay centrales ni buen carrilero derecho–, quedaba colocarlo como falso extremo, y para ello la banda adecuada, por condiciones del canterano y recorrido del lateral, era la izquierda.

Pero Velázquez además corrigió de una tacada casi todos esos defectos en la salida del balón que habíamos denunciado aquí una y otra vez. Ante todo, permutó por fin las posiciones ofensivas de Reyes y Matilla, resultando un excelente partido del chileno. Tuvo además el Betis, bien escalonado por dentro, cierta paciencia para encontrar al hombre libre en el tres contra dos de los centrales y Lolo ante los dos delanteros onubenses –si bien Matilla perdió esa virtud cuando la búsqueda se alargaba, abortando entonces la salida correcta y negando un pase entre líneas a sus compañeros–. A ello se sumaba la presencia de Álex Martínez, tan importante que (especialmente en la segunda mitad) su banda casi monopolizó el ataque bético, y, por fin, la movilidad interior de los de arriba: además de Matilla, Ceballos atacaba como interior, y, sobre todo, los tres delanteros rotaban posiciones constantemente, y encontraban combinaciones a la primera entre ellos.

Ante el 4-4-1-1 del Recre (que en ataque escalonaba bien a su doble pivote: Vázquez, más retrasado, y Dimas) el Betis atacaba en una especie de 3-4-1-2, un esquema que reparte bien los espacios: Reyes se metía entre los centrales, Ceballos dejaba el pasillo a Álex, y Castro y Rennella se turnaban para pedirla por dentro.

Primera parte: el Betis escalona bien su ataque por primera vez en la temporada, y añade además posiciones intermedias y permutas.
 
El Betis tenía más gente que nunca por delante del balón, lo que a cambio de manejarlo le quitó control de las contras del Recre, que llegó en varias: el partido era demasiado abierto, y Ceballos tardaba demasiado en reconstruir el 4-4-2 defensivo, dejando así a Álex expuesto al mejor de los visitantes, Pedro Ríos. El Betis parecía jugar bien e iba por delante en el marcador, pero lo hacía sobre el alambre, al borde del vacío. 

Segunda parte
Pese a tener el marcador a favor, durante más de veinte minutos el Betis sigue mandando a través de la posesión y cansa así al Recre, que ya apenas llega a puerta. El Betis merece ampliar la ventaja y por fin lo logra pero, tras el 3-1, Oltra introduce a Núñez en la derecha, retrasa a Montoro, mete a Ríos en la mediapunta, y el jerezano crea el 3-2 en la primera que toca ahí. Con los minutos la presión alta bética decae también un poco, y como Castro y Rennella siguen yendo a por los centrales recreativistas –dejando demasiado libre al cerebro Vázquez– Ceballos se ve obligado a un gran esfuerzo para cerrar espacios por dentro y tapar además a Córcoles.

Sistema defensivo bético en la segunda parte: Ceballos no llega a tiempo en las transiciones rápidas, y tiene además que tapar demasiado espacio.

Velázquez tapa entonces correctamente el agujero de la banda izquierda: tras prescindir de Rennella el equipo queda en un claro 4-1-4-1 con Kadir, Matilla, Ceballos y Chuli (de izqda. a dcha.) en segunda línea. Tras las expulsiones, el Betis llega sin apuros al final.

Jugador por jugador
Adán: Poco que hacer en los goles. Vuelve a ser el que llegó.
Molinero: Ha bajado bastante su rendimiento, aceptable aún.
Bruno: Olvidado ya su horrible primer partido, sigue cuajando buenas actuaciones. La sacó además bien.
Figueras: Bien colocado siempre al corte, estuvo tranquilo y seguro.
Álex: Sin hacer un gran partido, su manejo de balón, muy superior al de Casado, dio mucha fluidez por su banda. Desasistido, sufrió un poco en defensa.
Kadir: Hizo poco (en la segunda mitad, volcado el campo a la izquierda, casi desapareció), pero fue bueno.
Matilla: Estuvo voluntarioso y mejor situado que en otros partidos. Buena segunda parte. Aun así, su escaso radio de acción es un lastre para el equipo. Se espera a N'Diaye ahí.
Reyes: Por alguna oscura razón cundió la especie de que es volante en lugar de medio de cierre, ubicación aquella que lo ha perjudicado muchísimo, y con varios entrenadores. En cuanto ha jugado en su sitio natural ha dado un recital de robos, sin perder un solo balón en la salida. Muy bien.
Ceballos: Parece ser una especie de Salva Sevilla, no sabemos aún si con la misma calidad pero sí con alguna capacidad de trabajo más. La pide en la zona caliente, la de interior, y ahí es difícil quitársela.
Rennella: Buena primera parte, en la que lo favoreció el juego de toque del equipo, pues pese a su físico es más tocador que fajador o corredor en largo. Buen gol, muy de 9. Desapareció en la segunda mitad.
Castro: Falló dos goles cantados y así y todo fue el mejor delantero del Betis. En la segunda parte se echó mucho a la izquierda.

