sábado, 22 de diciembre de 2018

Betis 1 - Eibar 1 (17ª jornada de LaLiga)

BETIS (1): Pau López; Mandi, Bartra, Sidnei (Feddal, m. 17); Francis (Barragán, m. 86), Canales, William Carvalho, Tello; Lo Celso, Sanabria y Joaquín (Loren, m. 82).
S.D. EIBAR (1): Riesgo; Rubén Peña, Ramis (Paulo Oliveira, m. 72), Arbilla, Cote; Orellana (De Blasis, m. 88), Joan Jordán, Escalante (Diop, m. 48), Cucurella; Sergi Enrich y Kike García.
1-0, m. 21: Sanabria. 1-1, m. 72: Orellana, de penalti.
Árbitro: Del Cerro Grande (Comité Madrileño). Amonestó a Escalante, Ramis, Lo Celso, Feddal, Jordán y Paulo Oliveira.
49.500 espectadores y lanzamiento de peluches en el descanso en el Vilamarín. Muy buenas condiciones para el fútbol.

Jugó un mal partido el Betis ante un buen Eibar, y suerte tuvo de escapar con un punto del apuro. Cierto exceso de tacticismo desnaturalizó el juego del equipo bético, que nunca controló el encuentro.

Primeros 80 minutos
Las acusaciones de cierta prensa sevillana contra el equipo bético por el presunto uso de jugadas a contraestilo podrían encontrar hoy la justificación de la que suelen carecer, aunque a cambio habrán de conceder –no se puede acusar a la vez de una cosa y de lo contrario– que hoy sí hubo plan B. No un solo plan B: dos, porque el Betis se salió de su uso habitual en el tipo de juego y en lo posicional.

En cuanto a lo primero, el tipo de partido buscado, el Betis repitió un planteamiento que le dio buen resultado ante el Eibar –al menos en el marcador– la temporada pasada: se trataba de eludir un partido de ida y vuelta, de transiciones, como sería del gusto de un equipo que aprieta arriba y juega vertical como el Eibar, y para ello los béticos renunciaron a su vez a su habitual presión adelantada mano a mano; por el contrario, ante el clásico 4-4-2 de los vascos (Jordán y Escalante paralelos en el doble pivote), el Betis plantó en defensa un 5-4-1 que permitía posesiones largas y la salida limpia a alguno de los centrales eibarreses, en espera (correcta) de que se toparan con sus marcados mediocentros. A cambio el Betis tenía superioridad numérica en la zona de sus centrales, evitando la peligrosa igualdad dos contra dos que suelen buscar los vascos con balones cruzados desde las bandas. Muy esporádicamente Joaquín saltaba a por un central del Eibar y Tello a por Peña, para pasar a una presión alta hombre a hombre.


Metido bastante más atrás de lo habitual en defensa y practicando sus habituales maniobras de atracción de la presión cuando inicia el ataque posicional, el Betis buscaba salidas veloces al espacio, muchas veces inmediatamente tras recuperar la pelota: esto es, buscaba el contragolpe. No por ello dejaba de tratar bien el balón, ni renunciaba ni mucho menos a la posesión, pero sí permitía más igualdad en ella de la usual (54/46% al descanso) y pocas veces encerraba a su rival en su campo como mandan los cánones clásicos del fútbol de posición

Un 5-4-1 en defensa suele corresponderse naturalmente con un 3-4-3 en ataque, y así lo prometía la colocación inicial de los equipos:


Pero las cosas no serían como parecían: el ajedrecista Setién trató de meterle un cilindro a Mendilibar para, con buen criterio, aprovechar la velocidad de Tello: el Betis repetía (por el lado contrario) la salida de balón que hizo contra el Sevilla y organizaba un 4-4-2 (2-4-4 realmente) que obligaba a Orellana a salir a por el falso lateral izquierdo, Sidnei, luego Feddal. Joaquín trataba de fijar a Peña, su pareja teórica, cuando no mediapunteaba en el espacio entre este y los mediocentros, y Tello quedaba directamente sin marca o, en el peor de los casos, obligaba a la línea de cuatro del Eibar a marcar mano a mano:


 Inicio de la jugada del 1-0: Joaquín ha arrastrado a su lateral y Orellana está lejos de Tello, completamente solo.

