domingo, 21 de diciembre de 2014

Betis 2 - Racing de Santander 0 (18ª jornada de Liga de Segunda División)

BETIS (2): Adán; Piccini, Bruno, Figueras, Varela; Kadir (Cejudo, min. 83), N'Diaye, Lolo Reyes, Dani Ceballos; Rennella (Jorge Molina, min. 63) y Rubén Castro (Fabián, min. 89).
RACING (0): Mario; San Emeterio (Samuel, min. 46), Orfila, Juampe, Saúl; Andreu, Fede; David Concha, Adán Pérez (Álvaro, min. 46), Iñaki (Iván Moreno, min. 77); y Mariano.
Goles: 1-0, min. 3: Dani Ceballos. 2-0, min. 93: Jorge Molina.
Árbitro: David Medié Jiménez (Comité Catalán). Amonestó a los locales Lolo Reyes (min. 55), Figueras (min. 82) y Dani Ceballos (min. 92); y a los visitantes San Emeterio (min. 10), Orfila (min. 38) y Álvaro (min. 65).
Incidencias: 27.000 espectadores. Pepe Mel, que mañana será nombrado nuevo entrenador del Betis, presenció el partido desde el palco. En los prolegómenos, se homenajeó al entrenador irlandés Patrick O'Connell.


Con póker y pleno de victorias en Liga ha cerrado Merino su primera etapa como entrenador del Betis. Ante el Racing ha jugado un buen partido, aunque no brillante por escaso de ocasiones: contra lo habitual esta temporada esta vez sí se ganó el partido desde el mediocampo, y poco tuvieron que ver en la victoria portero y delantera.

Primeros veinte minutos
El Betis salió al campo con enorme decisión y se comió en los primeros minutos al Racing a base de empuje y presión alta. El Racing, cuyo mejor delantero, Koné, era baja, partía en defensa y ataque de un 4-2-3-1, y los béticos presionaban en un claro 4-4-2 en el que Reyes iba a tomar al mediocentro atrasado santanderino y arrastraba así muy arriba a los suyos, que casi monopolizaron la posesión en los primeros minutos y alcanzaron pronto el premio del gol: el Racing nunca la sacaba jugada y el Betis, sobre todo gracias a Kadir, cogía con cierta facilidad la espalda a los mediocentros visitantes.

Resto del partido
El Betis da un pequeño paso atrás y la presión ya es más retrasada, aunque en todo caso el Racing rara vez consigue sacar el balón jugado. Las claves para lograrlo fueron la intensidad en el trabajo de todo el equipo, incluyendo a unos trabajadores Kadir y Ceballos, y sobre todo el poderío físico de Reyes y, especialmente, N'Diaye. Aquí residió la gran diferencia táctica entre el Betis de Merino y el de Velázquez: el del exjugador no ha sido mucho mejor en ataque, pero rivales como los racinguistas parecían hoy pesos pluma ante pesos pesados (para lo bueno, no sean malpensados) como el senegalés, que ganó todos los balones divididos; el Racing pareció un equipo muy endeble, incapaz de progresar con balón por inferioridad física, y probablemente lo sea, pero no más que Albacete, Alavés y tantos otros a los que el Betis de Velázquez dejó crecer.

Si unimos a esa superioridad física en el medio una autoconfianza que alejó los nervios, resulta una segunda parte escasa de ocasiones pero en la que el Betis siempre tuvo el control, aunque la sentencia llegase en la última jugada.

El ataque del Betis ante el Racing

En ataque el balón fluyó aceptablemente pese a que Reyes y N'Diaye no se escalonaron de forma sistemática, sino que jugaron en posiciones equivalentes, e incluso se intercambiaron varias veces derecha e izquierda o ubicaciones más y menos adelantadas; al menos sí se turnaron para meterse entre los centrales al iniciar el juego. Como ninguno de los dos ejercía de verdadero interior derecho, Kadir, como Ceballos, tenía espacios para pedirla entre líneas, y resultaba una especie de 2-2-2-2-2 en el que los dos teóricos extremos jugaban por dentro.

El Betis formaba un cierto embudo en la frontal, y Castro y Rennella, muy rodeados de rivales, estaban además poco acertados, de modo que el portero racinguista no tuvo tanto trabajo como era esperable; a ello también contribuyó el conservadurismo de un Racing que tomó muy pocos riesgos y juntó siempre líneas muy atrás, incluso con el marcador en contra y el partido muy avanzado.

Jugador por jugador
Adán: Bien. Tuvo un solo error, una salida mal medida, aunque pudo costar muy caro. Perfecto en los blandos –pero muchos– balones llovidos sobre su área.
Piccini: Cuando el Betis la tiene es mejor jugador que Molinero, por empuje y calidad. Habrá que verlo cuando lo encare un extremo de buen juego corto, en el que sufre.
Bruno: Menos brillante que otros días (incluso concedió a su par la ocasión ya citada), fue aun así el mejor defensa de su equipo. Marcará algún gol pronto.
Figueras: Bien al corte: se anticipó mucho por intuición. Le exigieron poco. Debe arriesgar menos en el pase hacia Bruno.
Varela: Partido poco vistoso. Bien en defensa y aceptable en ataque, aunque puede aprovechar mejor el juego de Ceballos.
Kadir: Muy activo en posiciones intermedias, y habilidoso.
Reyes: En defensa aporta siempre mucho, porque sabe situarse y tiene cierta potencia y mucho recorrido. En ataque le falta calidad; cuando juega de mediocentro-ancla lo disimula bien, cuando juega de interior lo esconde mal, y cuando, como hoy, se turna con el otro mediocentro, cumple medio bien. Filtró algunos balones interesantes a la mediapunta.
N'Diaye: Su inexplicable ausencia de las alineaciones fue uno de los mayores errores de Velázquez. Como repetimos aquí mil veces, en ataque aporta tanto como Matilla, pero su capacidad física es muy superior y hace peores a los rivales, porque barre mucho campo, intimida sin dar una patada y gana todas cuando mete el cuerpo.
Ceballos: Recuerda en cierto modo a Raúl, el exmadridista: no saca sobresaliente en casi nada, pero tiene notable alto absolutamente en todo: control, pase, conducción, inteligencia táctica, trabajo, recorrido... y en el otro fútbol. Además hoy marcó, un golazo por cierto, con un recurso técnico tan raro como adecuado al momento.
Rennella: Partido gris, con pocos espacios.
Castro: Mal partido, y ya es raro. Lo intentó.

Molina: Con Merino ha recuperado un buen estado de forma. Competirá el puesto con Rennella.
Cejudo: Impetuoso y trabajador.
Fabián: Se metió en la mediapunta para ayudar a cerrar.

Merino: Su relevo es comprensible, pero lo cierto es que con él el equipo ganó en Liga siempre, metió mucha más concentración e intensidad, y ha ido progresando en el juego.

viernes, 19 de diciembre de 2014

Almería 2 - Betis 1 (partido de vuelta de 16º de final de Copa)

ALMERÍA (2): Julián Cuesta; Míchel, Trujillo, Mauro, Mané; Azeez; Zongo, Verza (Quique, minuto 66), Corona, Wellington (Teerasil, minuto 66); y Thievy.
BETIS (1): Dani Giménez; Piccini, Perquis, Jordi Figueras, Casado; Kadir (Dani Pacheco, minuto 62), Xavi Torres, Lolo Reyes, Dani Ceballos (Cejudo, minuto 56); Jorge Molina y Rennella (Rubén Castro, minuto 56).
Goles: 1-0, minuto 58: Míchel. 2-0, minuto 74: Zongo. 2-1, minuto 78: Perquis.
Árbitro: Velasco Carballo, madrileño. Amarillas para Míchel, Thievy, Perquis, Piccini, Trujillo y Corona.

Pocas conclusiones pueden sacarse del visionado en diferido del sopífero Almería-Betis del pasado martes. Entre ellas está el acierto de Merino al elaborar sus alineaciones ligueras y el bajo nivel de sus suplentes habituales: muy pocos de ellos se reivindicaron, y en este aspecto poco más puede sacarse en limpio que algún pase de Cejudo y la voluntad de Pacheco, Perquis y Casado, de cuyo acierto ya sabemos todo.

La otra conclusión útil es táctica: la absoluta incompatibilidad de Torres y Reyes –algo que ya anunciamos aquí (punto F) hace tres meses largos, y a lo que ahora quiere buscar remedio la secretaría técnica con el fichaje de un mediocentro ofensivo a la altura del club–. Son dos futbolistas incapaces de jugar en un puesto del mediocampo diferente del de mediocentro-ancla, lo que, si cohabitan, impide un juego corto mínimamente fluido en ataque... aunque no necesariamente ganar partidos si al menos impusiesen el físico (como bien demuestran Krychowiak y M'Bia en el Sevilla): no fue el caso.

