BETIS (4): Adrián; Ángel, Paulão, Amaya, Nacho; Rubén Castro, Rubén Pérez (Carlos García, 88'), Beñat, Salva Sevilla; Pabón (Campbell, 75') y Jorge Molina (Juan Carlos, 68').
ZARAGOZA (0): Roberto; Sapunaru (Fernández, 57'), Loovens, Álvaro, Abraham; José Mari, Apoño; Víctor (Rochina, 46'), Rodri (Bienvenu, 71'), Montañés; y Postiga.
Goles: 1-0, m.1: Rubén Castro. 2-0, m.16: Pabón. 3-0, m.49: Jorge Molina. 4-0, m.70: Pabón.
Árbitro: Mateu Lahoz. Amonestó a Abraham (14'), Adrián (30'), Amaya (31'), Sapunaru (35'), Loovens (75'), José Mari (82') y Beñat (87').
47.460 espectadores. Viento fuerte contra el Betis en la primera mitad, y césped muy seco.
A campo lleno y en un ambiente festivo el Betis ha confirmado prácticamente hoy su clasificación para la Europa League en un muy buen partido ante un Zaragoza horrible y sin alma, enviado al tiempo prácticamente a Segunda sin mostrar rebeldía alguna.
El Zaragoza presentó su habitual 4-2-3-1, con los extremos muy abiertos y adelantados y Postiga como referencia móvil arriba. Enfrente Mel puso sobre el campo el sistema que la prensa sevillana, mirando más a los nombres que a las posiciones, suele denominar 4-3-3 : renunció a los extremos convencionales para, con buen criterio, poner en el campo a los once hombres en mejor forma. Los dispuso además de la mejor manera posible: un 4-4-2 con Pabón y Molina como delanteros, Castro en la banda derecha y Salva como interior izquierdo. Aun a costa del riesgo cierto de que Salva y Castro no siguieran diligentemente a sus laterales, las posiciones elegidas eran las mejores posibles para los cuatro de arriba: se aprovecharía la movilidad de Pabón (que rinde mucho peor en la banda) y de Molina en el centro, la perspectiva de pase de Salva (en el puesto que aquí hemos reivindicado como el más adecuado a sus características dentro de ese sistema) y la llegada de Castro.
Es probable que un tempranísimo gol –producto de una jugada preparada tras el desastre del Pizjuán que ya ha dado dos al equipo– condicionara el juego de unos y otros, pero lo cierto es que el Zaragoza hizo todo lo posible por facilitar el juego bético, tanto en ataque como en defensa. Ante la presión de los locales (alta durante el primer cuarto de partido y media luego) se precipitó casi siempre y abusó del juego largo, sin dar tiempo a que sus laterales aprovecharan los pasillos. En sentido contrario colocó al Betis ante un panorama ideal: los visitantes adelantaron la defensa pero, inferiores en el centro del campo (lejos sus extremos, poco agresivos los laterales, estáticos todos en esa zona), dieron tiempo y espacio a los béticos para buscar la espalda de los centrales con buenos pases; más aún, dejaron al Betis sacar el balón jugado por el lado que más le convenía, el de Nacho y Salva, para terminar las jugadas por el deseado, el de Rubén. Los verdiblancos hicieron además por fin (bien está, aunque hayamos tenido que esperar al último partido para verlo) un ataque estático bien estructurado: Beñat jugaba en su sitio, Salva buscaba las zonas interiores adelantadas, y Molina y Pabón, muy móviles y en excelente forma, se alternaban entre la punta y la espalda de los mediocentros. El resultado lógico fue que el Betis tuvo media docena de ocasiones muy claras en la primera parte, por media de los maños.
En el descanso Jiménez trató de parchear su desastroso entramado retirando a Víctor, uno de los responsables de la comodísima fluidez del juego bético por la banda izquierda, pero el 3-0 llegó pronto y su equipo no demostró fe alguna en voltear el resultado, y sí desorganización. Su defensa adelantada concedió un gol más y el Betis, ya con extremos, no hizo más sangre.
Jugador por jugador
Adrián: Sin apenas trabajo, se lució con una palomita en la segunda parte. Es buen portero y puede ser muy bueno en el largo futuro deportivo que le espera. Su marcha, si es evitable económicamente, será un error monumental del club y del jugador.
Ángel: Partido más que aceptable. Subió poco pero cerró bien, muy a su estilo de veterano cumplidor.
Paulão: La presión alta le obligó a salir muy arriba en la primera mitad y ahí pasó algún apuro, pero en general cuerpeó bien con Postiga.
Amaya: Como Paulão, cometió algún error (de despeje en su caso) al inicio, pero pronto se rehizo. Anda rápido.
Nacho: Le dejaron jugar y sacó bien la pelota desde atrás. Poco exigido.
Castro: Tuvo la suerte de que su lateral apenas le buscó las espaldas, así que pudo explotar lo mejor de su sitio en el campo: se movió mucho y bien fuera del área, y la pisó como delantero con muchísimo peligro.
Pérez: Siempre pone empeño y concentración, y además esta vez le acompañó el acierto, así que hizo su mejor partido como bético justamente cuando se decide su renovación. Muy bien colocado, hizo todo lo que se le pide al mediocentro defensivo: sacarla decentamente, cerrar líneas de pase, presionar al balón y ayudar a los laterales.
