domingo, 27 de abril de 2014

Betis 0 - Real Sociedad 1 (35ª jornada de Liga de Primera División)

BETIS (0): Adán; Chica, Perquis, Jordi, Juan Carlos (Molina, m. 75); N'Diaye, Lolo Reyes (Ceballos, m. 80); Juanfran, Juanma (Baptistão, m. 58), Rubén Castro; y Braian Rodríguez.
REAL SOCIEDAD (1): Bravo; Zaldúa, Mikel, Íñigo Martínez, De la Bella; M. Bergara, Zurutuza; Carlos Vela (Xabi Prieto, m. 87), Canales (Elustondo, m.31), Griezmann; y Agirretxe (Seferovic, m. 65).
0-1, m. 48: Vela, de penalti.
Árbitro: Ayza Gámez (Comité Valenciano). Amonestó a Juan Carlos y Braian Rodríguez.
17.000 espectadores en el Villamarín.

Con las cuestiones clasificatorias consumadas, Betis y Real disputaron anoche un partido de guante blanco con el que los béticos sumaron una nueva derrota a su vergonzoso balance de la temporada.

Primera parte
Si hace cuatro años béticos y realistas jugaron en Segunda un partido con ritmo y ambiente de Primera, el de ayer pudo servir a los aficionados para irse habituando al juego de Segunda. El Betis, descendido matemáticamente dos horas antes, jugó con cierta dignidad pero sin la tensión necesaria, y la Real no necesitó acelerar para mandar en el partido.

Los esquemas de ambos equipos fueron similares y muy convencionales. La Real plantaba el 4-2-3-1 que se sabe de memoria desde hace años, con laterales largos y su movilidad habitual cuando tenía el balón: Canales, Vela y Griezmann intercambiaban posiciones constantemente, incluso con Agirretxe. Sin balón los realistas tiraban la presión bastante alta, y el mediapunta solía ir a por uno de los centrales béticos.

El Betis partía de un esquema similar pero con la presión menos adelantada: el canterano Juanma, mediapunta, tomaba en defensa al mediocentro más retrasado de la Real, por lo que las posesiones realistas eran más largas que las béticas. En ataque era N'Diaye, algo echado a la derecha, el mediocentro que se descolgaba, mientras Reyes venía a pedirla cerca de los centrales y Juanfran y Rubén Castro quedaban abiertos y fijos en sus bandas.

El partido transcurrió sin intensidad ni excesivo interés, y con muy escasas llegadas, casi todas para la Real.

Segunda parte
Un inocente penalti de Juan Carlos obliga al Betis a presionar más arriba, con los mediocentros apretando ya a la pareja de los realistas; recíprocamente es la Real quien se mete un poco más atrás y deja a su mediapunta emparejarse ya con Lolo Reyes. La Real tiene alguna posibilidad de sentenciar, el Betis cerca del final las suyas de empatar en un par de barullos, y el partido acaba entre el aburrimiento y la indignación de los aficionados, bastante pasivos dadas las circunstancias.

Calderón, tras cambiar de mediapunta y antes de hacer debutar al mediocentro Ceballos, metió arriba a Molina por el tarjeteado Juan Carlos, para lo que acostó a Baptistão a la derecha, retrasó a Juanfran al lateral y cambió de banda a Chica.

Jugador por jugador
Adán: Otro muy buen partido, concentrado y con una muy buena parada en su haber en un tiro envenenado.
Chica: Da para lo que da, pero hay que reconocerle la entrega y la profesionalidad en cualquier circunstancia, algo a considerar en un futuro próximo. Fue uno de los que más tiró a puerta.
Perquis: Irregular y un poco desquiciado con la situación.
Figueras: Otro que pone empeño en terminar dignamente la temporada, pero que no da el nivel.
Juan Carlos: Esta vez el penalti sí fue, y se vio venir. No es buena cosa, pero las circunstancias le permiten tomarse un cursillo de lateral izquierdo, que es el puesto para lo que resulta que tiene condiciones.
Lolo Reyes: Bajo de ánimo (cosa que no extraña en uno de los pocos jugadores verdaderamente competitivos del plantel), aprobó de sobra pero con menos intensidad de la habitual.
N'Diaye: Lo que hizo lo hizo bien, pero apareció menos de lo debido en su puesto.
Juanfran: Partido burocrático. Le falta calidad cerca del área para ser extremo.
Juanma: No participó demasiado y pareció confiar más en la combinación que en su velocidad. Mediapuntita bullicioso, por valorar.
Rubén Castro: Pitado, lo intentó sin convicción como extremo izquierdo. Eso sí, fue el único con calidad en el área para acercarse al gol.
Braian Rodríguez: Tal vez no sean estas las mejores circunstancias para lucirse, pero lo cierto es que muestra muy poquitos recursos más allá de rematar de cabeza, si se puede llamar así, lo que le echen.

