domingo, 21 de diciembre de 2014

Betis 2 - Racing de Santander 0 (18ª jornada de Liga de Segunda División)

BETIS (2): Adán; Piccini, Bruno, Figueras, Varela; Kadir (Cejudo, min. 83), N'Diaye, Lolo Reyes, Dani Ceballos; Rennella (Jorge Molina, min. 63) y Rubén Castro (Fabián, min. 89).
RACING (0): Mario; San Emeterio (Samuel, min. 46), Orfila, Juampe, Saúl; Andreu, Fede; David Concha, Adán Pérez (Álvaro, min. 46), Iñaki (Iván Moreno, min. 77); y Mariano.
Goles: 1-0, min. 3: Dani Ceballos. 2-0, min. 93: Jorge Molina.
Árbitro: David Medié Jiménez (Comité Catalán). Amonestó a los locales Lolo Reyes (min. 55), Figueras (min. 82) y Dani Ceballos (min. 92); y a los visitantes San Emeterio (min. 10), Orfila (min. 38) y Álvaro (min. 65).
Incidencias: 27.000 espectadores. Pepe Mel, que mañana será nombrado nuevo entrenador del Betis, presenció el partido desde el palco. En los prolegómenos, se homenajeó al entrenador irlandés Patrick O'Connell.


Con póker y pleno de victorias en Liga ha cerrado Merino su primera etapa como entrenador del Betis. Ante el Racing ha jugado un buen partido, aunque no brillante por escaso de ocasiones: contra lo habitual esta temporada esta vez sí se ganó el partido desde el mediocampo, y poco tuvieron que ver en la victoria portero y delantera.

Primeros veinte minutos
El Betis salió al campo con enorme decisión y se comió en los primeros minutos al Racing a base de empuje y presión alta. El Racing, cuyo mejor delantero, Koné, era baja, partía en defensa y ataque de un 4-2-3-1, y los béticos presionaban en un claro 4-4-2 en el que Reyes iba a tomar al mediocentro atrasado santanderino y arrastraba así muy arriba a los suyos, que casi monopolizaron la posesión en los primeros minutos y alcanzaron pronto el premio del gol: el Racing nunca la sacaba jugada y el Betis, sobre todo gracias a Kadir, cogía con cierta facilidad la espalda a los mediocentros visitantes.

Resto del partido
El Betis da un pequeño paso atrás y la presión ya es más retrasada, aunque en todo caso el Racing rara vez consigue sacar el balón jugado. Las claves para lograrlo fueron la intensidad en el trabajo de todo el equipo, incluyendo a unos trabajadores Kadir y Ceballos, y sobre todo el poderío físico de Reyes y, especialmente, N'Diaye. Aquí residió la gran diferencia táctica entre el Betis de Merino y el de Velázquez: el del exjugador no ha sido mucho mejor en ataque, pero rivales como los racinguistas parecían hoy pesos pluma ante pesos pesados (para lo bueno, no sean malpensados) como el senegalés, que ganó todos los balones divididos; el Racing pareció un equipo muy endeble, incapaz de progresar con balón por inferioridad física, y probablemente lo sea, pero no más que Albacete, Alavés y tantos otros a los que el Betis de Velázquez dejó crecer.

Si unimos a esa superioridad física en el medio una autoconfianza que alejó los nervios, resulta una segunda parte escasa de ocasiones pero en la que el Betis siempre tuvo el control, aunque la sentencia llegase en la última jugada.

El ataque del Betis ante el Racing

En ataque el balón fluyó aceptablemente pese a que Reyes y N'Diaye no se escalonaron de forma sistemática, sino que jugaron en posiciones equivalentes, e incluso se intercambiaron varias veces derecha e izquierda o ubicaciones más y menos adelantadas; al menos sí se turnaron para meterse entre los centrales al iniciar el juego. Como ninguno de los dos ejercía de verdadero interior derecho, Kadir, como Ceballos, tenía espacios para pedirla entre líneas, y resultaba una especie de 2-2-2-2-2 en el que los dos teóricos extremos jugaban por dentro.

El Betis formaba un cierto embudo en la frontal, y Castro y Rennella, muy rodeados de rivales, estaban además poco acertados, de modo que el portero racinguista no tuvo tanto trabajo como era esperable; a ello también contribuyó el conservadurismo de un Racing que tomó muy pocos riesgos y juntó siempre líneas muy atrás, incluso con el marcador en contra y el partido muy avanzado.

