SEVILLA (4): Sergio Rico; Mariano, Rami, Kolo, Escudero; Iborra, Nzonzi;
Reyes (Krohn-Dehli, m. 73) , Banega (Kakuta, m 63), Konoplyanka; y
Llorente (Gameiro, m. 73).
BETIS (0): Adán; Piccini, Pezzella, Bruno, Vargas; Digard (Kadir, m.
59), Petros; Joaquín, Dani Ceballos (Fabián, m. 46), Portillo; y Rubén
Castro (Jorge Molina, m. 82).
Goles: 1-0, m. 4: Reyes. 2-0, m. 34: Rami. 3-0, m. 73: Gameiro. 4-0: m. 89: Kakuta.
Árbitro: Mateu Lahoz (Comité Valenciano). Amarillas a Rubén Castro e Iborra.
Unos 40.000 espectadores en el estadio Ramón Sánchez-Pizjuán, incliidos unos 500 seguidores del Betis.
Empeñado en los últimos años en que su afición conozca nuevos sufrimientos en cada visita a Nervión, el Betis experimentó ayer la humillación de ver a su equipo goleado por un eterno rival misericordioso que jugó a medio gas.
Ni siquiera el apaciguamiento por las horas pasadas logrará que hagamos el análisis pormenorizado habitual que, esta vez, no merece la pena. La inferioridad bética fue tan manifiesta que cuestiones como las actuaciones individuales o los esquemas de juego quedan en segundo plano. En lo anímico, en lo táctico y en lo físico el equipo bético (ayer, el titular) se encuentra ahora mismo a años luz incluso de un Sevilla que no está en su mejor momento, reservó hombres y jugó con el freno de mano echado. La responsabilidad del debutante Juan Merino existe (aun parcial) en el aspecto anímico, pero evidentemente lo táctico y lo físico son responsabilidad del equipo anterior, al que deberemos olvidar en todo caso lo antes posible.
Y es que el Betis, víctima otra vez de un gol tempranero, lo intentó siempre pero no tuvo convicción nunca. Ni su presión media ni la alta de la segunda parte (algo mejor coordinada) funcionaron, y en ataque jugó a la mentira, a un tiquitaca falso de balón al pie y ritmo de veteranos. Evidentemente tienen mucho que ver en ello las carencias físicas de la plantilla, formada en gran parte por mayores de treinta y carente de gente habituada al desmarque de ruptura; pero si cuando menos esos problemas físicos se compensaran con la sabiduría táctica que también suele proporcionar la edad podrían paliarse sus efectos.
Muy al contrario, los béticos ayer actuaron tácticamente como juveniles inmaduros, y bien hace Merino en preocuparse por ello. En defensa mostraron descoordinaciones graves en la presión (¿cuántas veces en los últimos partidos se ha visto a dos delanteros béticos presionar al mismo defensa?), encabezadas por un Ceballos que corre, y mucho, hacia delante sin la menor reflexión sobre lo que tiene a su alrededor, y por un Joaquín perennemente colocado en una tierra de nadie en la que ni sigue a su lateral ni presiona al central. En el extremo contrario hombres como Vargas dan metros al rival para esconder sus carencias. En un caso y otro el resultado es una falta de solidaridad y coordinación colectiva que da ventajas al rival.
En ataque las carencias son más graves, si cabe. Bien está formar un equipo lleno de jugones, habituados a pedirla cortita y al pie. Pero es inconcebible que estos piensen que la manera de apoyar al compañero sea acercarse hacia su posición, de espaldas a portería, sin ganar metros, sin romper líneas, sin abrir espacios (todo lo contrario: ahogando la zona de posesión), sin más aspiración que soltar el balón hacia otro compañero –y casi siempre en peores condiciones que cuando lo recibieron–. A tal juego mentiroso se dedicaron con especial empeño Ceballos y Portillo, y naturalmente las consecuencias fueron posesiones estériles en zonas inocuas y nula presencia física en las zonas importantes, esto es, las áreas, donde el Sevilla siempre tuvo superioridad numérica. Si a ello añadimos que los sevillistas eran casi todos más altos, más fuertes y más rápidos que los béticos se explica que el Betis no se asomara al área rival y que los locales marcaran en cuatro de las seis o siete veces que lo hicieron.
