LEVANTE (3): Munúa; Pedro, Ballesteros, Cabral, Juanfran; Torres, Iborra; Valdo (Pallardó, m. 86), Ghezzal (Rubén, m. 76), Barkero; y Koné (Javi Venta, m. 72).
BETIS (1): Fabricio; Nelson, Paulão (Santa Cruz, m. 53), Dorado, Nacho; Salva Sevilla (Cañas, m. 64), Iriney, Beñat, Jefferson Montero (Pereira, m. 59); Rubén Castro y Jorge Molina.
Goles: 1-0, m. 34, Barkero; 2-0, m. 41, Torres; 2-1, m. 43, Jorge Molina; 3-1, m. 50, Koné.
Árbitro: Estrada Fernández (Comité catalán) amonestó a Pedro López, Ballesteros, Iborra y Valdo, del Levante; y para Salva Sevilla y Pereira, por el Betis.
Parte del encanto del fútbol reside en la –digámoslo así– diversidad cultural que admite. Es notable ver cómo mientras la Valencia valencianista exige a su equipo, sin piedad alguna, fútbol vistoso jornada tras jornada, la levantinista se ha identificado con el juego especulativo y táctico de su equipo hasta el punto de asistir sin rechistar primero y haciendo la ola al final a una admirable exhibición, esta noche, de lo que muchos llamarán racanería futbolística. Es algo intolerable en el Bernabéu pero casi entrañable en el Ciudad de Valencia.
El Betis asistió como víctima al recital estratégico de los jugadores del Levante. No hicieron los béticos un gran partido, sin duda, y bueno será rebelarse contra esta derrota para no caer en el conformismo que casi arruina la temporada hace una vuelta; pero tampoco sería justo cebarse con un entrenador y un equipo que hicieron lo que pudieron dentro de sus limitaciones, y a los que la fortuna ayudó poco.
El partido arrancó con la única variante de la alineación de Ghezzal como segundo delantero por parte del Levante, que desplazó a Barkero a la banda izquierda. El equipo local fue por demás el de la ida: muy veterano e inteligente atrás, y más joven y rápido arriba; prescinde de la posesión del balón, acumula diez hombres (todos menos Koné) por detrás de la pelota cuando no la tiene (que es casi siempre); se sabe inferior al rival en casi todos los unos contra uno que se le plantean, así que juega atrás y juntito, muy bien situado, con ayudas defensivas constantes y dos mediocentros con tipo de centrales (Iborra y Torres), altos y más posicionales que fondistas. No concede pérdidas en zonas sensibles porque no arriesga la pelota en esas ni le importa perderla en otras, no comete errores tácticos ni de concentración casi nunca, y es prácticamente inabordable por alto. Espera su oportunidad al contraataque o a balón parado. Si tiene suerte y marca primero, el plan funciona. Si no, le vienen los problemas porque tiene que plantear la batalla en campo abierto.
Ante eso el Betis hizo también su alineación, planteamiento y fútbol habituales, con paciente toque atrás (cosa fácil hoy, porque el rival no presionaba arriba en absoluto), e intentos de aceleración arriba. Como la calidad no le sobra, las llegadas eran pocas y casi todas venían por las arrancadas de Jefferson Montero.
Así las cosas las ocasiones eran muy escasas, y desgraciadamente para el Betis en las dos primeras claras, alrededor de la media hora (una falta al borde de cada área), el acierto fue del Levante. A partir de ahí el partido fue un quiero y no puedo del Betis ante un rival muy bien cerrado. Los cambios de Mel fueron lógicos: lesionado Paulão, Iriney hizo de central clavado en la línea del centro del campo (o sea, casi su sitio natural) para el resto del partido, abriendo Santa Cruz a Castro para que Salva hiciera de mediocentro; Jefferson salió por puro cansancio –porque su ritmo es casi insostenible durante noventa minutos– y porque el fútbol de Pereira, bueno o malo, era hoy necesario; y Cañas entró finalmente en el sitio de Salva Sevilla. Para entonces el partido estaba ya 3-1, fruto exagerado de las poquísimas ocasiones que tuvieron unos y otros.
Jugador por jugador
Fabricio: Apenas intervino y se llevó tres goles. En el primero se tira tarde. No hay nada que objetarle en los dos últimos.
