domingo, 22 de febrero de 2015

Betis 2 - Girona 1 (26ª jornada de Liga de Segunda División)

BETIS (2): Adán; Molinero, Rodas, Figueras, Varela; Portillo (Rennella, minuto 71), N'Diaye, Lolo Reyes, Dani Ceballos; Jorge Molina (Vadillo, minuto 90) y Rubén Castro (Fabián, minuto 83). 
GIRONA (1): Becerra; Ramalho, Lejeune, Richy; Pere Pons (Cristian Alfonso, m. 80); Cifuentes, Cristian Gómez (Coris, m. 62), Granell, Aday; Felipe Sanchón (Mata, m. 46) y Sandaza.
Goles: 1-0, minuto 60: Jorge Molina. 2-0, minuto 86: Dani Ceballos. 2-1, minuto 89: Granell.
Árbitro: Piñeiro Crespo, asturiano. Amarillas para Lejeune, Pere Pons, Héctor Rodas, Molinero, Jorge Molina, N'Diaye, Rennella y Lolo Reyes. Fue permisivo con las amonestaciones hasta que dejó de serlo y las sacó todas.
31.000 espectadores y buen césped en el Villamarín. Pese a las gravísimas noticias de la semana el público no la tomó con Figueras.

Un Betis muy mentalizado logró ayer una importante victoria ante el Girona en un buen partido de los verdiblancos. Los béticos, una jornada más, fueron superiores al rival pero no tanto como para lograr una victoria holgada.

El partido trajo interesantes variantes tácticas por parte propia y del rival.

Primera hora de partido
El Girona es uno de los pocos equipos que se sale de la rutina casi obligatoria de cuatro defensas en línea del fútbol profesional actual, lo cual le da la ventaja de poner a los rivales ante problemas posicionales raramente sufridos. Los gerundenses salieron con un 3-1-4-2, esto es, su habitual defensa de tres centrales, con un mediocentro-ancla por delante de ellos, Pere Pons, dos interiores (Gómez y Granell) algo más adelantados, dos carrileros bastante ofensivos y dos delanteros. Por demás su exitoso fútbol no se sale del guion de esta pobre Segunda española: un buen nivel defensivo, gracias a cierta flexibilidad para salir a presionar arriba o juntarse atrás, y bajo nivel técnico y por tanto ofensivo, reducido a intentos de contra con balones cruzados hacia los carrileros y, sobre todo, centros a la olla para la subida de sus centrales apenas sufrían una falta más allá de la línea del centro del campo.

Tal vez ese peligro del Girona a balón parado terminó de decidir a Mel, como ya intuíamos en los comentarios del partido anterior, a introducir a N'Diaye como segundo mediocentro, prescindiendo después de muchos partidos de usar a Ceballos como punta de rombo. El entrenador bético pareció querer cumplir el consejo de meter en el campo a los once mejores y colocarlos de la mejor manera posible; el resultado fue, sobre el papel, un 4-4-2, pero (y resultan extraños estos bandazos de una solución a la opuesta) esta vez sin ningún verdadero extremo, pues de ocupar las bandas con Pacheco y Cejudo se pasó a Portillo y Ceballos, ambos (sobre todo el segundo) con claras tendencias interiores. Perdía así Mel la ocasión de castigar con al menos un verdadero extremo las espaldas de un carrilero, punto débil del sistema visitante.

Otra consecuencia de la presencia de N'Diaye en el centro y de la salida con tres al fondo del Girona es que el Betis no llevó la presión tan arriba como otros días, tal vez porque estimó (acertadamente) que para recuperar el balón no era necesario correr el riesgo de formar parejas hombre por hombre desde arriba. En todo caso el Betis tampoco pareció haber trabajado mucho este asunto: al presionar la salida gerundense, en lugar de cerrar al mediocentro y dejar libre al central-central (trampa fácil por jugar ambos demasiado cerca y en zona sensible), ocurrió que Molina y Castro, más a veces alguno de los falsos extremos —habitualmente Ceballos—, iban a la presión de los centrales, sin un plan demasiado definido.

