domingo, 8 de febrero de 2015

Betis 1 - Ponferradina 1 (24ª jornada de Liga de Segunda División)

BETIS (1): Adán; Piccini (Molinero, m. 70), Bruno, Jordi Figueras, Varela; Cejudo, Lolo Reyes, Dani Ceballos, Pacheco (Kadir, m. 65); Jorge Molina (N'Diaye, m. 58) y Rubén Castro.
PONFERRADINA (1): Kepa; Óscar Ramírez, Lucas (Gaztañaga, m. 50), Alan Baró, Carpio; Acorán, Andy, Jonathan, Adán (Rueda, m. 61); Sobrino y Berrocal (Yuri, m. 77). 
Goles: 1-0, m. 34: Jorge Molina. 1-1: m. 93: Yuri, de penalti.
Árbitro: Pérez Pallas (Comité Gallego). En un desconcertante reparto de tarjetas amonestó a Lolo Reyes, Lucas, Gaztañaga, Ndiaye, Bruno, Carpio, Rueda. Expulsó a Bruno por doble amonestación en el minuto 93 en la acción del penalti.
30.000 espectadores en el Benito Villamarín. Buen tiempo para el fútbol.

La medida de los riesgos
El Betis de Mel tiene definitivamente dos caras: una muy valiente —que suele coincidir con la presencia de Ceballos como mediocentro—, de presión muy alta, gusto por la posesión, movilidad en ataque y cierto intercambio de ocasiones en las dos porterías; y otra —generalmente con un doble pivote más defensivo— especulativa, de presión media, que cierra los partidos y que desprecia la posesión tal vez excesivamente. Sea por órdenes de Mel o sea por iniciativa propia de los jugadores, el Betis de hoy se transmutó en el descanso del primer modelo al segundo y lo pagó muy al final con el empate. Aunque todos deseamos un Betis mandón cabe preguntarse si, con los mimbres que hoy había en el campo de juego, no era correcto el cambio de modelo de juego: el marcador estaba a favor y en la segunda parte, como convenía al Betis, no hubo prácticamente ocasiones, y menos en la portería bética.

La tendencia a ese segundo tipo de juego venía de partidos anteriores —pensemos en el de Soria, sin ir más lejos—; hay que preguntarse también pues si la futura y esperable incorporación de jugadores de nivel (supuestamente superior) hoy fuera de la alineación —N'Diaye, Kadir, Portillo...— elevará el nivel del equipo al punto de imponerse sin dudas a los rivales o bien hemos de resignarnos al triunfo apurado y el empate frecuente tras partidos como el de hoy. 

Primera parte
Con su alineación Mel pareció premiar el desempeño voluntarioso de los Reyes, Cejudo o Pacheco en lugar de arriesgar con hombres como Portillo, N'Diaye —del que no parece fiarse lo suficiente como mediocentro defensivo— o incluso Kadir, recién llegado de África. Situó pues el habitual 4-4-2 con rombo en el centro del campo y extremos bastante abiertos.Tardó el Betis quince minutos en ajustar la presión ante la insolente voluntad de tocar el balón de la Ponferradina, que partía de su (muy prometedor, por cierto) portero Kepa. Los bercianos defendían en un 4-4-2 bastante atrasado y, sobre todo, muy cerrado por dentro. Si unimos esto a un mejorable escalonamiento del Betis en zonas interiores —pues Ceballos a veces venía demasiado atrás a recibir y los extremos casi nunca se metían por dentro—, resultaba un juego ofensivo de escaso toque interior pero que encontraba la solución por fuera: la Ponferradina dejaba mucho espacio por las bandas y los centrales encontraban la salida conectando directamente por bajo con los extremos. Las llegadas por banda unidas a los robos altos (producto de la voluntad de sacar el balón jugado de los visitantes, a veces temeraria) produjeron una cascada de ocasiones claras en el tramo medio de la primera parte, abrochada con el 1-0.