Jugador por jugador
Adán: Bien. Tuvo un solo error, una salida mal medida, aunque pudo costar muy caro. Perfecto en los blandos –pero muchos– balones llovidos sobre su área.
Piccini: Cuando el Betis la tiene es mejor jugador que Molinero, por empuje y calidad. Habrá que verlo cuando lo encare un extremo de buen juego corto, en el que sufre.
Bruno: Menos brillante que otros días (incluso concedió a su par la ocasión ya citada), fue aun así el mejor defensa de su equipo. Marcará algún gol pronto.
Figueras: Bien al corte: se anticipó mucho por intuición. Le exigieron poco. Debe arriesgar menos en el pase hacia Bruno.
Varela: Partido poco vistoso. Bien en defensa y aceptable en ataque, aunque puede aprovechar mejor el juego de Ceballos.
Kadir: Muy activo en posiciones intermedias, y habilidoso.
Reyes: En defensa aporta siempre mucho, porque sabe situarse y tiene cierta potencia y mucho recorrido. En ataque le falta calidad; cuando juega de mediocentro-ancla lo disimula bien, cuando juega de interior lo esconde mal, y cuando, como hoy, se turna con el otro mediocentro, cumple medio bien. Filtró algunos balones interesantes a la mediapunta.
N'Diaye: Su inexplicable ausencia de las alineaciones fue uno de los mayores errores de Velázquez. Como repetimos aquí mil veces, en ataque aporta tanto como Matilla, pero su capacidad física es muy superior y hace peores a los rivales, porque barre mucho campo, intimida sin dar una patada y gana todas cuando mete el cuerpo.
Ceballos: Recuerda en cierto modo a Raúl, el exmadridista: no saca sobresaliente en casi nada, pero tiene notable alto absolutamente en todo: control, pase, conducción, inteligencia táctica, trabajo, recorrido... y en el otro fútbol. Además hoy marcó, un golazo por cierto, con un recurso técnico tan raro como adecuado al momento.
Rennella: Partido gris, con pocos espacios.
Castro: Mal partido, y ya es raro. Lo intentó.

Molina: Con Merino ha recuperado un buen estado de forma. Competirá el puesto con Rennella.
Cejudo: Impetuoso y trabajador.
Fabián: Se metió en la mediapunta para ayudar a cerrar.

Merino: Su relevo es comprensible, pero lo cierto es que con él el equipo ganó en Liga siempre, metió mucha más concentración e intensidad, y ha ido progresando en el juego.

viernes, 19 de diciembre de 2014

Almería 2 - Betis 1 (partido de vuelta de 16º de final de Copa)

ALMERÍA (2): Julián Cuesta; Míchel, Trujillo, Mauro, Mané; Azeez; Zongo, Verza (Quique, minuto 66), Corona, Wellington (Teerasil, minuto 66); y Thievy.
BETIS (1): Dani Giménez; Piccini, Perquis, Jordi Figueras, Casado; Kadir (Dani Pacheco, minuto 62), Xavi Torres, Lolo Reyes, Dani Ceballos (Cejudo, minuto 56); Jorge Molina y Rennella (Rubén Castro, minuto 56).
Goles: 1-0, minuto 58: Míchel. 2-0, minuto 74: Zongo. 2-1, minuto 78: Perquis.
Árbitro: Velasco Carballo, madrileño. Amarillas para Míchel, Thievy, Perquis, Piccini, Trujillo y Corona.

Pocas conclusiones pueden sacarse del visionado en diferido del sopífero Almería-Betis del pasado martes. Entre ellas está el acierto de Merino al elaborar sus alineaciones ligueras y el bajo nivel de sus suplentes habituales: muy pocos de ellos se reivindicaron, y en este aspecto poco más puede sacarse en limpio que algún pase de Cejudo y la voluntad de Pacheco, Perquis y Casado, de cuyo acierto ya sabemos todo.

