miércoles, 10 de septiembre de 2025

Una gran plantilla

El nuevo Betis 2025/26 presenta una de las mejores y más compensadas plantillas que uno recuerda, y uno recuerda muchas plantillas del Betis desde finales de los 70.

No significa esto que el mercado de verano de Fajardo y el resto de los encargados de confeccionar la primera plantilla haya sido perfecto. Tal vez el mayor pero que se les puede echar en cara sea la tempranísima venta de Jesús Rodríguez. Muy comprensible es la de Johnny Cardoso, pero no la de un canterano que apenas ha empezado a mostrar el inmenso talento que atesora. Peligroso, sobre todo, es que el club se habitúe a deshacerse tan pronto de sus mejores promesas sin disfrutar siquiera de sus primeros años de alto nivel ni permitirles crear un vínculo con el club, como sí lo crearon Joaquín o Gordillo, por mencionar dos leyendas que solo se marcharon tras varias excelentes temporadas en el primer equipo. La tentación es grande y el riesgo existe, pero si las cosas se desenvuelven con normalidad Jesús valdrá dentro de cinco años lo mismo que ahora, si no más. Pellegrini, aunque tiene innegable ojo para detectar calidad, no es el mejor profesor para los canteranos ni sabe regular su incorporación a la élite, pero eso no debe ser excusa para mantener una política que, junto a un exceso de entradas y salidas, hace perder vínculo entre jugadores, entidad y afición.

A cambio las dos ventas multimillonarias dieron temprana liquidez para afrontar el mercado siguiendo las dos líneas de compra de los últimos años: fichar jóvenes revalorizables y oportunidades de mercado. El resultado (dejando aparte cedidos como Petit e incluyendo a Pablo García, con ficha del filial) ha sido: 

 
 
En la comparación con la plantilla con la que se cerró la temporada anterior, de una calidad extraordinaria –para el nivel medio histórico del Betis– de mitad de campo en adelante, esta sale ganando, fundamentalmente por una notable mejora atrás. Se han incorporado dos porteros de nivel similar al de Rui Silva (que ya faltó en el segundo tramo de la temporada pasada), se ha mejorado sustancialmente el lateral izquierdo con Júnior, se consolidan los centrales y se mejora de facto en la banda derecha con la incorporación plena de Ortiz y el revival de Bellerín.

La incorporación in extremis de Amrabat, y la de Riquelme, hacen que las pérdidas de Cardoso y Jesús no se vayan a notar a corto plazo, en cuanto a calidad aquí y ahora, aunque a medio plazo obviamente se pierde ahí mucho capital humano. A cambio el Betis mantiene al gran Antony, con una inversión responsable (precio por debajo de mercado, jugador aún joven y revalorizable), y al resto de valores de ataque, incluidos talentos como Lo Celso, Isco, Abde... más un prometedor Deossa. Obviamente habría sido deseable incorporar un delantero más, o dar baja a jugadores como Chimy, pero la plantilla resultante ya es muy ilusionante y con un fondo mucho más profundo que el de hace un año, carencia que provocó ridículos sucesivos en la fase de liga de la Conference.
 
Un detalle táctico importante es que no será fácil parar a un Betis que tendrá armas para adaptarse a diferentes escenarios de partido. Si antes era temible en ataque posicional pero tenía algunas dificultades en un fútbol de ida y vuelta o cuando era presionado arriba, ahora la presencia de jugadores como Antony y Deossa, peligrosos a campo abierto, más el buen pie de Valles y Pau hará pensarse mucho a los rivales esa solución.
 
Los comentarios son bienvenidos. En Twitter, @juanramonlara7
 

 

sábado, 23 de agosto de 2025

Betis 1 - Alavés 0 (2ª jornada de LaLiga, temporada 2025-26)

BETIS (1): Pau López; Bellerín, Bartra, Natan, Junior (Ricardo Rodríguez, 71'); Sergi Altimira, Fornals; Aitor Ruibal, Lo Celso (Valentín Gómez, 85'), Riquelme (Pablo García, 59'); y Cucho Hernández (Bakambu, 85').
ALAVÉS (0) Sivera; Johnny Otto, Tenaglia, Garcés, Víctor Parada (Calebe, 77'); Carlos Vicente, Antonio Blanco (Pinillos 89'), Pablo Ibáñez (Guevara 58'), Aleñà; Guridi (Rebbach, 58'); y Toni Martínez (Mariano 58').
Árbitro: M.A. Ortiz Arias (C. Madrileño). Amonestó a Lo Celso, Pau López, Ibañez, Garcés y Blanco.
Goles: 1-0 (16') Lo Celso.