Baptistão: Señalado por la afición, tocó pocas y no intentó nada.
Molina: Le echó vergüenza, como suele.
Ceballos: Cumplió, con cierto dinamismo.

domingo, 20 de abril de 2014

Rayo Vallecano 3 – Betis 1 (34ª jornada de Liga de Primera División)

RAYO VALLECANO (3): Rubén; Arbilla, Zé Castro, Gálvez, Nacho; Trashorras, Saúl Ñíguez (Baena, m. 66); Rochina (Lass, m. 78), Bueno (S. Fernández, m. 53), Iago Falqué; y Larrivey.
BETIS (1): Adán; Juanfran, Perquis (Jordi, m. 66), Paulão (Vadillo, m. 31), Chica; Lolo Reyes, Ndiaye, Nono; Leo Baptistão (Verdú, m. 66), Jorge Molina y Rubén Castro.
1-0, m. 14: Rochina. 2-0, m. 26: Paulão en propia puerta. 3-0, m. 51: Larrivey. 3-1, m. 78: Chica.
Árbitro: Hernández Hernández (Comité Canario). Mostró tarjeta amarilla a Zé Castro, Falqué, Sául, Arbilla, Baptistão, N'Diaye y Nono.
Buena entrada, buen césped y público feliz en Vallecas.

Liquidación por derribo
El Betis de Calderón ha cruzado hoy la línea entre competir con dignidad y hacer abiertamente el ridículo ante un Rayo que le demostró que con jugadores comprados en la tienda de los veinte duros (recordemos que el Betis le quitó billetera en mano hace pocos meses la cesión de Baptistão) y con un poco de trabajo serio se puede estar holgadamente en Primera.

Primera parte
El Betis, aunque parezca mentira, se presentaba en Vallecas con opciones remotas pero ciertas de mantener la categoría: una victoria lo colocaba a cinco puntos del Almería y siete de Valladolid y Getafe, con doce por jugarse y unos enfrentamientos pendientes con dos de estos equipos que podían situar el umbral de la salvación en una puntuación bajísima.

La ausencia de Juan Carlos en el lateral izquierdo (achacable al error de un árbitro y a la desvergüenza de dos comités federativos) dejó para Calderón como únicos laterales a Juanfran y Chica, que hubo de jugar por la izquierda. Sin Amaya, el entrenador dio banquillazo a Figueras (pese a que estaba dando su máximo rendimiento en el Betis, aunque esto sea decir muy poco) y jugó con Perquis y Paulão como centrales de una defensa de cuatro muy adelantada: el Betis iba a la presión alta para tratar de disputar la posesión al Rayo, esto es, intentar hacerle jugara a contraestilo. Como los rayistas también iban fuertes a la presión arriba, resultó un tramo inicial de ritmo alto y más posesión local, por el buen trato vallecano al balón y cierta descoordinación de la presión bética. Ante el 4-2-3-1 habitual de Jémez, en el que como siempre Trashorras venía entre los centrales a ayudar en la salida del balón jugado, Calderón presionaba con un 4-3-3 en el que N'Diaye y Nono eran interiores, Baptistão y Castro extremos, y Molina el delantero.

Las desgracias parecieron jugar otra vez contra el Betis en las dos acciones defensivas lamentables de Paulão acabadas en gol, pero conviene analizar si atribuimos a la mala suerte errores propios. En primer lugar, el Betis lleva tiempo jugando con fuego con las cesiones al portero (recordemos, sin ir más lejos, a Nélson y el ignominioso arranque del Sevilla-Betis de hace un año), con pases sin sentido que acaban en pelotazos desde treinta metros más atrás tras correr riesgos absurdos; en el grotesco 0-1 de hoy la cesión fue un error no sólo material, sino de concepto, porque era de por sí peligrosísima. Por otro lado, hace apenas dos semanas en el Camp Nou hubo un autogol de Figueras que fue la imagen en espejo del de hoy, y que, como el de hoy, se debió a que el defensa atacó el balón con la pierna incorrecta por evitar despejar con su mala, algo acostumbrado en Paulão y Figueras. También podemos caer en la tentación de atribuir a la mala suerte que el Betis, que hizo una buena primera media hora fuera de las áreas y llegó a puerta más que el rival, mandara fuera varios remates francos en ese período.