Individualmente cabe destacar el nulo rendimiento (feo asunto) de los dos pilares del equipo, Adán y Castro; el portero, desconcentrado, bien pudo parar al menos dos de los goles recibidos. No mejor fue el juego, ya descrito, de la línea de mediapuntas, y si cabe salvar algo sea el esfuerzo de Petros y la potencia de Piccini, el único jugador capaz de ganar metros.
De cara al futuro resultan especialmente preocupantes los aspectos anímicos: la actuación ayer de los cabecillas de la plantilla, la experiencia anterior con Mel y casos paralelos (uno no puede evitar pensar en la relación Chelsea/Mourinho) hacen temer que la ruptura de la tupida red de fidelidades personales tejida estos años traiga consecuencias. En lo táctico, lo físico y lo estratégico hay carencias muy evidentes que, mucho más allá de posibles fichajes salvadores, sólo se paliarán con un buen entrenador y mucho trabajo.
Los comentarios son bienvenidos. En Twitter, @juanramonlara7.
Pues no se si es por el empuje de ver fuera al timo de Mel o por mi natural positivismo... vi ciertos cambios positivos.
ResponderEliminarQue en las dos primeras llegadas tras sendos rebotes cayeran dos goles.. cambia el cuento
Tacticamente vi incorporaciones en los laterales con cierto sentido de combinación de ataque.
Hubo muchos disparos de la segunda linea que no habíamos presenciado.
La presión mucho mas adelantada pudo provocar algunas llegadas interesantes.
Me gustó ver a un tímido Fabián y a Portillo corriendo como gacelas.
Quiero ser positivo. Tampoco es normal que lleguen 5 veces y metan 4 goles
Este finde podremos ver la linea del equipo.
Esta vez disentimos, me temo. Yo no vi nada positivo. Nada de nada. Que llegaran seis veces y metieran cuatro puede si acaso servir de coartada, pero no tiene nada de bueno (y menos si miramos al portero). Los disparos béticos eran de mentira; Rico no tendrá un partido más cómodo en toda su carrera.
EliminarSólo veo de bueno que ya pasó.
Saludos
JR
Mel, Garrido, Calderón, Velázquez y otras vez Mel... esto es lo que ha pasado últimamente por el banquillo del Betis "de aquellos barros estos lodos".
ResponderEliminarEl mismo Merino reconoce que el equipo no tiene asumido conceptos táctico básicos. Algo que tampoco hay que ser muy iluminado para verlo pero es el primero que se sienta y lo reconoce.
Me da pena Merino porque se ha comido el marrón, pero al menos él es fiel reflejo de lo que siente el aficionado, y supongo el tiempo que esté en el primer equipo se lo hará saber a los jugadores.
Necesitamos un entrenador que llevamos mucho tiempo sin ninguno, y necesitamos un psicólogo para levantar a los pocos salvables de esta plantilla... porque si encima Adán deja de parar, apaga y vámonos.
Y jugadores como Figueras, Torres, Matilla y Molina que descendieron al Betis siguen en plantilla...
Ya no es cuestión de despotricar contra Maciá o contra Ollero. Soy de los que piensan que si Messi viene al Betis se mediocriza en un par de partidos.
Llevamos en la dinámica negativa no sé cuanto tiempo, incluso en segunda el equipo nunca dió la sensación de confianza ni de estar en una de dinámica positiva.
Ánimos a todos. Y mucho Betis.
Bueno, esos no sólo descendieron al Betis: presuntamente lo vendieron, que es muchísimo más grave.
EliminarYo tampoco quiero ponerme hipernegativo. Creo que evidentemente el Betis de Mel de hace seis meses SÍ dio sensación de confianza y estufvo en dinámica positiva. Creo que perdió dos partidos de veinte, o algo por ese estilo.
Me temo que aquí se juntan dos problemas: un Betis estructuralmente mal gestionado con un Sevilla excepcionalmente bien gestionado, que para nosotros se convierte en un problema grave pero no es cosa nuestra. Creo que es momento de tener la cabeza fría.