Como enérgicamente denunció, también a inicios de temporada, uno de nuestros comentaristas (allí mismo y antes aquí), una vez más fue en ese mediocentro, y no en la pareja de centrales como considera pueblo y prensa, donde se le fue el partido al Betis. Los dos interiores del 4-1-4-1 (o 4-3-3) del Almería, Verza y Corona, jugaron tan a gusto como en la ida, pues Reyes y, sobre todo, Torres, eran poco agresivos y tapaban pocas líneas de pase. En ataque Merino no supo (o no quiso) escalonar al equipo, como denota el sólo aparentemente intrascendente detalle de que Reyes se situase a la izquierda de Torres: como este acudía siempre a pedirla entre los centrales y Ceballos tiene tendencia a  meterse por dentro, el chileno se quedaba ahogado en una zona absurda. De este modo ni Ceballos podía meterse por dentro ni Reyes tenía sitio para jugar (aunque, en todo caso, es incapaz de hacerlo de interior porque sólo sabe jugar de cara); el equipo atacaba en un planísimo 4-4-2, y ni siquiera era capaz de encontrar a pelotazos a su pareja de tanques. Un Almería de aluvión, hecho a base de fichajes exóticos pero aceptables (cosas de tener una secretaría técnica que merezca tal nombre), era superior y se ponía 2-0.

El empujón final del equipo lo acercó luego al empate, como en la ida. Entre lo poco positivo apenas podemos salvar, una vez más, el buen nivel de Ceballos.

Los comentarios serán, como siempre, bienvenidos.

sábado, 13 de diciembre de 2014

Lugo 0 - Betis 1 (17ª jornada de Liga de Primera División)

LUGO (0): José Juan; Dalmau, Pavón, Víctor Marco, Manu; Pelayo (Peña, m. 69), Seoane, Iriome, Jonatan Valle (Lolo Pla, m. 77); Ferreiro (David López, m. 61) y Aganzo. 
BETIS (1): Adán; Molinero, Bruno, Jordi, Varela; Kadir, N'Diaye, Xavi Torres (Fabián, m. 50), Dani Ceballos; Rennella (Jorge Molina, m. 57) y Rubén Castro (Lolo Reyes, m. 85)
0-1, m. 60: Rubén Castro.
Árbitro: De Burgos Bengoechea (Comité Vasco). Amonestó a Bruno, Xavi Torres, Valle, Molinero, Varela y Lolo Pla.
Buena entrada y leve lluvia en el Ángel Carro.

Sudor y gol
El Betis ha sumado la tercera victoria liguera consecutiva de la era Merino en un partido muy igualado, en el que no ha superado en juego al Lugo pero sí ha aplicado lo que cualquier aficionado reclamaba a este equipo: trabajo, la ilusión de los canteranos y calidad en las áreas, la única zona del campo donde el Betis marca las diferencias en la categoría. Siempre con muchos apuros y al borde del accidente, pero lo cierto es que Merino hasta ahora gana; su fórmula de esfuerzo, juego poco vistoso y concentración máxima ante las dos porterías recuerda –salvadas todas las distancias– al Betis del año mágico de Serra Ferrer.

Primer tiempo
El entrenador bético acierta en las alineaciones y dispone bien al equipo, de forma idéntica a como lo hacía Velázquez en sus últimos partidos pero con N'Diaye por Matilla, que no es poca diferencia. De nuevo el Betis se colocaba en un 4-4-2 defensivo que pasaba a ser un 3-4-3 en ataque: Ceballos, falso extremo, se metía de interior izquierdo, y N'Diaye se descolgaba desde el doble pivote como interior derecho por delante de Torres, metido este entre los centrales. Rubén Castro caía al extremo izquierdo. En el Lugo, dispuesto de forma similar a los béticos en ataque y defensa, era Seoane quien se acercaba a los centrales para sacar el balón, mientras Aganzo quedaba arriba.

Pese a cierta igualdad en ocasiones, en la primera mitad los de Setién demostraron su buena fama en el trato del balón y lo sacaron jugado mucho mejor que el Betis: bien haría Merino en mejorar el manejo y sobre todo la salida de balón, y podría aprender de los lucenses a cómo jugar el tres contra dos de los centrales y el mediocentro contra los dos delanteros rivales. Recordemos, por comparación, el nefasto encuentro contra el Alavés en el Villamarín hace un mes: aquel día los béticos se empeñaban en sacarla por abajo a toda costa pese a que la presión contra los tres béticos de la base de la jugada la hacían tres alavesistas, y, al menos a veces, procedía buscar el juego largo. Hoy el problema era el inverso: en vez de jugar con paciencia el tres contra dos hasta que saliera jugando un hombre libre (Torres o un central), los béticos daban el pelotazo sin siquiera amagar el toque, de forma que el Lugo esperaba ese balonazo con un pelotón de hombres al borde de su área, en torno a Rennella, la diana segura. Cuando, pasado el minuto veinte, se intentó tocar un poco más, Ceballos y N'Diaye cometían la equivocación de venir atrás a pedirla, por detrás de los delanteros lucenses, eliminando compañeros de la jugada y no rompiendo así líneas enemigas.

Por contra el Lugo salía con facilidad: Castro y Rennella defendían demasiado arriba y paralelos, y N'Diaye sólo se decidía en contadas ocasiones a ir a por Seoane, de forma que los locales la sacaban por su mediocentro con facilidad. Además Ceballos y Varela no se entendían (el zurdo leyó mal los movimientos del extremo local para la subida de su lateral), y el Lugo llegaba una y otra vez por su banda derecha. Adán hizo su milagro de cada día para salvar el 0-0.


El sistema defensivo del Betis en la primera parte: el Lugo sale fácilmente, los mediocentros quedan en inferioridad y Ceballos y Varela no entienden los movimientos de sus pares.

Segunda parte hata el minudo 70
Merino hace su habitual cambio del minuto 50 y aprovecha para ir a por el partido: retira a Torres, con tarjeta, y mete al debutante chaval Fabián, que se mete como mediocentro por delante de N'Diaye, quien queda como ancla. El Betis ya sí presiona arriba de verdad, Molina entra por Rennella, y llega pronto el premio del gol.

Últimos veinte minutos
Tras una breve fase de correcalles el Betis, que había desaprovechado varias contras claras, se abriga atrás y, aunque desprecia demasiado la posesión, mantiene el tipo a base de esfuerzo y concede pocas ocasiones. El equipo, al contrario que en tiempos de Velázquez, hace muy pocas faltas cerca de su área y aguanta el resultado. Muy al final Reyes entra por Castro y manda a N'Diaye a la mediapunta.

Jugador por jugador
Adán: Muy buen partido, con dos paradas excelentes en el primer tiempo y seguridad por alto. Bien con los pies, aunque no debe confiarse en los controles.
Molinero: El robo del gol le sube la nota en un partido bien trabajado pero poco lucido.
Bruno: Otro muy buen partido, aunque arriesgó la expulsión en el primer tiempo.
Figueras: Tuvo mucho trabajo por su lado, en particular centros por bajo, y lo resolvió bien.
Varela: Está crudo, sobre todo en defensa.
Kadir: Esta vez, más trabajo que acierto: corrió mucho.
N'Diaye: Sigue en línea ascendente. Tapó muchísimo campo, y se la suele dar a uno de los suyos.
Torres: Partido decente, pero de poca aportación. No hizo las ayudas debidas cuando surgieron las vías de agua por su costado, el izquierdo. Más pronto que tarde Reyes le quitará el puesto, porque en ataque dan casi lo mismo y en defensa el chileno hace mil ayudas más.
Ceballos: Estuvo fallón en el pase vertical –tal vez no es un superclase como algunos pensaron–, pero condujo bien y corrió muchísimo. Una vez más se metió excesivamente para el centro, hasta pisar la mitad derecha del campo muchas veces, algo innecesario y que le hace llegar tarde para cerrar al lateral, su par.
Rennella: Prácticamente no rascó bola. Demasiado amistoso con su exequipo.
Castro: Discreto hasta el gol, tras este empezó a carburar. Siempre donde debe.

Fabián: Tiene pinta de zurdito con alguna clase. Meterlo con tantos minutos, tan joven y en un sitio tan delicado tácticamente pareció imprudente, pero funcionó.
Molina: El cambio de entrenador le ha sentado muy bien.
Reyes: Entrada casi testimonial, como contrafuerte.

Merino: Con todos los apuros del mundo (hoy dos cuasipenaltis, una jugada cerca de la expulsión, otro paradón de Adán...), pero gana, que no es poco. Cambios valientes y correctos, y equipo bien situado, aunque debe mejorar con balón.

