domingo, 25 de octubre de 2020

Atlético de Madrid 2 - Betis 0 (7ª jornada de LaLiga)

ATLÉTICO DE MADRID (2): Oblak; Trippier, Savic, Felipe, Hermoso (Lodi 77'); Correa (Joao Félix 56'), Torreira (Herrera 46'), Koke, Lemar (Carrasco 46', Vitolo 83'); Llorente; y Luis Suárez.
BETIS (0): Bravo; Montoya, Mandi, Bartra, Álex Moreno; Guido Rodríguez (Víctor Ruiz 80'), William (Joaquin 64'); Fekir, Canales, Tello (Loren 64'); y Sanabria (Borja Iglesias 80').
Goles: 1-0 (46') Llorente; 2-0 (91') Luis Suárez.
Árbitro: Mateu Lahoz (valenciano). Auxiliado por González Fuertes en el VAR. Amonestó a Luis Suárez y Koke.

Una buena primera parte y una floja segunda terminaron con derrota del Betis en el Wanda.

Primer tiempo

Cualquier análisis del partido debe partir de un hecho obvio: aunque sin el glamour de otros grandes, el Atlético es un verdadero equipo de Champions, instalado en un nivel económico y deportivo un par de escalones por encima del del actual Betis. Desde esa perspectiva resultó muy meritorio el primer tiempo de los béticos; tal vez exagerara un poco Simeone en el postpartido al decir que el Betis fue superior en ese periodo, pues su Atlético no dejó de controlar el partido a su estilo y de mantenerlo en un escenario para ellos conocido y más o menos cómodo. Sin embargo es cierto que el Betis superó en posesión a los locales e incluso lo igualó en ocasiones de gol, más numerosas las béticas, más claras las atléticas.

Durante esa primera parte, y aunque suene un poco paradójico, los dos equipos pusieron el partido donde les gusta. Aunque formalmente ambos conjuntos partían de un 4-2-3-1, con Llorente y Canales de mediapuntas respectivos (Fekir y Tello tirados a derecha e izquierda en el Betis, Correa y Lemar en los locales), el Atlético se colocó en defensa en un prudente 4-1-4-1 que concedía superioridad numérica en la salida de balón al Betis...

... a cambio de tener superioridad dos contra uno de los centrales sobre Sanabria. Aquí el Betis hizo por fin lo que le reclamábamos desde hace muchas jornadas: sin necesidad de correr grandes riesgos en la salida de balón fue capaz de mantener la posesión atrás; esto es, al contrario de tantos partidos anteriores, no abusó del patadón de Bravo hacia los puntas. Mención especial debe recibir en este aspecto el juego corto de Mandi y Carvalho, y que el portero supiese detectar al hombre libre y usar el pase diagonal hacia los laterales, apenas usado últimamente. Entre eso y la pelea de Canales y Sanabria en los escasos balones largos enviados, el Betis pudo empujar al Atlético hacia su propio campo y entrar en el círculo virtuoso de posesión larga, pérdida, presión rápida tras esta, recuperación y nueva posesión, que desea Pellegrini y cualquier entrenador actualizado.

No significó esto que el Betis disfrutara de muchas ocasiones, como queda dicho, y no tanto por falta de acierto como por el magnífico manejo del Atlético de las situaciones en su área, famoso a nivel europeo. Los béticos se plantaron un puñado de veces en zonas de pase de la muerte, particularmente Tello, pero la acumulación y colocación defensiva de los de Simeone apenas permitieron un par de remates, y poco claros. En el área contraria, sin embargo, las escasas pérdidas béticas fueron castigadas con llegadas muy limpias al contragolpe y ocasiones para Suárez, escenario conocido para los colchoneros desde los años 70 del siglo pasado. Cada equipo, en suma, jugaba a su estilo y el Betis nivelaba el partido, que no era poco.

Segunda parte

Poco desgastados los suyos y probablemente poco contento Simeone con este estado de cosas, el Atlético sale del vestuario con dos hombres de refresco –sin tocar su esquema– y con toda la cuerda dada. Los locales marcan apenas iniciado el juego, y el Betis vuelve a un defecto conocido desde tiempos de Setién: durante unos minutos el equipo queda noqueado y desconectado del partido. Se entra en un escenario de posesiones breves y transiciones en el que el Atlético (es otra de sus especialidades) llega una y otra vez al área bética en superioridad numérica. Bravo salva al equipo de recibir más goles. 