En suma, tanto en defensa como en ataque resultó una asignación de parejas un tanto rara: los carrileros del Girona solían verse con los laterales béticos, muy adelantados por aprovechar los pasillos que dejaban Portillo y Ceballos; los dos delanteros visitantes quedaban cara a cara con los centrales béticos, sus interiores contra N'Diaye y Reyes, sus tres centrales contra Molina y Castro... y tanto el mediocentro del Girona como los falsos extremos béticos quedaban extrañamente desparejados, sin nadie a quien marcar claramente pero sin que tampoco nadie los cerrara por sistema. Ceballos atacaba siempre por dentro y N'Diaye se soltaba para aparecer por donde le parecía conveniente, resultando un ataque posicional elaborado, móvil y poco previsible, pero tal vez un poco embotellado hacia el centro.



Un partido de extraños emparejamientos

El Betis tardó otra vez quince minutos en ajustar la presión, pero a partir de la media hora llegó con cierta regularidad al área hasta que llegó el 1-0.

Última media hora
Aunque el Girona se hace con el balón entre el minuto 60 y el 75 y el Betis hace algunas faltas más de las debidas, pronto los béticos corrigen con acierto, adelantan un poco las líneas y, sobre todo, buscan la posesión —aunque con pasajes mejorables en el ofrecimiento al compañero para tocarla—. Mel (otra vez yéndose al extremo opuesto de lo hecho hace dos semanas) no sólo no renuncia al tanque arriba —que facilita la salida pues permite tener el balón mediante el pase largo, como añadido al juego sólo en corto—, sino que mete a dos tanques y manda por un rato a Castro al extremo derecho. Luego Fabián entra por la banda izquierda y cambia de lado a Ceballos y, finalmente, Vadillo entra como extremo y Ceballos pasa a reforzar por dentro al equipo.

Jugador por jugador
Adán: Bien en general, aunque peor con los pies. En el gol, muy difícil en todo caso, da demasiados pasos antes de tirarse.
Molinero: Partido completísimo del exinternacional juvenil español. Cerró perfectamente su banda y subió mucho y con mucha profundidad.
Rodas: No tiene tipo de central fino pero cumplió con lo suyo. De momento no parece competencia para Bruno ni Figueras.
Figueras: Buen partido, pese a estar, como su compañero de línea, bastante menos protegido de lo habitual, expuesto muchas veces a un dos contra dos. Si las acusaciones vertidas sobre él esta semana son ciertas el destierro y la infamia eterna serán poco castigo; respetemos la presunción de inocencia.
Varela: Cumplidor en defensa, en ataque va soltándose y mejorando progresiva pero inexorablemente.
Portillo: Sin duda es uno de los jugadores con más clase del equipo. Hay que buscarle sitio.
N'Diaye: Por un lado no conviene olvidar que hace fáciles cosas raras de ver, como imponerse físicamente a todo rival que le pase cerca —ayer el Girona por dentro no existió—; pero, por contra, sigue dando señales preocupantes: ¿será para siempre un casi buen jugador? De momento, parece poco probable que Mel confíe en él como mediocentro-ancla, así que aparecerá junto a Reyes o Torres. En todo caso, a jugadores de su físico hay que darle partidos para que cojan ritmo.
Reyes: Su muy buen partido defensivo compensó errores con balón impropios de un profesional.
Ceballos: Al contrario que Varela, su rendimiento desciende progresivamente; aun así, siempre da trabajo, llegada (otro gol) y buen fútbol interior. Sigue sin aprender que no debe correr riesgos cuando tiene a casi todo el equipo por delante del balón.
Castro: En casos como el suyo la diferencia entre el todo y la nada es muy sutil. Marcará de nuevo pronto.
Molina: Gran partido, con un golazo y medio, juego de pivote e incluso cambios de dirección de delantero caro. Será baja en Miranda de Ebro.

Rennella: Es más joven, más guapo y más exótico que Molina, así que muchos decidieron que era mejor, aunque nunca metió ni la mitad de goles que el alcoyano. El domingo tendrá su oportunidad.
Fabián: Otra vez demostró clase.
Vadillo: Aparición testimonial.

Mel: Mentalizó al equipo de la importancia del partido y lo aisló de la presión ambiental (Crisis? What crisis?) y las noticias de la semana, que no era poco. Aunque no pareció haber trabajado durante la semana grandes sutilezas tácticas, el juego del equipo fue bueno. Probablemente volverá a usar a N'Diaye junto a un segundo mediocentro, que será Torres.


