viernes, 4 de marzo de 2011

Ponferradina 1 - Betis 1 (27ª jornada de Liga de Segunda División)

1 - PONFERRADINA: Alejandro García; Cristian, Cuadrado, José Alcaide, Candela; Acorán (Redondo, min. 82), Toribio, Jonathan Ruiz, Abraham, Del Olmo (Máyor, min. 70; Javi López, min. 77); y Saizar.
1 - BETIS: Casto; Isidoro, Roversio (Emana, min. 40), Dorado, Nacho; Beñat, Iriney; Salva Sevilla (Arzu, min. 60), Rubén Castro, Ezequiel (Israel, min. 72); y Jorge Molina.
Goles: 1-0, min. 7: Saizar. 1-1, min. 50: Jorge Molina
Árbitro: Hernández Hernández. (Comité Canario). Amonestó a Roversio, Ezequiel, Salva Sevilla, Candela, Beñat, Arzu, Jorge Molina. Expulsó a Abrham y a Iriney por doble amarilla.

Aunque frustrante y jugado en los sótanos del fútbol que se merece la afición bética, el partido de ayer estuvo lleno de pasión y, ya en frío, pueden sacarse de él más lecturas positivas que negativas de cara al futuro. El equipo ya quiere; tiene limitaciones, pero ahora son más estrictamente futbolísticas que de voluntad, y es de esperar que con esta nueva actitud fútbol y resultados vayan a mejor.


En una noche fría y ventosa la Ponferradina opuso al Betis un cuadro poco más que voluntarioso, y de muy baja calidad. Peleones pero poco poderosos físicamente, pusieron cuatro atrás y una poblada media que dejaba arriba sólo a Saizar. Trataron de no encerrarse atrás y de presionar en el centro del campo, pero lo lograron sólo al inicio y en tramos aislados de la segunda parte.

El Betis se coloca en su usual 4-4-2 con mediapunta (o 4-2-3-1). Salva es exiliado de nuevo a la banda derecha, Ezequiel es el extremo izquierdo (de inicio, en la banda de los banquillos) y Castro el segundo delantero. En los primerísimos minutos la Ponferradina aprietas más que el Betis y una cadena de negligencias defensivas acaba con el 1-0. A partir de ahí los béticos toman el control del partido e igualan la actitud del rival.

Hay que insistir en recordar que el muy buen Betis de hace dos meses se construyó sobre dos premisas: una fuerte (y temprana) presión sobre la posesión del contrario, y la consigna de jugar la pelota por abajo a toda costa. El equipo va recordando poco a poco la primera, pero comete sin embargo el error, recurrente en las últimas semanas, de abusar del balón largo a Molina. En ese juego de poco sirven Beñat y Salva, que ven pasar el balón sobre sus cabezas una y otra vez. Aunque los pelotazos fueron ayer en general bien dirigidos y Molina ganaba muchos de ellos, las pocas llegadas claras se debieron en la primera mitad a las acertadas carreras de Ezequiel, el mejor en esta fase. Mel se la juega ya antes del descanso: retira a Roversio, retrasa e Iriney al sitio del central derecho, mete a Salva de segundo mediocentro e introduce a Emana en la mediapunta, sitio desde el que se alternará con Castro entre ese puesto y el extremo derecho (lugar que a su vez queda con frecuencia vacío porque ambos tienen querencia al interior y a la punta). Mel tomaba así riesgos, por lo temprano de la decisión y por dejar un mediocampo poco recuperador de balones, pero la jugada le salió bien porque a partir de ahí el dominio fue incontestable. La posición de Iriney es, en todo caso, correcta para partidos en los que hay que arriesgar mucho y los centrales juegan muy adelantados.

Al inicio de la segunda parte Molina logra empatar en una de las -en este partido muchas- jugadas trompicadas en el borde del área berciana. Acto seguido llega la rigurosa expulsión de un hombre de la Ponferradina, rápidamente compensada por el árbitro con la de Iriney, que obliga a Mel a sentar a Salva para meter a Arzu de central derecho. Beñat queda entonces solo como mediocentro, con Ezequiel (luego Israel) por la izquierda, Castro y Emana ante él, y Molina arriba; el cansancio general y la apertura de espacios por las expulsiones hacen que el balón se eche ya al suelo, y, con la Ponferradina metida atrás, Beñat se hace dueño total del mediocampo y el Betis atosiga al rival hasta el punto en que debieron llegar los goles del triunfo, impedidos por el árbitro.