Nélson: Vuelve a mostrar sus carencias tácticas (esas que ningún jugador del Levante tiene): habilitó un par de veces a jugadores a la espalda de los centrales por tirar mal el fuera de juego y se dejó la suya con absoluta pasividad en el 2-0. En ataque estuvo activo pero tiró sólo centros sin sentido.
Paulão: Bien en general, perdió de vista a su marca, Koné, en la jugada del 3-1, y el equipo lo pagó caro.
Dorado: Mal día para su juego, muy expuesto a la velocidad del rival en las contras. Permitió junto a Paulão que Koné interviniese mucho, aunque erró poco.
Nacho: Partido gris. Debió tomar más riesgos en el segundo tiempo. Su falta del 1-0 no fue tal.
Salva: Hizo su trabajo habitual de falso extremo derecho: tocarla bien por el centro y olvidarse a veces de cerrar su banda. Acertado o no, se fue cuando más falta hacía.
Iriney: Tampoco era un buen día para su juego, pues el Levante te regala el balón sin dar tiempo a presionar. Bien como central adelantado, aun con algún problemilla para alinear el fuera de juego.
Beñat: En la primera parte hizo circular el balón con seguridad y la necesaria velocidad en los cambios de juego. En la segunda comprendió que había que arriesgar mucho más y meter pases verticales; el problema fue que le salieron todos mal.
Montero: Excelente partido pese a que tampoco era el mejor día para su juego. Se fue siempre y sacó una tarjeta a su lateral antes del cuarto de hora; a partir de entonces los listísimos jugadores locales acudieron como un enjambre a hacerle ayudas. El equipo debió buscarlo aún más, porque fue el único jugador que imprimió la velocidad necesaria al juego.
Rubén Castro: Trató de aprovechar los espacios creados por Salva a la derecha, pero no acertó. En la segunda parte acabó de extremo con escasas intervenciones.
Molina: Buen partido, con gol, mucha pelea y buen juego fuera del área. Por arriba no ganó nada.
Santa Cruz: Jugó de segundo punta por detrás de Molina. Ante equipos bien cerrados como el Levante recibirla entre líneas como él tiene un gran valor porque se rebasa así la primera línea defensiva; ahí hay que arriesgar y meter velocidad al juego, pero sin embargo se le apreció un defecto recurrente: es demasiado conservador en esas situaciones y o bien la devuelve hacia atrás o se retrasa él mismo, permitiendo que el rival vuelva a meter ocho o nueve defensores por detrás del balón, con lo que se conserva la posesión (inútil ayer) pero se pierde la ventaja. Por arriba tampoco ganó nada.
Pereira: Buscó sus jugadas veloces habituales, hoy necesarias, pero casi nunca recibió la pelota cerca del área ni en condiciones de siquiera intentarlo.
Cañas: Su tipo de juego no era el más conveniente para la situación del partido, pero hizo correr bien el balón y tuvo mucha presencia.
BETIS (1): Fabricio; Nelson, Paulão (Santa Cruz, m. 53), Dorado, Nacho; Salva Sevilla (Cañas, m. 64), Iriney, Beñat, Jefferson Montero (Pereira, m. 59); Rubén Castro y Jorge Molina.
Goles: 1-0, m. 34, Barkero; 2-0, m. 41, Torres; 2-1, m. 43, Jorge Molina; 3-1, m. 50, Koné.
Árbitro: Estrada Fernández (Comité catalán) amonestó a Pedro López, Ballesteros, Iborra y Valdo, del Levante; y para Salva Sevilla y Pereira, por el Betis.
Parte del encanto del fútbol reside en la –digámoslo así– diversidad cultural que admite. Es notable ver cómo mientras la Valencia valencianista exige a su equipo, sin piedad alguna, fútbol vistoso jornada tras jornada, la levantinista se ha identificado con el juego especulativo y táctico de su equipo hasta el punto de asistir sin rechistar primero y haciendo la ola al final a una admirable exhibición, esta noche, de lo que muchos llamarán racanería futbolística. Es algo intolerable en el Bernabéu pero casi entrañable en el Ciudad de Valencia.
