BETIS: Dani Giménez; Rafa Navarro, Pezzella (Mandi, m. 46), Tosca, Durmisi; Brasanac, Petros; Joaquín (Nahuel, m. 87), Dani Ceballos, Cejudo (Jonas Martin, m. 80); y Rubén Castro.
Goles: 1-0, m. 7: Douglas. 1-1, m. 22: Rubén Castro. 1-2, m. 59: Rubén Castro. 2-2, m. 79: Carmona.
Árbitro: Iglesias Villanueva (Comité Gallego). Amonestó a Cejudo y Durmisi.
Incidencias: 16.000 espectadores en el estadio de El Molinón, con una amplia presencia de béticos.
Cerró el Betis su muy decepcionante temporada con un más que aceptable partido, en el que mereció vencer. La falta de tensión competitiva y un rival muy limitado quitan, eso sí, valor al juego del equipo, que además perdió con el empate la ocasión de adelantar a Las Palmas en la clasificación –asunto relevante en lo económico–.
El partido tuvo un transcurso bastante uniforme en lo táctico, con dominio territorial mayormente bético, aunque en ciertas fases el Sporting presionó bastante arriba, con éxito a veces –primera parte hasta el 1-1– y sin él otras como en los minutos finales del partido, en los que el Betis superó claramente a los locales y contó con muchas ocasiones.
Los instantes iniciales de los partidos ofrecen con frecuencia una foto de los esquemas que van a jugar los equipos durante el partido, y ese fue el caso ayer:
Al ser el Betis quien saca, el Sporting se sitúa en un 4-1-4-1, tendente al 4-3-3 cuando eran los asturianos quienes tenían la posesión, aunque Cases jugó algo más arriba que Sergio Álvarez –más claramente luego Çop–. Pero más interesante para los béticos es el modo de colocarse de los suyos, porque confirmó (si había dudas) que nada de lo aquí escrito hace una semana era casual. Los verdiblancos repitieron el llamado 4-2-3-1, pero bien jugado tanto en defensa como en ataque. En defensa se transformaba en un 4-4-1-1 bien estudiado en el que Ceballos cerraba habitualmente al mediocentro Vesga y Castro ensuciaba y orientaba la salida de los centrales lo suficiente para que pocas veces fuera del todo limpia.
En ataque el 4-2-3-1 no era tal, afortunadamente, porque un doble pivote paralelo suele atorar la salida de balón por diversas razones (distancia mal a los hombres de dentro, impide la salida en conducción de los centrales, mete mucha gente por detrás del balón en el arranque de la jugada...). Sin embargo se puede defender con doble pivote y atacar en 4-3-3, como fue el caso, sencillamente haciendo escalonarse a los dos mediocentros: como ejemplifica ese inicio de partido, en fase ofensiva Petros se situó en posición centrada más atrasada, como pivote único, y Brasanac atacó como verdadero interior derecho, dejando los espacios propios del interior izquierdo a Ceballos. Joaquín y Cejudo eran los extremos y Castro el punta. Coherentemente con esa punta de poco porte físico el Betis, como hace una semana, trató de jugar siempre por abajo, en general con bastante éxito.
Como único problema táctico ofensivo hay que anotar la escasa llegada al remate de los extremos, que en este esquema deben defender en el centro del campo y llegar arriba como delanteros más que como extremos clásicos abiertos. Cejudo, empujado por las caídas a la izquierda de Rubén, tendió a meterse en zonas retrasadas; Joaquín a veces se abrió demasiado, pisándole los espacios de subida a Navarro, y otras se metió en la región del interior derecho, movimiento muy bien compensado por Brasanac –al modo de Rakitic con Messi en el Barça– subiendo arriba como delantero:
Con muy buen criterio Brasanac subió a veces a posiciones de delantero para alejarse de sus compañeros en fase ofensiva.
Como peor defecto de los béticos hay que anotar su escasa solidez defensiva: un equipo muy corto de calidad como el Sporting le creó ocasiones con demasiada facilidad desde su ataque estático en ciertos tramos del partido, como el arranque.
Jugador por jugador
Giménez: Bien, aunque sin brillantez. Muy metido en el partido, detalle revelador de su aplicación como suplente.
Navarro: Bien en defensa y aceptable en ataque. Es rápido en corto, algo importante en su puesto.
Pezzella: Buena primera parte. Más paciente con balón.
Tosca: Ocupa poco campo para jugar de central, pero la saca muy bien en conducción. O sea, es lateral izquierdo.
Durmisi: Su fallo final le afea un partido en el que percutió mil veces por su banda, algo mucho más dañino para el rival de lo que parece. Con cuatro atrás sufre más en defensa, como es natural. Diversos indicios señalan que este ha podido ser, desgraciadamente, su último partido en el Betis. En su caso habrá que conformarse con su recuerdo cuando veamos los resúmenes de la Premier.
Petros: Cumplió como pivote, aunque el puesto impide desplegar su hiperactividad defensiva.
Brasanac: Con balón no siempre acierta, pero sin él es un manual de movimientos.
Joaquín: Mal partido, aunque adornado por destellos de su calidad. Su brutal aceleración tras la bicicleta ya no existe, y eso lo penaliza como extremo. En sus condiciones actuales y en esquemas de un solo punta nato, ¿mejor a pierna cambiada?
Ceballos: En otro partido irrelevante otra exhibición sobresaliente. Dio un verdadero recital de pases, regates, disparos y recuperaciones, y esta vez casi todo con sentido.
Cejudo: Poco, pero intencionado.
Castro: Muy buen partido. Metió dos y anduvo cerca de otros dos.
Mandi: Aplicado. Poca presencia para su puesto.
Jonas: Bien, y muy cerca del 2-3.
Nahuel: Nada.
Alexis: De nuevo mostró voluntad de jugar buen fútbol y buenas ubicaciones para lograrlo, aunque de nuevo es difícil juzgar el valor del partido.
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