Posicionalmente el invento funcionó, e incluso de hecho el 1-0 llegó gracias a una incorporación de Tello, pero el Betis pocas veces logró aprovechar el filón como este prometía: pocas veces hubo cambios de juego rápidos hacia esa zona (apenas en el tramo inicial de la segunda parte gracias a Canales), y unas veces la lentitud en la circulación y otras defectos de ejecución (malos controles del propio Tello incluidos) anularon esa superioridad a la espalda de Peña. El planteamiento tuvo otro defecto, tal vez más grave: tiró a una banda a Lo Celso, lejos de la posición por detrás de los delanteros en que tan buen rendimiento está dando, y el argentino intervino poco durante casi todo el partido.

En resumen, por anular las virtudes de su rival los béticos renunciaban a virtudes habituales de su juego, como la contrapresión, el castigo del físico del rival, la colocación en triángulos o la posición de Lo Celso. Lo que era peor: la actitud de los béticos a partir del 1-0 fue muy conformista, y el partido transcurría a un ritmo muy bajo, entre contragolpes béticos en los que fallaba el último pase y ocasiones demasiado claras del Eibar. Finalmente Del Cerro Grande decide hacer justicia por su cuenta.

Últimos diez minutos
Sin reacción desde el banquillo, incluso tras el gol los béticos no tocan jugadores ni esquema y muestran una mezcla de desconcentración y falta de fe; tan solo permutan a Canales (en adelante delantero por la derecha) y Lo Celso, ya en zona de mediocentros pero más adelantado que Carvalho. Finalmente Loren comparece en el puesto de Joaquín (delantero tirado a la izquierda), y solo el paso atrás de los visitantes permite posesiones más largas del Betis, que crea escaso peligro.

Línea por línea
Pau estuvo muy seguro pero no detuvo el penalti pese a lanzarse al lado correcto. Mandi hizo un excelente partido, especialmente en el pase (muy buenas diagonales); acertó mucho más que un Bartra desatinado en el golpeo. Feddal cumplió tras la luxación de Sidnei.

Carvalho hizo un aceptable partido, aunque estuvo algo más fallón en el pase de lo habitual; su –escalonado– compañero de posición, Canales, más ágil de lo habitual a la hora de hacer circular la pelota, hizo uno de sus partidos más completos en ese puesto. Francis sufrió en defensa y acertó poco en ataque, y Tello, muy a su estilo, provocó menos peligro del mucho que debió, aunque de sus botas salieron finalmente las mejores opciones.

Joaquín y Lo Celso, tal vez en posiciones incómodas, decepcionaron, y la voluntad de Sanabria no se correspondió con su acierto: ni siquiera lo hizo bien en el gol.

Setién no supo encontrar el plan C para dar un volantazo al partido cuando su interesante planteamiento hacía claramente aguas.

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lunes, 17 de diciembre de 2018

Espanyol 1 - Betis 3 (16ª jornada de LaLiga)

R.C.D. ESPANYOL (1): Diego López; Rosales, David López, Óscar Duarte, Pedrosa; Víctor Sánchez, Marc Roca, Granero (Darder, m. 69); Leo Baptistao (Piatti, m. 78), Borja Iglesias (Hernán Pérez, m. 55) y Sergio García.
BETIS (3): Pau López; Mandi, Bartra, Sidnei; Francis, Canales, William Carvalho, Junior (Tello, m. 41); Lo Celso; Loren (Sanabria, m. 71) y Joaquín (Javi García, m. 88).
Goles: 1-0, m. 23: Sergio García. 1-1, m. 43: Lo Celso. 1-2, m. 84: Tello. 1-3, m. 91: Duarte (propia puerta).
Árbitro: Sánchez Martínez (Comité Murciano). Amonestó a Joaquín, William Carvalho, Borja Iglesias, Mandi, David López, Sidnei y Víctor Sánchez.
Incidencias: 20.000 espectadores, muchos de ellos béticos repartidos por todo el estadio (como puede comprobarse en los vídeos de los goles).

Jugó un buen partido el Betis en Cornellá y ganó con solvencia a un rival complicado como el Espanyol, pese a desperdiciar un penalti y conceder un mal gol en el primer tiempo.

