martes, 21 de noviembre de 2017

Eibar 5 - Betis 0 (12ª jornada de LaLiga)

EIBAR (5): Dmitrovic; Capa, Arbilla, Paulo Oliveira, Juncá; Iván Alejo (Rubén Peña, m. 76), Dani García, Escalante (Joan Jordán, m.69), Inui; Sergi Enrich (Kike García, m. 81) y Charles.
BETIS (0): Adán; Barragán, Mandi, Amat, Durmisi; Javi García; Joaquín (Sanabria, m. 62), Fabián, Camarasa (Boudebouz, m. 70), Nahuel (Guardado, m. 57); y Sergio León.
Goles: 1-0, m. 6: Amat, en propia puerta. 2-0, m. 30: Escalante. 3-0, m. 56: Charles, de penalti. 4-0, m. 71: Charles. 5-0, m. 80: Sergi Enrich.
Árbitro: González González (Comité Castellano-Leonés). Expulsó con roja directa a Mandi en el minuto 55. Amonestó a Amat, Escalante, Arbilla y Guardado.
4.600 espectadores en el estadio de Ipurúa, con presencia de seguidores verdiblancos, y buen césped.

El histórico ridículo hecho por el Betis esta noche en Eibar es el resultado de una tormenta perfecta que debe hacer reflexionar a los técnicos del Betis en diferentes niveles.

Atribuir el desastre al infortunio, a una expulsión o a las dificultades propias de jugar en un campo como Ipurua son argumentos débiles cuando te golea, ante pocos miles de personas, un equipo de escasa calidad, plagado de bajas y que había marcado seis goles en once jornadas. Y es que el Betis lo hizo casi todo mal, en defensa y en ataque, en lo técnico, lo psicológico y lo táctico.

Los problemas empezaron en la alineación y el esquema. Como muy recientemente hemos comentado aquí no es razonable que el modelo de juego de un entrenador se traduzca obligadamente en un determinado esquema de juego que condicione la elección de jugadores; tampoco –en un club, no lo olvidemos, de elite profesional– que los equilibrios de vestuario obliguen a dar oportunidades a jugadores que no han demostrado merecerlas. En suma, no es aceptable que Guardado (bien descansado, tanto como Fabián) y Sanabria vean el partido desde el banquillo mientras los Nahuel, Camarasa y Amat son titulares.

A mayor abundamiento, tales oportunidades no redundaron en una especial motivación del equipo que, un partido más, mostró fuera de casa una mentalización muy inferior a la de los encuentros en el Villamarín. La jugada del 1-0 es buena muestra de ello:


La indolencia de Barragán en la marca del hombre con balón, la facilidad con que Amat se deja ganar la espalda por Enrich, su inoperancia en el despeje y la lentitud de Adán en su intento de atajar un balón muy blando son señales inequívocas de que el Betis no estaba metido en el partido como los locales.

Si en lo técnico Setién renunciaba a su ventaja con la alineación y en lo psicológico el Eibar era superior, en lo táctico las cosas no pintaban mejor. Esa jugada revela algunos problemas ya vistos en partidos anteriores; uno de ellos, ya muy repetido, es el excesivo espacio que el 4-3-3 bético concede entre sus dos líneas de cuatro: obsérvese ahí la distancia entre el interior bético, Fabián, y el lateral Barragán (el extremo, Joaquín, ni aparece en el plano), y compárese con las ayudas constantes de los extremos eibarreses a sus laterales cuando eran encarados por los extremos béticos. Un segundo problema, ya mal resuelto ante el Espanyol, era la igualdad numérica de los centrales béticos ante los dos delanteros, muy conveniente además al estilo local de balones cruzados, y aprovechada en ese primer gol; ni Javi García auxilió a los defensores (más bien se tragó la marca en el 2-0) ni se aprovechó la superioridad numérica en el centro del campo para presionar.

Al atacar se repitieron también defectos conocidos. No es censurable, a nuestro entender, la voluntad de sacar la pelota jugada, ni excusa para cambiar de modo de juego que el campo sea tres metros más estrecho por cada banda. Pero sí es necesario aprovechar las ventajas obtenidas en cada línea para ganar tiempo y espacio.