Los comentarios, como siempre, son bienvenidos.

lunes, 8 de diciembre de 2014

Betis 1 - Mallorca 0 (16ª jornada de Liga de Primera División)

BETIS (1): Adán; Molinero, Bruno, Jordi Figueras, Varela; Kadir (Piccini, m.87), Xavi Torres, N'Diaye, Álvaro Cejudo (Dani Ceballos, m.48); Rennella (Jorge Molina, m.75) y Rubén Castro.
MALLORCA (0): Cabrero; Cendrós, Kasim, Bigas, Gulan; João Victor, Bustos (Javi Ros, m.67); Pereira, Asensio, Arana (Markovic, m.87); y Abdón (Šćepović, m.62).
Árbitro: Valdés Aller, leonés. Amarillas para Pereira, Bigas, Molinero y Arana.
Goles: 1-0, m.55: Rennella. 

El Betis ha vencido con muchos apuros a un conservador Mallorca en un partido sólo aceptable de los locales, levemente superiores en el cómputo global del encuentro. Por fin Merino enseñó sus cartas tácticas. Veámoslas.

Primera parte
La suplencia de Cejudo en Copa hacía sospechar su titularidad; más sorprendente fue que la disfrutara a costa de Ceballos. No sólo el joven ha demostrado mucho más que el cordobés, sino que su presencia como falso extremo ordena al equipo en ataque de forma mucho más eficiente. Con el exosasunista, sin embargo, los locales quedaban situados en un 4-4-2 muy rígido, sin apenas escalonamiento por dentro. N'Diaye (por fin titular donde Matilla) tan sólo se descolgaba raras veces por delante de Torres –de hecho ni siquiera tenían muy definido quién jugaba a la izquierda o a la derecha–, de modo que todos, mediocentros, delanteros y extremos, quedaban muy paralelos, y además con escasa movilidad, sin ocupar triangularmente los espacios de la forma debida. Apenas Kadir venía a veces a pedirla en espacios interiores, y los delanteros del Betis se amontonaban arriba. El Mallorca atacaba igualmente con dos mediocentros, a partir de un 4-2-3-1 en el que el ya madridista Asensio ocupaba la mediapunta.

 Situación ofensiva de los jugadores del Betis en la primera mitad. Mal.

Ambos equipos defendían bien, con el bloque bastante arriba (más el Betis, pasado un arranque timorato), y atacaban, si se puede llamar así, a base de pelotazos. La espera del error grosero del rival, de los que el Betis cometió varios (por suerte no había delante un primera), y la vulgaridad del juego, producto del conservadurismo y de esos esquemas, recordaban a los primeros partidos de Velázquez.

Primera media hora de la segunda parte
Merino por fin pasa al esquema ofensivo con el que Velázquez había mejorado el trato de balón de su equipo en las últimas jornadas: respetando el 4-4-2 defensivo, en el que Ceballos ocupa el sitio de Cejudo, sin embargo el canterano se mete como suele por dentro cuando el Betis tiene el balón, y N'Diaye, ya claramente a la derecha de Torres para no solaparse con Ceballos, se escalona como interior. Castro se puede acostar al extremo izquierdo, y de repente todo encaja, hay conexiones y el Betis comienza a crear ocasiones. En un contragolpe llega el 1-0 y el Betis puede incluso sentenciar.

Situación ofensiva de los jugadores del Betis en la segunda mitad. Bien.

Último cuarto de hora
Pese a la entrada de Molina y la final de Piccini el Betis, cansado, no sabe tener el balón, Ceballos desaparece, el Mallorca refresca el ataque y llegan las ocasiones mallorquinistas, la más clara salvada milagrosamente por Adán muy al final. 

Jugador por jugador
Adán: Aun con una salida final un tanto aventurera, estuvo segurísimo y salvó un gol cantado al final. Muy bien.
Molinero: En su línea habitual de mucha actividad pero irregulares resultados. Defendió mejor que atacó.
Bruno: A su buen rendimiento de los últimos partidos hay que añadir una regularidad que es muy buena noticia en un defensa. Mezcla muchas intervenciones con buen mantenimiento del sitio. Muy bien.
Figueras: Aprobado raspado, como suele. Pocos errores, pocas intervenciones. Hoy no maltrató el balón.
Varela: Pone empeño, pero aun le falta entender cosas, como el posicionamiento en ataque. Mejor que Casado, por supuesto.
Kadir: Su tenacidad fue de nuevo importante. Jugó bien por dentro, aunque le siguen temblando las piernas en el área; a su edad seguramente esto no tiene arreglo.
Torres: Juega porque es el típico jugador mandón de los que suelen ser calificados como prolongación del entrenador en el campo, pero físicamente aún le falta ritmo, sobre todo al final de los partidos, al que llega muy desgastado.
N'Diaye: Buen partido, aun con su dispersión habitual. Muchos kilómetros en plan box to box, que hacen mucha falta.
Cejudo: Alguien debió ponerlo de lateral hace diez años. Pone empeño pero jamás sale limpio de un regate.
Rennella: Buena primera parte, como suele, con buen juego de espaldas, y un gol. No da para más de una hora.
Castro: La jugada del gol es típica suya y típico resultado de su enorme inteligencia (nos referimos a la futbolística, claro está): a base de amagos de tiro sacó petróleo de una contra en la que lo persiguieron cuatro rivales por cuarenta metros.

Ceballos: Bien en lo que hizo, aunque pasado el cuarto de hora tocó pocos balones. En defensa debe bascular menos: abandona demasiado su banda por ayudar en el centro. Muy trabajador.
Molina: Tocó pocas, pero parece estar mejor.
Piccini: Metió empuje.

Merino:  Como alineador ya mejora a Velázquez. En el planteamiento copió de forma poco comprensible los peores del castellano, aunque corrigió a tiempo. El equipo pone más trabajo, aunque sigue cometiendo errores elementales que dejan en mal lugar el trabajo de los últimos entrenadores.

sábado, 6 de diciembre de 2014

Betis 3 - Almería 4 (partido de ida de 16º de final de Copa)

BETIS (3): Dani Giménez; Piccini, Perquis, Caro, Casado; N'Diaye, Lolo Reyes, Matilla (Molina, m. 52); Chuli (Kadir, m. 52), Rennella (Rubén Castro, m. 73) y Pacheco.
ALMERÍA (4): Julián Cuesta; Michel, Antonio Marín, Dos Santos, Mané; Iván Sánchez (Wellington, m. 59), Verza, Corona (José Ángel, m. 67), Édgar; Teerasil (Dani Romera, m. 67) y Quique González.
0-1, m. 2: Mané. 0-2, m. 4: Teerasil. 0-3, m. 29: Quique González. 0-4, m. 61: Edgar. 1-4, m. 79: Rubén Castro. 2-4, m. 84: Perquis. 3-4, m. 90: Jorge Molina.
Árbitro: Martínez Munuera (Comité Valenciano). Mostró tarjetas amarillas a Perquis, Caro, Casado, Teerasil e Iván Sánchez.
Muy mala entrada (unos 4.000 espectadores, una de las peores que uno recuerda en partido oficial) en el Benito Villamarín. Noche fría.

Bastó que se presentara un primera en el Villamarín, aunque fuera de los muy malos (casi dos meses sin ganar), para recordar a los béticos que los problemas deportivos de este club van más allá de quién entrene al equipo o de a cuántos puntos del ascenso se esté. Esta vez, en concreto, afloraron dos graves: una tremenda falta de tensión competitiva (otra vez goles tempraneros, como la temporada pasada) y una espantosa falta de calidad en el fondo de plantilla: jugadores como Casado, Caro, Matilla, Chuli... alcanzan un nivel medio de Segunda, o ni eso.

Primera hora de partido
El impresentable inicio de partido de los béticos diluyó y alteró un tanto uno de los pocos puntos de interés del encuentro: el planteamiento táctico de Merino. Al igual que el de los almerienses, resultó muy convencional y estándar: ni bloque muy alto ni muy bajo, poquita presión, doble pivote en defensa... Unos y otros defendían en 4-4-2, algo más arriba el Betis –tal vez empujado por el resultado–, en el que Matilla se quedaba casi siempre junto al delantero y los emparejamientos no estaban demasiado claros: a veces los extremos apretaban a un central, otras N'Diaye trataba de cerrar al mediocentro retrasado almeriense... El resultado era un tanto confuso, y Verza y Corona, que se turnaban para tocarla al inicio de la jugada, gobernaban el mediocampo casi a placer. En ataque los verdiblancos escalonaban bien un teórico 4-3-3 con N'Diaye y Matilla como interiores derecho e izquierdo, pero la falta de cualidades físicas de jugadores como Chuli o Matilla, la descoordinación defensiva –especialmente al tirar el fuera de juego– y, sobre todo, una impresentable falta de actitud profesional en muchos de los jugadores llevaron al equipo al ridículo ante los suplentes de uno de los peores equipos de la Primera española.