Beñat: Fue el único mediocampista más o menos encimado por el Zaragoza, así que buscó el pase corto y el fútbol sencillo. Corrió mucho.
Salva Sevilla: Muy bien. Como la temporada pasada ante el mismo equipo, su posición de falso extremo (entonces derecho) no fue bien leída por el rival. El Zaragoza no le buscó al espalda cuando tenía el balón, y además su lateral erró absolutamente en la manera de marcarlo (en lugar de encimarlo, pues Salva no es hombre de regate y carrera en largo, le dio tiempo y metros para pensar), así que se pegó un festín de pases interiores, su especialidad, para lo que el perfil izquierdo le favorece mucho.
Pabón: Partido enorme. Salvando un par de precipitaciones cuando recibió en la mediapunta con tiempo para darse la vuelta, lo hizo todo bien, y en la zona donde el fútbol es más difícil: se movió por todo el frente de ataque, la pidió en largo y en corto, dio asistencias, metió dos goles, hizo excelentes cambios de juego... Es una verdadera pena que un jugador así deje el equipo.
Molina: Ha crecido muchísimo, y ya incluso recuerda al mismísimo Lewandowski: sorprende que un tipo tan alto esté tan rápido de movimientos y se zafe de los centrales fácilmente en el juego corto.
Juan Carlos: Afortunadamente Mel no confirmó los –difícilmente explicables– rumores de su titularidad. Puso empeño, pero anda sin confianza y en baja forma técnica.
Campbell: Fútbol fácil en minutos fáciles.
Carlos García: Pareció situarse bien e hizo un par de faltas tácticas en cinco minutos, que en un mediocentro es algo.
lunes, 27 de mayo de 2013
martes, 21 de mayo de 2013
Mallorca 1 - Betis 0 (36ª jornada de Liga de Primera División)
MALLORCA: Aouate;
Hutton, Geromel, Bigas, Luna; Pina (Tissone, m. 35); Giovani (Nsue, m. 90), Martí, Javi Márquez
(Arizmendi, m. 81), Victor; y Hemed.
BETIS: Adrián; Chica, Amaya, Mario, Nacho; Rubén Pérez, Beñat; Campbell (Pabón, m. 37), Salva Sevilla (Molins, m. 81), Juan Carlos (Vadillo, m. 56); y Rubén Castro.
Gol: 1-0, m. 20: Hemed.
Árbitro: Pérez Lasa (Colegio vasco). Mostró tarjeta amarilla a Martí, Hutton, Arizmendi, Rubén Pérez y Nacho.
Unos 15.000 espectadores en el estadio Iberostar.
El extraño partido disputado hoy por el Betis ante el colista Mallorca ha tenido llamativos paralelismos con el jugado hace ahora una temporada contra el Sporting de Gijón: un Betis con los deberes casi hechos visitaba el estadio de un pésimo y desesperado rival, y la indolencia de los béticos ha facilitado, como entonces, que los puntos cayesen del lado en el que más falta hacían.
Poco análisis táctico puede explicar lo ocurrido, especialmente en un primer tiempo en el que sólo un equipo pareció querer realmente disputar los puntos. Tras introducir al marginado Molins en la convocatoria, y en el equipo titular en detrimento de Pabón a un Juan Carlos que lleva tres meses sin justificar sus minutos, Mel plantó un 4-2-3-1 en el que Salva Sevilla hacía –esta vez de verdad– la mediapunta. Esperaba el Betis en su campo al Mallorca, situado en un 4-1-4-1: Pina como pivote, el veteranísimo Martí y Márquez de interiores, el zurdísimo Dos Santos en la banda derecha, Casadesús en la contraria y Hemed arriba. La presión de los –casi desahuciados– mallorquinistas y la llamativa pasividad defensiva del bloque bético, desconcentrado, descolocado y falto de intensidad, dieron como resultado un escandaloso balance de posesión y ocasiones hacia el minuto treinta. La secuencia de errores personales que cometieron los béticos daría para llenar un libro: Adrián alternó alguna buena parada con el rechace manso del 1-0, Chica tardó apenas diez minutos en dejarse rematar a quemarropa, Amaya y Mario, ausentes y descoordinados, permitían recibir balones pinchados y despejaban de manera –seamos benévolos– negligente, Nacho no estaba, Beñat y Pérez se movían mucho y no tapaban nada, Juan Carlos y Campbell llegaban tarde, si llegaban, a seguir a sus laterales, y apenas Salva mostraba una mínima diligencia. La escasísima calidad de los locales permitió llegar vivos al descanso –en el marcador, sólo en el marcador– a los béticos, tras recibir nueve remates a puerta, gol y palo incluidos.
La aparición del voluntarioso Pabón, que se emparejó arriba con Castro y mandó a Salva a la banda derecha, y lo que sucediese en el vestuario bético en el descanso, fuese lo que fuese, unido al desfondamiento y los nervios del Mallorca, cambiaron la apariencia del partido en la segunda parte. Sin embargo Aouate vivió 45 minutos tan tranquilos como los primeros: apenas cabe computar una ocasión, que el correspondiente delantero bético (Salva esta vez) se encargó de abortar sin siquiera intentar tirar a puerta. Mel había dispuesto a los suyos como en aquel infame partido de Gijón, acumulando jugadores en la banda izquierda y dejando libre el pasillo derecho a Chica, con resultados similares a los de ese día. El encuentro acabó entre el alivio local, seguramente tan inconsciente como el de los asturianos hace un año, y los pelotazos de unos béticos que al menos aparentaban preocuparse por el desaguisado provocado.
