Por demás el intento de Setién, un partido más, de que el Betis practicara un buen fútbol de posición se encontró con tres problemas, algunos más fáciles de resolver que otros:
- Falta de calidad en la salida de balón. El rombo de salida durante la primera hora larga de partido (Adán, Pezzella, Amat y Guardado) mostró carencias técnicas y, como veremos después, tácticas. Adán comete errores de toque groseros, Pezzella no da el ritmo de balón necesario, Amat –un fichaje que empieza a resultar difícil de explicar, especialmente si viene Javi García– comete errores de concepto gravísimos y Guardado, como veremos de inmediato, no comprende aún este sistema y modo de juego. No nos sorprendería demasiado que la pareja de centrales acabase siendo Mandi-Feddal, y que el portero no sea Adán. Guardado debe mejorar tácticamente o su puesto no será el de mediocentro.
- Falta de calidad en la delantera. El Betis salió con un ataque formado por Loren, Zozulia y Nahuel, esto es, un delantero del filial –de un filial cuya delantera no fue la línea más destacada la pasada temporada– y dos desahuciados por los varios entrenadores que desfilaron por el equipo el año pasado: Nahuel tiene carencias importantes en la comprensión del juego –a lo sumo puede ser relleno de plantilla– y Zozulia es uno de los peores jugadores que uno recuerda en este club. El juego de posición obliga a los atacantes a jugar en pequeños espacios, cosa que pone aún más en evidencia estas carencias. Es de suponer que el esperado Boudebouz, Tello, Sanabria, León, más minutos de Joaquín y Castro a su vuelta y algún fichaje que aún debe llegar para esta línea mejoren sustancialmente el rendimiento en esa zona del campo.
- Problemas tácticos, por falta de comprensión de muchos jugadores de lo que quiere Setién. Un partido más, y evidentemente no es algo casual, fueron los jugadores del filial los que mejor se movieron en el campo, algo que llama la atención (lo normal es que los veteranos hayan evolucionado más en este sentido) pero que sorprende menos si consideramos que J.J. Romero lleva más de un año inclucando a sus jugadores exactamente las mismas ideas (y con el mismo esquema) que pretende implantar Setién.
La salida de balón fue especialmente significativa en este sentido. Los alemanes presionaron solo en ciertas situaciones; casi siempre pusieron a sus dos hombres más adelantados en paralelo para tratar de cerrar a los centrales y mediocentro béticos. Resolver bien ese 3 contra 2 consiguiendo que acabe en salida de un jugador libre es crucial para este fútbol; Guardado, que se mueve demasiado para el puesto, y unos centrales lentos en el manejo de balón no supieron hacerlo, y a veces se salió con problemas por un lateral y otras se amasó el balón tanto tiempo que se acumularon riesgos hasta sufrir la terrible pérdida en zona de peligro.
Con balón en pies de un central (Amat, por ejemplo) los delanteros alemanes hacían un movimiento muy típico: cerraban línea de pase hacia Guardado y aproximaban hacia este al delantero del lado sin balón, para provocar el pase inocuo hacia el otro central (Pezzella aquí).
Los interiores no supieron apoyar como tercer hombre, forma sencilla de resolver el bloqueo de la línea de pase logrando la salida limpia por el mediocentro como hombre libre. En el ejemplo, triangular por Narváez.
Pasada la hora de juego entró De la Hoz, un hombre de Romero, y acabó con el problema de un plumazo de un modo muy guardiolesco: se atornilló entre centrales en esa fase de la jugada (o sea, hizo lavolpiana), los abrió y movió la pelota de lado a lado con velocidad hasta que uno de los centrales quedaba libre:
Los comentarios son bienvenidos. En Twitter, @juanramonlara7.
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