lunes, 25 de febrero de 2019

Valladolid 0 - Betis 2 (25ª jornada de LaLiga)

VALLADOLID (0): Masip; Antoñito, Kiko Olivas, Calero, Nacho; Keko (Anuar, m. 62), Míchel (Enes Ünal, m. 81), Alcaraz, Hervías (Verde, m. 53); Óscar Plano y Sergi Guardiola.
BETIS (2): Pau López; Mandi, Javi García, Feddal; Barragán (Guardado, m. 34), William Carvalho, Kaptoum, Francis; Lainez (Joaquín, m. 46), Sergio León (Sidnei, m. 77) y Canales.
0-1, m. 47: Mandi. 0-2, m. 86: Joaquín.
Árbitro: González Fuertes (Comité Asturiano). Mostró tarjeta amarilla a Nacho, Canales y Feddal.
20.000 espectadores, cientos de ellos béticos, y mal césped en Zorrilla

El plan Z
Quienes reclaman a Quique Setién que el Betis sepa cambiar de estilo según lo recomienden las circunstancias del juego, o sea, que tenga un plan B, estarán contentos con la feísima victoria de esta tarde-noche en Valladolid. Ocurre que a Setién se le fue la mano con el alfabeto y el plan del Betis se fue al extremo opuesto a su ideología futbolística oficial: una vez se pusieron por delante en el marcador los béticos juntaron líneas cerca de su área y jugaron al patadón. Eso sí, lo hicieron bien y concedieron pocas ocasiones.

Primera parte
No podrá quejarse el Valladolid de ello porque fue con ese plan (y bastante más suerte de la que hoy necesitó el Betis) como ganó hace unos meses en el Villamarín. De hecho durante bastantes minutos de la primera parte ese mismo fue hoy el plan del limitado equipo de Sergio: mientras el partido fue 0-0 los pucelanos alternaron breves fases de dominio y presión alta con largos tramos de un clásico repliegue en 4-4-2 con el bloque medio-bajo, muy al estilo del Valencia o el Getafe, y con la misma intención de robar y salir en transición rápida incorporando mucha gente al contragolpe.

Enfrente el contraestilismo del Betis tuvo su origen en la alineación. Setién priorizó claramente la semifinal del próximo jueves y reservó a titulares indiscutibles (e incluso discutibles) como Sidnei, Bartra, Joaquín, Guardado y Lo Celso. El Betis dibujaba en posesión un elegante 3-4-3 de perfectos triángulos equiláteros...


... pero sus ejecutores –los García, Feddal, Kaptoum o León– no tenían la calidad técnica debida para realizar un juego posicional medianamente aceptable. Si se añade a ello el espantoso partido de William Carvalho y la habitual inoperancia para progresar por el carril izquierdo de Francis, de nuevo a pie cambiado, resultaba un escenario conocido y que creíamos superado: ritmo de circulación lento, riesgos mínimos, pases en U de lado a lado del campo, interiores (más bien mediocentros) incapaces de girarse y que la devuelven siempre hacia atrás, e incluso delanteros (como Lainez) que reciben más atrás de lo debido. En el descuento los centrales resuelven una jugada a balón parado con el 0-1.

Segunda parte
El Betis hace dos sustituciones obligadas y corrige posiciones: con buen criterio Setién aprovecha para cambiar a Francis de banda, y luego hace lo mismo con Joaquín y Canales para que jueguen a pie cambiado, algo adecuado en los extremos para este fútbol y esquema.

Al volver al campo el Valladolid no suelta amarras, pero el paso de los minutos y el marcador obligan a Sergio a meter gente ofensiva, aun sin tocar la línea trasera de cuatro. El Valladolid empuja y los centrales béticos optan por el juego que es más cómodo para gente como Javi García y Feddal: dan dos pasos atrás y se aculan cerca de su frontal. Los béticos defienden en un 5-4-1 y tratan de juntar líneas, con desigual acierto: no siempre coordinan bien sus intentos de presión y dejan espacios por dentro y, sobre todo, por las bandas, donde las subidas de los laterales locales –como ocurrió esta semana ante el Rennes– no siempre son seguidas por los extremos béticos. Como lógica contrapartida del repliegue bético (más con un delantero como León, incapaz de bajar balones en el juego de espaldas) el equipo está demasiado junto cuando recupera la pelota y es víctima fácil de la contrapresión pucelana, así que los defensas verdiblancos optan por jugar al patadón sistemático, sin rubor alguno.

El Valladolid cruzaba mil balones desde las bandas y en córneres y faltas, pero los centrales béticos de hoy se sentían muy a gusto en ese juego y despejaron una infinidad de centros por alto y por bajo.

Despejes, recuperaciones y cortes de los centrales béticos, metidísimos en su área, durante el encuentro

Visto el cariz del partido Setién redobla la apuesta magureguiana de su equipo y a falta de un cuarto de hora mete a un central más, Sidnei, para tratar de montar un 3-1-4-2 con Kaptoum y Carvalho como interiores por detrás de Canales y Joaquín, delanteros (o algo así) encargados de cerrar la salida de los dos centrales locales. El Valladolid llega con facilidad a las inmediaciones del área bética pero el Betis defiende bien allí y casi nunca le permite ponerse de gol con claridad. Cerca del final una jugada típica de Canales (buen juego de espaldas y velocidad temible a campo abierto) acaba en un afortunado 0-2.

Jugador por jugador
Pau salvó la victoria con una gran parada en la única jugada comprometida que le llegó.