Última media hora de partido
Merino retira a los más incapaces, Chuli y Matilla, y reordena al equipo en un 4-4-2 con dos delanteros, más Kadir (más profundo, con lo que arrastraba a N'Diaye a la banda) y Pacheco (de tendencia interior) como extremos. Tras el 0-4 (llegado en uno de los mil errores no forzados de los béticos) entra Castro, marca, al equipo, ya mucho mejor, le entra un ataque de dignidad, y poco falta para empatar. A esas alturas Piccini hacía daño por la derecha y Reyes y N'Diaye podían con los medios almerienses. 

Jugador por jugador
Giménez: Muy lento en el 0-1 y poco que hacer en los restantes. Bien con los pies.
Piccini: Tardó mucho en entrar en el partido, pero en el último cuarto de hora barrió físicamente por su banda. Uno de los poquísimos que pidió minutos.
Perquis: Su gol redimió parcialmente su mal partido, plagado de errores y descoordinaciones.
Caro: Mal también, aunque al menos la tocó decentemente. Sin presencia, descoordinadísimo con sus compañeros para tirar el fuera de juego, sin apenas intervenir por alto...
Casado: Uno se pregunta una y otra vez qué le vio quien lo trajo. El chaval es aplicado y dio su nivel, pero es que su nivel es para un Segunda malo, y gracias.
N'Diaye: Si no mejora su concentración desperdiciará sus muy buenas condiciones futbolísticas.
Reyes: De lo poquito defendible.
Matilla: Alguien debería hacer un estudio de los resultados del equipo con y sin él en el campo. El resultado sería devastador. 
Chuli: Otro chico que, sencillamente, no tiene nivel para el Betis, ni físico ni técnico. Ni siquiera para suplente de este Betis.
Rennella: Puso alguna voluntad, pero el equipo estaba desconectado.
Pacheco: Tiene graves limitaciones, pero al menos da cositas: es constante en el esfuerzo y la cuelga bien en los córneres.

Kadir: La comparación con Chuli lo hace imprescindible.
Molina: Hizo sus mejores minutos de la temporada, que ciertamente no es decir mucho.
Castro: Con o sin feos problemas penales, en Copa o en Liga, con frío o calor... 95 oficiales.

Merino: Dio minutos a los suplentes, entendemos que con buen criterio y mirando antes por el bien del club que por el suyo; en este caso, para repartir minutos y meter a todos en la dinámica del grupo. Tácticamente el equipo se mostró confuso, sin saber muy bien qué quería hacer. En todo caso la falta de actitud de los jugadores, sin amor propio y carentes de liderazgo en el campo, deja de lado cuestiones más sutiles y demuestra que se puede contar con pocos de los de ayer. Tal vez los jugadores no sean conscientes de que actuando así llaman a gritos a un mallorquín que los pondrá firmes.

El detalle

Tras quien esto firma se sentó una quincena larga de belgas, miembros de la Peña Bética de Brujas, que demostraron conocer cánticos y otras tradiciones béticas, incluido el manque pierda.

Los comentarios son siempre bienvenidos.

sábado, 29 de noviembre de 2014

Llagostera 0 - Betis 2 (15ª jornada de Liga de Primera División)

LLAGOSTERA (0): Moragón; Aimar, Alcalá, Jorge, Ruymán (Imaz, m. 62); Tarradellas (Pitu, m. 70), Tito, Diego Rivas, Ríos; Eloy Gila (Sergio León, m. 62); y Quero.
BETIS (2): Adán; Molinero (Piccini, m. 64), Bruno, Jordi, Varela; Xavi Torres, Ceballos (Rennella, m. 48); Kadir (Caro, m. 71), N'Diaye, Cejudo; y Rubén Castro.
Sagués Oscoz. Amonestó a Eloy Gila, Jordi Figueras, Alcalá, Varela y Bruno.

Estadio de Palamós. Césped en pésimas condiciones por las fuertes lluvias, que lo empeoraron al avanzar el partido. Unos 3.000 béticos en las gradas.

Un partido que no debió jugarse
La curiosidad táctica por el debut de Merino en el banquillo del Betis deberá esperar a mejor ocasión para satisfacerse, porque las fuertes lluvias, mantenidas e incluso crecientes a lo largo del encuentro, impidieron un desarrollo normal de este, que debió suspenderse como
poco después ocurrió con el de Las Palmas cerca de allí, en Sabadell.

El juego resultó en un pintoresco espectáculo que recordaba a los viejos partidos de futbol de alevines sobre tierra, de antes de inventarse el fútbol 7 y el césped artificial: se trataba básicamente (y más aún a medida que avanzó el encuentro) de alejar a toda costa el balón de la portería propia y de acercarlo a la ajena, a fin de que los sucesivos accidentes debidos a la imprevisible velocidad del balón en cuanto tocaba el suelo acabasen en gol en la portería enemiga y no en la de uno. Para ello estaban prácticamente prohibidos la conducción del balón y el pase raso (prohibidísimo hacia el portero propio), y sólo valía el pelotazo largo, también difícil desde un charco.

Minutos 1 al 48
Obviamente estas condiciones disminuyen los efectos de las presumibles distancias futbolísticas entre Betis y Llagostera, sobre todo de las técnicas, aunque a los béticos se les presupone superiores también en lo físico. La colocación en el campo en estos casos tampoco tiene mucho que ver con la convencional y ahí entendemos que Merino cometió un error de partida al dejar en tierra a Molina y en el banquillo a Rennella, pues el juego natural es en estos casos (también como en aquellos partidos de la infancia) el pelotazo al tanque para que la deje a un compañero cercano, esto es, a un segundo delantero. El linense jugó sin embargo un 4-2-3-1 en el que ese papel de cabeceador trató de hacerlo N'Diaye como mediapunta (algo experimentado ya por Velázquez en Valladolid), mientras Ceballos pasaba al doble pivote junto a Torres (¿no era mejor Reyes en un campo así?), Kadir y Cejudo hacían de extremos derecho e izquierdo, y un móvil Castro quedaba arriba. Matilla no era titular, algo que habrá que ver si respondió al estado del terreno de juego o a que Merino sí ha comprendido que la fuerza de N'Diaye compensa sobradísimamente su leve inferioridad técnica respecto al toledano. El Llagostera parecía jugar un 4-4-1-1, aunque quien esto escribe reconoce difícil establecerlo en un encuentro consistente en pelotazos, choques e interrupciones constantes.

El partido se jugaba en la banda derecha bética (izquierda del Llagostera), donde desplegaban mucha actividad Kadir y un N'Diaye que caía más hacia allí (aunque Rivas le daba buena réplica). Llegaban así ocasiones en segundas jugadas.

Cometía un segundo error el Betis, recurrente este aunque también sin consecuencias: un exceso de faltas en campo propio, una bendición para quien las recibe porque permiten colgar el balón fácilmente hacia el área, único modo posible de juego en un césped impracticable. Mención especial debe recibir en este aspecto Molinero, que en el primer cuarto de hora cometió varias. Permisivo además el árbitro con la colocación del balón, que los catalanes aprovechaban para ganar metros, llovieron los balones hacia el área bética, donde (también de nuevo) la buena concentración de los verdiblancos, sobre todo de sus centrales, evitaba el peligro. Por demás el Llagostera no llegaba a puerta nunca; el Betis, poco.


Minutos 48 al 75
Merino mete por fin arriba a Rennella, para lo que pasa a un 4-4-2 en el que N'Diaye (derecha) y Torres son mediocentros. Inmediatamente llega el 0-1. Comete entonces el Betis su tercer error táctico del partido: dar un paso atrás y acumular gente cerca de su área renuciando a la posesión, algo improcedente en este tipo de encuentros porque propicia barullos en tu área. Más rentable suele ser adelantar la defensa, considerando lo dificilísimo que es que un delantero recorra metros en velocidad sin que el balón se le atasque. El Betis sigue además cometiendo demasiadas faltas en campo propio, y llegan así ocasiones muy claras de los locales, que pueden empatar.

Merino refuerza el lateral derecho y el juego aéreo: tras entrar Piccini por el lesionado Molinero, ocupa ese sitio Caro y el italiano se adelanta al de Kadir.

Último cuarto de hora
La lluvia arrecia, el árbitro no suspende porque queda muy poco pese a que el campo es una pura laguna, seguramente ya antirreglamentaria, y Castro aprovecha una de las pocas contras béticas para poner de gol a Rennella.

