Jugó el Betis un aceptable partido en El Pireo. Tiene derecho el sector más exigente de la afición bética a sentirse frustrado por la falta de gol del equipo, pero también debe reflexionar sobre las virtudes del conjunto de Setién, y sobre la relación entre estas virtudes, sus defectos y el modelo de juego del equipo.
Y es que tal vez la falta de gol no se deba a ese modelo, sino a que la delantera bética no está teniendo el nivel (o el acierto) del resto del equipo. En pretemporada avisábamos de que en las dos áreas la plantilla suscitaba dudas, y mientras que en la propia Joel (excelente el jueves) y Pau las han resuelto muy favorablemente, en la opuesta ni Loren, ni León, ni Sanabria las han disipado.
Fue esa una de las razones por las que el Betis no triunfó en Atenas, si bien debutar en Europa con un merecido empate en el campo del líder de la liga griega tras ocho cambios respecto a la alineación anterior debe estar muy lejos de ser considerado un fracaso. Los béticos monopolizaron la posesión de forma casi abusiva (74%/26%), con fases de toque brillante ante la esporádica presión griega, aunque con escasa profundidad. El equipo griego presentó el previsto 4-2-3-1, con mediocentros muy paralelos y gente habilidosa como Fortounis y Podence por detrás del tanque Koka, y un repliegue relativamente bajo y muy estrecho, prácticamente en 4-4-2, convertido en 4-4-1 tras la expulsión a los 73 minutos. Enfrente los béticos jugaron un claro 3-1-4-2. Con doble superioridad en la salida y una buena presión postpérdida, los béticos la tenían
casi siempre y la jugaban con fluidez de inicio, más aún gracias a
movimientos de Lo Celso y Joaquín que convertían el sistema a veces en un 3-4-1-2 (también al hacer presión alta), con una posición de Joaquín incómoda de defender.
Sin embargo con el avance del partido, y más aún tras la expulsión, los locales estrecharon líneas y ahí se vieron los defectos de espaciado del 3-1-4-2 que ya hemos explicado aquí: muy marcados (además de desacertados) León y Loren por el cuatro contra dos de la defensa ante ellos, y cerrada la salida de Javi García por la posición de Guardado (muy bien este con balón, por cierto), se repetía una y otra vez la situación ya vivida por Feddal ante el Levante: uno de los centrales salía libre en conducción y se encontraba con un atasco en su franja provocado por sus propios compañeros interior y delantero, como marcan los recuadros y podemos ver en un ejemplo real: Mandi, Lo Celso y Loren montan un tapón de atacantes, y por tanto también de defensores.
Estos detalles posicionales pueden parecer demasiado sutiles, y lo serían en partidos de mucha movilidad, de posesiones breves e idas y vueltas, pero en ataques tan largos como los del Betis y posiciones tan fijas como las que suelen ocupar sus jugadores pueden gripar ostensiblemente el ataque. Afortunadamente son de fácil solución: se trata simplemente de pasar a un 3-4-3 o un 3-4-1-2.
La escasa profundidad bética quedaba pues en manos de los carrileros, en este caso mucho más acertado Barragán –rescatado por fin de su ostracismo– que Tello, o de raras transiciones rápidas tras robo o tras salida de la presión alta griega, una importante suerte esta última que el Betis aún no ejecuta con convicción, aunque la tremenda arrancada de Lo Celso (muy buena pinta tiene este futbolista) promete mejorarla. Los cambios, de nombre pero no de esquema (Joaquín hizo por diez minutos de delantero tras la entrada de Canales como interior, e Inui luego se situó como interior izquierdo) arreglaron poco las cosas.
La fase defensiva bética duró casi siempre muy poco gracias a su buena presión postpérdida, aunque los ambiciosos emparejamientos uno contra uno de los dos delanteros y los dos interiores béticos contra los dos centrales y los dos mediocentros griegos produjeron también emparejamientos hombre contra hombre en defensa, arriesgados cuando el ataque heleno se alargaba.
El detalle
Siempre inteligente en lo táctico, llamaron la atención algunas permutas de puesto de Guardado con Sidnei y con Javi García, bien ejecutadas.
Los comentarios son siempre bienvenidos En Twitter, @juanramonlara7.
Estaba deseando que publicaras el análisis de este partido porque me había fijado en varias cosas y quería ver si había observado bien. ¡¡Y parece que estoy aprendiendo!! Lástima que haya empezado tan tarde a mirar (de verdad, claro) todas las tácticas que engloba el fútbol. Es apasionante y muy complejo.A mi niño que le estoy intentando enseñar a jugar al ajedrez, tocar el piano entre otras cosas, también intentaré que se fije en estos detalle, cuando sea un poco mayor.
ResponderEliminarSolo hay una cosa que he analizado mal. Pensaba que en el primer tiempo, por defecto se jugaba con 3-4-1-2 con Joaquín de enganche (no me desagradaba esto) pero parece que esto fue un recurso que se empleó en ocasiones. Obviamente me fío más de tu mirada crítica que mis nervios para ser el análisis. El segundo tiempo, ahí sí, claro 3-1-4-2 donde Guardado estorbaba a Javi García(clarísimo) y la subida de los centrales también se veía frenada(como el partido contra el Alavés)
La verdad es que al alinear a Javi García de central estaba convencido de que esto iba a significar que nunca más iba a jugar el Betis con 3 y un pivote, y sí con 3 centrales y dos interiores como bien defiendes, pero no caí que Guardado podría jugar de pivote puro y único. Por otro lado, espero que jugar con 3 centrales y un pivote (3-1-4-2) tendrá alguna ventaja respecto al 3-4-3(o sus variantes) tal vez la línea de 4 esté más adelantada y es mejor para la presión postperdida(igual digo algo sinsentido) u otra cosa que se me escape. Entiendo que Setién debe de ser consciente de estos problemas de jugar con 3 centrales y un único pivote, o si no, hay algo que no se me escapa.
Gracias como siempre.
Muchas gracias, M.A.
EliminarNo está nada mal analizado eso. De hecho como dices tanto al hacer presión alta como en muchos momentos en ataque Joaquín se metió como mediapunta central, aunque no me pareció la posición base. De hecho me temo que Setién nunca o casi nunca ha usado aún esa configuración como esquema.
A Guardado ya lo usó el año pasado de mediocentro en este esquema, el día de la goleada al Levante. Para mí meter un mediocentro por delante de una defensa de tres es tan feo como el doble pivote del 4-4-2, anatema entre los posicionalistas (de hecho Quique casi nunca lo ha usado). Ignoro por qué le tiene tanta afición, aunque me temo que aquí influye la mitología del mediocentro único, que vale... si tienes defensa de cuatro, claro.
Es difícil saber por qué QS y E. Sarabia eligen 3-4-3 o 3-1-4-2. Yo al menos aún no he encontrado una sistemática. Ayer parecía lógico porque jugaban dos delanteros puros, pero parece que más bien tiene que ver con cómo se coloca el rival y cómo quieren cerrarlo y atacarlo.
¡Un saludo!
JR