Chuli: Se le vio muy motivado ante sus excompañeros.
Nono y Cejudo: Salida testimonial.

Velázquez: Empezó la temporada jugando à la Mou, luego no jugó a nada, y ahora parece haber conseguido, por un día, que su equipo juegue bien al toque. Si lo consolida, que viva Velázquez y quien lo trujo.

Los comentarios, como siempre, son bienvenidos.

domingo, 26 de octubre de 2014

Nota

El análisis del partido Betis-Recreativo será publicado mañana, lunes 27 de septiembre. Disculpen el retraso los interesados en leerlo.

domingo, 19 de octubre de 2014

Leganés 1 - Betis 0 (9ª jornada de Liga de Segunda División)

LEGANÉS (1): Queco Piña; Rubén Peña, Mantovani, Postigo, Santamaria; Velasco, Diamanka, Eraso, Álvaro (Aguirre, m. 66); Prendes (Fran Moreno, m. 66); y Dioni (Borja, m. 76).
BETIS (0): Adán; Molinero, Bruno, Jordi; Matilla (Ndiaye, m. 71); Cejudo (Kadir, m. 78), Lolo Reyes, Dani Ceballos, Álex Martínez; Jorge Molina (Rennella, m. 61) y Rubén Castro.
Gol: 1-0, m. 89: Velasco.
Árbitro: Pérez Pallas (Comité Gallego). Mostró tarjeta amarilla a Postigo, Diamanka, Jorge Molina, Matilla, Jordi, Rennella y Lolo Reyes.
Lleno histórico en Butarque con presencia de 2.000 aficionados del Betis

Más allá de la derrota o la victoria puntual, hechos como el balance de córneres del partido de hoy –12 a 0 a favor del Leganés– o el conformismo del equipo con el 0-0 a cinco minutos del final –un resultado que apenas si valía para salvar la cabeza del entrenador, pero paso de tortuga inútil para el objetivo insoslayable del equipo, el ascenso– deberían ser suficientes para destituir a su entrenador, Julio Velázquez. Con las sensaciones actuales el mero hecho de que, finalmente, haya caído el golito en contra que ha frustrado la perfección platónica del manual velazqueño, el cerocero, puede ser una noticia positiva si desenmascara el paupérrimo juego de este equipo.

Primera parte
Para monumental sorpresa de quien esto escribe, el entrenador castellano ponía en el campo prácticamente el mismo equipo que había disputado 120 duros minutos en un campo pesado menos de cuatro días antes ante el Lugo. Esto es, jugadores como Ceballos (que dijo haber jugado aquel día el partido más intenso de su vida, algo lógico cuando hace poco estaba en Tercera), Bruno (que salió del campo entonces con calambres y había jugado 45 minutos en toda la Liga), Álex Martínez (el miércoles saliente de una lesión) o Molina pasaban de la nada al todo en cuanto a minutos; otros como Rubén, Figueras, Molinero o Matilla seguían jugándolo absolutamente todo; y N'Diaye se perdía otro partido de inicio, a sumar a los que le pillan en África.