El partido fue un buen ejemplo de cómo ciertos principios del fútbol de posición han calado en el fútbol español, pero para ejecutarlos correctamente hace falta calidad, mucho trabajo y coherencia en el plan de juego: el Espanyol, que no es precisamente un equipo con fama de jugar en ese estilo, partió sin embargo de un 4-3-3, trató de presionar arriba al Betis e intentó retener la pelota (con escaso éxito) tomando moderados riesgos en la salida de balón; a la hora de juego había reventado físicamente. El Betis por su lado llevó a cabo su plan habitual, que incluye enormes riesgos en la salida de balón pero está muy trabajado desde hace año y medio, y pese a realizar también presión alta durante grandes tramos del encuentro logró conservar intacto su fondo físico para voltear el resultado, encerrar a su rival en esa última media hora y gestionar el balón y el partido casi a placer en los últimos minutos.

Primer tiempo
Posicionalmente el partido fue muy semejante a los ganados por el Betis en San Siro y el Camp Nou, y de hecho el Betis presentó una alineación muy similar a la de este último partido. Ante un rival en 4-3-3 Setién y Sarabia encajan últimamente un 3-4-1-2 para emparejar a cada rival con un bético, con la clara intención de hacer presión alta hombre contra hombre en todo el campo.


Como hemos explicado aquí ya muchas veces ese esquema no solo distribuye muy bien geométricamente a los jugadores béticos (o sea, los espacia mejor que el 3-1-4-2), sino que permite ocupar posiciones naturales a gente de la importancia de Lo Celso o Bartra, que tuvo terreno siempre para conducir o para su maniobra habitual de colocarse como mediocentro cuando el rival presiona hasta el área. Canales, tal vez algo incómodo como mediocentro posicional, supo moverse para pedir el balón por todo el campo mientras Carvalho conservaba una posición más central, Lo Celso tenía libertad para sacar a Roca de posición (ocupando muchas veces la vacante de Canales) y Joaquín mediapunteaba un poco por la izquierda.

El Espanyol se veía casi obligado a emparejarse en todo el campo de modo recíproco; sus tres delanteros se resistieron a encimar de cerca a los centrales béticos, para no separar demasiado las líneas defensivas españolistas y conservar su bloque a media altura, aunque en muchas ocasiones fueron atraídos por el toque de balón entre los tres centrales visitantes y obligaron a su bloque a ir arriba. Una de esas ocasiones dio lugar al 1-1, tras una bonita permuta entre Joaquín y Canales que dejó libre a este; en la imagen se observa a Marc Roca abandonar a su par, Lo Celso (que está cerca del árbitro) para acudir a la banda a hacer la ayuda sobre Canales; pero su equipo ya está condenado por inferioridad numérica.


La jugada –que probablemente mañana algún crítico del fútbol de posesión calificará de contragolpe a contraestilo– fue elaborada previamente con pacientes toques y testimonia la mejora del Betis en un tipo de jugada y una zona mal cubierta la temporada pasada: hace un año los Javi García, Camarasa o Narváez eran incapaces de castigar la presión alta rival con pases verticales o conducciones a campo abierto, algo que este año sí logran Carvalho o Canales.

Minutos 45 al 60
El Espanyol logra igualar la posesión, pero no por buen manejo de balón sino a costa de un trabajo de presión extenuante, prolongado y exigente ante el elaborado (y a veces temerario) toque bético. Cuando la presión falla los españolistas hacen faltas con cierta impunidad. Los locales ponen en aprietos a la zaga bética, siempre adelantada, y llega el momento decisivo del partido: al borde de la hora Mandi y Sidnei salvan con su velocidad sendas llegadas peligrosísimas en la media luna del área y Baptistao desaprovecha un robo en la propia área visitante tras un exceso en la salida del mismo Mandi.

Última media hora
Pese a los cambios de Rubi, que no toca su esquema pero sí manda a Sergio García a la punta, el Espanyol se queda sin gasolina y el Betis toma claramente el mando del balón y del partido (74% de posesión en la media hora final), aunque sin demasiadas llegadas claras. Cerca ya del final Tello acierta a balón parado, y desde entonces el Betis juega a placer. Lo Celso marca al final de rebote, y esta vez sí en un verdadero contragolpe. 

Línea por línea
Pau erró en el 1-0, pero jugó bien con los pies. Sus tres centrales fueron una vez más decisivos, aunque blandearon en ese gol; el mejor de ellos fue de nuevo un enorme Sidnei.