Mandi firmó un verdadero golazo, con la colaboración de un Feddal que demostró que metido en su área es un muro, y en el área rival un peligro a balón parado por la tremenda altura de su salto. García contribuyó decisivamente a que los pucelanos no remataran casi nunca.

Francis cumplió en defensa, donde hubo de negociar inferioridades, pero fue inoperante en ataque. Barragán dio alguna profundidad por su costado, cosa que no logró Guardado. Kaptoum sigue sin dar lo que se esperaba de él con balón, aunque trabajó bien. Carvalho hizo el peor partido que se le recuerda en el Betis; durante la primera parte dio casi todos sus pases hacia atrás, algo que se entendió cuando trató de jugar hacia delante en el segundo tiempo: las perdió todas. Además cubrió poco campo y defendió más con la mirada que con la realidad: recuperó solo tres balones (por contra falló ocho pases) y no intentó una sola entrada.

Lainez aguantó como pudo con un golpe, pero repitió el defecto Boudebouz: recibir demasiado atrás, casi alineado con los cuatro del centro del campo rival, y regatear hacia atrás, algo contraproducente para el progreso del ataque. León, cuya lentitud actual lo deja casi sin cualidades reseñables, aportó muy poco. Canales cerró con su monumental jugada del 0-2 (cuando parecía fundido) un partido hasta entonces de más trabajo que brillo. Joaquín dio alguna salida al equipo y Sidnei puso centímetros en defensa.

Los críticos de Setién podrán hoy alabar su flexibilidad o afearle incoherencia con su discurso, pero no podrán negar que alineaciones como la que tuvo que sacar dan para poco más que lo que se hizo.

En Twitter, @juanramonlara7. Los comentarios son siempre bienvenidos.

viernes, 22 de febrero de 2019

Betis 1 - Stade Rennais 3 (partido de vuelta de 16º de final de la Europa League)

BETIS (1): Joel; Mandi, Bartra, Sidnei; Joaquín (Emerson, m. 88), Canales, William, Guardado (Lainez, m. 77); Lo Celso, Loren y Jesé (Sergio León, m. 68).
STADE RENNAIS (3): Koubek; Traoré, Mexer, Da Silva, Bensebaini (Zeffane, m. 77); Bourigeaud (Gelin, m. 75), Grenier; Sarr, Ben Arfa, Niang; y Hunou (Del Castillo, m. 83).
0-1, m. 21: Bensebaini. 0-2, m. 29: Hunou. 1-2, m. 40: Lo Celso. 1-3, m. 93: Niang.
Árbitro: Viktor Kassai (Hungría). Mostró tarjeta amarilla a Sidnei, William, Joaquín, Niang, Traore y Zeffane.
44.000 espectadores, incluidos muchos franceses. El partido de ida había finalizado con empate a tres.

Cayó finalmente el Betis en una de las tres competiciones que disputaba esta temporada. Una eliminación temprana y ante un rival de nivel algo inferior como el Rennais debe ser considerada un fracaso sin paliativos, aunque las exageradas sensaciones con que ha sido recibida por buena parte de la afición denotan falta de percepción de la realidad.

Cierto es que el Betis se dejó igualar en juego por el Stade –más incluso de lo que sucediera en la ida–, pero algo similar sucedió con Espanyol, Real Sociedad o el propio Milan, y el equipo, contra los reproches sobre su presunta falta de competitividad, sobrevivió a esos retos. Ocurre que una plantilla corta como esta y de una calidad parangonable a la de sus rivales muy difícilmente podía salir vivo de sucesivas finales apocalípticamente definitivas, y finalmente la moneda tirada al aire salió cruz.

Primeros 35 minutos de partido
En ello probablemente tenga algo que ver el cansancio físico y psicológico de los jugadores. Entre rotar o poner un once muy titular Setién optó por lo segundo, y sus pupilos, muy cargados ya de minutos, no salieron ni con la actitud ni con la frescura física ideales. Y es que de inicio compareció un Betis un tanto timorato, fuese por órdenes de su banquillo o por empuje del rival; el modo de juego del Stade, fuerte físicamente, rápido arriba y amante del balón largo, tiene ciertas similitudes con el del Alavés, y de inicio el Betis planteó el partido de forma un tanto similar al del último encuentro, tanto en lo posicional como en la forma de jugar: los béticos se dejaban igualar la posesión y se veían obligados demasiadas veces a defender en estático el 4-2-3-1 del rival desde un 5-4-1:


Tal vez el objetivo era guardar un hombre de más en línea defensiva para ganar segundas jugadas, y recular un poco para protegerse de la velocidad de los extremos franceses, Sarr y Niang. Pero el efecto fue que los béticos tuvieron que defender cerca –incluso dentro– de su área, donde menos cómodos se sienten zagueros como Mandi y Bartra (factor, por cierto, que tal vez explique esas secuencias de ocasiones que suele conceder el equipo apenas pierde la posesión en un tramo del partido, como ocurrió en Rennes de inicio, y en otros muchos partidos). La presencia de Joaquín como carrilero derecho empeoraba las perspectivas de un Betis sin balón: se veía obligado a defender a un jugador superior físicamente como Niang. El paso natural a la presión mano a mano, que debían marcar Lo Celso o Jesé saltando a por un central francés, casi nunca se producía.

Nivelada pues la posesión, las ocasiones se alternaban en ambas porterías (más, en verdad, en la del Betis) y los franceses embocaban muy pronto las dos primeras.