La otra conclusión útil es táctica: la absoluta incompatibilidad de Torres y Reyes –algo que ya anunciamos aquí (punto F) hace tres meses largos, y a lo que ahora quiere buscar remedio la secretaría técnica con el fichaje de un mediocentro ofensivo a la altura del club–. Son dos futbolistas incapaces de jugar en un puesto del mediocampo diferente del de mediocentro-ancla, lo que, si cohabitan, impide un juego corto mínimamente fluido en ataque... aunque no necesariamente ganar partidos si al menos impusiesen el físico (como bien demuestran Krychowiak y M'Bia en el Sevilla): no fue el caso.

Como enérgicamente denunció, también a inicios de temporada, uno de nuestros comentaristas (allí mismo y antes aquí), una vez más fue en ese mediocentro, y no en la pareja de centrales como considera pueblo y prensa, donde se le fue el partido al Betis. Los dos interiores del 4-1-4-1 (o 4-3-3) del Almería, Verza y Corona, jugaron tan a gusto como en la ida, pues Reyes y, sobre todo, Torres, eran poco agresivos y tapaban pocas líneas de pase. En ataque Merino no supo (o no quiso) escalonar al equipo, como denota el sólo aparentemente intrascendente detalle de que Reyes se situase a la izquierda de Torres: como este acudía siempre a pedirla entre los centrales y Ceballos tiene tendencia a  meterse por dentro, el chileno se quedaba ahogado en una zona absurda. De este modo ni Ceballos podía meterse por dentro ni Reyes tenía sitio para jugar (aunque, en todo caso, es incapaz de hacerlo de interior porque sólo sabe jugar de cara); el equipo atacaba en un planísimo 4-4-2, y ni siquiera era capaz de encontrar a pelotazos a su pareja de tanques. Un Almería de aluvión, hecho a base de fichajes exóticos pero aceptables (cosas de tener una secretaría técnica que merezca tal nombre), era superior y se ponía 2-0.

El empujón final del equipo lo acercó luego al empate, como en la ida. Entre lo poco positivo apenas podemos salvar, una vez más, el buen nivel de Ceballos.

Los comentarios serán, como siempre, bienvenidos.

sábado, 13 de diciembre de 2014

Lugo 0 - Betis 1 (17ª jornada de Liga de Primera División)

LUGO (0): José Juan; Dalmau, Pavón, Víctor Marco, Manu; Pelayo (Peña, m. 69), Seoane, Iriome, Jonatan Valle (Lolo Pla, m. 77); Ferreiro (David López, m. 61) y Aganzo. 
BETIS (1): Adán; Molinero, Bruno, Jordi, Varela; Kadir, N'Diaye, Xavi Torres (Fabián, m. 50), Dani Ceballos; Rennella (Jorge Molina, m. 57) y Rubén Castro (Lolo Reyes, m. 85)
0-1, m. 60: Rubén Castro.
Árbitro: De Burgos Bengoechea (Comité Vasco). Amonestó a Bruno, Xavi Torres, Valle, Molinero, Varela y Lolo Pla.
Buena entrada y leve lluvia en el Ángel Carro.

Sudor y gol
El Betis ha sumado la tercera victoria liguera consecutiva de la era Merino en un partido muy igualado, en el que no ha superado en juego al Lugo pero sí ha aplicado lo que cualquier aficionado reclamaba a este equipo: trabajo, la ilusión de los canteranos y calidad en las áreas, la única zona del campo donde el Betis marca las diferencias en la categoría. Siempre con muchos apuros y al borde del accidente, pero lo cierto es que Merino hasta ahora gana; su fórmula de esfuerzo, juego poco vistoso y concentración máxima ante las dos porterías recuerda –salvadas todas las distancias– al Betis del año mágico de Serra Ferrer.

Primer tiempo
El entrenador bético acierta en las alineaciones y dispone bien al equipo, de forma idéntica a como lo hacía Velázquez en sus últimos partidos pero con N'Diaye por Matilla, que no es poca diferencia. De nuevo el Betis se colocaba en un 4-4-2 defensivo que pasaba a ser un 3-4-3 en ataque: Ceballos, falso extremo, se metía de interior izquierdo, y N'Diaye se descolgaba desde el doble pivote como interior derecho por delante de Torres, metido este entre los centrales. Rubén Castro caía al extremo izquierdo. En el Lugo, dispuesto de forma similar a los béticos en ataque y defensa, era Seoane quien se acercaba a los centrales para sacar el balón, mientras Aganzo quedaba arriba.

