MÁLAGA F.C.: Kameni; Rosales, Llorente, Miguel Torres, Ricca; Juanpi, Camacho, Kuzmanovic (Duda, m. 59), Jony (Chory Castro, m. 77); Sandro y Charles (En-Nesyri, m. 50).
Goles: 1-0, m. 23: Joaquín.
Árbitro: Álvarez Izquierdo (Comité Catalán). Algo casero pero acertado en las principales decisiones. Amonestó a Sandro, Jony, Kuzmanovic, Bruno, Petros, Camacho, Duda, Rafa Navarro, Llorente, Chory Castro y Cejudo.
Incidencias: 37.000 espectadores y muy buenas condiciones para el fútbol en el estadio Benito Villamarín.
Parte de guerra
Pezzella: Contusión en el temporal izquierdo con pérdida momentánea de visión.
Brašanac: Doce puntos de sutura en el párpado derecho tras sangrar abundantemente.
Petros: Cuatro puntos de sutura en la rodilla izquierda.
Rafa Navarro: Calambres en las piernas.
Joaquín: Seis grapas en el cuero cabelludo tras sangrar abundantemente.
El parte médico es la mejor descripción del juego del Betis de Poyet: una versión algo mejorada del anterior de Merino, en el que el esfuerzo y la concentración son el arma de juego principal y definen un estilo, digamos, neobritánico. El equipo no fue ayer superior al Málaga –como sí lo fue al Dépor y al Granada– pero la moneda al aire de un partido igualadísimo cayó esta vez de su lado.
Primeros veinticinco minutos
Respecto a ese Betis de la segunda mitad de la temporada pasada el de este año ha introducido algunas leves mejoras: una pizca más de calidad técnica en sus futbolistas, una salida de balón levemente mejorada (algo fácil) gracias a un mejor escalonamiento de sus hombres interiores, y, últimamente, la aportación de Álex Alegría a la hora de ganar metros. A cambio, ausente N'Diaye, el equipo es algo más poroso por dentro cuando se cierra.
Por demás, en lo táctico Poyet no muestra un gran vanguardismo, como tampoco ayer su maestro Juande: los planteamientos de uno y otro fueron muy clásicos, con las defensas tirando el fuera de juego a una altura muy estándar, una presión moderada y típica (en general dejando al habitual hombre de más en la línea trasera) y un ataque también muy convencional. El Málaga plantó un 4-4-2 bastante rígido, con dos mediocentros paralelos de tipo pivote y los dos puntas también a la misma altura, en el que el juego interior dependería de las caídas hacia dentro del extremo Juanpi.
Por su parte el Betis, con Musonda titular, saltó al campo colocado en un claro 4-2-3-1, en el que Joaquín fue el beneficiario de la posición de mediapunta; muy libre en ataque para aparecer por donde deseaba, respondió a esa confianza con buen juego interior y ayudas defensivas al centro del campo. El sacrificado fue una vez más Rubén Castro, obligado de nuevo –pese a estar algo tocado del cuádriceps– a perseguir al lateral derecho rival. En ataque las posiciones a diferente altura de Petros y Felipe –que en defensa sí montaban un doble pivote paralelo– escalonaban bien la salida del balón (se formaba casi un 4-3-3) de un Betis que podía alternar el juego corto con la salida en largo hacia Alegría; el canterano buscaría emparejarse con Torres, un lateral reconvertido a central. En el lateral izquierdo el joven Rafa Navarro negociaba bien la enorme incomodidad de ser lateral a pie cambiado.
El Betis anoche con balón.
El Betis sale más activado –dentro de una primera parte de ritmo relativamente bajo– y domina el balón, aunque no del todo el juego: su arriesgada forma de defender permite llegadas peligrosas del Málaga, como una polémica caída de Juanpi bien valorada por Álvarez Izquierdo. En la siguiente jugada marca Joaquín.
Minutos 26 al 45
Tras el breve y típico arreón reactivo del Málaga el Betis neutraliza bien a los visitantes, el juego se equilibra y apenas hay ocasiones.
Segunda parte
Cada vez más temeroso de perder el balón en zonas delicadas, el Betis abusa del pelotazo a Álex Alegría, progresivamente más aislado arriba (Joaquín lejos); el Málaga se hace con el dominio y el Betis se va encerrando atrás, aunque nunca se acula cerca de su portería, tira el fuera de juego siempre al menos diez metros fuera de su área y sabe bajar el ritmo del partido para dar valor a su gol.
Juande va refrescando su equipo sin tocar el esquema, aunque Duda sí da un perfil mucho más ofensivo que Kuzmanovic al segundo mediocentro. Poyet retira al tocado Castro para montar un 4-1-4-1 (o 4-3-3) con Joaquín y Musonda en las bandas; pronto se ve obligado a prescindir de Brašanac y meter a Cejudo en su puesto de interior. El Betis logra desahogarse un poco en el último cuarto de hora, pierde tiempo y pasa pocos apuros graves.
Jugador por jugador
Adán: Seguro, tuvo que intervenir poco. Bien con los pies.
Piccini: Aplicado en defensa, subió menos de lo habitual. A veces basculó demasiado hacia el centro en defensa.
Bruno: Inseguro en la primera parte, se sobrepuso y ganó todos los pulsos a En-Nesyri en la segunda. Es de esperar que mejore con los partidos.
Pezzella: Fue cambiado pronto.
Navarro: Se manejó aceptablemente a banda cambiada y se fajó con concentración en defensa.
Musonda: Poco pero bueno. Elige mucho mejor la jugada que hace unos meses. Los compañeros deberían darle más juego.
Petros: El mejor. A su hiperactividad defensiva suma su (por fin) reconocida seguridad en el pase e incluso ahora algún lujo. Da patadas incluso a sus compañeros.
Felipe Gutiérrez: Demostró en un par de slaloms que tiene más potencia física de la que aparenta. Aun así, aporta mucho menos que su compañero de línea. Mejora, pero de momento sólo aprueba.
Rubén Castro: Parece que Poyet está dispuesto a sacrificar a la estrella de su equipo en el altar del dogma de que sólo se puede descolgar un delantero arriba. Si quiere que Castro defienda diez metros detrás de Alegría o que la pida en zonas de mediapunta sólo tiene que decírselo –disciplina está demostrando–, pero exiliar al canario a la banda es un crimen futbolístico que el equipo pagará caro.
Joaquín: Tal vez su mejor partido desde que volvió a Sevilla. Apareció por todas partes para dar fluidez e incluso encarar en zonas de extremo, se entregó en defensa y marcó el gol decisivo.
Álex Alegría: Tras una primera parte poco participativa hizo una segunda excelente en su papel de pívot dedicado a bajar balones (algo para lo que, por cierto, hay que hacer mucho más que saltar). Acaba contrato el próximo verano.
Donk: Dio buena sensación sin balón y con él. Muy fuerte físicamente, maneja aceptablemente el balón. Para entendernos, un N'Diaye.
Brašanac: Apenas pudo intervenir.
Cejudo: Cumplidor.
El detalle
Llueve ya sobre mojado con el ridículo problema de la distinción de camisetas (el Málaga jugó de blanquiazul, el Betis de verdiblanco). Es asombroso que se desprecie la comodidad del espectador, sea televisivo o en vivo, en asunto tan fácil de resolver (¿no hay colores en el arco iris?) sin menoscabo económico ni de ningún otro tipo.