Pues bien: todo eso, el remate a puerta, las cesiones al portero, los despejes, y también la presión adelantada o –esto es muy revelador– las jugadas a balón parado se entrena, y el Betis da la impresión de no hacerlo en serio desde hace años, ni con Mel, ni con Garrido, ni con Calderón. El equipo vive (más bien muere) de la cultura táctica y la intuición de algunos de sus elementos, como Molina, Lolo Reyes y algunos más. Del resto no se conoce mejora táctica en los últimos años, ni ofensiva ni defensiva: ni Vadillo o Cedrick han aprendido cuándo hay que encarar, ni Castro o Verdú cuándo presionar, ni Léo a tirar a puerta, ni los centrales con qué pierna se despeja o cuándo se juega en largo según la situación, ni se ha preparado una sola jugada a balón parado decente desde la de las manitas arriba de Beñat de hace al menos dos años (!).

Mención aparte merece el esperpento del cambio de Paulão tras sus errores: mal el jugador, que es un profesional, al pedirlo, y peor el entrenador al concederlo. Calderón metió a Vadillo como extremo izquierdo, retrasó a la defensa a N'Diaye, adelantó a Castro y el equipo quedó en un 4-4-2 casi en rombo.

Segunda parte
Fuese por la previsible movida en el vestuario tras el show del cambio o por mera falta de profesionalidad, el Betis baja los brazos. El Rayo le mete el tercero (otro gol de verbena) y manda dos misiles a los palos.

Mediado este tiempo Calderón sustituye a Perquis (¿lesión?) y mete a Verdú por Léo y como mediocentro, de modo que Nono se desplaza a la banda derecha. El Rayo levanta el pie, Chica mete un gol por orgullo y, afortunadamente para este ridículo Betis, no ocurre nada más.

Jugador por jugador
Adán: Hizo otro partidazo, o sea, mostró motivación máxima pese a la que le caía, estuvo excelente en las salidas por alto y paró las parables. Es una de las dos o tres cositas salvables de este equipo. Con su fichaje al club le tocó la lotería.
Juanfran: Tras una buena primera parte pasó del partido.
Perquis: De lo decentito, muy a su estilo de ir a todas. Como jugó al 100%, es de esperar que se haya lesionado.
Paulão: Su actitud tras sus errores es tan comprensible humanamente (el hombre parece buena persona y estaba hundido) como poco profesional. Entre él y Calderón han cavado su fosa deportiva.
Chica: Puso dignidad y concentración, que ya es algo.
N'Diaye: Aunque se le vio desquiciado en la segunda mitad, su nivel futbolístico está a años luz del del equipo. Impresiona en un tipo de su volumen verle arrancar con el balón cosido al pie.
Reyes: Otra de esas dos o tres cositas a partir de las que se puede construir un equipo para la próxima temporada. Sin hacer su mejor partido dio otra vez una lección táctica con y sin balón.
Nono: Una demostración clara de que querer no es poder. Que un centrocampista ofensivo como él falle varios pases fáciles a cinco metros es significativo.
Baptistão: Lo de siempre, y más cuando juega de extremo: jugadas de futbito, tan estéticas como inútiles a cuarenta metros de la portería rival, y tembleque de piernas cuando se pone delante del portero. Un fichaje carísimo.
Molina: Ser inteligente y honrado es algo en este equipo, y con ello hizo una buena primera parte. Luego desapareció.
Castro: Durante toda la temporada se ha borrado cuando la cosa se ponía fea. Nulo. Por actitud y edad suscita dudas para la temporada próxima.

Vadillo: Un chupón de toda la vida, y de los que juegan a las tres cartitas. Ni aprenderá nunca ni se puede contar con él cuando vienen mal dadas.
Figueras: Al menos no hizo el ridículo.
Verdú: Parece que fue ayer.