Minutos 36 al 70
El Stade había presionando bastante arriba hasta entonces, y pretende mantener su bloque medio-alto, pero la trabajadísima salida de balón bética empieza a encontrar con facilidad al hombre libre y el Betis sale una y otra vez con la pelota jugada desde un 3-4-3 ofensivo escalonado por dentro, con William más estático que Canales. Curiosamente los franceses, pese a la facilidad con que el Betis encuentra espacios y al marcador favorable, nunca se encierran: Stéphan, su entrenador, había declarado los días previos al partido que habían aprendido de sus errores en el encuentro de ida, probablemente en referencia al asedio bético en Rennes, y efectivamente el partido se convierte en una sucesión de ataques béticos a campo abierto lanzados desde atrás por Joaquín y Lo Celso o, muchas veces, por imponentes carreras de Canales, que atraviesa el campo en conducción cada vez que gana un par de metros a su par. El Betis se pone de gol media docena de veces, pero solo la primera clara acaba dentro.

Aunque la presión postpérdida bética se imponía y el Rennais cada vez se veía más empujado hacia atrás, inteligentemente los franceses se cerraban por dentro y canalizaban los ataques béticos hacia las bandas, donde la falta de físico de Guardado y la falta de remate (completamente inoperante en este aspecto Loren) para los excelentes centros cruzados de Joaquín hacían morir las expectativas de gol béticas. Solo Jesé amenazaba seriamente la puerta rival.

Minutos 70 al final
Cuando parecía que los franceses iban a ser los desfondados tras muchos minutos corriendo tras el balón, es el Betis el que pierde fuelle. El Rennais alarga sus posesiones e incluso se permite lanzar alguna contra peligrosa.

Setién retira (al parecer por problemas físicos) a Jesé, hasta entonces el delantero más incisivo del Betis, pero no agota cambios hasta muy tarde. Sin fuelle Canales y Lo Celso, y menos aún Joaquín, el Betis no puede con un partido que se convierte en un ida y vuelta, la grada tampoco mantiene la fe y la noche termina con el 1-3 tras una sucesión de pelotazos por parte bética.

Línea por línea
Joel falló gravemente en el 0-1: un portero de su altura no puede consentir un remate desde el centro del área pequeña tras un córner blando y limpio. Luego cumplió, aunque abusó un poco del balón largo.

El trío de centrales sufrió algo más de lo debido al jugarse ciertos tramos demasiado cerca del área bética, aunque la salida de balón de Mandi lució de nuevo. Más aún sufrió Joaquín como carrilero puro, sin soluciones defensivas; Guardado mostró una vez más que si alguna vez tuvo físico para el carril ese tiempo ya pasó.

William jugó un partido decente, aunque su habitual velocidad diésel quedó en evidencia ante el alto ritmo del partido. Canales, sin embargo, estuvo excelente mientras tuvo fuelle, y ofreció un sinfín de soluciones a su equipo a la hora de sacar el balón jugado.

Lo Celso volvió a ser decisivo ante el gol, aunque no estuvo clarividente y sí muy vigilado. Nos alegramos de habernos equivocado con Jesé, que aunque no encuentre aún el gol sí es el delantero (puro) más en forma del equipo actualmente. Decepcionó completamente Loren, desaparecido e incapaz siquiera de rematar con algún peligro uno solo de los muchos balones que llovieron por el área del Rennais.

La nula aportación de León se vio igualada por la de un Lainez ciertamente fuera de sitio, pero preocupantemente timorato al choque. Emerson apenas debutó.

Pese al buen juego del equipo en ciertas fases de los últimos partidos y a la búsqueda de soluciones tácticas, lo cierto es que el Betis de Setién parece haberse olvidado de ganar. La falta de remate sigue siendo un problema recurrente; una mejor carga del área en los balones cruzados podría mejorarla.

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lunes, 18 de febrero de 2019

Betis 1 - Alavés 1 (24ª jornada de LaLiga)

BETIS (1): Pau López; Mandi, Bartra, Feddal; Barragán (Joaquín, m. 67), Canales, Carvalho, Guardado; Lainez (Loren, m. 74), Lo Celso y Jesé (Sergio León, m. 63).
ALAVÉS (1): Pacheco; Navarro, Laguardia, Maripán, Duarte (Adrián Marín, m. 58); Pina; Inui (Rolan, m. 82), Brasanac, Wakaso (Manu García, m. 58), Jony; y Calleri.
1-0, m. 14: Lo Celso. 1-1, m. 27: Maripán.
Árbitro: Mateu Lahoz (Comité Valenciano). Protagonista, como suele. Mostró tarjeta amarilla a Guardado, Canales, Lainez, Mandi y Duarte.
43.500 espectadores y excelentes condiciones en el estadio Benito Villamarín.

Mereció la victoria el Betis en un partido de notable alto ante el siempre correoso Alavés, y solo la falta de acierto en el remate lo privó de ella. El equipo parece corregir los defectos que lastraban su juego y ha llegado a un punto de madurez muy interesante que debe certificar con victorias.

