viernes, 29 de enero de 2010

Balance y perspectivas

Era mi intención hacer balance de la primera vuelta y tratar el futuro deportivo del equipo en la segunda, pero el cese de Tapia y la contratación de Víctor Fernández han convertido esa intención en algo más interesante.


Balance

La era de Tapia se ha caracterizado por varios hechos:

- Un juego indefinido. El equipo casi nunca ha tenido un concepto muy claro de qué quería hacer. A veces la defensa jugaba bastante adelantada, otras más metida atrás; en algunos partidos se apostaba por los extremos abiertos, en otras por cerrarlos, en otras por las dos cosas a la vez (con el 4-1-4-1, o llámese 4-3-3); en ocasiones se usaba un solo punta tipo tanque (4-2-3-1 con Pavone), otras un habilidoso (Sergio), otras un tanque y un habilidoso (4-4-2 con Pavone y Sergio); en ciertos partidos se trataba de jugar al contraataque, en otros se trataba de llevar el mando; en ciertas ocasiones o por algunos jugadores se buscaba el juego largo, otros el corto. Todo ello podría ser considerado sano eclecticismo si se hubiese utilizado con cierto criterio, o inteligente adaptación al rival si se hubiese estudiado a éstos y trabajado sus defectos, pero pareció más bien fruto del impulso del momento y despistó a una plantilla que, supuestamente, debía imponer un fútbol propio en esta categoría. Los continuos cambios de esquema y de posición de algunos jugadores (Rodri, García...) tampoco permitieron mecanizar movimientos.

- Completa ausencia de capacidad de reacción. Cuando el Betis se ha puesto por detrás en el marcador (fuera de casa, antes o después, casi siempre) ha mostrado un juego indolente, plano y de ritmo bajo, y, lo que es peor, no ha parecido que ello le importase mucho a sus jugadores. Salvo raras excepciones nadie ha pegado un grito a tiempo en un grupo carente de líderes, incluido el propio entrenador. Las cansinas declaraciones de este, atribuyendo verdaderas humillaciones (recordemos: en los cinco últimos viajes, once goles en contra y ninguno a favor) a los "detalles" o denunciando la "presión" de la grada propia (cuando el equipo ha funcionado mucho mejor en casa que fuera) han terminado por hacer el ambiente insufrible: los béticos podían aguantar la derrota -fuera duele menos-, pero no la indolencia en el campo y la indiferencia fuera de éste, apenas rota por un par de recién llegados.


Analizando el rendimiento del equipo por líneas y fases, y pese a lo que auguraban las primeras jornadas, es justo reconocer que no es la defensa la gran culpable del desastre sucedido. El número de goles encajados no es desmesurado y menos aún si se piensa que el equipo se ha visto obligado muchas veces a jugar a la desesperada o en inferioridad. Desde mi punto de vista es mucho más grave lo ocurrido en ataque: la mezcla de una aptitud sobrevalorada (jugadores mediocres y en declive) con una actitud dudosa, especialmente en algunos individuos, ha dado como resultado un juego ofensivo entre lo mediocre y lo paupérrimo, apenas salvado por arranques individuales.


Perspectivas

El cambio de entrenador es, además de la salida fácil y habitual, una respuesta adecuada a la peculiar situación del club y el equipo: hay poco que perder. A las muy malas se puede caer a la Segunda B, pero la bancarrota al menos obligaría a una refundación y ahorraría a los béticos una muerte lenta. A las buenas, el ascenso es aún posible. No conviene, no obstante, hacerse excesivas ilusiones: la aptitud de la plantilla está sobrevalorada, no hay muchas razones para pensar que la actitud vaya a mejorar muy sustancialmente, y apenas hay ya una plaza libre para subir, o dos a lo sumo.

Sin duda el aficionado notará mejoría en ciertos aspectos: Víctor Fernández (Víctor a secas desde ahora para nuestra prensa) es mucho más sonriente y creativo en sus declaraciones, en particular cuando se trata de buscar excusas a la derrota; el equipo tratará el balón con un poco más de cariño; habrá preparador físico, plaza vacante (¡?) desde la fuga del anterior; los refuerzos y, esperemos, la vuelta de Capi harán subir un poco la calidad técnica de la plantilla; por último, Fernández es un tipo listo para manejarse e inteligente para el fútbol. En otras cosas se empeorará: Fernández nunca se caracterizó por una gran capacidad de trabajo ni por el concienzudo estudio del rival, rema mal con la corriente en contra y apenas cuenta con la cantera.

Como es sabido el nuevo entrenador buscará un fútbol basado en el buen toque de balón y la combinación colectiva, si bien este aspecto ha sido exagerado y poco de ello se vio en su anterior paso por Sevilla. Intenta que su equipo presione bastante arriba y tenga la posesión; a cambio (a pocos equipos he visto dar tantas patadas como a su famoso Zaragoza en el Villamarín) hace amplio uso de la falta táctica para parar al rival en el centro del campo cuando este sale de esa presión. Atrás pondrá siempre cuatro hombres, como todos; más difícil resulta adivinar el esquema delante, aunque no es de esperar que Pavone, si sigue, vaya a tener un papel destacado pues no se buscará mucho el juego largo: más probable parece que Sergio y Pereira se repartan minutos con quien venga (Geijo, un jugador con más clase de lo que aparenta su físico, o Ewerthon).

Serán protagonistas:

- Los canteranos veteranos. Todo indica que Fernández quiere ganarse el cariño de los Melli, Rivas y Arzu. Dará minutos al primero (bien ganados tras su horrible inicio de temporada), tememos que introducirá al segundo en detrimento de Carlos García (aunque Rivas gana con los minutos y alcanzará el mismo rendimiento al borde de lo aceptable de su predecesor) y también tememos que repondrá a Arzu en el centro del campo. Cuando se percate de que no hay salida de balón tal vez rectifique y Arzu vuelva a la defensa.

- Capi. Desde mi punto de vista, un hombre fundamental porque es, con Emana, el único capaz de romper líneas defensivas rivales y hacer verdadero juego de volante. Su baja intermitente durante todo 2009 ha hecho mucho daño a un equipo en el que, a este nivel general, ha de ser titular.

- Emana. Parece estar bien aconsejado o haber desarrollado una repentina y sorprendente madurez: exactamente al contrario que Sergio, se ha dado cuenta de que con una mala actitud lo primero que iba a arruinar era su propia carrera profesional. La causa de fondo es que hay Mundial y está obligado a mantener un nivel alto, aunque se irá a falta de varias jornadas y un poco antes empezará a no meter la pierna. Si a su cambio de ritmo demoledor aunara voluntad y capacidad táctica para jugar de centrocampista en lugar de de mediapunta (cosas que veo difícil que logre V.F.) sería un jugador realmente bueno.

- Los fichajes: Pereira y quien llegue, si lo hace, tendrán minutos. Con ello el Betis ganará cierta velocidad arriba.


Quedan muchas incógnitas por resolver, como el esquema (¿4-2-3-1?), el papel que jugarán Aurelio e Iriney (es difícil que jueguen a la vez que Arzu, Capi y Emana) o el portero elegido (nunca Casto). Sí parece fácil señalar a algunos damnificados: Nacho, Sunny, Juande, Rodri y los jugadores que esperaban dar el salto al primer equipo.

Que haya suerte.

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