Un partido así no merece analizar individualmente el desempeño de los jugadores: sólo se escarnecería a los protagonistas.
BETIS: Adrián; Chica, Amaya, Mario, Nacho; Rubén Pérez, Beñat; Campbell (Pabón, m. 37), Salva Sevilla (Molins, m. 81), Juan Carlos (Vadillo, m. 56); y Rubén Castro.
Gol: 1-0, m. 20: Hemed.
Árbitro: Pérez Lasa (Colegio vasco). Mostró tarjeta amarilla a Martí, Hutton, Arizmendi, Rubén Pérez y Nacho.
Unos 15.000 espectadores en el estadio Iberostar.
El extraño partido disputado hoy por el Betis ante el colista Mallorca ha tenido llamativos paralelismos con el jugado hace ahora una temporada contra el Sporting de Gijón: un Betis con los deberes casi hechos visitaba el estadio de un pésimo y desesperado rival, y la indolencia de los béticos ha facilitado, como entonces, que los puntos cayesen del lado en el que más falta hacían.
Poco análisis táctico puede explicar lo ocurrido, especialmente en un primer tiempo en el que sólo un equipo pareció querer realmente disputar los puntos. Tras introducir al marginado Molins en la convocatoria, y en el equipo titular en detrimento de Pabón a un Juan Carlos que lleva tres meses sin justificar sus minutos, Mel plantó un 4-2-3-1 en el que Salva Sevilla hacía –esta vez de verdad– la mediapunta. Esperaba el Betis en su campo al Mallorca, situado en un 4-1-4-1: Pina como pivote, el veteranísimo Martí y Márquez de interiores, el zurdísimo Dos Santos en la banda derecha, Casadesús en la contraria y Hemed arriba. La presión de los –casi desahuciados– mallorquinistas y la llamativa pasividad defensiva del bloque bético, desconcentrado, descolocado y falto de intensidad, dieron como resultado un escandaloso balance de posesión y ocasiones hacia el minuto treinta. La secuencia de errores personales que cometieron los béticos daría para llenar un libro: Adrián alternó alguna buena parada con el rechace manso del 1-0, Chica tardó apenas diez minutos en dejarse rematar a quemarropa, Amaya y Mario, ausentes y descoordinados, permitían recibir balones pinchados y despejaban de manera –seamos benévolos– negligente, Nacho no estaba, Beñat y Pérez se movían mucho y no tapaban nada, Juan Carlos y Campbell llegaban tarde, si llegaban, a seguir a sus laterales, y apenas Salva mostraba una mínima diligencia. La escasísima calidad de los locales permitió llegar vivos al descanso –en el marcador, sólo en el marcador– a los béticos, tras recibir nueve remates a puerta, gol y palo incluidos.
La aparición del voluntarioso Pabón, que se emparejó arriba con Castro y mandó a Salva a la banda derecha, y lo que sucediese en el vestuario bético en el descanso, fuese lo que fuese, unido al desfondamiento y los nervios del Mallorca, cambiaron la apariencia del partido en la segunda parte. Sin embargo Aouate vivió 45 minutos tan tranquilos como los primeros: apenas cabe computar una ocasión, que el correspondiente delantero bético (Salva esta vez) se encargó de abortar sin siquiera intentar tirar a puerta. Mel había dispuesto a los suyos como en aquel infame partido de Gijón, acumulando jugadores en la banda izquierda y dejando libre el pasillo derecho a Chica, con resultados similares a los de ese día. El encuentro acabó entre el alivio local, seguramente tan inconsciente como el de los asturianos hace un año, y los pelotazos de unos béticos que al menos aparentaban preocuparse por el desaguisado provocado.
Un partido así no merece analizar individualmente el desempeño de los jugadores: sólo se escarnecería a los protagonistas.
martes, 14 de mayo de 2013
Betis 1 - Celta 0 (35ª jornada de Liga de Primera División)
BETIS (1): Adrián; Chica, Amaya, Mario (Paulão, min 70), Nacho; Beñat, Pérez; Pabón, Nosa (Salva, min. 54), Juan Carlos (Vadillo, min. 58); y R. Castro.
CELTA (0): Varas; Jonny (Pranjinc, m. 81), J. Vila, Túñez, Roberto Lago (Toni, m. 75); Natxo Insa, Oubiña; Augusto Fernández, Orellana (De Lucas, m. 54), Krohn-Dehli; e Iago Aspas.
Gol: 1-0, m. 67 , Rubén Castro.
Árbitro: F. Teixeira Vitienes (Comité Cántabro), mostró amarillas a Amaya y Rubén Pérez, por el Betis; y a Natxo Insa, Jony y Jonathan Vila, por el Celta.
Incidencias: Tarde muy calurosa en Sevilla. Terreno de juego en perfectas condiciones. 38.547 espectadores en el Benito Villamarín.