Primeros 35 minutos
Los detractores de Setién tienen argumentos en la primera media hora larga del partido de anoche para afirmar que su equipo jugó por un rato a contraestilo. Es sabido que el Alavés de Abelardo es un equipo de juego completamente opuesto al de este Betis, esto es, basado en el balón parado, el contragolpe, el balón largo, la segunda jugada y el repliegue estrecho, de modo que el Betis trató inicialmente de taparse de su juego ofensivo y de provocar espacios para atacarle cediéndole más balón del habitual: los béticos no fueron muy arriba para presionar en defensa, y trataron en cambio de atraer al bloque defensivo vasco para crear espacios. Con balón en sus pies los alavesistas dibujaban un bonito 4-3-3, con los corretones Wakaso y Brasanac como interiores, más Inui y Jony en las bandas, todos a pie natural:


Con un equipo muy titular en el campo, los béticos defendían desde un 5-4-1 que se desplegaba en 3-4-1-2 en ataque: como falso nueve Lo Celso tendría libertad de movimientos por detrás de dos puntas, Lainez y Jesé, destinados a moverse entre el lateral y el central rival. La velocidad de Jesé castigaba al Alavés (jugada del 1-0 y del casi 2-0), pero el Alavés también llegaba a puerta y lograba empatar en una jugada, muy a su estilo, en la que recuperó varios rechaces.

Minuto 35 al final
El Betis adelanta la presión progresivamente y el partido entra en la dinámica habitual de este Betis: largas posesiones y rival cerrado que intenta contragolpear tras robo pero pierde pronto el balón tras el Gegenpressing de los béticos. Sobre la colocación bética esta vez coinciden completamente las sensaciones, la realidad gráfica y la estadística:

 Posiciones ofensivas del Betis según tweet de BetweenThePosts


Como se observa en la foto, el 3-4-3 bético, prácticamente un 3-2-5, era asimétrico: Carvalho centraba su posición por delante de Bartra y Canales quedaba como interior derecho, pero no había interior izquierdo, aunque Lo Celso tendía, naturalmente, a buscar ese espacio libre. El sistema defensivo del Alavés tapaba la salida del Betis por Mandi o Feddal con la salida de uno de los interiores (en las imágenes, Wakaso contra Mandi), mientras Pina y el otro interior basculaban para cerrar.


Pese al buen trabajo defensivo del Alavés, el Betis logró controlar totalmente el partido: evitó las pérdidas en zonas centrales –Jony, Inui, Brasanac y Wakaso estaban deseosos de salir disparados a la menor duda en la posesión–, supo elegir los momentos para la contrapresión o el repliegue, castigó las basculaciones defensivas del Alavés con buenos y frecuentes cambios de juego y alternó recepciones interiores a los costados de Pina con algunos desmarques de ruptura, primero de los extremos y luego de Canales o Barragán. El segundo explotó su banda mejor que Guardado –falto de velocidad para el puesto–, y ambos carrileros se aprovecharon una jornada más su ambigua posición, que crea dudas en las defensas rivales porque ni lateral ni extremo parten de un lugar natural para defenderlos.

Aunque las ocasiones llegaban con regularidad no lo hacía el gol, y Setién refrescaba el ataque con León por Jesé como delantero izquierdo, Joaquín en el carril y finalmente Loren por el centro, lo que desplazó a Lo Celso a su mejor lugar, la posición Messi. Abelardo refrescó también a su equipo sin tocar el esquema (relevó diplomáticamente a Duarte pocos minutos después de serle perdonada la expulsión); pese a los muchos minutos de agobio, los vitorianos lograban salvar el empate.

Línea por línea
Pau hizo varias paradas de mérito en la nivelada primera media hora. El trío de centrales volvió a dar muy buen nivel, especialmente un enorme Bartra que despejó dudas sobre su estado físico.

Barragán encaró, hizo desmarques en profundidad y supo elegir el pase correcto en el área; en este estado de forma debe ser una de las primera opciones en su puesto si se quiere buscar el gol. Guardado cumplió con corrección, aunque el ataque fue más romo por su costado. Carvalho recupera estado de forma con los partidos, y ayer estuvo muy bien con balón pese a jugar demasiado centrado. Canales hizo un puñado de buenas jugadas, aunque faltó su brillantez para alcanzar el gol. Cabe preguntarse cómo rendiría un jugador con su velocidad en largo si jugase tirado a la banda izquierda como carrilero: sus conducciones mano a mano suelen ser devastadoras para los rivales, y ahí podría probarlas mucho más.

Lainez sigue dando sensación de tener enorme potencial; se maneja bien en espacios reducidos, se gira muy rápido entre líneas y tiene sentido del juego, aunque a veces viene a recibir demasiado atrás, donde no gana ventaja. Lo Celso fue de nuevo decisivo: un gol y una asistencia que debió ser otro al final. Jesé sorprendió positivamente: aunque no acertó ante el gol parece estar en mejor forma física y mental de lo previsible.

Joaquín encaró por su banda aunque no encontró rematador. Loren y, sobre todo, Sergio León ayudaron poco en esto.

El detalle
Aunque sea perdonable a veces en el fragor del partido, es difícil entender que la atracción de dos rivales en los córneres, tan fácil de realizar y que tan bien funcionó ante el Rennes, se omitiera totalmente, incluso ya con Joaquín en el campo.