Calderón: Ha perdido el control del equipo, ha vuelto a cometer errores tácticos (¿Castro y Léo en bandas?) y se cubrió de ignominia con el cambio de Paulão.

domingo, 13 de abril de 2014

Betis 0 - Sevilla F.C. 2 (33ª jornada de Liga de Primera División)

BETIS (0): Adán; Juanfran (Brian Rodríguez, m.78), Amaya, Jordi Figueras, Juan Carlos; Léo Baptistão (Cedrick, m.60), N'Diaye, Nono, Vadillo (Chica, m.40); Jorge Molina y Rubén Castro.
SEVILLA (2): Beto; Diogo Figueiras, Carriço, Fazio, Alberto Moreno (Fernando Navarro, m.45); Trochowski (Vitolo, m.46), Iborra, M'Bia, Reyes; Gameiro y Bacca (Rakitic, m.74).
Goles: 0-1, M.29: Gameiro, de penalti. 0-2, M.82: Gameiro.
Árbitro: Carlos Velasco Carballo (Comité Madrileño). Expulsó con roja directa en el minuto 26 al bético Juan Carlos. Además, amonestó a los locales N'Diaye (m. 5), Rubén Castro (m.30), Baptistão (m.57) y Chica (m.61), y a los visitantes Trochowski (m.13), Reyes (m.34), Vitolo (m.55) y Fernando Navarro (m.69).
Cerca de 33.000 espectadores en el Benito Villamarín, entre ellos unos 1.000 sevillistas. Terreno de juego en buenas condiciones.

El Betis ha coronado su aciaga temporada con un nuevo suplicio ante el Sevilla, en un partido marcado por una temprana expulsión. 

Primera parte hasta el minuto 26
Calderón planteó un partido ultraofensivo, lindante en la imprudencia, tal vez pensando más en su prestigio, su futuro y su fama de conservador ante la opinión pública que en la forma más conveniente de jugarle a un Sevilla que se siente bien al contragolpe; bien es cierto que las urgencias clasificatorias y el desgaste sufrido por el rival el jueves incitaban a meterse en un partido abierto y de ritmo alto. Emery, sin Rakitic, presentó un claro 4-4-2 con un doble pivote muy físico y una natural elección de extremos a pie natural para quien buscaba el contraataque, el balón largo y el centro al área hacia dos rematadores; enfrente el técnico bético metía a sus tres delanteros, para lo que acomodó a Léo a la banda derecha, en un 4-4-2 con dos laterales muy ofensivos.

El plan de Calderón resultó claro desde el inicio: presión muy alta, en la que uno de los mediocentros iba en toda circunstancia a por el pivote retrasado del Sevilla. Se corría bastante riesgo por el adelantamiento de los lentos centrales béticos y el dos contra dos de estos ante Gameiro y Bacca, lógico objetivo de los pelotazos de salida. Con posesión, el Betis practicaba un juego bastante vertical en busca de las bajadas de balón de Molina, y percutía especialmente por la banda de Juanfran, muy activo, que aprovechaba la posición adelantada de Léo. Por la izquierda Vadillo, rápido, jugaba unos contra uno sin esperar las subidas de Juan Carlos, y era parado en continuas faltas.

El Betis jugaba al borde del abismo pero la cosa funcionaba bien: sus centrales dominaban por arriba los balones largos y la agresividad permitía robos arriba, aunque apenas se creaban ocasiones y los balones cruzados desde banda no tenían remate.

Minutos 27 al 45
En la primera llegada del Sevilla, muy mal defendida por cierto, marca y Velasco expulsa a Juan Carlos. Provisionalmente Vadillo queda con todo el carril izquierdo, y un cuarto de hora después es sustituido en la izquierda por Chica, lateral defensivo; Nono quedaba algo acostado a ese lado y el equipo en un 4-3-2 un tanto asimétrico. Comete en este punto Calderón un, entendemos, grave error táctico: por condiciones físicas y, sobre todo, técnicas, procedía dejar la banda completa a Juanfran y no a Chica, para lo cual bastaba con cambiar de lado a Baptistão. No había tampoco causa defensiva para no hacerlo, y menos tras la salida del campo de Alberto Moreno.

El Betis da un paso atrás pero no se encierra, y el Sevilla sigue sin llegar. 