Ataque del Betis ante la Ponferradina

Enfrente la Ponfe llegaba en situaciones de casi contragolpe cuando superaba la adelantadísima presión bética, pero los centrales béticos supieron cubrir los muchísimos metros que quedaban tras ellos. 

Segunda parte
El Betis da un paso atrás y pasa a una presión a altura media, en apariencia más por inercia de los jugadores que por órdenes del banquillo: Ceballos va aún a apretar, cuando las circunstancias lo permiten, al mediocentro rival. La Ponfe la tiene mucho pero apenas supera el mediocampo bético, aunque para ello los locales tienen que arriesgar con el adelantamiento de su defensa.

Sin embargo los béticos sí cometen un error de concepto: renunciar cada vez más (y demasiado pronto) a la posesión de balón y mirar muy poco a la portería contraria. Mientras los bercianos van metiendo más madera (por ejemplo, atrasan a central a uno de sus mediocentros), Mel manda mensajes conservadores: primero renuncia a un punta para reforzar el mediocentro, pasando así Ceballos a ser mediapunta por detrás de Castro y perdiendo la salida de balón en largo; luego cambia cromos, y el equipo, cansado (consecuencia del paciente toque de los visitantes), queda en un 4-4-1-1 que concede pocas ocasiones pero juega con la incertidumbre del 1-0. Al final lo paga caro.

Jugador por jugador
Adán: Buen partido, siempre muy seguro, y desafortunado en el penalti.
Piccini: Abusó a veces de las conducciones en zonas atrasadas, pero en general funcionó bien en ataque. En defensa el exceso de gente por su sector le provoca confusión.
Bruno: Su penalti confirmó que la falta de entrenamientos de la semana le había quitado seguridad en su velocidad.
Figueras: Con la excepción de un despeje fallido, muy bien.
Varela: No es rápido en largo, algo problemático en un defensa. Cumplidor sin exhibiciones, como siempre.
Cejudo: Buena primera parte, con mucho más acierto con balón del habitual. Luego, trabajo y nada más.
Reyes: Como siempre, jugó mucho mejor de mediocentro único que de volante. Como Bruno y N'Diaye, hubo de cargar con una tarjeta que sólo entendió el árbitro.
Ceballos: Es admirable su voluntad de jugar siempre el balón, pero ya acumula demasiadas pérdidas pagadas con goles. Buena primera parte, aunque luego perdió peso en el juego.
Pacheco: Tuvo cierta profundidad cuando el Betis tuvo la pelota. Luego desapareció, como otros.
Molina: Buena primera parte, en la que dio buena salida al equipo. Su salida se notó mucho, para mal.
Castro: Poco acertado, se le echó de menos algo más de sacrificio cuando al cosa se puso fea.

N'Diaye: Su presencia ha de ser más relevante, sobre todo si juega media horita.
Kadir: Activo. Debe ser titular pronto.
Molinero: Voluntarioso.

Mel: Prescindir del delantero-referencia sirvió, cierto, para reforzar defensivamente al equipo por dentro, pero también para renunciar demasiado pronto a la posesión y a mirar el marco rival.

Los comentarios serán bienvenidos, como siempre.

6 comentarios:

  1. Podremos debatir todo lo que queramos sobre tácticas pero hay una cosa que, en mi opinión, es de cajón: si no dispones de tres o cuatro futbolistas que entiendan el juego y/o sepan jugar la pelota en el centro del campo estás condenado a ganar jugando al contragolpe y/o manteniendo siempre tu portería a 0.
    Me temo que, a día de hoy, el Betis sólo tiene un futbolista capaz de jugar al fútbol en el centro del campo. Se llama Ceballos. Mantengo cierta duda con Portillo y con Ndiaye. Pero los que le acompañaron ayer (más Xavi Torres), por ejemplo, no tienen ni inteligencia ni técnica suficientes para hacerlo. Si apuestas por Lolo Reyes/Xavi Torres + Pacheco y Cejudo nunca, es decir, nunca, vas a conseguir controlar el tempo del partido ni contener adecuadamente el juego del contrario ni crear el suficiente fútbol para dominar un partido. Así de claro.