Pese a cierta igualdad en ocasiones, en la primera mitad los de Setién demostraron su buena fama en el trato del balón y lo sacaron jugado mucho mejor que el Betis: bien haría Merino en mejorar el manejo y sobre todo la salida de balón, y podría aprender de los lucenses a cómo jugar el tres contra dos de los centrales y el mediocentro contra los dos delanteros rivales. Recordemos, por comparación, el nefasto encuentro contra el Alavés en el Villamarín hace un mes: aquel día los béticos se empeñaban en sacarla por abajo a toda costa pese a que la presión contra los tres béticos de la base de la jugada la hacían tres alavesistas, y, al menos a veces, procedía buscar el juego largo. Hoy el problema era el inverso: en vez de jugar con paciencia el tres contra dos hasta que saliera jugando un hombre libre (Torres o un central), los béticos daban el pelotazo sin siquiera amagar el toque, de forma que el Lugo esperaba ese balonazo con un pelotón de hombres al borde de su área, en torno a Rennella, la diana segura. Cuando, pasado el minuto veinte, se intentó tocar un poco más, Ceballos y N'Diaye cometían la equivocación de venir atrás a pedirla, por detrás de los delanteros lucenses, eliminando compañeros de la jugada y no rompiendo así líneas enemigas.

Por contra el Lugo salía con facilidad: Castro y Rennella defendían demasiado arriba y paralelos, y N'Diaye sólo se decidía en contadas ocasiones a ir a por Seoane, de forma que los locales la sacaban por su mediocentro con facilidad. Además Ceballos y Varela no se entendían (el zurdo leyó mal los movimientos del extremo local para la subida de su lateral), y el Lugo llegaba una y otra vez por su banda derecha. Adán hizo su milagro de cada día para salvar el 0-0.


El sistema defensivo del Betis en la primera parte: el Lugo sale fácilmente, los mediocentros quedan en inferioridad y Ceballos y Varela no entienden los movimientos de sus pares.

Segunda parte hata el minudo 70
Merino hace su habitual cambio del minuto 50 y aprovecha para ir a por el partido: retira a Torres, con tarjeta, y mete al debutante chaval Fabián, que se mete como mediocentro por delante de N'Diaye, quien queda como ancla. El Betis ya sí presiona arriba de verdad, Molina entra por Rennella, y llega pronto el premio del gol.

Últimos veinte minutos
Tras una breve fase de correcalles el Betis, que había desaprovechado varias contras claras, se abriga atrás y, aunque desprecia demasiado la posesión, mantiene el tipo a base de esfuerzo y concede pocas ocasiones. El equipo, al contrario que en tiempos de Velázquez, hace muy pocas faltas cerca de su área y aguanta el resultado. Muy al final Reyes entra por Castro y manda a N'Diaye a la mediapunta.

Jugador por jugador
Adán: Muy buen partido, con dos paradas excelentes en el primer tiempo y seguridad por alto. Bien con los pies, aunque no debe confiarse en los controles.
Molinero: El robo del gol le sube la nota en un partido bien trabajado pero poco lucido.
Bruno: Otro muy buen partido, aunque arriesgó la expulsión en el primer tiempo.
Figueras: Tuvo mucho trabajo por su lado, en particular centros por bajo, y lo resolvió bien.
Varela: Está crudo, sobre todo en defensa.
Kadir: Esta vez, más trabajo que acierto: corrió mucho.
N'Diaye: Sigue en línea ascendente. Tapó muchísimo campo, y se la suele dar a uno de los suyos.
Torres: Partido decente, pero de poca aportación. No hizo las ayudas debidas cuando surgieron las vías de agua por su costado, el izquierdo. Más pronto que tarde Reyes le quitará el puesto, porque en ataque dan casi lo mismo y en defensa el chileno hace mil ayudas más.
Ceballos: Estuvo fallón en el pase vertical –tal vez no es un superclase como algunos pensaron–, pero condujo bien y corrió muchísimo. Una vez más se metió excesivamente para el centro, hasta pisar la mitad derecha del campo muchas veces, algo innecesario y que le hace llegar tarde para cerrar al lateral, su par.
Rennella: Prácticamente no rascó bola. Demasiado amistoso con su exequipo.
Castro: Discreto hasta el gol, tras este empezó a carburar. Siempre donde debe.