La colocación era la misma del miércoles: un claro 3-5-2 –dijeran lo que dijeran por TV–, en el que Cejudo y Álex hacían de carrileros y Molina y Rubén quedaban arriba. De nuevo Velázquez los estructuraba de forma temerosa y geométricamente poco adecuada: Matilla era mediocentro único y para sacar el balón se juntaba con el defensa central, Bruno, de modo que Reyes quedaba como inoperante interior por delante de él, a la altura de Ceballos. Perseguido Matilla casi al hombre por el mediapunta local, Prendes, lentísima la circulación de balón en la salida de la jugada y bien cerrados los interiores por los mediocentros del Leganés, Ceballos era la única vía de cierta fluidez de los béticos, escasos de desmarque, e incapaces una vez más de hacer un juego interior mínimamente fluido y también de aprovechar las indecisiones defensivas del Leganés por los costados: pronto los laterales cogieron bien la posición de los carrileros béticos, de movimientos demasiado previsibles.

Estructura del ataque bético en Leganés


Inoperantes pues en ataque estático, los béticos lo intentaban con el robo alto mediante la presión arriba, pero a un equipo titular tan castigado las pilas, como era de esperar, apenas le duraron veinticinco minutos. A partir de entonces el Leganés tomó el mando: bien escalonados en ataque –Diamanka recibía como primer hombre ante los centrales, para que sus compañeros interiores buscaran las espaldas de Ceballos y Reyes–, los pepineros no llegaban con claridad gracias al buen trabajo de los centrales béticos, pero merodeaban mucho el marco bético y sacaban muchísimos córneres.

Segunda parte hasta el minuto 78
Por fin Velázquez permuta las posiciones de Matilla y Reyes, desde entonces interior izquierdo y mediocentro respectivamente. Tras un comienzo dubitativo el Betis toma el mando del partido con su presión alta y por unos minutos domina el partido, aunque sin llegadas claras. Como era previsible, de nuevo paga el esfuerzo y el Leganés va ganando cuota de posesión. Reyes, invisible en la primera mitad, emerge para barrer muchos balones a la espalda de los interiores, cansados, en especial Matilla.

Desde el minuto 78 hasta el final
Tras ingresar Rennella y N'Diaye en los puestos exactos de Molina y Matilla, a la entrada de Kadir por Cejudo el técnico bético cambia de sistema: pasa al 4-4-2 con N'Diaye (derecha) y Reyes de mediocentros, Ceballos de falso extremo izquierdo y Kadir de verdadero derecho. Rubén y Rennella no cierran al mediocentro leganense, lo que multiplica el trabajo para el canterano y los mediocentros. El partido sigue escaso de ocasiones aunque los locales pescan varias con nuevos balones colgados desde el córner. El Betis se estira levemente hacia el final y en una contra llega el gol de los locales: si alguien lo había merecido eran sin duda ellos, como antes sucediera ante Las Palmas, Valladolid o Lugo.

Jugador por jugador
Adán: Muy bien aunque sin apenas trabajo bajo palos. El gol era imposible.
Molinero: El 3-5-2 lo convierte en defensa puro, cosa que no le favorece. No subió nunca y, sin par claro, tampoco tuvo mucho trabajo defensivo.
Bruno: Buen partido, borrando de nuevo la pésima imagen de su debut. Cuando mete el cuerpo gana siempre.
Figueras: Otro partido defensivo muy completo, con mucho trabajo, aunque en la salida de balón sigue fallando.
Matilla: Muy marcado, apenas aportó más que toques inocuos en zonas frías, y en defensa le faltó aire. Que haya sido convertido en fijísimo y centro neurálgico del equipo sigue siendo mal síntoma.
Cejudo: Trabajador y peleón (tenía muchísimos metros que cubrir), pero muy mal con balón. No sale limpio de un regate, e intenta muchos. Mal además en el pase.
Reyes: No tocó una en la primera parte. En la segunda, bien colocado como ancla, neutralizó muchos ataques locales e hizo buenas ayudas a los centrales.
Ceballos: El mejor mientras tuvo pilas. Maneja muy bien la pelota con marcadores cerca, haciendo así un buen trabajo de interior, que al equipo le hace muchísima falta. Y pelea. Muestra una madurez táctica impropia de su edad.
Álex Martínez: Decepcionante. Cada vez que cogió el balón se limitó a centrar a la olla de cualquier manera. Como carrilero no aparece sino que está, y además tiene que montarse la jugada solo; en el 4-4-2 funciona mucho mejor, cuando menos en ataque.
Molina: Está lentísimo. Necesita partidos, pero si juega así tal vez no los tenga.
Rubén: Hizo poquísimo, y así y todo tuvo la única ocasión clara del partido, un buen zurdazo. Bien cerrado por la defensa, nunca tuvo situaciones claras.