Ante el 4-4-2 local –más o menos previsible, por antiguo y por propio de su estilo de juego, aunque no fuese la norma en el Eibar esta temporada– era necesario salir en conducción con limpieza del tres contra dos abajo –contra la sensación de muchos, el Eibar no fue a la presión alta hombre por hombre– y ganar los duelos en la segunda línea. Pues bien, un día más ni los centrales supieron poner en ventaja a los Joaquín, Fabián, Camarasa y Nahuel, ni estos ganaron jamás el uno contra uno a sus pares, de modo que la salida de balón del Betis acababa convertida en un absurdo tiquitaca. Apenas algún balón largo a León alborotaba el sistema defensivo eibarrés. La responsabilidad fundamental, ya señalada aquí muchas veces, es de esa segunda línea bética, y especialmente de unos interiores que ni saben pedirla donde hace daño, ni intercambian posiciones entre ellos (menos aún con León), ni arriesgan nunca en el pase o el regate; ante tal falta de fluidez parece lícito preguntarse por Boudebouz, Tello, Guardado y Sanabria, hombres casi todos de nivel objetivamente (miren currículos) superior. Por otra parte, ni siquiera la habitual salida de balón por Barragán funcionó esta vez, así que el Betis, pese a su alta posesión y los riesgos (bien) tomados atrás, prácticamente no se asomó por el área de Dmitrovic.

Tras el penalti y expulsión la inferioridad numérica no fue obstáculo para que el banquillo bético se atreviese a hacer lo que antes no quiso, jugar con dos delanteros, pero el resultado del 4-3-2 solo fue recibir dos goles más. La bajada de brazos del equipo fuera de casa cuando vienen mal dadas resultó de nuevo preocupante.

Jugador por jugador
Adán: Le llegaron seis difíciles y entraron cinco.
Barragán: Mal en defensa y en ataque.
Mandi: La jugada del 3-0 le afea un partido decente.
Amat: Mal, un día más, aunque trató bien el balón. Su inicio de partido fue desastroso, y no es la primera vez.
Durmisi: Lo buscaron muy poco en ataque. En defensa ni lució ni fue el problema.
García: Uno de sus peores partidos. Ayudó poco a los centrales y no dio fluidez.
Joaquín: Desacertado con balón, que es lo suyo. No tiene por qué jugar siempre.
Fabián: Empezó a jugar bien en el minuto 60.
Camarasa: Un buen balón en profundidad, pero una irrelevancia ofensiva que en un interior y en este estilo de juego es muy dañina para el equipo.
Nahuel: Curiosamente esta vez no falló un solo pase, pero siempre en zonas frías.
León: Tuvo dos muy claras y no acertó, pero el ataque de un equipo no puede basarse solo en un acierto desmesurado de sus delanteros, como hasta ahora.

Guardado, Boudebouz y Sanabria: Minutos de la basura.

Setién: La rigidez de sus planteamientos tiene tres problemas: no es adaptable a sus jugadores en mejor forma, no se corrigen los defectos (detectables incluso en la victoria), y el equipo se convierte en previsible para el rival, lo que facilita muchísimo el trabajo táctico de este. Por comparar, el dios de este estilo de juego, Pep Guardiola, dedica la mayor parte de su semana a buscar las fisuras tácticas del rival y refinar –o incluso alterar sustancialmente– su modo de juego y sus esquemas defensivo y ofensivo para contrarrestar las virtudes del rival y aprovechar sus defectos; aquí ese trabajo se ve muy poco.

Los comentarios son siempre bienvenidos. En Twitter, @juanramonlara7.

8 comentarios:

  1. Baeticus Astigitanus21 de noviembre de 2017, 13:04

    La verdad es que esto se veía venir, pero Setién no ha tomado medidas. Ya somos el nuevo Las Palmas, o el Rayo de Paco Jémez...

    Da la impresión de que, aparte de la falta de reacción del entrenador, los jugadores se han tirado a la bartola. Adán, Camarasa, Barragán y Javi García han dado un bajón, van a lo cómodo mientras esperan que el trabajo lo haga otro. Amat y Nahuel sencillamente no tienen nivel para LaLiga.

    Hasta ahora nos había salvado la pegada de los delanteros, la buena forma de Guardado y la presencia de un buen defensa como Feddal. En cuanto todo esto ha desaparecido ha quedado al desnudo un equipo que ni siquiera juega bien al fútbol (que es lo que nos prometieron) ni se le nota la mano táctica del entrenador, en el que Mandi vuelve a ser Mandi y Fabián es una máquina de perder balones.

    Hay que cambiar al 4-4-2, juntar líneas, recordar conceptos (no renunciar al juego de posición sino al manoseo inicuo del balón), ser más solidarios en el campo, ser humildes, trabajar el balón parado y poner a los buenos en el campo.

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    1. El 4.4.2 y el juego de posición son enemigos íntimos. En mi opinión no van por ahí las soluciones, es más, sería el síntoma claro de una pérdida de papeles.

