sábado, 23 de agosto de 2025

Betis 1 - Alavés 0 (2ª jornada de LaLiga, temporada 2025-26)

BETIS (1): Pau López; Bellerín, Bartra, Natan, Junior (Ricardo Rodríguez, 71'); Sergi Altimira, Fornals; Aitor Ruibal, Lo Celso (Valentín Gómez, 85'), Riquelme (Pablo García, 59'); y Cucho Hernández (Bakambu, 85').
ALAVÉS (0) Sivera; Johnny Otto, Tenaglia, Garcés, Víctor Parada (Calebe, 77'); Carlos Vicente, Antonio Blanco (Pinillos 89'), Pablo Ibáñez (Guevara 58'), Aleñà; Guridi (Rebbach, 58'); y Toni Martínez (Mariano 58').
Árbitro: M.A. Ortiz Arias (C. Madrileño). Amonestó a Lo Celso, Pau López, Ibañez, Garcés y Blanco.
Goles: 1-0 (16') Lo Celso.

El Betis se estrenó como local en La Cartuja con una victoria trabajada, en un partido que controló mejor en la segunda mitad que en la primera.

Primera parte
Discípulo de Pellegrini, Coudet ha implementado en el Alavés un modelo de juego similar al que los béticos conocen perfectamente desde hace cinco años: buen trato de balón, mucha movilidad interior y mucha gente cerca de la pelota cuando se tiene esta, y bloque medio muy junto en defensa, con momentos de presión alta tras la pérdida o cuando el rival se ofusca en la salida de balón.

En el Betis todo sigue igual, y las escasísimas variaciones tácticas proceden simplemente del perfil de los jugadores de la plantilla. Aunque aún no cerrada esta, la de la temporada 25-26 tiene ya tendencias definidas, y en particular unos laterales que vuelven a ser –como al inicio de la etapa de Pellegrini– muy ofensivos. Con Riquelme y Ruibal en los extremos, el resto del equipo era el previsible, con dos mediocentros como Fornals y Altimira con tendencia natural a jugar casi de interiores.

El mapa de posiciones medias y los heatmaps reflejaron bien el rol ofensivo de los tres hombres de dentro del Betis (recordemos que la posición media es eventing, una media de los lugares donde interviene en el juego el futbolista, y por tanto refleja básicamente los lugares donde este toca la pelota, esto es, por donde ataca el jugador): 

 

Posiciones medias de los futbolistas del Betis (ataca de arriba hacia abajo)
Gráficos: Sofascore

Pero hay que leer bien las estadísticas: no es que los tres (Lo Celso el 20, Fornals el 8 y Altimira el 6) jueguen muy juntos por el centro: es que las posiciones de cada uno se dispersan equitativamente por los dos lados del ataque. Altimira, un poco contra su naturaleza pero por órdenes de Pellegrini, hizo más de ancla, cerca de los centrales:

Intervenciones de Altimira anoche
 
Fornals (heatmap de la izquierda) y Lo Celso (derecha), sin embargo, atacaron como interiores clásicos, muy móviles y apareciendo en zonas muy dispersas en tres cuartos:

 Intervenciones de Fornals, a la izquierda, y Lo Celso, a la derecha, anoche

Más sutil fue el planteamiento posicional del Alavés. En defensa montaban –al igual que el Betis– un 4-4-2 claro, con Guridi (18) y el punta Martínez (11) como hombres más adelantados. Sin embargo en ataque el lateral derecho, Otto (17), casi no subía, y dejaba toda la banda a Carlos Vicente (7), mientras que por la izquierda Aleñá (10) se metía de interior y quien barría la banda en ataque era el lateral, Parada (24). Con Blanco (8) más posicional que Ibáñez, resultaba un 3-5-2 ofensivo:

Posiciones medias de los futbolistas del Alavés (ataca de abajo hacia arriba) 

Es bien sabido que Pellegrini no mueve un varal de sus planteamientos e incluso parece ignorar (tómese la palabra en un sentido u otro) los del rival, y por aquí le vinieron los problemas: Junior Firpo saltaba lejos a por Vela (7), su teórico par, y los centrales estaban a su trabajo con el punta, Martínez (11), de modo que entre Natan y Junior quedaba un agujero por el que se coló a placer Guridi (18), también fuera del radar de los mediocentros.

Con Lo Celso enchufado y los dos equipos arriesgando en la salida de balón el encuentro, de dominio alterno, se convirtió en una secuencia de ocasiones en las dos porterías, aunque más en la puerta de los alaveses por la mayor calidad de los futbolistas béticos. Al descanso se pudieron ir 2-0 o 0-1, pero fue 1-0.

Minutos 46 al 75
El Betis, como es natural en ventaja, trata de cerrar el partido aun a costa de ceder un poco de balón, y cierra mejor su vía de agua con ayudas. Lo Celso es amonestado por Ortiz y se desconecta de la presión y del partido, de modo que las ocasiones desaparecen de las dos porterías. A la hora Coudet mete oxígeno fresco en mediocampo; Pellegrini retira a Riquelme y mete a Pablo por izquierda, tal vez por cuestiones defensivas (pues lo natural parecía cambiarlo de banda con Ruibal).

Minuto 76 al final
El Alavés se tira arriba y deja espacios, aprovechados por un Betis que puede marcar tres veces. Muy al final, y a falta de Roca y Deossa, Valentín Gómez entra como mediocentro defensivo de emergencia, enviando a Fornals a la mediapunta.

