Aunque acabados ambos en derrota bética, los dos partidos entre Betis y Villarreal de la temporada pasada fueron tácticamente muy diferentes: en el de la primera vuelta Pellegrini ordenó una tímida presión que fue burlada fácilmente por el Villarreal, siempre con un hombre de más en su salida de balón; los béticos apenas olieron la pelota y fueron muy justamente derrotados.
En la segunda vuelta, ya en Villamarín, el Betis intentó una presión mucho más valiente, prácticamente hombre a hombre, y, aunque el Betis tuvo pocas opciones, esa vez el Villarreal basó su triunfo más en el acierto rematador y en su buen sistema defensivo que en un dominio del juego.
Parece lógico pues que Pellegrini repitiera este domingo ese segundo planteamiento: ir a la presión hombre a hombre en todo el campo, encajando su 4-4-2 sobre el de Emery. Tal situación se vio muy clara en las muchas ocasiones en que el balón acabó en pies del portero Rulli:
Con Canales y uno de los centrales visitantes fuera de plano, vemos las claras parejas (Rodri con Femenía, William con Parejo, Guido sobre Capoue, etc.). Cuando Borja o Canales se iban a por Rulli cortando el pase hacia su par, el Villarreal raramente se atrevía al riesgo de triangular hacia el central libre mediante Parejo o Capoue, pero tenía la posibilidad de jugar en largo hacia sus dos puntas o sus teóricos extremos, Lo Celso y Yeremy, enfrentados en un arriesgadísimo cuatro contra cuatro a la defensa bética.
Así pues el dominio fue bético, y el Betis llegó en jugada (sobre todo por la izquierda) ante un Villarreal muy replegado, pero el Villarreal también pudo hacerlo con peligro por tres métodos:
- Gracias a esos pelotazos largos, algunos ganados por Gerard Moreno y otros caídos en pies de los visitantes tras errores de la expuesta defensa, como alguno de Pezzella.
- Gracias a las caídas al mediocampo de Lo Celso, muy libre: como vemos en la imagen (azul), el argentino permutaba posiciones con Jackson y además se atrasaba a zonas interiores, provocando la indecisión de Sabaly y Pezzella, que no se atrevían a perseguirlo ni tenían clara la asignación de pares.
- En contragolpes puros: pese a tener al rival muy encerrado al Betis no le funcionó bien la presión postpérdida.
En un partido escaso en ocasiones el gol del Betis llegó antes esta vez, sobre la hora de juego, y el Betis (un equipo, como decía Emery, muy similar al suyo) devolvió al Villarreal la moneda del partido de hace un año: se replegó y, ya con Guido más encima de Lo Celso, prácticamente no concedió ocasiones claras en la media hora restante, e incluso pudo machacar a la contra.
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