Saludos y ánimos.
JR
Siento decir que yo ayer no aprecié ningún signo positivo en el equipo. Ni Portillo jugó bien en mi opinión (en realidad creo que jugó a lo peor que se puede jugar en primera división, es decir, al fútbol de mentira de dársela al compañero que está más cerca, si es en horizontal o hacia atrás, mejor) ni vi sentido alguno a las incorporaciones de los laterales (las cabalgadas de piccini, al que mucha gente critica sin razón, en mi opinión, eran fruto de su potencia física descomunal pero no del juego colectivo del equipo). Sí que observé, sin embargo, todos y cada uno de los defectos que JR comenta en su acertadísima (por contenido como de costumbre pero sobre todo, en esta ocasión, por enfoque) crónica.
ResponderEliminarPor supuesto que no quiero culpar a Merino del desastre de ayer. Faltaría más. Ahora bien, considero que Merino no puede ser la solución de este equipo. creo que pensar que sí puede serlo y esperar unos cuantos partidos a ver qué tal lo hace el equipo es, de hecho, el problema fundamental que afecta a este club. Creo que necesitamos un entrenador de categoría y con experiencia dispuesto a trabajar mucho para intentar no descender a segunda. Cualquier elección de entrenador es susceptible de error, pero algunas apuestas (Merino, Garrido, Calderón, Velázuquez, Juanito, Bjelica) lo son muchísimo más que otras (Juande Ramos, Bielsa, Laudrup).
Así que, a gastarse el dinero prioritariamente en fichar a un entrenador de nivel para salvarse y dejar otras cuestiones (finiquitos de futbolistas que no sirven y fichajes de otros nuevos) para el verano, si es que nos salvamos.
Muchas gracias, Javi. Se aprecia. Hoy (ayer ni te cuento) no era día de hablar de si el 4-2-3-1 era simétrico o asimétrico, porque evidentemente los problemas eran muchísimo más graves.
EliminarEfectivamente yo no vi nada bueno; y las subidas de Piccini me parecieron también mero impulso personal. Y tambiñen pienso, como tú, que hay que empezar por traer un buen profesional inteligente y trabajador. Merino es un melón por calar, y no estamos para melones por calar; no obstante creo que tener a un "profe" habituado a trabajar con chavales le va a venir muy bien a un equipo en el estado de este, siempre que los jugadores se lo tomen en serio. Y si no, entonces sí, rueden cabezas. Ahora creo que hay que mantener la cabeza fría, pero hay que ser inflexible en la disciplina (cosas finas se contaban en la temporada de los 25 puntos).
De momento Ceballos hoy no ha entrenado por "sobrecarga de adductor". No comment.
Abrazos
JR
El juego de ataque del último mes y medio es lo más deficiente que yo he visto nunca. Lo peor que se puede decir de un equipo es que no sabe qué hacer con el balón. Las posesiones son deprimentes, nadie es capaz de ganar metros.
ResponderEliminarEl Ceballos de esta temporada es una triste fotocopia de Portillo.
En el tema de fichajes siento disentir. Aún con un buen entrenador, va a ser muy difícil la salvación si no vienen al menos un lateral izquierdo y un delantero con desborde.
Saludos
Yo me traería mañana a Álex Martínez, y es cierto que falta un delantero/extremo rápido (lo llevamos diciendo aquí desde este verano, el ya famoso "Pabón"). Pero creo que el problema que dices arriba es el más grave. Y eso se entrena: hay que ENSAYAR movimientos ofensivos colectivos (a ser posible, tomados del fútbol posicional moderno) y hay que ENSEÑAR y recordar constantemente los conceptos tácticos básicos ofensivos a los jugadores. Es evidente que ni una cosa ni la otra se han hecho.
ResponderEliminarSaludos, Palmera
JR
Por cierto, acabo de editar para comentar algo que me tuvo negro ayer: la pésima colocación defensiva de Joaquín. Otra cosa que se trabaja.
ResponderEliminarSalud