Jugador por jugador
Casto: En el gol erró garrafalmente al hacer un gesto extraño para intentar escupir lejos el balón. Luego compensó parcialmente ese error, sobre todo en una gran parada al final, pero nos tememos que su nivel traerá estas cosas.
Isidoro: Correcto partido, en el que empujó por el vacío carril que se encontró.
Roversio: Sólo aceptable en el rato que jugó. Muestra buena actitud.
Dorado: Sigue desconcentrado (suyo fue un mal despeje que estuvo en el origen remoto del 1-0) y lejos de su mejor momento. Abusa del juego en largo, pero hay que reconocer que lo practica con cierto acierto.
Nacho: Sigue muy mal. Pasó malos ratos al inicio del encuentro en defensa, y luego se empeñó, de nuevo, en colgar balones absurdos desde los tres cuartos que nunca pasaban del central Cuadrado. Si Vega está peor, es que anda fatal.
Beñat: Tras aportar poca cosa en un primer tiempo de pelotazos, se fue adueñando del partido hasta ser el jugador más importante del tramo final, cuando, él solo, controló toda la parcela central. Acabó el partido pletórico. Algunas veces es demasiado conservador de la posesión y juega hacia atrás sin necesidad.
Iriney: Aunque algo inocente en la segunda -cosas de jugar en un puesto poco habitual para él-, recibió dos amarillas muy injustas. Apretó mucho hasta entonces, a su antiguo nivel.
Salva Sevilla: El modo de jugar del equipo y su posición fueron más para el fútbol de un Cañas que para el suyo, así que aportó poco más que sus saques a balón parado; en estos insistió en el primer palo, pero tras los dos goles del último partido la Ponferradina lo cerró bien.
Rubén Castro: Se le nota más participación, más voluntad y cierta progresión, pero sigue a bajo nivel y negado amte el gol. Nos tememos que el banquillazo le llegue justamente cuando recupere la forma.
Ezequiel: Uno de los mejores. Cuando bate línea en el mediocampo y lleva la pelota pegada al pie en carrera es imparable, y además demuestra un hambre de triunfo que ya pueden envidiar los veteranos.
Molina: Otro destacado. Es sorprendente que llegara entero al final del partido después de jugar todo él de verdadero pívot e intervenir en el 80% de jugadas de ataque de su equipo. Metió dos goles, le anularon uno.

Emana: Anda muy lento respecto a su mejor versión, algo normal en un hombre relativamente pesado, que necesita partidos. Sigue demasiado individualista.
Arzu: Tomó riesgos con cierta valentía, pero no es admisible que le gane por velocidad Saizar, un delantero reventado de correr. Ha bajado muchísimo respecto al del curso pasado.
Israel: Bien. Metió mucho empuje físico por la izquierda, importante para encerrar al rival en el último tercio.

4 comentarios:

  1. Juan Miguel Pérez4 de marzo de 2011, 22:17

    Desde la diáspora:

    No termino de entender por qué se ha dejado de sacar el BALÓN JUGADO; hay que ser consecuente con una forma de jugar que nos ha dado tan buenos resultados hasta hace nada.

    Puede parecer una gilipollez, pero nos imaginamos al Barcelona jugando al voleón?

    El saque largo puede ser un recurso pero no la tónica habitual; me gustaría ver la estadística de saques largos frente a balón jugado ayer y el éxito de los mismos...

    Por otro lado, coincido contigo en la falta de PRESIÓN DESDE ARRIBA, aunque ayer un poco mejor...

    A mi juicio los dos principales males objetivamente evidentes en las últimas semanas.

    En lo individual, dos apuntes:

    - ¿qué tiene que hacer Rubén Castro para que lo sienten ya? ¿marcar en propia puerta? (creo que el banquillazo le vendría muy bien a él y a el grupo)

    - sigo pensando que Casto es bastante peor que Goitia; me recuerda tanto a C. Busquets...

    abrazo
    jmp

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  2. Bien, como siempre, en los análisis. Coincido contigo plenamente en los dos elementos fundamentales del que ha sido el "nuevo Betis": presión arriba y toque. Los equipos son como las personas: el cerebro manda. Cuando estamos inseguros y perdemos la autoconfianza somos torpes en nuestras acciones. Así anda el Betis. Tanta fue la euforia ante el Barcelona (y tanto el sobre esfuerzo realizado) y tanto nos lo creímos que, salvo Mel, no calculamos que no somos un Goliat, sino David y que si la adrenalina te hace olvidar esto, la caída tras la euforia es brutal y la recuperación lenta y difícil.

    Pero estamos en ello y se va notando. Paciencia, humildad, entrega y recuperación de la confianza. Esta es la única receta y Mel la está administrando.

    Yo no quitaría a Castro, pronto despertará. Beñat, Ezequiel, Molina la clave de la recuperación.

    Un abrazo

    Rafa Porlán

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  3. Es posible que, visto que presión y toque empezaban a funcionar mal, Mel haya optado por asegurar al equipo y recuperar la confianza por un lado, defensivamente, empezando la presión más atrás y, por la otra parte, arriesgando menos en la posesión con el juego largo. Esto segundo, lo de olvidar el toque a mitad del viaje, ya le pasó a Víctor Fernández el año pasado, y los resultados no fueron malos, pero yo creo que habría que volver a lo que, al fin y al cabo, funcionó muy bien durante cinco meses.

    Mi opinión de esos jugadores:

    - Castro, en efecto, debe de estar cerca ya de despertar, pero un banquillazo a tiempo habría sido bueno para él y para Dorado, porque su actitud no es la que fue, sepa usted por qué. Un común amigo coincidía en esto esta mañana, JM. Anteayer Castro falló una muy fácil: la mandó tres metros fuera.

    - Casto es peor portero que Goitia y sólo funciona al 120% de motivación, o sea, para un par de partidos. El problema es que la actitud de Goitia también se merecía un banquillazo, aunque ahora lo paguemos.

    Saludos a los dos y gracias por intervenir. Por último quería mencionar a Roqué, que me tiene impactado. Esperemos que todo salga bien.
    JR

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  4. Bueno.... a ver qué es lo que nos depara el campo en breves minutos !!!!


    quiero que ganeeeeeeen !

    ;)

    R.

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