La manta pequeña de Setién
Vista en diferido y con mucho retraso la derrota del Betis en Valencia vale al pena hacer algunas anotaciones sobre el partido.
Aunque aquí no somos muy partidarios de analizar los partidos desde las alineaciones es evidente que Setién tomó en ella medidas para que la dinámica fuese muy diferente de la del encuentro de ida ante los levantinos, e incluso que la de encuentros más o menos recientes. Cualquier esquema puede ser ofensivo o defensivo según los jugadores que ocupen sus posiciones, y las intenciones del cántabro fueron muy defensivas a la vista de la planilla del domingo pasado: no solo jugaron tres centrales prácticamente puros, sino dos carrileros con mucha más vocación defensiva que ofensiva –Barragán y Junior, en lugar de Francis y Durmisi, por ejemplo– y, sobre todo, un mediocentro muy posicional y defensivo, como es Javi García. Pese a que el murciano hizo un partido aseado con balón y a que la baja de Guardado pudiese justificar su presencia, el hecho de jugar con tres centrales (y no dos) por detrás lo obliga a un juego entre líneas –mucho más difícil que ver el juego simplemente de cara– para el que no está capacitado.
Pese a ello el Betis se ubicó bien en ataque, a partir de un 3-4-3 (5-4-1 en defensa) en el que Fabián y el citado García ocupaban el doble pivote, y Joaquín (izquierda) y Camarasa los flancos de la delantera; incluso su cuidado del balón fue mucho mejor de lo que podía suponerse en vista de tal alineación: el trabajo da sus frutos, y este equipo es capaz de tocar bien la pelota y practicar un correcto juego de posición en casi todas las circunstancias. El Valencia jugó su cerrado 4-4-2 habitual, sin problema alguno en cederle el balón al Betis (más aún tras el 2-0 apenas iniciado el segundo tiempo), y los equipos quedaron emparejados con claridad en ataque y defensa: Loren ensuciaría la salida de los dos centrales valencianistas como Rodrigo y Mina la de los tres centrales béticos; Fabián y García quedarían ante Parejo y Kondogbia, los laterales valencianistas serían marcados y marcarían a Joaquín y Camarasa, y los carrileros béticos defenderían, bien atrás, a los extremos locales. En la imagen, el 5-4-1 defensivo del Betis: emparejamientos en negro y superioridades/inferioridades en rojo.
El punto inferior de calidad ofensiva produjo en el Betis, por segundo partido consecutivo, falta de ritmo de circulación de balón, de suerte que toda ventaja conseguida en la salida de este acababa cancelada por el buen repliegue valencianista. El buen toque general y el, a veces, exquisito de Fabián y Joaquín era muy estético y académico pero casi nunca ponía en problemas al trabajadísimo sistema defensivo valenciano, siempre en superioridad numérica. La manta pequeña tapaba los pies del Betis (el partido no se parecía en nada al 3-6 de la ida) pero le destapaba la cabeza: lejos queda la brutal producción ofensiva del Betis de la primera vuelta.
Aunque el Valencia no lograba gran cosa en sus ataques posicionales, atascada la salida en conducción de sus centrales por sus propios mediocentros, poco le importaba porque las veces que lograba salir de la presión tras pérdida bética llegaba, a toda velocidad, en superioridad numérica arriba. Estos sí son riesgos propios del sistema de juego bético, y la jugada del 1-0 fue paradigmática: varios errores consecutivos pusieron en bandeja el gol por la vía favorita de Marcelino, el castigo del fallo ajeno. En este caso: primero el equipo está mal situado para esa contrapresión tras la pérdida (y no es precisamente Mandi, que reacciona bien, el culpable); luego no molesta al conductor del balón por el carril central; y finalmente Amat yerra al corte.
En la segunda parte Setién trató de cambiar el curso del partido con alteraciones del esquema: primero un 3-1-4-2 con Castro y Loren arriba y Joaquín y Fabián como interiores, y luego un 4-4-2 para ir a la presión alta siempre, con Tello y Joaquín como extremos, pero el Valencia siempre tuvo el dominio táctico.
Aprovechamos esta entrada para advertir de que los próximos partidos serán analizados probablemente también con bastante retraso. Los comentarios son bienvenidos. En Twitter, @juanramonlara7.
Yo creo que la clave del bajón de estos dos últimos partidos ha sido porque tras la baja de Guardado, Setién a colocado a Fabián en el lado izquierdo dejando de jugar "a pie cambiado"
ResponderEliminarPuede que sea casualidad pero el canterano por la izquierda no tiene el mismo recorrido y no distribuye a la misma velocidad.
Hoy en el partido con el Alavés.. ya ha vuelto a su sitio y la cosa cambia.
Saludos
Ahí tiene el Betis un curioso problema: le sobran zurdos. Porque si no es Fabián es Guardado o Boudebouz, que pasa por esa zona también, pero alguno ha de jugar a pie natural por dentro. Yo noté eso contra el Valencia, que García y Fabián empezaban a pie cambiado y luego, no sé a cuento de qué (¿cosas defensivas?) se cambiaban. Por dentro se juega mejor a pie cambiado. Abre más ángulo de pase.
ResponderEliminarQue vuelva Guardado, sí...
;)
JR