martes, 28 de octubre de 2025

The importance of being Fornals

En las últimas semanas se ha puesto de relieve el buen juego en el Betis de Pablo Fornals por su participación, estadísticamente relevante en forma de goles y asistencias, en el juego ofensivo del equipo. Pero su importancia en el juego de este Betis, a nuestro entender, va más allá de esos números y tiene que ver con su papel táctico exacto.

El castellonense comenzó su etapa en el Betis con un juego un tanto gris, obligado muchas veces a jugar en la banda derecha, donde su relativa lentitud en carrera le perjudicó, puesta en evidencia al jugar en banda, a pie natural y en un equipo que no dominaba demasiado los partidos. Todo cambió con la llegada de Antony, que mandó al ex del Villarreal al centro del campo en el rol de mediocentro ofensivo. En ese rol se encuentra la clave de su rendimiento pero, sobre todo, de su importancia en el equipo.

Suele decirse que el Betis de Pellegrini juega un 4-2-3-1, pero realmente ese supuesto esquema casi nunca es tal: es un clarísimo 4-4-2 en defensa, incluso cuando el equipo va a la presión alta, y una especie de 4-3-3 en ataque. Nos explicamos con la que podría ser alineación tipo de esta temporada.

En defensa el mediapunta (habitualmente Isco o Lo Celso) juega exactamente a la misma altura que el Cucho Hernández, y los dos mediocentros juegan igualmente paralelos; el Betis junta líneas y su formación es un 4-4-2 clásico y compacto que minimiza (si lo comparamos con otros esquemas) los espacios entre sus jugadores. 

Aquí Fornals se ve obligado a realizar un papel defensivo similar al de Amrabat. Naturalmente sus cualidades son diferentes y no le es fácil recitar ese rol con tanto acierto como el marroquí, pero (para sorpresa de quien esto escribe) está disimulando ahí sus carencias e incluso haciendo buenos números.

Con balón en poder del Betis los hombres de banda suben posiciones, y el mediapunta retrasa claramente su posición respecto al delantero centro, quedando en una posición de, digamos, interior.  

¿Qué hacen los mediocentros? La tendencia natural es alejarse de los compañeros para ganar espacio de recepción, así que uno de ellos suele centralizar su posición para no acercarse demasiado a ninguno de los dos centrales (a veces incluso se mete entre ellos, abiertos), de modo que el otro mediocentro se ve obligado a lateralizar su posición un poco, generalmente a zonas de interior, algo más adelantadas y por el costado contrario al que ocupe en ese momento el mediapunta. O sea, los mediocentros se escalonan, o eso deben.

Cuando los dos mediocentros tienen características parecidas entre sí (Altimira y Cardoso, por ejemplo) lo habitual es que los dos alternen esos dos papeles de mediocentro-ancla y mediocentro-descolgado-a-interior, e incluso que los mezclen en la misma jugada: de hecho es lo que les pide el librillo de Pellegrini. Sin embargo si tienen perfiles muy diferentes, como es el caso de Amrabat y Fornals, uno tiende a hacer siempre de ancla (claramente el marroquí) y el otro a jugar de interior. Pero, y hablamos ahora exclusivamente del juego de ataque, esto segundo es mucho más difícil: mientras que el ancla ve el juego de cara, sin rivales a su espalda y con cierto tiempo para pensar, un mediocentro ofensivo en rol de interior debe moverse como un mediapunta para buscar espacios de recepción, recibir de espaldas, girarse muy rápido cuando tiene ocasión y dar continuidad al juego perfilándose para orientarlo debidamente ya desde el control de pelota. Todas esas cosas las hace Fornals con naturalidad, con muy pocos toques, sin hacer malabares con el balón pero con una enorme eficacia. Un buen ejemplo son sus dos recientes asistencias en Villarreal.

Lo que es más importante: es muy difícil encontrar a un jugador que defienda aceptablemente como mediocentro de un 4-4-2 y ataque bien como interior de un 4-3-3. En este mismo Betis tenemos muchos ejemplos negativos: Lo Celso e Isco han sido usados ahí en situaciones de emergencia, pero no pueden sostener mucho tiempo defensivamente al equipo en esa posición; Roca y Altimira atascan el juego ofensivo cuando juegan ahí porque les falta calidad para jugar entre líneas; y seguramente Deossa ha sido fichado para tratar de dar una alternativa a Fornals en ese rol. Incluso en otros Betis es difícil encontrar a un jugador que lo lograse: William Carvalho, y a rachas, es el único caso de la era Pellegrini.

En suma: sustituir a Fornals es difícil porque hace a la vez dos cosas muy diferentes: defiende como pivote y ataca como mediapunta. Y hallar a alguien que haga bien ambas cosas es muy complicado.

Los comentarios son bienvenidos. En Twitter, @juanramonlara7.

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