La lesión de Junior, al que dio tiempo a provocar un claro penalti, dará ocasión a Setién de comprobar si las estadísticas que dan a Tello un papel decisivo en el buen rendimiento del equipo son un efecto random o, como pareció hoy, producto del buen juego del catalán, que atrae rivales y metió un gran gol. En el lado contrario Francis dosificó muy bien el balón –se saca de encima muy bien la presión cuando el juego es muy corto–, aunque sin profundidad; sus características, opuestas a las de Tello o Junior y con similitudes a las de Guardado (que también empezó como lateral) nos hacen preguntarnos si realmente la banda es su puesto natural.

Carvalho jugó de nuevo un gran partido, especialmente con balón; Canales demostró otra vez que en conducción y con campo por delante es devastador, aunque a veces sigue reteniendo mucho el balón para ser lo que suele ser ahora, un mediocentro. Lo Celso, aun fallando un penalti, volvió a ser incontrolable para el rival; su cambio de ritmo hace muchísimo daño.

Loren acertó más en el juego que en el área, y Joaquín alborotó con sus movimientos a la defensa blanquiazul; de hecho intervino indirectamente en el 1-1 (sacó de zona a López) y en el 1-2 (recibió la falta tras tremendo túnel). Sanabria y García cambiaron poco el partido. 

El detalle
Salvando las distancias, la mecánica de golpeo de Tello en su gol de falta recordó a la de Marcos Assunção: carrera muy frontal, pie derecho abierto y golpeo muy liftado, con efecto vertical de folha seca.

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viernes, 14 de diciembre de 2018

Doudelange 0 - Betis 0 (6ª y última jornada de la fase de grupos de la Europa League)

Pocas conclusiones útiles pueden sacarse de un partido jugado en un campo durísimo, totalmente helado en la banda de los banquillos (la izquierda del ataque del Betis en el primer tiempo, derecha en el segundo), y a muy baja temperatura.

Una de las claves de la evolución del fútbol y del triunfo del juego de posición en las últimas décadas es la mejora de los terrenos de juego; sin ella es difícil mantener secuencias de pases prolongadas a un ritmo de juego alto, y el Betis lo comprobó esta noche. Con una alineación llena de inhabituales logró desde luego un dominio aplastante de la posesión, pero a un ritmo muy bajo que permitió al Doudelange encerrarse en su campo sin desgastarse demasiado, y conceder apenas tres o cuatro situaciones claras de gol a los béticos.

Posicionalmente el partido tuvo algún interés. Los béticos se situaron en un 3-4-3 con Kaptoum y Carvalho como doble mediocentro e Inui, a banda natural, y Joaquín, por la izquierda, a los costados de Loren. El Doudelange plantó un 4-3-2-1 raro de ver últimamente que recordó a la pirámide de Ancelotti de tiempos del MIlan de Kaká o de su Madrid.


Los dos delanteros de banda locales aprovecharon la lenta circulación de balón del Betis para alternativamente cerrar al central de su costado (Feddal o Sidnei) y, cuando la pelota iba al sector opuesto, ayudar a molestar al mediocentro correspondiente (Carvalho o Kaptoum). Los laterales apretaron bien a Tello y Francis, que bastante hacían con no caerse, y los movimientos hacia atrás de Joaquín e Inui no lograron casi nunca alborotar las muy juntas líneas luxemburguesas.

En un campo en buenas condiciones y con más necesidades de marcador el Betis seguramente habría imprimido al partido una velocidad difícil de resistir durante noventa minutos para un equipo de un nivel físico mediocre como el Doudelange. No fue el caso, y el partido acabó entre bostezos.

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lunes, 10 de diciembre de 2018

Betis 2 - Rayo Vallecano 0 (15ª jornada de LaLiga)

BETIS (2): Pau López; Mandi, Bartra, Sidnei; William Carvalho (Javi García, m. 84); Barragán, Canales, Lo Celso, Junior; Sanabria (Sergio León, m. 80) y Loren (Joaquín, m. 70).
RAYO VALLECANO (0): Dimitrievski; Advíncula, Gálvez, Amat, Álex Moreno; Trejo, Comesaña (Medrán, m. 60), Imbula; Pozo (De Tomás, m. 60); Embarba (Bebé, m. 80) y Álvaro García.
Goles: 1-0, m. 59: Lo Celso, de penalti. 2-0, m. 73: Sidnei.
Árbitro: Martínez Munuera (Comité Valenciano). Amonestó a William Carvalho, Comesaña, Embarba, Medrán, Amat y Barragán.
40.000 espectadores en el Villamarín.

