BETIS
(3): Adrián; Ángel, Mario, Amaya, Nacho; Beñat, Cañas; J. Carlos
(Pozuelo, m. 73), Campbell (Sergio Rodríguez, m. 78); Jorge Molina
(Nono, m. 85) y Pabón.
MÁLAGA
(0): Willy; Sergio Sánchez, Lugano, Demichelis, Antúnez; Camacho,
Toulalan (Julio Baptista, m. 46); Portillo, Joaquín, Isco (Piazón,
m. 46); y Saviola (Iturra, m. 65)
Goles:
1-0, min.1: Jorge Molina; 2-0, min. 26: Mario; 3-0, min 45: Pabón.
Árbitro:
Estrada Fernández (Colegio catalán). Expulsó a Camacho en el 62
por doble amonestación. Mostró tarjeta amarilla a Nacho, Juan
Carlos, del Betis; y a Portillo, por parte del Málaga.
Incidencias:
31.611 espectadores en el Benito Villamarín.
Las
ciclotímicas prensa y afición futboleras sacarán mañana el
sahumerio para loar, merecidamente, a un Betis que parece haber
pasado de pelear por el descenso a merecer la Champions en sólo una
semana. Como bien ha manifestado su entrenador tras el partido es
probable que la inversión del efecto –físico y psicológico– de
la acumulación de partidos, que castigó al Betis las últimas
semanas y hoy lo hizo al Málaga, tenga mucho que ver en ello.
Y
es que el Betis hizo una primera parte extraordinaria, en la que se
fabricó diez ocasiones clarísimas de gol y metió cuatro, aunque
sólo tres subieran al marcador. Mel aprovechó la versatilidad del
equipo (otras veces indefinición táctica, que todo depende de si la
pelotita entra) para tratar de hacer jugar a contraestilo al rival:
contra los que gustan de tener la pelota (Málaga, Athletic,
Valladolid) manda la presión arriba; empareja a sus dos hombres más
adelantados, sea cual sea el teórico esquema, con los centrales
rivales, y a un centrocampista con el pivote central rival; contra
equipos de juego más convencional o, sobre todo, que gustan de los
espacios al contragolpe (el ejemplo más conocido es el Real Madrid)
suele sin embargo armar el equipo de atrás adelante.
Hoy
jugó un claro 4-4-2 en el que Beñat y Cañas se turnaban en la
marca del mediocentro rival más atrasado, detalle este (el reparto
de ese trabajo tan exigente en lo físico) que ayudó mucho a Beñat.
Pellegrini opuso su habitual 4-2-3-1 con dos hombres más
posicionales que móviles en el doble pivote (Camacho y Toulalan),
Portillo abierto a la derecha, Joaquín e Isco alternando mediapunta
y banda
izquierda (una
asociación a
priori más temible que la alternativa presencia de Baptista), y Saviola
arriba.
Primera
parte
El
1-0, producto de la jugada ensayada inicial (la fija del Betis tras
el Pizjuán), fue preludio de lo que vendría después: un Betis que
atosigaba arriba, y un Málaga que, obligado a jugar en largo pero
con un bajito en punta, no encontraba el modo de sacar el balón
decentemente jugado. La situación recordaba mucho, con los papeles
cambiados, al desgraciado derbi de hace pocos meses, y de hecho el
resultado y la actitud de unos y otros se parecieron mucho. Los
malagueños perdían pronto el balón y carecían de gente adecuada
para robarlo, pues Camacho y Toulalan son jugadores altos y de
mejores condiciones para cerrar líneas de pase que para ir a por el
rival, y Joaquín e Isco nunca fueron fajadores. Producto de ello,
Beñat nunca fue encimado y jugó casi a placer, de modo que se pegó
un festín de pases muy acertados a las bandas (ágil y rapidísimo
Juan Carlos, y Campbell muy superior físicamente a su par, al que
ganó casi todas). Como además Molina y Dorlán Pabón alternaron
muy bien desmarques en corto y en profundidad, los veteranos
centrales malaguistas –además obligados por el resultado a jugar
lejos de su portero y castigados por el mucho tiempo que el lanzador
bético disfrutó para elegir pase– pasaron un calvario, y el
Betis, preciso y rápido, llegó en oleadas al principio y al final
de la primera mitad, con apenas algún respiro mediada ella.