Segunda parte
En el descanso Emery retira al tarjeteado Trochowsky, cambia de banda a Reyes y mete a Vitolo. El Betis va notando el cansancio con el paso de los minutos y sus intentos de presión bastante adelantada significan enormes riesgos detrás, en forma de contras defendidas en inferioridad y milagrosamente salvadas por Adán, su defensa o la impericia de Gameiro. Léo es sustituido por Cedrick, pero ni así Calderón rectifica su error. Las caídas a banda izquierda de Castro no compensan la falta de ataque por ese lado, Molina participa menos y el Betis se reduce en ataque a las subidas de Juanfran, cuyos centros laterales son bien controlados por Fazio, Carriço e Iborra. El Sevilla busca control con Rakitic, y Calderón, a la desesperada, culmina su mala lectura retirando precisamente a Juanfran y dejando una especie de 4-2-3 con Cedrick como lateral derecho (?), y Molina y Castro algo abiertos a los lados de Braian. Finalmente cae el 0-2.

Jugador por jugador
Adán: Otro excelente partido, con el único leve lunar de varios saques muy bajos y planos (no es difícil meter el pie abajo, y en todo caso mejor el globo que el balón a media altura, robable).
Juanfran: Buen partido, en el que subió mil veces su banda y mantuvo bien su zona.
Amaya: Anda con el sitio perdido. Agresivo, muchas veces llega, pero cuando no lo hace (0-1) deja un agujero imperdonable en un central.
Figueras: Tapa con su inteligencia sus carencias físicas. Bien.
Juan Carlos: La jugada del penalti demuestra, paradójicamente, su buena adaptación al puesto de lateral.
Baptistão: Estuvo rápido en corto y bien en el regate, como siempre, aunque, también como siempre, acabó poco. Defendió lo que le tocaba como extremo.
N'Diaye: Otro buen partido, de enorme despliegue, aunque a falta de Lolo Reyes debió guardar más la posición.
Nono: Muchísimo esfuerzo y buen manejo y cambios de juego, aunque su comprensión del juego deje bastante que desear.
Vadillo: En su rato hizo daño con sus eslálones hacia dentro, parados impunemente con repetidas faltas.
Molina: Anda en buena forma física e hizo daño con sus recepciones y aperturas en la primera parte, pero no llegó al remate casi nunca y bajó mucho en la segunda mitad.
Castro: Voluntad, pero muy poco acierto. No desbordó, no remató nada y le falló el control en una ocasión muy clara.

Chica: Obligado por su entrenador a cubrir toda una banda, fue, como era previsible, fiable en defensa y nulo en ataque.
Cedrick: Muy mal, desubicado, desacertado y errado al elegir jugada.
Braian: Nada, como casi siempre. 

El detalle 
El autor de este blog deja generalmente muy en segundo plano las cuestiones arbitrales –excusas de malos perdedores–, pero es imposible no hablar de ello cuando ocurren sucesos como los de hoy y vienen repetidísimos esta temporada, en lista de agravios prácticamente interminable. Velasco ve perfectamente y escamotea un penalti a Baptistão al inicio (Iborra roza el balón y al tiempo derriba clamorosamente y en situación de perfecta visibilidad arbitral a Léo), cambia de criterio en la jugada del 0-1 (menos penalti, en todo caso, sucedida a escasos metros de su posición y precedida de un claro fuera de juego de quien devuelve la pared) y no señala nada en un cabezazo en el área made in Fazio en la segunda parte, que acabó con intervención médica por ambas partes y cambio por conmoción de cabeza del bético. Uno se pregunta con tristeza si en este país de reconocida impunidad de los poderosos, especialmente en ámbitos deportivos, esta situación tiene que ver con la ausencia de maniobras de presión de parte de un club constreñido (creía uno que por suerte) a manejarse en la más estricta legalidad.

sábado, 5 de abril de 2014

Barcelona 3 - Betis 1 (32ª jornada de Liga de Primera División)

F.C.BARCELONA (3): Pinto; Alves, Bartra, Mascherano, Adriano; Busquets; Xavi, Iniesta (Cesc, m. 78); Alexis, Messi y Pedro (Neymar, m. 78).
BETIS (1): Adán; Juanfran, Amaya, Jordi, Juan Carlos; Lolo Reyes; Cedrick (Rubén Castro, m. 61), N'Diaye, Nono, Vadillo (Jorge Molina, m. 61); y Baptistão (Braian, m. 81).
1-0, m. 14, Messi, de penalti. 2-0, m. 67, Jordi Figueras (propia puerta). 2-1, m. 68, Rubén Castro. 3-1, m. 86, Messi.
Árbitro: Prieto Iglesias (Comité Navarro). Amonestó a Lolo Reyes y Amaya. Casero; perdonó la expulsión a Reyes y pitó dos penaltis muy rigurosos contra el Betis.
Más de 80.000 espectadores en el Camp Nou.

