BETIS (0): Dani Giménez; Molinero, Caro, Jordi, Varela; Piccini (Ceballos, m. 58), Portillo (Álex
Martínez, m. 78), N'Diaye, Cejudo; Rubén Castro y
Jorge Molina (Rennella, m. 60)
SPORTING DE GIJÓN (3): Cuéllar; Lora, Luis, Bernardo, Isma; Carmona, Sergio Álvarez (Atmane, m. 58), Nacho Cases, Hugo; Castro (Jony, m. 58) y Guerrero.
Goles: 0-1, m. 23: Guerrero. 0-2, m. 60: Jony. 0-3, m. 68: Isma López.
Arbitró Lesma López, madrileño. Anticasero, escamoteó un claro penalti en el área gijonesa (con 0-1) y sus linieres barrieron hacia Asturias.
26.000 espectadores en el Villamarín, entre ellos más de 1500 asturianos. Fuerte calor y fuerte viento, primero favorable a los sportinguistas y luego a los béticos.
El Betis ha hecho el ridículo esta tarde ante un Sporting infinitamente más motivado –siendo bien pensados–, que logró su objetivo del ascenso tras cumplir de sobras con su obligación y pinchar el Girona. El único interés del partido para los aficionados béticos residió en el rendimiento de algunos jugadores (en posiciones experimentales además varios de ellos) y en asistir a un final emocionantísimo para los sportinguistas.
Primera hora
La bajísima intensidad del Betis, apenas paliada en un rato al inicio del segundo tiempo, partió de una alineación plagada de suplentes y jugadores fuera de su posición habitual. El Betis jugó su últimamente habitual 4-4-2 con rombo en ataque (por cierto muy parecido al de la Juventus ayer), pero hoy con extremos (Piccini, sobre todo, y Cejudo) más abiertos que los interiores habituales, lo que restó eficacia al sistema. Ceballos fue reservado de salida y Portillo pasó a ser mediocentro ofensivo, con N'Diaye en línea con él en defensa (4-4-2) pero en ataque habitualmente por detrás del malagueño.
El Sporting jugaba también un 4-4-2 muy convencional. En ataque Cases se escalonaba levemente por delante de Álvarez, y Carmona iba muy arriba, incluso intercambiando posiciones a veces con Castro.
Última media hora
Ante un resultado que a nadie servía ambos entrenadores se la juegan. Cambian a un delantero y además Mel retira a Piccini y cambia de banda a Cejudo para hacer sitio en la izquierda a Portillo, desplazado del mediocentro ofensivo por Ceballos; el Sporting renuncia a su pivote defensivo, cambia de banda a Hugo y mete por dentro a Carmona, para hacer así sitio a Atmane. De inmediato llega el 0-2 y poco después el 0-3. Luego el Sporting la toca bien y el Betis corre ridículamente tras el balón.
Jugador por jugador
Giménez: Cumplió. Poco que hacer en los goles. No es Adán, desde luego, pero aprueba.
Molinero: Espeso y con menos recorrido del habitual por la posición de un Piccini por naturaleza demasiado abierto.
Caro: Voluntarioso y bastante acertado.
Figueras: Mal. Con mucho espacio por detrás y por delante, se le vio el cartón.
Varela: Algo desbordado en defensa por exceso de enemigos. Bien en ataque.
Piccini: Parece mucho más de lo que es: tiene potencia y calidad, pero acaba poco. Su gran problema, con todo, es similar al de Juanfran, el de la pasada temporada: nadie duda de que es bueno, pero nadie sabe de qué es bueno.
Portillo: Dio una gran y única asistencia y resultó ser fuera de juego. Como siempre, dio mucha fluidez al juego en zonas intermedias. Su presencia en el centro fue un agujero defensivo debido a su endeblez física.
N'Diaye: Tal vez la única buena noticia bética del día fue que demostró poder jugar como mediocentro defensivo, sin Reyes ni Torres a su lado. Si logra entender las claves tácticas del puesto se podrá hacer con él, porque física y técnicamente es muy superior a sus competentes, y es su lugar natural.
Cejudo: Anduvo más acertado de lo habitual en el juego corto, pero no terminó una sola jugada.
Castro: Las ganas de marcar se le apagaban cerca de la portería rival. Intentó un lob liftado (o folha seca) desde 35 metros espectacular.
Molina: Al menos le echó cierta voluntad.
Ceballos: Más detalles que otra cosa. Curiosamente su entrada coincidió con el desplome definitivo.
Rennella: No le salió nada, aunque no estaba la cosa ya fácil.
Álex: Su vuelta es una muy buena noticia.
Mel: Si intentó motivar a sus jugadores, le salió mal. El rombo en el centro exige interiores más cerrados o un extremo más adelantado: Piccini estorbó las subidas de Molinero.
Los comentarios son siempre bienvenidos.
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