Rennella: Más discusiones que fútbol.
N'Diaye: Mal para lo que debe (perdió incluso algún balón peligroso), pero tiene que jugar siempre.
Kadir: Por lo visto estuvo un cuarto de hora en el campo.

Velázquez: Se le puede atribuir un puñado de detalles positivos, como la pelea de un equipo que venía muy tocado del año pasado, el ojo para sacar del B a Ceballos, la concentración defensiva (en particular de los centrales y en los balones parados) o los cambios de juego automáticos a los carrileros de hoy. Pero su absurdo reparto de minutos (sólo explicable por verse cerca de la guillotina) y, sobre todo, una indefendible falta de ambición del equipo combinada con un juego ofensivo espantoso y la altivez de mostrarse orgulloso de sus horrorosos partidos deben condenarlo lo antes posible a la destitución. El equipo suma seis horas y media (!) sin marcar ni apenas tener ocasiones para ello. A lo más que se puede aspirar así es a empatar mucho y ganar de vez en cuando, algo inútil en una liga de tres puntos por victoria. Y el tiempo que se pierda no volverá.


Más que nunca, los comentarios serán bienvenidos.

jueves, 16 de octubre de 2014

Betis 0 - Lugo 0 (5-4 en penaltis; 32ª de final de Copa del Rey)

BETIS (0): Dani Giménez; Molinero, Bruno (Cejudo, m. 77), Jordi Figueras; Matilla; Piccini (Kadir, m. 46), Dani Ceballos, Lolo Reyes, Álex Martínez; Rubén Castro y Jorge Molina (Rennella, m. 64). 
CD LUGO (0): Dani Mallo; De Coz, Pavón, Jon García, Samuel; Álvaro Peña (Iriome, m. 95); Seoane, Ferreiro (Aganzo, m. 116), David López, Iago Díaz (Lolo Plá, m. 69); y Luis Fernández. 
Árbitro: Pizarro Gómez (comité madrileño). Mostró tarjeta amarilla a Pavón, Molinero, De Coz y Jordi Figueras.
Penaltis (5-4): Luis Fernández, gol; Rubén Castro, gol; Aganzo, gol; Matilla, gol; Lolo Plá, gol; Kadir, gol; Jon García, gol; Rennella, gol; David López, fuera; y Álvaro Cejudo, Gol.
 Árbitro: Pizarro Gómez (comité madrileño). Mostró tarjeta amarilla a Pavón, Molinero, De Coz y Jordi Figueras. Amonestó al técnico visitante, Quique Setién.

Una vez más el Betis de Velázquez aburrió a los béticos –y, televisión mediante, a media España– en un partido del que, sin embargo, salió victorioso a los penaltis ante la segunda alineación del Lugo, tras su tercer 0-0 consecutivo. El partido tuvo cierta intensidad en la pelea pero muy baja calidad técnica.

Más allá de los siempre discutibles estilos futbolísticos –y es evidente que Velázquez no es amante del fútbol de seda– nos volvemos a encontrar ante la pregunta del último mes: ¿es así de mala la plantilla bética o es culpa del entrenador el feísimo fútbol del equipo y su horrible juego de ataque? (tres partidos sin marcar y sin probar a los porteros rivales). Y, como pregunta derivada, ¿son realistas los béticos al pensar que su equipo debe pasar por encima de la mayoría de los de Segunda, o deben resignarse a jugar de igual a igual ante el Lugo o el Mirandés?

Mantener la portería a cero es cuestión fundamentalmente colectiva, y por ello más entrenable que el juego ofensivo, mucho más dependiente de la calidad individual de los futbolistas. Visto así el problema estaríamos tentados de dar la razón a Velázquez, que salió "muy contento" del horrible espectáculo de ayer, y casi tanto de los anteriores. Sin embargo cabe atribuirle mucha culpa del espantoso juego ofensivo de los béticos. El Betis desprecia la posesión del balón, se escalona mal, coloca a ciertos jugadores fuera de sitio en posiciones decisivas, y, en fin, sólo consigue imponer su futbol a ratos, a empujones y a costa de un gran desgaste físico, como ocurriese ayer entre los minutos 25 y 70, tras los que el equipo –mal gestionado además el esfuerzo de hombres como Matilla o Castro– quedó a merced del rival.