Buen partido el del Betis esta tarde en el Camp Nou. Aunque este Barça no esté ni cerca del nivel del de Guardiola –con los mismos jugadores, por cierto– y hoy jugara con el freno de mano echado, es meritorio en las circunstancias actuales del Betis haber peleado el partido hasta el minuto 86 y caer con dos penaltis en contra. 

Primera parte
El Barcelona de Martino ha perdido en gran parte una de las claves tácticas del que inventaron Rijkaard y Guardiola: la presión atosigante tras la pérdida. Debido a ello se ve obligado a veces a defender en estático, algo para lo que no tiene ni esquema ni jugadores. Así pues la idea de tratar de discutirle la posesión es tentadora, aunque requiere mucho esfuerzo físico y el enorme riesgo de sufrir contragolpes dirigidos por ejemplo por un tal Messi.

No quiso correrlo en la primera parte Calderón. El Betis, aunque a veces lo pareciera, no salió ni mucho menos a presionar arriba, como solía en los telegénicos planteamientos de Mel para estos partidos. Ante el 4-3-3 usual en el Barça (que hoy, con Messi de falso nueve, es casi un 4-4-2 con rombo) Calderón demostró de nuevo inteligencia y flexibilidad táctica: dispuso un 4-1-4-1 parecido al de la vuelta copera de este año en San Mamés (y más justificado que entonces); con buen criterio, para gripar la circulación barcelonista, se encimaba a Xavi e Iniesta, muy marcados respectivamente, casi al hombre, por Nono (interior izquierdo) y N'Diaye (derecho). Léo, elegido discutiblemente por delante de Molina como hombre-boya para tratar de salir a la contra, quedaba como marcador de Busquets –un jugador al que no merece la pena presionar: es un desgaste inútil–, y por tanto los dos centrales barcelonistas quedaban libres cuando el local tenía el balón. A cambio el Betis ganaba doble superioridad dentro, donde Lolo Reyes y los centrales eran tres contra Messi y las diagonales de los extremos. Con laterales además bastante cerrados, el Betis se juntaba mucho por dentro, algo que ya sabe toda Europa que atora el juego del Barça, y (la manta pequeña: hay que elegir) dejaba espacios en las bandas, desde donde el Barça rara vez llega al gol. El Betis daba a veces cierta sensación de realizar una presión adelantada, pero era sólo en los saques de puerta y banda del Barça o cuando los interiores venían abajo a recibir y eran perseguidos por Nono y N'Diaye.


Algunos de los posibles problemas de ese planteamiento, además de ceder el balón al Barcelona, eran cómo tapar a Adriano y, sobre todo, a Alves, y cómo tratar de llegar arriba. Para eso se necesitaba gente rápida y con recorrido, así que Calderón prescindió (de nuevo entendemos que con acierto, dadas las enormes distancias a superar) de Castro y metió a Cedrick y Vadillo, respectivamente, y esto sí es discutible, a derecha e izquierda, como extremos. Su disciplinado repliegue neutralizó a los laterales.

Así pues la primera parte fue de posesión azulgrana, con apenas salidas esporádicas del Betis: por el lado de Vadillo, estropeadas por sus pertinaces errores en la elección de jugada; y por el juego de espaldas de Léo, inocuo sin embargo cerca del área. Aunque la pelota rondó mil veces con peligro el área bética, hubo escasas ocasiones y sólo una jugada mal defendida acabó en el penalti del 1-0.

Segunda parte
El Betis da un valiente paso adelante y, sorprendentemente, iguala (¿supera?) en posesión al Barça. Tomando evidentes riesgos, obliga una y otra vez al Barça a jugar en largo, y alcanza el área, donde los ataques mueren por la falta de inteligencia futbolística de los tres delanteros verdiblancos: enredado Léo e incapaces para asociarse Vadillo y Cedrick. Al menos el Betis acaba siempre sus ataques, lo que forzó al Barça al saque largo desde Pinto.

Calderón prescinde de los extremos y mete lo que tiene para ir a por el partido: manda a Baptistão al extremo derecho, Castro es el nuevo izquierdo y Molina va arriba. El partido se pone de ritmo alto, de ida y vuelta, con los dos equipos tratando de robar arriba y con líneas separadas: cae un autogol de Figueras y un bonito gol de Castro a la contra.