El Betis asistió como víctima al recital estratégico de los jugadores del Levante. No hicieron los béticos un gran partido, sin duda, y bueno será rebelarse contra esta derrota para no caer en el conformismo que casi arruina la temporada hace una vuelta; pero tampoco sería justo cebarse con un entrenador y un equipo que hicieron lo que pudieron dentro de sus limitaciones, y a los que la fortuna ayudó poco.
El partido arrancó con la única variante de la alineación de Ghezzal como segundo delantero por parte del Levante, que desplazó a Barkero a la banda izquierda. El equipo local fue por demás el de la ida: muy veterano e inteligente atrás, y más joven y rápido arriba; prescinde de la posesión del balón, acumula diez hombres (todos menos Koné) por detrás de la pelota cuando no la tiene (que es casi siempre); se sabe inferior al rival en casi todos los unos contra uno que se le plantean, así que juega atrás y juntito, muy bien situado, con ayudas defensivas constantes y dos mediocentros con tipo de centrales (Iborra y Torres), altos y más posicionales que fondistas. No concede pérdidas en zonas sensibles porque no arriesga la pelota en esas ni le importa perderla en otras, no comete errores tácticos ni de concentración casi nunca, y es prácticamente inabordable por alto. Espera su oportunidad al contraataque o a balón parado. Si tiene suerte y marca primero, el plan funciona. Si no, le vienen los problemas porque tiene que plantear la batalla en campo abierto.
Ante eso el Betis hizo también su alineación, planteamiento y fútbol habituales, con paciente toque atrás (cosa fácil hoy, porque el rival no presionaba arriba en absoluto), e intentos de aceleración arriba. Como la calidad no le sobra, las llegadas eran pocas y casi todas venían por las arrancadas de Jefferson Montero.
Así las cosas las ocasiones eran muy escasas, y desgraciadamente para el Betis en las dos primeras claras, alrededor de la media hora (una falta al borde de cada área), el acierto fue del Levante. A partir de ahí el partido fue un quiero y no puedo del Betis ante un rival muy bien cerrado. Los cambios de Mel fueron lógicos: lesionado Paulão, Iriney hizo de central clavado en la línea del centro del campo (o sea, casi su sitio natural) para el resto del partido, abriendo Santa Cruz a Castro para que Salva hiciera de mediocentro; Jefferson salió por puro cansancio –porque su ritmo es casi insostenible durante noventa minutos– y porque el fútbol de Pereira, bueno o malo, era hoy necesario; y Cañas entró finalmente en el sitio de Salva Sevilla. Para entonces el partido estaba ya 3-1, fruto exagerado de las poquísimas ocasiones que tuvieron unos y otros.
Jugador por jugador
Fabricio: Apenas intervino y se llevó tres goles. En el primero se tira tarde. No hay nada que objetarle en los dos últimos.
Nélson: Vuelve a mostrar sus carencias tácticas (esas que ningún jugador del Levante tiene): habilitó un par de veces a jugadores a la espalda de los centrales por tirar mal el fuera de juego y se dejó la suya con absoluta pasividad en el 2-0. En ataque estuvo activo pero tiró sólo centros sin sentido.
Paulão: Bien en general, perdió de vista a su marca, Koné, en la jugada del 3-1, y el equipo lo pagó caro.
Dorado: Mal día para su juego, muy expuesto a la velocidad del rival en las contras. Permitió junto a Paulão que Koné interviniese mucho, aunque erró poco.
Nacho: Partido gris. Debió tomar más riesgos en el segundo tiempo. Su falta del 1-0 no fue tal.
Salva: Hizo su trabajo habitual de falso extremo derecho: tocarla bien por el centro y olvidarse a veces de cerrar su banda. Acertado o no, se fue cuando más falta hacía.
Iriney: Tampoco era un buen día para su juego, pues el Levante te regala el balón sin dar tiempo a presionar. Bien como central adelantado, aun con algún problemilla para alinear el fuera de juego.
Beñat: En la primera parte hizo circular el balón con seguridad y la necesaria velocidad en los cambios de juego. En la segunda comprendió que había que arriesgar mucho más y meter pases verticales; el problema fue que le salieron todos mal.