Colocó ayer Velázquez un 3-1-4-2 en el que Molinero y Figueras (los mejores, por cierto) jugaban a los costados de Bruno; Piccini y Álex ocupaban los carriles. En la colocación del trío interior empezaban los problemas; en primer lugar, las distancias no se optimizaban al poner un mediocentro y dos interiores por delante de él (1+2) en lugar de un 2+1, que era lo procedente para alternar pares e impares en las líneas y así separar mejor a los jugadores en posesión (esto es: tres centrales, dos mediocentros en los dos espacios que quedan ante ellos, un mediapunta en el hueco ante los mediocentros, y dos delanteros); y una vez más, y con seguridad para evitar a todo precio pérdidas en zonas sensibles (piedra angular del fútbol en el catecismo velazqueño), era Matilla quien cerraba por detrás de un buen Ceballos y de Reyes, lo que exponía de nuevo al chileno a mostrar sus terribles limitaciones con balón. Para quienes recuerden el Betis de Juande, sería el equivalente aproximado a poner a Capi como mediocentro y a Benjamín e Ito como interiores. Rubén, poco activo, y Molina quedaban arriba.

Ante el 4-1-4-1 de los gallegos el Betis apenas supo imponer su fútbol, siempre trabado, en el tramo central de los noventa minutos. Comenzaron entonces los problemas físicos, menos en el Lugo por mejor dosificados los esfuerzos por Setién: Bruno y Piccini, sin forma física, hubieron de salir, y cambios ultraofensivos dejaron al equipo (mismo esquema) con defensa de tres (Molinero, Figueras y Álex), más Kadir y Cejudo (¡?) en los carriles. Fundido el equipo por el sobreesfuerzo de dominar el partido a base de choques, rebotes y empujones, más aún en un césped pesado y con gente inexperta en semejante nivel (Ceballos) o que nunca rota (Matilla, Rubén, Reyes, Molinero...), el Betis estuvo a merced del Lugo en la primera mitad de la prórroga, con el trío de mediocampistas roto. El equipo, esto es cierto, conserva siempre el orden y cierto espíritu competitivo, y gracias a ello, y a la suerte, llegó vivo a los penaltis.

domingo, 12 de octubre de 2014

Betis 0 - Las Palmas 0 (8ª jornada de Liga de Primera División)

BETIS (0): Adán; Molinero, Perquis, Jordi Figueras, Casado (Álex Martínez, minuto 75); Lolo Reyes, Matilla; Álvaro Cejudo (Rennella, minuto 61), Kadir, Pacheco (Bruno, minuto 72); y Rubén Castro.
U.D. LAS PALMAS (0): Casto; Ángel López, David García, Aythami Artiles, Christian; Culio; Javi Castellano, Hernán (Guzmán, minuto 84), Vicente (Juan Carlos Valerón, minuto 79), Nauzet (Héctor Figueroa, minuto 90); y Araujo.
Árbitro: De la Fuente Ramos, castellano-manchego. Expulsó por doble amonestación a Perquis (min. 72). Amarillas para Jordi Figueras, Kadir, Hernán, Aythami Artiles y Adán.

El Betis ha administrado a sus aficionados otro partido feísimo y de muy baja calidad ante un poco ambicioso Las Palmas. La única buena noticia del partido para los béticos es que no han perdido, tras ser incapaces de crear una sola ocasión de gol en todo el encuentro y ver varias en su puerta.

Desde el inicio hasta la expulsión de Perquis (min. 72)
Se suele decir que el fútbol es como una manta pequeña, pero así y todo hay elecciones inteligentes que permiten sacar ventaja. Entre ellas hay dos muy importantes que Paco Herrera utilizó bien hoy: obligar al rival a jugar a contraestilo y evitar que el balón lo tenga su mejor jugador; así pues, entregó el balón al Betis para que iniciara sin oposición mil y una veces sus inoperantes ataques estáticos, y tejió una densa red en torno a Rubén Castro, que prácticamente no rascó bola en todo el partido. Para ello colocó su habitual 4-1-4-1 (o 4-3-3), con la líneas juntitas aunque con unos jugadores bastante estáticos, de poquitas prestaciones físicas. Los canarios jamás salían a presionar y nunca perdían la posición. De hecho, al igual que ocurriese ante un Mirandés con el mismo esquema defensivo, uno de los mediocentros béticos –más veces Matilla que Reyes– venía entre los centrales a sacar el balón, pero al contrario que los castellanos los interiores canarios nunca los perseguían.