Minutos
46 al 62
Ya
con un 3-0 en el marcador, que pudo ser peor, Pellegrini le echa
valor y retira a un mediocentro y al dimitido Isco; pone un rombo con
Camacho de pivote, Baptista delante y Portillo y Lucas Piazón en los
costados, con Joaquín y Saviola arriba. El Betis baja algo el pistón
de la presión, difícil de sostener, pero conserva bien el balón y
no pasa ningún apuro.
Última
media hora
Camacho
es expulsado, Iturra entra por Saviola para ocupar el mediocentro, el
Betis marea el balón y el partido ya casi no existe. Mel aprovechó
para dar minutos a Campbell en la izquierda, a Pozuelo en la
mediapunta, a Sergio como interior izquierdo y a Nono.
Jugador
por jugador
Adrián:
Se le notó cierta lentitud en un par de jugadas y cometió un
error con el pie, pero ni tuvo complicaciones ni se las buscó.
Ángel:
Cumplió, sin más. Es correcto técnicamente y conoce muy bien el
oficio, pero –cierto que ha tenido pocos partidos para coger la
forma– no parece estar para más nota que el aprobado.
Amaya:
Muy dinámico y dispuesto a salir al mediocampo a cortar o
saltar, pero sin perder nunca el sitio.
Mario:
En su mejor versión, rápido y agresivo.
Nacho:
Atento a las ayudas, correcto en defensa y preciso en ataque.
Campbell:
Se las llevó todas, por arriba (facilitó mucho la salida en
largo) y por abajo. No estuvo brillante pero siempre ocupa mucho
campo y da muchos dolores de cabeza a las defensas.
Cañas:
Se adueñó de una parcela enorme de campo, lo que facilitó
muchísimo el trabajo de Beñat. Es casi tan listo tácticamente como
Pérez, pero muy superior físicamente y un poco técnicamente. Sigue
comprometido con el equipo.
Beñat:
Lo
dejaron jugar y respondió con un recital de balones a las espaldas
de los laterales e incluso en profundidad por dentro, naturalmente no
todos acertados (alguno demasiado fuerte). A balón parado debe de
provocar terror en los rivales: hoy así dio dos goles y provocó un
penalty.
Juan
Carlos: Volvió loco a Sergio Sánchez, por habilidad y por
rapidez cuando le buscó las espaldas –se las encontró casi
siempre–. Es muy importante para el juego vertical del equipo.
Pabón:
Sin ser muy habilidoso sí tiene una técnica suficiente, que
junto a su potencia, movilidad y buen trabajo defensivo justifica la
confianza de Mel. Metió un golazo estilo Piqué.
Molina:
Pese a cierto nerviosismo de la grada por sus errores ante puerta, lo
cierto es que metió dos goles (para el árbitro uno), se ofreció
bien siempre y jugó con mucha inteligencia.
Pozuelo:
Hizo lo que tocaba, esto es, buscar la portería rival y jugar hacia
atrás cuando convenía.
Sergio:
Hizo lo que no tocaba, o sea, desaprovechar los enormes espacios que
le daba un partido ya acabado y tratar de humillar a un rival ya
entregado.
Nono:
Minutos testimoniales.
El
detalle
Beñat
sacó de manera diferente los cuatro primeros córneres, como pedíamos
en nuestro
último post: uno a la zona anterior al primer palo, otro más
allá del segundo (la preparada habitual), otro al centro del
área y un cuarto en corto. Dos acabaron dentro.