Los comentarios son bienvenidos. En Twitter, @juanramonlara7.

viernes, 15 de febrero de 2019

Stade Rennais 3 - Betis 3 (partido de ida de los 16º de final de la UEFA Europa League)

STADE RENNAIS: Koubek; Traoré, Da Silva, Mexer, Zeffane; Sarr (Bourigeaud, m. 49), Grenier (Gelin, m. 69), André, Niang; Ben Arfa y Hunou (Bensebaini, m. 79).
BETIS: Joel Robles; Mandi, Javi García, Sidnei; Joaquín (Barragán, m. 83), Guardado, William Carvalho, Junior (Lainez, m. 26); Canales, Loren (Jesé, m. 72) y Lo Celso.
Goles: 1-0, m. 1: Hunou. 2-0, m. 10, Javi García, en propia puerta. 2-1, m. 31: Lo Celso. 3-1, m. 47: Ben Arfa, de penalti. 3-2, m. 62: Sidnei. 3-3, m. 90: Lainez.
Árbitro: Anastasios Sidiropoulos (Grecia). Amonestó a Junior, André, Da Silva, Traoré y Lo Celso.
Incidencias: muy buena entrada (29.000 espectadores) en el Roazhon Park de Rennes, incluidos 1.300 béticos; los menos inteligentes de estos se pelearon entre ellos antes del partido. Terreno de juego en mejorables condiciones.

Cuajó el Betis un buen partido en Rennes; tras asomarse al precipicio en el arranque supo sacar un buen resultado gracias a ráfagas de excelente fútbol y a su control del resto del partido.

Es cierto que el Rennes no es un grande de Europa y que se presentaba con una decena de bajas, pero también que el Betis jamás había metido un gol en partido oficial en territorio francés y que los locales tienen los argumentos de esos equipos galos que han amargado otras noches europeas a los béticos: poderío físico, velocidad arriba y un puñado de buenos jugadores, como Niang o Ben Arfa.

Primer cuarto de hora
El segundo tardó muy poco en demostrar su calidad y de un desborde suyo nació el 1-0. A partir de ahí el Betis mostró un defecto recurrente esta temporada (padecido ante Real Sociedad y Valencia en el Villamarín en Copa, por ejemplo): el equipo se desenchufa y durante un breve tramo permite al rival secuencias consecutivas de ocasiones sin que nadie sepa cambiar el ritmo del partido ni interrumpir el juego rival. La fuerte presión francesa, cierto empanamiento de los béticos –que parecían jugar con tres velocidades menos que sus rivales–, algún error arbitral y la mala suerte dieron como resultado un 2-0 muy preocupante.

Resto del partido
A partir de ahí la presión francesa cede un poco y se puede empezar a reconocer el planteamiento de unos y otros. Setién había sacado lo mejor que tiene (priorizando claramente las copas sobre la Liga) y, aunque Guardado se escalonaba un poco respecto a Carvalho, lo situó en un 3-4-3 (5-4-1 en defensa posicional) en el que Canales (derecha) y Lo Celso quedaban a los costados de Loren, y Joaquín y Junior en los carriles.

El Stade los esperaba con el bloque a media altura (tras mediarse la primera parte nunca más fue a la presión alta) y muy compacto por dentro, con la defensa lejos de su portería, y formaba un 4-4-2 en el que Niang retrocedía bastante para impedir a Joaquín encarar mano a mano a Zeffane. Los franceses permitían al Betis posesiones muy largas de sus tres centrales, que ganaban fácilmente la salida libre por los costados.

Con el paso de los minutos los béticos fueron ajustando su presión postpérdida sobre los defensas y mediocentros franceses, poderosos pero de escasa calidad para la salida de balón. El partido se jugaría en ese terreno: el Betis defendía hacia delante, de modo que si los franceses eran capaces de salir jugando la velocidad de sus puntas podía hacer estragos, pero de lo contrario el Betis monopolizaría la posesión. Sucedió lo segundo, y cuando no sucedía los béticos –por fin– interrumpirían con faltas la progresión del rival. El partido acabó con un tremendo 75-25% de balón favorable al Betis.

Sin embargo lo mejor del equipo durante esos 75 minutos no fue, claro está, la mera posesión. Fue que por fin corrigió determinados problemas aquí señalados y que habían hecho poco efectiva esa tenencia del balón en los últimos tiempos. Cuanto menos se mejoraron cuatro puntos:

1) Aunque la circulación fue lenta, especialmente por causa de un Javi García en mal momento y de un Carvalho que necesita partidos para coger forma, sí se intentaron esta vez cambios de juego hacia los carrileros, Joaquín y Junior (sustituido en ese rol por Guardado tras la lesión del dominicano, lo que retrasó a Canales al puesto de mediocentro derecho para hacer sitio a Lainez como delantero por la derecha). Así se llega más y mejor, y se castiga además el físico del rival.

2) Se amenazó con cierta profundidad por banda, donde la mera presencia de Joaquín y la potencia de Junior obligaron a desgastarse a los franceses para hacer ayudas a sus laterales.

3) Se hicieron desmarques de ruptura y se intentó –y logró en muchos casos– meter balones a la espalda de la defensa rival, particularmente por parte de Sidnei. Con ello no solo se crearon ocasiones claras (como el palo de Canales), sino que se hizo dudar a la defensa francesa a la hora de cerrar los espacios de recepción entre sus dos líneas de cuatro.

4) Se aprovecharon los robos por presión alta para lanzar minicontragolpes (en el 2-1, por ejemplo, pero no solo), algo que apenas se veía desde Milán y que es un método de creación de ocasiones importantísimo en este fútbol (Busquets es un especialista, de hecho): aunque haya cierto riesgo de pérdida y descontrol, coger al rival abriéndose en la salida y con la defensa mal escalonada es una situación favorabilísima, mucho más que enfrentarse a la típica defensa cerrada que encara el Betis rutinariamente.