Jugador por jugador
Adán: Seguro, también en los balones colgados, en un día en que no era fácil estarlo.
Molinero: Como suele ocurrirle tuvo mucha actividad pero no siempre fue para bien.
Bruno: El mejor de la defensa, un partido más. Entendió siempre las necesidades de cada jugada y ganó casi todos los uno contra uno. Debe guardarse los codos en los balones altos.
Figueras: Discreto y eficiente. Rozó el autogol.
Varela: Cumplió en un partido poco apropiado para inexpertos. Como es sabido, tiene buen pie para el balón parado: otro punto a su favor, porque no hay mucho lanzador en el equipo.
Torres: A lo suyo: buena colocación pero poquitas intervenciones.
Ceballos: El partido iba mal a su estilo, muy de control y conducción.
Kadir: Hizo el poquito fútbol merecedor de tal nombre, aunque no muy rentable.
N'Diaye: Pese a que el veterano (y canijo) Rivas le equilibró en el cuerpeo a base de inteligencia, interceptó muchos balones, peinó los que pudo y así empujó hacia arriba, que era lo importante hoy. Condujo demasiado el balón, algo improcedente en un terreno así pero que traerá buenas noticias en el futuro si Merino lo vuelve a situar en posiciones de interior: ahí es necesario poder hacerlo, y Matilla es incapaz por falta de potencia física.
Cejudo: Pelea y un par de tiritos a puerta (no hubo muchos más).
Castro: Es sorprendente que incluso en días como este se las arregle para meter un gol y dar otro. Listo en los movimientos, aunque tocó pocas.

Rennella: Tras el 0-1 el equipo se metió muy atrás y eso le restó alimentación. Gol de delantero centro.
Piccini: Tardó un rato en enterarse de còmo hay que jugar estos partidos.
Caro: Intervino muy poco. Cumplió.

Merino: Habrá que verlo en un partido más normal. De momento el equipo peleó y ganó, y el entrenador realizó los cambios con sentido, aunque el planteamiento inicial no pareció el más adecuado a las circunstancias.

domingo, 23 de noviembre de 2014

Betis 1 - Alavés 2 (14ª jornada de Liga de Segunda División)

BETIS (1): Adán; Molinero (Cejudo, m.46), Bruno, N'Diaye, Varela (Lolo Reyes, min. 68); Kadir, Matilla (Dani Pacheco, m.58), Xavi Torres, Dani Ceballos; Rennella y Rubén Castro.
ALAVÉS (2): Manu Fernández; Galán, Einar, Migue, Castillo; Toribio, Beobide, Toti, Raúl García (Sangalli, m. 56); Juli (Juanma, m. 72); y Ion Vélez (Despotovic, m. 83).
Árbitro: Pizarro Gómez, madrileño. Amarillas para Migue, N’Diaye, Galán, Bruno, Lolo Reyes y Sangalli.
Goles: 0-1, m.16: Juli; 0-2, m.26: Raúl García; 1-2, m.53: Rubén Castro, de penalti.

Fin de la mejoría, larga estancia en Segunda
La diferencia más importante entre el fútbol de alta competición y el inferior no está en las cosas que son capaces de hacer los jugadores sino en la velocidad a la que lo hacen. El Betis de Velázquez se ha situado hoy correctamente pero un tal Alavés le ha ganado en ritmo de juego, en particular en la primera media hora. A partir de ahí los locales han sido presa de sus propios nervios: la mejora del juego lograda por Velázquez ha durado poco y la moral del equipo vuelve a ser tan frágil como en la nefasta temporada pasada. A ocho puntos ya del ascenso directo, las sensaciones que emanan de equipo y entidad auguran una estancia prolongada en esta categoría.

Primera media hora
No ha sido en absoluto ajena a esa diferencia de ritmo inicial entre béticos y vitorianos la elección de mediocentros de Velázquez. El preparador escogió a sus intocables, Matilla y Torres, dos hombres de físico hoy más que dudoso, aun a costa de dejar en el banquillo a Lolo Reyes, entre los mejores en las últimas jornadas. A cambio de perder la intensidad del chileno Velázquez lograba una teórica buena estructura ofensiva, que iniciaba la jugada en el 2-1-4-3 habitual en las últimas jornadas, desde el partido del Recre: Torres la pedía cerca de los centrales, y Ceballos y Matilla quedaban a sus lados. Una vez más el canterano (omnipresente) cerraba la banda izquierda como falso extremo, mientras Kadir lo era verdadero por la derecha. El canterano Varela hacía de Álex Martínez.

Ese once y N'Diaye, central izquierdo en sustitución del sancionado Figueras, aseguraban sobre el papel una buena salida de balón. La realidad sería muy diferente. El Alavés salió muy valiente, con enorme intensidad y haciendo una presión muy alta. Aunque partía sin balón de un 4-4-2 (y en ataque Juli quedaba como mediapunta), uno de sus mediocampistas iba a por Torres muy arriba; el Betis trataba de sacarla jugada, incluso con grandes riesgos, pero por su bajo ritmo de balón nunca encontraba a los interiores, Ceballos y Matilla, pese a que contaban con superioridad en su zona ante el cierre alavés. Los inicios de jugada bética (de mucho sobeteo de balón pero, paradójicamente, poca paciencia) acababan con frecuencia en robos vitorianos o en conducciones en diagonal de N'Diaye que rozaban lo temerario y morían en la zona de Matilla. El campo se hacía largo, el juego veloz. El Alavés llegaba tres veces y metía dos golazos.

Posiciones ofensivas del Betis ante el Alavés.
A partir de la media hora Matilla pierde la paciencia y se mete en zona cómoda.

El instante de la pérdida de N'Diaye que estuvo a punto de suponer el 0-3.

Como se observa en la imagen, ante el 2-1-4-3 del Betis el Alavés presionaba en 4-3-1-2, permitiendo superioridad en la media de los béticos (tres contra cuatro en la línea de mediocampo, como le ocurrió al Betis al defender al Barça B en su partido de hace dos semanas). El Betis sobaba sin sentido la pelota en la zona peligrosa, algo procedente cuando el rival presiona sólo con dos atacantes y hay que jugar ese tres contra dos en la salida hasta liberar a un hombre, pero no cuando te hacen presión alta: ayer procedía sin embargo buscar las zonas francas (círculo rojo), donde estaba el hombre libre, en largo si era necesario (véase lo que hizo el Sevilla en el Villamarín el día del 3-3).

Último cuarto de hora de la primera parte
El Alavés, cansado, da un paso atrás y junta líneas. Matilla, muy perdido, comete entonces un error posicional habitual en él: pide la pelota en zonas cómodas, por detrás de las líneas alavesas, de modo que el Betis sólo progresa por el lado de Ceballos. En defensa el toledano llega tarde al cierre como mediocentro derecho y Torres apaga pocos fuegos: el Alavés ronda el tercero, y el Betis es ya un manojo de nervios.

Segunda parte
Velázquez mete a Cejudo como lateral derecho, el Betis presiona arriba y pesca un gol de penaltito, pero ni así consigue encerrar al Alavés y crearle suficientes ocasiones. El entrenador mete más madera: retira a Matilla y Ceballos pasa a ser mediocentro derecho, con Pacheco ya como extremo verdadero. El Betis empuja pero nunca controla, y sólo Ceballos (y a veces Kadir) se ofrece bien entre líneas.

Finalmente mediada la segunda parte Velázquez cambia de sistema para pasar a un 3-2-3-2 en el que Reyes (¡?) es defensa izquierdo, Cejudo, Kadir y Pacheco quedan en el triplete de mediapuntas y Rennella y Castro siguen arriba. Correcto era mover el árbol para ver si así caían nueces, pero lo cierto es que tras cambiar a los dos laterales, que no estaban cansados ni lo habían hecho particularmente mal, quedaban en el campo cansadísimos Kadir, Ceballos o Rennella, además de un inoperante Torres.