      Saludos.

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    2. Con las primeras afirmaciones de B.A. estoy de acuerdo. No olvidemos que esto, antes que juego de posición o de lo que sea, es fútbol. Nadie está exento de jugar rápido, concentrado, defender con agresividad...

      En cuanto al 4-4-2 estoy en pleno acuerdo y desacuerdo con el Anónimo que responde. Soy un gran odiador del 4-4-2 de mediocentros paralelos de toda la vida. Pero:
      - Se puede defender en 4-4-2 y atacar en 4-3-3 (o alguna de sus variantes). Ejemplos: el Madrid y (ojo) el Barça de todos los años anteriores a este, e incluso de este si llamamos 4-3-3 al de rombo o falso delantero centro. Creo que con ese 4-4-2 defensivo cabrían Sanabria y León juntos y se ganaría compacidad defensiva.
      - Hay cierto 4-4-2, con sus dos delanteros plenos y todo, del que hablé en el post anterior, que sí respeta los principios del juego posicional. Pero es una cosa nueva y rara que nadie usa aún ;)

      Saludos
      JR

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  2. Hola
    yo a los 20 minutos tuve ese déjà vu tan bético, de que ayer tocaba ver er beti pecador de la pradera. Que a esos fistros de cuerpo técnico y de jugadores les iban a hacer la caidita de roma. Pero al final la pupita en el duodeno es para nosotros, te da cuén?
    Bueno, perdón por el homenaje a Chiquito, pero es que si no me tomo al Betis con humor, pues no sé entonces cómo analizar la parodia de equipo de ayer. Aunque se veía venir por los dos últimos partidos, lo de ayer fue una gran decepción, pues de algún modo hace vislumbrar que, por desgracia, Quique puede acabar siendo un "parecía que sí", como dicen los de La vida Moderna.
    Mi análisis es que después de los partidos con el Espanyol y el Getafe y con 20 días de parón, ayer ERA el día de demostrar que habían aprendido de los errores. En vez de eso, un 5-0 esperpéntico nos envía señales inequívocas de que "algo huele a podrido" en Betilandia. Lo de ayer no tiene perdón de dios.

    COBARDEEEES!

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    1. Todo homenaje al más grande es bienvenido en esta casa.

      No creo que haya que ser catastrofistas. Esto acaba de empezar. Tengamos paciencia y, eso sí, corrija Setién ciertas cositas.

      Saludos
      JR

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  3. Muy deprimente lo visto ayer... no había excusas spara no ganar a un Eibar con 6 bajas. Pero lo de ayer fue demasiado. Espero punto de inflexión ante un rival difícil como el Girona, y con la defensa del Betis en cuadro...

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  4. Buenas a todos,

    Para que te metan 5 un Eibar en crisis no es solo tener un mal dia, eso es una falsa justificacion, es no haber querido competir el partido, desde el banquillo el entrenador y desde el cesped los jugadores.

    Para mi hay dos cosas que me preocupan:
    - Una es lo apuntado por JR, no sacar jugo a la plantilla por cupo/sistema. No hay acumulacion de partidos que justifique que Guardado deba descansar tanto y a la vez sostener que Joaquin con 5 años mas no lo necesita. Tampoco que por muy bien que entrene Nahuel eso de darle titularidad... Sanabria o incluso Tello han hecho y aprovechado mejor sus oportunidades. Puestos a darle minutos al hispanoargentino para reivindicarse, para eso esta la copa a la vuelta de la esquina, digo yo!.

    - La segunda cuestion es lo rapido que se ha dejado a estos jugadores confiarse y acomodarse. Una tendencia no se ve con un mal partido, se ve cuando pasa a menudo y ya van 3 seguidos, cada vez con peor actitud inicial y reaccion de la plantilla. Precisamente ante rivales con menos calidad que los iniciales.

    Lo bueno de todo es que esto es un problema de actitud y mayor coherencia en la alineacion, facil y rapidamente subsanable, lo malo es que si no se corta pronto, por si solo no se cura esto. Serra deberia bajar al vestuario soltar alguna que otra colleja.

    Saludos bohemios.

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  5. Son muchas cosas, algunas más arreglables que otras. Lo de la actitud fuera de casa preocupa bastante, porque viene de muy lejos (de hace un año en el caso de Setién). Más arreglable es lo de las alineaciones, claro, que dinamita había en el banquillo (o en casa), y la cuestión táctica.

    Y si no: sí, que baje don Lorenzo, si no ha bajado ya.

    Saludos
    JR

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