Poco mejoró al Betis el reemplazo de William y el de Tello –en su mejor forma desde que llegó al Betis–, a los que Pellegrini mandó al banco para sustituirlos por Joaquín y un irrelevante Loren. Pasó el Betis así a jugar un 4-4-2 con Canales junto a Guido y dos verdaderos puntas. Poco antes Simeone había escorado a Llorente para hacer sitio a Félix. Cuando amainaba la tormenta para los béticos, González Fuertes decide el partido desde el VAR con la expulsión de Montoya, y solo restan minutos de la basura.

En lo individual cabe destacar las paradas de Bravo, que compensaron su leve error en el 1-0 (deja un resquicio indebido, pero muy pequeño), el desempeño más que aceptable de Moreno, muy por encima de su horrible nivel habitual esta temporada, y al siempre fiable Guido, mejorado en el pase y tan presente como siempre en defensa; el argentino es hoy el jugador menos sustituible del equipo.

El detalle

Seguimos sin ver la atracción de defensores en los córneres, ni siquiera cuando Canales y Joaquín están en el campo; con diez atléticos en el área fue casi imposible rematar. Sí se ve ya defensa en zona a balón parado, y es buena noticia esta puesta al día táctica: cada vez más equipos se convencen de la eficacia de este forma de defender.

Los comentarios son bienvenidos, y su brevedad agradecida. En Twitter, @juanramonlara7.



lunes, 19 de octubre de 2020

Betis 0 - Real Sociedad 3 (6ª jornada de LaLiga)

BETIS (0): Bravo; Ruibal, Bartra, Sidnei, Álex Moreno (Miranda 74'); Guido Rodríguez, Canales (Carvalho 58'); Joaquín (Loren 58'), Fekir, Tello (Lainez 74'); Borja Iglesias (Sanabria 46').
REAL SOCIEDAD: Remiro; Gorosabel, Aritz Elustundo, Le Normand, Monreal; Guevara (Zubimendi 65'), Mikel Merino; Portu, Silva (Roberto López 84'), Oyarzabal (Januzaj 84'); y Willian José (Isak 68').
Árbitro: Estrada Fernández (Colegio Catalán). Amonestó a los locales Sidnei y Bartra y al visitante Isak.
Goles: 0-1 (43') Portu; 0-2 (73') Oyarzabal (penalti); 0-3 (88') Januzaj.
Incidencias: partido a puerta cerrada.

Un aceptable Betis fue anoche levemente superado por la buena Real Sociedad de Imanol, que goleó con excesivo estrépito.

Primera parte

El partido es un buen ejemplo de la importancia en el fútbol actual de dos aspectos interconectados del juego de un equipo: la salida de balón y la presión. Betis y Real parten de intenciones tácticas similares: un 4-2-3-1 (tendente al 4-4-2 en defensa y el 4-3-3 en ataque) con voluntad de cuidar la posesión y presionar arriba al rival para recuperar pronto. Sin embargo la Real ejecutó mejor el plan, sobre todo en la primera mitad, de la que salió con ventaja.

En primer lugar, los realistas escalonaron mejor a sus mediocentros, conformando en ataque un 4-3-3 prácticamente perfecto en cuanto a ocupación de espacios, con Merino y el mediapunta Silva como interiores:



El parecido de las posiciones realistas con un modelo informático que maximiza la separación entre atacantes es asombroso –y ahora veremos qué consecuencias tiene–. Como vemos en el esquema, el Betis (y lo mismo haría la Real) trató de presionar dejando un hombre de más en defensa: línea de cuatro contra los dos extremos y el delantero centro del rival; a cambio, unos y otros pudieron sacar el balón en superioridad numérica.

Aquí aparecen las diferencias; la Real, con esa excelente colocación y una salida muy bien trabajada, jugaba una especie de megarrondo en superioridad en el que casi siempre encontraba al hombre libre. Solía ser Le Normand, el central que jugaba a pie cambiado; en ocasiones Joaquín intentó saltar a por él, provocando a su vez el salto de Ruibal sobre Monreal y dejando así expuesta a la defensa bética a un peligroso mano a mano. Si no se saltaba a ese mano a mano, las grandes distancias entre realistas (aquí la importancia de esa colocación) hacían llegar tarde siempre a los béticos en sus basculaciones en inferioridad, y en particular los esforzados Borja y Fekir no podían impedir la salida limpia de alguno de sus tres oponentes: los dos centrales y Guevara. Una vez lograda, los realistas castigaban con velocidad el adelantamiento bético.

Rondo ganado. Guevara sale libre, rebasando a los dos puntas béticos.