Línea por línea
Pau estuvo decisivo al inicio, y seguro siempre. El nuevo Bellerín y Junior son una mejora manifiesta respecto a los laterales de la temporada pasada, y Bartra y Natan cumplieron a su nivel.

Altimira recibe por fin el reconocimiento que merece su labor sorda, pero eso no debe ahora opacar el trabajo de Fornals, que hace el dificilísimo trabajo de simultanear un juego ofensivo de interior con el de mediocentro en fase defensiva (que sobrelleva muy digna y sacrificadamente). No sale en los equipos ideales de estampitas de cada verano pero no será nada fácil sacarlo del equipo titular.

La línea de mediapuntas ha perdido calidad respecto a la que terminó la temporada anterior, es evidente, pero Riquelme ha mejorado mucho respecto a pretemporada (no era difícil), Lo Celso está muy cerca del nivel de Isco y Ruibal sabe lo que tiene que hacer (como correr al espacio). El Cucho también, y no es fácil. Entre los suplentes destacó la actividad de Bakambu y la calidad de Pablo García, un futbolista que dará mucha gloria al Villamarín.

El Estadio de la Cartuja es monumental pero tiene una pésima visibilidad para el fútbol.

Los comentarios son bienvenidos. En Twitter, @juanramonlara7.

PS: En esta temporada trataremos de analizar los partidos del Betis con cierta regularidad, aunque no será un seguimiento sistemático.

viernes, 10 de enero de 2025

Lo Celso e Isco, Isco y Lo Celso

La feliz recuperación de Isco ha puesto sobre la mesa un problema para Pellegrini: encajar en su sistema a sus dos mediapuntas, Lo Celso y el malagueño. El técnico chileno lleva prácticamente toda su carrera utilizando un 4-2-3-1 con un solo mediapunta teórico, al que da libertad total en ataque, y la presencia de dos jugadores de ese tipo le obliga a adaptar ese sistema o cambiarlo. Naturalmente, y sobre todo en meses como enero y febrero con gran carga de partidos, habrá cierta alternancia y descansos entre ellos, pero si no median lesiones convivirán muchos minutos en el campo.

Ante todo al equipo le convendrá adaptar el modelo de juego: si comparamos con los (buenos) partidos que jugó el Betis en otoño con dos delanteros (4-4-2), con Isco y Lo Celso en el campo el Betis perderá empuje físico a cambio de ganar calidad técnica. Así que deberá rehuir partidos de ida y vuelta y posesiones alternas, en los que tendría que esforzarse continuamente en una extenuante presión alta: a este Betis le convendrá descansar con posesiones largas, mover la pelota con paciencia, encerrar al rival y recuperar la pelota con una presión postpérdida fuerte y rápida. Eso producirá partidos de tikitaka, que desesperarán a los impacientes pero que darán –esperemos–sus frutos. Para ello el Betis necesita mejorar mucho su salida de balón, deficiente en los últimos tiempos; como veremos inmediatamente es probable que así ocurra.

Esquema 4-3-3

Lo que más nos gusta en este blog son las cuestiones posicionales, así que vamos a ello. Una primera manera de juntar a Lo Celso e Isco sería cambiar directamente de esquema y pasar a un 4-3-3. De hecho así ha ocurrido ya varias veces (algo hasta este año insólito en Pellegrini), como en la segunda parte del partido de Copa de Huesca. En salida de balón el equipo, con presuntos titulares a día de hoy, quedaría así:


La calidad de los tres centrocampistas resolvería el inicio de jugada. A cambio se obligaría a los dos mediapuntas a tomar responsabilidades defensivas como interiores:


Para ese equipo titular (tres delanteros) esta sería probablemente mejor solución que un 4-2-3-1 en el que Lo Celso fuese mediocentro (algo muy antinatural). Como punto positivo, con el 4-3-3 (4-1-4-1 en defensa) se ganaría un centrocampista, pues obligaría a ambos interiores a retroceder y ayudar en defensa posicional, sin descolgarse cuando les rebasara la jugada. A cambio ambos se verían obligados a trabajar sin descansos, y los costados de Johnny (los cuadrados formados entre central, lateral, interior y extremo) quedarían bastante expuestos en defensa.

Parece buen plan para situaciones de posesión muy alta, como partidos ante rivales inferiores o en intentos de remontada. Pero no parece un buen plan A.

Esquema 4-2-3-1

Lo más probable es que Pellegrini siga usando su viejo 4-2-3-1, y entonces uno de los dos mediapuntas deberá ser encajado en otra posición. Descartamos para eso la punta del ataque (una solución tal vez válida con el duro Fekir, que aguantaba bien de espaldas, pero no con estos jugadores). Como hemos dicho, colocar a Lo Celso como segundo mediocentro no sería una solución natural, y quedaría como recurso de emergencia ultraofensivo en partidos a remontar: en ataque resultaría muy similar al ya visto 4-3-3, pero en defensa el equipo sufriría excesivamente en el mediocentro

Queda pues la solución en apariencia más lógica: situar a uno de los dos como falso extremo. De hecho Pellegrini durante su carrera ha solido utilizar extremos de perfiles diferentes, uno más vertical y otro con un estilo más de mediapunta, como de hecho ocurría en 2022 con Juanmi y Canales. ¿A cuál de los dos exiliar? Como ya hemos visto, casi todas las papeletas son para Lo Celso, por varias razones: por galones (es el nuevo); por ser un jugador algo más rápido en conducción vertical (más adaptable a situaciones de banda); y, sobre todo, porque mandar a Isco a la izquierda obligaría a prescindir o enviar a su vez a la derecha a Abde, Juanmi, Jesús Rodríguez o el Chimy, todos ellos diestros y más a gusto en la izquierda.