Fabián: Tiene pinta de zurdito con alguna clase. Meterlo con tantos minutos, tan joven y en un sitio tan delicado tácticamente pareció imprudente, pero funcionó.
Molina: El cambio de entrenador le ha sentado muy bien.
Reyes: Entrada casi testimonial, como contrafuerte.

Merino: Con todos los apuros del mundo (hoy dos cuasipenaltis, una jugada cerca de la expulsión, otro paradón de Adán...), pero gana, que no es poco. Cambios valientes y correctos, y equipo bien situado, aunque debe mejorar con balón.

Los comentarios, como siempre, son bienvenidos.

lunes, 8 de diciembre de 2014

Betis 1 - Mallorca 0 (16ª jornada de Liga de Primera División)

BETIS (1): Adán; Molinero, Bruno, Jordi Figueras, Varela; Kadir (Piccini, m.87), Xavi Torres, N'Diaye, Álvaro Cejudo (Dani Ceballos, m.48); Rennella (Jorge Molina, m.75) y Rubén Castro.
MALLORCA (0): Cabrero; Cendrós, Kasim, Bigas, Gulan; João Victor, Bustos (Javi Ros, m.67); Pereira, Asensio, Arana (Markovic, m.87); y Abdón (Šćepović, m.62).
Árbitro: Valdés Aller, leonés. Amarillas para Pereira, Bigas, Molinero y Arana.
Goles: 1-0, m.55: Rennella. 

El Betis ha vencido con muchos apuros a un conservador Mallorca en un partido sólo aceptable de los locales, levemente superiores en el cómputo global del encuentro. Por fin Merino enseñó sus cartas tácticas. Veámoslas.

Primera parte
La suplencia de Cejudo en Copa hacía sospechar su titularidad; más sorprendente fue que la disfrutara a costa de Ceballos. No sólo el joven ha demostrado mucho más que el cordobés, sino que su presencia como falso extremo ordena al equipo en ataque de forma mucho más eficiente. Con el exosasunista, sin embargo, los locales quedaban situados en un 4-4-2 muy rígido, sin apenas escalonamiento por dentro. N'Diaye (por fin titular donde Matilla) tan sólo se descolgaba raras veces por delante de Torres –de hecho ni siquiera tenían muy definido quién jugaba a la izquierda o a la derecha–, de modo que todos, mediocentros, delanteros y extremos, quedaban muy paralelos, y además con escasa movilidad, sin ocupar triangularmente los espacios de la forma debida. Apenas Kadir venía a veces a pedirla en espacios interiores, y los delanteros del Betis se amontonaban arriba. El Mallorca atacaba igualmente con dos mediocentros, a partir de un 4-2-3-1 en el que el ya madridista Asensio ocupaba la mediapunta.

 Situación ofensiva de los jugadores del Betis en la primera mitad. Mal.

Ambos equipos defendían bien, con el bloque bastante arriba (más el Betis, pasado un arranque timorato), y atacaban, si se puede llamar así, a base de pelotazos. La espera del error grosero del rival, de los que el Betis cometió varios (por suerte no había delante un primera), y la vulgaridad del juego, producto del conservadurismo y de esos esquemas, recordaban a los primeros partidos de Velázquez.

Primera media hora de la segunda parte
Merino por fin pasa al esquema ofensivo con el que Velázquez había mejorado el trato de balón de su equipo en las últimas jornadas: respetando el 4-4-2 defensivo, en el que Ceballos ocupa el sitio de Cejudo, sin embargo el canterano se mete como suele por dentro cuando el Betis tiene el balón, y N'Diaye, ya claramente a la derecha de Torres para no solaparse con Ceballos, se escalona como interior. Castro se puede acostar al extremo izquierdo, y de repente todo encaja, hay conexiones y el Betis comienza a crear ocasiones. En un contragolpe llega el 1-0 y el Betis puede incluso sentenciar.

Situación ofensiva de los jugadores del Betis en la segunda mitad. Bien.

Último cuarto de hora
Pese a la entrada de Molina y la final de Piccini el Betis, cansado, no sabe tener el balón, Ceballos desaparece, el Mallorca refresca el ataque y llegan las ocasiones mallorquinistas, la más clara salvada milagrosamente por Adán muy al final. 