Enfrente el Betis intentaba un esquema y juego muy similares, aunque con Canales peor escalonado respecto a Guido y, sobre todo, con una salida mucho menos trabajada. Bien está hacer uso del excelente toque largo de Bravo, pero si no se mastica antes la salida de balón para atraer la presión rival es difícil que los delanteros, en inferioridad numérica y sin espacios, bajen muchos de esos balones. A esto se añadió ayer la presencia del inoperante Borja Iglesias; si ante el Valencia Sanabria fue capaz de hacerse con un altísimo porcentaje de esos balones largos (pues el uso e incluso abuso de ese método en este Betis no es nuevo), anoche Borja no fue capaz de superar jamás en ese fútbol a Elustondo y Le Normand.

Pese a todo lo dicho –y a las sensaciones a posteriori–, no hubo muchas ocasiones en la primera parte: este Betis defiende bien incluso cuando es inferior a su rival, y la Real solo tuvo dos, de las que embocó una; el Betis, varias poco claras.

Segunda parte

Pellegrini corrige el problema Borja, el Betis se tira arriba con todo (aun a costa de gastar su físico en los primeros minutos) y canta muy pronto bingo. El VAR y el árbitro, en actuación escandalosísima, impiden el empate y soslayan un penalti, acciones ambas del propio Sanabria, que además sí dio problemas a la defensa realista en los balones largos. Al cuarto de hora, ya casi a la desesperada, Pellegrini mete doble punta y releva a un inoperante Canales para meter a Carvalho y acostar a Fekir a la banda derecha. En el intercambio final de golpes, ante un Betis cansado, la Real sentencia.

Línea por línea

Retornado el importante Bravo, la baja de Emerson volvió a notarse mucho: incluso en sus días menos brillantes el brasileño fuerza a su par a un trabajo extenuante que empuja al rival contra su área. La de Mandi también influyó en la deficiente salida de balón, especialmente desafortunada ayer en Bartra y Álex Moreno, que por fin tiene un relevo.

El buen trabajo de Guido compensó parcialmente la desaparición de Canales; sin embargo ni esta ni el escaso juego de Fekir deben atribuirse solo a su mal desempeño, sino a un fútbol (de balones voladores sobre sus cabezas) que no es el que más les conviene, especialmente al francés; la definitiva integración de Fekir en el sistema defensivo del equipo es una muy buena noticia que debe apuntarse en su haber y el de Pellegrini. Joaquín y Tello contaron con pocos balones decentes, y de Borja solo cabe decir que sus oportunidades parecen definitivamente terminadas. De entre los suplentes hay que destacar sin duda a Sanabria, que pudo voltear él solo el partido.

Accidentes como el de ayer preocupan menos si el equipo sigue rindiendo defensivamente a buen nivel, aunque Pellegrini deberá regular mejor la presión en campo rival (superada por equipos técnicos, casos de Madrid y Real) y la salida de balón, demasiado volcada al balón largo.

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domingo, 4 de octubre de 2020

Valencia C.F. 0 - Betis 2 (5ª jornada de LaLiga)

VALENCIA C.F. (0): Jaume Doménech; Thierry Correia, Diakhaby, Hugo Guillamón, Gayà; Wass, Kondogbia (Carlos Soler 81'); Jason (Kang-In Lee 56'), Gameiro (Manu Vallejo 81'), Guedes (Álex Blanco 56'); y Maxi Gómez
BETIS (2): Joel; Emerson, Bartra, Sidnei, Álex Moreno; Guido Rodríguez, Canales; Joaquín (William Carvalho 81'), Fekir (Guardado 92'), Tello (Juanmi 92'); y Sanabria (Borja Iglesias 86').
Árbitro: Cuadra Fernández (Balear). Muy casero en la apreciación de faltas. Mostró amarillas a los locales Guedes y Hugo Guillamón, así como a los visitantes Bartra y Canales.
Goles: 0-1 (19') Canales; 0-2 (75') Tello.

Fue muy superior el Betis de Pellegrini a este Valencia experimental y disminuido de Gracia, y venció con justicia y sin el menor apuro.

No fue un Betis muy diferente en modelo de juego al de Getafe, y sin embargo la impresión y el resultado fueron radicalmente distintos. ¿Qué cambió de un partido a otro? ¿Fue, como se dijo una vez más, la intensidad con la que se aplicaron los jugadores béticos el factor diferencial? Más allá de que la fortuna, colocarse pronto arriba o abajo en el marcador o verse ante un rival incómodo puedan motivar más o menos a los jugadores, creemos que la diferencia entre un partido y otro hay que buscarla más bien en factores tácticos: el rival, su tipo de juego y las presencias y ausencias en el propio Betis.