Jugador por jugador
Adán: Poca responsabilidad. Los dos golazos del Alavés eran casi imparables y salvó el tercero. Debe cuidar una jugada que ha repetido mucho: el pase al mediocentro, de espaldas, que sólo es admisible cuando es muy seguro.
Molinero: Poco acertado al colgar balones, pero poco relevante para bien o para mal.
Bruno: Buen partido, muy completo. Parece ajeno a los nervios generales, y eso es importante.
N'Diaye: Decepcionante, especialmente en una muy mala primera parte, en la que cayó presa de los nervios y el runrún de la grada.
Varela: Buen partido, a años luz de Casado. De momento es evidente que debe seguir jugando, porque no hay un solo jugador en la plantilla que pueda jugar ahí, especialmente en ataque.
Kadir: Como tantas veces, se vio enredado en situaciones de inferioridad numérica excesiva, sin nadie con quien combinar.
Matilla: El hombre le echa voluntad, pero sus buenas condiciones técnicas definitivamente no alcanzan para compensar su debilidad física. Ni puede conducir, por lento, ni cubre campo, ni llega al área. Una comparación con el despliegue físico de Ceballos lo deja en evidencia.
Torres: Su oficio, buena ubicación y, suponemos, carisma en el vestuario tampoco compensan su falta de agilidad con balón y sin él, ni su consiguiente bajo ritmo de juego. Tal vez pueda mejorar, pero ahora no debe ser titular.
Ceballos: Otro buen partido, generosísimo en el esfuerzo, ofreciéndose en todo momento al compañero, y con recorrido enorme. Y además desequilibra, juega bien entre líneas y se la suele dar a uno de los suyos. Recuerda al Stosic jugador.
Rennella: Hizo una buena primera parte y luego se perdió.
Castro: Ha bajado un puntito de forma, y el equipo lo nota.

Cejudo: Enredado como siempre. Casi marca.
Pacheco: Está rapidito, pero sigue sin levantar casi nunca la cabeza.
Reyes: Bastante hizo en un sitio rarísimo para él.

Velázquez: La ubicación del equipo es correcta, pero la elección de ciertos jugadores parece más debida a filias personales que al rendimiento objetivo. Su presunta gran baza hasta ahora, la actitud del equipo y la entereza del vestuario, parecen empezar a desmoronarse.

Los comentarios son siempre bienvenidos.

lunes, 17 de noviembre de 2014

Zaragoza 2 - Betis 2 (13ª jornada de Liga de Segunda División)

ZARAGOZA (2): Whalley; Diogo, Rubén (Rico, min. 6), Mario, Cabrera; Pedro (Jaime Romero, min. 80), Dorca, Galarreta (Lolo, min. 52), Eldin; Willian José y Borja Bastón.
BETIS (2): Adán; Molinero (Caro, min. 82), Bruno, Jordi Figueras, Casado;
Kadir (Dani Pacheco, min. 90), Lolo Reyes, Xavi Torres, Matilla; Rennella (Jorge Molina, min. 74) y Rubén Castro.
Árbitro: Areces Franco, asturiano. Muy casero. Amarillas para Mario, Rubén Castro, Rennella, Jordi Figueras, Xavi Torres, Pedro, Molinero, Rico y Willian José.
Goles: 0-1, minuto 34: Rennella. 1-1, minuto 54: Willian José, de penalti. 1-2, minuto 57: Cabrera, en propia meta. 2-2, minuto 62: Pedro.


El Betis jugó en Zaragoza un entretenido partido a la pamplonesa, y dejó esta vez escapar sólo dos puntos porque el error de entonces de Adán se cambió hoy por varias paradas milagrosas del portero. Definitivamente el equipo no ha aprendido a manejar los partidos con el marcador a favor.

Primera mitad
Las bajas de Ceballos, Álex y N'Diaye, y el aprecio del entrenador por el trabajo de Torres dejaron la alineación casi cantada. Matilla ocupó el falso extremo izquierdo de Ceballos, y Reyes y Torres quedaban como mediocentros, lo cual implicaba un importante matiz: en ataque los dos acudían a pedirla cerca de los centrales –más, cierto, Torres que el chileno–, lo que provocaba largas posesiones béticas cerca de Adán y mucho manoseo inocuo del balón.


Posiciones ofensivas del Betis en Zaragoza

El Zaragoza plantaba enfrente un 4-4-2 tan bien escalonado por dentro y móvil en ataque como permeable en defensa (el joven y rehabilitado Galarreta tiene más calidad que cualidades defensivas). Los maños dejaban manejar el balón a los béticos lejos de su portería pero finalmente solían caer en la trampa de ir arriba a por los béticos: a veces obligaban al pelotazo, pero cuando el Betis lograba sacarla jugada (siempre por dentro) llegaban rápidas combinaciones de Kadir, muy activo, Rennella y Castro, que tenían amplios espacios para ello. Se sucedieron así varias ocasiones claras de los béticos, una de ellas gol, por apenas una del Zaragoza.


Primer cuarto de hora de la segunda parte
Con poco que perder, el Zaragoza sale con toda la cuerda dada y, como en Pamplona, el Betis pierde completamente la posesión del balón y el control del partido, no encuentra a sus delanteros ni por arriba ni por abajo y concede ocasiones. Tras quemar en siete minutos las energías restantes de Galarreta (inteligente manera de gastar un cambio), Víctor hace un relevo aparentemente defensivo para solidificar su endeble mediocampo, metiendo a Lolo por el vasco. El Zaragoza marca de inmediato en injusto penalti señalado a Figueras; tras el autogol del Zaragoza siguen llegando ocasiones detenidas por Adán, hasta que no puede evitar el 2-2.

Última media hora
Fundido el Zaragoza, el Betis se rehace y retoma cierto control, pero apenas llega a puerta. Velázquez cambia cromos: Molina por el ya desaparecido Rennella, Caro por el tarjeteado Molinero, y muy al final Pacheco por Kadir. Cerca de la campana, con un Betis blandeando (tal vez por estar muy cargado de personales: varios hombres en peligro de expulsión), los maños merodean el tercer gol.

Jugador por jugador
Adán: Partido extraordinario, con varias paradas magníficas, y no sólo la última. Muy bien en las salidas por alto, y llegó bien en la única comprometida por bajo, aunque fue muy arriesgada. Su juego con los pies sigue siendo mejorable.
Molinero: Poquita cosa. Sin errores graves pero con poca presencia.
Bruno: Excelente partido. Por alguna extraña razón se ha instalado entre los béticos la convicción de que todos los centrales del equipo juegan muy mal. Sin embargo, Bruno (apartamos su primer medio partido, que aquí criticamos sin piedad) lleva ya varios buenos partidos, y hoy ha dado un recital de colocación, cortes por alto y por bajo y salida calmada de balón. Además está relativamente rápido y gana siempre en el cuerpo a cuerpo.
Figueras: Tuvo mala suerte en el (no) penalti, pero en general tuvo mucha menos presencia y acierto que su compañero de línea. Sacó la pelota en largo tan horriblemente como siempre.
Casado: Es muy malo. El Zaragoza lo flotaba.
Kadir: Activísimo y muy rápido de movimientos, se embarulló a veces pero es muy importante para la fluidez del ataque.
Reyes: También tuvo mucha presencia y, en general, la jugó bien, aunque exiliado de su puesto natural –muy cerca de los centrales– por Torres.
Xavi Torres: Pareció en mejor estado físico de lo esperable. Grandes aciertos (como el corte y pase en un toque del 0-1) y algunos errores groseros. Sabe de esto, pero no es un dechado de virtudes físicas ni técnicas.
Matilla: Al parecer jugó.
Rennella: Muy buena primera parte. En la segunda volvió el pendenciero que se sale del partido.
Castro: Una mala tarde la tiene cualquiera. Incluso Rubén.

Molina: Mejoró levemente sus últimos partidos, algo fácil por demás.
Caro: Confuso.
Pacheco: NI la tocó.

Velázquez: Es frustrante que ahora que el equipo tiene cierta fluidez con balón sea incapaz de guardar su portería, ni siquiera con dos mediocentros defensivos en el campo. Hoy al menos salió vivo de un partido complicado, con la banda izquierda deshecha. La baja de Álex y las altas de N'Diaye y Ceballos le provocarán ahora ciertos dolores de cabeza: el sistema con dos interiores ofensivos funcionó bien, y Reyes, Ceballos y sus queridos Torres y Matilla no le van a caber en un equipo razonable. De N'Diaye ni hablemos.

Los comentarios, como siempre, son bienvenidos.

viernes, 14 de noviembre de 2014

Un Betis sin Álex Martínez

La baja de Álex Martínez para lo que resta de temporada no solo es muy triste para el jugador sino muy grave para el equipo. Como advertimos desde el primer partido de liga, su banda ha sido una de las principales vías de salida con el balón jugado, y su anterior baja fue ya un grave contratiempo, padecido durante varias jornadas.

Cuando Velázquez halló por fin, ante el Recre, un satisfactorio sistema (realmente utilizado ya en el cuarto de hora final ante el Leganés), Álex se convirtió en una de las piezas básicas para la sustancial mejora del juego con balón del equipo bético. Velázquez (al modo de Ancelotti en el Madrid, con Marcelo en el rol de Martínez e Isco en el de Ceballos) aprovechó las características de los dos canteranos de la banda izquierda para jugar un 2-1-4-3 (o 3-4-3) ofensivo en el que por fin cada hombre se encontró en su lugar natural y las posiciones ofensivas eran adecuadas. Para ello se necesitaba un lateral que atacara como carrilero y además defendiese como lateral en una defensa de cuatro.