El Betis se estrenó como local en La Cartuja con una victoria trabajada, en un partido que controló mejor en la segunda mitad que en la primera.

Primera parte
Discípulo de Pellegrini, Coudet ha implementado en el Alavés un modelo de juego similar al que los béticos conocen perfectamente desde hace cinco años: buen trato de balón, mucha movilidad interior y mucha gente cerca de la pelota cuando se tiene esta, y bloque medio muy junto en defensa, con momentos de presión alta tras la pérdida o cuando el rival se ofusca en la salida de balón.

En el Betis todo sigue igual, y las escasísimas variaciones tácticas proceden simplemente del perfil de los jugadores de la plantilla. Aunque aún no cerrada esta, la de la temporada 25-26 tiene ya tendencias definidas, y en particular unos laterales que vuelven a ser –como al inicio de la etapa de Pellegrini– muy ofensivos. Con Riquelme y Ruibal en los extremos, el resto del equipo era el previsible, con dos mediocentros como Fornals y Altimira con tendencia natural a jugar casi de interiores.

El mapa de posiciones medias y los heatmaps reflejaron bien el rol ofensivo de los tres hombres de dentro del Betis (recordemos que la posición media es eventing, una media de los lugares donde interviene en el juego el futbolista, y por tanto refleja básicamente los lugares donde este toca la pelota, esto es, por donde ataca el jugador): 

 

Posiciones medias de los futbolistas del Betis (ataca de arriba hacia abajo)
Gráficos: Sofascore

Pero hay que leer bien las estadísticas: no es que los tres (Lo Celso el 20, Fornals el 8 y Altimira el 6) jueguen muy juntos por el centro: es que las posiciones de cada uno se dispersan equitativamente por los dos lados del ataque. Altimira, un poco contra su naturaleza pero por órdenes de Pellegrini, hizo más de ancla, cerca de los centrales:

Intervenciones de Altimira anoche
 
Fornals (heatmap de la izquierda) y Lo Celso (derecha), sin embargo, atacaron como interiores clásicos, muy móviles y apareciendo en zonas muy dispersas en tres cuartos:

 Intervenciones de Fornals, a la izquierda, y Lo Celso, a la derecha, anoche

Más sutil fue el planteamiento posicional del Alavés. En defensa montaban –al igual que el Betis– un 4-4-2 claro, con Guridi (18) y el punta Martínez (11) como hombres más adelantados. Sin embargo en ataque el lateral derecho, Otto (17), casi no subía, y dejaba toda la banda a Carlos Vicente (7), mientras que por la izquierda Aleñá (10) se metía de interior y quien barría la banda en ataque era el lateral, Parada (24). Con Blanco (8) más posicional que Ibáñez, resultaba un 3-5-2 ofensivo:

Posiciones medias de los futbolistas del Alavés (ataca de abajo hacia arriba) 

Es bien sabido que Pellegrini no mueve un varal de sus planteamientos e incluso parece ignorar (tómese la palabra en un sentido u otro) los del rival, y por aquí le vinieron los problemas: Junior Firpo saltaba lejos a por Vela (7), su teórico par, y los centrales estaban a su trabajo con el punta, Martínez (11), de modo que entre Natan y Junior quedaba un agujero por el que se coló a placer Guridi (18), también fuera del radar de los mediocentros.

Con Lo Celso enchufado y los dos equipos arriesgando en la salida de balón el encuentro, de dominio alterno, se convirtió en una secuencia de ocasiones en las dos porterías, aunque más en la puerta de los alaveses por la mayor calidad de los futbolistas béticos. Al descanso se pudieron ir 2-0 o 0-1, pero fue 1-0.

Minutos 46 al 75
El Betis, como es natural en ventaja, trata de cerrar el partido aun a costa de ceder un poco de balón, y cierra mejor su vía de agua con ayudas. Lo Celso es amonestado por Ortiz y se desconecta de la presión y del partido, de modo que las ocasiones desaparecen de las dos porterías. A la hora Coudet mete oxígeno fresco en mediocampo; Pellegrini retira a Riquelme y mete a Pablo por izquierda, tal vez por cuestiones defensivas (pues lo natural parecía cambiarlo de banda con Ruibal).

Minuto 76 al final
El Alavés se tira arriba y deja espacios, aprovechados por un Betis que puede marcar tres veces. Muy al final, y a falta de Roca y Deossa, Valentín Gómez entra como mediocentro defensivo de emergencia, enviando a Fornals a la mediapunta.

Línea por línea
Pau estuvo decisivo al inicio, y seguro siempre. El nuevo Bellerín y Junior son una mejora manifiesta respecto a los laterales de la temporada pasada, y Bartra y Natan cumplieron a su nivel.