Venció el Betis al Rayo tras una floja primera hora de juego en la que se vio superado por su rival en muchos tramos y una última media hora en la que sí supo controlar el partido.

Minutos 1 al 60
Setién y Sarabia tendrán sin duda razones –que a quien esto firma se le escapan– para insistir en el 3-1-4-2 como esquema de juego, pero desgraciadamente los rivales ya han encontrado su antídoto posicional. En efecto el Rayo repitió el esquema defensivo del Villarreal de hace quince días, y la fórmula es la más lógica: dado que las posiciones de Bartra y Carvalho se estorban, basta con dedicar un defensor a ambos, emparejarlo con Carvalho y permitir que sea el catalán el hombre libre en la salida de balón bética; encerrado Bartra, se bloquea así la gestación de juego bética sin pagar el peaje de defender hombre contra hombre, pues el defensor de más que se logra queda liberado para hacer ayudas desde el centro del esquema defensivo. La jugada del robo que ocasionó la llegada más clara de los rayistas en el primer tiempo nos sirve de ejemplo:


En la pizarra (otra vez gentilmente mostrada por ambos conjuntos en el saque inicial):


Las parejas, marcadas arriba con trazos rojos, eran claras; Comesaña (círculo negro) permitía defender en superioridad numérica y Bartra nunca logró salir en conducción ni, con el Rayo muy cerrado por dentro, meter sus habituales pases verticales. Estos fueron sus envíos en la primera parte, siempre laterales y casi todos desde posiciones retrasadas:


Tal vez demasiado cerrados Embarba y García en defensa, Sidnei y Mandi lograron en algunas ocasiones salir libres, y, con Trejo e Imbula muy cerrados, el Betis sí conseguía al menos aprovechar las posiciones de sus carrileros (siempre incómodas para un 4-4-2 por quedar lejos de los laterales defensores) para avanzar por fuera, especialmente por el costado de un Trejo que defendía a Lo Celso y Junior por control remoto. Las jugadas, eso sí, acababan muriendo en el tres contra dos central de la defensa rayista y el Betis llegaba muy poco.

Con balón en pies del Rayo la colocación de unos y otros era semejante, aunque para pasar a presión alta Lo Celso saltaba a por Comesaña y Carvalho se adelantaba hacia el par natural del argentino.

Llegaba a puerta con frecuencia el Rayo, aunque sin excesiva claridad, sin mucha calidad arriba y finalmente sin suerte. El Betis no lo hacía, pero su buen toque y largas posesiones desgastaban al rival, y el desfondamiento del Rayo a la media hora provocó una oleada de ocasiones béticas en el tramo final de la primera parte, muchas de ellas a balón parado. Finalmente una de las escasas llegadas béticas, rozando la hora de juego, acaba en penalti, VAR mediante.

Minutos 60 al 70
Sin nada ya que perder el Rayo no quiere tolerar más posesiones largas del Betis y cambia a un 4-3-3, con Medrán como nuevo pivote y De Tomás arriba. Pese al marcador favorable el Betis sigue con dos delanteros en el campo; emparejados con los dos centrales rayistas, no retroceden cuando les supera la jugada, el Rayo logra posesiones largas y el Betis, expuesto innecesariamente al uno contra uno defensivo como en la segunda parte ante el Celta, pasa apuros.

Minuto 70 al final
Joaquín entra por Loren, se mete a la izquierda para seguir a Advíncula, Lo Celso se tira a la derecha y por un breve rato resulta un 3-4-3 (5-4-1 en defensa) en el que el partido queda bajo control, más aún tras el 2-0 de Sidnei.

Poco después del gol el Betis vuelve al 3-1-4-2 con Joaquín ya como delantero paralelo a Sanabria, pero el Rayo, de físico débil y desfondado por muchos minutos de presión ante el siempre paciente toque bético (Míchel había dejado en el campo a gente con poco fondo como el ya citado Trejo) no puede recuperar el balón y el Betis pasa un cuarto de hora final relativamente plácido.