 Esquemas defensivo (verde) y ofensivo (blanco) del Betis en las jornadas
10ª, 11ª y 12ª de liga: el mejor Betis de la temporada

La baja de Martínez requiere o bien un cambio de sistema, que sería una desgracia una vez que por fin se ha hallado el camino adecuado, o bien encontrar un hombre capaz de realizar esas dos funciones concretas, ofensiva y defensiva. Cejudo u otro extremo adaptado a esa posición podrá hacer la primera, pero difícilmente la segunda, que exige entre otras cosas saber tirar la línea del fuera de juego o hacer coberturas defensivas y cerrar el centro de la defensa cuando el equipo bascule al lado contrario, labores de especialista defensivo. Casado sabe hacer esas labores defensivas, pero se ha mostrado incapaz de ejercer en ataque correctamente de carrilero.

Quedan pues dos soluciones: incorporar un nuevo jugador como titular para esa doble función, sea el canterano Varela o un fichaje de calidad; o bien cambiar de sistema y, por ejemplo, mantener el esquema ofensivo (3-4-3) también en defensa, lo que provocaría nuevos problemas hoy olvidados, y en particular el encaje de Reyes, que –suponemos descartado como tercer central, aunque tal vez valga la pena probarlo o reemplazarlo ahí por N'Diaye– volvería a atacar como interior izquierdo, papel muy mal recitado hasta ahora por el jugador chileno.

En suma, si Velázquez no considera válido a Varela para el puesto, se impone como necesidad el fichaje de un nuevo lateral zurdo, y con buenas prestaciones ofensivas. Para la visita a Zaragoza el problema se agrava con la baja de Ceballos (¿son Nono o Sergio la alternativa?), pero es sobre todo la planificación a medio y largo plazo la que hace perentoria esta necesidad.


sábado, 8 de noviembre de 2014

Betis 1 - Barcelona B 0 (12ª jornada de Liga de Segunda División)

Adán; Molinero (Perquis, m. 66), Bruno, Jordi, Álex Martínez (Cejudo, m. 75); Kadir, Matilla, N'Diaye, Ceballos; Rubén Castro y Rennella (Pacheco, m. 85)
Ortolá; Patric, Macky, Diagne, Grimaldo; Samper, Gumbau (Pol Calvet, m. 71), Juan Cámara (Halilovic, m. 58); Adama, Sandro y Dongou (Maxi, m. 85).
1-0, m. 49: Rubén Castro.
Árbitro: González Fuertes (Comité Asturiano). Casero y tolerante con el juego de contacto. Mostró tarjetas amarillas a Álex Martínez, Jordi, Kadir, N'Diaye, Sandro y a Macky en dos ocasiones, la segunda en el minuto 95. En el minuto 43 de la primera mitad expulsó al entrenador del Real Betis, Julio Velázquez y al segundo entrenador del Barcelona B, Carlos Hugo.
27500 espectadores en el Benito Villamarín. Terreno en buen estado y buen clima para el fútbol.

El Betis logró hoy una apurada victoria tras jugar un partido atípico y sólo aceptable ante el Barcelona B. La posible lesión de Álex Martínez, un jugador sin sustituto válido en esta plantilla, fue la peor noticia del partido.

El encuentro fue bastante homogéneo en su transcurso y muy diferente tácticamente de los habituales en Segunda, pues ambos equipos buscaron la posesión desde una presión muy alta, con mayor despliegue físico del Betis y técnico del Barça B.

Muchos minutos del partido transcurrieron en la especie de partida de ajedrez con balón jugada por los azulgrana ante la presión alta bética; los jóvenes visitantes estuvieron pacientísimos, sin miedo al riesgo, y su portero es excelente con los pies. El Betis, desde su 4-4-2 defensivo de las últimas jornadas (con N'Diaye en el papel de Reyes de mediocentro izquierdo) y con la defensa muy adelantada, se halló ante problemas similares a los de otros partidos contra el 4-3-3 del filial azulgrana: si trataba de hacer una verdadera presión alta sin dejar a sus dos delanteros en inferioridad ante los centrales y el pivote azulgranas, era necesario que uno de sus mediocentros, casi siempre Matilla, fuera a por el pivote catalán. Quedaba entonces N'Diaye contra dos interiores. En algunos momentos al inicio de la segunda mitad un central ("sobraba" uno de ellos ante el delantero centro) fue a por el interior más adelantado y N'Diaye a por el otro, pero en otras ocasiones era Ceballos quien se veía obligado a coger a ese interior suelto, con lo que dejaba pista libre al lateral derecho para conectar con Adama, rapidísimo extremo que complicó mucho las cosas a los locales. En otras ocasiones la timidez de la presión bética (que no pareció del todo trabajada y a veces, por ejemplo, no apretaba hasta el final en situaciones ventajosas) permitía a los blaugrana jugar directamente hacia los delanteros, incluso (segunda parte) a la espalda de los centrales béticos.

 El Betis en fase defensiva: la indecisión de los centrales en ir a por un interior provocó la inferioridad de Ceballos y N'Diaye ante tres visitantes, y con ello la salida fácil hacia el par de Álex.

En ataque el partido era también inhabitual. El Betis se estructuraba en principio en el 2-1-4-3 usual últimamente, con muchas permutas arriba entre Castro, Rennella y Kadir, más Ceballos y Matilla como interiores; pero los del B presionaban alto, con la defensa también muy adelantada, de modo que el Betis jugaba muchas veces en largo hacia Rennella (bien de espaldas) o directamente Jordi hacia Álex a las espaldas del lateral; si el Betis no la perdía, llegaba con gente y espacios arriba. El desacierto en el último pase en sus mil llegadas por las bandas impidió el gol hasta el 1-0. El Betis tuvo unas pocas más ocasiones que el filial, pero no muchas más: fue sólo levemente superior.

Las sucesivas lesiones de sus laterales obligaron a Velázquez (o a su segundo) a meter a Perquis y desplazar a Bruno al lateral derecho, primero, y luego a meter a Cejudo como lateral izquierdo. Muy al final Pacheco aportó aire fresco arriba; para entonces Halilovic provocaba problemas graves por dentro a los béticos, que (¿nervios?) no acaban de aprender a tenerla cuando van ganando.

Jugador por jugador
Adán: Bien bajo palos, mal con los pies. Muy tranquilo al final, y no era fácil. Sigue indeciso en las salidas en anticipación por bajo.
Molinero: Hoy no cometió errores graves. Se proyectó en ataque, con acierto desigual.
Bruno: Otro partido de notable alto, incluso como lateral.
Figueras: Menos participativo que su pareja, pero acertado.
Álex: Pasó apuros ante el excelente Adama. En ataque, bien. Esperemos que su lesión sea leve.
Kadir: Peleón, rápido y a veces incluso brillante con balón, al pisar el área le tiemblan las piernas.
Matilla: Más luchador y menos acertado con balón de lo habitual. Aguantó como pudo las exigencias físicas del partido.
N'Diaye: Notable partido, sólido, bien con balón, con mucha presencia y sorprendentemente fresco hasta casi el final. Obviamente, debe seguir jugando.
Ceballos: Definitivamente no es flor de un día. Además de técnica y regularidad, tiene capacidad de sacrificio, por ejemplo para ayudar en el segundo tiempo a Álex a tapar su vía de agua ante Adama.
Rennella: Le faltó el gol, pero intervino bien con balón, especialmente para dar salida al equipo.
Castro: Decidió una vez más el partido. Por demás, menos participativo y esforzado que otros días.

Perquis: Cumplió. Rápido en un balón muy peligroso al final.
Cejudo: Tras algunas indecisiones ayudó a retener el balón.
Pacheco: No se sabe muy bien para qué salió, salvo para mejorar la primera línea de presión. Trabajador.

Velázquez: Buena alineación y equipo, por fin, bien estructurado. Expulsado (para regocijo de la grada: no debió de sentirse muy querido), parcheó como pudo las lesiones de los laterales, para los que no tenía relevos naturales. El equipo sigue teniendo muchos aspectos por trabajar, como retener la pelota y soltar los nervios cuando va ganando, o mejorar la presión alta (aunque contra otros rivales será más fácil robar). Hoy se intentó un córner más o menos preparado.