¿Cómo encajar a Lo Celso en la derecha? El argentino necesita balón y el equipo necesita que lo toque mucho, y además se siente mejor dentro que en banda, así que no conviene que juegue abierto, ni siquiera en fase de salida desde atrás. Una leve corrección de la posición del delantero centro, Vitor Roque, puede solucionar la distribución espacial ocupando adecuadamente el espacio vacante:


Como vemos, quedaría una especie de rombo en el centro del campo. No habría punta-referencia, algo que en los últimos tiempos han probado entrenadores como Guardiola (antes de contar con Haaland) o Ancelotti (en este Betis-Madrid) como antídoto contra presiones altas. Si colocamos al típico rival en 4-4-2 resultaría:


Como vemos se produciría una fuerte superioridad numérica en el centro del campo: no solo el portero y el mediocentro (Johnny) quedarían libres, sino que, fijados los mediocentros por Lo Celso y Altimira, Isco quedaría también libre, algo peligrosísimo si puede lanzar a jugadores muy rápidos como Roque y Abde, buscando los enormes espacios a la espalda de los laterales. De hecho eso sucedió, con Lo Celso como lanzador, en la jugada del 0-1 en Huesca.


Como se aprecia en la imagen, si el rival intenta resolver esa inferioridad numérica sacando a los centrales de zona (ahí solo hay uno y ha ido a por Isco, en el centro de la imagen) los pares de Abde y Roque quedarían vendidos sin ayuda en situaciones muy complicadas de defender, ante delanteros muy veloces a campo abierto y con excelentes lanzadores. 

Los rivales, lógicamente, pueden intentar arreglar esa inferioridad numérica con diversas soluciones: las típicas basculaciones laterales (dejando libres a Sabaly o Perraud), saltos del lateral a por Lo Celso, etc. Pero sin punta de referencia central es casi imposible que el rival pueda pasar a situaciones de presión de uno contra uno, y en esas condiciones la calidad de Johnny, Lo Celso e Isco prácticamente garantiza una salida limpia. A cambio apenas habría un leve atasco en el centro del campo bético, con cuatro jugadores por dentro, algo que con la técnica de Johnny y los dos mediapuntas no debe ser un grave problema.

Cierto es que el modelo de juego de Pellegrini no es nada posicional, o sea, no es esperable que Johnny, Altimira, Isco y Lo Celso se sujeten a esas posiciones. De hecho podrían rotarlas, por ejemplo así:


Resultando esto, que realmente es muy similar:


En todo caso la movilidad de las posiciones de los cuatro jugadores de dentro no cambiaría el hecho de la superioridad numérica y los consiguientes problemas para el rival. Muy arriesgado tirar la presión alta, probablemente la mayoría de ellos optarían por el repliegue, lo que abocaría al escenario deseable de rival encerrado, y ciclos de posesiones largas y presión postpérdida.

Al avanzar la jugada convendría, eso sí, que Vitor Roque centrara su posición y que Abde más Isco o Lo Celso pisaran posiciones adelantadas y luego de remate, para no empeorar el problema del equipo con el gol.


En defensa, naturalmente, el 4-4-2 habitual no se vería alterado. Lo Celso no debiera alejarse excesivamente de la banda para no verse obligado a grandes recorridos en transición, aunque como hemos visto en partidos recientes Pellegrini acepta permutas defensivas para que otro jugador (como el mismo Isco) ocupe a veces su lugar defensivo si es más práctico. El esquema defensivo normal sería (es, de hecho):


Los comentarios son bienvenidos. En Twitter, @juanramonlara7. Y ahora estoy también en Bluesky.

lunes, 11 de noviembre de 2024

Betis 2 - Celta 2 (13ª jornada de LaLiga)

BETIS (2): Rui Silva; Sabaly, Llorente (Bartra, m.56), Natan, Perraud; Johnny Cardoso (Lo Celso, m.56), Altimira; Fornals (Juanmi, m.75), Losada (Bakambu, m.86), Abde (Chimy Ávila, m.86); Vitor Roque.
CELTA (2): Guaita; Javi Rodríguez, Starfelt, Marcos Alonso; Mingueza (Hugo Álvarez, m.57), Fran Beltrán, Hugo Sotelo (Ilaix Moriba, m.46), Ristic (Manquillo, m.46); Bamba, Borja Iglesias (Douvikas, m.67) e Iago Aspas (Williot Swedberg, m.79).

Goles: 0-1, m.13: Javi Rodríguez. 1-1, m.40: Vitor Roque. 1-2, m.82: Douvikas. 2-2, m.95: Bartra.
Árbitro: Ortiz Arias. Amonestó a Cardoso (m.35), Natan (m.83) y Juanmi (m.94).
54.000 espectadores.

Jugó el Betis uno de los partidos más completos de la temporada pero, pese a controlarlo de forma casi total, su desacierto en las áreas le impidió sacar más que un empate postrero.

Primera media hora
Venía el Celta de Giráldez con fama de equipo cuidadoso con el balón y así lo demostró en el inicio del partido. Su planteamiento, muy bielsista, se completaba con una presión alta prácticamente hombre a hombre por todo el campo, partiendo de un 3-4-3 en el que. curiosamente, Aspas y Bamba jugaban arriba a pie natural.