Como siempre, se agradecerán los comentarios.

domingo, 15 de febrero de 2015

Albacete 0 - Betis 0 (25ª jornada de Liga de Segunda División)

ALBACETE (1): Dorronsoro; Antoñito (Carlos, m. 31), Núñez, Pulido, Paredes; Edu Ramos; Díaz (Cidoncha, m. 69), Diego Benito, Keko, Portu; y Chumbi (César Díaz, m. 65).
BETIS (0): Adán; Molinero, Bruno, Jordi, Varela; Kadir (Cejudo, m. 57), Lolo Reyes, Dani Ceballos (Pacheco, m. 87), Portillo; Rennella (Jorge Molina, m. 68) y Rubén Castro.
Árbitro: Ocón Arraiz (Comité Riojano). Permisivo y bien en la apreciación, estuvo casero en todas las acciones decisivas (un gol mal anulado al Betis, una clara expulsión escamoteada y un posible penalti). Amonestó a Portillo, Kadir, Núñez, Pulido, Chumbi, Bruno, Varela y Paredes. Buena entrada y muchos béticos en el Carlos Belmonte.

El Betis ha jugado un aceptable partido en el Carlos Belmonte de Albacete y una vez más se ha movido en un delgado filo entre la victoria por la mínima y el empate, resultado final.

La secuencia de empates consecutivos de los béticos no satisface a nadie pero tampoco debe hacer caer en el alarmismo: aunque han sido partidos espesos y de pocas ocasiones, el Betis ha dominado en juego y ocasiones los dos últimos, y la falta de gol se debe más a la de calidad de la plantilla y a la baja forma de Castro que a una racha de mal juego. A cambio, a diferencia de los tiempos de Velázquez, los rivales ahora apenas se asoman al área bética.

Cierto es que hubo hoy una fase de descontrol, mediada la primera parte, en la que el Albacete sí tuvo dos acercamientos muy claros, debidos a un mal ajuste de la presión bética: al hacerla tan arriba tras pérdida, si el bloque no se coordina bien los riesgos son altos. Por demás el partido tuvo un transcurso bastante homogéneo.

Primera parte
El Betis se plantó en su habitual 4-4-2, pero por fin con Kadir y Portillo en las bandas, en un principio a derecha e izquierda respectivamente, aunque sobre los 25 minutos permutaron posiciones para el resto del partido. Enfrente el Albacete colocaba un 4-1-4-1 e intentaba, como en la primera vuelta, tocar el balón desde atrás; esta vez, sin embargo, la presión adelantada bética, con Ceballos sobre el mediocentro manchego, no lo consintió, salvo en ese tramo central de la primera mitad.

El Betis tuvo sin embargo más problemas de los habituales en ataque porque Ceballos venía esta vez demasiado atrás a tocarla, prácticamente en paralelo con Reyes —y perseguidos ambos por los dos interiores locales—, estorbando así la salida natural de los centrales, que sólo habrían tenido que deshacerse de Chumbi para tener pista libre. Tal vez Mel pretende con ello correr menos riesgos al tener siempre varios hombres por detrás del balón, pero si el rival se te cierra mucho por dentro, como suelen, y además tiene ahí superioridad numérica, la falta de juego interior te fuerza a salir sólo por las bandas.

Ahí, en las llegadas por los costados, o más bien en su resolución, tuvo el Betis su gran gran defecto hoy: los visitantes colgaron, a balón parado y en llegadas de Molinero y Varela, una verdadera lluvia de balones a la olla, y sin embargo no sólo no llegaron así al gol, sino que fueron incapaces de rematar uno solo de ellos. Buena parte de culpa pudo tenerla Mel, que prescindió inexplicablemente (¿por conformar a Rennella?) de Molina, el mejor rematador bético en este tipo de juego.

Salida de balón del Betis ante el Albacete

Segunda parte
El Albacete va pegando pasitos atrás hasta acabar prácticamente colgado del larguero, y más aún tras un violento choque de Pulido con Adán, a un cuarto de hora del final, que los dejó con medio jugador menos. El Betis sigue llegando, pero casi siempre por fuera, y ve además mal anulado un gol a Molina. Antes de que el alcoyano supliera a Rennella Cejudo había entrado por Kadir, en ambos casos sin tocar el esquema. Casi al final Portillo pasa a jugar de mediocentro adelantado al entrar Pacheco por Ceballos.