Altimira recibe por fin el reconocimiento que merece su labor sorda, pero eso no debe ahora opacar el trabajo de Fornals, que hace el dificilísimo trabajo de simultanear un juego ofensivo de interior con el de mediocentro en fase defensiva (que sobrelleva muy digna y sacrificadamente). No sale en los equipos ideales de estampitas de cada verano pero no será nada fácil sacarlo del equipo titular.

La línea de mediapuntas ha perdido calidad respecto a la que terminó la temporada anterior, es evidente, pero Riquelme ha mejorado mucho respecto a pretemporada (no era difícil), Lo Celso está muy cerca del nivel de Isco y Ruibal sabe lo que tiene que hacer (como correr al espacio). El Cucho también, y no es fácil. Entre los suplentes destacó la actividad de Bakambu y la calidad de Pablo García, un futbolista que dará mucha gloria al Villamarín.

El Estadio de la Cartuja es monumental pero tiene una pésima visibilidad para el fútbol.

Los comentarios son bienvenidos. En Twitter, @juanramonlara7.

PS: En esta temporada trataremos de analizar los partidos del Betis con cierta regularidad, aunque no será un seguimiento sistemático.

viernes, 10 de enero de 2025

Lo Celso e Isco, Isco y Lo Celso

La feliz recuperación de Isco ha puesto sobre la mesa un problema para Pellegrini: encajar en su sistema a sus dos mediapuntas, Lo Celso y el malagueño. El técnico chileno lleva prácticamente toda su carrera utilizando un 4-2-3-1 con un solo mediapunta teórico, al que da libertad total en ataque, y la presencia de dos jugadores de ese tipo le obliga a adaptar ese sistema o cambiarlo. Naturalmente, y sobre todo en meses como enero y febrero con gran carga de partidos, habrá cierta alternancia y descansos entre ellos, pero si no median lesiones convivirán muchos minutos en el campo.

Ante todo al equipo le convendrá adaptar el modelo de juego: si comparamos con los (buenos) partidos que jugó el Betis en otoño con dos delanteros (4-4-2), con Isco y Lo Celso en el campo el Betis perderá empuje físico a cambio de ganar calidad técnica. Así que deberá rehuir partidos de ida y vuelta y posesiones alternas, en los que tendría que esforzarse continuamente en una extenuante presión alta: a este Betis le convendrá descansar con posesiones largas, mover la pelota con paciencia, encerrar al rival y recuperar la pelota con una presión postpérdida fuerte y rápida. Eso producirá partidos de tikitaka, que desesperarán a los impacientes pero que darán –esperemos–sus frutos. Para ello el Betis necesita mejorar mucho su salida de balón, deficiente en los últimos tiempos; como veremos inmediatamente es probable que así ocurra.

Esquema 4-3-3

Lo que más nos gusta en este blog son las cuestiones posicionales, así que vamos a ello. Una primera manera de juntar a Lo Celso e Isco sería cambiar directamente de esquema y pasar a un 4-3-3. De hecho así ha ocurrido ya varias veces (algo hasta este año insólito en Pellegrini), como en la segunda parte del partido de Copa de Huesca. En salida de balón el equipo, con presuntos titulares a día de hoy, quedaría así:


La calidad de los tres centrocampistas resolvería el inicio de jugada. A cambio se obligaría a los dos mediapuntas a tomar responsabilidades defensivas como interiores:


Para ese equipo titular (tres delanteros) esta sería probablemente mejor solución que un 4-2-3-1 en el que Lo Celso fuese mediocentro (algo muy antinatural). Como punto positivo, con el 4-3-3 (4-1-4-1 en defensa) se ganaría un centrocampista, pues obligaría a ambos interiores a retroceder y ayudar en defensa posicional, sin descolgarse cuando les rebasara la jugada. A cambio ambos se verían obligados a trabajar sin descansos, y los costados de Johnny (los cuadrados formados entre central, lateral, interior y extremo) quedarían bastante expuestos en defensa.

Parece buen plan para situaciones de posesión muy alta, como partidos ante rivales inferiores o en intentos de remontada. Pero no parece un buen plan A.