Sin embargo el deseo de mandar en el juego le duró poco al Celta, apenas lo justo para marcar en 0-1. A partir de ahí el Betis intensificó su presión, tan alta o más que la de los gallegos, y el encuentro se convirtió en un típico partido moderno a campo largo, con posesiones duraderas pero en campo propio. El Celta seguía empeñado en sacarla jugando al pie y el Betis robaba arriba y llegaba a la puerta gallega con cierta regularidad. Pellegrini, visto el rendimiento de Ávila y Bakambu, había vuelto a su clásico 4-2-3-1, esta vez con el gallego Losada (¿para aprovechar su motivación?) en la mediapunta y Fornals, como casi siempre, en la derecha.

Minutos 30 al 56
El Celta, cansado por las persecuciones individuales, pierde fuelle y cada vez arriesga menos con balón, hasta pasar a jugar directamente en largo los saques de puerta. Los gallegos se encierran cada vez más atrás, montando un bloque bajo con las líneas muy juntas que el Betis ataca con paciencia, hasta alcanzar el empate y dejar pasar bastantes ocasiones de gol más; tan solo cabían mejoras en el juego del Betis en una activación más rápida de la presión postpérdida (un recurso muy fructífero cuando el rival junta tanto las líneas, pues carece de espacios para jugar la pelota justo después de recuperar), y usar más las conducciones ante un sistema defensivo tan individual. En todo caso al Betis le funcionaba la presión alta y el Celta se ahogaba.

Minutos 56 al 86
Los vigueses toman aire gracias a las sustituciones al descanso en el centro del campo, aunque el cambio de banda de Mingueza los deja con menos salida de balón aún. En el minuto 56 Pellegrini cambia de nuevo de sistema, prescindiendo del fundamental Johnny, cosa extraña, aun cansado, cargado de minutos y tarjeteado el americano: pasa a un 4-3-3 con Altimira (no menos cansado) como mediocentro, y Losada y Lo Celso como interiores a pie cambiado. Luego Fornals, demasiado pegado a banda, es sustituido por Juanmi como extremo derecho (posición extraña para el malagueño, pero producto del exceso de extremos de pie diestro en plantilla). El Betis sigue empujando, ahora con marcas al hombre arriba:

Muy adelantado el Betis, quedan espacios a la espalda de sus interiores, y la línea de cuatro trasera queda un poco descuadrada ante los tres delanteros y los dos carrileros celtistas; aunque se arregla con basculaciones, al Celta suelta alguna contra con peligro y en una de ellas llega el 1-2.

Tramo final
Pellegrini saca a todos los delanteros que tiene y monta un 4-4-2 (2-4-4 más bien, o incluso 1-4-5 cuando sube Bartra), con Juanmi en su sitio, Chimy a la derecha y Lo Celso ya como mediocentro junto a Altimira. El Celta entra en modo frontón, sin intentar siquiera jugar el balón, y el Betis, que recupera muy rápido, aprovecha para colgar al área todo lo que pilla. Una cae dentro.

Línea por línea
Bien Silva, como siempre, Sabaly dio solidez a la defensa, aunque fue algo romo en ataque, como un Perraud hiperactivo siempre. Los centrales cumplieron ante rivales nada sencillos de defender.

Altimira dio correcta continuidad al juego, como Losada, pero fue Johnny quien comandó el mediocampo en defensa y ataque. Gris Fornals, Abde fue el incordio habitual para la defensa rival y demostró de nuevo su falta de entendimiento del juego colectivo; Johnny supo aprovechar el espacio que provoca entre central y lateral al sacar el marroquí a este último cuando recibe, hueco desaprovechado habitualmente.

La mejor noticia del partido fue el excelente encuentro de Roque: por primera vez en años un delantero del Betis es capaz de ponerse cuatro veces de gol a pesar de jugar como punta solitario en el ingrato 4-2-3-1 de Pellegrini, lo que en un futuro permitiría ponerle detrás a cuatro jugones. Su impresionante xG (goles esperados), actualmente de 0,69 por partido, promete mucho.

Los suplentes aportaron esta vez el nervio de Chimy, el gol (Bartra) y el buen juego de Lo Celso, aun bajo de forma aún. Bakambu, nada.

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martes, 29 de octubre de 2024

Betis 1 - Atlético de Madrid 0 (11ª jornada de LaLiga)

BETIS (1): Rui Silva; Ruibal (Sabaly, 91'), Bartra, Diego Llorente, Perraud; Fornals, Johnny Cardoso, Altimira, Abde (Iker Losada, 91'); Chimy Ávila (Assane, 77') y Vitor Roque.
ATLÉTICO DE MADRID: Oblak; Molina, Giménez, Witsel, Reinildo (Javi Galán, 46'); De Paul (Lemar, 84'), Gallagher (Sorloth, 46'), Koke, Lino (Giuliano, 71'); Griezmann (Correa, 71') y Julián Álvarez.
Gol: 1-0 (m.4) Giménez (p.p.).
Árbitro: Gil Manzano. Amonestó a Reinildo, Koke, Perraud, Ruibal, Pellegrini y Adrián.
52.500 espectadores.

El Betis superó al invicto Atlético de Madrid en un gran partido, de ritmo muy alto y en cuya primera parte arrasó a los de Simeone.