Línea por línea
Las paradas de Pau, su buen juego de pies y sus dominadoras salidas por alto mantuvieron igualado el marcador en los momentos más complicados. Mandi, Bartra y Sidnei hicieron otro buen partido, coronado por el último con un gran gol.

William Carvalho hizo uno de sus mejores partidos como bético. Excelente con balón, hizo progresar las jugadas con seguridad. Canales sin embargo estuvo desacertado, y (al menos cuando sea mediocampista) debiera jugar a menos toques para corregir su tendencia a retener y conducir excesivamente el balón. Lo Celso, muy castigado por faltas, terminó pocas jugadas pero volvió a demostrar que su calidad casi siempre está un punto por encima de compañeros y rivales; su arrancada y su visión de juego, junto a su movilidad, un gran manejo de balón y muy buen pase, lo hacen muy difícil de parar. Debe jugar cerca de los puntas. En los carriles Junior empujó más en el primer tiempo y Barragán, mejorado, en el segundo, aunque no acertaron en el pase final.

Sanabria sigue en cuidados afectivos; estuvo más enchufado de lo habitual pero se le ve ansioso con balón. Más acertado y con mejor criterio se vio a Loren.

Joaquín, García y, sobre todo, León cumplieron en sus pocos minutos.

Setién ha logrado potenciar las virtudes de sus jugadores, pero esta vez se vio superado en la pizarra. Por demás, Boudebouz parece estar fuera y siguen sorprendiendo un poco las ausencias de Tello.

Los comentarios son siempre bienvenidos. En Twitter, @juanramonlara7.

PD: creo que al siguiente apéndice estadístico a este análisis procede:
https://twitter.com/juanramonlara7/status/1072149550457151489

viernes, 7 de diciembre de 2018

Betis 4 - Racing de Santander 0 (partido de vuelta de 16º de final de Copa)

BETIS (4): Joel; Barragán, Mandi, Feddal; Tello, Kaptoum, Javi García, Francis (Joaquín, m. 74);  Canales (Lo Celso, m. 46), Sanabria (Sergio León, m. 67) e Inui.
RACING DE SANTANDER (0): Iván Crespo; Buñuel, Óscar Gil, Jordi Figueras, Rulo; Sergio, Rivero (Rafa de Vicente, m. 61); César, Cejudo (Nico Hidalgo, m. 61), Enzo (Cayarga, m. 71); y Jon Ander.
1-0, m. 31: Jon Ander, en propia portería. 2-0, m. 58: Sanabria, de penalti. 3-0, m. 68: Sergio León. 4-0, m. 88: Lo Celso.
Árbitro: Estrada Fernández (Comité Catalán). Mostró tarjeta amarilla a Óscar Gil, Buñuel y Cayarga.
35.000 espectadores en una fría noche en el Villamarín. En la ida, 0-1 para el Betis.

Ganó el Betis con holgura a un buen Racing tras una floja primera parte en la que los béticos pudieron meterse en un lío importante, y una buena segunda en la que superó completamente a los cántabros.

Primera parte
El Betis partía de un experimental 3-4-3 con varios suplentes habituales: Francis a banda cambiada (algo no estrictamente imprescindible dado que en la opuesta estaba Tello, habituado a jugar a pie cambiado), Barragán como central derecho, Mandi como verdadero defensa central –quien salía haciendo la antilavolpiana cuando el rival presionaba muy arriba para evitar solaparse con su portero y el esperado Kaptoum junto a Javi García en el doble mediocentro, más Canales e Inui a los lados de Sanabria.

Valiente, el líder del grupo II de Segunda B (con dos exbéticos en el campo) planteó de salida una ambiciosa presión alta; partiendo de las posiciones de un 4-4-2, en el que Sergio y Rivero marcaban muy de cerca a Javi García y Kaptoum, los dos norteños más adelantados (Jon Ander y Cejudo o César, que permutaron posiciones) entorpecían la salida de los tres centrales béticos hasta forzar, con la ayuda del salto de alguno de los cuatro hombres de la línea siguiente, el balón largo de Robles.