Jugador por jugador
Adán: Muy bien en dos jugadas decisivas en la primera parte, y bien también con los pies y en los balones cruzados.
Molinero: Subió mucho y bien, aunque no acabó nada.
Bruno: Otro buen partido, aunque concedió la ocasión más clara del partido por no acudir a la ayuda de Varela cuando procedía bascular en el dos contra tres.
Figueras: Muy bien, en el despeje y con balón.
Varela: La jugada arriba citada mostró una de sus limitaciones, su lentitud en largo. Subió bien.
Kadir: Hizo sus jugadas de habilidad, pero lejos del área, y nunca encontró el pase bueno.
Reyes: Partido de notable, en el que cerró perfectamente su zona y la soltó sin complicarse.
Ceballos: Sigue sin terminar de asumir que en su nueva posición no se pueden correr tantos riesgos, ni en defensa (va siempre al robo, sin mantener la posición) ni en ataque (busca siempre desequilibrar, incluso cuando tiene muy poca gente por detrás). Peleó y tapó campo, como siempre.
Portillo: Floja primera parte, pero en la segunda sí se empezó a ver al pasador que se espera.
Rennella: Jugó bien fuera del área, pero dentro no las olió, y cayeron muchas por ahí.
Castro: Se notó su falta de acierto ante el gol, porque tuvo dos o tres opciones interesantes.

Cejudo: Como tantas veces, voluntad y poco más.
Molina: Otra vez metió su golito, aunque se lo anularan. Con marcadores tan apretados no se puede prescindir de un tipo que te mete al menos un gol cada dos partidos.
Pacheco: Aparición casi testimonial.

Mel: El equipo manda y tiene el camino marcado, aunque hay que refinar detalles posicionales. Los hombres de banda del Albacete parecieron mucho más rápidos que los béticos, y algo de esto debe de tocarle. En el balón parado en ataque el equipo tiene muchísimo trabajo por hacer y hay que exigírselo al entrenador: balones mal puestos en el banderín, córneres a la corta mal jugados, una falta peligrosísima desperdiciada por sacarla en corto, nula convicción en el salto...

Los comentarios son siempre bienvenidos.


domingo, 8 de febrero de 2015

Betis 1 - Ponferradina 1 (24ª jornada de Liga de Segunda División)

BETIS (1): Adán; Piccini (Molinero, m. 70), Bruno, Jordi Figueras, Varela; Cejudo, Lolo Reyes, Dani Ceballos, Pacheco (Kadir, m. 65); Jorge Molina (N'Diaye, m. 58) y Rubén Castro.
PONFERRADINA (1): Kepa; Óscar Ramírez, Lucas (Gaztañaga, m. 50), Alan Baró, Carpio; Acorán, Andy, Jonathan, Adán (Rueda, m. 61); Sobrino y Berrocal (Yuri, m. 77). 
Goles: 1-0, m. 34: Jorge Molina. 1-1: m. 93: Yuri, de penalti.
Árbitro: Pérez Pallas (Comité Gallego). En un desconcertante reparto de tarjetas amonestó a Lolo Reyes, Lucas, Gaztañaga, Ndiaye, Bruno, Carpio, Rueda. Expulsó a Bruno por doble amonestación en el minuto 93 en la acción del penalti.
30.000 espectadores en el Benito Villamarín. Buen tiempo para el fútbol.

La medida de los riesgos
El Betis de Mel tiene definitivamente dos caras: una muy valiente —que suele coincidir con la presencia de Ceballos como mediocentro—, de presión muy alta, gusto por la posesión, movilidad en ataque y cierto intercambio de ocasiones en las dos porterías; y otra —generalmente con un doble pivote más defensivo— especulativa, de presión media, que cierra los partidos y que desprecia la posesión tal vez excesivamente. Sea por órdenes de Mel o sea por iniciativa propia de los jugadores, el Betis de hoy se transmutó en el descanso del primer modelo al segundo y lo pagó muy al final con el empate. Aunque todos deseamos un Betis mandón cabe preguntarse si, con los mimbres que hoy había en el campo de juego, no era correcto el cambio de modelo de juego: el marcador estaba a favor y en la segunda parte, como convenía al Betis, no hubo prácticamente ocasiones, y menos en la portería bética.

La tendencia a ese segundo tipo de juego venía de partidos anteriores —pensemos en el de Soria, sin ir más lejos—; hay que preguntarse también pues si la futura y esperable incorporación de jugadores de nivel (supuestamente superior) hoy fuera de la alineación —N'Diaye, Kadir, Portillo...— elevará el nivel del equipo al punto de imponerse sin dudas a los rivales o bien hemos de resignarnos al triunfo apurado y el empate frecuente tras partidos como el de hoy. 