Situado el Betis en un 4-2-3-1 con cuatro bajitos arriba, en la salida de balón vinieron una vez más sus problemas; por fin su entrenador parece empezar a ser consciente de ello ("creo que todo viene de la falta de secuencia de pases para llegar al campo rival", ha dicho tras el partido), así que tal vez a partir de ahora empiecen a trabajarlo en serio. Matilla (¿no bastaban por cierto dos y Adán para sacarla ante un solo delantero?) y los centrales, en tres contra uno ante la debilísima presión de Araujo, sacaban el balón limpio en pies de Perquis –casi siempre– o Figueras; pero estos no se decidían a conducir y dividir a los rivales, y además sus compañeros en posición de interiores, Reyes e incluso Kadir, no sólo no les hacían el pertinente aclarado separándose de ellos, sino que se interponían en su trayectoria e incluso venían a quitársela de los pies, anulando la ventaja: un error propio de inexpertos. Si consideramos que Matilla y Reyes solían pues estar muy atrás, sin aprovechar los espacios a las espaldas de los interiores, resultaba, un partido más, una posesión muy atrasada, muy segura (Velázquez debe de odiar las pérdidas en zonas sensibles tanto como ama el robo y contra rápida), pero un equipo mal escalonado y en inferioridad numérica manifiesta en la zona de mediapunta, donde las escasas recepciones de Kadir, Cejudo o Pacheco (Rubén ni la tocaba) se encontraban siempre con un bosque de piernas. Tampoco había movilidad horizontal ni permutas arriba, así que jamás se lograban recepciones altas que rompieran líneas.

El ataque gripado del Betis: el rival permite a los centrales salir como hombres libres pero el Betis nunca sabe aprovecharlo dividiendo a los defensores

 Era posible atacar bien el 4-1-4-1: equipo bien escalonado, búsqueda de las espaldas de los interiores rivales; cuando el hombre libre (Perquis) sale limpio los interiores (como Matilla) se apartan, y así encuentra espacio para conducir, además de líneas de pase

Incapaz Casado por su banda, el ataque del Betis (que, eso sí, a falta de tanque arriba nunca jugaba en largo) se reducía pues a las subidas de Molinero y a los balones parados. Las Palmas tampoco llegaba casi nunca porque el Betis la perdía arriba y con el rival muy atrás, y además los béticos paraban bien las posibles contras rivales con faltas lejos de su portería. Los visitantes tenían pocas ocasiones; los locales, ni una sola.

Rennella entra arriba y manda a Kadir a la banda derecha.

Últimos veinte minutos
Cuando Velázquez preparaba la entrada de un segundo tanque (¡?) Perquis es expulsado. El castellano improvisa un 4-4-1 con Rubén de extremo izquierdo. El partido entra en un cierto correcalles sin mediocampo –mal negocio para quien está con diez– y Herrera trata de aprovecharlo metiendo a Valerón como mediapunta de un 4-2-3-1. El Betis, con buen criterio, recula para evitar más sustos a la espalda de sus centrales. Los canarios no presionan ni con uno más y Álex da salida al Betis. Muy al final Las Palmas hace cambios para perder tiempo (!).