De esos cuatro mecanismos y del balón parado –en los córneres el Betis ha recuperado, felizmente, el mecanismo de zurdo y diestro para extraer a dos defensas del área, con excelentes resultados– surgió una sucesión espaciada pero continua de ocasiones. Cansado de bascular de lado a lado y de correr tras el balón el Rennais no tuvo al final fuerzas ni siquiera para mandar gente a las contras. El Betis perdió algo de profundidad con los minutos, Barragán entró (lógico cambio) por un Joaquín al que se exige un duro trabajo como carrilero, y tras el 3-3 los béticos decidieron no tomar más riesgos.

Momentum ofensivo de Betis (azul) y Rennes durante el partido según sofascore.com: la superioridad bética es manifiesta.

Individualmente hay que destacar el partido de Sidnei, bien con balón y sin él, la personalidad y buena elección de jugada de un Lainez que promete muchísimo, el excelente partido de Lo Celso y la regularidad de Canales. Loren no vio puerta pero dejó otra maniobra de las suyas en el 2-1. Hay que lamentar la recaída en su lesión de Junior.

El detalle
No pretendemos darle un valor decisivo, pero una vez más el juego bético fluyó mejor con dos mediocentros por delante de los tres centrales que con solo uno. Si el doble pivote paralelo por delante de defensa de cuatro es anatema en el mundillo posicionalista (no habrá atacado así el Barça más de una docena de veces en una década), no se entiende muy bien esta afición a sacar el balón con un mediocentro único por delante de la defensa de tres, que provoca los mismos problemas posicionales: mal reparto de espacios (incluso arriba: las parejas de interiores y de delanteros se pisan los terrenos en el 3-1-4-2) y obturación de la salida de un central.

Los comentarios son bienvenidos. En Twitter, @juanramonlara7.

viernes, 8 de febrero de 2019

Betis 2 - Valencia C.F. 2 (ida de semifinales de Copa)

BETIS(2): Robles; Mandi, Bartra (Javi García, m. 10), Sidnei; William Carvalho; Joaquín, Canales, Guardado, Junior (Francis, m. 78); Lo Celso y Loren (Jesé, m. 77).
VALENCIA C.F. (2): Jaume; Piccini, Garay, Gabriel Paulista, Gayá; Carlos Soler (Wass, m. 77), Coquelin (Kondogbia, m. 58), Parejo, Cheryshev; Rodrigo y Santi Mina (Gameiro, m. 58).
Goles: 1-0, m. 44: Loren. 2-0, m. 54: Joaquín. 2-1, m. 69: Cheryshev. 2-2, m. 91: Gameiro.
Árbitro: Del Cerro Grande (Comité Madrileño). Amonestó a Junior, Rodrigo, Carlos Soler y Parejo.
Incidencias: 57.100 espectadores y muy buen ambiente.

Jugó el Betis un buen partido ante un rival de alto nivel y logró un empate que sabe a poco tras haber tenido la eliminatoria en sus manos.

Primera media hora
Muy valiente, Quique Setién decidió recuperar a Junior y colocar a Joaquín como carrilero derecho para dar profundidad al ataque bético ante un Valencia previsiblemente muy cerrado por dentro, como pudimos verlo días antes en el (otro) 2-2 ante el Barcelona:


Efectivamente –al fin y al cabo Marcelino no es más que un Bordalás con mucho más dinero para fichar– así se colocó el Valencia durante la mayor parte del partido: un 4-4-2 compacto y muy cerrado por dentro que ofrecía grandes espacios por fuera, sobre todo, claro está, en el lado contrario al del balón.


Sin embargo al Betis le falló la otra pieza clave en su táctica: la circulación rápida de pelota. Fuera de forma, Carvalho estuvo especialmente lento, y ni él ni los centrales buscaron casi nunca la jugada marcada por la flecha roja: los cambios de juego hacia el flanco débil de la defensa. Tampoco favoreció mucho a Carvalho su posición, una vez más como pivote único (círculo azul) de ese 3-1-4-2 que inevitablemente solapa ciertas posiciones ofensivas. Es siempre interesante observar el passmap de @11tegen11:


Como se observa (grosor de las flechas) el portugués retrasó hacia Javi García muchos más balones de los que recibió de este, y apenas jugó en largo hacia Joaquín y Junior. Como consecuencia la circulación bética era premiosa, y las buenas basculaciones laterales del Valencia llegaban a tiempo sin causarle gran desgaste físico.

Ese fue el escenario posicional en el que transcurrió la mayor parte del partido, esto es, balón en posesión del Betis. Otra cosa muy distinta sería la fase defensiva bética. Ante un equipo, como el Valencia, que te ataca desde el 4-4-2 hay dos maneras básicas de emparejar jugadores: la valiente, mano a mano en todo el campo, y la más conservadora, dejando un hombre de más atrás. Las opciones eran pues estas:

 Modo I. Mano a mano en todo el campo: 4-4-2
  
Modo II. Dejo al rival alargar sus posesiones pero gano un jugador atrás: 5-4-1

Casi todos los equipos presionan del primer modo en ciertas situaciones como los saques de puerta, pero pocos se atreven a mantenerlo en todas las fases del juego defensivo como hizo ayer el Betis. A cambio de ello Bartra y Sidnei se vieron expuestos a un peligroso dos contra dos durante todo el partido, ante frecuentes balones cruzados hacia el área y luego ante la velocidad de los puntas valencianistas, más sufrida aún por la pronta ausencia de Bartra.

Joaquín, por otra parte, no se veía expuesto al verdadero rol de carrilero: emparejado con Gayá, sus movimientos y los de Mandi se asemejaban a los de los extremos y laterales de Guardiola en el City; sin embargo el portuense, con cierto exceso de celo, cubriría a veces demasiados metros de banda, sufriendo un desgaste que luego pagaría caro.