Decía recientemente Santiago Segurola que en la Liga española apenas hay diferencia entre el quinto y el último: equipos de “poco presupuesto, jugadores que se van si les ofrecen un dinero interesante y una dependencia muy grande del gol”. En el Betis –uno de esos quince, por supuesto– el gol es Rubén Castro, y las malas rachas de resultados del equipo desde su llegada siguen milimétricamente sus rachas goleadoras. Parece que su reciente bajón de forma acabó anteayer, y eso promete un buen sprint final al equipo, que jugó un buen aunque desigual partido ante el Celta, y dio así un paso muy importante para estar la temporada próxima en la Europa League.
La LFP tuvo el detalle de esperar a mayo para poner un partido en el viejo horario de las cinco de la tarde del domingo, lo que condicionó el partido y favoreció tal vez ligeramente al Betis, se supone que más habituado a entrenar a temperaturas altas.
Primer cuarto de partido
El planteamiento de Mel fue arriesgado y ofensivo, como si quisiera forzar un ritmo de juego alto para aprovechar la superioridad física del Betis. El entrenador, esta vez coherentemente, aprovechaba la presencia de Nosa para mandar la presión arriba y buscar el juego rápido, de ida y vuelta. El nigeriano era el mediapunta de un 4-2-3-1 en el que a Pabón le tocaba ser el sacrificado en banda, con Juan Carlos en la izquierda. Enfrente el Celta colocaba un esquema similar con el muy móvil Aspas como delantero, que hacía un juego casi de mediapunta, pero sin compañero arriba.
Los robos rápidos, muchos gracias a la imponente presencia de Nosa, y la comodidad con la que Beñat jugaba en largo al partir muy atrasado –acudió muchas veces a la base de la jugada y Pérez, cabalmente, se situó por delante de él–, metieron atrás a un Celta que la perdía muy pronto y que se salvó con muchos apuros de recibir un par de goles en esta fase. El Betis buscaba un juego vertical, de poco pase corto, poco elaborado y de ritmo alto, sin miedo a la pérdida arriba pues la presión facilitaba la rápida recuperación. La endeblez física de los mediapuntas del Celta –que dio sensación de resignación– permitía poca réplica a los gallegos.
Segundo y tercer cuarto de partido (hasta el 1-0)
Ese plan bético, como ya hemos analizado aquí, es bueno pero cansa mucho: caduca pronto. Sin su merecido premio, la presión cede y el equipo retrocede un poco; el dominio es alterno, aunque siempre con más posesión y más presencia en el área rival por parte del Betis. Salva y Vadillo entran en el mismo puesto que sus sustituidos. Finalmente cae el 1-0.
Último cuarto de partido
El cansancio pero, sobre todo, el marcador hacen dar un paso atrás al Betis, que comete varios errores:
- Cede el balón al rival y no temporiza bien los ataques para retenerlo; además los delanteros son demasiado individualistas al finalizar las contras.
- Mel hace varios cambios de posición que empeoran el equipo: Rubén Castro se va a la banda derecha y deja arriba a Pabón, provocando un agujero defensivo en ese costado; Beñat, cansado, se va a la mediapunta y Salva al mediocentro, lo que tal vez mejoró ligeramente el rendimiento defensivo del equipo (y habría que discutir este punto), pero arruinó el juego ofensivo.
- Algunos jugadores muestran una preocupante indolencia defensiva –excusable parcialmente por el calor– y cometen varias negligencias graves a balón parado. El Celta perdona las dos primeras y el árbitro la tercera: en la primera Oubiña remata solo y para Adrián; en la segunda, inmediata, el portero se adelanta a dos delanteros abandonados en el segundo palo; y en la tercera los béticos piden fuera de juego en lugar de despejar un balón a su alcance:
Jugador por jugador
Adrián: Hizo un par de paradas meritorias, en las que demostró una fiabilidad por bajo notable en un portero alto como él.
Chica: Acaba la temporada pletórico, dentro de sus posibilidades. Fue a por todas con mucha fe, y llegó a casi todas. Esta vez sí logró dar una asistencia.
Amaya: Está muy rápido y mide muy bien en los cruces, algo importante cuando juegas, como ayer, casi de líbero antiguo.
Mario: Correcto y no demasiado exigido. Otra vez se lesionó.
Nacho: Muy a su estilo, mostró un perfil bajo pero no se equivocó casi nunca. Álex debe aprender esto último.
Beñat: Bien en la primera parte, pese a que el ritmo frenético no le favorecía. Tal vez sus desconcentraciones defensivas puntuales hayan vacunado a Mel contra la idea de situarlo muy cerca de los centrales, pero es algo manifiestamente claro que su juego de ataque es muy bueno ahí (donde aprovecha su pase largo, de verdadero primer nivel mundial, y su buena visión de juego), empeora como interior y es discreto en la mediapunta, puesto para el que no tiene velocidad ni recorrido suficiente. Fue pitado, algo desagradable y que, curiosamente, no le pasó a su amigo Cañas: la grada parece querer avisar para evitar preventivamente un caso Llorente. Si el Athletic está detrás, el tema huele mal.
Pérez: Hiperactivo, arriesgó en la anticipación y le salió bien porque el Celta no tiene la calidad de otros equipos. Se anticipó mucho y corrió muchísimo.
Pabón: En la banda cumple en lo defensivo pero apenas rasca bola en ataque.