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  2. Efectivamente, por ahí iba yo: ¿fue tan malísimo como dicen las crónicas el partido del domingo o, con el equipo que había en el campo nos podemos dar con un canto en los dientes por ganar (vale, estar a punto) un partido imponiéndose en un tiempo y controlando bien el segundo? Porque, sensaciones aparte, lo cierto es que la Ponferradina prácticamente no se asomó a la puerta del Betis y hubo mala suerte, por qué no decirlo.

    Y la consecuente pregunta: ¿aspiramos a que, a medio plazo, Mel recupere para la causa a N'Diaye, Kadir, Rennella y Portillo y vengan tiempos más holgados? Yo creo que con estos bien implicados el nivel realmente sube y hay madera para subir.

    Opinen...
    Un abrazo, Javi.

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  3. Al partido le temía porque me había gustado bastante la Ponferradina allí. El otro factor de riesgo era la buena racha que traíamos. Era partido de riesgo para cagarla y había que jugarlo con los cinco sentidos puestos, sin cometer errores. Para mí en la primera parte el Betis fue algo superior. No entendí el conjunto de despropósitos de la segunda parte. Tíos tirados en el suelo y recoge-pelotas perdiendo el tiempo desde el minuto 60. El cambio de N'Diaye por Molina era malo. Parecía más natural quitar a Cejudo o a Pacheco, pero es que además N'Diaye estuvo muy desafortunado. Ni cortó, ni se desdobló, ni estuvo tampoco afortunado en el pase en corto. Echamos de menos a un futbolista que la tuviera. Se cortaba el balón en la frontal del área y ahí se volvía a perder. Mel ahogó al equipo quitándole a gente por delante y el equipo no supo tener la pelota cuando a duras penas la recuperaba muy atrás. Luego sale Kadir y juega en una zona de nadie a nada. El partido terminó jugándose bastante cerca del área nuestra y ahí ya la cosa depende de lo que aguanten los centrales.

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    1. Efectivamente, el problema fue de actitud (y no me refiero a echarle reaños), que fue especulativa durante toda la segunda parte y más a partir del numerito de Ceballos (un defecto a pulirle: una cosa es ser canchero y otra montar teatros de estos, a lo que el chaval tiende). El cambio no sólo fue malo por el mal desempeño de N'Diaye, sino porque abandonó como punta a Castro, un trabajo, el de boya, que hace mal porque no tiene capacidad física ni de sacrificio para eso. Hacía falta un tanque arriba para jugar de espaldas, tenerla como dices y amenazar. Esperemos que Mel haya aprendido la lección.

      Aun así se pudo ganar perfectamente.
      Un saludo, Emilio.
      JR

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  4. Baeticus Astigitanus11 de febrero de 2015, 1:06

    No entiendo por qué ahora que Mel tiene a más efectivos sigue erre que erre intentando "recuperar" a Pacheco y Cejudo (si no dan la talla en 2ª división por muy del Osasuna y del Liverpool que vengan apaga y vámonos) y no aburriendo a los buenos como Portillo, Rennella, N'Diaye, etc. Y si Molina está siendo el mejor no lo quites. Estas son las meladas, los ataques de entrenador que me temía... Por otra parte, me da que se ha perdido el efecto Merino, lo que imprimió el gaditano en los jugadores.

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    1. Ese tema creo que tiene que ver con la gestión del vestuario. Tal vez merece la pena sacrificar un par de partidos para que los N'Diaye, Portillo y compañía vean que para jugar hay que hacerlo a cara de perro, como hace Cejudo. Si con eso se consigue tener a los doce o trece buenos enchufados, hay ascenso, que quedan casi veinte partidos. Pero, ciertamente, a medio plazo tienen que jugar los que tienen que jugar, o las pasaremos moradas.

      En todo caso el ascenso va a depender de cinco o seis puntos arriba o abajo. Este año no va a ser fácil.

      Saludos
      JR

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