Montero: Excelente partido pese a que tampoco era el mejor día para su juego. Se fue siempre y sacó una tarjeta a su lateral antes del cuarto de hora; a partir de entonces los listísimos jugadores locales acudieron como un enjambre a hacerle ayudas. El equipo debió buscarlo aún más, porque fue el único jugador que imprimió la velocidad necesaria al juego.
Rubén Castro: Trató de aprovechar los espacios creados por Salva a la derecha, pero no acertó. En la segunda parte acabó de extremo con escasas intervenciones.
Molina: Buen partido, con gol, mucha pelea y buen juego fuera del área. Por arriba no ganó nada.
Santa Cruz: Jugó de segundo punta por detrás de Molina. Ante equipos bien cerrados como el Levante recibirla entre líneas como él tiene un gran valor porque se rebasa así la primera línea defensiva; ahí hay que arriesgar y meter velocidad al juego, pero sin embargo se le apreció un defecto recurrente: es demasiado conservador en esas situaciones y o bien la devuelve hacia atrás o se retrasa él mismo, permitiendo que el rival vuelva a meter ocho o nueve defensores por detrás del balón, con lo que se conserva la posesión (inútil ayer) pero se pierde la ventaja. Por arriba tampoco ganó nada.
Pereira: Buscó sus jugadas veloces habituales, hoy necesarias, pero casi nunca recibió la pelota cerca del área ni en condiciones de siquiera intentarlo.
Cañas: Su tipo de juego no era el más conveniente para la situación del partido, pero hizo correr bien el balón y tuvo mucha presencia.
Hola,
ResponderEliminarel tuerto se lleva el gato al agua en el país de los ciegos. El partido ha dejado claro el talante del Betis de este año. El día que podía pegar un estirón y subir claramente en la tabla, ante un equipo MUY limitado y que está haciendo una mala segunda vuelta, la semana antes del Madrid... vamos, una auténtica final. Y perdimos.
El Betis ha quedado retratado, y demuestra así que es uno de los 5 peores equipos de la liga, muy blandito, muy plano, muy previsible. Luchará por no descender, y en esta liga 2 derrotas seguidas te mandan al hoyo. Eso sí, el equipo lucha, sobre todo cuando va por detrás en el marcador, pero ayer no creó apenas ocasiones de gol. He visto este partido varias veces esta temporada.
En fin, muy decepcionante, y no sólo puedo resaltar como positivo las galopadas de Montero.
Y el sábado viene el bicho y compañía, y luego el Rayo, que está en forma...
Ayer era el día. Qué penita.
Por cederte, el Levante te deja hasta que toques por las bandas, tapando el centro, pero ahí el Betis demostró todas sus carencias: Nelson no desborda sino que solo sorprende a equipos abiertos, por delante de él esta plantilla no tiene nada, Nacho no da para más, y Montero está bien pero el cansancio no es causa justificada para que le cambiasen ayer.
ResponderEliminarA los que juegan por dentro hay que pedirles más, sobre todo a Santa Cruz que no cumplió con su papel de redistribuidor en la frontal del área y a S. Sevilla que ayer no aportó absolutamente nada.
Palmeraverde
Acabo de dejar las calificaciones individuales, Palmera, y justamente ahí hablo de ese problema de Santa Cruz, que se limita a devolverla y perder la ventaja. Con Salva y Montero fuera, el Betis, efectivamente, apenas tenía recursos de juego interior, y eso reducía las posibilidades a algún cambio de juego muy rápido que pillara a contrapié las superbasculaciones del Levante (que, como dices, te deja las bandas) y poco más. Tampoco hay mucha más cera para arder.
ResponderEliminarYo creo, Lobo, que es momento de exigir al equipo, para que aprecie que hay mucho trabajo por hacer, pero tampoco hay que entrar en ataque de nervios si se pierden los próximos dos partidos, algo perfectamente posible, porque bastante ciclotímico es el equipo de por sí. Es una pena, es cierto, porque era día de para arriba o para abajo; pero el partido, estadísticas en mano, era difícil, y la suerte tampoco acompañó.