Nosa: Otra partido de notable alto, casi sobresaliente, y esta vez como mediapunta. Cada vez demuestra más criterio con balón. Se opera cuando mejor estaba.
Juan Carlos: Los duendes que en la primera vuelta hacían que todos los rebotes se le quedaran delante lo han abandonado, así que lo intenta pero no da una.
Castro: Mejoradísimo. Esta vez no se aisló del equipo, sino que pidió el balón en largo y en corto con movilidad e inteligencia. Metió uno, pudo meter dos más y promete un par de ellos de aquí a final de temporada.
Salva: Intermitente como mediapunta, cuando se colocó como mediocentro el equipo la tuvo poco, así que hizo un trabajo correcto pero oscuro.
Paulão: Al igual que Mario, cumplió, pero con menos presencia que Amaya.
Vadillo: Poquita cosa. Un poco individualista.
CELTA (0): Varas; Jonny (Pranjinc, m. 81), J. Vila, Túñez, Roberto Lago (Toni, m. 75); Natxo Insa, Oubiña; Augusto Fernández, Orellana (De Lucas, m. 54), Krohn-Dehli; e Iago Aspas.
Gol: 1-0, m. 67 , Rubén Castro.
Árbitro: F. Teixeira Vitienes (Comité Cántabro), mostró amarillas a Amaya y Rubén Pérez, por el Betis; y a Natxo Insa, Jony y Jonathan Vila, por el Celta.
Incidencias: Tarde muy calurosa en Sevilla. Terreno de juego en perfectas condiciones. 38.547 espectadores en el Benito Villamarín.
Decía recientemente Santiago Segurola que en la Liga española apenas hay diferencia entre el quinto y el último: equipos de “poco presupuesto, jugadores que se van si les ofrecen un dinero interesante y una dependencia muy grande del gol”. En el Betis –uno de esos quince, por supuesto– el gol es Rubén Castro, y las malas rachas de resultados del equipo desde su llegada siguen milimétricamente sus rachas goleadoras. Parece que su reciente bajón de forma acabó anteayer, y eso promete un buen sprint final al equipo, que jugó un buen aunque desigual partido ante el Celta, y dio así un paso muy importante para estar la temporada próxima en la Europa League.
La LFP tuvo el detalle de esperar a mayo para poner un partido en el viejo horario de las cinco de la tarde del domingo, lo que condicionó el partido y favoreció tal vez ligeramente al Betis, se supone que más habituado a entrenar a temperaturas altas.
Primer cuarto de partido
El planteamiento de Mel fue arriesgado y ofensivo, como si quisiera forzar un ritmo de juego alto para aprovechar la superioridad física del Betis. El entrenador, esta vez coherentemente, aprovechaba la presencia de Nosa para mandar la presión arriba y buscar el juego rápido, de ida y vuelta. El nigeriano era el mediapunta de un 4-2-3-1 en el que a Pabón le tocaba ser el sacrificado en banda, con Juan Carlos en la izquierda. Enfrente el Celta colocaba un esquema similar con el muy móvil Aspas como delantero, que hacía un juego casi de mediapunta, pero sin compañero arriba.
Los robos rápidos, muchos gracias a la imponente presencia de Nosa, y la comodidad con la que Beñat jugaba en largo al partir muy atrasado –acudió muchas veces a la base de la jugada y Pérez, cabalmente, se situó por delante de él–, metieron atrás a un Celta que la perdía muy pronto y que se salvó con muchos apuros de recibir un par de goles en esta fase. El Betis buscaba un juego vertical, de poco pase corto, poco elaborado y de ritmo alto, sin miedo a la pérdida arriba pues la presión facilitaba la rápida recuperación. La endeblez física de los mediapuntas del Celta –que dio sensación de resignación– permitía poca réplica a los gallegos.
Segundo y tercer cuarto de partido (hasta el 1-0)
Ese plan bético, como ya hemos analizado aquí, es bueno pero cansa mucho: caduca pronto. Sin su merecido premio, la presión cede y el equipo retrocede un poco; el dominio es alterno, aunque siempre con más posesión y más presencia en el área rival por parte del Betis. Salva y Vadillo entran en el mismo puesto que sus sustituidos. Finalmente cae el 1-0.
Último cuarto de partido
El cansancio pero, sobre todo, el marcador hacen dar un paso atrás al Betis, que comete varios errores:
- Cede el balón al rival y no temporiza bien los ataques para retenerlo; además los delanteros son demasiado individualistas al finalizar las contras.
- Mel hace varios cambios de posición que empeoran el equipo: Rubén Castro se va a la banda derecha y deja arriba a Pabón, provocando un agujero defensivo en ese costado; Beñat, cansado, se va a la mediapunta y Salva al mediocentro, lo que tal vez mejoró ligeramente el rendimiento defensivo del equipo (y habría que discutir este punto), pero arruinó el juego ofensivo.
- Algunos jugadores muestran una preocupante indolencia defensiva –excusable parcialmente por el calor– y cometen varias negligencias graves a balón parado. El Celta perdona las dos primeras y el árbitro la tercera: en la primera Oubiña remata solo y para Adrián; en la segunda, inmediata, el portero se adelanta a dos delanteros abandonados en el segundo palo; y en la tercera los béticos piden fuera de juego en lugar de despejar un balón a su alcance:
Jugador por jugador
Adrián: Hizo un par de paradas meritorias, en las que demostró una fiabilidad por bajo notable en un portero alto como él.