Tras treinta minutos de intenso esfuerzo el Betis cede un poco en la presión y llega el penalti del 3-1. Luego sólo hay dignidad bética y ocasiones barcelonistas.

Jugador por jugador
Adán: Hizo una parada enorme en la primera mitad, una excelente salida ante Pedro en la segunda y paró un penalti a Messi. Es imposible pedirle más.
Juanfran: Partido aceptable, aunque sigue sufiriendo como defensa. Necesita un cursillo de despejes con urgencia.
Amaya: Tras la inactividad hizo un partido aceptable.
Figueras: Notable partido, con el haber de un despeje milagroso de punterita en la primera mitad y el debe un autogol en la segunda. Ahora parece incluso un buen defensa.
Juan Carlos: Definitivamente el de lateral es su puesto.
Lolo Reyes: Otro partido para enmarcar, aunque casi se va a la calle por una manita idéntica a la del reciente partido del Athletic. Lo hizo todo bien.
Cedrick: Muy en su línea, corrió mucho y rápido, y no acabó nada en ataque.
N'Diaye: Buen partido en cuanto a empuje, y menos en cuanto a manejo. Al final se fue muy arriba pero, una vez más, se le resistió el gol.
Nono: Como N'Diaye, mejor en defensa que en ataque.
Vadillo: Quien esto escribe declara solemnemente que este jugador jamás será de primer nivel, y ello porque su inteligencia futbolística (la otra no la podemos juzgar) no da para ello. Dio un recital de errores en la elección de jugada, que llegó a su máximo en un tiro desde 35 metros en torno a la hora de partido cuando podía encarar al defensa en un tres contra tres. Poco afortunado además en los centros cruzados, desperdició una y otra vez jugadas interesantes para su control de balón y rapidez, indiscutibles.
Léo Baptistão: Sobó bien el balón entre los centrales y Busquets, pero acertó poco con la jugada buena. 

Castro: Metió un gol de lo que es: un delantero con mucha clase.
Molina: Su inteligencia mejoró mucho al equipo.
Braian: Inédito.

martes, 1 de abril de 2014

Betis 1 – Málaga 2 (31ª jornada de Liga de Primera División)

BETIS (1): Adán; Juanfran, Paulão, Jordi, Chica (Braian, m. 85); Léo Baptistão (Vadillo, m. 81), N'Diaye, Lolo Reyes, Juan Carlos; Jorge Molina (Nono, m. 77) y Rubén Castro.
MÁLAGA (2): Willy Caballero; Jesús Gámez, Sergio Sánchez, Flavio, Antunes (Eliseu, m. 79); Camacho, Darder; Samu (Juanmi, m. 71), Portillo (Rescaldán, m. 60), Amrabat; y Roque Santa Cruz.
1-0, m. 30: Lolo Reyes. 1-1, m. 83: Juanmi. 1-2, m. 87: Darder.
Árbitro: Mateu Lahoz (Comité Valenciano). Intervencionista. Mostró tarjeta amarilla a Flavio, Antunes, Amrabat, Roque Santa Cruz, Sergio Sánchez, Juanmi, Camacho y Juanfran.

Frío, alguna lluvia, buen césped y 33.000 espectadores en el Villamarín. 

El Betis ha jugado uno de sus mejores partidos de la temporada en casa, en el que ha superado a un buen Málaga en juego pero no en el marcador. Paradójicamente, el partido supone a efectos prácticos el descenso bético a Segunda.

Primera media hora
El Málaga salió con las líneas bien arriba y con intención de dominar balón y partido. Su 4-2-3-1 escalonaba bien por dentro a Camacho, que incluso venía a veces a sacarla entre los centrales, Darder y Portillo, y los malagueños siempre trataron de sacar el balón jugado desde atrás, confiando para ello en sus centrales.

Enfrente Calderón colocaba al equipo a una altura media, sin meterse atrás. El técnico puso a los mejores que tenía y los colocó lo mejor que supo; para ello eligió que Baptistão fuera el delantero sacrificado en una banda (algo para lo que ninguno de los tres de arriba está bien dotado), y prefirió que fuese Juanfran antes que Juan Carlos (incluso antes que meter defensa de cinco) el que jugase de lateral, de modo que Chica hubo de hacerlo a pie cambiado para montar un 4-4-2 en el que Molina se retrasaba más que Castro para hacer de hombre-diana.

