ATHLETIC (2): Herrerín; Lekue, Núñez, Laporte, Saborit; De Marcos, Mikel Rico, Iturraspe, Susaeta (Córdoba, m. 90); Williams (Aduriz, m. 70) y Raúl García (Beñat, m. 83)
0-1, m. 35: Raúl García, de penalti. 0-2, m. 84: Feddal, en propia portería.
Árbitro: Martínez Munuera (Comité Valenciano). Mostró tarjeta amarilla a Joaquín, Nuñez y Saborit. Pese a la definitiva destitución de Villar por el TAS pocas horas antes fue anticasero, y expulsó con una rigurosa tarjeta roja directa a Amat en el minuto 35, además de a Eder Sarabia y Quique Setién.
42700 espectadores en el Benito Villamarín e intensa animación prederbi a su final.
Al igual que hace dos semanas ante el Atlético, el Betis dio buena imagen en casa pero perdió tres puntos que nunca volverán. En esta ocasión fue una extraña y temprana expulsión lo que puso muy cuesta arriba el partido ante el peor Athletic de los últimos años.
Primeros 20 minutos
Suplente Aduriz, los vascos se presentaron en el Villamarín con un equipo ayuno de calidad individual y con un plan de juego primitivo. Posicionalmente se colocaron en un 4-4-2 en rombo, esquema hoy de moda (véase el Madrid-Barça): un mediocentro posicional (Iturraspe) que se metía entre centrales en la salida de balón, otro más móvil (Rico) algo más adelantado, dos interiores que eran casi extremos –por abiertos–, y arriba una pareja combinada de delanteros: uno estilo pivote para pelear los balones altos, García, y un velocista, Williams. El rudimentario plan de juego de Ziganda consistía en buscar peinadas de García para las carreras de Williams.
Superior en activación y en calidad individual, el Betis dominó claramente los primeros veinte minutos gracias a una fuerte presión media-alta de la que los defensas bilbaínos, poco técnicos, no supieron zafarse. Los béticos volvían al sistema mixto con el que han logrado una notable mejora defensiva: sin balón formaban un 4-4-2 con Camarasa (izquierda) y León arriba, más Fabián (derecha) y Amat en el doble pivote; en ataque sin embargo, y muy acertadamente, Amat y Fabián no se situaban simétricamente sino que jugaban roles distintos: el primero era mediocentro clásico, en posición central (cierto que levemente hacia la izquierda, pero sin tapar nunca la salida de Feddal), mientras Fabián era un interior derecho en ocasiones muy retrasado, que en salida de balón se situaba a veces, como ante el Atlético, en la posición Alonso: a un lado de la pareja de centrales, por detrás del lateral derecho (Xabi Alonso lo solía hacer en la selección, por el lado izquierdo, para no solapar su posición con la de Busquets). Camarasa era un interior izquierdo bastante adelantado y Joaquín acudía a veces, como suele, a la zona de interior derecho:
Con muy buen criterio el doble pivote bético se deshace en ataque para formar un 4-3-3: Amat es mediocentro mientras que Fabián y Camarasa hacen de interiores.
Las buenas salidas en conducción de Feddal, el buen manejo bético y una presión bien coordinada empujaban al Athletic, y las ocasiones se sucedían.
Minutos 20 al 35
El Betis baja un poco el nivel de presión, el Athletic iguala la posesión, más por empuje que por fútbol, y llegan las ocasiones vascas, sobre todo en jugadas a balón parado. En una de ellas el valenciano Martínez Munuera señala penalti y expulsión.
Minutos 35 al 60
El Betis se recoloca en un 4-4-1 y, tras un arreón justo después de la expulsión, cede el balón al Athletic y se conforma con un un ritmo bajo que no castigue en exceso su físico. El Athletic, mal colocado en ataque –ya con los laterales muy altos y un pelotón de tres interiores juntos por dentro– tampoco mete mucho ritmo. Los minutos pasan con un lento goteo de ocasiones del Athletic.
Última media hora
El Betis adelanta su presión, naturalmente a costa de grandes riesgos y desgaste físico, y ronda el empate en varias ocasiones. Boudebouz entra como mediocentro (muy) ofensivo y el Betis acaba con una especie de 4-4-1 en rombo algo desordenado con el francoargelino muy atrasado y Nahuel como lateral. El 0-2 da un plácido final de partido al Athletic, que había reforzado su mediocampo con Beñat.
Jugador por jugador
Adán: Mucho trabajo, y muy bien resuelto.
Barragán: Partido correcto. Cambiado por fundido.
Mandi: Algo menos presente en defensa que en otros partidos.
Feddal: Pese a su autogol (también sacó una bajo palos al inicio) su partido fue sobresaliente. A su anticipación y seguridad defensiva ha unido por fin buena salida de balón en conducción. Si sigue a este nivel será el fichaje de la temporada.
Durmisi: En su floja línea de este año.
Amat: Hizo bien las cosas hasta que se le cruzaron (otra vez) los cables. La expulsión fue evitable por parte del árbitro, pero su comportamiento no es aceptable.
Joaquín: Otro buen partido, de notable alto. Bien físicamente y peligroso a balón parado.
Fabián: Entre los mejores de nuevo. Aporta mucho con balón.
Camarasa: Uno de sus mejores partidos con el Betis. Aun cansado, no se entendió muy bien su cambio. Mejora mucho a campo abierto, cuando puede imponer su potencia física; su fichaje no ha sido muy coherente con el modelo de juego que se pretende imponer, que precisamente fomenta el juego en espacios cortos: mientras más se aleja el Betis de ese modelo mejor juega Camarasa.
Tello: Tras un prometedor arranque Lekue le cogío el aire. Aun así, una buena asistencia.
León: Sigue sin aportar todo lo que debe, aunque también le faltó suministro.
Boudebouz: No acaba de encajar en lo que se le pide. Por ejemplo, suele arriesgar en regates estériles.
Julio Gracia: Metió frescura.
Nahuel: Tiempo para poco, pero bien.
Setién: Los retoques y el rearme moral han mejorado las prestaciones del equipo, aunque sigue faltando competitividad.
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