BETIS (4): Bravo; Bellerín, Pezzella, Édgar, Miranda; Guido Rodríguez (William Carvalho 72'), Guardado; Canales (Rodri 72'), Fekir (Camarasa 83'), Juanmi (Lainez 83'); y Borja Iglesias (Willian José 72').
ALAVÉS (0): Pacheco; Aguirregabiria, Miazga, Laguardia, Rubén Duarte (Javi López 48'); Jason (Manu García 46'), Escalante (Pina 46'), Toni Moya (Tachi 46'), Luis Rioja; Edgar Méndez y Joselu (Miguel de la Fuente 75').
Árbitro: Sánchez Martínez (murciano). Amarilla a Édgar (Betis) y Guardado.
Gol: 1-0 (11') Borja Iglesias; 2-0 (29') Canales; 3-0 (41') Borja Iglesias; 4-0 (55') Juanmi.
39.000 espectadores.
Los cuatro goles con los que el Betis aplastô al Alavés, en una primera hora de partido excelente, demuestran que es un equipo muy completo, capaz de superar cualquier estilo de juego del rival. Y es que ninguno de ellos llegô del modo que se supone propio de este Betis, o sea, tras encerrar al rival en una larga jugada. El primero lo hizo a balón parado; el segundo, en una transición rápida a campo abierto tras salir de la presión rival; el tercero, en un robo altísimo; y el cuarto en un contragolpe puro y duro. De hecho los equipos de Mendilibar suelen ejercer una fuerte presión alta, que solía atragantársele a este Betis, y eso intentô el Alavés tras recibir pronto el 1-0. De nada le sirvió: muy fino el Betis en salida de balón gracias al buen pie de Bravo, Édgar, Bellerín y Guardado, el Alavés tuvo que correr una y otra vez hacia atrás y cuando no fue castigado directamente, como en el 2-0, se vio sometido y encerrado por la presión postpérdida de los béticos. Su 4-4-2 nunca encontrô a los puntas y el partido fue en una sola dirección.
En lo posicional llamó la atención la tendencia cada vez más clara de Fekir a huir de posiciones centrales y acudir a los costados a crear superioridades con el lateral y el interior que caiga por ese lado. Véase en su heatmap (ataque del Betis: hacia arriba).
También conviene puntualizar, contra lo mucho leído estos días, que el movimiento de Bellerín hacia dentro en ciertas jugadas, siempre en conducción de balón (y esto es significativo), fue más producto de contextos concretos del juego –siempre cambiante y dinámico en ataque en los equipos de Pellegrini– que de coreografías preconcebidas. De hecho el rol de los laterales, generalmente muy altos, siguió siendo el de dar amplitud y profundidad al juego ofensivo.
El partido fue completísimo por todo el equipo, pero cabe destacar individualmente a Édgar y el momento de forma de un Canales estelar.
Los comentarios son bienvenidos. En Twitter, @juanramonlara7.
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