Jugador por jugador
Adán: Hizo cosas raras en algunas salidas por bajo (medir mal, salir tarde, despejar peligrosamente en vez de cogerla...), pero en general estuvo seguro.
Molinero: Tal vez el mejor del equipo, sin hacer nada del otro jueves.
Perquis: Tuvo mucha presencia y anticipación. Su expulsión fue rigurosa, pero ocurre que siempre juega al borde del accidente.
Figueras: Otro buen partido, aunque rozó también la expulsión. Muy seguro al corte.
Casado: Partido aseado para su nivel, bajísimo. Por suerte es de esperar que no vuelva a ser titular en Liga nunca.
Reyes: Es uno de esos jugadores que va empeorando su nivel de juego a medida que pasan los meses en el club. Muy torpe con balón, al menos tapa campo.
Matilla: En sus mejores días como bético, sobre todo en actitud. Se la suele dar a uno vestido como él, que en este equipo es algo, aunque luego pase graves problemas para cubrir el terreno que le toca. Si juega, debe hacerlo en posiciones entre líneas, porque hay pocos capaces de ello y para verlas claritas de cara vale cualquiera.
Cejudo: Cada vez se trompica más y le sale menos. Esta vez sí tuvo suministro, aunque poca compañía.
Kadir: Su rendimiento ha bajado muchísimo desde el debut, aunque al menos da sensación de peligro.
Pacheco: Jugó algunas, pocas claras, ninguna con éxito.
Rubén Castro: Prácticamente no tocó el balón.

Rennella: Lento.
Bruno: Por suerte pasó desapercibido, aunque alguna descoordinación en el fuera de juego pudo costar cara.
Álex: Su cambio, previsto aunque tal vez algo arriesgado en ese momento, dio manejo de balón por su banda. Es uno de los cinco o seis futbolistas del equipo (Perquis, N'Diaye, Rubén...) imprescindibles por falta de un relevo de nivel aceptable.

Velázquez: El equipo es fiable defensivamente, pero en ataque el siniestro es total. Al menos ahora parece dispuesto a la autocrítica. Si con Álex Martínez y N'Diaye en el campo es incapaz de hacerlo jugar en menos de un mes, debe ser destituido.

El detalle
Matilla y Reyes se hicieron la foto del saque de centro como mediocentros respectivamente derecho e izquierdo pero se permutaron a los cinco minutos, y para todo el partido. ¿Autogestión?

domingo, 5 de octubre de 2014

Valladolid 0 - Betis 0 (7ª jornada de Liga de Segunda División)

VALLADOLID (0): Javi Varas; Chica, Marc Valiente, Rueda, Peña; André Leão, Timor (Álvaro Rubio, minuto 78); Alejandro Alfaro (Omar, minuto 72), Óscar, Bergdich (Mojica, minuto 72); y Óscar Díaz.
BETIS (0): Adán; Molinero, Perquis, Jordi Figueras, Casado; Matilla, Lolo Reyes; Álvaro Cejudo (Dani Pacheco, minuto 64), N'Diaye (Jorge Molina, minuto 56), Kadir (Dani Ceballos, minuto 72); y Rubén Castro.
Mal arbitraje de Sánchez Martínez, murciano. Amarillas para N`Diaye, Lolo Reyes, Perquis, Óscar Díaz, Rueda y Casado. Buena entrada y buen tiempo en el José Zorrilla.

Rozó el aprobado el del Betis hoy en Valladolid, no por el juego sino por el resultado en uno de los partidos más difíciles de la temporada, al menos a priori.

Primeros veinticinco minutos
El Valladolid colocaba de salida su previsto 4-2-3-1 en el que el marrullerísimo Óscar Díaz era el punta, con Óscar González por detrás. Ambos se repartirían el trabajo de defender a los centrales y al mediocentro más retrasado del Betis, en general Matilla, en la salida de balón. El Valladolid hizo durante todo el partido una presión a altura media, con las líneas bastante juntitas

Velázquez decidió finalmente blindar al equipo por dentro, una decisión incoherente con su convocatoria, llena de delanteros: respecto al último partido prescindió en la alineación de Rennella, metió a Lolo Reyes como mediocentro por la izquierda (con Matilla a su derecha) y adelantó a N'Diaye hasta la mediapunta. Esta permuta respecto a las posiciones esperables (o sea, Matilla por delante de N'Diaye) parecía responder a la intención de que el senegalés hiciese el trabajo de Rennella en los balones largos por alto, ganando al tiempo fuerza en el centro del campo, y que fuese Matilla quien sacase la pelota jugada entre los centrales. Esto último aparenta ser buena idea –al menos se escalonan–, pero como es natural a cambio Reyes se vio obligado durante todo el partido a hacer funciones de volante izquierdo, un trabajo para el que, lo diremos mil veces, no tiene condiciones. Hora sería ya de que Reyes fuese el encargado de tocarla desde atrás.