Chica: Acaba la temporada pletórico, dentro de sus posibilidades. Fue a por todas con mucha fe, y llegó a casi todas. Esta vez sí logró dar una asistencia.
Amaya: Está muy rápido y mide muy bien en los cruces, algo importante cuando juegas, como ayer, casi de líbero antiguo.
Mario: Correcto y no demasiado exigido. Otra vez se lesionó.
Nacho: Muy a su estilo, mostró un perfil bajo pero no se equivocó casi nunca. Álex debe aprender esto último.
Beñat: Bien en la primera parte, pese a que el ritmo frenético no le favorecía. Tal vez sus desconcentraciones defensivas puntuales hayan vacunado a Mel contra la idea de situarlo muy cerca de los centrales, pero es algo manifiestamente claro que su juego de ataque es muy bueno ahí (donde aprovecha su pase largo, de verdadero primer nivel mundial, y su buena visión de juego), empeora como interior y es discreto en la mediapunta, puesto para el que no tiene velocidad ni recorrido suficiente. Fue pitado, algo desagradable y que, curiosamente, no le pasó a su amigo Cañas: la grada parece querer avisar para evitar preventivamente un caso Llorente. Si el Athletic está detrás, el tema huele mal.
Pérez: Hiperactivo, arriesgó en la anticipación y le salió bien porque el Celta no tiene la calidad de otros equipos. Se anticipó mucho y corrió muchísimo.
Pabón: En la banda cumple en lo defensivo pero apenas rasca bola en ataque.
Nosa: Otra partido de notable alto, casi sobresaliente, y esta vez como mediapunta. Cada vez demuestra más criterio con balón. Se opera cuando mejor estaba.
Juan Carlos: Los duendes que en la primera vuelta hacían que todos los rebotes se le quedaran delante lo han abandonado, así que lo intenta pero no da una.
Castro: Mejoradísimo. Esta vez no se aisló del equipo, sino que pidió el balón en largo y en corto con movilidad e inteligencia. Metió uno, pudo meter dos más y promete un par de ellos de aquí a final de temporada.
Salva: Intermitente como mediapunta, cuando se colocó como mediocentro el equipo la tuvo poco, así que hizo un trabajo correcto pero oscuro.
Paulão: Al igual que Mario, cumplió, pero con menos presencia que Amaya.
Vadillo: Poquita cosa. Un poco individualista.
lunes, 13 de mayo de 2013
Nota
El post correspondiente al Betis-Celta no pudo ser publicado ayer por motivos laborales. Lo será entre esta noche y mañana. Disculpen las molestias.
lunes, 6 de mayo de 2013
F.C.Barcelona 4 - Betis 2 (34ª jornada de Liga de Primera División)
F.C.BARCELONA (4): Pinto; Alves, Piqué, Adriano, Alba; Xavi, Song (Busquets, m. 86), Iniesta; Alexis (Thiago, m. 79), Villa (Messi, m. 56) y Tello.
BETIS (2): Adrián; Chica, Amaya, Mario, Álex Martínez; Pérez, Nosa (Campbell, m. 68); Pabón, Salva Sevilla (Vadillo, m. 58), R. Castro; y Jorge Molina (Beñat, m. 46).
Goles: 0-1, m. 1, Pabón. 1-1, m.8, Alexis. 1-2, m. 42, R. Pérez. 2-2, m. 55 Villa. 3-2, m. 59, Messi. 4-2, m. 71, Messi.
Árbitro: Clos Gómez (Comité Aragonés), amonestó al local Adriano y al visitante Rubén Pérez.
55. 000 espectadores en el Camp Nou.
Mal partido el del Betis hoy ante el Barcelona: el equipo parece haber llegado al final de curso corto de gasolina y no ha respondido al desafío físico que significa un partido en el Camp Nou.
Primera parte
El Barcelona reserva de salida a Messi y sale con su 4-3-3 habitual, esta vez con Villa como verdadero delantero centro y Alexis y Tello en los extremos derecho e izquierdo. Mel manda a Beñat al banquillo para organizar un 4-2-3-1 (llamado también 4-3-3) en el que Pabón y Castro ocupan los extremos, Salva la mediapunta y Pérez y Nosa el doble pivote.
El Betis presiona de inicio bastante arriba pero tras los tempraneros goles (1-1) sitúa la presión a una altura media. Salva está pendiente sobre todo de Song y hay consigna de apretar especialmente a Xavi, algo lógico en otros tiempos pero tal vez no tanto ante el Xavi de hoy día; por tanto el hombre más libre del Barcelona es el más peligroso, Iniesta, que se convertirá en uno de los quebraderos de cabeza de la defensa bética. A las pocas ayudas de Salva a sus compañeros, cierta falta de rigor posicional de Nosa y, en general, falta de intensidad en la presión del mediocampo se suma la blandura de la defensa, con mención especial para los laterales, rebasados por fuera y, a veces, pese a jugar muy cerrados, también por dentro; además el sistema obliga a los extremos béticos a un esfuerzo excesivo para ayudarles, algo para lo que Castro no tiene condiciones. Varias pérdidas absurdas empeoran si cabe un balance de ocasiones al descanso muy desequilibrado a favor del Barça, pese al marcador.