Durante veinticinco minutos el Betis domina la posesión de balón y el Valencia rara vez se estira y se va arriba, pero en un arreón visitante al filo de la media hora el Betis concede un manojo de ocasiones de gol, mala costumbre de los béticos (sucedió por ejemplo en casa en octavos ante la Real) que no acaba de solucionarse.

Segunda media hora de partido
Pasado ese mal rato el Betis sube el ritmo y las basculaciones valencianistas empiezan a llegar tarde; la presión postpérdida del Betis vuelve a encerrar al Valencia y se logra cada vez mayor profundidad. Tras un asedio progresivamente más estrecho llegan las ocasiones, y con ellas dos goles generados desde el córner. Durante los minutos siguientes al 2-0 el Betis da una lección de colocación ofensiva, timing en el pase y, en fin, conservación del balón ante un rival que pese al resultado no pierde el sitio ni se va arriba.

Última media hora de partido
Marcelino refresca a su equipo sin tocar el esquema y mete arriba a Gameiro, aún más veloz que Mina. El Betis sigue tratando de tener el balón, de jugar en campo rival e incluso de buscar el tercer gol, aun a costa de sus sabidos riesgos en la salida de pelota y de dejar espacios a los puntas valencianos.

Setién gasta los dos cambios restantes en relevar al cansado Loren y a un Junior recién salido de lesión, pero, sorprendentemente, no pasa al modo segundo de defender como suele hacer cerca del final cuando el marcador es favorable. Alrededor del minuto 80 quien esto escribe fue testigo de indicaciones de Jesé a Lo Celso con las que parecía ordenarle que se retrasara por la derecha; es posible que fuese un intento de pasar al segundo modo de defender (5-4-1 en este caso), y de hecho Joaquín sí se retrasó hasta posición de carrilero en muchas jugadas defensivas –emparejado con Cheryshev–, aunque, sin la colaboración de Lo Celso, solo logró cansarse aún más y dejar espacio para las subidas de Gayá:


Fuera como fuese el Valencia comienza a hacer daño por ese sector y en dos ataques rápidos tras recuperación por la zona logra el empate: primero tras una clara falta sobre Mandi, y luego con un gol sobre la bocina.

Línea por línea
Un Joel excelente mantuvo al equipo de pie en los momentos complicados. Los centrales, muy expuestos a la velocidad valencianista, estropearon un poco al final su muy buen partido, aunque las prestaciones de García no llegaron a las habituales de Bartra.

Carvalho volvió a ser el jugador pesado y poco ágil de las primeras jornadas; sin duda es hombre que tras lesión necesita partidos para ponerse a punto, y estorbó más que aportó al juego. En los costados Junior percutió poco aunque bien, y Joaquín dio más de lo que podía; tal vez hubo de ser cambiado. Su gol olímpico, aunque raro, quedará para el recuerdo, y desde su viejo extremo derecho dejó dos o tres centros maravillosos, aunque lamentablemente el Betis tuvo muy poca llegada al remate en jugada.

Canales sigue en gran forma física y castigó al Valencia cuando le dieron espacios, aunque su juego no tuvo siempre continuidad. Sí la tuvo, aunque sin la brillantez del cántabro, Guardado. Lo Celso, muy arriba, tuvo muy pocos espacios. Loren estuvo muy aislado en la punta y aportó poco más que el gol. Francis y Jesé cumplieron.


El detalle
El primer gol del Betis llegó tras una buena ejecución del mecanismo de dos contra uno en el córner que hemos reclamado durante años en este blog y que ya dio sus frutos (sin siquiera llegar a ejecutarlo) en esta misma competición hace pocos meses. Los béticos parecían haberlo olvidado. En esta ocasión el acompañante de Joaquín en la jugada no fue el habitual Guardado, sino Canales.

domingo, 3 de febrero de 2019

Betis 1 - Atlético de Madrid 0 (22ª jornada de LaLiga)

BETIS (1): Pau López; Mandi, Bartra (Sidnei, m. 51), Feddal; Guardado; Barragán, Canales, Kaptoum, Francis (Junior, m. 72); Sergio León y Joaquín (Javi García, m. 83).
ATLÉTICO DE MADRID: Oblak; Arias (Filipe Luís, m. 46), Giménez, Lucas Hernández, Juanfran; Correa (Kalinic, m. 75), Rodrigo, Thomas, Lemar (Vitolo, m. 62); Griezmann y Morata.
Gol: 1-0, m. 65: Canales, de penalti.
Árbitro: Medié Jiménez (Comité Catalán). Amonestó a Arias, Correa, Lucas Hernández, Mandi, Junior, Sergio León y Pau López.
Excelente entrada (50.900 espectadores), con buena presencia de atléticos, y tarde primaveral.

Hizo un buen partido el Betis ante uno de los mejores equipos de Europa y cosechó un excelente resultado, especialmente si se consideran las circunstancias en las que hubo de disputarlo. Lo apretado de la clasificación de LaLiga da más valor aún al triunfo.

Primera hora de juego
Y es que el exceso de partidos y el corto número de jugadores ha provocado una tremenda sobrecarga a la plantilla bética. La combinación de lesiones, fatiga muscular y rotaciones obligó a Setién a confeccionar una alineación de circunstancias sin Sidnei, Junior ni Lo Celso, una vez más con Francis como carrilero a banda cambiada y aun así con jugadores con muchos kilómetros en las piernas, como Canales y Mandi.