Como siempre, los comentarios son bienvenidos.

domingo, 2 de noviembre de 2014

Osasuna 3 - Betis 2 (11ª jornada de Liga de Segunda División)

OSASUNA (3): Santamaría; Echaide, David García, Miguel Flaño, Cadamuro; De las Cuevas (Onwu, m.85), Nekounam, Loé, Kenan Kodro (Roberto Torres, m.75); Nino y Ansarifard (Sisi, m.46).
BETIS (2): Adán; Molinero, Bruno, Jordi, Álex Martínez; Kadir, Matilla (Pacheco, m. 80),
Lolo Reyes (N'Diaye, m. 65), Ceballos; Rennella (Chuli, m. 65) y Rubén Castro.
Goles: 0-1, m. 12: Rubén Castro. 0-2, m. 32: Rennella. 1-2, m.48: Nekounam. 2-2, m. 60: Miguel Flaño. 3-2, m. 87: Ceballos (p.p.).
Árbitro: Piñeiro Crespo (Comité Asturiano). Amonestó a Cadamuro, Loé y Lolo Reyes.
Césped irregular en el Sadar. Béticos entre los 13000 espectadores.

 
El Betis ha caído en Pamplona tras ser superior a Osasuna en el cómputo general del partido. Pese a la derrota el encuentro deja la buena noticia de que los béticos han encontrado por fin la fórmula de su juego y sólo les falta aplicarla con continuidad y solidez: no es poco, pero es una situación muy diferente a la de hace un mes.

El partido ha respondido plenamente al tópico de las dos partes muy diferentes, que pasamos a analizar.

Primera parte

El Betis comenzó el encuentro con mucha intensidad y presión alta, de modo que monopolizó la posesión en los cinco primeros minutos y dominó ampliamente todo el periodo. Ante el 4-4-2 osasunista los visitantes se posicionaron ofensivamente de modo idéntico al del partido del Recre de hace una semana, aunque esta vez con menos permutas arriba y un Rubén claramente echado a la izquierda, en una posición óptima para sus condiciones y en la que fija al lateral y el central derechos rivales, provocándoles mil dudas posicionales. Por detrás de la tripleta ofensiva bética, una vez más Ceballos caía de la banda al interior izquierdo, Reyes era mediocentro y Matilla interior derecho; Molinero y Álex tenían pasillo y el equipo ocupaba muy bien los espacios. Osasuna intentaba apretar arriba, pero sólo conseguía que los béticos, excelentes con balón, encontraran más espacios en el centro del campo y llegaran con rapidez arriba, donde acertaron con dos goles y pudieron meter otros tantos.

En defensa el Betis se organizaba de nuevo en un 4-4-2. Con el paso de los minutos la presión cedió un tanto –Osasuna trata bien el balón y tiene calidad en el segundo escalón del juego– y se vislumbraron los problemas que arruinarían el partido en la segunda parte: cierta indecisión en los emparejamientos y la cesión de un exceso de faltas y córneres, resueltos aún por Figueras y Bruno. 


Primeros veinte minutos de la segunda parte
Osasuna, sin nada ya que perder, introduce a Sisi para ganar juego raso y sale muy arriba a tirar su físico en un cuarto de hora. Encuentra el primer gol muy pronto. Los béticos cometen entonces su peor pecado: al contrario que en la segunda parte ante el Recre, desprecian la posesión del balón (deseable aunque cueste riesgos mantenerla, claro está), juegan a la nada, sus interiores desaparecen, y los locales dominan el partido sin discusión.

Aflora entonces un problema defensivo ya visto otros días: cuando el Betis no hace presión alta y sus medios no van a por el mediocentro atrasado rival, este gana demasiado fácilmente el tres contra dos en la salida. Hoy sucedió cuando Loé venía a tocarla entre los centrales y estos se abrían: la jugada –cansado Rubén, demasiado desgastado en la primera parte– solía continuar en salida fácil del central derecho, convertido en hombre libre en jerga de La Masía, que obligaba a salirle a Ceballos, y el balón acababa en el extremo para el uno contra uno. Soluciones para ello hay: hoy, por ejemplo, se podía haber obligado al rival a salir por la izquierda, el costado de Cadamuro, un central metido a lateral con problemas por ese lado. El castigo para el Betis fue seguir cediendo muchas faltas y córneres, defecto ya detectado en partidos anteriores y que hoy, muy mal defendido el primer palo, se pagó carísimo: así llegaron los tres goles.



Segunda parte: el Betis permite una salida de balón demasiado fácil a Loé y los centrales de Osasuna

Últimos veinticinco minutos
Velázquez comete dos errores graves en los cambios, y que nos hacen dudar de si la sutil disposición inicial del equipo tiene más de suerte que de acierto: retira a Rennella, el tanque que daba opción de salida en largo, por el siempre inútil Chuli; y, para dar cancha a N'Diaye, destruye todo lo construido en su mediocampo: no sólo retira a Reyes, el mejor de los once, sino que sitúa al senegalés a la derecha de Matilla y por tanto (Ceballos se metía de interior a la izquierda) con la misión de ser el que se descolgase de la pareja de mediocentros: esto es, vuelve a la fallida situación de la pareja Reyes/Matilla a la que pareció (¡por fin!) haber renunciado en el descanso de Leganés. Si la idea era que N'Diaye tuviera recorrido y Matilla (¿otra vez esto?) diera mejor salida de balón, la idea salió muy mal.

Tras quince minutos en los que el Betis debió ir a por un rival desfallecido por el esfuerzo del inicio de esta mitad y no lo hizo, Velázquez descubre que Matilla no puede con su alma ni ocupa campo y se la juega con Pacheco por la izquierda, lo que deja a Ceballos de mediocentro junto al senegalés. No hay control y se paga caro con el 3-2 ya en el minuto 87.

Jugador por jugador

Adán: Flojo con los pies y bien bajo palos, arruina su partido al final; primero concede un córner por tapar mal el primer palo (pese a un aviso idéntico cinco minutos antes), y luego comete un error técnico que explicamos y que ya había cometido en la primera parte, aunque sin consecuencias. En balones cruzados fuertes (y más si vienen por el lado del puño con el que se pretende despejar) tratar de impactarlos con un gesto rápido y de un solo brazo es jugar a la ruleta rusa, porque un levísimo error de cálculo tiene graves consecuencias; mucho más seguro es meter los dos puños y, casi sin moverlos, aprovechar la fuerza del balón para escupirlo de frente. La bola sale casi igual de fuerte y es muy difícil fallar.
Molinero: Ataca bastante bien, pero en las últimas jornadas acumula errores que siempre cuestan goles, y hoy nada menos que tres: si perdonable es el fallo de marcaje del primero por la peinada de Nino, imperdonable es la falta que provocó el 2-2 (tenía un dos contra uno gracias a la ayuda de Kadir), en cuyo saque luego se dejó ganar el primer palo (¡jugada fotocopia del 2-1!); y equivocado es su despeje en el origen del 3-2.
Bruno: Muy bien, por alto y por bajo.
Figueras: Junto a Bruno, sostuvo al equipo en los balones colgados mientras fueron a su zona –en los goles los centrales nada pudieron hacer–. Pocos errores, buen partido.
Álex: Pasó apuros defensivos, pero de nuevo por falta de auxilio del equipo. Gran centro en el 0-1.
Kadir: Voluntarioso y con calidad, pero discontinuo y con poca presencia arriba.
Matilla: Una vez más la tocó bien y le echó ganas, pero no puede defender de mediocentro porque no ocupa el campo debido. Seguimos esperando ahí a N'Diaye: se perderá muy poco en ataque, incluso si juega de volante, y se ganará mucho en defensa.
Reyes: Excelente partido hasta que Velázquez decidió que dejara de hacerlo. Como bien comentaba hoy un bético, es el Ortega de este Betis, y en el sitio de Antolín es donde rinde: de coche escoba, donde hace cien ayudas a los defensas y la saca bien. Hoy estuvo además muy encima de Nekounam. En la primera parte incluso salió en un contragolpe con tremenda potencia.
Ceballos: Buen fútbol y mucho trabajo, pero desaparecido en el segundo tiempo.
Rennella: A gotitas, pero hace buenas cosas, y ahora mete goles.
Castro: Un buen gol, un jugadón con asistencia, y pudo meter dos o tres más.

Chuli: Un cero a la izquierda. Ni tiene condiciones ni confianza.
N'Diaye: Sigue sin encontrar su sitio, y sin minutos seguirá sin hacerlo.
Pacheco: Tiene una inexplicable tendencia a conducir el balón, esto es, es lo que se denominaba un chupón.

Velázquez: Tras haber, por fin, encontrado alineación y esquema, destruyó todo en un ataque de nervios. El desprecio del balón en el inicio de la segunda parte tal vez sea cosa más del equipo que suya, pero la mala defensa del primer palo y la concesión de mil faltas ante un equipo especializado en ese juego como Osasuna, además de los horribles cambios, sí son de su responsabilidad.

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