Tales pérdidas se debieron en parte a que el Betis intentó inicialmente disputar la posesión al Barça, que no hace la presión tras pérdida como en otros tiempos. La potencia de Nosa en sus caídas a la banda izquierda y el juego de espaldas de Molina –que, acertadamente, eligió a Adriano para emparejarse en busca de ventaja en los balones altos–, más el buen trabajo de Pabón por la derecha, dan al menos bastante llegada al Betis, que alcanza el descanso con ventaja, aunque injusta.
Primer cuarto de hora de la segunda parte
Lesionado Molina, Mel adelanta su cambio por Beñat, que se sitúa a la izquierda de Pérez; Nosa pasa a ser extremo (o interior) izquierdo, Castro queda como extremo diestro y Pabón se va a la punta. El Betis mejora mucho sus prestaciones defensivas, pero un error pone el empate, y Messi sale, y tarda cinco minutos en hacer otro gol. Vadillo sustituye a Salva pero Mel no manda a Castro arriba, sino que deja al canterano como extremo izquierdo e insiste en sobrevigilar a Song, ahora con Nosa en la mediapunta.
Media hora final
Al poco de la aparición de Messi, para la que Mel no tiene preparado cambio táctico ninguno, se lesiona Nosa: Campbell manda a Castro arriba, y minutos después el costarricense y Vadillo permutan bandas. Sin Nosa el Betis demuestra tan poca fuerza como carácter: el Barça hace un rondo y unos sumisos béticos apenas intentan quitarle el balón ni presionar arriba ni menos aún dar una sola patada. El partido acaba entre bostezos.
Jugador por jugador
Adrián: Fusilado en tres goles, hizo varias paradas de mérito, alguna a bocajarro. Tranquilo, y muy bien con los pies y en las salidas. Sin culpa alguna en el 2-2, tan sólo cometió un leve –pero importante– error técnico en el 3-2, balón muy difícil pero parable, que debió atacar con una sola mano.
Chica: Muy mal día: lento, desubicado y rebasado una y otra vez por Tello e Iniesta.
Amaya: Varios cruces muy valientes no compensan su grave error del 3-2 y cierta blandura.
Mario: No cometió errores, pero tampoco se le vio mucho, y eso es mala cosa cuando a tu equipo le han hecho diez ocasiones claras.
Álex Martínez: Muy mal en el 1-1 y apurado ante Alexis al inicio, después mejoró.
Rubén Pérez: Manejó bastante aceptablemente el balón y arriesgó bastante en la presión, de modo que alternó buenos robos con jugadas en las que concedió espacios. Metió un golazo.
Nosa: El campo y el rival le venían muy bien a sus condiciones y respondió con un partidazo. Su tremendo empuje físico (ocupa una barbaridad de campo y arranca con potencia) y su fútbol sencillo hacen que parezca fácil lo que hace. Aunque puede mejorar en posicionamiento como pivote, su escalonamiento en ataque fue muy incómodo para el Barça. Sin él el Betis no tuvo ninguna capacidad de respuesta.
Pabón: Tuvo mucho desgaste físico y se le notó con los minutos, pero casi todo lo hizo con sentido, y tuvo la potencia y el recorrido que le faltaron a varios de sus compañeros.
Salva Sevilla: La otra cara de la moneda de Nosa: el partido no era bueno para él (aunque sí el sistema de juego) y además llevaba meses sin jugar, de modo que el campo se le hizo grandísimo. Tocó cuatro o cinco balones con acierto, y nada más. Si su presencia como tercer centrocampista se justifica en cuestiones defensivas, uno no entiende qué hace en ese aspecto que no pueda hacer Pabón.
Castro: Castigado en una banda del Camp Nou –o sea, a kilómetros del área– y en baja forma, prácticamente no aportó nada.
Molina: Ayudó a la presión y a dar cierta salida al equipo. Naturalmente por bajo ganó pocas a Adriano.
Beñat: Aunque no mostró la intensidad esperable en quien juega medio partido, sí cerró bien la posición.
Vadillo: Dejó detalles.
Campbell: Muy poco. Tampoco parece estar bien físicamente.
BETIS (2): Adrián; Chica, Amaya, Mario, Álex Martínez; Pérez, Nosa (Campbell, m. 68); Pabón, Salva Sevilla (Vadillo, m. 58), R. Castro; y Jorge Molina (Beñat, m. 46).
Goles: 0-1, m. 1, Pabón. 1-1, m.8, Alexis. 1-2, m. 42, R. Pérez. 2-2, m. 55 Villa. 3-2, m. 59, Messi. 4-2, m. 71, Messi.
Árbitro: Clos Gómez (Comité Aragonés), amonestó al local Adriano y al visitante Rubén Pérez.
55. 000 espectadores en el Camp Nou.
Mal partido el del Betis hoy ante el Barcelona: el equipo parece haber llegado al final de curso corto de gasolina y no ha respondido al desafío físico que significa un partido en el Camp Nou.
Primera parte
El Barcelona reserva de salida a Messi y sale con su 4-3-3 habitual, esta vez con Villa como verdadero delantero centro y Alexis y Tello en los extremos derecho e izquierdo. Mel manda a Beñat al banquillo para organizar un 4-2-3-1 (llamado también 4-3-3) en el que Pabón y Castro ocupan los extremos, Salva la mediapunta y Pérez y Nosa el doble pivote.