Jugador por jugador
Adán: Aun con una salida final un tanto aventurera, estuvo segurísimo y salvó un gol cantado al final. Muy bien.
Molinero: En su línea habitual de mucha actividad pero irregulares resultados. Defendió mejor que atacó.
Bruno: A su buen rendimiento de los últimos partidos hay que añadir una regularidad que es muy buena noticia en un defensa. Mezcla muchas intervenciones con buen mantenimiento del sitio. Muy bien.
Figueras: Aprobado raspado, como suele. Pocos errores, pocas intervenciones. Hoy no maltrató el balón.
Varela: Pone empeño, pero aun le falta entender cosas, como el posicionamiento en ataque. Mejor que Casado, por supuesto.
Kadir: Su tenacidad fue de nuevo importante. Jugó bien por dentro, aunque le siguen temblando las piernas en el área; a su edad seguramente esto no tiene arreglo.
Torres: Juega porque es el típico jugador mandón de los que suelen ser calificados como prolongación del entrenador en el campo, pero físicamente aún le falta ritmo, sobre todo al final de los partidos, al que llega muy desgastado.
N'Diaye: Buen partido, aun con su dispersión habitual. Muchos kilómetros en plan box to box, que hacen mucha falta.
Cejudo: Alguien debió ponerlo de lateral hace diez años. Pone empeño pero jamás sale limpio de un regate.
Rennella: Buena primera parte, como suele, con buen juego de espaldas, y un gol. No da para más de una hora.
Castro: La jugada del gol es típica suya y típico resultado de su enorme inteligencia (nos referimos a la futbolística, claro está): a base de amagos de tiro sacó petróleo de una contra en la que lo persiguieron cuatro rivales por cuarenta metros.

Ceballos: Bien en lo que hizo, aunque pasado el cuarto de hora tocó pocos balones. En defensa debe bascular menos: abandona demasiado su banda por ayudar en el centro. Muy trabajador.
Molina: Tocó pocas, pero parece estar mejor.
Piccini: Metió empuje.

Merino:  Como alineador ya mejora a Velázquez. En el planteamiento copió de forma poco comprensible los peores del castellano, aunque corrigió a tiempo. El equipo pone más trabajo, aunque sigue cometiendo errores elementales que dejan en mal lugar el trabajo de los últimos entrenadores.

sábado, 6 de diciembre de 2014

Betis 3 - Almería 4 (partido de ida de 16º de final de Copa)

BETIS (3): Dani Giménez; Piccini, Perquis, Caro, Casado; N'Diaye, Lolo Reyes, Matilla (Molina, m. 52); Chuli (Kadir, m. 52), Rennella (Rubén Castro, m. 73) y Pacheco.
ALMERÍA (4): Julián Cuesta; Michel, Antonio Marín, Dos Santos, Mané; Iván Sánchez (Wellington, m. 59), Verza, Corona (José Ángel, m. 67), Édgar; Teerasil (Dani Romera, m. 67) y Quique González.
0-1, m. 2: Mané. 0-2, m. 4: Teerasil. 0-3, m. 29: Quique González. 0-4, m. 61: Edgar. 1-4, m. 79: Rubén Castro. 2-4, m. 84: Perquis. 3-4, m. 90: Jorge Molina.
Árbitro: Martínez Munuera (Comité Valenciano). Mostró tarjetas amarillas a Perquis, Caro, Casado, Teerasil e Iván Sánchez.
Muy mala entrada (unos 4.000 espectadores, una de las peores que uno recuerda en partido oficial) en el Benito Villamarín. Noche fría.

Bastó que se presentara un primera en el Villamarín, aunque fuera de los muy malos (casi dos meses sin ganar), para recordar a los béticos que los problemas deportivos de este club van más allá de quién entrene al equipo o de a cuántos puntos del ascenso se esté. Esta vez, en concreto, afloraron dos graves: una tremenda falta de tensión competitiva (otra vez goles tempraneros, como la temporada pasada) y una espantosa falta de calidad en el fondo de plantilla: jugadores como Casado, Caro, Matilla, Chuli... alcanzan un nivel medio de Segunda, o ni eso.