El arranque del partido fue prometedor: el Betis hacía presión alta y combinaba rápido por dentro al primer toque, dominaba claramente la posesión y, si no llegaba con frecuencia a puerta, sí dominaba claramente el partido.

Minutos 25 al 55

El Betis pretende seguir con una presión adelantada pero las fuerzas menguan, y no roba. El Valladolid toca bien la pelota desde el inicio de la jugada, el mediocentro vallisoletano no es bien controlado por N'Diaye (y queda lejos de Reyes), Bergdich (muy rápido) aparece por zonas interiores, los locales se mueven bien con y sin balón por esa zona y el Betis pasa cada vez más problemas con las combinaciones del Valladolid por dentro. En ataque los centrales casi nunca logran sacar el balón limpio, y Castro queda muy aislado.

Minutos 56 al 71

Velázquez retira a un N'Diaye injustamente tarjeteado y mete por detrás de Rubén a Molina, supuestamente para hacer el mismo trabajo. El equipo se hace muy largo y no la tiene nunca; a los centrales, muy expuestos por abajo, se les acumulan los problemas, pero entre ellos y Adán salvan al equipo, en graves apuros.

Minuto 72 al final

Tras haber cambiado anteriormente a Cejudo por Pacheco, Velázquez detecta el agujero en el mediocentro y mete a Ceballos por Kadir. Reyes es siempre mediocentro izquierdo y el canterano queda como mediocentro derecho, donde debe tapar las carencias defensivas de Castro, que queda como extremo derecho pero no siempre sigue a su lateral. Matilla parece ser el mediapunta, aunque a veces se permuta el sitio con Ceballos (y otras ni ellos parecen saber quién es qué), mientras Molina queda arriba con Pacheco a la izquierda. El Betis nivela un tanto la posesión y, cansados los dos equipos, hay emoción pero pocas ocasiones.

Jugador por jugador

Adán: Muy buen partido, muy seguro bajo palos (con alguna mano milagrosa) y en los balones cruzados, el últimísimo a una mano.
Molinero: Tuvo un curioso duelo con Bergdich, que le ganaba en velocidad y se metía muy arriba y muy dentro, y en consecuencia no siempre lo seguía a la vuelta, por lo que el lateral tuvo espacios para subir y los aprovechó.
Perquis: Rápido, apagó sus fuegos y algunos de otros.
Figueras: Si obviamos un error bastante burdo y sus habituales problemas con el balón, salvó bien el muchísimo trabajo que tuvo, casi siempre por bajo.
Casado: Partido horrible, en ataque (esto es habitual) y también en defensa: se le fue hasta Chica.
Matilla: Puede ser un recurso, pero convertirlo en fijo fuerza a hacer el equipo para él: u obligas a Rubén a jugar solo en punta o provocas un agujero en el centro del campo, especialmente hacia el final del partido, cuando su escaso físico se termina. La tocó bien, como siempre.
Reyes: Mal con balón casi siempre. Dio cierto sostén físico, pero no puede ser el segundo escalón del juego de ataque, o el fútbol nunca fluirá.
Cejudo: Hizo bien en moverse por dentro para dejar pasillo a Molinero, pero su rendimiento ha ido cuesta abajo desde el primer partido y cada vez aporta menos en ataque. Hoy, casi nada.
N'Diaye: Como suele ocurrir con los jugadores que ocupan mucho campo, se notó más su ausencia que su presencia.
Kadir: Apareció muy poco, aunque bien. Trabajador.
Castro: Muy solo arriba, nunca tuvo con quién asociarse.

Molina: Muy mal. Prácticamente no dio pie con bola.
Pacheco: Oxigenó bastante al equipo, retuvo el balón y lo jugó con sentido.
Ceballos: Con él mejoró mucho el partido para el Betis, que se desmoronaba por momentos. Tuvo que improvisar posicionalmente (quedó como una especie de interior derecho) y lo hizo bien. Parece maduro muy pronto: promete.

Velázquez: Intentó que el equipo tuviera un poco el balón pero la ilusión duró muy poquito. Luego, pocas más virtudes que apretar los dientes. Rectificó a tiempo el desaguisado provocado por él mismo con el cambio de N'Diaye. El equipo ya intenta jugadas a balón parado, aunque hoy el rival las hizo mejor.