En cuanto a alineaciones, la presencia de Emerson –que reventó a Guedes antes de la hora de juego–, la de Tello en el extremo izquierdo por Juanmi y el retraso en la posición de Canales a la de Carvalho dieron al once un perfil más dinámico, tanto a la hora de moverse para pedir el balón como a la de ganar segundas jugadas; frente a ellos, el Valencia presentaba un equipo claramente de peor calidad que en temporadas anteriores (y peor aún si se miraba al banquillo).

En cuanto a modelos de juego (y aquí hay nuevas diferencias respecto al partido de Getafe), el Valencia trató de realizar un fútbol similar al del Betis, de presión alta, buen trato del esférico –sin correr tampoco riesgos excesivos– y velocidad cuando se superase la presión rival: esto es, ambos equipos pretendían instalarse en campo contrario y ganar la batalla de la posesión. También coincidían los esquemas: 4-2-3-1 (que parece de nuevo de moda) con segundos puntas bastante adelantados, hasta formar prácticamente un 4-4-2 en defensa.

Sin embargo al Betis le funcionó mucho mejor el plan que a los chés. Aunque los béticos abusaron un poco (una vez más) de los pelotazos largos, especialmente Robles, cuando estos fueron bien preparados y orientados el buen trabajo de Sanabria y la superioridad por alto de Joaquín sobre Gayà, más una mejor activación para la segunda jugada y un rival más blando (que el Getafe) dieron muchos balones a los béticos en situaciones abiertas, tras ese pelotazo. Cuando se jugaba en corto, un excelente Canales y un aseado Guido cometieron muy pocas pérdidas en salida, y el avance del partido, con un Valencia cada vez más desquiciado y descolocado, mejoró si cabe esa segura fluidez.

Enfrente la presión bética –ejercida ayer en casi todas las jugadas– pudo parecer desmedida, demasiado arriesgada y extenuante, pero su buena ejecución y la falta de calidad del Valencia por dentro la hicieron muy eficiente. Veamos un ejemplo del arranque del partido, tras un saque en corto:

Esquematizada:

Emparejado aquí Guido con Gameiro para hacer superioridad atrás, el Betis presionaba en inferioridad numérica, con Sanabria, Fekir y Canales contra los dos centrales y los dos mediocentros valencianistas, pero la mala ubicación y la falta de calidad técnica de estos producía salidas de balón casi siempre sucias por dentro, o pelotazos sin rumbo de los laterales; además Maxi, recíprocamente en inferioridad, rara vez ganó la partida a Sidnei y Bartra. Los béticos usaban bien las posiciones intermedias para hacer dudar a los valencianos en el juego corto, con Fekir y Sanabria muy trabajadores a la hora de apretar al poseedor o replegarse para molestar a los mediocentros locales (como habían hecho los delanteros del Getafe con el Betis una semana antes).

El transcurso del partido fue cómodo para el Betis, que apenas vio en peligro una vez su puerta y sin embargo llegó en media docena de ocasiones claras a la del rival. Con algo de fortuna cayeron las más difíciles dentro, y el equipo (pese a los tardíos cambios de Pellegrini) nunca defendió cerca de su área ni entregó la posesión a su rival.

Individualmente destacaron un Canales omnipresente y exquisito en el 0-1, el habitual despliegue de Emerson, un Guido que ganó mil balones y un Sidnei que ocupó muchísimo campo; lento de movimientos cortos pero rápido en largo, se ve favorecido por jugar con la defensa muy adelantada, y apunta al futuro como titular en detrimento de Bartra. Entre los de arriba, Joaquín y Tello resultaron decisivos, y Sanabria y Fekir suplieron con mucho trabajo sus conocidos defectos: las carencias técnicas en el primer caso, que le privaron de embocar dos ocasiones clarísimas, y la tendencia al efectismo irrelevante del segundo, que se conectó mucho como interior derecho con Joaquín y Emerson pero pocas veces dio velocidad y profundidad al juego.

Pasado el mal día de Getafe, Pellegrini parece ganar crédito ante la afición. Su esquema, alineación y plan general de juego parecen muy definidos, coherentes y diferentes de los de temporadas pasadas: un fútbol mucho más colectivo que el de Rubi (ahora es juego a dos toques y presión organizada) y no tan acaparador de la de posesión como el de Setien: pretende mandar en los partidos y presionar arriba pero sin arriesgar perdidas atrás, y juega con mucha verticalidad cuando se roba arriba o se supera la presión rival. Los jugadores parecen creer en él, y el equipo da para estar de mitad de tabla para arriba. Y, asunto no menor, parece haber logrado integrar a Fekir en el sistema defensivo del equipo con un rol táctico definido.

El detalle

Ls córneres directos a la olla sin atracción previa de rivales no están funcionando. Hay que dar una vuelta a ese asunto.

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