Primera parte
A la inversa de lo sucedido hace apenas dos jornadas en el derbi, todos los mecanismos de salida de balón, en uno y otro campo, cayeron esta vez a favor de los béticos. Pellegrini planteó el partido de forma muy valiente: repitió el 4-4-2 de Pamplona, lo que ya de por sí daba un plus físico al cambiar un mediapunta por un delantero puro; pero además puso en el campo a los jugadores más agresivos en la anticipación y los duelos, particularmente a un Bartra decidido a salir de zona para impedir que los puntas del Atlético mediapuntearan para crear superioridad numérica en mediocampo. Todo el equipo presionó desde el inicio muy arriba, y como además el esquema bético encajaba con el 4-4-2 de los visitantes resultó una persecución man-to-man por todo el campo en la que los verdiblancos robaban constantemente balones muy arriba y lanzaban contras inmediatas. Todo el edificio se sostuvo gracias a los centrales, que aunque muy expuestos ganaron todos los duelos (Llorente, el 100% por alto).

Los ataques del Betis eran rápidos, de manera que más que de presión tras pérdida (que la hubo también) se trató de presión sobre saques, en jugadas que el Atlético –evolucionado pero poco valiente en esa fase del juego– escupía hacia las bandas y acababan en balones largos sin destino. Esto es, el Betis recetaba al Atlético la misma medicina que sufrió en el derbi.

En el lado contrario sucedía la tormenta perfecta también contra los colchoneros: las escasas veces que el Betis iniciaba desde atrás los béticos lograban salir jugando, por la timidez de la presión atlética, por la buena salida de un excelente Johnny Cardoso, un buen Altimira y un en general valiente equipo, y porque cuando los béticos jugaban en largo un magnífico Vítor Roque aprovechaba la igualdad numérica suya y del Chimy ante los centrales atléticos (dos contra dos) para ganar todo lo que por allí caía.

Como resultado de todo ello cayó un gol tempranero, y luego una verdadera avalancha de ocasiones de gol y jugadas polémicas en el área atlética, algo rarísimo ante un equipo de Simeone. El técnico argentino trató de mover el árbol por si caía algún fruto cambiando de esquema, y pasó a un 5-3-2 con Reinildo como central izquierdo.


Aunque se supone que así deshacía el dos contra dos arriba de los béticos, apenas hubo ocasión de comprobarlo: el partido se tornó frenético y los esquemas eran apenas visibles. El Betis, siempre en su 4-4-2 inmune a cualquier alteración táctica, basculaba para seguir hallando la manera de presionar uno contra uno, y la avalancha de fútbol continuaba.

Minutos 45 al 70
Simeone mantiene el 5-3-2 pero se lanza al ataque con Galán por Reinildo, Sorloth arriba junto a Álvarez y Griezmann como interior izquierdo en lugar de Gallagher. El punta noruego comienza a ganar algunos duelos por alto y el partido se iguala, aunque el Betis asienta bien su bloque medio y apenas hay ocasiones.

Veinte minutos finales
Simeone cambia de nuevo a 4-4-2 con Julián por la izquierda, el talismán Correa arriba junto a Sorloth y De Paul (luego Lemar) ya por dentro. Pellegrini tarda demasiado en hacer cambios en un equipo muy desgastado por su tremendo esfuerzo en la presión, y los visitantes, a trancas y barrancas, consiguen crear un par de ocasiones más o menos claras. El habitual gol de Correa no cae, aunque da dos palos, y el Betis no pasa excesivos agobios en el largo descuento.

Línea por línea
Muy seguro Silva en sus escasas intervenciones, la hiperactividad y agresividad de cada uno de los jugadores de la línea trasera de cuatro fue decisiva. Llorente además sacó el balón, una vez más, con limpieza.

Esa agresividad atrás no hubiera sido posible sin el gran trabajo de Altimira y Johnny Cardoso, que pese al gran sector que debían cubrir impidieron en todo momento que los Griezmann, De Paul, Koke o Gallagher tuvieran tiempo para girarse y lanzar a la espalda de la última línea bética. El norteamericano hizo un partido monumental, en defensa y en ataque. Abde fue de nuevo una punzante pesadilla para su par, y Fornals hizo un partido casi perfecto.

Arriba Chimy y, sobre todo, Roque sumaron a la presión una gran capacidad para ganar balones largos. Entre los suplentes Assane aportó capacidad de retener la pelota, muy importante en el tramo final.

Pellegrini parece haber encontrado en la doble punta una vía para suplir las ausencias de los mediapuntas Isco y Lo Celso. El problema se lo encontrará en el desgaste físico y mental que supone ese tipo de juego para los mediocentros, una posición con muy escasos recursos en la plantilla.

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lunes, 7 de octubre de 2024

Sevilla 1 - Betis 0 (9ª jornada de LaLiga)

SEVILLA F.C.: Nyland; Carmona, Badé, Nianzou, Pedrosa (Salas, 79'); Gudelj, Agoumé (Lokonga, 72'); Lukébakio, Peque (Suso, 79'), Ejuke (Marcao 91'); e Isaac Romero Jesús Navas, 72').
BETIS: Rui Silva; Bellerín, Llorente, Natan, Ricardo Rodríguez (Perraud 86'); Johnny, Roca (Ruibal, 64'); Fornals, Lo Celso, Abde (Ávila, 79'); y Vitor Roque (Bakambu, 64').
Árbitros: Martínez Munuera. Doble amarilla a Nianzou (89'). Amonestó a los locales Gudelj, Carmona, Agoumé (en el banquillo), Abde, Natan, Ávila y Johnny (tras el final).
Gol: 1-0 (50') Lukébakio, de penalti.
Casi lleno.