Primera parte
Con su alineación Mel pareció premiar el desempeño voluntarioso de los Reyes, Cejudo o Pacheco en lugar de arriesgar con hombres como Portillo, N'Diaye —del que no parece fiarse lo suficiente como mediocentro defensivo— o incluso Kadir, recién llegado de África. Situó pues el habitual 4-4-2 con rombo en el centro del campo y extremos bastante abiertos.Tardó el Betis quince minutos en ajustar la presión ante la insolente voluntad de tocar el balón de la Ponferradina, que partía de su (muy prometedor, por cierto) portero Kepa. Los bercianos defendían en un 4-4-2 bastante atrasado y, sobre todo, muy cerrado por dentro. Si unimos esto a un mejorable escalonamiento del Betis en zonas interiores —pues Ceballos a veces venía demasiado atrás a recibir y los extremos casi nunca se metían por dentro—, resultaba un juego ofensivo de escaso toque interior pero que encontraba la solución por fuera: la Ponferradina dejaba mucho espacio por las bandas y los centrales encontraban la salida conectando directamente por bajo con los extremos. Las llegadas por banda unidas a los robos altos (producto de la voluntad de sacar el balón jugado de los visitantes, a veces temeraria) produjeron una cascada de ocasiones claras en el tramo medio de la primera parte, abrochada con el 1-0.

Ataque del Betis ante la Ponferradina

Enfrente la Ponfe llegaba en situaciones de casi contragolpe cuando superaba la adelantadísima presión bética, pero los centrales béticos supieron cubrir los muchísimos metros que quedaban tras ellos. 

Segunda parte
El Betis da un paso atrás y pasa a una presión a altura media, en apariencia más por inercia de los jugadores que por órdenes del banquillo: Ceballos va aún a apretar, cuando las circunstancias lo permiten, al mediocentro rival. La Ponfe la tiene mucho pero apenas supera el mediocampo bético, aunque para ello los locales tienen que arriesgar con el adelantamiento de su defensa.

Sin embargo los béticos sí cometen un error de concepto: renunciar cada vez más (y demasiado pronto) a la posesión de balón y mirar muy poco a la portería contraria. Mientras los bercianos van metiendo más madera (por ejemplo, atrasan a central a uno de sus mediocentros), Mel manda mensajes conservadores: primero renuncia a un punta para reforzar el mediocentro, pasando así Ceballos a ser mediapunta por detrás de Castro y perdiendo la salida de balón en largo; luego cambia cromos, y el equipo, cansado (consecuencia del paciente toque de los visitantes), queda en un 4-4-1-1 que concede pocas ocasiones pero juega con la incertidumbre del 1-0. Al final lo paga caro.

Jugador por jugador
Adán: Buen partido, siempre muy seguro, y desafortunado en el penalti.
Piccini: Abusó a veces de las conducciones en zonas atrasadas, pero en general funcionó bien en ataque. En defensa el exceso de gente por su sector le provoca confusión.
Bruno: Su penalti confirmó que la falta de entrenamientos de la semana le había quitado seguridad en su velocidad.
Figueras: Con la excepción de un despeje fallido, muy bien.
Varela: No es rápido en largo, algo problemático en un defensa. Cumplidor sin exhibiciones, como siempre.
Cejudo: Buena primera parte, con mucho más acierto con balón del habitual. Luego, trabajo y nada más.
Reyes: Como siempre, jugó mucho mejor de mediocentro único que de volante. Como Bruno y N'Diaye, hubo de cargar con una tarjeta que sólo entendió el árbitro.
Ceballos: Es admirable su voluntad de jugar siempre el balón, pero ya acumula demasiadas pérdidas pagadas con goles. Buena primera parte, aunque luego perdió peso en el juego.
Pacheco: Tuvo cierta profundidad cuando el Betis tuvo la pelota. Luego desapareció, como otros.
Molina: Buena primera parte, en la que dio buena salida al equipo. Su salida se notó mucho, para mal.
Castro: Poco acertado, se le echó de menos algo más de sacrificio cuando al cosa se puso fea.

N'Diaye: Su presencia ha de ser más relevante, sobre todo si juega media horita.
Kadir: Activo. Debe ser titular pronto.
Molinero: Voluntarioso.

Mel: Prescindir del delantero-referencia sirvió, cierto, para reforzar defensivamente al equipo por dentro, pero también para renunciar demasiado pronto a la posesión y a mirar el marco rival.

Los comentarios serán bienvenidos, como siempre.