Esquema 4-2-3-1

Lo más probable es que Pellegrini siga usando su viejo 4-2-3-1, y entonces uno de los dos mediapuntas deberá ser encajado en otra posición. Descartamos para eso la punta del ataque (una solución tal vez válida con el duro Fekir, que aguantaba bien de espaldas, pero no con estos jugadores). Como hemos dicho, colocar a Lo Celso como segundo mediocentro no sería una solución natural, y quedaría como recurso de emergencia ultraofensivo en partidos a remontar: en ataque resultaría muy similar al ya visto 4-3-3, pero en defensa el equipo sufriría excesivamente en el mediocentro

Queda pues la solución en apariencia más lógica: situar a uno de los dos como falso extremo. De hecho Pellegrini durante su carrera ha solido utilizar extremos de perfiles diferentes, uno más vertical y otro con un estilo más de mediapunta, como de hecho ocurría en 2022 con Juanmi y Canales. ¿A cuál de los dos exiliar? Como ya hemos visto, casi todas las papeletas son para Lo Celso, por varias razones: por galones (es el nuevo); por ser un jugador algo más rápido en conducción vertical (más adaptable a situaciones de banda); y, sobre todo, porque mandar a Isco a la izquierda obligaría a prescindir o enviar a su vez a la derecha a Abde, Juanmi, Jesús Rodríguez o el Chimy, todos ellos diestros y más a gusto en la izquierda.

¿Cómo encajar a Lo Celso en la derecha? El argentino necesita balón y el equipo necesita que lo toque mucho, y además se siente mejor dentro que en banda, así que no conviene que juegue abierto, ni siquiera en fase de salida desde atrás. Una leve corrección de la posición del delantero centro, Vitor Roque, puede solucionar la distribución espacial ocupando adecuadamente el espacio vacante:


Como vemos, quedaría una especie de rombo en el centro del campo. No habría punta-referencia, algo que en los últimos tiempos han probado entrenadores como Guardiola (antes de contar con Haaland) o Ancelotti (en este Betis-Madrid) como antídoto contra presiones altas. Si colocamos al típico rival en 4-4-2 resultaría:


Como vemos se produciría una fuerte superioridad numérica en el centro del campo: no solo el portero y el mediocentro (Johnny) quedarían libres, sino que, fijados los mediocentros por Lo Celso y Altimira, Isco quedaría también libre, algo peligrosísimo si puede lanzar a jugadores muy rápidos como Roque y Abde, buscando los enormes espacios a la espalda de los laterales. De hecho eso sucedió, con Lo Celso como lanzador, en la jugada del 0-1 en Huesca.


Como se aprecia en la imagen, si el rival intenta resolver esa inferioridad numérica sacando a los centrales de zona (ahí solo hay uno y ha ido a por Isco, en el centro de la imagen) los pares de Abde y Roque quedarían vendidos sin ayuda en situaciones muy complicadas de defender, ante delanteros muy veloces a campo abierto y con excelentes lanzadores. 

Los rivales, lógicamente, pueden intentar arreglar esa inferioridad numérica con diversas soluciones: las típicas basculaciones laterales (dejando libres a Sabaly o Perraud), saltos del lateral a por Lo Celso, etc. Pero sin punta de referencia central es casi imposible que el rival pueda pasar a situaciones de presión de uno contra uno, y en esas condiciones la calidad de Johnny, Lo Celso e Isco prácticamente garantiza una salida limpia. A cambio apenas habría un leve atasco en el centro del campo bético, con cuatro jugadores por dentro, algo que con la técnica de Johnny y los dos mediapuntas no debe ser un grave problema.

Cierto es que el modelo de juego de Pellegrini no es nada posicional, o sea, no es esperable que Johnny, Altimira, Isco y Lo Celso se sujeten a esas posiciones. De hecho podrían rotarlas, por ejemplo así:


Resultando esto, que realmente es muy similar:


En todo caso la movilidad de las posiciones de los cuatro jugadores de dentro no cambiaría el hecho de la superioridad numérica y los consiguientes problemas para el rival. Muy arriesgado tirar la presión alta, probablemente la mayoría de ellos optarían por el repliegue, lo que abocaría al escenario deseable de rival encerrado, y ciclos de posesiones largas y presión postpérdida.

Al avanzar la jugada convendría, eso sí, que Vitor Roque centrara su posición y que Abde más Isco o Lo Celso pisaran posiciones adelantadas y luego de remate, para no empeorar el problema del equipo con el gol.


En defensa, naturalmente, el 4-4-2 habitual no se vería alterado. Lo Celso no debiera alejarse excesivamente de la banda para no verse obligado a grandes recorridos en transición, aunque como hemos visto en partidos recientes Pellegrini acepta permutas defensivas para que otro jugador (como el mismo Isco) ocupe a veces su lugar defensivo si es más práctico. El esquema defensivo normal sería (es, de hecho):


Los comentarios son bienvenidos. En Twitter, @juanramonlara7. Y ahora estoy también en Bluesky.