Otro mal derbi del Betis acabó en derrota ante el peor Sevilla del siglo XXI.

Primera parte
La notable diferencia entre los titulares de este Betis y sus suplentes hacía fácil adivinar la alineación bética: la plantilla es muy corta y el fondo de escasa calidad. Pero es indiscutible que jugador por jugador el once bético partía con una enorme ventaja cualitativa frente a un Sevilla cuyas supuestas amenazas, Ejuke y Lukébakio, han llegado a los 26 y 27 años sin mayor gloria que jugar en equipos como el Hertha de Berlín, y que apenas cuenta con Nyland y Badé como jugadores del nivel esperable en ese club.

Ocurre que a este Betis de Pellegrini cualquier equipo no ya le discute, sino que le supera holgadamente en manejo de pelota, como recientemente demostraron Las Palmas, Mallorca y Espanyol. Es perfectamente lícito que Pellegrini (un relacionista, que se diría hoy) no haya asumido los fundamentos del fútbol de posición que practica García Pimienta y los mejores equipos de Europa, y que deje libertad a sus jugadores en fase ofensiva. Pero, al igual que el mismísimo Pep Guardiola comprende que no puede llevar su posicionalismo hasta la fase de finalización de la jugada, recíprocamente Pellegrini debería comprender que en el fútbol actual la salida de balón debe ser trabajada profundamente con ubicaciones y movimientos planificados, como hacía el Betis hace siete años y como, en los últimos años, hace ya prácticamente cualquier equipo de la liga española (¡hasta el Getafe de Bordalás!).

Las aparente falta de planificación de esa fase del juego, con ubicaciones caprichosas en cada jugada, jugadores mal colocados y peor perfilados –mención especial merece aquí Marc Roca– e incapacidad casi absoluta para progresar por dentro, convierte a los béticos en presa facilísima de cualquier presión medianamente organizada: el equipo escupe el balón siempre hacia una banda y ahí el lateral, presionado, o bien la rifa en largo, o se ve obligado a jugar al pie a un extremo encimado y de espaldas a la puerta contraria, víctima fácil para su par. Ni siquiera se desgasta mínimamente el físico del rival o se le atrae para al menos dejar a los delanteros en buena disposición para disputar los balones divididos. Tal es así que ante saques de puerta en los que el Sevilla simplemente fue con dos delanteros a amagar la presión ante cuatro jugadores béticos (los dos centrales, un mediocentro y el portero) el equipo directamente mandó a todos arriba y jugó en largo. De hecho la disposición del Sevilla fue la misma que la del Betis, un 4-2-3-1 que era 4-4-2 presionante en defensa y 4-3-3 en ataque cuando bajaba a recibir el mediapunta:


Cobarde y poco trabajado en salida de balón, el Betis no se atrevió siquiera a intentar el 4 contra 2 ante una mínima presión sevillista. En consecuencia, Vítor Roque debía pelear los balones largos en inferioridad numérica.

A la mala colocación se sumaba poco compromiso con balón: las –ayer tan mentadas– gónadas no solo deben servir para poner intensidad y correr mucho, sino para que los jugadores tomen responsabilidades con balón y arriesguen a fin de poner en ventaja a sus compañeros, sin tomar la solución fácil del pelotazo a la primera dificultad. El rival sin embargo sí amasaba sus posesiones hasta conseguir salir con un hombre libre (generalmente Nianzou: al menos esto sí lo eligió bien el Betis) y asomarse a las cercanías del área bética. En todo caso la fase defensiva del Betis fue más que aceptable: la presión bética tal vez no fuese tan vistosa como el público exige, pero en todo caso el bloque defensivo, muy compacto, prácticamente no permitió ocasiones del Sevilla en 45 minutos, y sí se produjeron varios robos muy peligrosos cuyas contras pudieron poner por delante al Betis; es triste y propio de equipo pequeño que esta sea la única manera de llegar al marco rival, pero haber ocasiones, las hubo.

Segunda parte
El arranque de la segunda parte pone en evidencia un nuevo problema de este Betis: la mala defensa a balón parado, ya visible en partidos anteriores, cuando menos desde el del Getafe. Sumada al errático (y errado) criterio de Martínez Munuera, la jugada desemboca en gol. El Sevilla da un pasito atrás y el Betis sigue demostrando durante 45 minutos su escasísima capacidad de elaboración del juego, muy perseguido –naturalmente– un Lo Celso que parece el único recurso ofensivo fiable. La salida de Roca mejora levemente las cosas, aunque el equipo sigue sin acumular pases en campo rival hasta que, muy al final, el Sevilla se acantona atrás. Para entonces, un grave error del equipo técnico en los cambios iguala el partido al equilibrar la lesión de Natan la expulsión de Nianzou.

Línea por línea
Bien en general, aunque con poco trabajo, Rui sigue mostrando unas estadísticas muy pobres en los penaltis. Bellerín, bien ayudado por Fornals, pasó pocos apuros, y tampoco Rodríguez fue superado por Lukébakio, pese a las desmesuradas críticas recibidas y a la escasa ayuda de Abde. Otra cosa fue la salida de balón de ambos, muy deficiente. Los centrales estuvieron muy firmes, como casi siempre.