Por cierto que con el colchón de puntos que tenemos ayer era una buena ocasión para hacer un partido bastante más defensivo, un empate a cero hubiera valido. Pienso que esperando al Levante, obligandolo a ejercer de local se habría puntuado (en un partido soporífero, cierto). Con la pareja de centrales que tenemos somos nosotros los que nos conviene jugar a la contra fuera de casa.
ResponderEliminarPalmeraverde
Buenas tardes, por desgracia no he podido ver los dos últimos partidos en condiciones adecuadas, así que me tengo que abstener de análisis profundos (me quedo disfrutando con los vuestros...).
ResponderEliminarUnicamente comentar que creo que confundimos a veces osadia con temeridad, jugarle a un equipo de zona Champions, en su campo con 4 atancantes natos con escasos recursos tácticos para hacer coberturas, apoyos, etc...(Molina, Castro, Montero y Sevilla) me parece jugar de salida con un gol en contra (y a sabiendas de que Beñat va a quedar fundido y sin incorporarse al ataque, Nelson no va a poder subir ni una vez, Iriney se va a reventar a kms, vamos a facilitar contragolpes....etc.). Creo que ese esquema era válido para segunda, pero no para primera...
Por lo demas creo que el Levante nos dió ayer un baño de futbol, sobre todo en lo táctico, defienden, atacan y corren como un único hombre, sabiendo todos en todo momento a lo que juegan...
Un saludo desde los Bermejales...!!!
Pedro
Que pena de Betis... que poca intensidad, que poco achuchó a un equipo que una vez que te meta un gol te deja muy poquitas puertas abiertas. Tenia que haber salido a agobiar y a reclamar un puesto de elite de nuestra liga y no a verlas venir con una circulación de balón con poquisima velocidad. Sigo pensando que Iriney retrasa la posición de Beñat, a veces incrustado entre los centrales para comenzar el juego y Salva tendría que intervenir mas en la creación y no solo para dar el último pase.
ResponderEliminarAndando no se gana y parecía que el cero a cero le valía a Mel. Pero el problema es que llega una falta y ... otro error de Casto. a ver cuando le dan la oportunidad a Fabricio... ah! no... que ese que falló no era Casto!!
Despues sigue el Betis sin cambiar nada, al tran tran y encima Isidoro que es un coladero deja su banda libre para que llegue el 2-0 ... ah! perdon... que el que falló tampoco era un canterano!!
En la segunda parte,nada de nada, con el Levante con 11 jugadores en su campo y el Betis con los laterales anclados, con ninguna sorpresa y con poquisima velocidad...
Eso si, alabo que por fin nuestro entrenador haya hecho su trabajo y se empiecen a ver algunas jugadas ensayadas en los corners. Algo tarde en la jornada 26 pero...
Mas vale que apretemos los dientes porque vienen curvas y que dejemos de hundir al activo mas importante que tenemos: La cantera
Ya está bien de venerar a jugadores del montón(Nachos, Juanmas, Irineys...) y a criticar insistentemente a los que llevan media vida luchando por llegar al primer equipo.
Espero que sigamos en primera y que el año que viene los Cañas, Pozuelos, Palancares... tengan las oportunidades y las criticas que tienen otros para que vuelva a haber Gordillos, Cuellares, Capis o Joaquines...
Saludos y viva la cantera
Creo que contesto un poco tarde. Vayan mis disculpas ante todo.
ResponderEliminarLo que dice Palmeraverde no lo comparto ante el Levante, porque creo que en una liga de tres puntos por la victoria hay que ir a ganar casi siempre. Sin embargo para mañana creo que mi plan sí sería ese, no por miedo, sino porque la superioridad física del Madrid hace que le interese un correcalles de desgaste físico. Yo me taparía detrás, y más con centrales lentos y laterales que se dejan la espalda como los nuestros, pero mañan veremos.
Pedro: aunque suene a obviedad, realmente creo que el gol de Barkero desequilibró un partido que el Betis estaba conduciendo bien, sobando la bola en zonas seguras; era como firmar tablas a la espera de que se pusieran nerviosos. Por desgracia esa absurda jugada (eran dos contra cinco cuando nacho hace -o no- la falta) desbarató un, creo, buen plan.
Alex: de acuerdo en la idea de que se critica más a la cantera que a los de fuera, y que con el marcador en contra hay que mostrar más cosas.
Saludos
JR