El dominio del Málaga tan sólo encontraba cierta profundidad por el costado de Juanfran, al que el correoso Amrabat cogió las espaldas y ganó demasiadas veces en el cuerpo a cuerpo, sin demasiada molestia además de Baptistão. Por el centro N'Diaye y Reyes fueron un muro (Portillo ni la tocó), y por la derecha Samuel no apareció. Además permitieron los visitantes sacar la pelota tocándola por dentro al propio Chica; el Betis la tenía menos pero la adelantadísima defensa del Málaga corría muchos riesgos. Sólo hubo dos ocasiones, una por lado: la del Betis cayó dentro, casi en el descanso.

Del minuto 30 hasta el 1-1

La necesidad hace correr riesgos al Málaga, pero, pese a su buena salida de balón, no encuentra caminos hacia la puerta bética y el Betis si encuentra fácilmente a Molina, cuyos movimientos de espaldas crean problemas graves a los visitantes. El Betis desperdicia sucesivas ocasiones clarísimas.


Bien entrada ya la segunda mitad N'Diaye, Reyes y Baptistão van perdiendo empuje y el equipo retrocede y empieza a pasar ciertos apuros. En el Málaga es sustituido como mediapunta el inútil Portillo, luego Juanmi entra como por Samuel cambiando de banda a Amrabat y finalmente Eliseu (más madera) entra en el lateral izquierdo de Antunes. Entretanto, Calderón refresca el equipo, pero tarde y tal vez mal: cuando menos, Molina no debió ser nunca el primer cambio (ni tal vez el último) estando Baptistão ya fundido. El brasileño jugó breves minutos como delantero mientras Nono ocupaba su puesto por la derecha; cuando Léo fue sustituido, Vadillo quedó como delantero. Tras un aviso, el Málaga marca.

Minutos finales
El Betis se va arriba a la desesperada, el Málaga busca también el 1-2 y el partido se vuelve loco. Calderón hace un cambio ya natural: mete a Braian para tirar a la izquierda a Vadillo y retrasar a Juan Carlos. Llega un carrusel de ocasiones (dos clarísimas en cada lado) en el que el Betis falla el 2-1 y un penalti tras el 1-2. Como en la ida, el Málaga había sido el más afortunado.

Jugador por jugador
Adán: Bien. Controló dos peligrosos aunque escorados unos contra uno, uno en cada tiempo. Desgraciadamente se quedó a punto de parar el 1-1.
Juanfran: Tardó media hora en comprender que su misión es más defender una zona que ir al robo de balón. Luego siguió pasando sus apuros ante el molestísimo Amrabat, con el que cuerpeó una y otra vez. En ataque bien, aunque terminó poco.
Paulão: Inseguro. Hizo buenas ayudas a Juanfran, aunque también se salió de su zona más de lo debido y le faltó contundencia en varios despejes.
Figueras: Va a parecer un buen central cuando ya hay poco que hacer.
Chica: Cerró bien su banda e incluso (mal defendido) sacó la pelota con soltura, pero se arrepentirá toda su vida de no haber placado a Amrabat en el minuto 83.
Baptistão: Sacrificado como extremo, corrió lo que pudo (no puede mucho) y manejó el balón con la calidad que le caracteriza, pero una vez más su individualismo no sirvió tan lejos de la portería.
N'Diaye: Partido de jugador importante, que pudo abrochar con dos goles que habrían sido decisivos. En cuanto se soltó para arriba (con el 1-1) el partido se descosió en las dos direcciones.
Lolo Reyes: Otro muy buen partido, gol incluido, aunque como su compañero de línea perdió empuje con los minutos.
Juan Carlos: Aunque lo hiciera como extremo, al estar el equipo un poco atrás lo hizo lejos de portería, donde sacó buen partido de su velocidad e incluso combinó bien.
Molina: De notable alto. Pisó poco el área pero dio siempre salida fácil al equipo, algo importantísimo.
Castro: Poquita aportación, y además falló en lo suyo, incluso de penalti.

Nono: Para su desgracia apareció en el peor momento. Aportó poco pero tampoco fue culpable de nada.
Vadillo: Valga lo mismo. Apenas tuvo una pelota, se enredó y acabó en el 1-2.
Braian: Tocó una, y con las manos.


El detalle
Para quien se inquiete con ello: el Betis no bajará matemáticamente el día del Sevilla.