El partido de Roca fue muy flojo; junto a un Johnny sin empuje se vio superado por el rudimentario centro del campo del Sevilla. Fornals apareció poco por dentro y tampoco mejoró mucho las cosas ya de mediocentro, de modo que el perseguido Lo Celso fue la única baza ofensiva, pues Abde eligió tan mal como siempre y encaró peor que nunca. Vítor Roque peleó en inferioridad numérica y aun así se puso de gol un par de veces.

El banquillo aportó poco más que el dinamismo de Ruibal y Bakambu, más las habituales trastadas del Chimy.

Pellegrini ha salido de situaciones peores y es de esperar que levante al equipo, pero del mismo modo que se admiran sus estadísticas globales se le deben criticar sus pésimos números ante los tres equipos grandes de LaLiga y ante el máximo rival.

Los comentarios son bienvenidos. En Twitter, @juanramonlara7.

lunes, 30 de septiembre de 2024

Betis 1 - Espanyol 0 (8ª jornada de LaLiga)

BETIS (1): Silva; Bellerín, Llorente, Natan, R. Rodríguez; Altimira (Johnny Cardoso, m.78), Roca (Aitor Ruibal, m.78); Iker Losada (Fornals, m.60), Lo Celso, Abde (Assane Diao, m.88); Bakambu (Vitor Roque, m.60).
ESPANYOL (0): Joan García; Omar El Hilali, Kumbulla, Sergi Gómez, Carlos Romero (Véliz, m.87); Král, Gragera, Pol Lozano (Aguado, m.87); Jofre Carreras (Álvaro Tejero, m.68), Cheddira (Cardona, m.68) y Puado (Pere Milla, m.55).
Gol: 1-0, m. 85: Lo Celso.
Árbitro: Hernández Hernández. 53.000 espectadores.

Fiel a su regularísima trayectoria en la era Pellegrini, el Betis ha derrotado de forma justa a un rival débil como el Espanyol, demostrando de forma exacta su teórica superioridad: merecidamente, pero con ciertos apuros y sin la menor brillantez. En ello tuvo que ver, un día más, su infortunio de cara a puerta, agudizado esta vez por la inexplicable e infantil elección de lanzador en el penalti del que disfrutó en la primera parte.

Primer tiempo
Durante esa primera mitad el Betis pudo ponerse en ventaja pese a su inferioridad en la salida de balón y su exceso de velocidad en posesión. El habitual 4-4-2 defensivo de los verdiblancos –que pusieron en cancha su incansable equipo titular con la única novedad de Losada como alero derecho– naufragaba en la presión alta ante la bien trabajada salida de los españolistas, cuyo 4-3-3 les daba la acostumbrada superioridad numérica en esa fase del juego: el portero y los dos centrales más Gragera, frente a Lo Celso y Bakambu, sacaban la pelota con paciencia, buenas ubicaciones y sin miedo al riesgo. Es algo que suele sucederle al Betis de Pellegrini contra equipos de buen trato al balón desde atrás, y que resulta un tanto preocupante de cara al derbi. Es de notar también que la presencia de Lo Celso arriba, menos potente físicamente que Fekir, la acumulación de partidos y el modo de juego de esta temporada, que permite al rival reiniciar jugada a balón parado demasiadas veces, obliga a los delanteros a un esfuerzo continuo y desmesurado.

Por otro lado, dado que Altimira y Roca muy pocas veces abandonaban a los dos interiores españolistas –Lozano y (más adelantado) Král–, y dada la escasa calidad de los periquitos arriba, los visitantes apenas lograban acercarse a la meta bética.


Los centrales del Betis casi nunca saltan a la presión alta:
a cambio de tener superioridad ante el punta,
Lo Celso y Bakambu quedan en inferioridad numérica.

El Betis por su parte jugaba al ritmo de Abde, con exceso de verticalidad y de juego largo, y una salida de balón mal trabajada, aunque con más calidad arriba. Al elaborar poco el juego las pérdidas béticas solían pillar al equipo mal colocado y al rival sin encerrar aún, y no había pues contrapresión efectiva, Las escasas ocasiones eran del Betis, pero el balón, del Espanyol.

Segundo tiempo
El Espanyol da un paso atrás difícil de explicar, aparentemente voluntario y tal vez debido al cansancio. Permite al Betis sacar el balón jugado sin oposición, se mete atrás –mucho más con el paso de los minutos– y la presión bética, ahora sí, comienza a funcionar. Pese a la persecución sin piedad contra Lo Celso –que como siempre se atrasó para ayudar en la elaboración– y a la falta de calidad con balón de Roca, el Betis llegaba a puerta con alguna regularidad, aunque insuficiente.

A la hora, como siempre, Pellegrini toca la alineación arriba sin mover apenas el árbol: Fornals ocupa el sitio de Losada como falso extremo derecho y Roque refresca arriba. Luego, a poco del final, saca a los dos pivotes y pasa a esa zona a Fornals junto a Cardoso, para que Ruibal ocupe la banda derecha. El juego mejora sustancialmente y llega el gol. Finalmente Diao entra por Abde para retener balón.

Línea por línea
Sin apenas trabajo Rui, Llorente fue una vez más el mejor de la zona trasera con gran diferencia, con una enorme presencia y anticipación; el resto de la defensa cumplió sobradamente aunque sin excesiva proyección de los laterales.

Muy desafortunado Roca, Altimira no pudo compensar la escasa elaboración del juego de su compañero, de modo que el trabajo recayó en un Lo Celso magnífico pero muy marcado. Losada dejó gotas de calidad (muy necesarias), y Bakambu buenos movimientos. Los cambios mejoraron esta vez al equipo.