El portero bético usaba su buen toque a media y larga distancia para buscar bien a Sanabria –cuando los tres delanteros béticos quedaban mano a mano ante tres defensas–, bien a Kaptoum –cuando los cuatro defensas se ataban a su línea y por tanto él quedaba libre–. Los controles orientados y giros de Kaptoum resultaron ser la única vía válida de salida: las excesivas retenciones de balón de Sanabria, los graves problemas de Javi García para girarse y la lenta circulación de balón del trío trasero, que casi nunca logró habilitar a uno de ellos como hombre libre, resultaron en escasas salidas en ventaja.

El Racing conseguía a veces atacar en igualdad numérica tras zafarse de la presión bética o tras robo y, si bien tenía cuotas de posesión mucho más bajas que los locales, sí igualaban las llegadas con peligro, tal vez incluso más por el lado santanderino. La suerte sube al marcador un injusto 1-0 al descanso.

Segunda parte
Lo Celso entra en el puesto de un Canales con molestias. Ya en el primer tiempo la presión alta del Betis, que casi siempre defendía hombre contra hombre, producía asimetrías: en un lado Canales saltaba a por un central y Tello se emparejaba con el lateral, mientras que en el otro Inui quedaba más abierto y retrasado al seguir al lateral derecho. La aparición de Lo Celso, que (aunque se sacrificó en defensa como cualquiera) defendió claramente como segundo delantero, provocó que el Betis pasara a defender ya siempre en un claro 4-4-2, aunque en ataque volvía al 3-4-3. Marcando en verde las posiciones defensivas de los béticos y en blanco las posiciones ofensivas de los mismos jugadores béticos, la transición defensa-ataque consistía apenas en que dos jugadores se desplazaran:


Una solución similar, por cierto, la recogimos en un artículo publicado en 2015.


Fuera por la aparición decisiva de Lo Celso, por el cansancio tras apretar mucho en el primer tiempo (aunque Ania trató de refrescar) o por la desmoralización del resultado, el Racing cede en su presión y es cada vez más inferior al Betis. Tras la entrada de Joaquín Javi García se incrusta como central y el Betis acaba jugando un 3-1-4-2 con Tello ya en la izquierda, Barragán en el carril derecho y Joaquín y Lo Celso como interiores muy móviles.


Línea por línea
Joel Robles hizo salidas decisivas en la primera parte y jugó muy bien con los pies. Sin embargo Barragán y Feddal notaron la inactividad; lentos, tuvieron influencia en la mala salida de balón y los problemas defensivos del equipo en el primer tiempo. Mandi extrañó el puesto central.

Francis cumplió sobradamente, aunque al jugar a banda cambiada tendió a realizar diagonales hacia dentro, bien complementadas con caídas a banda del abierto Inui. Tello, difícil de detectar pera los santanderinos, dio profundidad.

Kaptoum respondió a las expectativas que su juego en el filial han creado: sus rápidos giros, arrancadas y controles orientados rompieron la presión alta cántabra, y combinadas con su poderío defensivo pueden ser características interesantísimas para el equipo en un puesto muy corto de efectivos. Por el contrario Javi García mostró el porqué del fichaje de Carvalho: el murciano las dio casi todas hacia atrás, como suele, en un puesto (el mediocentro por delante de defensa de tres es casi un interior) en el que hay que saber girarse y aprovechar ventajas.

Inui sigue perjudicado por cierta ansiedad, como un Sanabria que quiso lucirse y necesita cariño de la grada. Canales anduvo espeso, y la aparición en su lugar de un enorme Lo Celso mejoró ostensiblemente al equipo. León aportó enormes ganas.


Los detalles
- El Betis sacó ventaja en el primer y tercer gol de su sistematización del mecanismo de saque de córner que llevamos aquí reclamando años: al poner un zurdo y un diestro en posición de saque amenazando jugada en corto obligaron a salir del área a dos defensores y el Racing quedó numéricamente expuesto en su área al colgar el balón:


Una mala elección en la segunda parte, sin embargo, pudo complicar la eliminatoria aún con 1-0: se sacó en corto frente a esos dos defensas, cuando procedía colgarla, y la jugada acabó en un arriesgadísimo tackle de Francis como último hombre.

- A diferencia de lo habitual, el Betis pareció querer divertirnos jugando al despiste con la colocación de los jugadores en el saque inicial; por ejemplo Javi García falsificó su posición: partió como central.

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