El Betis presiona de inicio bastante arriba pero tras los tempraneros goles (1-1) sitúa la presión a una altura media. Salva está pendiente sobre todo de Song y hay consigna de apretar especialmente a Xavi, algo lógico en otros tiempos pero tal vez no tanto ante el Xavi de hoy día; por tanto el hombre más libre del Barcelona es el más peligroso, Iniesta, que se convertirá en uno de los quebraderos de cabeza de la defensa bética. A las pocas ayudas de Salva a sus compañeros, cierta falta de rigor posicional de Nosa y, en general, falta de intensidad en la presión del mediocampo se suma la blandura de la defensa, con mención especial para los laterales, rebasados por fuera y, a veces, pese a jugar muy cerrados, también por dentro; además el sistema obliga a los extremos béticos a un esfuerzo excesivo para ayudarles, algo para lo que Castro no tiene condiciones. Varias pérdidas absurdas empeoran si cabe un balance de ocasiones al descanso muy desequilibrado a favor del Barça, pese al marcador.
Tales pérdidas se debieron en parte a que el Betis intentó inicialmente disputar la posesión al Barça, que no hace la presión tras pérdida como en otros tiempos. La potencia de Nosa en sus caídas a la banda izquierda y el juego de espaldas de Molina –que, acertadamente, eligió a Adriano para emparejarse en busca de ventaja en los balones altos–, más el buen trabajo de Pabón por la derecha, dan al menos bastante llegada al Betis, que alcanza el descanso con ventaja, aunque injusta.
Primer cuarto de hora de la segunda parte
Lesionado Molina, Mel adelanta su cambio por Beñat, que se sitúa a la izquierda de Pérez; Nosa pasa a ser extremo (o interior) izquierdo, Castro queda como extremo diestro y Pabón se va a la punta. El Betis mejora mucho sus prestaciones defensivas, pero un error pone el empate, y Messi sale, y tarda cinco minutos en hacer otro gol. Vadillo sustituye a Salva pero Mel no manda a Castro arriba, sino que deja al canterano como extremo izquierdo e insiste en sobrevigilar a Song, ahora con Nosa en la mediapunta.
Media hora final
Al poco de la aparición de Messi, para la que Mel no tiene preparado cambio táctico ninguno, se lesiona Nosa: Campbell manda a Castro arriba, y minutos después el costarricense y Vadillo permutan bandas. Sin Nosa el Betis demuestra tan poca fuerza como carácter: el Barça hace un rondo y unos sumisos béticos apenas intentan quitarle el balón ni presionar arriba ni menos aún dar una sola patada. El partido acaba entre bostezos.
Jugador por jugador
Adrián: Fusilado en tres goles, hizo varias paradas de mérito, alguna a bocajarro. Tranquilo, y muy bien con los pies y en las salidas. Sin culpa alguna en el 2-2, tan sólo cometió un leve –pero importante– error técnico en el 3-2, balón muy difícil pero parable, que debió atacar con una sola mano.
Chica: Muy mal día: lento, desubicado y rebasado una y otra vez por Tello e Iniesta.
Amaya: Varios cruces muy valientes no compensan su grave error del 3-2 y cierta blandura.
Mario: No cometió errores, pero tampoco se le vio mucho, y eso es mala cosa cuando a tu equipo le han hecho diez ocasiones claras.
Álex Martínez: Muy mal en el 1-1 y apurado ante Alexis al inicio, después mejoró.
Rubén Pérez: Manejó bastante aceptablemente el balón y arriesgó bastante en la presión, de modo que alternó buenos robos con jugadas en las que concedió espacios. Metió un golazo.
Nosa: El campo y el rival le venían muy bien a sus condiciones y respondió con un partidazo. Su tremendo empuje físico (ocupa una barbaridad de campo y arranca con potencia) y su fútbol sencillo hacen que parezca fácil lo que hace. Aunque puede mejorar en posicionamiento como pivote, su escalonamiento en ataque fue muy incómodo para el Barça. Sin él el Betis no tuvo ninguna capacidad de respuesta.
Pabón: Tuvo mucho desgaste físico y se le notó con los minutos, pero casi todo lo hizo con sentido, y tuvo la potencia y el recorrido que le faltaron a varios de sus compañeros.
Salva Sevilla: La otra cara de la moneda de Nosa: el partido no era bueno para él (aunque sí el sistema de juego) y además llevaba meses sin jugar, de modo que el campo se le hizo grandísimo. Tocó cuatro o cinco balones con acierto, y nada más. Si su presencia como tercer centrocampista se justifica en cuestiones defensivas, uno no entiende qué hace en ese aspecto que no pueda hacer Pabón.
Castro: Castigado en una banda del Camp Nou –o sea, a kilómetros del área– y en baja forma, prácticamente no aportó nada.
Molina: Ayudó a la presión y a dar cierta salida al equipo. Naturalmente por bajo ganó pocas a Adriano.
Beñat: Aunque no mostró la intensidad esperable en quien juega medio partido, sí cerró bien la posición.
Vadillo: Dejó detalles.
Campbell: Muy poco. Tampoco parece estar bien físicamente.