Mención aparte, como casi siempre, merece Abde, que un día más demostró tener un alto nivel técnico, un uno contra uno peligrosísimo gracias a su enorme aceleración y velocidad, un nivel táctico propio de un infantil y la madurez psicológica de un benjamín, retratada en el episodio ridículo e irrespetuoso del penalti. Ricardo Rodríguez dejará pronto de intentar doblarlo inútilmente.

Pellegrini perdió por completo su autoridad.

Los comentarios son bienvenidos. En Twitter, @juanramonlara7.

sábado, 14 de septiembre de 2024

Betis 2 - Leganés 0 (5ª jornada de LaLiga 24/25)

BETIS: Rui Silva; Sabaly (Bellerín 62'), Diego Llorente, Natan, Perraud; Marc Roca, William Carvalho (Sergi Altimira 26'); 'Chimy' Ávila (Lo Celso 62'), Fornals (Aitor Ruibal 87'), Ez Abde; y Assane Diao (Vitor Roque 62').
C.D. LEGANÉS: Juan Soriano; Rosier, Jorge Sáenz (Nastasic 46'), Sergio González, Javi Hernández; Juan Cruz (Adrià Altimira 46'), Óscar Rodríguez (Cissé 62'), Neyou (Chicco 66'), Franquesa (Tapia 62'); Brasanac; y Haller.
Árbitro: González Fuertes. Amarillas a Adrián (en el banquillo), Juan Cruz y Rosier.
Goles: 1-0 (74') Abde; 2-0 (86') Vitor Roque.
48.000 espectadores.

Siguió el Betis al pie de la letra el plan de partido de Pellegrini para ganar de forma poco brillante pero incontestable al Leganés: tras una hora de desgaste físico y poco fútbol ofensivo el Betis sacó a los mejores y deshizo a su rival, que jamás amenazó la puerta verdiblanca.

Primera hora de juego
Pellegrini cumplió también sus estrictas normas tras parón de selecciones, o sea, dejó fuera a los jugadores con muy pocos entrenamientos con el equipo, aunque fuesen los mismísimos Lo Celso y Vitor Roque. Unido esto a las bajas le resultó un equipo muy corto en juego interior, pues Fornals no tiene la calidad de los Isco o Fekir y además comparecían en bandas dos extremos, como Chimy y Abde, de poco juego asociativo. Tampoco el delantero Assane (¿por qué no Chimy arriba y Assane en banda?), aunque activo para ofrecerse, es un virtuoso de la construcción del juego.

A cambio, y más aún tras el obligado cambio de Altimira por Carvalho, era un equipo físicamente muy poderoso, rápido arriba, trabajador y aplicado en la presión; era una presión, eso sí, más posicional que la clásica tras pérdida, pues el equipo perdía la pelota pronto y no muy bien situado. El Betis apenas progresaba trabajosamente por la banda izquierda de Abde y Perraud; plantaba su habitual 4-2-3-1: 4-4-2 en defensa, y más que nunca casi 4-3-3 en ataque, pues Roca se metía muy cerca de los centrales, Carvalho (luego Altimira) se colocaba un escalón más arriba como interior, Fornals se retrasaba a segundo interior, y los extremos lo eran de verdad. Enfrente el Leganés mostraba pronto sus intenciones plantando inicialmente un 4-4-1-1 con Brasanac como mediapunta (!), aunque Jiménez haría sucesivos retoques para colocar ahí a Óscar o pasar brevemente antes del descanso por un 5-4-1, con el exbético Cruz como carrilero. En todo caso el plan principal real de los pepineros fue mandar pelotazos a su estrella, el tanque Haller, y ahí Natan y Llorente estuvieron magníficos en los duelos físicos, sin permitirle bajar balón alguno. Tras el descanso los visitantes volvieron al 4-4-1-1, pero doblando lateral derecho ante la amenaza de Abde.

El balón era pues casi siempre del Betis, que solía lograr una aceptable salida con Natan como hombre libre (los mediocentros del Leganés emparejados con Altimira y Fornals). La profundidad, eso sí, fue escasa, aunque aumentó con los minutos y el cansancio del Lega.

Última media hora
El rival va madurando, el Betis acelera el ritmo progresivamente y los cambios desatan el juego bético: Bellerín da más profundidad y finura en los metros finales al ataque por la derecha, Roque comienza a mostrar su enorme potencial y, sobre todo, Lo Celso da un recital de su juego optimizado a pocos toques, de clase pura. Pellegrini eligió exiliar a Fornals a la banda derecha para privilegiar al argentino en posición de mediapunta, y el campeón del mundo le respondió con una exhibición de controles y pases profundos. El partido se vuelca y, aunque tarde y con poco margen, el Betis gana con sensación de comodidad, sin pasar apuro defensivo alguno.

Línea por línea
Rui se mantuvo casi inédito por la solidez de Sabaly, de un excelente Llorente y de Natan. Perraud estuvo hiperactivo y correcto, aunque acabó pocas jugadas. Trabajador Roca, como un Fornals que dio continuidad y algunos pases de calidad, y roto William, Altimira hizo un partido muy completo. En las bandas Chimy y Abde intentaron mucho, aunque solo el marroquí, de cualidades muy superiores para el puesto, acabó la faena. Assane cumplió sin más. Los tres relevos de la segunda parte cambiaron el partido a mucho mejor.

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