Primera hora de partido
El impresentable inicio de partido de los béticos diluyó y alteró un tanto uno de los pocos puntos de interés del encuentro: el planteamiento táctico de Merino. Al igual que el de los almerienses, resultó muy convencional y estándar: ni bloque muy alto ni muy bajo, poquita presión, doble pivote en defensa... Unos y otros defendían en 4-4-2, algo más arriba el Betis –tal vez empujado por el resultado–, en el que Matilla se quedaba casi siempre junto al delantero y los emparejamientos no estaban demasiado claros: a veces los extremos apretaban a un central, otras N'Diaye trataba de cerrar al mediocentro retrasado almeriense... El resultado era un tanto confuso, y Verza y Corona, que se turnaban para tocarla al inicio de la jugada, gobernaban el mediocampo casi a placer. En ataque los verdiblancos escalonaban bien un teórico 4-3-3 con N'Diaye y Matilla como interiores derecho e izquierdo, pero la falta de cualidades físicas de jugadores como Chuli o Matilla, la descoordinación defensiva –especialmente al tirar el fuera de juego– y, sobre todo, una impresentable falta de actitud profesional en muchos de los jugadores llevaron al equipo al ridículo ante los suplentes de uno de los peores equipos de la Primera española.

Última media hora de partido
Merino retira a los más incapaces, Chuli y Matilla, y reordena al equipo en un 4-4-2 con dos delanteros, más Kadir (más profundo, con lo que arrastraba a N'Diaye a la banda) y Pacheco (de tendencia interior) como extremos. Tras el 0-4 (llegado en uno de los mil errores no forzados de los béticos) entra Castro, marca, al equipo, ya mucho mejor, le entra un ataque de dignidad, y poco falta para empatar. A esas alturas Piccini hacía daño por la derecha y Reyes y N'Diaye podían con los medios almerienses. 

Jugador por jugador
Giménez: Muy lento en el 0-1 y poco que hacer en los restantes. Bien con los pies.
Piccini: Tardó mucho en entrar en el partido, pero en el último cuarto de hora barrió físicamente por su banda. Uno de los poquísimos que pidió minutos.
Perquis: Su gol redimió parcialmente su mal partido, plagado de errores y descoordinaciones.
Caro: Mal también, aunque al menos la tocó decentemente. Sin presencia, descoordinadísimo con sus compañeros para tirar el fuera de juego, sin apenas intervenir por alto...
Casado: Uno se pregunta una y otra vez qué le vio quien lo trajo. El chaval es aplicado y dio su nivel, pero es que su nivel es para un Segunda malo, y gracias.
N'Diaye: Si no mejora su concentración desperdiciará sus muy buenas condiciones futbolísticas.
Reyes: De lo poquito defendible.
Matilla: Alguien debería hacer un estudio de los resultados del equipo con y sin él en el campo. El resultado sería devastador. 
Chuli: Otro chico que, sencillamente, no tiene nivel para el Betis, ni físico ni técnico. Ni siquiera para suplente de este Betis.
Rennella: Puso alguna voluntad, pero el equipo estaba desconectado.
Pacheco: Tiene graves limitaciones, pero al menos da cositas: es constante en el esfuerzo y la cuelga bien en los córneres.

Kadir: La comparación con Chuli lo hace imprescindible.
Molina: Hizo sus mejores minutos de la temporada, que ciertamente no es decir mucho.
Castro: Con o sin feos problemas penales, en Copa o en Liga, con frío o calor... 95 oficiales.

Merino: Dio minutos a los suplentes, entendemos que con buen criterio y mirando antes por el bien del club que por el suyo; en este caso, para repartir minutos y meter a todos en la dinámica del grupo. Tácticamente el equipo se mostró confuso, sin saber muy bien qué quería hacer. En todo caso la falta de actitud de los jugadores, sin amor propio y carentes de liderazgo en el campo, deja de lado cuestiones más sutiles y demuestra que se puede contar con pocos de los de ayer. Tal vez los jugadores no sean conscientes de que actuando así llaman a gritos a un mallorquín que los pondrá firmes.

El detalle

Tras quien esto firma se sentó una quincena larga de belgas, miembros de la Peña Bética de Brujas, que demostraron conocer cánticos y otras tradiciones béticas, incluido el manque pierda.

Los comentarios son siempre bienvenidos.