Enfrente Simeone podía contar con un once bien descansado. Los atléticos jugaban su habitual 4-4-1-1 (más bien 4-4-2 en defensa), esta vez con Juanfran como lateral izquierdo (a pie cambiado), y con su típica disposición ofensiva: un mediocentro posicional (Rodri), un tanque arriba (el debutante Morata, por cierto jugador muy adecuado al estilo de Simeone) y por detrás de él un enjambre de jugadores interiores: Lemar algo echado a la izquierda, Correa a la derecha, Griezmann libre en la mediapunta y Thomas algo más atrás pero también bastante libre.

Enfrente Setién nos engañaba con la colocación en el saque de centro:


Los béticos simulaban un 3-4-3 (o 5-2-3), pero pronto el juego real evidenciaría que Joaquín iba a situarse mucho más arriba que Canales, y prácticamente a la altura de León. Canales y Kaptoum quedaban a derecha e izquierda de Guardado, muy centrado este, formando pues un claro 3-1-4-2 que significaba un arriesgado emparejamiento en todo el campo: los dos delanteros béticos quedaban descolgados junto a los centrales atléticos, incluso cuando la jugada les rebasaba al defender, dejando entonces que se jugara un ocho contra ocho en el resto del campo.


A cambio los béticos apretaban bastante arriba a los atléticos y tan solo durante un pasaje del primer tiempo les permitieron cerrar su nuevo círculo virtuoso de posesión en campo bético y presión potpérdida. Durante el resto de la primera parte y el primer tramo de la segunda el escenario del partido sería el previsible a priori: una especie de armisticio provisional en el que el Betis se sentía a gusto con sus posesiones defensivas –en las que el balón circulaba sobre todo por su parte trasera, sin excesivos riesgos– e igualmente el Atlético estaba cómodo sin balón, con su bloque medio bien juntito por dentro. Los colchoneros, como tantos otros equipos, permitían al Betis ganar el tres contra dos de salida de balón por la parte izquierda, sabedores de que ni Feddal es demasiado peligroso al conducir hacia arriba ni menos aún Francis, una vez más inoperante en ataque a pie cambiado, crearía el menor peligro por su costado. El Betis trataba de evitar pérdidas en zonas interiores y de cargar el juego por la derecha. Salvo algunos accidentes como un remate de Feddal muy al inicio (espectacularmente salvado por el gran Oblak) el partido transcurría sin apenas sobresaltos.

Última media hora de partido
El Atlético corrige laterales al descanso con la entrada de Filipe Luís. Una clara ocasión de Canales al borde de la hora –en una jugada de pases aparentemente fáciles típica de este Betis– hace de toque de corneta para el inicio de las hostilidades. Muy pronto llega lo insólito: un error defensivo del Atlético, en forma de penalti absurdo, que Canales aprovecha.

El Betis pasa a su modo defensivo de las medias horas finales cuando el marcador va bien: retrasa a Joaquín a la banda izquierda y monta un 5-4-1 en el que Juanfran y Filipe Luís son seguidos durante bastantes metros por Joaquín y Canales. Sin nada que perder, Simeone monta luego un 4-3-1-2 con Thomas y Vitolo en los costados y Griezmann por delante de Rodri, y más tarde Setién refuerza el físico de su centro del campo con Javi García. El partido alterna dos tipos de fases: el Betis, fiel a su manera de jugar y con notables riesgos en la salida, sigue tratando de conservar la posesión durante muchos tramos; pero en otros el Atlético logra encerrarlo cerca de su área –los béticos con las líneas muy juntas– y obligarlo a quitarse el balón de encima cuando lo recupera; pese a ello, de la combinación de espesura de los atléticos –no es el ataque posicional la especialidad de los de Simeone– y buen desempeño defensivo de los béticos resultan escasas ocasiones claras, casi todas en barullos por el centro bien resueltos por Mandi, Sidnei y Feddal.

Línea por línea
Pau mantuvo la calma con pies y manos, y tuvo una tarde relativamente plácida. Los centrales fueron de nuevo lo mejor del equipo, en particular Mandi. Feddal interviene casi siempre con acierto en defensa y ocupa mucha área, aunque su tendencia a recular no es coherente con el modo de defender de sus compañeros. Bartra salió llevándose la mano al muslo, aunque Sidnei lo suplió perfectamente.

Francis hizo un mal partido en ataque, aunque cumplió en defensa. Por suerte Junior está de vuelta. Barragán hizo su típico encuentro de veterano con mucho oficio. Kaptoum alternó pérdidas peligrosas (sobre todo en el primer tiempo) por falta de claridad en el juego a dos toques con sus característicos desbordes gracias a su potencia y tren inferior corto; en defensa cubrió campo bien. Guardado se enredó cuando quiso conducir pero soportó bien la siempre incómoda presión del Atlético, y Canales hizo, simplemente, un partido excelente, con magníficas acciones individuales durante todo él.

Joaquín y León trabajaron bien aunque pocas veces superaron a la defensa atlética, algo por demás normal. León estuvo rápido en el desmarque, buen alternativa dada su dificultad para la recepción de espaldas.

Tal vez la prudencia por posibles lesiones tenga que ver en ello, pero llama la atención la resistencia de Setién a hacer cambios antes del minuto 70. García tapó bien por el centro muy al final.

Los comentarios son siempre bienvenidos. En Twitter, @juanramonlara7.